[ # ] Valeria y Aaron
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[ # ] Valeria y Aaron
ιzzy нale Lun Jul 09, 2012 3:07 am
Valeria Banister
Valeria Nevaeh Banister Jones
17 años :: Junior :: Misfits :: Consejo estudiantes & Arte
17 años :: Junior :: Misfits :: Consejo estudiantes & Arte
está con Aaron Riggins en habitación Aaron
No estaba en absoluto disgustada porque mi madre y mi padre hubieran venido para la reunión. Me alegraba de verlos. Lo que no me gustaba era situación incomoda que se producía cuando mi madre, mi padre y Sebastian estaban en la misma habitación. Aun con el paso de los años se notaba cierta tensión. Aunque sonara raro para mi Sebastian era importante. Había vivido con el varios años y siempre me habia tratado como una hija. A veces me iba a pasar una semana con él. Mis padres no lo entendían, pero a mi me hacia feliz y si yo estaba feliz ellos lo estaban. O eso al menos decían siempre. El fin de semana había pasado y mis padres se marcharon. No sin decirme que tuviera cuidado, que evitara salir sola de noche (algo que no conseguirían) y que si me sucedía algo no dudara en llamar. Asentí a todo lo que decían. Ellos eran feliz así, yo también y así todos felices.
Como estaba lloviendo y no se podía hacer nada a fuera, me dediqué hacer el vago. Algo que francamente se me daba a las mil maravillas. Me tumbé en la cama con una provisión comida, decir que nada saludable, y unos cuantos capítulos de series para ponerme al día. Tenía que confesar que era una adicta a las series. En alguna ocasión me había hecho un calendario para no perderme. Empece viendo uno de los capítulos de Private Practice que tenía, pero a los pocos minutos, me acabé dormida. Cuando abrí los ojos y miré la hora, vi que me había quedado durmiendo demasiado. Que poca consideración tenían mis compañeras de habitación. Esta noche sin duda no podría dormir. Tenía un mensaje de mi madre diciendo que estaban bien. Tambien me recordaba que había dejado algo en mi habitacion para mi y para Aidan. Coraline y sus sorpresas. Abrí mi regalo y vi era el vestido que me había gustado, pero que no pude comprarme antes de venir.
Con el tiempo que hacia, lo sensato era quedarse en la habitacion. Sin embargo, yo era todo un aventurera y me gustaba el riesgo. Tome mi chubasquero, el paraguas era como no llevar nada. Me encamine felizmente hacia la fraternidad donde vivia mi hermano, la Omega Chi. Podría haber esperado, pero quería saber si le había dicho algo a mi madre sobre mi. Mi madre me habia dicho algunas cosas que no venian mucho a cuento. Si me confesaba que le había dicho algo que se preparada, porque me pensaba vengar. Para cuando quise llegar a la fraternidad de mi hermano ya estaba empapada, además de que la luz se había ido. Bien lo que me faltaba. No luz + torpeza = caida de Valeria Banister. Haría todo lo posible por mantener el equilibrio. La puerta estaba abierta. Subí directamente a su habitación y sin llamar ni nada abri la puerta gritando - Aidan Sebastian Val... mont- mi voz fue bajando de intensidad cuando me di cuenta que mi hermano no estaba alli. Lo unico que se me ocurrio fue sonreir al chico que me estaba mirando como si fuese una loca...- o bien me he equivocado de habitacion...- sugerí. Aunque yo juraría que era esta. Valeria recuerda que tu hermano vive con alguien mas me dijo una voz - o bien mi hermano no esta aquí...- obviamente tu hermano no esta aquí. ¿Dónde se habría metido? No quieras saberlo me respondio otra vez- Te importaría si me quedo aquí... ya he arriesgado una vez mi vida... y creo que aun tengo mucho que dar...- bromee para quitarle hierro al asunto. El chico me sonaba de haber hablado antes con él, pero no lo sabía muy bien.
