ιzzy pнelpѕ-нale
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Mar Jun 19, 2012 5:22 am



William Burke |||

William Theodore Burke |||
Estudiante de Neurologia- 20 años-
23 de Marzo 2014 · Finca Bessette, Paris-FR · Con Isobel & Teddy · sms

La vida es como una montaña rusa, cuando menos te lo esperas la bajada esta encima tuyo. Así fue como llego la tercera guerra mundial, como una bajada en la montaña rusa. No era militar ni tenia que servir a mi país por alguna razón que no entendí, pero suponía que mi padre tuvo que ver con ello. Quien me preocupo durante ese tiempo fue Georg, quien estaba a punto de la locura y sinceramente creía que iba terminar con un paro cardiaco ante toda presión que tuvo que someterse durante esos meses terrible. Por suerte, Yukki no se había separado de el durante esos meses, ya que era quien sabia calmarlo; a pesar de ser prácticamente hermanos, no estaba en mi capacidad poder calmarlo, pero Yukki funcionaba como magia, en el momento que la veía parecía recobrar el sentido del todo. Por suerte, la guerra no duro mucho y el mundo parecía recobrarse rápidamente.
Pero mi vida aun estaba en picada, por un largo tiempo sentí que era un títere y que simplemente cada quien manejaba mi vida de manera diferente. Mi padre me manejaba de la manera que siempre quiso, tenia por fin el hijo del que se sentía orgulloso, o por lo menos eso aparentaba. Marileene me manejo de manera diferente, esta simplemente pedía cada vez mas dinero por los cuidados, inventando términos médicos que ni siquiera existían. ¿Creía que era tan estúpido? Pero no había rechistado y simplemente la complacía, después de todo tenia a mi hijo en su vientre, y con una persona tan inestable, no quise correr el riesgo de que hiciera daño a Theodore. Pero lo inesperado sucedió, algo que ni en un millón de años había imaginado. Marileene murió durante el parto, hubo una complicación, y luego de dar a luz a un hermoso niño, esta comenzó a desangrarse. Cuando el doctor se acercó a mi y dijo- Lo siento, Sr. Burke, temo decirle que no pudimos hacer nada por su novia, fue algo inesperado, es una suerte que el niño viviera- esas palabras se habían grabado en mi mente por siempre. A pesar que no amara a Marileene, no podía creer que ya no estuviera junto a nosotros y que mi hijo no había ni siquiera tenido la oportunidad de tener una madre.
Pero en el momento que vi a Teddy, supe que era amor a primera vista, supe que no había nada en el mundo que se compararía a todo el amor que sentía por ese pequeño bebe, que no tenia idea de lo que esperaba su vida. Sabia que si algo no le faltaría era amor, ya que yo se lo brindaría, y sin lugar a duda eso me daba ganas de seguir luchando y brindarle lo mejor que podía.
No lo iba negar, estaba completamente al borde de la locura, ya que realmente nunca pensé que terminaría yo criando solo a un bebe. Por supuesto mi padre quería que tuviera nana, pero me había negado rotundamente, mientras que no estuviera en clases nadie cuidaría a mi hijo, que no fuera yo. De alguna manera había convencido a mi padre de que estudiaría mi carrera en otro país, que por el momento necesitaba concentrarme y Suecia no me ayudaba hacer eso. Entonces aplique a dos universidades, a la universidad de Liechtenstein y a la universidad de Paris. Si, tenia razones para ir a Paris, y todas mis razones terminaban con “…Isobel esta ahí.” No podía negarme la idea de estar cerca de ella por lo menos me ayudaba mentalmente. Había pasado mas de 7 meses que no la había visto, y mi cerebro simplemente gritaba que necesitaba verla. Por suerte conseguí información suficiente como para saber que estaba en Paris. El día que Teddy cumplió un mes de nacido estaba instalado en un apartamento en Paris. Había una persona que lo cuidaría cuando fuera a clases cuestión que realmente no me gustaba si era sincero.
Fue durante un paseo por una plaza, que la vi por primera vez, tenia un libreto en su mano y en el otro un café. Sentí que mi corazón latía tan fuerte, que pensé que despertaría a Teddy, quien estaba en mis brazos durmiendo. Lo coloque en su coche, con el temor de despertarlo. Me quede mirándola a lo lejos, se veía tan hermosa que era increíble que fuera real, por un momento lo dude en realidad, tal vez estaba alucinando por la falta de sueño. Cuando esta me noto, nos quedamos mirando por un buen rato, tenia la impresión que esta pensaba que era una ilusión también, pero nunca le pregunte que vino a su mente ese día.
Han pasado ya han pasado 9 meses desde ese día en la plaza, y ya Teddy tenia un año y un mes. La primavera asomaba sus síntomas y era una bella época. Durante esos meses mi montaña rusa comenzó a subir y estabilizarse o eso sentía. Desde ese día en el parque Isobel y yo habíamos retomado nuestra amistad, o por lo menos parte de ella. A veces no podía creer como todo se había transformado tan rápidamente. Izzie y yo pasábamos mucho tiempo juntos en mi apartamento, esta había sido una gran ayuda debía de decir, esta me ayudaba muchísimo con Teddy y a pesar que le repitiera que no era necesario, esta me insistía que ya no lo hacia por mi, que lo hacia por Teddy. Y es que la verdad no era una mentira que Izzie era la persona favorita de Teddy, sus ojos se iluminaban cada vez que la veían. Hasta una vez la había llamado mamá, y no pude evitar sentir un vacío en mi interior, porque sabia que mi hijo no tenia eso. Nunca le pregunte que si le había molestado que Teddy la fuera llamado así. Las únicas palabras que mi pequeño decía eran: dada, mama, y aqua, que suponíamos que significaba agua. Había intentado hacerlo decir Izzie, pero este se negaba. A demás ya caminaba, temblorosamente pero caminaba y era todo un terremoto.
Ese día, 23 de Marzo, había tomado por fin el final de mi quinto semestre de medicina, por suerte todo estaba tan bien en cuanto a mi carrera que no me podía quejar, claro siempre me hacían falta unas horas de sueno, pero ya creía que me acostumbraba. Mi padre había llamado ese día y me había negado a responderle, me había negado a responderle en mucho tiempo, simplemente le decía a sus asistentes que no tenia tiempo y que enviaría fotos de Teddy. Izzie había decidido llevar a Teddy a unas haciendas de su familia, ya que quería que viera a los caballos. No iba negarlo me encantaba que tanto Izzie quería Teddy, no podía creer que tan buena persona podía ser mi pequeña Izzie. Esta se estaba dedicando profesionalmente al Ballet, ese era su punto, pero se había atrevido actuar, y yo había ideo hacia 4 semanas a su primera obra y debía decir que era toda una diosa y diva en el escenario, tanto que era hasta difícil reconocerla, ya que esta parecía tan frágil y tan linda bajo en escenario, pero cuando estaba sobre el escenario era tan segura y tan inalcanzable de alguna manera. No sabia bien lo que estaba haciendo pero sabia que hacia lo correcto, ese día le diría lo que sentía, ese día seria el día que haría parar la montaña rusa o volvería a caer en picada. Llegue finalmente a donde debía ser la finca de los Bessette y al decir mi nombre en la entrada estos me dejaron pasar. A diferencia a la mayor parte de Paris, esto era un lugar donde podías ver paisajes y las montañas. Respire el aire libre y comencé a caminar hacia donde me dijeron que se encontraba Izzie con Teddy. Los mire a los lejos en algo parecido a un picnic, escuchaba la risa de Teddy, y la risa de Izzie a la misma vez. Me quede observándolos por un momento desde mi punto y sonreí, tratando de grabar ese momento para siempre. Me puse mis manos en los bolsillos y termine de llegar a donde estaban- Bueno que sucede aquí?- dije de manera seria mientras Teddy sonreía y me decía “dada” y yo no pude evitar sonreír y levantarlo en mis brazos y darle un beso en la frente. Luego mire a Izzie y le sonreí y le di un beso en la mejilla, como solía hacer desde que comenzamos nuestra amistad. – parece que se la pasaban muy bien ustedes dos- dije mirando a ambos con una sonrisa. No podía evitar sentirme feliz de verlos ambos así, no podía evitar quererla mas por hacer a mi hijo feliz, no podía negar que Izzie pasara lo que pasara seguiría siendo el amor de mi vida.

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Mar Jun 19, 2012 5:25 am


Isobel Bessette


● 19 años ; Universitaria ; Estudiante de Teatro y Artes Escénicas ; Reside en París, Francia ●
Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que, la vida está llena de lecciones que debemos aprender. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser. Que es más fácil reaccionar que pensar. Que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos que podemos hacer. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor. Que todos somos responsables de nuestros actos. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí. Que no importa si el corazón está herido, el mundo sigue girando y aún cuando te sientas tentado volver la mirada hacia atrás con la duda de lo que pudo ser y no será… debes recordarte seguir adelante con tu vida, no solo por tu bienestar… si no por el bien de las personas que están a tu alrededor y que forman parte de tú vida a las que, sin proponértelo terminas arrastrando contigo al pozo en el que te has sumergido.

Ahora que la guerra había terminado… la paz y la tranquilidad poco a poco fue volviendo a la vida de las personas que se vieron afectadas. Vivir con miedo no era la solución, pero al tratarse de algo tan serio como una guerra sientes como si… de la noche a la mañana tus peores temores se hicieran realidad, es en ese momento cuando el miedo se apodera de ti al pensar que algo pueda sucederle a las personas que más quieres en esta vida al ser visualmente testigo de la cantidad de personas que día con día fallecían. Aún en sueños no podía evitar despertarme todas las noches en plena madrugada con el corazón desbocado a causa de las pesadillas que me impedían conciliar el sueño. Frecuentemente me mantenía en comunicación con Yukki y con Georg para no perder contacto con ninguno de los dos. Sabía perfectamente que Georg había estado bajo demasiada presión en los últimos meses… y aunque en una ocasión le propuse a Yukki que viniera a vivirse por un tiempo a París junto con su familia, debido a las amenazas que habían recibido las familias reales… pero si de algo estaba segura es que, sin importar lo que pasara Yukki se quedaría a lado de Georg. Por suerte, la pesadilla había cesado y el tema de la guerra se había convertido en un mal recuerdo.

