[ # ] Amy de Borbón
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[ # ] Amy de Borbón
ιzzy нale Jue Ago 08, 2013 3:54 am
. Amy de Borbón .
as: SAR, la Infanta Amelia Sofía de Todos los Santos de Borbón Donovan
● 16 años # Sophomore # The Pinky Ladies # Arte » Natación
[ Está con Mike Riggins ;; En Vacance Club ]
● 16 años # Sophomore # The Pinky Ladies # Arte » Natación
[ Está con Mike Riggins ;; En Vacance Club ]
Pasar el verano en España fue la mejor decisión que he tomado. No es que no me agraden los campamentos de verano, es más… debo reconocer que la idea del Vacance Club fue una idea estupenda por parte de los directivos, pero a diferencia de Isaura, echaba de menos mi país, y prefería pasar la mayor parte del verano en Ibiza y en Tenerife. Además de eso, tuve la oportunidad de ayudar a Mamá a decorar la nueva ala del área de pediatría del Hospital, para eventualmente inaugurarlo. Adoraba ver lo mucho que Mamá amaba su profesión, y esperaba aprender mucho de ella. Por esa razón, me ofrecí como voluntaria para ayudarla en todo lo posible. Y debo decir que fue… grandioso, una experiencia única e inolvidable. Los cursos de enfermería me sirvieron de mucho, pues mientras Mamá se encargaba de atender otras alas, por primera vez, experimenté y cargué con la enorme responsabilidad que recae sobre sus hombros. Los niños con cáncer eran quienes mayor atención requerían por las quimioterapias. Y con permiso de mi madre, quise hacer algo por ellos, brindarles aunque sea un poco de alegría. De manera que juntas pusimos en marcha la idea de obsequiarles juguetes, y aparte, le pedí a Mamá que me permitiera impartir un taller de pintura para los niños. Nunca me había sentido tan feliz por algo… y la idea de poder ayudarlos brindándoles un poco de alegría, me hacía sentir realmente… muy pero muy ilusionada.
Aún teniendo la oportunidad de asolearme en las playas de Ibiza y Tenerife. Como hija de los Reyes de España, bajo ningún motivo debía de descuidar mis obligaciones y mis deberes reales. En ausencia de Isaura, Nicolás y yo tuvimos que acudir a una serie de compromisos en representación de nuestra familia, como eventos de caridad, entre otras cosas. Pero nuestro mayor compromiso fue cuando toda la familia real asistió a la final de la Eurocopa, una final disputaba y muy reñiada entre nada menos que España e Italia. El fútbol siempre ha sido uno de mis deportes favoritos, amaba asistir a los partidos del Real Madrid en el Santiago Bernabéu, al igual que a los partidos de la Champions League. La euforia en cada partido me hacia vibrar de emoción junto con toda la afición. Por lo tanto, la final entre España e Italia, no era para menos, pues ante la victoria de España en penales todo el país vibró. Pero entre la euforia y la alegría de haber ganado algo pasó… y poco faltó para que fuera arrollada por la ovación de no ser la inesperada y repentina aparición de Mike Riggins, un chico con el que me había cruzado innumerables veces en los pasillos del Instituto y que siempre que me veía me sonreía. Por alguna extraña razón, desde el momento en que nuestras miradas hicieron contacto algo dentro de mí… cambió, como… si hubiera hecho click. Fue… Dios, ni siquiera tenía las palabras adecuadas para expresar lo que en verdad sentí cuando su mano se cerró alrededor de la mía para ayudarme a levantarme del suelo, y se ofreció a llevarme lejos de todo el bullicio a nuestro alrededor, el problema fue que mis guarudas no le dieron tiempo de nada, y no tuve la oportunidad de agradecerle. No quería sonar como una romántica empedernida… pero después de aquel encuentro accidentado, no había podido dejar de pensar en él. Y aunque llegué a creer que nunca volvería a verlo, la casualidad hizo acto de presencia en nuestras vidas al reencontrarnos en el parque de diversiones.
Confieso que, por un lado, estaba cansada, agobiada de tener los guarudas encima de mí todo el tiempo, necesitaba un respiro. De manera que cuando Angela me habló de su plan de fugarnos por la tarde-noche para ir al parque de diversiones, no dudé ni por un segundo en aceptar en llevar a cabo su alocado plan. Solo esperaba llegar a Palacio antes de que se dieran cuenta de que había desaparecido. Mientras Angela y Jack, el amigo de Mike, vivían su amor, y se divertían sin pena de nada. Mike y yo… conversamos para romper el hielo entre nosotros… pero a medida que tratábamos de conocernos, me di cuenta de lo payaso, despreocupado, y loco que puede ser. Santo cielo, mira que vivir la vida de esa forma tan calmada, me inquietó… y mucho. Según Angela, eso era un buen inicio, pues eso significaba que en el fondo, Mike Riggins me agradaba. Pero decírselo abiertamente era como admitir algo en contra mi voluntad. La cuestión es que, cuando Mike y yo bailamos, fue como magia. Nunca antes me había sentido así con ningun otro chico. Lo peor de todo fue cuando aquel momento tan mágico y maravilloso llego a su fin con la llegada de mis guarudas. ¿Cómo fue que dieron con nosotros? Solo Dios sabe, pero ese siempre ha sido su trabajo, encargarse de mi seguridad… y cuando Mike trató de oponerse a que me llevaran con ellos a la fuerza, uno de mis guarudas lo sostuvo por la espalda, mientras otro lo golpeaba en el estómago y en la cara, pensando que Mike era el responsable de raptarme. Aquello era un abuso que no estaba dispuesta a permitir, y luego de ordernarle y gritarle a mis guarudas que lo dejaran en paz… habría dado lo que fuera por acercarme a él para ayudarlo, pero en vez de eso, mis guarudas actuaron de forma inmediata alejándome de ahí.
Después de eso, no volví a ver a Mike. Angela me decía que estaba bien y que no debia preocuparme, que Mike era más fuerte que un roble, pero… ¿Cómo no preocuparme por él si poco falto para que mis guarudas lo mataran a golpes justo ahí?
