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Patético es pensar en Alphonse como alguien que por fuera parece un hielo, frío y reservado. A menos que seas de las personas que juzga a un libro por su portada y no por su contenido. Alphonse no tiene dos caras, no juega con ningún as bajo la manga y se adapta a las circunstancias y reglas del juego tan bien como lo haría un camaleón en un ambiente adverso. Juzga y sentencia a todo aquel que esté a menos de dos pasos de él, con la esperanza de sólo rodearse de aquellos que realmente sean capaces de admirar las cosas que él admira, de no osar nunca realizar alguna acción que el jamás emprendería; en definitiva, pensar como lo hace él. No existe nadie tan bondadoso como podría llegar a ser este príncipe, mas no por ello es juego de niños engañarle y jugar con su admiración por todos aquellos que pecan de sinceros. No por ser un hombre de palabra, que siempre cumple sus propósitos cuando los anuncia a su público, o por permanecer casi siempre con un semblante frío e impasible, tiene que ser la persona con menos carisma que haya existido sobre la faz de la tierra. Alphonse es poseedor de un humor un tanto extraño, pues si hay algo chocante dentro de esta personalidad caballerosa de la que está firmemente orgulloso son sus chistes baratos, sus bromas y comentarios directos al ego ajeno y, además, el afán por apuntar y disparar deliberadamente sobre todos aquellos de las clases sociales superiores. Ciertamente, Alphonse es un hombre que disfruta de los placeres de la vida. "Pasarlo bien" puede tener un significado distinto para él. Tal vez hoy signifique "fiesta hasta la madrugada" y disfrutar del calor de alguna mujer y mañana "sentarse junto al fuego leyendo un buen libro".

Quizá la mejor virtud que posea Alphonse sea la de ser educado. O, quizá, la de ser observador. No, más bien, las dos por igual. Seguro se preguntarán, ¿por qué ser educado y ser observador pueden ser dos virtudes? Bien. Siendo Alphonse un joven educado denota cierta controversia en el adversario, de tal manera que haciéndole parecer un chico sin recursos y totalmente desarmado, resulta ser al final todo lo contrario. Ser observador, además de una gran virtud por excelencia, es también una notoria ventaja en cuanto a técnicas de desarme se refiere: estudia primero a su adversario, lo observa -valga la redundancia- y almacena en su mente todos los puntos débiles que pueda poseer. De tal manera, el éxito casi siempre está asegurado. Nunca intentes subestimarlo por que acabarás perdiendo.

Considerado algunos como una virtud, para Alphonse en cambio en la mayoría de ocasiones resulta ser un defecto: la impulsividad. A muchas personas este factor de su personalidad les ayuda, pero a él todo lo contrario: ahí donde vez a Alphonse, con ese carácter suyo tan bohemio; la impulsividad se apodera de él en muchos momentos de su vida, teniendo que aplacarla como sea y dando paso a un control de sus propias emociones. Su padre, siempre ha sido un hombre capaz de ocultar y controlar sus emociones. Un rasgo que Alphonse no heredó de él, si no que ha tenido que aprender con el tiempo como príncipe. Los gustos de Alphonse son variopintos. Adora la literatura, se auto determina a sí mismo como un amante de este arte, sí como de la buena música. “La música es el más grande medio de expresión después de la mirada”. Esa es la forma más correcta que tienen Alphonse y su padre para dar sentido y significado a la música. Uno de los rasgos más distintivos que ha heredado de su padre es el gusto y el don impecable por la música y sus dotes artísticos para el dibujo. La composición es un talento que trae en las venas. Alphonse es un hombre con gustos variados en cuanto a la música. Suele inclinarse mucho por la música clásica, pasando por la ópera, la ópera rock hasta el rock.