La relación fracturada y las desavenencias que alguna vez existieron entre Paris y yo habían quedado atrás. Después de mucho tiempo logré entender y comprender los motivos de mi hermana por haber actuado de la forma en que lo hizo y aunque… me había negado a escucharla en un principio, entendí que tanto mi hermana como yo habíamos actuado de la forma incorrecta. En especial yo… por haberle dado la espalda a Paris cuando más me necesitaba. Sin querer en ese lapso me volví una persona egoísta con mi propia hermana al negarme a escuchar sus razones y al no dirigirle la palabra. Tanto Paris como yo pasábamos por un momento difícil… y aunque me negaba a reconocerlo abiertamente necesitaba a mi hermana más que nunca. Había días en los que me miraba al espejo y no era capaz de distinguir mi propio reflejo. La decepción y el dolor son capaces de transformar radicalmente tu vida logrando que te conviertas en una persona muy diferente a la que alguna vez creíste conocer. La herida del corazón era demasiado profunda como para sanar… y lo peor de todo es que, aún cuando el tiempo te ayude a sanar y cicatrizar las heridas que tienes en el corazón… siempre estarán ahí. Llegué a creer que encerrarme en mi propio dolor era la única salida que tenía, pero me equivoqué... y esa fue una lección que aprendí a la mala. Amar a una persona que no puedes tener puede convertirse en una carga demasiado pesada.

Pero ya todo había quedado atrás… los malos momentos ahora eran parte del pasado. Una vez que logras salir de aquel pozo tan profundo que parecía no tener fin y del que mientras más luchas al intentar salir más te hundes como si se trataran de arenas movedizas. Logras entender que tu mayor motivación en esta vida es tu familia y tus amigos, lo único que tienes que hacer es volver la mirada hacia un lado y percatarte de que, siempre han estado ahí a tu lado… dispuestos a ayudarte cuando más lo necesitas. Por alguna extra razón, tenía la sensación de salir a la superficie tras un largo periodo de letargo. Con ayuda había logrado salir adelante y retomado uno de mis más grandes sueños en la vida: dedicarme al teatro y al ballet. Aferrarme a la más grande ilusión que he tenido desde que era niña… me llenaba de alegría y de ganas de vivir mi propia vida. Luego de haber tomado la decisión de dejar Julliard para volver a Konstanz una vez más… la directora me dejó en claro que las puertas de la escuela siempre estarían abiertas si mi deseo era volver algún día. En Julliard había conocido a personas maravillosas que, sin importar la decisión que tomara me recibirían con los brazos abiertos, algo que nunca sabré como agradecerles. Por un instante, me planteé la posibilidad de regresar a Nueva York, pero en esta ocasión… decidí que lo mejor era quedarme en París con mis padres. Necesitaba retomar el hilo de mi vida para poder continuar, pero por sobre todo necesitaba encontrarme a mí misma… es por esa razón que al final opté por matricularme en la Universidad de Bellas Artes de París. Dentro de un estudio de ballet y arriba de un escenario podía ser yo misma y… eso me hacía inmensamente feliz, por que de alguna manera me ayudaba a liberar mis emociones y a desprenderme de la tristeza que sentía de no poder estar a lado de la persona que amaba. Con el tiempo… había dejado de ser la chica insegura y poco a poco había logrado volver a ser la persona que alguna vez fui… pero aún cuando tenía una nueva alegría, sentía que algo me faltaba… aquel vacío que jamás podría volver a llenar. Luego de aquella última conversación con Will en el barco, una parte de mí se había ido con él: mi corazón. Y aún cuando nunca le preguntaba a Georg directamente por Will... él me aseguraba que estaba bien. Por que aunque no pudiéramos estar juntos, no había un solo día en el que no pensara en él…

Desde entonces, el mundo de color en el que vivía se tornó gris. Rara era la ocasión en que los colores se vislumbraban en mi mundo… por que a diferencia de antes, los colores que ahora persistían eran tristes y opacos y por extraño que parezca… ya no podía distinguirlos. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió… algo que nunca creí que sucedería y que solo en sueños pasaba. Como de costumbre, todas las tardes solía atravesar la plaza de la Concordia para cortar camino e ir a casa, cuando de pronto lo vi y… fue como si el tiempo se detuviera, como si nada existiera a mí alrededor, solo él. Por un instante creí que se trataba una ilusión… una hermosa ilusión de la que deseaba no salir en un buen tiempo. Nada habría logrado que apartara la mirada de esos ojos que me eran imposibles olvidar. Pienso que, si en ese momento un automóvil me hubiera atropellado… habría partido feliz por haber tenido la oportunidad de volver a verlo una vez más. La forma en que mi corazón volvió a latir ese día… de alguna manera me hizo sentir viva otra vez, logrando que volvieran los colores a mi mundo.

Desde aquel día en la plaza, Will y yo habíamos retomado nuestra amistad. Volver a verlo después de tanto tiempo, aquella parte de mí que se había ido con él... regresó. El vacío que tenía en el pecho había desaparecido y en su lugar me sentía acobijada, pero más que nada… reconfortada por la calidez que me inundaba el volver a estar a su lado. La llegada de Will y de una personita muy especial trajo una alegría inesperada a mí vida, una hermosa ilusión que me era imposible expresar con palabras. Teddy era como un rayito de luz y esperanza vislumbrándose en el horizonte cada mañana a la espera de un nuevo día. Conocer a Teddy… era lo más maravilloso que podría haberme sucedido hasta ahora. Saber que Teddy era lo más importante en la vida de su papá, me llenaba de orgullo… por que bastaba ver la manera en Will que se desvivía por su pequeño. Por que si de algo era consciente era de los grandes sacrificios que hacía Will para sacar adelante a Teddy. El solo hecho de verlo... me inspiraba, por que jamás tuve duda en que mi Will se convertiría en una persona y en un padre tan maravilloso como lo es ahora. El tiempo que pasábamos en su apartamento, eran momentos que quedarían grabados eternamente en mi memoria. Había días en los que Will volvía tarde de la Facultad de Medicina y cuando supe que no tenía con quien dejar a Teddy, me ofrecí a ayudarlo, aún cuando Will me repitiera una y otra vez que no debía molestarme… le había dejado en claro una noche que si lo ayudaba era solamente por Teddy. Desde el momento en que sostuve por primera vez a Teddy entre mis brazos, se ganó un lugar muy especial en mi corazón y día con día, me sentía afortunada de poder ser testigo de verlo crecer. No comprendo como fue que sucedió… pero lo cierto es que, Teddy había despertado en mí un sentimiento maternal que nunca antes había experimentado. Era un sentimiento muy diferente al que puedes sentir por una persona, por que en el caso de Teddy… sentía la enorme necesidad de cuidarlo, de protegerlo, de procurarlo, de asegurarme de que nada le hiciera falta y de darle todo el cariño del mundo. Cuando era niña… mamá me dijo que todas las mujeres nacíamos con ese instinto maternal y, Teddy con su ternura había despertado en mí aquel sentimiento maternal. En una ocasión, cuando llevé a Teddy al parque, una señora de edad avanzada se acercó a nosotros mientras lo acunaba en mis brazos diciéndome que era una madre muy amorosa y que lograría que mi hijo se sintiera orgulloso de mí. Las palabras de aquella mujer me dejaron sin argumento por el resto del día… Pero sin duda la vez en que me quedé sin aliento fue cuando Teddy me llamó mamá en presencia de Will. El que llamara de esa forma y ver como su sus ojitos se iluminaban, hizo que el corazón me diera un vuelco por el hecho de que, siendo tan pequeño me viera como su… mamá. A pesar de que ese día fue uno de los más felices de toda mi vida… también fue uno de los más tristes que he tenido… por que sin importar todo el cariño y el amor que pudiera darle a Teddy, nunca podría llegar a ocupar el lugar de su madre, aún cuando ella no estuviera con él. El lugar de una madre es irremplazable en la vida de una persona y yo… no me sentía capaz de ocupar el lugar que por derecho le pertenecía a Marileene.

El tiempo transcurrió y no había día en el que no me comunicara con Paris y con Yukki. Es así como siete meses antes recibí una noticia que me dejó perpleja no solo a mí, si no a toda la familia en general. Cuando nos enteramos que Paris dentro de nueve meses se convertiría en madre… nadie podía creerlo. La noticia fue un hecho inesperado que nos tomó por sorpresa a todos, pero que a la vez nos llenó de una inmensa alegría. Un bebé era un motivo de alegría y el saber que mi hermana se convertiría en madre por primera vez en su vida me llenaba de una inmensa ilusión. “Seré tía… ¡¡seré tía!!” Esas eran las palabras que rondaban en mi mente y que me tenían tan aturdida por la alegría que me provocaban. Fue así como nueve meses después, Paris dio a luz a una hermosa niña a la que Pablo y mi hermana llamaron Mariana. Realmente no tenía palabras para expresar lo contenta e ilusionada que estaba con la llegada de mi sobrina, pero lo que más alegría me daba era saber que Paris finalmente había logrado ser feliz con Pablo, que siempre sería el amor de su vida. En cuanto a mis estudios, me sentía plena y realizada. Cuando me comunicaron que había conseguido el papel de Christine Dáae en la nueva puesta en escena de “El Fantasma de la Ópera”, verdaderamente me era imposible de creerlo, pero no podía negar que me sentía de lo más feliz y agradecida con la oportunidad que me habían brindado. Habían transcurrido cuatro semanas desde el estreno… y debo confesar que, al ver a Will sentado entre el público… supe que él siempre sería mi mayor motivación para dar lo mejor de mí. El día de hoy, 23 de marzo, aprovechando que daban inicio las vacaciones de semana santa, se me había ocurrido llevar a Teddy a la hacienda de mi familia para que conociera el campo. Tenía la plena seguridad de que el aire del campo le haría mucho bien... además, el viaje en carretera era una experiencia única por los hermosos paisajes que te brindaba la naturaleza. Cuando hablé con mis padres de los planes que tenía en mente, no negaron en concederme el permiso de pasar unos días. El cambio en mí era bastante notorio que no podían creer lo feliz y radiante que me veía. Incluso papá se había visto tentado en cancelar los compromisos de trabajo que tenía ese día para acompañarnos a Teddy y a mí a la hacienda. Conocía a mi padre, y sabía que en el fondo seguía sin sentir simpatía por Will, es por esa razón que me atrevía a afirmar que le tranquilizaba el hecho de saber que lo único que nos unía era un lazo de amistad. A penas pusimos un pie en la hacienda… Teddy mostró una notable curiosidad por todo lo que le rodeaba; para él… la hacienda era un nuevo mundo por descubrir y no era de extrañarse que mostrara curiosidad por todo lo que había a su alrededor. Una vez que mi nana me ayudó a preparar la comida y a colocar lo necesario para un día campo… llevé a Teddy a los corrales que había al aire libre para que conociera a los caballos y a los ponis que cabalgaban libremente. La reacción inicial de Teddy al ver a los caballos fue de asombro, pero al dedicarle una mirada indicándole que no había nada que temer sus ojitos se relajaron. Aprovechando que era hora de alimentar a los cabellos y a los ponis, le di a Teddy una zanahoria para que se la diera a uno de los ponis, sosteniendo su manita entre la mía para que tuviera confianza en si mismo. Tanto Teddy como yo no pudimos evitar reír largamente a la vez… cuando de pronto una voz que no dudamos en reconocer, hizo que volviéramos la cabeza al unísono. Teddy al ver a su papá caminando hacia nosotros con el semblante aparentemente serio… no puedo evitar sonreír. Miré un momento a Teddy, a quien sostenía entre mis brazos y luego me dediqué a observar la forma en que tomaba entre sus brazos a Teddy y sonreía a modo de saludo. Bastaba ver el amor que Will le tenía a Teddy para darse cuenta de que era capaz de darlo todo por su pequeño. Y lo cierto es que, día con día, no podía sentirme más orgullosa de ver en la persona en que se había convertido. Tras dedicarle una breve mirada a Will a manera de saludo, mis labios se curvaron aún más al recibir el beso que me daba en la mejilla. Siempre que Will me besaba en la mejilla… no podía evitar sentir dentro de mí aquella sensación de calidez en mi interior. Negué suavemente manteniendo la sonrisa en mi rostro al escuchar sus palabras. – Lo que sucede es que acabamos de hacer un notable descubrimiento – planteé, mientras acariciaba la manita de Teddy con el pulgar. – Ambos acabamos de descubrir que somos muy cosquilludos ¿no es así, Teddy? – dije con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que le hacía cosquillas con los dedos en su pancita, provocando que Teddy riera y me contagiara con su risa, para posteriormente soltar un largo y prolongado suspiro que me hiciera recuperarme un poco. – Pero cuéntanos… ¿Qué tal te fue en la Facultad? ¿Todo salió bien? – pregunté esta vez a manera más personal y mirándole con la esperanza de que todo hubiera salido bien en sus exámenes finales de la facultad. Era consciente de lo importante que era para Will su carrera y lo mucho que le apasionaba su carrera y si había algo que deseara más que cualquier otra cosa en el mundo, era poder estar ahí cuando se recibiera como Cardiólogo.