En otras circunstancias nunca lo habría hecho, pero daba gracias a Dios que las últimas tres semanas del verano fueran obligatorias para todos los estudiantes. Mi único deseo era poder hablar con Mike para saber si estaba bien, pero al verlo conversando alegremente con otra chica, durante la primera noche en el barco. Sentí mucha rabia. La sonrisa en su rostro me hizo darme cuenta de que cualquier golpe o herida había pasado a segundo término. No tenía ninguna intención de interrumpirlos, por lo tanto, me di la media vuelta, y desaparecí de ahí en silencio. Sé que no tengo motivos para reclamarle a Mike por… coquetear con su amiguita Entonces… ¿Por qué me molestaba tanto haberlo cómodamente en compañía de otra? Aparte, ¿por qué tendría que pensar en el cuando existen cientos de chicos que se mueren por andar conmigo? Mike Riggins no es ni el primero ni el último chico sobre la faz de la tierra. De tonta me fijaría en alguien como él. Suspiré profundamente, tratando de no pensar en él, en su sonrisa, en su mirada, pero difícilmente era capaz de lograrlo. Tenerlo en el mismo equipo no ayudaba ni un poco.
Con cuidado sostuve la cámara entre mis manos. La luz era perfecta. Hacia un dia precioso como para desaprovechar la luz natural. Por lo que le hice unos pequeños ajustes al lente de la cámara para enfocar bien mi objetivo: el pequeño lago donde nadaban pacíficamente un par de cisnes. Muy pocos sabían de mis dos más grandes pasiones: el dibujo y la fotografía. Era una amante de Monet y de Van Gogh, sus obras eran mi mayor inspiración. El primero por ser uno de los fundadores de la pintura impresionista, y el segundo por ser uno de los principales exponentes del postimpresionismo. Lamentablemente, no tuve tiempo de tomar la fotografía del lago, pues por mi lente pude ver que algo… o mejor dicho alguien bloqueaba mi vista y objetivo. Y ese alguien… era nada menos que Mike Riggins. Exhalé profundamente tratando de controlarme y mostrar mi mejor cara delante de él. En todo este tiempo, no he hecho otra cosa que ignorarlo. No de la manera más discreta, pero si. A penas si le dirigía la palabra durante las competencias, pero ante todo estaba mi dignidad, mi orgullo, y no iba a dejar que Mike Riggins se burlara de mí. – ¿Sabes que es de muy mala educación mirar a las personas así? – le dije para romper el hielo, esforzándome por mantener mi mejor cara. Pero la expresión en mi rostro no era la más convincente. Estaba molesta con él que ganas no me faltaban de agarrarlo a bolsazos para desquitarme y sacarme ese horrible sentimiento que me esta carcomiendo por dentro. – ¿Por qué no sigues con tu camino y me dejas continuar Mike? Bloqueas mi vista ¿sabes? – busqué su mirada para darle a enteder que no estaba con ánimos de lidiar con él. Cínico, desvergonzado… apuesto a que hace lo mismo con todas. – ¡Ya enserio… deja de mirarme así! ¡No es nada propio ni educado lo que estas haciendo! – dije tratando de no perder los estribos, pero me estaba empezando a poner los nervios de punta que se quedara ahí paradote sin decir nada. – ¿Qué es lo que quieres, Mike? – dije un poco harta de la situación.
Aún teniendo la oportunidad de asolearme en las playas de Ibiza y Tenerife. Como hija de los Reyes de España, bajo ningún motivo debía de descuidar mis obligaciones y mis deberes reales. En ausencia de Isaura, Nicolás y yo tuvimos que acudir a una serie de compromisos en representación de nuestra familia, como eventos de caridad, entre otras cosas. Pero nuestro mayor compromiso fue cuando toda la familia real asistió a la final de la Eurocopa, una final disputaba y muy reñiada entre nada menos que España e Italia. El fútbol siempre ha sido uno de mis deportes favoritos, amaba asistir a los partidos del Real Madrid en el Santiago Bernabéu, al igual que a los partidos de la Champions League. La euforia en cada partido me hacia vibrar de emoción junto con toda la afición. Por lo tanto, la final entre España e Italia, no era para menos, pues ante la victoria de España en penales todo el país vibró. Pero entre la euforia y la alegría de haber ganado algo pasó… y poco faltó para que fuera arrollada por la ovación de no ser la inesperada y repentina aparición de Mike Riggins, un chico con el que me había cruzado innumerables veces en los pasillos del Instituto y que siempre que me veía me sonreía. Por alguna extraña razón, desde el momento en que nuestras miradas hicieron contacto algo dentro de mí… cambió, como… si hubiera hecho click. Fue… Dios, ni siquiera tenía las palabras adecuadas para expresar lo que en verdad sentí cuando su mano se cerró alrededor de la mía para ayudarme a levantarme del suelo, y se ofreció a llevarme lejos de todo el bullicio a nuestro alrededor, el problema fue que mis guarudas no le dieron tiempo de nada, y no tuve la oportunidad de agradecerle. No quería sonar como una romántica empedernida… pero después de aquel encuentro accidentado, no había podido dejar de pensar en él. Y aunque llegué a creer que nunca volvería a verlo, la casualidad hizo acto de presencia en nuestras vidas al reencontrarnos en el parque de diversiones.
Confieso que, por un lado, estaba cansada, agobiada de tener los guarudas encima de mí todo el tiempo, necesitaba un respiro. De manera que cuando Angela me habló de su plan de fugarnos por la tarde-noche para ir al parque de diversiones, no dudé ni por un segundo en aceptar en llevar a cabo su alocado plan. Solo esperaba llegar a Palacio antes de que se dieran cuenta de que había desaparecido. Mientras Angela y Jack, el amigo de Mike, vivían su amor, y se divertían sin pena de nada. Mike y yo… conversamos para romper el hielo entre nosotros… pero a medida que tratábamos de conocernos, me di cuenta de lo payaso, despreocupado, y loco que puede ser. Santo cielo, mira que vivir la vida de esa forma tan calmada, me inquietó… y mucho. Según Angela, eso era un buen inicio, pues eso significaba que en el fondo, Mike Riggins me agradaba. Pero decírselo abiertamente era como admitir algo en contra mi voluntad. La cuestión es que, cuando Mike y yo bailamos, fue como magia. Nunca antes me había sentido así con ningun otro chico. Lo peor de todo fue cuando aquel momento tan mágico y maravilloso llego a su fin con la llegada de mis guarudas. ¿Cómo fue que dieron con nosotros? Solo Dios sabe, pero ese siempre ha sido su trabajo, encargarse de mi seguridad… y cuando Mike trató de oponerse a que me llevaran con ellos a la fuerza, uno de mis guarudas lo sostuvo por la espalda, mientras otro lo golpeaba en el estómago y en la cara, pensando que Mike era el responsable de raptarme. Aquello era un abuso que no estaba dispuesta a permitir, y luego de ordernarle y gritarle a mis guarudas que lo dejaran en paz… habría dado lo que fuera por acercarme a él para ayudarlo, pero en vez de eso, mis guarudas actuaron de forma inmediata alejándome de ahí.
