[ # ] Sarah Hart

Bostecé abiertamente para dejar a ver mi total aburrimiento mientras dejaba el nuevo disco de David Guetta en unas de las vitrinas que estaban en exhibición, el día de ayer había llegado un cargamento lleno de discos y películas nuevas que por supuesto me tocaba ordenarlos a mi el día de hoy… Miré al mostrador de mala gana en donde se encontraba mi supervisor y como era de esperarse, seguía metido en el computador jugando solitario. Negué un poco con la cabeza, era típico que yo siempre era el que se llevaba el trabajo más pesado y aburrido. Hice una pequeña mueca, a veces no entendía como el jefe pudo haber contratado a ese tío que no hacía nada más que estar pegado en el computador todo el santo día, pero claro unas palabras se me venían rápidamente a la cabeza: era su sobrino. Por lo que era de esperarse que lo había contratado nada más para hacerle un favor a algún familiar, ya que por actitudes y desempeño laboral… Rodeé los ojos, nada.

Dejé el último cd en la vitrina y tomé la caja ya vacía para acercarme al mostrador – terminé de ordenar las cosas – le dejé saber mientras dejaba la caja encima notoriamente para que pudiese ver que no quedaba nada en ella – okey, deja la caja en la bodega – lo quedé mirando unos segundos con el ceño fruncido al ver que no despegó ni si quiera un segundo sus ojos de la pantalla, ese tío le daba exactamente igual todo lo que tenía que ver con el trabajo. Sonreí irónicamente mientras tomaba la caja de mala gana y la iba a dejar a la bodega - ¿puedo irme ya? – le pregunté al volver y al notar que mi hora de trabajo ya se había acabado – si, si… yo cierro después – me respondió en un tono medio vago, sonreí ya un poco divertido, era obvio que lo único que quería él era que me fuese rápido para ponerse a ver páginas pornos. Era una costumbre que no se le quitaba, la otra vez lo pillé y él lo único que hizo fue ponerse rojo y nervioso para luego mandarme a limpiar los baños. Rodeé los ojos para luego tomar mis cosas y marcharme del lugar – okey – dije sin mas aguantándome todas las ganas de tirarle una pequeña broma.

Abrí la puerta de la tienda y salí rápidamente por esta. Había estado ordenando casi todo el día la tienda de disco que no había tenido el tiempo para comer algo, por lo que sentía un pequeño dolor de estómago en estos momentos. Me puse la capucha de mi poleron para cubrirme de la lluvia y comencé a caminar rápidamente cuando escuché una voz llamándome - ¡Jake! ¡Jake! ¡Espera! - me di la media vuelta y me la encontré a ella, la única persona que podía acelerar los latidos de mi corazón irremediablemente. Sonreí sin poder evitarlo, hacía ya unas dos semanas más o menos que no podía disfrutar a solas con Sarah, y eso solo provocaba ciertas inseguridades y molestias en mí. Pero era increíble como todo eso se borraba con tan solo un abrazo de ella, sonreí abiertamente mientras la abrazaba fuertemente atrayéndola más a mi pecho, el cual se estremecía bastante con el calor de su cuerpo - No tienes idea de cuanto te he extrañado… - cerré los ojos mientras la seguía abrazando con el deseo de no querer soltarla jamás para que nunca más se volviese a alejar de mi lado – no creo que tanto como yo a ti – solté mientras la seguía apretando contra mi pecho, en verdad esto era lo que me faltaba para mejorar mi día y mi semana, era increíble que al estar con Sarah, sentía que mis problemas e inquietudes desaparecían por completo. O al menos casi todas – en serio, hasta pensé que ya me habías olvidado – dije en modo de broma mientras me separaba un poco de ella para poder mirarla a los ojos, pero claro sin soltarla todavía de mis brazos – ¿a que se debe esta enorme y grata sorpresa? – le pregunté de repente, no era común que me viniese a buscar a la salida del trabajo, aunque claro no se lo preguntaba porque no me había gustado la idea, es más se lo agradecía enormemente ya que lo único que he querido este último tiempo es poder verla y pasar tiempo con ella.