Como estaba lloviendo y no se podía hacer nada a fuera, me dediqué hacer el vago. Algo que francamente se me daba a las mil maravillas. Me tumbé en la cama con una provisión comida, decir que nada saludable, y unos cuantos capítulos de series para ponerme al día. Tenía que confesar que era una adicta a las series. En alguna ocasión me había hecho un calendario para no perderme. Empece viendo uno de los capítulos de Private Practice que tenía, pero a los pocos minutos, me acabé dormida. Cuando abrí los ojos y miré la hora, vi que me había quedado durmiendo demasiado. Que poca consideración tenían mis compañeras de habitación. Esta noche sin duda no podría dormir. Tenía un mensaje de mi madre diciendo que estaban bien. Tambien me recordaba que había dejado algo en mi habitacion para mi y para Aidan. Coraline y sus sorpresas. Abrí mi regalo y vi era el vestido que me había gustado, pero que no pude comprarme antes de venir.
Con el tiempo que hacia, lo sensato era quedarse en la habitacion. Sin embargo, yo era todo un aventurera y me gustaba el riesgo. Tome mi chubasquero, el paraguas era como no llevar nada. Me encamine felizmente hacia la fraternidad donde vivia mi hermano, la Omega Chi. Podría haber esperado, pero quería saber si le había dicho algo a mi madre sobre mi. Mi madre me habia dicho algunas cosas que no venian mucho a cuento. Si me confesaba que le había dicho algo que se preparada, porque me pensaba vengar. Para cuando quise llegar a la fraternidad de mi hermano ya estaba empapada, además de que la luz se había ido. Bien lo que me faltaba. No luz + torpeza = caida de Valeria Banister. Haría todo lo posible por mantener el equilibrio. La puerta estaba abierta. Subí directamente a su habitación y sin llamar ni nada abri la puerta gritando - Aidan Sebastian Val... mont- mi voz fue bajando de intensidad cuando me di cuenta que mi hermano no estaba alli. Lo unico que se me ocurrio fue sonreir al chico que me estaba mirando como si fuese una loca...- o bien me he equivocado de habitacion...- sugerí. Aunque yo juraría que era esta. Valeria recuerda que tu hermano vive con alguien mas me dijo una voz - o bien mi hermano no esta aquí...- obviamente tu hermano no esta aquí. ¿Dónde se habría metido? No quieras saberlo me respondio otra vez- Te importaría si me quedo aquí... ya he arriesgado una vez mi vida... y creo que aun tengo mucho que dar...- bromee para quitarle hierro al asunto. El chico me sonaba de haber hablado antes con él, pero no lo sabía muy bien.
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Re: [ # ] Valeria y Aaron
ιzzy нale Lun Jul 09, 2012 4:06 am
Aaron Riggins
as: Aaron Sebastián Riggins LuzzattoValmont
● 22 años # Omega Chi Delta # The Newbies # Facultad de Ciencias de la Tierra # Cuarto año de Biología Marina # Fútbol » Club Glee
[ Está con Valeria Banister ;; Habitación - Fraternidad ]
as: Aaron Sebastián Riggins Luzzatto
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Nadie me quitaba de la cabeza la idea de que mi madre estaba ocultándome algo. Si hay que, mi madre nunca ha sabido ocultar son sus nervios, lo cuales tarde o temprano siempre terminaban delatándola. Por suerte, entre mi padre y yo habíamos logrado tranquilizarla para que no cometiera ninguna imprudencia. Había… algo en la mirada de mi madre aquel día, algo que al parecer mi padre solo era capaz de comprender y que yo desconocía. No sé… era como si de pronto, mi madre hubiese visto un fantasma o algo similar, lo más extraño fue que cuando le pregunté que le sucedía no fue capaz de responderme, únicamente se aferró a mi brazo y silenciosamente me pidió que me quedara a su lado. Mi padre decía que el haber vuelto a Konstanz, de una u otra manera había afectado a mi madre, debido a todo lo que vivieron