as: Isobel Aurelle Bessette Fountaine
[ Está con Teddy y William Burke ;; En la Finca de los Bessette ;; 23 de marzo de 2014 ]



Última edición por ιzzy нale el Vie Jun 22, 2012 1:42 am, editado 3 veces
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Vie Jun 22, 2012 1:10 am


Isobel Bessette


● 19 años ; Universitaria ; Estudiante de Teatro y Artes Escénicas ; Reside en París, Francia ●
Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que, la vida está llena de lecciones que debemos aprender. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser. Que es más fácil reaccionar que pensar. Que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos que podemos hacer. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor. Que todos somos responsables de nuestros actos. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí. Que no importa si el corazón está herido, el mundo sigue girando y aún cuando te sientas tentado volver la mirada hacia atrás con la duda de lo que pudo ser y no será… debes recordarte seguir adelante con tu vida, no solo por tu bienestar… si no por el bien de las personas que están a tu alrededor y que forman parte de tú vida a las que, sin proponértelo terminas arrastrando contigo al pozo en el que te has sumergido.

Ahora que la guerra había terminado… la paz y la tranquilidad poco a poco fue volviendo a la vida de las personas que se vieron afectadas. Vivir con miedo no era la solución, pero al tratarse de algo tan serio como una guerra sientes como si… de la noche a la mañana tus peores temores se hicieran realidad, es en ese momento cuando el miedo se apodera de ti al pensar que algo pueda sucederle a las personas que más quieres en esta vida al ser visualmente testigo de la cantidad de personas que día con día fallecían. Aún en sueños no podía evitar despertarme todas las noches en plena madrugada con el corazón desbocado a causa de las pesadillas que me impedían conciliar el sueño. Frecuentemente me mantenía en comunicación con Yukki y con Georg para no perder contacto con ninguno de los dos. Sabía perfectamente que Georg había estado bajo demasiada presión en los últimos meses… y aunque en una ocasión le propuse a Yukki que viniera a vivirse por un tiempo a París junto con su familia, debido a las amenazas que habían recibido las familias reales… pero si de algo estaba segura es que, sin importar lo que pasara Yukki se quedaría a lado de Georg. Por suerte, la pesadilla había cesado y el tema de la guerra se había convertido en un mal recuerdo.

La relación fracturada y las desavenencias que alguna vez existieron entre Paris y yo habían quedado atrás. Después de mucho tiempo logré entender y comprender los motivos de mi hermana por haber actuado de la forma en que lo hizo y aunque… me había negado a escucharla en un principio, entendí que tanto mi hermana como yo habíamos actuado de la forma incorrecta. En especial yo… por haberle dado la espalda a Paris cuando más me necesitaba. Sin querer en ese lapso me volví una persona egoísta con mi propia hermana al negarme a escuchar sus razones y al no dirigirle la palabra. Tanto Paris como yo pasábamos por un momento difícil… y aunque me negaba a reconocerlo abiertamente necesitaba a mi hermana más que nunca. Había días en los que me miraba al espejo y no era capaz de distinguir mi propio reflejo. La decepción y el dolor son capaces de transformar radicalmente tu vida logrando que te conviertas en una persona muy diferente a la que alguna vez creíste conocer. La herida del corazón era demasiado profunda como para sanar… y lo peor de todo es que, aún cuando el tiempo te ayude a sanar y cicatrizar las heridas que tienes en el corazón… siempre estarán ahí. Llegué a creer que encerrarme en mi propio dolor era la única salida que tenía, pero me equivoqué... y esa fue una lección que aprendí a la mala. Amar a una persona que no puedes tener puede convertirse en una carga demasiado pesada.

Pero ya todo había quedado atrás… los malos momentos ahora eran parte del pasado. Una vez que logras salir de aquel pozo tan profundo que parecía no tener fin y del que mientras más luchas al intentar salir más te hundes como si se trataran de arenas movedizas. Logras entender que tu mayor motivación en esta vida es tu familia y tus amigos, lo único que tienes que hacer es volver la mirada hacia un lado y percatarte de que, siempre han estado ahí a tu lado… dispuestos a ayudarte cuando más lo necesitas. Por alguna extra razón, tenía la sensación de salir a la superficie tras un largo periodo de letargo. Con ayuda había logrado salir adelante y retomado uno de mis más grandes sueños en la vida: dedicarme al teatro y al ballet. Aferrarme a la más grande ilusión que he tenido desde que era niña… me llenaba de alegría y de ganas de vivir mi propia vida. Luego de haber tomado la decisión de dejar Julliard para volver a Konstanz una vez más… la directora me dejó en claro que las puertas de la escuela siempre estarían abiertas si mi deseo era volver algún día. En Julliard había conocido a personas maravillosas que, sin importar la decisión que tomara me recibirían con los brazos abiertos, algo que nunca sabré como agradecerles. Por un instante, me planteé la posibilidad de regresar a Nueva York, pero en esta ocasión… decidí que lo mejor era quedarme en París con mis padres. Necesitaba retomar el hilo de mi vida para poder continuar, pero por sobre todo necesitaba encontrarme a mí misma… es por esa razón que al final opté por matricularme en la Universidad de Bellas Artes de París. Dentro de un estudio de ballet y arriba de un escenario podía ser yo misma y… eso me hacía inmensamente feliz, por que de alguna manera me ayudaba a liberar mis emociones y a desprenderme de la tristeza que sentía de no poder estar a lado de la persona que amaba. Con el tiempo… había dejado de ser la chica insegura y poco a poco había logrado volver a ser la persona que alguna vez fui… pero aún cuando tenía una nueva alegría, sentía que algo me faltaba… aquel vacío que jamás podría volver a llenar. Luego de aquella última conversación con Will en el barco, una parte de mí se había ido con él: mi corazón. Y aún cuando nunca le preguntaba a Georg directamente por Will... él me aseguraba que estaba bien. Por que aunque no pudiéramos estar juntos, no había un solo día en el que no pensara en él…

Desde entonces, el mundo de color en el que vivía se tornó gris. Rara era la ocasión en que los colores se vislumbraban en mi mundo… por que a diferencia de antes, los colores que ahora persistían eran tristes y opacos y por extraño que parezca… ya no podía distinguirlos. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió… algo que nunca creí que sucedería y que solo en sueños pasaba. Como de costumbre, todas las tardes solía atravesar la plaza de la Concordia para cortar camino e ir a casa, cuando de pronto lo vi y… fue como si el tiempo se detuviera, como si nada existiera a mí alrededor, solo él. Por un instante creí que se trataba una ilusión… una hermosa ilusión de la que deseaba no salir en un buen tiempo. Nada habría logrado que apartara la mirada de esos ojos que me eran imposibles olvidar. Pienso que, si en ese momento un automóvil me hubiera atropellado… habría partido feliz por haber tenido la oportunidad de volver a verlo una vez más. La forma en que mi corazón volvió a latir ese día… de alguna manera me hizo sentir viva otra vez, logrando que volvieran los colores a mi mundo.

Desde aquel día en la plaza, Will y yo habíamos retomado nuestra amistad. Volver a verlo después de tanto tiempo, aquella parte de mí que se había ido con él... regresó. El vacío que tenía en el pecho había desaparecido y en su lugar me sentía acobijada, pero más que nada… reconfortada por la calidez que me inundaba el volver a estar a su lado. La llegada de Will y de una personita muy especial trajo una alegría inesperada a mí vida, una hermosa ilusión que me era imposible expresar con palabras. Teddy era como un rayito de luz y esperanza vislumbrándose en el horizonte cada mañana a la espera de un nuevo día. Conocer a Teddy… era lo más maravilloso que podría haberme sucedido hasta ahora. Saber que Teddy era lo más importante en la vida de su papá, me llenaba de orgullo… por que bastaba ver la manera en Will que se desvivía por su pequeño. Por que si de algo era consciente era de los grandes sacrificios que hacía Will para sacar adelante a Teddy. El solo hecho de verlo... me inspiraba, por que jamás tuve duda en que mi Will se convertiría en una persona y en un padre tan maravilloso como lo es ahora. El tiempo que pasábamos en su apartamento, eran momentos que quedarían grabados eternamente en mi memoria. Había días en los que Will volvía tarde de la Facultad de Medicina y cuando supe que no tenía con quien dejar a Teddy, me ofrecí a ayudarlo, aún cuando Will me repitiera una y otra vez que no debía molestarme… le había dejado en claro una noche que si lo ayudaba era solamente por Teddy. Desde el momento en que sostuve por primera vez a Teddy entre mis brazos, se ganó un lugar muy especial en mi corazón y día con día, me sentía afortunada de poder ser testigo de verlo crecer. No comprendo como fue que sucedió… pero lo cierto es que, Teddy había despertado en mí un sentimiento maternal que nunca antes había experimentado. Era un sentimiento muy diferente al que puedes sentir por una persona, por que en el caso de Teddy… sentía la enorme necesidad de cuidarlo, de protegerlo, de procurarlo, de asegurarme de que nada le hiciera falta y de darle todo el cariño del mundo. Cuando era niña… mamá me dijo que todas las mujeres nacíamos con ese instinto maternal y, Teddy con su ternura había despertado en mí aquel sentimiento maternal. En una ocasión, cuando llevé a Teddy al parque, una señora de edad avanzada se acercó a nosotros mientras lo acunaba en mis brazos diciéndome que era una madre muy amorosa y que lograría que mi hijo se sintiera orgulloso de mí. Las palabras de aquella mujer me dejaron sin argumento por el resto del día… Pero sin duda la vez en que me quedé sin aliento fue cuando Teddy me llamó mamá en presencia de Will. El que llamara de esa forma y ver como su sus ojitos se iluminaban, hizo que el corazón me diera un vuelco por el hecho de que, siendo tan pequeño me viera como su… mamá. A pesar de que ese día fue uno de los más felices de toda mi vida… también fue uno de los más tristes que he tenido… por que sin importar todo el cariño y el amor que pudiera darle a Teddy, nunca podría llegar a ocupar el lugar de su madre, aún cuando ella no estuviera con él. El lugar de una madre es irremplazable en la vida de una persona y yo… no me sentía capaz de ocupar el lugar que por derecho le pertenecía a Marileene.