Después de eso, no volví a ver a Mike. Angela me decía que estaba bien y que no debia preocuparme, que Mike era más fuerte que un roble, pero… ¿Cómo no preocuparme por él si poco falto para que mis guarudas lo mataran a golpes justo ahí?
En otras circunstancias nunca lo habría hecho, pero daba gracias a Dios que las últimas tres semanas del verano fueran obligatorias para todos los estudiantes. Mi único deseo era poder hablar con Mike para saber si estaba bien, pero al verlo conversando alegremente con otra chica, durante la primera noche en el barco. Sentí mucha rabia. La sonrisa en su rostro me hizo darme cuenta de que cualquier golpe o herida había pasado a segundo término. No tenía ninguna intención de interrumpirlos, por lo tanto, me di la media vuelta, y desaparecí de ahí en silencio. Sé que no tengo motivos para reclamarle a Mike por… coquetear con su amiguita Entonces… ¿Por qué me molestaba tanto haberlo cómodamente en compañía de otra? Aparte, ¿por qué tendría que pensar en el cuando existen cientos de chicos que se mueren por andar conmigo? Mike Riggins no es ni el primero ni el último chico sobre la faz de la tierra. De tonta me fijaría en alguien como él. Suspiré profundamente, tratando de no pensar en él, en su sonrisa, en su mirada, pero difícilmente era capaz de lograrlo. Tenerlo en el mismo equipo no ayudaba ni un poco.
Con cuidado sostuve la cámara entre mis manos. La luz era perfecta. Hacia un dia precioso como para desaprovechar la luz natural. Por lo que le hice unos pequeños ajustes al lente de la cámara para enfocar bien mi objetivo: el pequeño lago donde nadaban pacíficamente un par de cisnes. Muy pocos sabían de mis dos más grandes pasiones: el dibujo y la fotografía. Era una amante de Monet y de Van Gogh, sus obras eran mi mayor inspiración. El primero por ser uno de los fundadores de la pintura impresionista, y el segundo por ser uno de los principales exponentes del postimpresionismo. Lamentablemente, no tuve tiempo de tomar la fotografía del lago, pues por mi lente pude ver que algo… o mejor dicho alguien bloqueaba mi vista y objetivo. Y ese alguien… era nada menos que Mike Riggins. Exhalé profundamente tratando de controlarme y mostrar mi mejor cara delante de él. En todo este tiempo, no he hecho otra cosa que ignorarlo. No de la manera más discreta, pero si. A penas si le dirigía la palabra durante las competencias, pero ante todo estaba mi dignidad, mi orgullo, y no iba a dejar que Mike Riggins se burlara de mí. – ¿Sabes que es de muy mala educación mirar a las personas así? – le dije para romper el hielo, esforzándome por mantener mi mejor cara. Pero la expresión en mi rostro no era la más convincente. Estaba molesta con él que ganas no me faltaban de agarrarlo a bolsazos para desquitarme y sacarme ese horrible sentimiento que me esta carcomiendo por dentro. – ¿Por qué no sigues con tu camino y me dejas continuar Mike? Bloqueas mi vista ¿sabes? – busqué su mirada para darle a enteder que no estaba con ánimos de lidiar con él. Cínico, desvergonzado… apuesto a que hace lo mismo con todas. – ¡Ya enserio… deja de mirarme así! ¡No es nada propio ni educado lo que estas haciendo! – dije tratando de no perder los estribos, pero me estaba empezando a poner los nervios de punta que se quedara ahí paradote sin decir nada. – ¿Qué es lo que quieres, Mike? – dije un poco harta de la situación.
ιzzy нale- Admin
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Re: [ # ] Amy de Borbón
ιzzy нale Jue Sep 05, 2013 12:16 am
Mike Riggins
Michelangelo Adamo Riggins Luzzatto
19 años ♦ 1er año de Kinesiología ♦ Omega Chi ♦ The Charming Boys
& Está con: Amy de Borbón - En vacance club, conversando.
19 años ♦ 1er año de Kinesiología ♦ Omega Chi ♦ The Charming Boys
& Está con: Amy de Borbón - En vacance club, conversando.
La final de la Eurocopa, Italia vs España, eso era lo único que podía pensar desde que se anunció la fecha por lo que mi madre se quejaba constantemente de que no prestaba atención y no le ayudaba en casa, pero ¿cómo podía hacerlo? Si lo único que podía hacer era conversar con mi padre y preguntarle las formaciones que planeaba usar para el partido. La presión era enorme, y mi padre era el claro reflejo de todo lo que se venía, es por eso que las veces que pasaba en casa tratábamos de no presionarlo ni darle problemas para que pudiera relajarse completamente. Para la final que se jugó en España, se veía tranquilo pero totalmente concentrado, por lo que optamos darle todo nuestro apoyo y apartarnos para no molestarlo, ya que los mellizos se mostraban totalmente intranquilos y eso podría jugar con la concentración de Tim. Todo esto de obsesionarse por un deporte, dar lo mejor en cada momento y ser sumamente competitivo, sin dudas lo había sacado de él, ya que desde chico que mi padre me había inculcado todo sobre el fútbol, y sin dudas hasta el día de hoy compartimos esa misma pasión.
Pasamos todo el partido en unas gradas especiales que se nos habían asignado por ser la familia del entrenador de Italia, bastante ostentoso para mi gusto pero no podía negar que desde ese punto tenía una vista muy buena hacia la cancha y hacia otras gradas, especialmente hacia la que le habían asignado a la Familia Real de España que no quedaba a tanta distancia de la mía. Sabía muy bien que no podía negar la extraña sensación que sentí cuando vi por primera vez a Amelia de Borbón en el Instituto, ¿un flechazo?... O quizás algo mucho más intenso que eso, ni yo mismo sabía bien lo que me pasaba cada vez que la veía por los pasillos, era como si su presencia iluminara todo y cautivara cada milímetro de mí, el deseo inmenso de querer conocerla era mucho más grande que cualquier otra cosa en mi mundo, pero cuando supe su apellido sabía que estaba mal, ¿Cómo podría yo estar con alguien de la realeza? Y no pensaba eso solo por el hecho de querer menospreciarme, pero Amy sin dudas se encontraba en un plano mucho mayor al mío, y de eso cualquiera podría darse cuenta.
