[ # ] Andrómeda Lupin

**ιzzy нale** Jue Feb 21, 2013 12:15 am

Andrómeda Lupin

as: Andrómeda Nymphadora Lupin Tonks
● 15 años # Quinto año # Miembro de la Casa de Gryffindor # Prefecta » Sangre Mestiza
[ Está con James Potter ;; En un corredor, cerca de la Torre Sur ]

‘Papá… ¿Qué pasara si fallo y no logro ser lo suficientemente apta para el cargo de Prefecta? ¿Esta bien equivocarse y renunciar?’ ‘Lo harás bien, pequeña… tu madre y yo confiamos en que harás un excelente trabajo como Prefecta. No hay razón para que te preocupes, mientras confíes en que todo saldrá bien, y te aseguro que estamos completamente seguros de que lo lograrás muy bien. Confiamos ciegamente en ti, pequeña. Y hagas lo que hagas… siempre estaremos muy orgullosos de ti, cariño… Nunca lo olvides…’ Esas fueron las palabras de Papá minutos antes de que Lily, Marlene y yo subiéramos al tren, y nos aventuráramos a cursar un nuevo año en Hogwarts. El expresarle y hacerle saber a Papá mi… temor al no sentirme lo suficientemente apta para asumir el puesto como nueva ‘Prefecta’ de Gryffindor me ayudó mucho… y es que cargar con una responsabilidad tan grande como esta, bueno… en cierta forma, me asustaba... y mucho para ser honesta. El hecho de que Papá siempre supiera que decir ayudó a que me tranquilizara y que aquel nudo en la boca del estómago (el cual me estaba ocasionando un severo malestar) desapareciera… pero más que aliviar mis nervios… sus palabras ayudaron a infundirme confianza y seguridad, dos cosas que necesitaba con desesperación. Los tíos Sirius y James constantemente decían que era muy parecida a Papá en cuanto a su forma de pensar, y lo cierto es que me sentía muy orgullosa de ello; aunque, he de admitir que muchas veces me avergonzaba el exceso de cumplidos por parte de mis tíos, pero así eran ellos.

Hacia más de una hora que el banquete y la ceremonia de selección habían terminado y los pasillos prácticamente estaban sumidos en un silencio que solo era roto por el sonido de la lluvia cayendo precipitadamente; el que Lily se disculpara con nostras y ser marchara minutos antes de que el director Longbottom gentilmente nos diera las ‘buenas noches’, era una situación que, francamente me tenía muy preocupada. Si no me atreví a preguntarle a Lily que era lo que le sucedía, fue por que asumí que su… ‘problema’ tenía que ver con Regulus y la… ‘pequeña’ discusión que tuvieron en el verano. ¿Honestamente? nunca he entendido por qué Regulus se comporta como un redomado idiota, y para ser honesta… jamás me ha gustado verlos discutir y pelear por tonterías. Por eso esperaba… no, mejor dicho deseaba que muy pronto Lily y Regulus arreglaran sus diferencias. Puede que Regulus ‘intente’ engañar a todos, pero a mi no me engañaba tan fácilmente… pues durante la cena de despedida, así como durante el banquete de bienvenida, pude percatarme de cómo lanzaba furtivas miradas hacia Lily.

Una vez que Hugo y yo guiamos a los alumnos de primer año por las escaleras, y les indicamos el camino hacia la Sala Común de Gryffindor; me vi tentada en escribirle a mis padres y a Teddy… pero preferí esperar hasta mañana que dieran inicio las clases, así que opté por dar un breve recorrido por los corredores antes de irme a dormir. Caminaba tranquilamente, mientras mi mente divagaba y rememoraba gratos e inolvidables recuerdos de nuestro primer año. Uno de los recuerdos más graciosos que tenia de nuestro primer año fue cuando Lily, Marlene, Regulus, James y yo fuimos invitados al ‘cumpleaños de muerte’ de ‘Nick Casi Decapitado’. Y es que los comentarios de James y Regulus ‘mataban’ a más de uno de la risa. Era la primera vez que asistíamos a un ‘cumpleaños de muerte’ y no sabíamos que ‘obsequiar’ en este tipo de situaciones. Pero claro… como de costumbre James y Regulus salieron con una de sus ideas ‘brillantes’ y se les ocurrió llegar con una ‘corona de flores’ que expresara nuestro mas profundo pésame. ‘Vaya par de insensibles…’ recordé con una pequeña sonrisa, pero el recuerdo era tan gracioso que no pude evitar reírme yo sola en mitad del pasillo… consciente de que quien me viera llegara a pensar que estaba loca, pero sinceramente no podía evitarlo.

