[ # ] Leonora de Aragon

LUKA ATKINSON

LUKA AIDAN ATKINSON|| CONOCIDO COMO LUKE || NACIDO EN NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS) || 21 AÑOS
PERTENECE A LOS OMEGA CHI || ESTUDIA ECONOMIA EN TERCER AÑO || PRACTICA BALONCESTO Y FUTBOL
ESTA CON: LEONORA DE ARAGON || EN: CAMPAMENTO

Estar aquí era mejor que estar ahí afuera. Ese era el único pensamiento que hizo que tomara la decisión de irme a meter a aquel lugar. ¿Amigos? ¿Caras conocidas? No tenía muchos amigos dentro de este lugar, pero los que tenia eran buenos y esperaba verlos pronto. El cigarrillo abandono mi boca para ser lanzado al suelo, mi bota lo aplasto rápidamente para apagarlo dejando escapar la última bocanada de humo. Arrugue el espacio entre mis cejas. ¿Qué podía ser tan interesante para mantenerla ahí durante minutos? Seguramente quien me hubiera visto pensaría que era alguna clase de acosador, un enfermo que se escondía detrás de los matorrales para observar a una simple chica leer sentada en una banca. Pero esa no era una simple chica. Nunca lo había sido. Aunque al comienzo lo había pensado. Nora no parecía más que una chica cualquiera, vamos que solo por pertenecer a la realeza no lo era…pero dejando aquello de lado, era una chica mas. Guapa, sociable…tranquila y por sobre todas las cosas completamente opuesta a mí. Eso había sido lo mejor, que no teníamos nada en común, que ella no estaba en un hoyo como lo estaba yo. Nora era pura luz. Simple y mágica Luz.

Apreté los labios mientras entrecerraba los ojos. ¿Qué iba a decirle? “Hola Nora, vale lo siento por haberte dejado sin mayores explicaciones, pero ¿podemos ser amigos?” Claro que no, porque en el fondo yo no quería ser su amigo. Quería ser el que podía besarla cuando se me diera la gana, el que se reía con sus inventos infantiles y el que se olvidaba de lo miserable que era cuando estaba a su lado. Esa era una sensación increíble, que cuando estaba con ella todo parecía ser un poco mejor, como si su sola presencia y sus enormes ojos pudieran solucionarlo todo, y lo hicieron por un tiempo. Hasta que la realidad me golpeo. ¿Qué futuro tenia ella con alguien como yo? Ninguno. MI futuro eran solo nubes negras que se veían a los lejos pero que terminarían por alcanzarme. Ella tenía que continuar siendo luz, y yo no iba a ser quien la apagara.

-Mierda-susurre antes de salir de atrás de aquel árbol y caminar con decisión hasta donde ella se encontraba. Nora había sido la principal razón por la que estaba ahí, además de que dentro de aquel lugar no habían tantas tentaciones como en el mundo de afuera. Casi no pude evitarlo, era incluso ir en contra de mi propia voluntad. Pero no podía evitar aquel encuentro por mucho tiempo más. Tenía que saber que estaba bien, escuchar su voz. Había pasado todo un verano sin saber absolutamente nada de ella, sin una llamada, sin una carta…sin nada. Y había sido horrible.-Ese es mi libro-Menuda manera de saludar a tu ex novia, reclamándole algo que era tuyo. Pero era cierto. Aquel libro me pertenecía, hace meses lo había dejado olvidado en su cuarto y nunca lo había vuelto a ver. Negué con la cabeza mientras me quedaba de pie ahí, como un completo idiota observándola.-Digo…puedes quedártelo si quieres-susurre como un completo idiota mientras miraba hacia otro lado. Estaba haciendo el completo ridículo.

Cerré los ojos por unos cuantos segundos. Nunca me costaba hablar con chicas, pero claro, estábamos hablando de Nora. Nora había sido la única que había alcanzado mi corazón, la chica que se la había jugado todo para terminar conmigo y yo había terminado defraudándola…como terminaba defraudando a todas las personas. En mi no se podía confiar, yo era un ser irracional que había comenzado a actuar de acuerdo a sus necesidades. Cuando necesitaba alcohol lo tomaba, cuando necesitaba estar con una chica, lo estaba…cuando necesitaba drogarme, me drogaba. Y diablos…había querido cambiar cuando estuve con ella, e incluso lo había logrado por un par de meses, pero no era justo con Nora. No era justo conmigo, más que mal, esta era mi esencia, difícilmente iba a cambiarla solo por una chica. Aunque yo si hubiera dado absolutamente todo por ella…todo y mucho mas.

-Nora yo…-me senté a su lado mirándola de reojo antes de soltar un gran suspiro y mirar hacia el frente. No estaba seguro que quería decirle. Que me perdonara, que había sido un idiota…podía ver la mirada de recriminación en ella…podía ver y casi sentir que en cualquier momento podría llegar a odiarme. Pero no. Nora era demasiado noble como para sentir alguna cosa parecida o similar al odio.-Es mejor así ¿sabes?-agache la cabeza mirando mis botas que aplastaban unas cuantas hojas. Claro que todo era mejor así…tenía que ser mejor así.