Significativa es en el joven príncipe su costumbre por hacerle creer a su enemigo que no tiene nada que temer, que es casi tan inofensivo como una pistola de agua sin el líquido acuoso en su interior. De esta manera, Alphonse se protege y amplia el tiempo de una forma casi estratégica, observando y vislumbrando con asombrosa rapidez y fluidez todos los puntos débiles de su adversario. Su lengua es extremadamente volátil y cambiante, de tal manera que si bien la charla ha podido comenzar de una forma armónica y amena, de un momento a otro puede tornarse espinada, como el tallo de una rosa recién cortada del rosal. Ese carácter tan suyo y que tal regocijo le produce plasmarlo y enseñarlo al mundo es el que le impulsa a no perder jamás; porque si algo detesta el joven príncipe es perder. Perder hasta incluso los papeles, porque aunque esté enfrascado en la más desorbitante pelea de la que haya sido participe jamás, aquel semblante casi impenetrable permanecerá inexpresivo, haciendo parecer que ni él ni su coraza indestructible estén siendo dañados, aunque verdaderamente comiencen a desquebrajarse.

Casi siempre se ha mostrado como alguien solitario, que posee talento para el mandato y, en determinadas ocasiones, un halo de grandeza que lo envuelve. Un hombre con verdadera soltura y habilidad para solucionar los problemas en los que se inmiscuye, directa o indirectamente, y entregado a su trabajo y a vivir la vida mientras pueda, siendo consciente siempre de todo lo que sucede a su alrededor y de los posibles peligros que corre. Independiente, benévolo si llegas a convencerle. Desquiciantemente tranquilo, soñador pero no en exceso, correcto, algo presuntuoso y dudoso con respecto a los objetivos y fines de todo aquel que le rodea. La disciplina y dureza auto impuestas por él mismo prácticamente rigen su vida, haciendo que Alphonse sea un hombre de costumbres bien arraigadas e imantadas a su vida. Hacer cambiar a Alphonse de opinión no es una tarea fácil, por no decir imposible. Exigente hasta tal punto que basta una mirada suya para que realmente te des cuenta de que lo estás haciendo rematadamente mal. Irradia entusiasmo, jovialidad y muestra empatía por toda aquella persona que encuentre algún obstáculo a su alcance, mas no por cualquiera de ellos.

¿Y cómo es Alphonse en las relaciones? ¿Cómo es el príncipe dentro de ese terreno de juego llamado amor? Un seductor nato, no es de aquellos que se pase día y noche conquistando, intentando conseguir a alguna chica que le de algo más que conversación. Para llamar la atención de un hombre como Alphonse una mujer debe ser más que una cara bonita y un físico envidiable. Tiende a soportar a las mujeres superficiales y caprichosas dentro de los círculos sociales que frecuenta, y nunca aprovecharse de ellas, por el contrario sabe tratarlas y complacerlas. Es un caballero que sabe darle su lugar a una mujer. Alphonse nunca ha experimentado el amor, y con amor se refiere él a dar su vida por alguna mujer que no sea su madre o sus hermanas. Si las chicas de hoy en día idealizan a los chicos por los príncipes de Disney. Alphonse rompe con aquel esquema absurdo. Alphonse es un príncipe arrogante, creído, soberbio. La bestia disfrazada de príncipe. Él idealiza a las mujeres de una forma única, deben ser conversadoras, inteligentes para que puedan ser merecedoras de su fidelidad, tiempo y compañía; pues Alphonse en ese aspecto es estricto, porque una mujer debe de tener recursos, ser fiel a sus ideales y desenvolverse ágilmente en cualquier situación cotidiana o imprevisto pasajero. Pero esto no quiere decir que Alphonse no haya experimentado la atracción, el deseo o la excitación; porque además de habilidad para la retórica, la batalla verbal y física y escabullirse de compañías no deseadas, tiene habilidad para encandilar, atraer y hasta incluso enamorar a las chicas. Pero jamás ninguna ha conseguido hacer surtir el mismo efecto en él.