Fue grande la sorpresa verla ahí, aunque era un poco obvio su presencia dado el hecho de que Italia se enfrentaba contra España, pero su expresión viendo el partido sin dudas, eso si que era sorprendente, ¿Quién iba a decir que una chica como ella se interesaría por el Fútbol? No podía evitar sonreír cada vez que la veía con su cara de concentración mirando el juego, pero me reprochaba al instante ya que no debería estar pendiente de ella siendo que en ese preciso momento, mi padre se estaba jugando el partido de su vida. Además si no me reprochaba yo en cualquier momento lo haría Jack que me daba en ciertas ocasiones unos grandes codazos cada vez que me desconcentraba del partido. Hasta llegó a pensar que me encontraba enfermo ya que era totalmente extraño que no lo escuchara cada vez que me decía algún comentario del partido, ya que eso era lo que comúnmente hacíamos cada vez que íbamos al estadio. En fin, antes de perder la cabeza decidí no desconcentrarme más, tampoco fue difícil esa hazaña ya que luego del segundo tiempo se volvió interesante el partido. Al final todo se decidió por penales y lamentablemente Italia perdió el juego.
Desde ese momento todo fue un caos, la gente se movía y celebraba como animales, y yo como acto de impulso me paré y salí de las gradas cuando vi que Amy y su familia se marchaban. ¿Qué era lo que pretendía hacer? No tenía la más mínima idea, ¿es que acaso pensaba hablarle? Algo totalmente imposible dado por dos hechos, el primero es que sus guardaespaldas no la dejaban tranquila ni hasta para ir al baño por lo que acercarme a ella iba a ser un acto imposible y segundo, suponiendo que al fin logro acercarme a ella ¿qué planeaba decirle? No la conocía para nada y ella mucho menos sabría de mi existencia, por lo que sería un momento demasiado incómodo y raro. Además no alcanzaría a decirle ni una palabra sin antes que sus gorilas se me tiren encima. Pero entonces ¿por qué seguía atravesando a la gente como si mi vida dependiera de aquello?.
Todo sucedió rápido, al verla a lo lejos, el acercarme como un loco al lado de ella al ver que fue arrollada y ofrecerle mi ayuda al instante en que estuve a su lado. Intenté preguntarle el como se encontraba, en verdad necesitaba cerciorarme que estuviese bien, pero como era de esperarse no alcancé a decirle nada ya que sus guardaespaldas se la llevaron de inmediato. ¿Por qué mierda me preocupaba tanto por alguien que no conocía? ¿Por qué me enojé como un idiota al ver que se la llevaban lejos? El enfado que sentí en ese momento era tan grande que no se me pasó por todo un rato, tanto que Jack como mi familia asociaron mi enfado con la derrota de Italia por lo que no me paraban de decir que me tranquilizara, que habrían más partidos y que tenía que apoyar a mi padre. Tenían razón, no podía enojarme con algo que... fue. Por lo que intenté no pensar en ella en todo lo que restó de mi viaje en España.
Mi plan no resultó como pensé, ya que volví a reencontrarme con ella en el Parque de Diversiones. Debo admitir que fue extraño, ya que ¿cuáles eran las posibilidades de encontrármela de nuevo acá en España? y más aún ¿Cuáles eran las posibilidades de que mi amigo fuese novio de la amiga de ella? ¿Por qué mierda no me lo había dicho Jack?... Sentía un verdadero enfado hacía a él, pero honestamente no podía enojarme, ya que desde el momento en que la volví a ver, la sonrisa no se me borró de la cara. Mientras Jack y Angela, esparcían su amor a todo el mundo dediqué el momento para conversar con Amy, era la oportunidad perfecta en verdad, ya que estaba sin guardaespaldas ni nada. Tenía que descubrir qué era lo que tenía ella que no me dejaba pensar con claridad... Pasamos un grato momento, fui yo al cien por ciento, y me dejé llevar por el momento. Nunca pensé que sería una chica tan encantadora, y cuando bailé con ella realmente sentí que nos conectamos a un nivel sorprendente. Jamás me había sentido así en la vida y es que Amy en verdad logró cautivarme de una manera imaginable. Tanto que lo único que quería en ese momento era que se detuviera el tiempo, ¿por qué las cosas buenas tienen un principio y un final? Cuando los guaridas de Amy dieron con nosotros y se la llevaron a la fuerza, sentí que en verdad no podían hacerlo otra vez, no iba a permitir que se la llevaran de nuevo, así que traté de oponerme pero solo logré que me dieran una fuerte paliza.
Escuchar a Jack decir que me lo merecía por tratar de ligarme a la princesa de España era lo peor de todo, sabía que me lo decía en broma, pero por una parte sabía que tenía razón, ¿qué pretendía hacer con todo eso? ¿qué tan lejos quería llegar? La verdad es que ni yo sabía la respuesta. Supe que Amy estaba bien luego de que Jack me contara que se había comunicado con Angela, eso me tranquilizó y me hizo darme cuenta que en verdad me estaba comportando como un iluso.
Pasaron las semanas y llegó el día en que teníamos que volver al Campamento, eso significaba volver a ver a Amy, y no sabía si sentirme entusiasmado o no, ya que no tenía ni la menor idea en lo que habíamos quedado luego de ese día, o más bien, no tenía ni la más puta idea de lo que ella sentía. ¿Podría acaso existir la posibilidad de que una chica como ella pudiese sentir lo mismo que yo? o ¿es que acaso ella está más consciente de su posición y de la mía? No sabía cómo sentirme ni que hacer. Quería verla, moría por hacerlo pero ¿cómo iba a actuar? ¿qué le iba a decir?... Tenía la cabeza hecha un lío y lo bueno es que Lexie logró distraerme completamente, ¿quién iba a pensar que mi ex novia se convertiría en una de mis mejores amigas? Generalmente eso no pasa, pero creo que ambos fuimos lo suficientemente maduros como para comprender la situación, lo mal que estábamos y lo increíble que conectábamos como amigos.