El tiempo transcurrió y no había día en el que no me comunicara con Paris y con Yukki. Es así como siete meses antes recibí una noticia que me dejó perpleja no solo a mí, si no a toda la familia en general. Cuando nos enteramos que Paris dentro de nueve meses se convertiría en madre… nadie podía creerlo. La noticia fue un hecho inesperado que nos tomó por sorpresa a todos, pero que a la vez nos llenó de una inmensa alegría. Un bebé era un motivo de alegría y el saber que mi hermana se convertiría en madre por primera vez en su vida me llenaba de una inmensa ilusión. “Seré tía… ¡¡seré tía!!” Esas eran las palabras que rondaban en mi mente y que me tenían tan aturdida por la alegría que me provocaban. Fue así como nueve meses después, Paris dio a luz a una hermosa niña a la que Pablo y mi hermana llamaron Mariana. Realmente no tenía palabras para expresar lo contenta e ilusionada que estaba con la llegada de mi sobrina, pero lo que más alegría me daba era saber que Paris finalmente había logrado ser feliz con Pablo, que siempre sería el amor de su vida. En cuanto a mis estudios, me sentía plena y realizada. Cuando me comunicaron que había conseguido el papel de Christine Dáae en la nueva puesta en escena de “El Fantasma de la Ópera”, verdaderamente me era imposible de creerlo, pero no podía negar que me sentía de lo más feliz y agradecida con la oportunidad que me habían brindado. Habían transcurrido cuatro semanas desde el estreno… y debo confesar que, al ver a Will sentado entre el público… supe que él siempre sería mi mayor motivación para dar lo mejor de mí. El día de hoy, 23 de marzo, aprovechando que daban inicio las vacaciones de semana santa, se me había ocurrido llevar a Teddy a la hacienda de mi familia para que conociera el campo. Tenía la plena seguridad de que el aire del campo le haría mucho bien... además, el viaje en carretera era una experiencia única por los hermosos paisajes que te brindaba la naturaleza. Cuando hablé con mis padres de los planes que tenía en mente, no negaron en concederme el permiso de pasar unos días. El cambio en mí era bastante notorio que no podían creer lo feliz y radiante que me veía. Incluso papá se había visto tentado en cancelar los compromisos de trabajo que tenía ese día para acompañarnos a Teddy y a mí a la hacienda. Conocía a mi padre, y sabía que en el fondo seguía sin sentir simpatía por Will, es por esa razón que me atrevía a afirmar que le tranquilizaba el hecho de saber que lo único que nos unía era un lazo de amistad. A penas pusimos un pie en la hacienda… Teddy mostró una notable curiosidad por todo lo que le rodeaba; para él… la hacienda era un nuevo mundo por descubrir y no era de extrañarse que mostrara curiosidad por todo lo que había a su alrededor. Una vez que mi nana me ayudó a preparar la comida y a colocar lo necesario para un día campo… llevé a Teddy a los corrales que había al aire libre para que conociera a los caballos y a los ponis que cabalgaban libremente. La reacción inicial de Teddy al ver a los caballos fue de asombro, pero al dedicarle una mirada indicándole que no había nada que temer sus ojitos se relajaron. Aprovechando que era hora de alimentar a los cabellos y a los ponis, le di a Teddy una zanahoria para que se la diera a uno de los ponis, sosteniendo su manita entre la mía para que tuviera confianza en si mismo. Tanto Teddy como yo no pudimos evitar reír largamente a la vez… cuando de pronto una voz que no dudamos en reconocer, hizo que volviéramos la cabeza al unísono. Teddy al ver a su papá caminando hacia nosotros con el semblante aparentemente serio… no puedo evitar sonreír. Miré un momento a Teddy, a quien sostenía entre mis brazos y luego me dediqué a observar la forma en que tomaba entre sus brazos a Teddy y sonreía a modo de saludo. Bastaba ver el amor que Will le tenía a Teddy para darse cuenta de que era capaz de darlo todo por su pequeño. Y lo cierto es que, día con día, no podía sentirme más orgullosa de ver en la persona en que se había convertido. Tras dedicarle una breve mirada a Will a manera de saludo, mis labios se curvaron aún más al recibir el beso que me daba en la mejilla. Siempre que Will me besaba en la mejilla… no podía evitar sentir dentro de mí aquella sensación de calidez en mi interior. Negué suavemente manteniendo la sonrisa en mi rostro al escuchar sus palabras. – Lo que sucede es que acabamos de hacer un notable descubrimiento – planteé, mientras acariciaba la manita de Teddy con el pulgar. – Ambos acabamos de descubrir que somos muy cosquilludos ¿no es así, Teddy? – dije con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que le hacía cosquillas con los dedos en su pancita, provocando que Teddy riera y me contagiara con su risa, para posteriormente soltar un largo y prolongado suspiro que me hiciera recuperarme un poco. – Pero cuéntanos… ¿Qué tal te fue en la Facultad? ¿Todo salió bien? – pregunté esta vez a manera más personal y mirándole con la esperanza de que todo hubiera salido bien en sus exámenes finales de la facultad. Era consciente de lo importante que era para Will su carrera y lo mucho que le apasionaba su carrera y si había algo que deseara más que cualquier otra cosa en el mundo, era poder estar ahí cuando se recibiera como Cardiólogo.


as: Isobel Aurelle Bessette Fountaine
[ Está con Teddy y William Burke ;; En la Finca de los Bessette ;; 23 de marzo de 2014 ]



Última edición por ιzzy нale el Vie Jun 22, 2012 1:52 am, editado 4 veces
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Vie Jun 22, 2012 1:11 am


Isobel Bessette


● 19 años ; Universitaria ; Estudiante de Teatro y Artes Escénicas ; Reside en París, Francia ●
Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que, la vida está llena de lecciones que debemos aprender. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser. Que es más fácil reaccionar que pensar. Que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos que podemos hacer. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor. Que todos somos responsables de nuestros actos. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí. Que no importa si el corazón está herido, el mundo sigue girando y aún cuando te sientas tentado volver la mirada hacia atrás con la duda de lo que pudo ser y no será… debes recordarte seguir adelante con tu vida, no solo por tu bienestar… si no por el bien de las personas que están a tu alrededor y que forman parte de tú vida a las que, sin proponértelo terminas arrastrando contigo al pozo en el que te has sumergido.

Ahora que la guerra había terminado… la paz y la tranquilidad poco a poco fue volviendo a la vida de las personas que se vieron afectadas. Vivir con miedo no era la solución, pero al tratarse de algo tan serio como una guerra sientes como si… de la noche a la mañana tus peores temores se hicieran realidad, es en ese momento cuando el miedo se apodera de ti al pensar que algo pueda sucederle a las personas que más quieres en esta vida al ser visualmente testigo de la cantidad de personas que día con día fallecían. Aún en sueños no podía evitar despertarme todas las noches en plena madrugada con el corazón desbocado a causa de las pesadillas que me impedían conciliar el sueño. Frecuentemente me mantenía en comunicación con Yukki y con Georg para no perder contacto con ninguno de los dos. Sabía perfectamente que Georg había estado bajo demasiada presión en los últimos meses… y aunque en una ocasión le propuse a Yukki que viniera a vivirse por un tiempo a París junto con su familia, debido a las amenazas que habían recibido las familias reales… pero si de algo estaba segura es que, sin importar lo que pasara Yukki se quedaría a lado de Georg. Por suerte, la pesadilla había cesado y el tema de la guerra se había convertido en un mal recuerdo.

La relación fracturada y las desavenencias que alguna vez existieron entre Paris y yo habían quedado atrás. Después de mucho tiempo logré entender y comprender los motivos de mi hermana por haber actuado de la forma en que lo hizo y aunque… me había negado a escucharla en un principio, entendí que tanto mi hermana como yo habíamos actuado de la forma incorrecta. En especial yo… por haberle dado la espalda a Paris cuando más me necesitaba. Sin querer en ese lapso me volví una persona egoísta con mi propia hermana al negarme a escuchar sus razones y al no dirigirle la palabra. Tanto Paris como yo pasábamos por un momento difícil… y aunque me negaba a reconocerlo abiertamente necesitaba a mi hermana más que nunca. Había días en los que me miraba al espejo y no era capaz de distinguir mi propio reflejo. La decepción y el dolor son capaces de transformar radicalmente tu vida logrando que te conviertas en una persona muy diferente a la que alguna vez creíste conocer. La herida del corazón era demasiado profunda como para sanar… y lo peor de todo es que, aún cuando el tiempo te ayude a sanar y cicatrizar las heridas que tienes en el corazón… siempre estarán ahí. Llegué a creer que encerrarme en mi propio dolor era la única salida que tenía, pero me equivoqué... y esa fue una lección que aprendí a la mala. Amar a una persona que no puedes tener puede convertirse en una carga demasiado pesada.