Generalmente, a Alphonse le disgusta que le lleven la contraria así porque sí, deliberadamente. Los más grandes altercados los ha tenido por este motivo, ya que considera que todas las opciones deben de tenerse en cuenta y ninguna hay que rechazarla por el simple hecho de qué persona la haya propuesto. Le disgusta, también, que le interrumpan cuando está hablando, en medio de una discusión, o cuando está concentrado haciendo cualquier cosa que requiera de todo su empeño. No le gusta, tampoco, perder... pero así como a nadie se lo consiente, a su hermana, Giselle puede permitirle de vez en cuando el ganar, pero no por ello se quedará satisfecho si no pide una revancha.

Tiene como cualquier hombre con sentimientos y de carne y hueso sobre la faz de la tierra, pero no suele mostrárselos a todo el mundo. Las guarda en lo más profundo de su ser, pues piensa que si alguien las conociera serían claro objetivo para debilitarle y aprovecharse de esa situación avanzada. Su mayor miedo es el que le pase algo a su familia. Tanto él como su padre son capaces de matar a aquel que se atreva a ponerle una mano a su familia.

Patético es pensar en Alphonse como alguien que por fuera parece un hielo, frío y reservado. A menos que seas de las personas que juzga a un libro por su portada y no por su contenido. Alphonse no tiene dos caras, no juega con ningún as bajo la manga y se adapta a las circunstancias y reglas del juego tan bien como lo haría un camaleón en un ambiente adverso. Juzga y sentencia a todo aquel que esté a menos de dos pasos de él, con la esperanza de sólo rodearse de aquellos que realmente sean capaces de admirar las cosas que él admira, de no osar nunca realizar alguna acción que el jamás emprendería; en definitiva, pensar como lo hace él. No existe nadie tan bondadoso como podría llegar a ser este príncipe, mas no por ello es juego de niños engañarle y jugar con su admiración por todos aquellos que pecan de sinceros. No por ser un hombre de palabra, que siempre cumple sus propósitos cuando los anuncia a su público, o por permanecer casi siempre con un semblante frío e impasible, tiene que ser la persona con menos carisma que haya existido sobre la faz de la tierra. Alphonse es poseedor de un humor un tanto extraño, pues si hay algo chocante dentro de esta personalidad caballerosa de la que está firmemente orgulloso son sus chistes baratos, sus bromas y comentarios directos al ego ajeno y, además, el afán por apuntar y disparar deliberadamente sobre todos aquellos de las clases sociales superiores. Ciertamente, Alphonse es un hombre que disfruta de los placeres de la vida. "Pasarlo bien" puede tener un significado distinto para él. Tal vez hoy signifique "fiesta hasta la madrugada" y disfrutar del calor de alguna mujer y mañana "sentarse junto al fuego leyendo un buen libro".

Quizá la mejor virtud que posea Alphonse sea la de ser educado. O, quizá, la de ser observador. No, más bien, las dos por igual. Seguro se preguntarán, ¿por qué ser educado y ser observador pueden ser dos virtudes? Bien. Siendo Alphonse un joven educado denota cierta controversia en el adversario, de tal manera que haciéndole parecer un chico sin recursos y totalmente desarmado, resulta ser al final todo lo contrario. Ser observador, además de una gran virtud por excelencia, es también una notoria ventaja en cuanto a técnicas de desarme se refiere: estudia primero a su adversario, lo observa -valga la redundancia- y almacena en su mente todos los puntos débiles que pueda poseer. De tal manera, el éxito casi siempre está asegurado. Nunca intentes subestimarlo por que acabarás perdiendo.