Acaba de dar la vuelta en un corredor… mis pasos me habían llevado hasta la torre sur, cerca de donde se encontraba el cuadro de ‘Sir Cadogan’, de manera que no me extraño escuchar una singular voz que no paraba de decir cosas como: ‘¡En guardia, vil bellaco! ¡Desenvaina tu espada y enfréntame como hombre!’. En efecto… al pasar justo a un lado del cuadro de ‘Sir Cadogan’ pude darme cuenta de que retaba a duelo a otro caballero, cuya expresión era aburrida y al parecer estaba cansado de esperar a que ‘Sir Cadogan’ tratara de levantar de su espada, la cual era muy pesada para él, pues a penas y podía levantarla del suelo sin volver a caerse. El caballero al darse cuenta de que los estaba observando, se levantó de la roca en la que estaba sentado, se inclinó caballerosamente, y sin mas esbozó una amable sonrisa en los labios diciendo: ‘Buenas noches, mi lady’; un gesto que me hizo sonreír gentilmente al devolverle el saludo con un cordial: ‘Buenas noches, Sir Reginald…Sir Cadogan’. Justo cuando apartaba la mirada del cuadro de Sir Cadogan una figura muy conocido al final del corredor llamó mi atención, por lo que fui acercándome con cuidado, hasta ubicarme cerca de él. – ¿James? – inquirí dudosamente, una vez que estuve lo suficientemente cerca como de él y la armadura que inspeccionaba a fondo. – Tú… ¿Qué estas haciendo con esa armadura? – pregunté con extrañeza, mientras mis ojos viajaban de James a la armadura. Por alguna extraña razón, una voz en mi interior me ‘advertía’ de los problemas y me temo que James no pasaría por alto esta primera noche. Negué suavemente, esforzándome por no sonreír. – James, enserio… si se trata de una broma, no creo que sea lo más conve… – Quise hacerle ver que era una mala idea lo que estaba haciendo, pero mis palabras quedaron inconclusas cuando la armadura se agitó con un fuerte respingo, el yelmo se abrió y comenzó a salir humo… – Ay, no… James Potter ¿Qué has hecho…? – Una parte de mi se moría de curiosidad por saber que fue lo que James echo dentro de la armadura, pero el hecho de que esta se agitara como un caldero llegando a su punto de ebullición no era nada bueno.

**ιzzy нale** Dom Mar 03, 2013 12:26 am

James Potter

James Sirius Potter Weasley
17 años, Gryffindor - Séptimo // Cazador & Animago // Sangre Mestiza
& Está con: Andrómeda Lupin - En un corredor, cerca de la Torre Sur

"El sexto piso del lado derecho está estrictamente prohibido", "Lo que se haya oculto del otro lado de la puerta es de peligro extremo", "Pasen de largo por ahí y que no se detengan a curiosear a menos que estén dispuesto a enfrentar la muerte". Sonrío sin poder evitarlo cuando aquellas palabras me volvían a rondar en la cabeza, aquello no era más que una amplia invitación para que yo me fuese a meter por ahí, y sin dudas mi mente ya estaba planeando varias formas de poder escabullirme para descubrir lo que estaban ocultando, pero aunque le diera mil vueltas a los planes me seguía faltando un elemento importante que lamentablemente no estaba en mi posesión: la capa de invisibilidad. Mi padre prefirió dársela a Lily antes que a mí, ¿Increible verdad? ya que según él con Regulus ya contábamos con el Mapa del Merodeador, que sin dudas fue una de las mejores cosas que hizo mi abuelo con mis tíos en su época de estudiantes, pero no es fácil escabullirse sin la capa, además luego de que saliera de Hogwarts ¿de qué me serviría? Tendría que dársela a Lily... Y sinceramente la idea de que Lily posea la capa más el mapa no me agradaba para nada, y supongo que Regulus tampoco encontraría que esa fuese una idea brillante.