Pero ya todo había quedado atrás… los malos momentos ahora eran parte del pasado. Una vez que logras salir de aquel pozo tan profundo que parecía no tener fin y del que mientras más luchas al intentar salir más te hundes como si se trataran de arenas movedizas. Logras entender que tu mayor motivación en esta vida es tu familia y tus amigos, lo único que tienes que hacer es volver la mirada hacia un lado y percatarte de que, siempre han estado ahí a tu lado… dispuestos a ayudarte cuando más lo necesitas. Por alguna extra razón, tenía la sensación de salir a la superficie tras un largo periodo de letargo. Con ayuda había logrado salir adelante y retomado uno de mis más grandes sueños en la vida: dedicarme al teatro y al ballet. Aferrarme a la más grande ilusión que he tenido desde que era niña… me llenaba de alegría y de ganas de vivir mi propia vida. Luego de haber tomado la decisión de dejar Julliard para volver a Konstanz una vez más… la directora me dejó en claro que las puertas de la escuela siempre estarían abiertas si mi deseo era volver algún día. En Julliard había conocido a personas maravillosas que, sin importar la decisión que tomara me recibirían con los brazos abiertos, algo que nunca sabré como agradecerles. Por un instante, me planteé la posibilidad de regresar a Nueva York, pero en esta ocasión… decidí que lo mejor era quedarme en París con mis padres. Necesitaba retomar el hilo de mi vida para poder continuar, pero por sobre todo necesitaba encontrarme a mí misma… es por esa razón que al final opté por matricularme en la Universidad de Bellas Artes de París. Dentro de un estudio de ballet y arriba de un escenario podía ser yo misma y… eso me hacía inmensamente feliz, por que de alguna manera me ayudaba a liberar mis emociones y a desprenderme de la tristeza que sentía de no poder estar a lado de la persona que amaba. Con el tiempo… había dejado de ser la chica insegura y poco a poco había logrado volver a ser la persona que alguna vez fui… pero aún cuando tenía una nueva alegría, sentía que algo me faltaba… aquel vacío que jamás podría volver a llenar. Luego de aquella última conversación con Will en el barco, una parte de mí se había ido con él: mi corazón. Y aún cuando nunca le preguntaba a Georg directamente por Will... él me aseguraba que estaba bien. Por que aunque no pudiéramos estar juntos, no había un solo día en el que no pensara en él…

Desde entonces, el mundo de color en el que vivía se tornó gris. Rara era la ocasión en que los colores se vislumbraban en mi mundo… por que a diferencia de antes, los colores que ahora persistían eran tristes y opacos y por extraño que parezca… ya no podía distinguirlos. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió… algo que nunca creí que sucedería y que solo en sueños pasaba. Como de costumbre, todas las tardes solía atravesar la plaza de la Concordia para cortar camino e ir a casa, cuando de pronto lo vi y… fue como si el tiempo se detuviera, como si nada existiera a mí alrededor, solo él. Por un instante creí que se trataba una ilusión… una hermosa ilusión de la que deseaba no salir en un buen tiempo. Nada habría logrado que apartara la mirada de esos ojos que me eran imposibles olvidar. Pienso que, si en ese momento un automóvil me hubiera atropellado… habría partido feliz por haber tenido la oportunidad de volver a verlo una vez más. La forma en que mi corazón volvió a latir ese día… de alguna manera me hizo sentir viva otra vez, logrando que volvieran los colores a mi mundo.

Desde aquel día en la plaza, Will y yo habíamos retomado nuestra amistad. Volver a verlo después de tanto tiempo, aquella parte de mí que se había ido con él... regresó. El vacío que tenía en el pecho había desaparecido y en su lugar me sentía acobijada, pero más que nada… reconfortada por la calidez que me inundaba el volver a estar a su lado. La llegada de Will y de una personita muy especial trajo una alegría inesperada a mí vida, una hermosa ilusión que me era imposible expresar con palabras. Teddy era como un rayito de luz y esperanza vislumbrándose en el horizonte cada mañana a la espera de un nuevo día. Conocer a Teddy… era lo más maravilloso que podría haberme sucedido hasta ahora. Saber que Teddy era lo más importante en la vida de su papá, me llenaba de orgullo… por que bastaba ver la manera en Will que se desvivía por su pequeño. Por que si de algo era consciente era de los grandes sacrificios que hacía Will para sacar adelante a Teddy. El solo hecho de verlo... me inspiraba, por que jamás tuve duda en que mi Will se convertiría en una persona y en un padre tan maravilloso como lo es ahora. El tiempo que pasábamos en su apartamento, eran momentos que quedarían grabados eternamente en mi memoria. Había días en los que Will volvía tarde de la Facultad de Medicina y cuando supe que no tenía con quien dejar a Teddy, me ofrecí a ayudarlo, aún cuando Will me repitiera una y otra vez que no debía molestarme… le había dejado en claro una noche que si lo ayudaba era solamente por Teddy. Desde el momento en que sostuve por primera vez a Teddy entre mis brazos, se ganó un lugar muy especial en mi corazón y día con día, me sentía afortunada de poder ser testigo de verlo crecer. No comprendo como fue que sucedió… pero lo cierto es que, Teddy había despertado en mí un sentimiento maternal que nunca antes había experimentado. Era un sentimiento muy diferente al que puedes sentir por una persona, por que en el caso de Teddy… sentía la enorme necesidad de cuidarlo, de protegerlo, de procurarlo, de asegurarme de que nada le hiciera falta y de darle todo el cariño del mundo. Cuando era niña… mamá me dijo que todas las mujeres nacíamos con ese instinto maternal y, Teddy con su ternura había despertado en mí aquel sentimiento maternal. En una ocasión, cuando llevé a Teddy al parque, una señora de edad avanzada se acercó a nosotros mientras lo acunaba en mis brazos diciéndome que era una madre muy amorosa y que lograría que mi hijo se sintiera orgulloso de mí. Las palabras de aquella mujer me dejaron sin argumento por el resto del día… Pero sin duda la vez en que me quedé sin aliento fue cuando Teddy me llamó mamá en presencia de Will. El que llamara de esa forma y ver como su sus ojitos se iluminaban, hizo que el corazón me diera un vuelco por el hecho de que, siendo tan pequeño me viera como su… mamá. A pesar de que ese día fue uno de los más felices de toda mi vida… también fue uno de los más tristes que he tenido… por que sin importar todo el cariño y el amor que pudiera darle a Teddy, nunca podría llegar a ocupar el lugar de su madre, aún cuando ella no estuviera con él. El lugar de una madre es irremplazable en la vida de una persona y yo… no me sentía capaz de ocupar el lugar que por derecho le pertenecía a Marileene.

El tiempo transcurrió y no había día en el que no me comunicara con Paris y con Yukki. Es así como siete meses antes recibí una noticia que me dejó perpleja no solo a mí, si no a toda la familia en general. Cuando nos enteramos que Paris dentro de nueve meses se convertiría en madre… nadie podía creerlo. La noticia fue un hecho inesperado que nos tomó por sorpresa a todos, pero que a la vez nos llenó de una inmensa alegría. Un bebé era un motivo de alegría y el saber que mi hermana se convertiría en madre por primera vez en su vida me llenaba de una inmensa ilusión. “Seré tía… ¡¡seré tía!!” Esas eran las palabras que rondaban en mi mente y que me tenían tan aturdida por la alegría que me provocaban. Fue así como nueve meses después, Paris dio a luz a una hermosa niña a la que Pablo y mi hermana llamaron Mariana. Realmente no tenía palabras para expresar lo contenta e ilusionada que estaba con la llegada de mi sobrina, pero lo que más alegría me daba era saber que Paris finalmente había logrado ser feliz con Pablo, que siempre sería el amor de su vida. En cuanto a mis estudios, me sentía plena y realizada. Cuando me comunicaron que había conseguido el papel de Christine Dáae en la nueva puesta en escena de “El Fantasma de la Ópera”, verdaderamente me era imposible de creerlo, pero no podía negar que me sentía de lo más feliz y agradecida con la oportunidad que me habían brindado. Habían transcurrido cuatro semanas desde el estreno… y debo confesar que, al ver a Will sentado entre el público… supe que él siempre sería mi mayor motivación para dar lo mejor de mí. El día de hoy, 23 de marzo, aprovechando que daban inicio las vacaciones de semana santa, se me había ocurrido llevar a Teddy a la hacienda de mi familia para que conociera el campo. Tenía la plena seguridad de que el aire del campo le haría mucho bien... además, el viaje en carretera era una experiencia única por los hermosos paisajes que te brindaba la naturaleza. Cuando hablé con mis padres de los planes que tenía en mente, no negaron en concederme el permiso de pasar unos días. El cambio en mí era bastante notorio que no podían creer lo feliz y radiante que me veía. Incluso papá se había visto tentado en cancelar los compromisos de trabajo que tenía ese día para acompañarnos a Teddy y a mí a la hacienda. Conocía a mi padre, y sabía que en el fondo seguía sin sentir simpatía por Will, es por esa razón que me atrevía a afirmar que le tranquilizaba el hecho de saber que lo único que nos unía era un lazo de amistad. A penas pusimos un pie en la hacienda… Teddy mostró una notable curiosidad por todo lo que le rodeaba; para él… la hacienda era un nuevo mundo por descubrir y no era de extrañarse que mostrara curiosidad por todo lo que había a su alrededor. Una vez que mi nana me ayudó a preparar la comida y a colocar lo necesario para un día campo… llevé a Teddy a los corrales que había al aire libre para que conociera a los caballos y a los ponis que cabalgaban libremente. La reacción inicial de Teddy al ver a los caballos fue de asombro, pero al dedicarle una mirada indicándole que no había nada que temer sus ojitos se relajaron. Aprovechando que era hora de alimentar a los cabellos y a los ponis, le di a Teddy una zanahoria para que se la diera a uno de los ponis, sosteniendo su manita entre la mía para que tuviera confianza en si mismo. Tanto Teddy como yo no pudimos evitar reír largamente a la vez… cuando de pronto una voz que no dudamos en reconocer, hizo que volviéramos la cabeza al unísono. Teddy al ver a su papá caminando hacia nosotros con el semblante aparentemente serio… no puedo evitar sonreír. Miré un momento a Teddy, a quien sostenía entre mis brazos y luego me dediqué a observar la forma en que tomaba entre sus brazos a Teddy y sonreía a modo de saludo. Bastaba ver el amor que Will le tenía a Teddy para darse cuenta de que era capaz de darlo todo por su pequeño. Y lo cierto es que, día con día, no podía sentirme más orgullosa de ver en la persona en que se había convertido. Tras dedicarle una breve mirada a Will a manera de saludo, mis labios se curvaron aún más al recibir el beso que me daba en la mejilla. Siempre que Will me besaba en la mejilla… no podía evitar sentir dentro de mí aquella sensación de calidez en mi interior. Negué suavemente manteniendo la sonrisa en mi rostro al escuchar sus palabras. – Lo que sucede es que acabamos de hacer un notable descubrimiento – planteé, mientras acariciaba la manita de Teddy con el pulgar. – Ambos acabamos de descubrir que somos muy cosquilludos ¿no es así, Teddy? – dije con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que le hacía cosquillas con los dedos en su pancita, provocando que Teddy riera y me contagiara con su risa, para posteriormente soltar un largo y prolongado suspiro que me hiciera recuperarme un poco. – Pero cuéntanos… ¿Qué tal te fue en la Facultad? ¿Todo salió bien? – pregunté esta vez a manera más personal y mirándole con la esperanza de que todo hubiera salido bien en sus exámenes finales de la facultad. Era consciente de lo importante que era para Will su carrera y lo mucho que le apasionaba su carrera y si había algo que deseara más que cualquier otra cosa en el mundo, era poder estar ahí cuando se recibiera como Cardiólogo.