Considerado algunos como una virtud, para Alphonse en cambio en la mayoría de ocasiones resulta ser un defecto: la impulsividad. A muchas personas este factor de su personalidad les ayuda, pero a él todo lo contrario: ahí donde vez a Alphonse, con ese carácter suyo tan bohemio; la impulsividad se apodera de él en muchos momentos de su vida, teniendo que aplacarla como sea y dando paso a un control de sus propias emociones. Su padre, siempre ha sido un hombre capaz de ocultar y controlar sus emociones. Un rasgo que Alphonse no heredó de él, si no que ha tenido que aprender con el tiempo como príncipe. Los gustos de Alphonse son variopintos. Adora la literatura, se auto determina a sí mismo como un amante de este arte, sí como de la buena música. “La música es el más grande medio de expresión después de la mirada”. Esa es la forma más correcta que tienen Alphonse y su padre para dar sentido y significado a la música. Uno de los rasgos más distintivos que ha heredado de su padre es el gusto y el don impecable por la música y sus dotes artísticos para el dibujo. La composición es un talento que trae en las venas. Alphonse es un hombre con gustos variados en cuanto a la música. Suele inclinarse mucho por la música clásica, pasando por la ópera, la ópera rock hasta el rock.

Significativa es en el joven príncipe su costumbre por hacerle creer a su enemigo que no tiene nada que temer, que es casi tan inofensivo como una pistola de agua sin el líquido acuoso en su interior. De esta manera, Alphonse se protege y amplia el tiempo de una forma casi estratégica, observando y vislumbrando con asombrosa rapidez y fluidez todos los puntos débiles de su adversario. Su lengua es extremadamente volátil y cambiante, de tal manera que si bien la charla ha podido comenzar de una forma armónica y amena, de un momento a otro puede tornarse espinada, como el tallo de una rosa recién cortada del rosal. Ese carácter tan suyo y que tal regocijo le produce plasmarlo y enseñarlo al mundo es el que le impulsa a no perder jamás; porque si algo detesta el joven príncipe es perder. Perder hasta incluso los papeles, porque aunque esté enfrascado en la más desorbitante pelea de la que haya sido participe jamás, aquel semblante casi impenetrable permanecerá inexpresivo, haciendo parecer que ni él ni su coraza indestructible estén siendo dañados, aunque verdaderamente comiencen a desquebrajarse.

Casi siempre se ha mostrado como alguien solitario, que posee talento para el mandato y, en determinadas ocasiones, un halo de grandeza que lo envuelve. Un hombre con verdadera soltura y habilidad para solucionar los problemas en los que se inmiscuye, directa o indirectamente, y entregado a su trabajo y a vivir la vida mientras pueda, siendo consciente siempre de todo lo que sucede a su alrededor y de los posibles peligros que corre. Independiente, benévolo si llegas a convencerle. Desquiciantemente tranquilo, soñador pero no en exceso, correcto, algo presuntuoso y dudoso con respecto a los objetivos y fines de todo aquel que le rodea. La disciplina y dureza auto impuestas por él mismo prácticamente rigen su vida, haciendo que Alphonse sea un hombre de costumbres bien arraigadas e imantadas a su vida. Hacer cambiar a Alphonse de opinión no es una tarea fácil, por no decir imposible. Exigente hasta tal punto que basta una mirada suya para que realmente te des cuenta de que lo estás haciendo rematadamente mal. Irradia entusiasmo, jovialidad y muestra empatía por toda aquella persona que encuentre algún obstáculo a su alcance, mas no por cualquiera de ellos.