En fin, pasé casi todo el viaje con ella, nos pusimos al día y logró darme un buen consejo acerca de Amy. Y si lo pensaba bien, estaba en lo cierto en lo que me dijo, no podía sacar conclusiones apresuradas, tenía que hablar con ella y ver como esta la cosa. Intenté acercarme a ella en varias oportunidades, pero en todas ellas me dio la impresión de que me estuviese evitando... Se mostraba cortante y distante. ¿Era rollo mío? o ¿es que siempre fue así y no me había dado cuenta?. No, ella no es así... Me repetía una y otra vez en la cabeza, pero si no era eso entonces ¿qué?. Lexie me recomendó que me acercara a ella una vez que estuviese completamente sola y eso fue lo que hice al verla con su cámara fotográfica a lo lejos. Supe de inmediato que estaba enfadada dado que no era muy bueno fingiendo con las caras, pero no entendía el por qué de su enfado. Me quedé en silencio luego de que ella rompiera el hielo, dado a su comentario siguiente no me quedó ninguna duda de que estaba enojada, pero seguía sin entender. Fruncí el ceño confundido con su actuar. ¿Había hecho algo malo? Sencillamente no entendía, fui yo el que recibió una enorme paliza por ella y ahora me trata así? ¿Qué mierda pasaba por su cabeza? Hice una mueca con la boca intentando tranquilizarme, esta bien... quizás es bipolar o algo... - Solo quería saber cómo estabas, o ¿está mal? - le pregunté finalmente luego de haberme quedado en silencio un par de segundos luego de que ella terminara de hablar - y por cierto, yo estoy bien, la paliza que me dieron tus guardaespaldas no fue nada, en serio - le comenté en tono sarcástico, en verdad estaba un poco enfadado por ese tema, no me importaba el hecho de haber recibido una golpiza por ella, recibiría mil si fuera necesario, pero ¿qué es eso de que no me haya preguntado ni si quiera una vez el cómo estaba? Las veces que intenté hablar con ella solo me tiraba comentarios distantes y luego se marchaba - pero veo que eso te tiene sin cuidado... pero no te preocupes, esta bien - ¿quién era yo para reclamarle aquello? quizás si, solo fueron invenciones mías lo que pasó esa noche en el Parque de Diversiones, y en este momento me estaba dando cuenta de aquello, es solo que... no quería admitir lo dolido y decepcionado que estaba. Más aún por su comportamiento, estaba actuando como una niña mimada, pero claro, es una princesa, como no actuar así teniendo aquél título - Lamento haberle molestado, su alteza - dije lo último con un tono medio sarcástico, para luego darme media vuelta con la intención de marcharme de su vista, pero no duré ni cinco pasos y volví a darme la vuelta para encararla - Esta bien ¿me puedes decir lo que te pasa? ¿por qué actúas así? ¿Hice algo mal? - le pregunto sin podermelo aguantar, no podía marcharme sin saber el por qué de su reacción, el por qué me ignoraba y me trataba de esa manera, es que acaso se dio cuenta de que era una bueno para nada, que no era de la realeza y por eso decidió botarme? Esta bien, cualquier motivo iba a aceptarlo, pero necesitaba saber qué pasaba por su cabeza, y no me iba a ir sin que me lo dijera.
Pasamos todo el partido en unas gradas especiales que se nos habían asignado por ser la familia del entrenador de Italia, bastante ostentoso para mi gusto pero no podía negar que desde ese punto tenía una vista muy buena hacia la cancha y hacia otras gradas, especialmente hacia la que le habían asignado a la Familia Real de España que no quedaba a tanta distancia de la mía. Sabía muy bien que no podía negar la extraña sensación que sentí cuando vi por primera vez a Amelia de Borbón en el Instituto, ¿un flechazo?... O quizás algo mucho más intenso que eso, ni yo mismo sabía bien lo que me pasaba cada vez que la veía por los pasillos, era como si su presencia iluminara todo y cautivara cada milímetro de mí, el deseo inmenso de querer conocerla era mucho más grande que cualquier otra cosa en mi mundo, pero cuando supe su apellido sabía que estaba mal, ¿Cómo podría yo estar con alguien de la realeza? Y no pensaba eso solo por el hecho de querer menospreciarme, pero Amy sin dudas se encontraba en un plano mucho mayor al mío, y de eso cualquiera podría darse cuenta.
Fue grande la sorpresa verla ahí, aunque era un poco obvio su presencia dado el hecho de que Italia se enfrentaba contra España, pero su expresión viendo el partido sin dudas, eso si que era sorprendente, ¿Quién iba a decir que una chica como ella se interesaría por el Fútbol? No podía evitar sonreír cada vez que la veía con su cara de concentración mirando el juego, pero me reprochaba al instante ya que no debería estar pendiente de ella siendo que en ese preciso momento, mi padre se estaba jugando el partido de su vida. Además si no me reprochaba yo en cualquier momento lo haría Jack que me daba en ciertas ocasiones unos grandes codazos cada vez que me desconcentraba del partido. Hasta llegó a pensar que me encontraba enfermo ya que era totalmente extraño que no lo escuchara cada vez que me decía algún comentario del partido, ya que eso era lo que comúnmente hacíamos cada vez que íbamos al estadio. En fin, antes de perder la cabeza decidí no desconcentrarme más, tampoco fue difícil esa hazaña ya que luego del segundo tiempo se volvió interesante el partido. Al final todo se decidió por penales y lamentablemente Italia perdió el juego.
Desde ese momento todo fue un caos, la gente se movía y celebraba como animales, y yo como acto de impulso me paré y salí de las gradas cuando vi que Amy y su familia se marchaban. ¿Qué era lo que pretendía hacer? No tenía la más mínima idea, ¿es que acaso pensaba hablarle? Algo totalmente imposible dado por dos hechos, el primero es que sus guardaespaldas no la dejaban tranquila ni hasta para ir al baño por lo que acercarme a ella iba a ser un acto imposible y segundo, suponiendo que al fin logro acercarme a ella ¿qué planeaba decirle? No la conocía para nada y ella mucho menos sabría de mi existencia, por lo que sería un momento demasiado incómodo y raro. Además no alcanzaría a decirle ni una palabra sin antes que sus gorilas se me tiren encima. Pero entonces ¿por qué seguía atravesando a la gente como si mi vida dependiera de aquello?.
Todo sucedió rápido, al verla a lo lejos, el acercarme como un loco al lado de ella al ver que fue arrollada y ofrecerle mi ayuda al instante en que estuve a su lado. Intenté preguntarle el como se encontraba, en verdad necesitaba cerciorarme que estuviese bien, pero como era de esperarse no alcancé a decirle nada ya que sus guardaespaldas se la llevaron de inmediato. ¿Por qué mierda me preocupaba tanto por alguien que no conocía? ¿Por qué me enojé como un idiota al ver que se la llevaban lejos? El enfado que sentí en ese momento era tan grande que no se me pasó por todo un rato, tanto que Jack como mi familia asociaron mi enfado con la derrota de Italia por lo que no me paraban de decir que me tranquilizara, que habrían más partidos y que tenía que apoyar a mi padre. Tenían razón, no podía enojarme con algo que... fue. Por lo que intenté no pensar en ella en todo lo que restó de mi viaje en España.
