[ # ] Evangeline Rochester

**ιzzy нale** Mar Mayo 21, 2013 1:18 am

Evangeline Rochester
as: Lorelai Evangeline Rochester Hastings
● 18 años # Senior # The Pinky Ladies
# Animadoras y Consejo Estudiantil » No Becada
[ Está con Kris Felton ;; En cubierta ]

Promesas, promesas, y más promesas. ¿Qué otra cosa podría esperarse de mí? Los principios con los cuales fui educada me impedían romper una promesa, crecí con la firme idea de que, una vez que has dado tu palabra, debes cumplir con lo que has prometido, es una cuestión de honor y moral que tratan de enseñarte para hacer frente a la vida; es por esa razón que no tenia elección ni alternativa; mis padres esperan que le diera una oportunidad, pero… ¿Cómo darle una oportunidad a un hombre tan desagradable como Roderick Zabini? ¿Qué ganábamos con fingir delante de nuestras familias cuando ambos sabemos que todo esto no es más que una vil mentira? Roderick siempre ha sido un mentiroso con talento y no me extrañaría pensar que se valió de mentiras para convencer a mi padre. Este compromiso era absurdo... y si él estaba dispuesto a llevar esta farsa hasta sus últimas consecuencias… solo me quedaba un camino que tomar: huir. Si… sé muy bien que huir no es la solución, pero… ¿Qué otra cosa podía hacer al respecto? ¿Condenarme a una vida de infelicidad? Yo no lo amaba, y estoy segura de que nunca podría albergar un sentimiento tan puro y sincero por él…

Entiendo y estoy consciente que mi decisión causara un grave daño, y solo espero que con el tiempo, mis padres comprendan los motivos por los cuales me vi orillada a tomar esta decisión y me perdonen por haberlos decepcionado de aquella forma. Me dolía tener que llegar a esto, pero no iba a permitir que mi vida se fuera por la borda al casarme con un hombre que no amo. Internamente me sentía conflictuada, y no voy a negar que me duele alejarme de las personas que mas he amado en la vida, pero así tenia que ser. Quería que me dieran la oportunidad de elegir mi propio camino, y si era la única manera de hacer que mi destino cambiara, tendría que seguir ese camino y alejarme de todo lo que amo. ¿Era una mala persona por pensar en mí felicidad? ¿Era mala por pensar en lo que quiero hacer con mi vida? ¿Estaba actuando de mala manera al tomar esta decisión? Juro que quisiera poder hablar de cómo me siento, pero no quería abrumar a Arya con mis problemas. Las cosas entre ella y Adrian ya eran complicadas como para sumarle mis problemas y no quería eso. ¿Pero por cuanto tiempo podría seguir pretendiendo que nada malo sucede? ¿Podré seguir fingiendo delante de mi mejor amiga? Aquellas preguntas iban y venían dentro de mi cabeza, y la única capaz de darle una respuesta a mis propias preguntas, era yo.

A veces quisiera que los días se fueran volando, pero era como si alguien hubiera lanzado un embrujo a los relojes para hacer que el tiempo transcurriera de manera mas lenta; incluso tuve que golpear a Arya mas de una vez en las costillas para traerla de vuelta a la realidad antes de que el profesor de diera cuenta de que tenia la cabeza en las nubes y le llamara la atención por no poner prestar su total atención a la clase. Conocía esa mirada en Arya, y nada me quitaba de la mente que Adrian era quien ocupaba la mayor parte de sus pensamientos; por lo que al verla simplemente negaba con una sonrisa, no había necesidad de hacer comentarios cuando sabía la razón por la cual se había mostrado tan ausente durante las clases. A pesar de que Encantamientos y Transformaciones eran mis asignaturas predilectas, el día se mi hizo eterno y lo único que rogaba es que la clase finalizara para salir y tomar un poco de aire fresco; he ahí la razón por la que fui una de las primeras en salir del salón. Lo único capaz de alegrarme el día, fue conocer al nuevo profesor de Transformaciones, quien por cierto era sumamente atractivo, aunque exigente como todo profesor.

Aún cuando hubiera nubes grises en el horizonte presagiando mal tiempo; lo que más ansiaba era sacarme los zapatos junto con los calcetines y sentir la hierba bajo mis pies, incluso me moría por echarme a correr sin pena alguna, con la esperanza de olvidarme por un momento de todo lo que viví durante el verano. Atravesé el umbral de la entrada al patio de la torre del reloj, aferrándome a mis intenciones, pero antes de seguir, me detuve a contemplar un pequeño coro de estudiantes de tercero año que por sus expresiones parecían realmente asustados, mientras que otros parecían disfrutar del espectáculo. Por lo que al acercarme para averiguar cual era la causa de aquel pequeño alboroto, me quedé paralizada al ver que Roderick sostenía a un chico de tercero de la solapa de la túnica, amenazando con golpearlo. – ¡Roderick, basta ya! ¡Para de una buena vez! – dije con voz autoritaria, mientras me acercaba y lo tomaba firmemente del brazo para impedir que golpeara al chico en la cara. La expresión de mi rostro era de preocupación y enojo ante semejante espectáculo, mi respiración era rápida y agitada, ya que temía que le hiciera daño al chico que trataba de zafarse del agarre de Roderick. – ¿Acaso te has vuelto loco? ¡He dicho que lo sueltes! ¡No me importa lo que te haya hecho! ¡Te exijo que lo bajes ahora mismo! – ordené, y nuevamente hice un esfuerzo para hacer que desistiera y lo soltara. – ¡Zabini, basta! ¡Esa no es forma de arreglar las cosas! – repuse angustiada en un intento por hacerlo razonar, antes de verme en la obligación de sacar mi varita.