¿Y cómo es Alphonse en las relaciones? ¿Cómo es el príncipe dentro de ese terreno de juego llamado amor? Un seductor nato, no es de aquellos que se pase día y noche conquistando, intentando conseguir a alguna chica que le de algo más que conversación. Para llamar la atención de un hombre como Alphonse una mujer debe ser más que una cara bonita y un físico envidiable. Tiende a soportar a las mujeres superficiales y caprichosas dentro de los círculos sociales que frecuenta, y nunca aprovecharse de ellas, por el contrario sabe tratarlas y complacerlas. Es un caballero que sabe darle su lugar a una mujer. Alphonse nunca ha experimentado el amor, y con amor se refiere él a dar su vida por alguna mujer que no sea su madre o sus hermanas. Si las chicas de hoy en día idealizan a los chicos por los príncipes de Disney. Alphonse rompe con aquel esquema absurdo. Alphonse es un príncipe arrogante, creído, soberbio. La bestia disfrazada de príncipe. Él idealiza a las mujeres de una forma única, deben ser conversadoras, inteligentes para que puedan ser merecedoras de su fidelidad, tiempo y compañía; pues Alphonse en ese aspecto es estricto, porque una mujer debe de tener recursos, ser fiel a sus ideales y desenvolverse ágilmente en cualquier situación cotidiana o imprevisto pasajero. Pero esto no quiere decir que Alphonse no haya experimentado la atracción, el deseo o la excitación; porque además de habilidad para la retórica, la batalla verbal y física y escabullirse de compañías no deseadas, tiene habilidad para encandilar, atraer y hasta incluso enamorar a las chicas. Pero jamás ninguna ha conseguido hacer surtir el mismo efecto en él.

Generalmente, a Alphonse le disgusta que le lleven la contraria así porque sí, deliberadamente. Los más grandes altercados los ha tenido por este motivo, ya que considera que todas las opciones deben de tenerse en cuenta y ninguna hay que rechazarla por el simple hecho de qué persona la haya propuesto. Le disgusta, también, que le interrumpan cuando está hablando, en medio de una discusión, o cuando está concentrado haciendo cualquier cosa que requiera de todo su empeño. No le gusta, tampoco, perder... pero así como a nadie se lo consiente, a su hermana, Giselle puede permitirle de vez en cuando el ganar, pero no por ello se quedará satisfecho si no pide una revancha.

Tiene como cualquier hombre con sentimientos y de carne y hueso sobre la faz de la tierra, pero no suele mostrárselos a todo el mundo. Las guarda en lo más profundo de su ser, pues piensa que si alguien las conociera serían claro objetivo para debilitarle y aprovecharse de esa situación avanzada. Su mayor miedo es el que le pase algo a su familia. Tanto él como su padre son capaces de matar a aquel que se atreva a ponerle una mano a su familia.

¿Cómo podríamos definir la personalidad de un alguien como Ethan Windsor? Sin miedo a errar, podemos definirlo como alguien divertido, persuasivo, valiente y audaz. Un muchacho, fiel y trabajador, perseverante como pocos podrían serlo. Ethan no tiene problemas con alcanzar sus objetivos, siempre busca el bienestar para todos. Un chico muy justo, no dejara que alguien tenga más de lo que debe, o que a alguien se le humille como si fuera menos. Suele hacer amistades a menudo, y ganarse el cariño de la gente. Encantador, su sonrisa derrite a muchas chicas, y su audacia aun más. No le gusta andar con rodeos, prefiere enfrentar las cosas de una vez.

Es una persona que jamás te decepcionara, cada palabra que salga de él proviene verdaderamente del alma. Quizá el chico más sincero que pudieras conocer. Sabe como decirte la verdad sin herir tus sentimientos. No se anda con rodeos, prefiere enfrentar los problemas antes que huir de ellos. Un chico maduro, cuidadoso y sin duda valiente. Defiende a quienes aprecia con capa y espada, y sus debilidades prefiere esconderlas, nadie conoce a que le pueda tener miedo este chico. A pesar de contar a sus amigos con los dedos de las manos, es increíblemente conocido entre las chicas. Pues respecto a ellas es todo un príncipe, respetuoso, cuidadoso y el que muchas quisieran tener. Es un chico muy natural, jamás pretenderá enamorar a cuanta chica se le cruce en el camino, su galantería es nata. Vive despreocupadamente, sin pensar en el mañana y mucho menos en el ayer, lo suyo es hoy. Aunque prefiere la sana diversión, sin caer en algún vicio.