mi padre y ella años atrás. Sabía bien lo mucho que había sufrido mi madre en este lugar, después de todos aquellos sucesos tan terribles que se vivieron en Konstanz en los últimos años, comprendía el por qué mi madre se preocupaba tanto por nosotros. De hecho, cuando le sugerí la idea de estudiar en la universidad de Konstanz, se mostró en desacuerdo… ya que a mi madre nunca le gustó la idea de que mis hermanos y yo estudiáramos fuera de Roma y menos en un lugar donde pasaron demasiadas cosas. A pesar de que mi madre un día llegó con folletos de otros institutos y universidades no logró disuadirnos de la idea de viajar a Konstanz. En el fondo, lo que más me llamaba la atención de este lugar era conocerlo, recorrerlo… no por todo lo que pasó, nada de eso, si por que lo que más quería era conocer el lugar en donde se conocieron mis padres y se enamoraron. He escuchado su historia miles de veces y, verdaderamente nunca me canso de escucharla. Casualmente mis padres comenzaron siendo grandes amigos, hasta que esa amistad dio paso a un sentimiento mucho más fuerte. Lo cierto es que, era admirable ver como con el paso de los años el cariño entre mis padres se fortalece sin alterarse.
Hubiera querido que mis padres se quedaran por más tiempo, pero tanto Mike, Ninna, Cassie y yo sabíamos que no podían dejar a nuestros hermanos solos por demasiado tiempo… de ser así acabarían poniendo patas arriba la casa de los abuelos. Pero en si, la razón por la que hubiera querido que mis padres esperaran un día más en Konstanz era por el clima. Desde que era niño siempre he sentido una gran inclinación por estudiar las formaciones de nubes y… la verdad es que el cielo auguraba mal tiempo. Han transcurrido varias horas desde que dejamos a mis padres en el aeropuerto y, ciertamente no podía dejar de pensar en las palabras de despedida de mi madre: “Aaron, hijo, solo… prométeme que cuidarás de ti y de tus hermanos, por favor, por que si algo les pasara yo…” En aquel momento las palabras de mi madre quedaron inconclusas, la conocía perfectamente como para entenderla sin la necesidad de recurrir a las palabras, por lo que no dudé en prometerle que cuidaría de mis hermanos y que no dejaría que nada les pasara. Sin embargo, tenía la impresión de que antes de partir, mi madre tenía la intención de decirme algo, pero algo impidió callárselo en el último momento, solo para abrazarme fuertemente. Fue entonces cuando llegó el turno de mi padre y de la misma manera que mi madre, me abrazo fuertemente, diciéndome que no podía más orgulloso de su hijo. Las palabras de mi padre me llenaban de orgullo y de gratitud... pues tanto él, como mi madre, mis hermanos, toda nuestra familia siempre sería lo más importante en mí vida. Si el vuelo no se retrasaba… esperaba que mis padres se pudieran en contacto en la madrugada para avisarme que habían llegado bien y sin problema. Debido al mal tiempo, el entrenamiento se había suspendido el día de hoy, por lo que no nos quedó más remedio que entrenar un rato en el gimnasio hasta eso de las 8:00 pm. Por fortuna, logré volver a tiempo a la fraternidad antes de que la tormenta provocara un corte circuito en toda la universidad y al parecer también en el instituto. Dejé el termo sobre la mesita de noche y me dispuse a buscar en el armario las linternas que había para casos de emergencias. Suponía que Aidan, mi compañero de habitación, volvería en cualquier momento, por lo que era mejor tenerlas a la mano por cualquier cosa. Mínimo habían transcurrido 10 minutos desde el apagón y al parecer tomaría tiempo en volver a reconectarla. Observaba tranquilamente por la ventana, con una taza de café en mano, cuando unos pasos apresurados, unos gritos y la puerta del dormitorio abriéndose y azotándose, me dejó