Mediante el banquete me dediqué a observar a mi hermana y a mi mejor amigo, había notado antes la tensión en la cena que tuvimos antes de partir a Hogwarts, bueno tampoco había que ser un genio para darse cuenta de que ambos habían peleado, pero o que más me extrañaba es que generalmente no duraban tanto como en esta ocasión. Aún así preferí morderme la lengua antes de preguntarle algo a él, no quería conflictos pero esto de que ambos se comiencen a evitar me estaba hartando hasta los pelos, por lo que decidí que si seguían así a tal punto de que comenzara a afectarle a los demás iba a interferir, aunque eso significase un encantamiento o alguna maldición por parte de Lily.

Da igual, por ahora se los dejaría a ellos, ya que tenía otra cosa importante en que pensar, y eso era encontrar una forma de poder escabullirme al sexto piso, por lo que después del banquete opté por alejarme de los demás e irme a los baños a esperar a que los pasillos de despejaran. Luego de un rato saco el Mapa del Merodeador que tenía en la túnica y después de apuntarlo con la varita y decir "Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas" me largo del baño al percatarme de que no había nadie cerca. Solo Merlín sabe cuanto tiempo estuve divagando tratando de escabullirme de los Prefectos y de Peeves, que no me la hacía para nada fácil. Peeves, tenía que encontrar una forma de distraerlo si quería que me dejase el camino libre. Observo una vez más el mapa y me doy cuenta de que estaba cerca de la Torre Sur y que rastro de ese poltergeist no se veía, bien. Me quedo mirando a mi alrededor para analizar bien mi entorno, en eso veo algo que me llama la atención, me acerco y me quedo observando detenidamente la armadura que tenía en frente. Quizás un encantamiento... Si hago que esto se mueva solo, podría distraer a Peeves. Excelente idea James, hay veces que hasta yo mismo me sorprendo. Saco la varita luego de volver a dejar el mapa en mi túnica, y apunto con esta a la armadura. Ahora ¿Cuál?... Locomotor quizás Entrecierro un poco los ojos, si podría funcionar - Locomotor - Digo al mismo instante en que hacía un movimiento rápido con la varita... Nada. Quizás no hice el movimiento con exactitud, miro mi varita con aire curioso. O quizás mi varita este defectuosa... No, imposible.

Me sobresalto al escuchar a Andrómeda pronunciar mi nombre, la miro un tanto sorprendido cuando me doy cuenta de que aún tenía la varita en la mano, trago un poco de saliva al mismo instante en que me la guardaba inmediatamente en la túnica - ¡Ey! - le digo en forma de saludo, veo que me mira con certidumbre, por lo que solo atino a sonreír un tanto nervioso por la situación, ¿cómo es que no la vi venir? - Nada en lo absoluto, solo estaba admirando sus... magnificas terminaciones - digo al instante en que devolvía mi mirada a la armadura pero esta vez con falsa admiración, tenía que ser hasta lo imposible para que no me descubriese, porque si se llegase a enterar mis autenticas intenciones pegaría un grito en el cielo, estaba seguro. Nego rápidamente con la cabeza cuando le escuché decir lo de la "supuesta broma", pero me quedo totalmente paralizado al ver que la armadura se agitaba fuertemente y comenzaba a echar humo - ¿Qué? ¿Ahora te mueves? - exclamo sin podermelo creer con cierto sarcasmo, pero me quedo en total silencio cuando de ésta comienza a salir humo. Mierda, esto no lo tenía planeado. Toso un par de veces cuando siento que el humo ingresaba a mis pulmones, esto no estaba bien. Me pongo enfrente de Andrómeda con un intento de protegerla para luego volver a apuntar con la varita a aquella maldita cosa - Finite Incantatem - bajo la varita al percatarme de que la armadura volvía a inmovilizarse, vaya desastre. Sacudo un poco los brazos con el intento de hacer desaparecer el humo que impedía un tanto la vista y me vuelvo a acercar al objeto que había puesto a luz mis intenciones, maldita cosa, le pateo para luego darme media vuelta y mirar a Andrómeda con una pequeña sonrisa angelical - Al parecer alguien le echó un encantamiento - digo inocentemente mientras me encogía de hombros, esta bien sabía que no me la creería por nada del mundo pero tenía que hacer el intento ¿no? - Lo siento, no volverá a pasar - me disculpo al instante en que vi su mirada, como era de esperarse no me la había creído, es que a decir verdad solo un tonto pensaría que yo no tuve nada que ver con aquel... "accidente". Y Andrómeda no tenía ni un pelo de tonta, lo sabía. - Esto... queda entre nosotros ¿no? - le pregunto inquietamente, sabía que no me iba a delatar ni nada de eso, pero tampoco quería que le dijese a las chicas lo que me pilló haciendo, ya que eso entraría a especulaciones y lo que menos quería ahora es que se diesen cuenta de que traía algo entre manos.