as: Isobel Aurelle Bessette Fountaine
[ Está con Teddy y William Burke ;; En la Finca de los Bessette ;; 23 de marzo de 2014 ]

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Dom Jul 08, 2012 1:03 am


Helena Burke
as: Hélène Angelique Burke Bessette
● 17 años # Junior # The Geeks # Club de Drama » Periódico Escolar
[ Está con Teddy y William Burke ;; En la Finca de los Bessette ]

● 19 años ; Universitaria ; Estudiante de Teatro y Artes Escénicas ; Reside en París, Francia ●
Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que, la vida está llena de lecciones que debemos aprender. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser. Que es más fácil reaccionar que pensar. Que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos que podemos hacer. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor. Que todos somos responsables de nuestros actos. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí. Que no importa si el corazón está herido, el mundo sigue girando y aún cuando te sientas tentado volver la mirada hacia atrás con la duda de lo que pudo ser y no será… debes recordarte seguir adelante con tu vida, no solo por tu bienestar… si no por el bien de las personas que están a tu alrededor y que forman parte de tú vida a las que, sin proponértelo terminas arrastrando contigo al pozo en el que te has sumergido.

Ahora que la guerra había terminado… la paz y la tranquilidad poco a poco fue volviendo a la vida de las personas que se vieron afectadas. Vivir con miedo no era la solución, pero al tratarse de algo tan serio como una guerra sientes como si… de la noche a la mañana tus peores temores se hicieran realidad, es en ese momento cuando el miedo se apodera de ti al pensar que algo pueda sucederle a las personas que más quieres en esta vida al ser visualmente testigo de la cantidad de personas que día con día fallecían. Aún en sueños no podía evitar despertarme todas las noches en plena madrugada con el corazón desbocado a causa de las pesadillas que me impedían conciliar el sueño. Frecuentemente me mantenía en comunicación con Yukki y con Georg para no perder contacto con ninguno de los dos. Sabía perfectamente que Georg había estado bajo demasiada presión en los últimos meses… y aunque en una ocasión le propuse a Yukki que viniera a vivirse por un tiempo a París junto con su familia, debido a las amenazas que habían recibido las familias reales… pero si de algo estaba segura es que, sin importar lo que pasara Yukki se quedaría a lado de Georg. Por suerte, la pesadilla había cesado y el tema de la guerra se había convertido en un mal recuerdo.

La relación fracturada y las desavenencias que alguna vez existieron entre Paris y yo habían quedado atrás. Después de mucho tiempo logré entender y comprender los motivos de mi hermana por haber actuado de la forma en que lo hizo y aunque… me había negado a escucharla en un principio, entendí que tanto mi hermana como yo habíamos actuado de la forma incorrecta. En especial yo… por haberle dado la espalda a Paris cuando más me necesitaba. Sin querer en ese lapso me volví una persona egoísta con mi propia hermana al negarme a escuchar sus razones y al no dirigirle la palabra. Tanto Paris como yo pasábamos por un momento difícil… y aunque me negaba a reconocerlo abiertamente necesitaba a mi hermana más que nunca. Había días en los que me miraba al espejo y no era capaz de distinguir mi propio reflejo. La decepción y el dolor son capaces de transformar radicalmente tu vida logrando que te conviertas en una persona muy diferente a la que alguna vez creíste conocer. La herida del corazón era demasiado profunda como para sanar… y lo peor de todo es que, aún cuando el tiempo te ayude a sanar y cicatrizar las heridas que tienes en el corazón… siempre estarán ahí. Llegué a creer que encerrarme en mi propio dolor era la única salida que tenía, pero me equivoqué... y esa fue una lección que aprendí a la mala. Amar a una persona que no puedes tener puede convertirse en una carga demasiado pesada.

Pero ya todo había quedado atrás… los malos momentos ahora eran parte del pasado. Una vez que logras salir de aquel pozo tan profundo que parecía no tener fin y del que mientras más luchas al intentar salir más te hundes como si se trataran de arenas movedizas. Logras entender que tu mayor motivación en esta vida es tu familia y tus amigos, lo único que tienes que hacer es volver la mirada hacia un lado y percatarte de que, siempre han estado ahí a tu lado… dispuestos a ayudarte cuando más lo necesitas. Por alguna extra razón, tenía la sensación de salir a la superficie tras un largo periodo de letargo. Con ayuda había logrado salir adelante y retomado uno de mis más grandes sueños en la vida: dedicarme al teatro y al ballet. Aferrarme a la más grande ilusión que he tenido desde que era niña… me llenaba de alegría y de ganas de vivir mi propia vida. Luego de haber tomado la decisión de dejar Julliard para volver a Konstanz una vez más… la directora me dejó en claro que las puertas de la escuela siempre estarían abiertas si mi deseo era volver algún día. En Julliard había conocido a personas maravillosas que, sin importar la decisión que tomara me recibirían con los brazos abiertos, algo que nunca sabré como agradecerles. Por un instante, me planteé la posibilidad de regresar a Nueva York, pero en esta ocasión… decidí que lo mejor era quedarme en París con mis padres. Necesitaba retomar el hilo de mi vida para poder continuar, pero por sobre todo necesitaba encontrarme a mí misma… es por esa razón que al final opté por matricularme en la Universidad de Bellas Artes de París. Dentro de un estudio de ballet y arriba de un escenario podía ser yo misma y… eso me hacía inmensamente feliz, por que de alguna manera me ayudaba a liberar mis emociones y a desprenderme de la tristeza que sentía de no poder estar a lado de la persona que amaba. Con el tiempo… había dejado de ser la chica insegura y poco a poco había logrado volver a ser la persona que alguna vez fui… pero aún cuando tenía una nueva alegría, sentía que algo me faltaba… aquel vacío que jamás podría volver a llenar. Luego de aquella última conversación con Will en el barco, una parte de mí se había ido con él: mi corazón. Y aún cuando nunca le preguntaba a Georg directamente por Will... él me aseguraba que estaba bien. Por que aunque no pudiéramos estar juntos, no había un solo día en el que no pensara en él…

Desde entonces, el mundo de color en el que vivía se tornó gris. Rara era la ocasión en que los colores se vislumbraban en mi mundo… por que a diferencia de antes, los colores que ahora persistían eran tristes y opacos y por extraño que parezca… ya no podía distinguirlos. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió… algo que nunca creí que sucedería y que solo en sueños pasaba. Como de costumbre, todas las tardes solía atravesar la plaza de la Concordia para cortar camino e ir a casa, cuando de pronto lo vi y… fue como si el tiempo se detuviera, como si nada existiera a mí alrededor, solo él. Por un instante creí que se trataba una ilusión… una hermosa ilusión de la que deseaba no salir en un buen tiempo. Nada habría logrado que apartara la mirada de esos ojos que me eran imposibles olvidar. Pienso que, si en ese momento un automóvil me hubiera atropellado… habría partido feliz por haber tenido la oportunidad de volver a verlo una vez más. La forma en que mi corazón volvió a latir ese día… de alguna manera me hizo sentir viva otra vez, logrando que volvieran los colores a mi mundo.

Desde aquel día en la plaza, Will y yo habíamos retomado nuestra amistad. Volver a verlo después de tanto tiempo, aquella parte de mí que se había ido con él... regresó. El vacío que tenía en el pecho había desaparecido y en su lugar me sentía acobijada, pero más que nada… reconfortada por la calidez que me inundaba el volver a estar a su lado. La llegada de Will y de una personita muy especial trajo una alegría inesperada a mí vida, una hermosa ilusión que me era imposible expresar con palabras. Teddy era como un rayito de luz y esperanza vislumbrándose en el horizonte cada mañana a la espera de un nuevo día. Conocer a Teddy… era lo más maravilloso que podría haberme sucedido hasta ahora. Saber que Teddy era lo más importante en la vida de su papá, me llenaba de orgullo… por que bastaba ver la manera en Will que se desvivía por su pequeño. Por que si de algo era consciente era de los grandes sacrificios que hacía Will para sacar adelante a Teddy. El solo hecho de verlo... me inspiraba, por que jamás tuve duda en que mi Will se convertiría en una persona y en un padre tan maravilloso como lo es ahora. El tiempo que pasábamos en su apartamento, eran momentos que quedarían grabados eternamente en mi memoria. Había días en los que Will volvía tarde de la Facultad de Medicina y cuando supe que no tenía con quien dejar a Teddy, me ofrecí a ayudarlo, aún cuando Will me repitiera una y otra vez que no debía molestarme… le había dejado en claro una noche que si lo ayudaba era solamente por Teddy. Desde el momento en que sostuve por primera vez a Teddy entre mis brazos, se ganó un lugar muy especial en mi corazón y día con día, me sentía afortunada de poder ser testigo de verlo crecer. No comprendo como fue que sucedió… pero lo cierto es que, Teddy había despertado en mí un sentimiento maternal que nunca antes había experimentado. Era un sentimiento muy diferente al que puedes sentir por una persona, por que en el caso de Teddy… sentía la enorme necesidad de cuidarlo, de protegerlo, de procurarlo, de asegurarme de que nada le hiciera falta y de darle todo el cariño del mundo. Cuando era niña… mamá me dijo que todas las mujeres nacíamos con ese instinto maternal y, Teddy con su ternura había despertado en mí aquel sentimiento maternal. En una ocasión, cuando llevé a Teddy al parque, una señora de edad avanzada se acercó a nosotros mientras lo acunaba en mis brazos diciéndome que era una madre muy amorosa y que lograría que mi hijo se sintiera orgulloso de mí. Las palabras de aquella mujer me dejaron sin argumento por el resto del día… Pero sin duda la vez en que me quedé sin aliento fue cuando Teddy me llamó mamá en presencia de Will. El que llamara de esa forma y ver como su sus ojitos se iluminaban, hizo que el corazón me diera un vuelco por el hecho de que, siendo tan pequeño me viera como su… mamá. A pesar de que ese día fue uno de los más felices de toda mi vida… también fue uno de los más tristes que he tenido… por que sin importar todo el cariño y el amor que pudiera darle a Teddy, nunca podría llegar a ocupar el lugar de su madre, aún cuando ella no estuviera con él. El lugar de una madre es irremplazable en la vida de una persona y yo… no me sentía capaz de ocupar el lugar que por derecho le pertenecía a Marileene.