desconcertado al ver que se trataba de una chica a la que difícilmente podía reconocer en la oscuridad. Entorné la mirada en un intento de enfocarla mejor, pero a juzgar por su voz… me resultaba extrañamente familiar de algún lado. – No, tranquila, está bien. No te has equivocado de cuarto. – dije en un intento de tranquilizarla, ya que realmente parecía asustada por el apagón. Aún así, no pude evitar reír y sonreír con ligera extrañeza cuando se dio cuenta de que Aidan, evidentemente no estaba en la habitación. – Para nada, puedes quedarte todo el tiempo que desees – concedí amablemente, con una sonrisa, aunque con esta oscuridad, seguramente no se distinguiría. – Si ya has arriesgado tu vida viniendo hasta aquí, no quisiera que tu viaje resultara en vano, aventurera – le dije casualmente en un intento de bromear y por suavizar la situación. – Así que… ¿eres hermana de Aidan? – pregunté amablemente, tratando de hacerle conversación para que no se aburriera en lo que esperaba a su hermano. No es que Aidan y yo fuéramos amigos, pero teníamos una buena relación como compañeros de cuarto. – De casualidad no eres… ¿Valeria? – me aventuré a volver a preguntar, antes de que me respondiera. Recuerdo que Aidan la ha mencionado varias veces. La primera vez que Aidan y yo nos conocimos hablamos un poco sobre nuestras familias y recuerdo que mencionó a una chica llamada Valeria, aunque no estaba muy seguro a decir verdad, esperaba no estar equivocado.
Hubiera querido que mis padres se quedaran por más tiempo, pero tanto Mike, Ninna, Cassie y yo sabíamos que no podían dejar a nuestros hermanos solos por demasiado tiempo… de ser así acabarían poniendo patas arriba la casa de los abuelos. Pero en si, la razón por la que hubiera querido que mis padres esperaran un día más en Konstanz era por el clima. Desde que era niño siempre he sentido una gran inclinación por estudiar las formaciones de nubes y… la verdad es que el cielo auguraba mal tiempo. Han transcurrido varias horas desde que dejamos a mis padres en el aeropuerto y, ciertamente no podía dejar de pensar en las palabras de despedida de mi madre: “Aaron, hijo, solo… prométeme que cuidarás de ti y de tus hermanos, por favor, por que si algo les pasara yo…” En aquel momento las palabras de mi madre quedaron inconclusas, la conocía perfectamente como para entenderla sin la necesidad de recurrir a las palabras, por lo que no dudé en prometerle que cuidaría de mis hermanos y que no dejaría que nada les pasara. Sin embargo, tenía la impresión de que antes de partir, mi madre tenía la intención de decirme algo, pero algo impidió callárselo en el último momento, solo para abrazarme fuertemente. Fue entonces cuando llegó el turno de mi padre y de la misma manera que mi madre, me abrazo fuertemente, diciéndome que no podía más orgulloso de su hijo. Las palabras de mi padre me llenaban de orgullo y de gratitud... pues tanto él, como mi madre, mis hermanos, toda nuestra familia siempre sería lo más importante en mí vida. Si el vuelo no se retrasaba… esperaba que mis padres se pudieran en contacto en la madrugada para avisarme que habían llegado bien y sin problema. Debido al mal tiempo, el entrenamiento se había suspendido el día de hoy, por lo que no nos quedó más remedio que entrenar un rato en el gimnasio hasta eso de las 8:00 pm. Por fortuna, logré volver a tiempo a la fraternidad antes de que la tormenta provocara un corte circuito en toda la universidad y al parecer también en el instituto. Dejé el termo sobre la mesita de noche y me dispuse a buscar en el armario las linternas que había para casos de emergencias. Suponía que Aidan, mi compañero de habitación, volvería en cualquier momento, por lo que era mejor tenerlas a la mano por cualquier cosa. Mínimo habían