Mi plan no resultó como pensé, ya que volví a reencontrarme con ella en el Parque de Diversiones. Debo admitir que fue extraño, ya que ¿cuáles eran las posibilidades de encontrármela de nuevo acá en España? y más aún ¿Cuáles eran las posibilidades de que mi amigo fuese novio de la amiga de ella? ¿Por qué mierda no me lo había dicho Jack?... Sentía un verdadero enfado hacía a él, pero honestamente no podía enojarme, ya que desde el momento en que la volví a ver, la sonrisa no se me borró de la cara. Mientras Jack y Angela, esparcían su amor a todo el mundo dediqué el momento para conversar con Amy, era la oportunidad perfecta en verdad, ya que estaba sin guardaespaldas ni nada. Tenía que descubrir qué era lo que tenía ella que no me dejaba pensar con claridad... Pasamos un grato momento, fui yo al cien por ciento, y me dejé llevar por el momento. Nunca pensé que sería una chica tan encantadora, y cuando bailé con ella realmente sentí que nos conectamos a un nivel sorprendente. Jamás me había sentido así en la vida y es que Amy en verdad logró cautivarme de una manera imaginable. Tanto que lo único que quería en ese momento era que se detuviera el tiempo, ¿por qué las cosas buenas tienen un principio y un final? Cuando los guaridas de Amy dieron con nosotros y se la llevaron a la fuerza, sentí que en verdad no podían hacerlo otra vez, no iba a permitir que se la llevaran de nuevo, así que traté de oponerme pero solo logré que me dieran una fuerte paliza.
Escuchar a Jack decir que me lo merecía por tratar de ligarme a la princesa de España era lo peor de todo, sabía que me lo decía en broma, pero por una parte sabía que tenía razón, ¿qué pretendía hacer con todo eso? ¿qué tan lejos quería llegar? La verdad es que ni yo sabía la respuesta. Supe que Amy estaba bien luego de que Jack me contara que se había comunicado con Angela, eso me tranquilizó y me hizo darme cuenta que en verdad me estaba comportando como un iluso.
Pasaron las semanas y llegó el día en que teníamos que volver al Campamento, eso significaba volver a ver a Amy, y no sabía si sentirme entusiasmado o no, ya que no tenía ni la menor idea en lo que habíamos quedado luego de ese día, o más bien, no tenía ni la más puta idea de lo que ella sentía. ¿Podría acaso existir la posibilidad de que una chica como ella pudiese sentir lo mismo que yo? o ¿es que acaso ella está más consciente de su posición y de la mía? No sabía cómo sentirme ni que hacer. Quería verla, moría por hacerlo pero ¿cómo iba a actuar? ¿qué le iba a decir?... Tenía la cabeza hecha un lío y lo bueno es que Lexie logró distraerme completamente, ¿quién iba a pensar que mi ex novia se convertiría en una de mis mejores amigas? Generalmente eso no pasa, pero creo que ambos fuimos lo suficientemente maduros como para comprender la situación, lo mal que estábamos y lo increíble que conectábamos como amigos.
En fin, pasé casi todo el viaje con ella, nos pusimos al día y logró darme un buen consejo acerca de Amy. Y si lo pensaba bien, estaba en lo cierto en lo que me dijo, no podía sacar conclusiones apresuradas, tenía que hablar con ella y ver como esta la cosa. Intenté acercarme a ella en varias oportunidades, pero en todas ellas me dio la impresión de que me estuviese evitando... Se mostraba cortante y distante. ¿Era rollo mío? o ¿es que siempre fue así y no me había dado cuenta?. No, ella no es así... Me repetía una y otra vez en la cabeza, pero si no era eso entonces ¿qué?. Lexie me recomendó que me acercara a ella una vez que estuviese completamente sola y eso fue lo que hice al verla con su cámara fotográfica a lo lejos. Supe de inmediato que estaba enfadada dado que no era muy bueno fingiendo con las caras, pero no entendía el por qué de su enfado. Me quedé en silencio luego de que ella rompiera el hielo, dado a su comentario siguiente no me quedó ninguna duda de que estaba enojada, pero seguía sin entender. Fruncí el ceño confundido con su actuar. ¿Había hecho algo malo? Sencillamente no entendía, fui yo el que recibió una enorme paliza por ella y ahora me trata así? ¿Qué mierda pasaba por su cabeza? Hice una mueca con la boca intentando tranquilizarme, esta bien... quizás es bipolar o algo... - Solo quería saber cómo estabas, o ¿está mal? - le pregunté finalmente luego de haberme quedado en silencio un par de segundos luego de que ella terminara de hablar - y por cierto, yo estoy bien, la paliza que me dieron tus guardaespaldas no fue nada, en serio - le comenté en tono sarcástico, en verdad estaba un poco enfadado por ese tema, no me importaba el hecho de haber recibido una golpiza por ella, recibiría mil si fuera necesario, pero ¿qué es eso de que no me haya preguntado ni si quiera una vez el cómo estaba? Las veces que intenté hablar con ella solo me tiraba comentarios distantes y luego se marchaba - pero veo que eso te tiene sin cuidado... pero no te preocupes, esta bien - ¿quién era yo para reclamarle aquello? quizás si, solo fueron invenciones mías lo que pasó esa noche en el Parque de Diversiones, y en este momento me estaba dando cuenta de aquello, es solo que... no quería admitir lo dolido y decepcionado que estaba. Más aún por su comportamiento, estaba actuando como una niña mimada, pero claro, es una princesa, como no actuar así teniendo aquél título - Lamento haberle molestado, su alteza - dije lo último con un tono medio sarcástico, para luego darme media vuelta con la intención de marcharme de su vista, pero no duré ni cinco pasos y volví a darme la vuelta para encararla - Esta bien ¿me puedes decir lo que te pasa? ¿por qué actúas así? ¿Hice algo mal? - le pregunto sin podermelo aguantar, no podía marcharme sin saber el por qué de su reacción, el por qué me ignoraba y me trataba de esa manera, es que acaso se dio cuenta de que era una bueno para nada, que no era de la realeza y por eso decidió botarme? Esta bien, cualquier motivo iba a aceptarlo, pero necesitaba saber qué pasaba por su cabeza, y no me iba a ir sin que me lo dijera.