**ιzzy нale** Mar Mar 12, 2013 3:17 am

Andrómeda Lupin

as: Andrómeda Nymphadora Lupin Tonks
● 15 años # Quinto año # Miembro de la Casa de Gryffindor # Prefecta » Sangre Mestiza
[ Está con James Potter ;; En un corredor, cerca de la Torre Sur ]

“¿Admirando sus magníficas terminaciones? ¿Habla enserio?” pensé de manera silenciosa, arrugando el pequeño espacio entre mis cejas, sin podar dar crédito a sus palabras, y meditando lo que sea que eso pudiese significar, ya que una parte de mi intuía que algo no estaba bien y miles de preguntas sin respuesta abarrotaban mi mente en ese preciso instante. “¿Qué hacia James a mitad de un pasillo cuando se supone que debía estar en la Sala Común?” he ahí la primera pregunta. Extrañamente, nada me quitaba de la cabeza que James no estaba siendo sincero conmigo, por lo que no pude evitar que un suspiro escapara de mis labios. Segunda pregunta… ¿desde cuando James se interesa por la arquitectura del colegio? ¿Acaso es eso posible? El hecho de que James y yo hubiésemos crecido juntos… que nuestras familias fueran muy unidas por la entrañable amistad que los ha unido desde hace años; muchas veces me orillaba a dudar de las verdaderas intenciones de James Potter y Regulus Black, y hoy no era la excepción, ya que aquel extraño comportamiento me resultaba bastante sospechoso. “A todo esto, ¿Dónde estaba metido Regulus?” pensé con inquietud, desviando la mirada de James brevemente para ver hacia ambos lados; no por ser esa una tercera pregunta era menos importante que las anteriores, no, no… todas eran realmente importantes… en especial, si estas tienen que ver con James y Regulus. Y lo cierto es que… no ver a Regulus era otra cosa que me parecía muy extraño… puesto que esos dos son prácticamente inseparables; por eso me era difícil pensar que James estuviese actuando por cuenta propia…