Realista, leal, rebelde y un poco posesivo. Ethan siempre tiene todas las de ganar, nunca se sabe cómo es que le hace pero es una persona que no le gusta perder. Por lo general con sus amigos siempre se muestre algo rebelde y alocado, pero aun con sus pies sobre la tierra, sabe hasta dónde puede llegar esa rebeldía. Siempre tendrá alguna ocurrencia que decir para hacer reír a los demás, cosa que le gusta. Es leal con quienes aprecia, un chico que jamás podría traicionarte, siempre piensa en el bienestar de los demás antes que en el de él.

Ethan siempre fue el chico de al lado, aquél amigo que sabes siempre estará ahí sin importar las peleas, diferencias y malos tratos que los separen. Ese muchacho al cual sus amigos no son capaces de mentirles y que, cuando lo hacen, una luz dentro de sí avisa que está siendo parte de una farsa. Aquél que no se deja llevar por palabras de odio, sino más bien por acciones, por miradas… por sólo la forma en que su respiración se puede ver alterada. Porque aunque digas, jures y prometas por este cielo más los infinitos e invisibles que se conocen, que estás bien, él sabe de una manera u otra que no es así. Llámalo sexto sentido, corazonada, como sea, pero es innegable que a la hora de conocer a los suyos, ganaría todos los premios que existieron, existen y existirán.

Algo que sencillamente no soporta son las discusiones. Trata de evitarlas donde sea que su presencia esté y cree fielmente que siempre se pueden solucionar las cosas mediante palabras. Pero por supuesto, Ethan no es el típico chico bueno, porque también es humano y como tal, tiene sus límites. Se caracteriza por poseer una paciencia casi monumental, pero ésta se puede ver afectada por distintos factores que la harán escasear de serenidad hasta finalmente extinguirla momentáneamente. Su semblante serio denota una forma de ser severa, como si estuviera regañándote por algo todo el tiempo, cuando pocas veces es realmente así. Es bastante amable, carismático, encantador y empático, sabe ponerse con facilidad en la situación de otra persona y lograr entenderla. Es un caballero en todo el sentido de la palabra y le gusta respetar a las personas, por supuesto, tampoco es que sea igual a las costumbres que los situarían en los años veinte, pero sí es uno de los pocos con esas cualidades.

Perdona, pero nunca olvides. No olvida una traición por nada del mundo y siempre la tendrá presente a la hora de tomar decisiones. En ocasiones tiende a evitar problemas ignorando a las personas, aislándose de todo y todos. Es bastante inteligente, pero también modesto. Le gusta usar el sarcasmo algunas veces, en casos puntuales. Ethan puede ser esa persona a quien todos pueden contarle sus secretos y abrir de pleno su caja de sentimientos y él escuchará compresivo, sin embargo, es él quien pocas veces tiene a alguien con quién desahogarse, por lo tanto prefiere reservarse sus problemas únicamente para él. Le cuesta demasiado confiar en alguien, en poder confiar sus sentimientos a una persona. Pero que esta cara seria y aura tranquila no te engañen, porque se puede convertir en una persona completamente diferente si alguien se atreve a tocar a quienes realmente le importan.

Es muy altruista, siempre estará preocupándose por los demás y ayudándoles en lo que pueda, muy pocas veces piensa él como primera persona en todo. Seguro de sí mismo y fiel a sus ideales, cuando se propone y quiere algo lucha hasta lograrlo, si tiene que recorrer mar y tierra, lo recorre. Su vida le importa un bledo a lado de quién quiere y ama. Se entrega de todas las formas posibles a esa persona, alma, mente, corazón y cuerpo. Es conocido por su romanticismo y esos pequeños detalles que siempre está dispuesto a dar para encantar. No dudará un segundo en que le arrebaten la vida, si eso le asegura a la persona que ama que estará sana y salva. Apasionado, cariñoso y siempre fiel. No le tiene miedo al amor, pero sí al rechazo inminente y las pérdidas que se verían afectadas por ello. Muy protector, y se vuelve a recalcar, que está dispuesto a hacer todo por la seguridad de quienes realmente le importan.