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Re: [ # ] Amy de Borbón
ιzzy нale Sáb Sep 07, 2013 12:38 am
. Amy de Borbón .
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[ Está con Mike Riggins ;; En Vacance Club ]
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Durante semanas no hice otra cosa que pensar en él, noche tras noche en la soledad de mi habitación trataba de convencerme a mi misma de que Mike estaba bien y que mi preocupación era innecesaria. Pero vaya que tenía motivos de sobra para preocuparme… y es que temía que los hombres de negro le hubiesen hecho daño. Dios es testigo de cuantas veces atosigue a Angela con lo mismo una y otra vez, pues temia que mi amiga me estuviese ocultando la verdad para no mortificarme aun mas; lo peor es que, no tuve más opción que resignarme. Lo único que calmaba aquella inquietud en mi pecho era la certeza de que él estaba bien, y que dentro de poco lo volvería a ver. Dicha idea me llenaba de... emoción, de nerviosismo, de ansiedad. Nunca antes me había sentido de esa manera… era como si su sola sonrisa iluminara todo mi mundo, logrando hacerme sentir… diferente, pero especial al mismo tiempo. Sabía tan poco de Mike Riggins que deseaba saber más de él. Era tan diferente a los chicos con los que he salido, tan diferente a los príncipes con los que se me ha relacionado sentimentalmente que por primera vez en mi vida sentí que con Mike podía ser yo misma, a pesar de venir de diferentes mundos.
Desgraciadamente, todo lo mágico que me hizo sentir esa noche en la que bailamos, todos esos momentos que vivimos en el Parque de Diversiones se desvanecieron en el aire cuando lo encontré feliz de la vida conversando nada menos que con Alexandrea de Bélgica. Verlo con ella me hizo pensar que Mike era un embustero que solo se dedicaba a coquetear con las de mi clase. En ese momento, me sentí… utilizada, con el orgullo herido. ¿Cómo se atrevía a burlarse de mí en mi propia cara? ¿Es que acaso no tenia ni la mas remota idea de con quien estaba tratando? Estaba tan furiosa que tuve que contenerme de ir con Mike y soltarle un par de verdades en su cara. Pero si algo me ha enseñado la tía Sofía es a guardar la compostura y a nunca armar un escándalo en público, y menos por alguien que no es de nuestra clase. “No vale la pena… mejor para ella y que lo disfrute….” Fue lo que me dije para no dejar que la escena entre ellos me afectara. Mike ni siquiera pertenecía a la realeza, por lo tanto, no debía fijarme en alguien menos digno. Con determinación me aferre a las palabras y a las enseñanzas de la tía Sofía para salvarme a mi misma de un gran error: el de fijarme en Mike Riggins. Semanas antes habría dado lo que fuera para este momento hubiese sido diferente y no de esta manera. Es solo que estaba tan molesta y herida por lo que vi aquella noche en el barco que lo único que se me ocurrió hacer fue ignorarlo para demostrarle que lo que pasó en el Parque de Diversiones no significó nada. Aunque la realidad sea muy diferente, por que a pesar de estar enfadada, en el fondo, deseaba hablar con Mike, aunque fuese solo para hacerle un desplante.
En silencio y con el ceño ligeramente fruncido me dediqué a escuchar lo que tenía que decir. ¿Así que ahora se preocupa por mí? Vaya… ¿Quién lo hubiera creido? ¿O es que su noviecita lo botó y ahora soy plato de segunda mesa? ¡Habrase visto! Yo, una Borbón… jamás. – Como bien lo habrás notado, estoy muy bien, Mike… y no gracias a ti – le dije con una sonrisa altiva, pero valiéndome del sarcasmo a la hora de hacerle ver lo bien que estaba antes de que viniese a importunarme. La sonrisa en mi rostro se acentuó un poco más, aunque no del todo convincente al oírle decir que el estaba bien y que la paliza que le dieron mis guardaespaldas no había sido nada, lo cual en el interior me hizo sentir muy mal. Mike no tenía ni la más mínima idea de cómo me sentía al respecto. Fueron varias noches las que pase en vela pensando en él… deseando que los hombres de negro no le hubiesen hecho daño. Pero todo eso se esfumó cuando Mike me hizo quedar como una tonta, una ridícula al verlo con Alexandrea. Nada me quitaba de la cabeza que había sido una ingenua al angustiarme por un embustero como Riggins. Desvié la mirada evitando que se diera cuenta de lo que sentía por dentro. Nunca he sido buena ocultando mis sentimientos, y lo que menos quería era que Mike se diera cuenta. No iba a quedar expuesta ni mucho menos quedaría como alguien vulnerable en su presencia… ante todo era una princesa, una Borbón, y mi orgullo era primero. Cerré mis ojos un breve momento, como si hubiese recibido un pinchazo en el pecho, al oírle decir que lo que le pasó me tenía sin cuidado. Eso no era cierto… y me molestaba que Mike pensara que no me preocupaba. Pero era tan idiota que no se merecía que le aclarara como me sentía… “No vale la pena” Me recordé a costa de lo que estaba sintiendo. – Bien, me alegra… aunque preguntártelo creo que esta de más, pues es obvio que estas bien y que no fue nada serio… – repuse fingiendo indiferencia al respecto, cuando la verdad es que deseaba abrazarlo con fuerza y decirle que lamentaba mucho lo que tuvo que pasar por culpa mía. Al darme cuenta de sus intenciones de marcharse y dejarme como si nada, volví la vista con ligera desesperación, mi corazón había empezado a latir del pequeño susto que me provocaron sus palabras… no quería que se fuera, quería que se quedara… pero me sentía tan ofendida que las palabras se negaban a salir de mis labios. Pero antes de que pudiera hacer o decir algo… Mike se volvió una vez mas hacia mí, de manera que nuestras miradas se reencontraron, lo que ocasiono que mi corazón se acelerara todavía mas. ¿Aun sabiendo lo que ha hecho se atreve a preguntarme tal cosa? La expresión en mi rostro no podía ser mas evidente… pues por un lado, su pregunta me había tomado un tanto desprevenida, y la verdad es que… no sabía que contestarle, pero aun cuando supiera la respuesta tenía que hacer un esfuerzo y contenerme. – Como si no lo supieras, Mike… ¿O es que acaso para ti las acciones no valen ni tienen importancia? – mis palabras eran moderadas, pero a su vez sonaban un poco duras. – No sé por que te sorprende tanto mi actitud. ¿Pero sabes que es lo que mas molesta de ti? Que fingas no saberlo cuando es más que obvio. – Si ya había llegado hasta este punto no me iba a quedar callada, y si él no es capaz de aceptar sus acciones, entonces… era mejor dejarle claro que conmigo no iba a jugar, si eso es lo que pretendía. – Ah, pero una cosa si te voy a dejar en claro… ¡y es que yo no soy plato de segunda mesa, Mike! – solté un poco borde.