transcurrido 10 minutos desde el apagón y al parecer tomaría tiempo en volver a reconectarla. Observaba tranquilamente por la ventana, con una taza de café en mano, cuando unos pasos apresurados, unos gritos y la puerta del dormitorio abriéndose y azotándose, me dejó desconcertado al ver que se trataba de una chica a la que difícilmente podía reconocer en la oscuridad. Entorné la mirada en un intento de enfocarla mejor, pero a juzgar por su voz… me resultaba extrañamente familiar de algún lado. – No, tranquila, está bien. No te has equivocado de cuarto. – dije en un intento de tranquilizarla, ya que realmente parecía asustada por el apagón. Aún así, no pude evitar reír y sonreír con ligera extrañeza cuando se dio cuenta de que Aidan, evidentemente no estaba en la habitación. – Para nada, puedes quedarte todo el tiempo que desees – concedí amablemente, con una sonrisa, aunque con esta oscuridad, seguramente no se distinguiría. – Si ya has arriesgado tu vida viniendo hasta aquí, no quisiera que tu viaje resultara en vano, aventurera – le dije casualmente en un intento de bromear y por suavizar la situación. – Así que… ¿eres hermana de Aidan? – pregunté amablemente, tratando de hacerle conversación para que no se aburriera en lo que esperaba a su hermano. No es que Aidan y yo fuéramos amigos, pero teníamos una buena relación como compañeros de cuarto. – De casualidad no eres… ¿Valeria? – me aventuré a volver a preguntar, antes de que me respondiera. Recuerdo que Aidan la ha mencionado varias veces. La primera vez que Aidan y yo nos conocimos hablamos un poco sobre nuestras familias y recuerdo que mencionó a una chica llamada Valeria, aunque no estaba muy seguro a decir verdad, esperaba no estar equivocado.
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Re: [ # ] Valeria y Aaron
ιzzy нale Jue Jul 19, 2012 12:52 am
Valeria Banister
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está con Aaron Riggins en habitación Aaron
No estaba en absoluto disgustada porque mi madre y mi padre hubieran venido para la reunión. Me alegraba de verlos. Lo que no me gustaba era situación incomoda que se producía cuando mi madre, mi padre y Sebastian estaban en la misma habitación. Aun con el paso de los años se notaba cierta tensión. Aunque sonara raro para mi Sebastian era importante. Había vivido con el varios años y siempre me habia tratado como una hija. A veces me iba a pasar una semana con él. Mis padres no lo entendían, pero a mi me hacia feliz y si yo estaba feliz ellos lo estaban. O eso al menos decían siempre. El fin de semana había pasado y mis padres se marcharon. No sin decirme que tuviera cuidado, que evitara salir sola de noche (algo que no conseguirían) y que si me sucedía algo no dudara en llamar. Asentí a todo lo que decían. Ellos eran feliz así, yo también y así todos felices.
Como estaba lloviendo y no se podía hacer nada a fuera, me dediqué hacer el vago. Algo que francamente se me daba a las mil maravillas. Me tumbé en la cama con una provisión comida, decir que nada saludable, y unos cuantos capítulos de series para ponerme al día. Tenía que confesar que era una adicta a las series. En alguna ocasión me había hecho un calendario para no perderme. Empece viendo uno de los capítulos de Private Practice que tenía, pero a los pocos minutos, me acabé dormida. Cuando abrí los ojos y miré la hora, vi que me había quedado durmiendo demasiado. Que poca consideración tenían mis compañeras de habitación. Esta noche sin duda no podría dormir. Tenía un mensaje de mi madre diciendo que estaban bien. Tambien me recordaba que había dejado algo en mi habitacion para mi y para Aidan. Coraline y sus sorpresas. Abrí mi regalo y vi era el vestido que me había gustado, pero que no pude comprarme antes de venir.
