[ # ] Katerina Novacek
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Tony Guerrero
27 años □ Policia
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En:Calles Con:Katerina Novacek
Recién había terminado mi turno así que había decidido salir de la comisaría y comer algo por que de seguro no había nada en el ya que ni Dean ni yo éramos lo que se decía cocineros. Más bien teníamos lo suficiente como para subsistir (Cervezas, papas fritas y alguna que otra hamburguesa) y en situaciones como estas, nos las arreglábamos.
Estaba caminando por el centro de NY como todas las noches. Me encantaba esta ciudad, podía ofrecerme de todo, todo al alcance de mi mano. Era una ciudad tan… vibrante, tan llena de energía. Siempre estaba en movimiento, siempre ocurría algo nuevo, todos los días me daba pie a sorprenderme. Era mi lugar en el mundo.
Mientras caminaba, observé como a una chica que tenía delante se le caía un papel, por lo que lo tomé y me acerqué a ella- Oye! Detente! -le dije y apresuré el paso para alcanzarla- Disculpe señorita-le dije tomándola con delicadeza del brazo para que se detuviera y me observara. No pude evitar quedarme como tonto mirando sus ojos. Y… Vaya ojos!! Así tan azules! Bueno no es que nunca hubiera visto ojos azules, es solo que los de ella… bueno… los de ella era particularmente llamativos.
Carraspeé cuando me di cuenta que ya el silencio se había prolongado demasiado, quizás se pensaría que estaba frente a algún depravado, lo cual sería irónico dada mi línea de trabajo- Ejem… disculpe pero se le ha caído esto- le dije tendiéndole el papel. Entonces me detuve a mirarla y me di cuenta de que me resultaba familiar, aunque no sabía de dónde- Disculpe pero… ¿Nos conocemos? Es que… tengo la leve sensación de que nos hemos visto antes-le dije y en mi interior rezaba por que así fuera ya que de esa forma tendría una idea de donde había salido esa mujer tan cautivadora.
Estaba caminando por el centro de NY como todas las noches. Me encantaba esta ciudad, podía ofrecerme de todo, todo al alcance de mi mano. Era una ciudad tan… vibrante, tan llena de energía. Siempre estaba en movimiento, siempre ocurría algo nuevo, todos los días me daba pie a sorprenderme. Era mi lugar en el mundo.
Mientras caminaba, observé como a una chica que tenía delante se le caía un papel, por lo que lo tomé y me acerqué a ella- Oye! Detente! -le dije y apresuré el paso para alcanzarla- Disculpe señorita-le dije tomándola con delicadeza del brazo para que se detuviera y me observara. No pude evitar quedarme como tonto mirando sus ojos. Y… Vaya ojos!! Así tan azules! Bueno no es que nunca hubiera visto ojos azules, es solo que los de ella… bueno… los de ella era particularmente llamativos.
Carraspeé cuando me di cuenta que ya el silencio se había prolongado demasiado, quizás se pensaría que estaba frente a algún depravado, lo cual sería irónico dada mi línea de trabajo- Ejem… disculpe pero se le ha caído esto- le dije tendiéndole el papel. Entonces me detuve a mirarla y me di cuenta de que me resultaba familiar, aunque no sabía de dónde- Disculpe pero… ¿Nos conocemos? Es que… tengo la leve sensación de que nos hemos visto antes-le dije y en mi interior rezaba por que así fuera ya que de esa forma tendría una idea de donde había salido esa mujer tan cautivadora.
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