El tiempo transcurrió y no había día en el que no me comunicara con Paris y con Yukki. Es así como siete meses antes recibí una noticia que me dejó perpleja no solo a mí, si no a toda la familia en general. Cuando nos enteramos que Paris dentro de nueve meses se convertiría en madre… nadie podía creerlo. La noticia fue un hecho inesperado que nos tomó por sorpresa a todos, pero que a la vez nos llenó de una inmensa alegría. Un bebé era un motivo de alegría y el saber que mi hermana se convertiría en madre por primera vez en su vida me llenaba de una inmensa ilusión. “Seré tía… ¡¡seré tía!!” Esas eran las palabras que rondaban en mi mente y que me tenían tan aturdida por la alegría que me provocaban. Fue así como nueve meses después, Paris dio a luz a una hermosa niña a la que Pablo y mi hermana llamaron Mariana. Realmente no tenía palabras para expresar lo contenta e ilusionada que estaba con la llegada de mi sobrina, pero lo que más alegría me daba era saber que Paris finalmente había logrado ser feliz con Pablo, que siempre sería el amor de su vida. En cuanto a mis estudios, me sentía plena y realizada. Cuando me comunicaron que había conseguido el papel de Christine Dáae en la nueva puesta en escena de “El Fantasma de la Ópera”, verdaderamente me era imposible de creerlo, pero no podía negar que me sentía de lo más feliz y agradecida con la oportunidad que me habían brindado. Habían transcurrido cuatro semanas desde el estreno… y debo confesar que, al ver a Will sentado entre el público… supe que él siempre sería mi mayor motivación para dar lo mejor de mí. El día de hoy, 23 de marzo, aprovechando que daban inicio las vacaciones de semana santa, se me había ocurrido llevar a Teddy a la hacienda de mi familia para que conociera el campo. Tenía la plena seguridad de que el aire del campo le haría mucho bien... además, el viaje en carretera era una experiencia única por los hermosos paisajes que te brindaba la naturaleza. Cuando hablé con mis padres de los planes que tenía en mente, no negaron en concederme el permiso de pasar unos días. El cambio en mí era bastante notorio que no podían creer lo feliz y radiante que me veía. Incluso papá se había visto tentado en cancelar los compromisos de trabajo que tenía ese día para acompañarnos a Teddy y a mí a la hacienda. Conocía a mi padre, y sabía que en el fondo seguía sin sentir simpatía por Will, es por esa razón que me atrevía a afirmar que le tranquilizaba el hecho de saber que lo único que nos unía era un lazo de amistad. A penas pusimos un pie en la hacienda… Teddy mostró una notable curiosidad por todo lo que le rodeaba; para él… la hacienda era un nuevo mundo por descubrir y no era de extrañarse que mostrara curiosidad por todo lo que había a su alrededor. Una vez que mi nana me ayudó a preparar la comida y a colocar lo necesario para un día campo… llevé a Teddy a los corrales que había al aire libre para que conociera a los caballos y a los ponis que cabalgaban libremente. La reacción inicial de Teddy al ver a los caballos fue de asombro, pero al dedicarle una mirada indicándole que no había nada que temer sus ojitos se relajaron. Aprovechando que era hora de alimentar a los cabellos y a los ponis, le di a Teddy una zanahoria para que se la diera a uno de los ponis, sosteniendo su manita entre la mía para que tuviera confianza en si mismo. Tanto Teddy como yo no pudimos evitar reír largamente a la vez… cuando de pronto una voz que no dudamos en reconocer, hizo que volviéramos la cabeza al unísono. Teddy al ver a su papá caminando hacia nosotros con el semblante aparentemente serio… no puedo evitar sonreír. Miré un momento a Teddy, a quien sostenía entre mis brazos y luego me dediqué a observar la forma en que tomaba entre sus brazos a Teddy y sonreía a modo de saludo. Bastaba ver el amor que Will le tenía a Teddy para darse cuenta de que era capaz de darlo todo por su pequeño. Y lo cierto es que, día con día, no podía sentirme más orgullosa de ver en la persona en que se había convertido. Tras dedicarle una breve mirada a Will a manera de saludo, mis labios se curvaron aún más al recibir el beso que me daba en la mejilla. Siempre que Will me besaba en la mejilla… no podía evitar sentir dentro de mí aquella sensación de calidez en mi interior. Negué suavemente manteniendo la sonrisa en mi rostro al escuchar sus palabras. – Lo que sucede es que acabamos de hacer un notable descubrimiento – planteé, mientras acariciaba la manita de Teddy con el pulgar. – Ambos acabamos de descubrir que somos muy cosquilludos ¿no es así, Teddy? – dije con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que le hacía cosquillas con los dedos en su pancita, provocando que Teddy riera y me contagiara con su risa, para posteriormente soltar un largo y prolongado suspiro que me hiciera recuperarme un poco. – Pero cuéntanos… ¿Qué tal te fue en la Facultad? ¿Todo salió bien? – pregunté esta vez a manera más personal y mirándole con la esperanza de que todo hubiera salido bien en sus exámenes finales de la facultad. Era consciente de lo importante que era para Will su carrera y lo mucho que le apasionaba su carrera y si había algo que deseara más que cualquier otra cosa en el mundo, era poder estar ahí cuando se recibiera como Cardiólogo.

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  ιzzy нale Dom Jul 08, 2012 1:46 am


Helena Burke
as: Hélène Angelique Burke Bessette
● 17 años # Junior # The Geeks # Club de Drama » Periódico Escolar
[ Está con Teddy y William Burke ;; En la Finca de los Bessette ]

Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que, la vida está llena de lecciones que debemos aprender. Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseo ser. Que es más fácil reaccionar que pensar. Que podemos hacer muchas más cosas de las que creemos que podemos hacer. Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es como interpretamos nuestras circunstancias. Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente. Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor. Que todos somos responsables de nuestros actos. Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles. Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido. Que hay dos días de cada semana por los que no debemos preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora. Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí. Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida. Que si no controlo mi actitud, ésta me controlará a mí. Que no importa si el corazón está herido, el mundo sigue girando y aún cuando te sientas tentado volver la mirada hacia atrás con la duda de lo que pudo ser y no será… debes recordarte seguir adelante con tu vida, no solo por tu bienestar… si no por el bien de las personas que están a tu alrededor y que forman parte de tú vida a las que, sin proponértelo terminas arrastrando contigo al pozo en el que te has sumergido.

Ahora que la guerra había terminado… la paz y la tranquilidad poco a poco fue volviendo a la vida de las personas que se vieron afectadas. Vivir con miedo no era la solución, pero al tratarse de algo tan serio como una guerra sientes como si… de la noche a la mañana tus peores temores se hicieran realidad, es en ese momento cuando el miedo se apodera de ti al pensar que algo pueda sucederle a las personas que más quieres en esta vida al ser visualmente testigo de la cantidad de personas que día con día fallecían. Aún en sueños no podía evitar despertarme todas las noches en plena madrugada con el corazón desbocado a causa de las pesadillas que me impedían conciliar el sueño. Frecuentemente me mantenía en comunicación con Yukki y con Georg para no perder contacto con ninguno de los dos. Sabía perfectamente que Georg había estado bajo demasiada presión en los últimos meses… y aunque en una ocasión le propuse a Yukki que viniera a vivirse por un tiempo a París junto con su familia, debido a las amenazas que habían recibido las familias reales… pero si de algo estaba segura es que, sin importar lo que pasara Yukki se quedaría a lado de Georg. Por suerte, la pesadilla había cesado y el tema de la guerra se había convertido en un mal recuerdo.

La relación fracturada y las desavenencias que alguna vez existieron entre Paris y yo habían quedado atrás. Después de mucho tiempo logré entender y comprender los motivos de mi hermana por haber actuado de la forma en que lo hizo y aunque… me había negado a escucharla en un principio, entendí que tanto mi hermana como yo habíamos actuado de la forma incorrecta. En especial yo… por haberle dado la espalda a Paris cuando más me necesitaba. Sin querer en ese lapso me volví una persona egoísta con mi propia hermana al negarme a escuchar sus razones y al no dirigirle la palabra. Tanto Paris como yo pasábamos por un momento difícil… y aunque me negaba a reconocerlo abiertamente necesitaba a mi hermana más que nunca. Había días en los que me miraba al espejo y no era capaz de distinguir mi propio reflejo. La decepción y el dolor son capaces de transformar radicalmente tu vida logrando que te conviertas en una persona muy diferente a la que alguna vez creíste conocer. La herida del corazón era demasiado profunda como para sanar… y lo peor de todo es que, aún cuando el tiempo te ayude a sanar y cicatrizar las heridas que tienes en el corazón… siempre estarán ahí. Llegué a creer que encerrarme en mi propio dolor era la única salida que tenía, pero me equivoqué... y esa fue una lección que aprendí a la mala. Amar a una persona que no puedes tener puede convertirse en una carga demasiado pesada.