Desgraciadamente, todo lo mágico que me hizo sentir esa noche en la que bailamos, todos esos momentos que vivimos en el Parque de Diversiones se desvanecieron en el aire cuando lo encontré feliz de la vida conversando nada menos que con Alexandrea de Bélgica. Verlo con ella me hizo pensar que Mike era un embustero que solo se dedicaba a coquetear con las de mi clase. En ese momento, me sentí… utilizada, con el orgullo herido. ¿Cómo se atrevía a burlarse de mí en mi propia cara? ¿Es que acaso no tenia ni la mas remota idea de con quien estaba tratando? Estaba tan furiosa que tuve que contenerme de ir con Mike y soltarle un par de verdades en su cara. Pero si algo me ha enseñado la tía Sofía es a guardar la compostura y a nunca armar un escándalo en público, y menos por alguien que no es de nuestra clase. “No vale la pena… mejor para ella y que lo disfrute….” Fue lo que me dije para no dejar que la escena entre ellos me afectara. Mike ni siquiera pertenecía a la realeza, por lo tanto, no debía fijarme en alguien menos digno. Con determinación me aferre a las palabras y a las enseñanzas de la tía Sofía para salvarme a mi misma de un gran error: el de fijarme en Mike Riggins. Semanas antes habría dado lo que fuera para este momento hubiese sido diferente y no de esta manera. Es solo que estaba tan molesta y herida por lo que vi aquella noche en el barco que lo único que se me ocurrió hacer fue ignorarlo para demostrarle que lo que pasó en el Parque de Diversiones no significó nada. Aunque la realidad sea muy diferente, por que a pesar de estar enfadada, en el fondo, deseaba hablar con Mike, aunque fuese solo para hacerle un desplante.
En silencio y con el ceño ligeramente fruncido me dediqué a escuchar lo que tenía que decir. ¿Así que ahora se preocupa por mí? Vaya… ¿Quién lo hubiera creido? ¿O es que su noviecita lo botó y ahora soy plato de segunda mesa? ¡Habrase visto! Yo, una Borbón… jamás. – Como bien lo habrás notado, estoy muy bien, Mike… y no gracias a ti – le dije con una sonrisa altiva, pero valiéndome del sarcasmo a la hora de hacerle ver lo bien que estaba antes de que viniese a importunarme. La sonrisa en mi rostro se acentuó un poco más, aunque no del todo convincente al oírle decir que el estaba bien y que la paliza que le dieron mis guardaespaldas no había sido nada, lo cual en el interior me hizo sentir muy mal. Mike no tenía ni la más mínima idea de cómo me sentía al respecto. Fueron varias noches las que pase en vela pensando en él… deseando que los hombres de negro no le hubiesen hecho daño. Pero todo eso se esfumó cuando Mike me hizo quedar como una tonta, una ridícula al verlo con Alexandrea. Nada me quitaba de la cabeza que había sido una ingenua al angustiarme por un embustero como Riggins. Desvié la mirada evitando que se diera cuenta de lo que sentía por dentro. Nunca he sido buena ocultando mis sentimientos, y lo que menos quería era que Mike se diera cuenta. No iba a quedar expuesta ni mucho menos quedaría como alguien vulnerable en su presencia… ante todo era una princesa, una Borbón, y mi orgullo era primero. Cerré mis ojos un breve momento, como si hubiese recibido un pinchazo en el pecho, al oírle decir que lo que le pasó me tenía sin cuidado. Eso no era cierto… y me molestaba que Mike pensara que no me preocupaba. Pero era tan idiota que no se merecía que le aclarara como me sentía… “No vale la pena” Me recordé a costa de lo que estaba sintiendo. – Bien, me alegra… aunque preguntártelo creo que esta de más, pues es obvio que estas bien y que no fue nada serio… – repuse fingiendo indiferencia al respecto, cuando la verdad es que deseaba abrazarlo con fuerza y decirle que lamentaba mucho lo que tuvo que pasar por culpa mía. Al darme cuenta de sus intenciones de marcharse y dejarme como si nada, volví la vista con ligera desesperación, mi corazón había empezado a latir del pequeño susto que me provocaron sus palabras… no quería que se fuera, quería que se quedara… pero me sentía tan ofendida que las palabras se negaban a salir de mis labios. Pero antes de que pudiera hacer o decir algo… Mike se volvió una vez mas hacia mí, de manera que nuestras miradas se reencontraron, lo que ocasiono que mi corazón se acelerara todavía mas. ¿Aun sabiendo lo que ha hecho se atreve a preguntarme tal cosa? La expresión en mi rostro no podía ser mas evidente… pues por un lado, su pregunta me había tomado un tanto desprevenida, y la verdad es que… no sabía que contestarle, pero aun cuando supiera la respuesta tenía que hacer un esfuerzo y contenerme. – Como si no lo supieras, Mike… ¿O es que acaso para ti las acciones no valen ni tienen importancia? – mis palabras eran moderadas, pero a su vez sonaban un poco duras. – No sé por que te sorprende tanto mi actitud. ¿Pero sabes que es lo que mas molesta de ti? Que fingas no saberlo cuando es más que obvio. – Si ya había llegado hasta este punto no me iba a quedar callada, y si él no es capaz de aceptar sus acciones, entonces… era mejor dejarle claro que conmigo no iba a jugar, si eso es lo que pretendía. – Ah, pero una cosa si te voy a dejar en claro… ¡y es que yo no soy plato de segunda mesa, Mike! – solté un poco borde.
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Re: [ # ] Amy de Borbón
ιzzy нale Dom Oct 20, 2013 12:29 am
. Amy de Borbón .
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– ¿Por qué te tardaste tanto en volver? No sabes la falta que me has hecho – susurré, solo que para que él, y solo él, pudiera oírme, sintiendo una punzada de dolor en mi pecho, una punzada directa a mi corazón.
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Re: [ # ] Amy de Borbón
ιzzy нale Vie Dic 20, 2013 1:17 am
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