“¡Tienes que hacer algo y rápido…! ¡Antes de que el ruido atraiga la atención!” soltó mi mente demasiado alarmada al ver que la armadura se agitaba estrepitosamente, y el humo que brotaba del yelmo empezaba a nublar nuestra visión. James era quien me preocupaba al ser quien estaba más cerca de la armadura, pero antes de que tuviera oportunidad de tirar de su túnica para sacarlo de aquella nube de humo con hedor a chamusquina, se puso enfrente de mí, como si quisiera protegerme, y con un “Finite Incantatem” los estrepitosos ruidos cesaron, lo que indicaba que la armadura había vuelto a quedarse inmóvil. Sin embargo, el hedor a chamusquina aún se respiraba el ambiente, de manera que me aleje un poco de James una vez que el humo se fue disipando, y no sin antes lanzarle una silenciosa mirada con mi completa desaprobación, para después acercarme con paso cauteloso a la armadura para cerciorarme de los daños no solo por aquel pequeño accidente, si no también por la patada que le propino. Por fortuna, todo parecía estar en orden… la armadura no tenía abolladuras y no había indicios de que estuviera quemada. Sin hacer ningún tipo de comentario respecto a lo sucedido, me tome mi tiempo para responder a las palabras de James, sin dedicarle una sola sonrisa ante la expresión angelical e inocente que me ponía y que en otras circunstancias, no lo sé… probablemente me habría ablandado, pero esta vez no; más que sentirme molesta… estaba muy decepcionada de él ante su falta de responsabilidad y por ser tan poco cuidadoso. De igual manera me decepcionaba el hecho de que no fuese sincero conmigo. ¿De verdad no pensó en lo que sucedería si algún Profesor o un Prefecto lo descubrían? – Eso espero, James… – Inusualmente mi voz había adquirido un tono bastante serio, no era normal que me portara de esa manera… y menos con James, con quien siempre he tenido una gran relación… y que decir del inmenso cariño que le tengo de toda la vida. – Si… tú… tú no te preocupes por nada. Tienes mi palabra de que esto solo quedara entre nosotros… – afirme con un suspiro, al tiempo que me ponía ligeramente de puntas para acomodar el yelmo de la armadura. No estaba del todo seguro si su inquietud se debía al hecho de que me atreviera a delatarlo, o… si era por que no quería que Lily y Marlene se enteraran de esto. Una vez que terminé de acomodar el yelmo de la armadura, me vi tentada en preguntarle que era lo que planeaba, pero al ver cierto mapa sobresalía del bolsillo de su túnica, mi mente trato de atar cabos. – James… ya hablando enserio, ¿Qué haces aquí? ¡Y no me digas que nada! Por que te conozco… – advertí con una pequeña mueca, al tiempo que me cruzaba de brazos, cuando una momentánea revelación llego a mi mente, alterándome hasta cierto punto. – James… esto… lo que tu acabas de hacer… ¿acaso tú… planeabas…? – No, no, no… ¿lo que estoy pensando no puede ser verdad… o si? Realmente no quería entrar en el terreno de las conjeturas… Ay no… ¿acaso están dementes? ¿Saben en el problema que se meterían si los descubren? No, por favor… díganme que esto no es cierto… – James Sirius Potter, te exijo que me digas la verdad, ¡ahora mismo! – dije peligrosamente dando un paso hacia él para mirarle directamente a los ojos. “Por Merlín… que no hayan cometido la estupidez que estoy pensando” rogué con todas mis fuerzas, tratando de no alterarme con mis propios pensamientos.

**ιzzy нale** Jue Mar 28, 2013 12:51 am

James Potter

James Sirius Potter Weasley
17 años, Gryffindor - Séptimo // Cazador & Animago // Sangre Mestiza
& Está con: Andrómeda Lupin - En un corredor, cerca de la Torre Sur

Esperaba que Andrómeda se creyese mi excusa pero algo en mí intuía que había sido demasiado estúpida hasta para mi mismo. ¿Magnificas terminaciones? ¿En qué demonios estaba pensando? La miro re reojo y me doy cuenta que tenía esa típica expresión suya cuando pensaba demasiado las cosas y le encontraba la respuesta a todo, genial pienso con una pizca de sarcasmo cuando la oigo soltar un suspiro, el cual no podía significar nada bueno. La miro con sigilo sin saber qué decir, por lo que solo opto por darle una de mis mejores sonrisas de inocencia, cualquier cosa que me ayude a calmar el humor de Andrómeda me iría bien en estos momentos, porque ¡vamos! la conozco desde que tenía pañales y bueno si hay algo que he aprendido desde ese entonces, es que no tenía que hacerle enojar ¡nunca!. Hago una pequeña mueca de incomodidad cuando la veo mirar para ambos lados ¿qué anda buscando? ¿Acaso algún profesor? ¿Me querrá echar al agua?... ¡No, imposible! Andrómeda trataba de cubrirnos siempre que podía a Regulus y a mí cada vez que nos metíamos en problemas (que es casi todo el tiempo) así que no hay manera de que... ¡Claro! Si hay algo que no encaja bien en esta situación es la ausencia de cierto mejor amigo que perdí de vista luego de la cena. Okey, es preferible no meter a Regulus en todo esto así que tenía que hacer algo para cubrirlo...