Con el tiempo que hacia, lo sensato era quedarse en la habitacion. Sin embargo, yo era todo un aventurera y me gustaba el riesgo. Tome mi chubasquero, el paraguas era como no llevar nada. Me encamine felizmente hacia la fraternidad donde vivia mi hermano, la Omega Chi. Podría haber esperado, pero quería saber si le había dicho algo a mi madre sobre mi. Mi madre me habia dicho algunas cosas que no venian mucho a cuento. Si me confesaba que le había dicho algo que se preparada, porque me pensaba vengar. Para cuando quise llegar a la fraternidad de mi hermano ya estaba empapada, además de que la luz se había ido. Bien lo que me faltaba. No luz + torpeza = caida de Valeria Banister. Haría todo lo posible por mantener el equilibrio. La puerta estaba abierta. Subí directamente a su habitación y sin llamar ni nada abri la puerta gritando - Aidan Sebastian Val... mont- mi voz fue bajando de intensidad cuando me di cuenta que mi hermano no estaba alli. Lo unico que se me ocurrio fue sonreir al chico que me estaba mirando como si fuese una loca...- o bien me he equivocado de habitacion...- sugerí. Aunque yo juraría que era esta. Valeria recuerda que tu hermano vive con alguien mas me dijo una voz - o bien mi hermano no esta aquí...- obviamente tu hermano no esta aquí. ¿Dónde se habría metido? No quieras saberlo me respondio otra vez- Te importaría si me quedo aquí... ya he arriesgado una vez mi vida... y creo que aun tengo mucho que dar...- bromee para quitarle hierro al asunto. El chico me sonaba de haber hablado antes con él, pero no lo sabía muy bien. El chico dijo que no tenía ningún problema en que me quedara. Caminé unos pasos hasta la cama de mi hermano y me senté. Miré a mi alrededor. No se veía mucho, pero no sabía que decir. Entonces fue cuando el chico hablo para preguntarme si era la hermana de Aidan - sí, es mi hermano...- asentí levemente mientras decía esas palabras. No es que Aidan y yo fuéramos muy unidos, pero en el fondo nos queríamos. Muy en el fondo. - Ese es mi nombre - afirmé sonriendo. Parece ser que mi hermano ha hablado de mi, aunque solo fuera para decir que tiene una hermana. Me acuerdo que cuando tenía unos cuatro años, Sebastian y mi madre nos dijeron que se separaban, él estaba tan enfadado que siempre decía que yo no era su hermana. A mi poco me importaba, porque estaba feliz porque mis padres estarán juntos. - tu ¿eres...? - podria haber empezado a decir nombres, pero sería una tontería por mi parte. No sabía su nombre y si lo supiera lo habría olvidado porque soy muy mala para los nombres. - llevo un rato dandole vueltas a algo en la cabeza...- dije como si nada. Yo era muy cabezona y si algo se me metía en la cabeza, no paraba hasta que lo descifraba. Y ahora mismo tenía algo en mente que tenía que averiguar- ¿es posible que ya hayamos hablado antes?...- pregunté. Si no lo hacia reventaba. Así era yo. Me sonaba mucho de algo, pero yo no lograba saber de qué. Lo mejor era preguntar y salir de dudas - lo más seguro es que sean imaginaciones mias, pero no podía evitar preguntar...- sonreí levemente. El chico al final iba a pensar que estaba loca o cualquier otra cosa.