Pero ya todo había quedado atrás… los malos momentos ahora eran parte del pasado. Una vez que logras salir de aquel pozo tan profundo que parecía no tener fin y del que mientras más luchas al intentar salir más te hundes como si se trataran de arenas movedizas. Logras entender que tu mayor motivación en esta vida es tu familia y tus amigos, lo único que tienes que hacer es volver la mirada hacia un lado y percatarte de que, siempre han estado ahí a tu lado… dispuestos a ayudarte cuando más lo necesitas. Por alguna extra razón, tenía la sensación de salir a la superficie tras un largo periodo de letargo. Con ayuda había logrado salir adelante y retomado uno de mis más grandes sueños en la vida: dedicarme al teatro y al ballet. Aferrarme a la más grande ilusión que he tenido desde que era niña… me llenaba de alegría y de ganas de vivir mi propia vida. Luego de haber tomado la decisión de dejar Julliard para volver a Konstanz una vez más… la directora me dejó en claro que las puertas de la escuela siempre estarían abiertas si mi deseo era volver algún día. En Julliard había conocido a personas maravillosas que, sin importar la decisión que tomara me recibirían con los brazos abiertos, algo que nunca sabré como agradecerles. Por un instante, me planteé la posibilidad de regresar a Nueva York, pero en esta ocasión… decidí que lo mejor era quedarme en París con mis padres. Necesitaba retomar el hilo de mi vida para poder continuar, pero por sobre todo necesitaba encontrarme a mí misma… es por esa razón que al final opté por matricularme en la Universidad de Bellas Artes de París. Dentro de un estudio de ballet y arriba de un escenario podía ser yo misma y… eso me hacía inmensamente feliz, por que de alguna manera me ayudaba a liberar mis emociones y a desprenderme de la tristeza que sentía de no poder estar a lado de la persona que amaba. Con el tiempo… había dejado de ser la chica insegura y poco a poco había logrado volver a ser la persona que alguna vez fui… pero aún cuando tenía una nueva alegría, sentía que algo me faltaba… aquel vacío que jamás podría volver a llenar. Luego de aquella última conversación con Will en el barco, una parte de mí se había ido con él: mi corazón. Y aún cuando nunca le preguntaba a Georg directamente por Will... él me aseguraba que estaba bien. Por que aunque no pudiéramos estar juntos, no había un solo día en el que no pensara en él…

Desde entonces, el mundo de color en el que vivía se tornó gris. Rara era la ocasión en que los colores se vislumbraban en mi mundo… por que a diferencia de antes, los colores que ahora persistían eran tristes y opacos y por extraño que parezca… ya no podía distinguirlos. Sin embargo, un día algo inesperado ocurrió… algo que nunca creí que sucedería y que solo en sueños pasaba. Como de costumbre, todas las tardes solía atravesar la plaza de la Concordia para cortar camino e ir a casa, cuando de pronto lo vi y… fue como si el tiempo se detuviera, como si nada existiera a mí alrededor, solo él. Por un instante creí que se trataba una ilusión… una hermosa ilusión de la que deseaba no salir en un buen tiempo. Nada habría logrado que apartara la mirada de esos ojos que me eran imposibles olvidar. Pienso que, si en ese momento un automóvil me hubiera atropellado… habría partido feliz por haber tenido la oportunidad de volver a verlo una vez más. La forma en que mi corazón volvió a latir ese día… de alguna manera me hizo sentir viva otra vez, logrando que volvieran los colores a mi mundo.

Desde aquel día en la plaza, Will y yo habíamos retomado nuestra amistad. Volver a verlo después de tanto tiempo, aquella parte de mí que se había ido con él... regresó. El vacío que tenía en el pecho había desaparecido y en su lugar me sentía acobijada, pero más que nada… reconfortada por la calidez que me inundaba el volver a estar a su lado. La llegada de Will y de una personita muy especial trajo una alegría inesperada a mí vida, una hermosa ilusión que me era imposible expresar con palabras. Teddy era como un rayito de luz y esperanza vislumbrándose en el horizonte cada mañana a la espera de un nuevo día. Conocer a Teddy… era lo más maravilloso que podría haberme sucedido hasta ahora. Saber que Teddy era lo más importante en la vida de su papá, me llenaba de orgullo… por que bastaba ver la manera en Will que se desvivía por su pequeño. Por que si de algo era consciente era de los grandes sacrificios que hacía Will para sacar adelante a Teddy. El solo hecho de verlo... me inspiraba, por que jamás tuve duda en que mi Will se convertiría en una persona y en un padre tan maravilloso como lo es ahora. El tiempo que pasábamos en su apartamento, eran momentos que quedarían grabados eternamente en mi memoria. Había días en los que Will volvía tarde de la Facultad de Medicina y cuando supe que no tenía con quien dejar a Teddy, me ofrecí a ayudarlo, aún cuando Will me repitiera una y otra vez que no debía molestarme… le había dejado en claro una noche que si lo ayudaba era solamente por Teddy. Desde el momento en que sostuve por primera vez a Teddy entre mis brazos, se ganó un lugar muy especial en mi corazón y día con día, me sentía afortunada de poder ser testigo de verlo crecer. No comprendo como fue que sucedió… pero lo cierto es que, Teddy había despertado en mí un sentimiento maternal que nunca antes había experimentado. Era un sentimiento muy diferente al que puedes sentir por una persona, por que en el caso de Teddy… sentía la enorme necesidad de cuidarlo, de protegerlo, de procurarlo, de asegurarme de que nada le hiciera falta y de darle todo el cariño del mundo. Cuando era niña… mamá me dijo que todas las mujeres nacíamos con ese instinto maternal y, Teddy con su ternura había despertado en mí aquel sentimiento maternal. En una ocasión, cuando llevé a Teddy al parque, una señora de edad avanzada se acercó a nosotros mientras lo acunaba en mis brazos diciéndome que era una madre muy amorosa y que lograría que mi hijo se sintiera orgulloso de mí. Las palabras de aquella mujer me dejaron sin argumento por el resto del día… Pero sin duda la vez en que me quedé sin aliento fue cuando Teddy me llamó mamá en presencia de Will. El que llamara de esa forma y ver como su sus ojitos se iluminaban, hizo que el corazón me diera un vuelco por el hecho de que, siendo tan pequeño me viera como su… mamá. A pesar de que ese día fue uno de los más felices de toda mi vida… también fue uno de los más tristes que he tenido… por que sin importar todo el cariño y el amor que pudiera darle a Teddy, nunca podría llegar a ocupar el lugar de su madre, aún cuando ella no estuviera con él. El lugar de una madre es irremplazable en la vida de una persona y yo… no me sentía capaz de ocupar el lugar que por derecho le pertenecía a Marileene.

El tiempo transcurrió y no había día en el que no me comunicara con Paris y con Yukki. Es así como siete meses antes recibí una noticia que me dejó perpleja no solo a mí, si no a toda la familia en general. Cuando nos enteramos que Paris dentro de nueve meses se convertiría en madre… nadie podía creerlo. La noticia fue un hecho inesperado que nos tomó por sorpresa a todos, pero que a la vez nos llenó de una inmensa alegría. Un bebé era un motivo de alegría y el saber que mi hermana se convertiría en madre por primera vez en su vida me llenaba de una inmensa ilusión. “Seré tía… ¡¡seré tía!!” Esas eran las palabras que rondaban en mi mente y que me tenían tan aturdida por la alegría que me provocaban. Fue así como nueve meses después, Paris dio a luz a una hermosa niña a la que Pablo y mi hermana llamaron Mariana. Realmente no tenía palabras para expresar lo contenta e ilusionada que estaba con la llegada de mi sobrina, pero lo que más alegría me daba era saber que Paris finalmente había logrado ser feliz con Pablo, que siempre sería el amor de su vida. En cuanto a mis estudios, me sentía plena y realizada. Cuando me comunicaron que había conseguido el papel de Christine Dáae en la nueva puesta en escena de “El Fantasma de la Ópera”, verdaderamente me era imposible de creerlo, pero no podía negar que me sentía de lo más feliz y agradecida con la oportunidad que me habían brindado. Habían transcurrido cuatro semanas desde el estreno… y debo confesar que, al ver a Will sentado entre el público… supe que él siempre sería mi mayor motivación para dar lo mejor de mí. El día de hoy, 23 de marzo, aprovechando que daban inicio las vacaciones de semana santa, se me había ocurrido llevar a Teddy a la hacienda de mi familia para que conociera el campo. Tenía la plena seguridad de que el aire del campo le haría mucho bien... además, el viaje en carretera era una experiencia única por los hermosos paisajes que te brindaba la naturaleza. Cuando hablé con mis padres de los planes que tenía en mente, no negaron en concederme el permiso de pasar unos días. El cambio en mí era bastante notorio que no podían creer lo feliz y radiante que me veía. Incluso papá se había visto tentado en cancelar los compromisos de trabajo que tenía ese día para acompañarnos a Teddy y a mí a la hacienda. Conocía a mi padre, y sabía que en el fondo seguía sin sentir simpatía por Will, es por esa razón que me atrevía a afirmar que le tranquilizaba el hecho de saber que lo único que nos unía era un lazo de amistad. A penas pusimos un pie en la hacienda… Teddy mostró una notable curiosidad por todo lo que le rodeaba; para él… la hacienda era un nuevo mundo por descubrir y no era de extrañarse que mostrara curiosidad por todo lo que había a su alrededor. Una vez que mi nana me ayudó a preparar la comida y a colocar lo necesario para un día campo… llevé a Teddy a los corrales que había al aire libre para que conociera a los caballos y a los ponis que cabalgaban libremente. La reacción inicial de Teddy al ver a los caballos fue de asombro, pero al dedicarle una mirada indicándole que no había nada que temer sus ojitos se relajaron. Aprovechando que era hora de alimentar a los cabellos y a los ponis, le di a Teddy una zanahoria para que se la diera a uno de los ponis, sosteniendo su manita entre la mía para que tuviera confianza en si mismo. Tanto Teddy como yo no pudimos evitar reír largamente a la vez… cuando de pronto una voz que no dudamos en reconocer, hizo que volviéramos la cabeza al unísono. Teddy al ver a su papá caminando hacia nosotros con el semblante aparentemente serio… no puedo evitar sonreír. Miré un momento a Teddy, a quien sostenía entre mis brazos y luego me dediqué a observar la forma en que tomaba entre sus brazos a Teddy y sonreía a modo de saludo. Bastaba ver el amor que Will le tenía a Teddy para darse cuenta de que era capaz de darlo todo por su pequeño. Y lo cierto es que, día con día, no podía sentirme más orgullosa de ver en la persona en que se había convertido. Tras dedicarle una breve mirada a Will a manera de saludo, mis labios se curvaron aún más al recibir el beso que me daba en la mejilla. Siempre que Will me besaba en la mejilla… no podía evitar sentir dentro de mí aquella sensación de calidez en mi interior. Negué suavemente manteniendo la sonrisa en mi rostro al escuchar sus palabras. – Lo que sucede es que acabamos de hacer un notable descubrimiento – planteé, mientras acariciaba la manita de Teddy con el pulgar. – Ambos acabamos de descubrir que somos muy cosquilludos ¿no es así, Teddy? – dije con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que le hacía cosquillas con los dedos en su pancita, provocando que Teddy riera y me contagiara con su risa, para posteriormente soltar un largo y prolongado suspiro que me hiciera recuperarme un poco. – Pero cuéntanos… ¿Qué tal te fue en la Facultad? ¿Todo salió bien? – pregunté esta vez a manera más personal y mirándole con la esperanza de que todo hubiera salido bien en sus exámenes finales de la facultad. Era consciente de lo importante que era para Will su carrera y lo mucho que le apasionaba su carrera y si había algo que deseara más que cualquier otra cosa en el mundo, era poder estar ahí cuando se recibiera como Cardiólogo.

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster Empty Re: 2014, Marzo 23 {#} Life is like roller roller coaster

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.