Como estaba lloviendo y no se podía hacer nada a fuera, me dediqué hacer el vago. Algo que francamente se me daba a las mil maravillas. Me tumbé en la cama con una provisión comida, decir que nada saludable, y unos cuantos capítulos de series para ponerme al día. Tenía que confesar que era una adicta a las series. En alguna ocasión me había hecho un calendario para no perderme. Empece viendo uno de los capítulos de Private Practice que tenía, pero a los pocos minutos, me acabé dormida. Cuando abrí los ojos y miré la hora, vi que me había quedado durmiendo demasiado. Que poca consideración tenían mis compañeras de habitación. Esta noche sin duda no podría dormir. Tenía un mensaje de mi madre diciendo que estaban bien. Tambien me recordaba que había dejado algo en mi habitacion para mi y para Aidan. Coraline y sus sorpresas. Abrí mi regalo y vi era el vestido que me había gustado, pero que no pude comprarme antes de venir.
Con el tiempo que hacia, lo sensato era quedarse en la habitacion. Sin embargo, yo era todo un aventurera y me gustaba el riesgo. Tome mi chubasquero, el paraguas era como no llevar nada. Me encamine felizmente hacia la fraternidad donde vivia mi hermano, la Omega Chi. Podría haber esperado, pero quería saber si le había dicho algo a mi madre sobre mi. Mi madre me habia dicho algunas cosas que no venian mucho a cuento. Si me confesaba que le había dicho algo que se preparada, porque me pensaba vengar. Para cuando quise llegar a la fraternidad de mi hermano ya estaba empapada, además de que la luz se había ido. Bien lo que me faltaba. No luz + torpeza = caida de Valeria Banister. Haría todo lo posible por mantener el equilibrio. La puerta estaba abierta. Subí directamente a su habitación y sin llamar ni nada abri la puerta gritando - Aidan Sebastian Val... mont- mi voz fue bajando de intensidad cuando me di cuenta que mi hermano no estaba alli. Lo unico que se me ocurrio fue sonreir al chico que me estaba mirando como si fuese una loca...- o bien me he equivocado de habitacion...- sugerí. Aunque yo juraría que era esta. Valeria recuerda que tu hermano vive con alguien mas me dijo una voz - o bien mi hermano no esta aquí...- obviamente tu hermano no esta aquí. ¿Dónde se habría metido? No quieras saberlo me respondio otra vez- Te importaría si me quedo aquí... ya he arriesgado una vez mi vida... y creo que aun tengo mucho que dar...- bromee para quitarle hierro al asunto. El chico me sonaba de haber hablado antes con él, pero no lo sabía muy bien. El chico dijo que no tenía ningún problema en que me quedara. Caminé unos pasos hasta la cama de mi hermano y me senté. Miré a mi alrededor. No se veía mucho, pero no sabía que decir. Entonces fue cuando el chico hablo para preguntarme si era la hermana de Aidan - sí, es mi hermano...- asentí levemente mientras decía esas palabras. No es que Aidan y yo fuéramos muy unidos, pero en el fondo nos queríamos. Muy en el fondo. - Ese es mi nombre - afirmé sonriendo. Parece ser que mi hermano ha hablado de mi, aunque solo fuera para decir que tiene una hermana. Me acuerdo que cuando tenía unos cuatro años, Sebastian y mi madre nos dijeron que se separaban, él estaba tan enfadado que siempre decía que yo no era su hermana. A mi poco me importaba, porque estaba feliz porque mis padres estarán juntos. - tu ¿eres...? - podria haber empezado a decir nombres, pero sería una tontería por mi parte. No sabía su nombre y si lo supiera lo habría olvidado porque soy muy mala para los nombres. - llevo un rato dandole vueltas a algo en la cabeza...- dije como si nada. Yo era muy cabezona y si algo se me metía en la cabeza, no paraba hasta que lo descifraba. Y ahora mismo tenía algo en mente que tenía que averiguar- ¿es posible que ya hayamos hablado antes?...- pregunté. Si no lo hacia reventaba. Así era yo. Me sonaba mucho de algo, pero yo no lograba saber de qué. Lo mejor era preguntar y salir de dudas - lo más seguro es que sean imaginaciones mias, pero no podía evitar preguntar...- sonreí levemente. El chico al final iba a pensar que estaba loca o cualquier otra cosa.
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