¡Mierda! Todo habría salido bien si a la armadura no se le hubiese ocurrido echar humo como si fuese chimenea. Frunzo un poco el ceño al ver que se acercaba a la armadura, suponía que quería cerciorarse con que ésta no se levante de pronto y comience a lanzar grandes bolas de fuego o algo por el estilo. Aunque no fuese bueno en adivinación, tenía el presentimiento de lo que ocurriría a continuación, me regañaría por hacer algo totalmente "alocado" o "peligroso" como una madre quién reta a su hijo de 5 año por hacer una travesura. Siempre he pensado que Andrómeda es la que salió más madura y cuerda (por así decirlo) de todos nosotros, exceptuando a Albus por supuesto, el cual su concepto de diversión era sentarse en las tardes a leer un "buen libro"... si claro, muy entretenido... Trago un poco de saliva al notar que mi intento de suavizarla al parecer no hacía efecto, su mirada era firme al igual que su voz, ¿por qué no podía tomar las cosas con más calma y con no sé... mejor humor?. Doy un paso atrás con cierta precaución al ver que daba un paso al frente amenazadoramente mientras decía mi nombre completo, lo cual no era una buena señal para nada. ¡Merlín! ¿ahora qué? No podía contarle la verdad, se volvería el triple de furiosa de lo que ya esta... Piensa James, se te tiene que ocurrir algo... Algo ingenioso esta vez y no una estupidez como la de la armadura... Me quedo mirándola por unos segundos sin saber qué hacer o decir. - Okey... pero no tienes que alterarte, no es la gran cosa - digo para luego soltar un resoplido con el intento de suavizar todo dándole poca importancia. Miro la armadura por unos segundos y sin quitar mi mirada de esta comienzo a decir las primeras cosas que se me venían a la mente - lo que pasa es que... estaba dando mi típico paseo habitual... ya sabes el que siempre hago - comienzo diciendo algo que no era para nada anormal en mí, siempre me escurría por las noches con Regulus para hacer de las nuestras así que no tendría que sospechar nada raro de aquello... exceptuando que ¡Claro! Regulus no estaba conmigo ahora en estos momentos... La miro con cierto recelo para luego seguir con mi relato - Esta bien, la cosa es esta... Iba a hacerle una jugarreta a Peeves, ya sabes como ese monstruito siempre se mete conmigo cada vez que puede y me arruina mis cosas - Era un buen punto, no podía desconfiar de aquello, pero por si las dudas preferí mirarla firmemente para que no viese ninguna clase de vacilación en mi rostro, como siempre, la confianza en uno mismo ante todo - Así que quería hechizar la armadura para darle un susto - Asiento un par de veces como si estuviera explicando un punto bastante obvio - Y bueno con el mapa pretendía encontrarlo, ya sabes... - me encojo de hombros, pero me faltaba algo, explicar el por qué Regulus no estaba conmigo... Tenía que inventar una buena porque no me creería que quise hacer todo esto solo por mi cuenta... Entrecerré un poco los ojos, y a propósito ¿donde dominios estaba? Esperaba de verdad que estuviera en la sala común porque por ahí iba mi excusa para su ausencia.

- Pero te estarás preguntando algo ¿Dónde demonios esta Regulus? - digo esto último usando un tono de curiosidad exagerado y alzando ambos brazos para hacer más creíble mi actuación - Pues, quería esperar a los chicos del Quidditch, se le ocurrió una buena jugada... como es el capitán tiene que... pensar en todas esas cosas - Asiento un par de veces con la cabeza esperando que me estuviese creyendo toda esta farsa - si quieres te lo puedo probar - ¡Merlín que esté en la Sala Común por favor! Pienso deseándolo desesperadamente mientras sacaba mi mapa de la túnica mostrando una cara totalmente confiada y tranquila - Déjame ver... - Despliego el mapa con aire campante y me pongo a buscar su nombre en el Séptimo piso, más específicamente en la Sala Común, donde esperaba encontrarlo... Okey, no esta... ¿Ahora qué? ¿Donde mierda está? Mis ojos comienzan a repasar rápidamente el mapa cuando con sorpresa me detengo fijamente en dos puntos. ¿Qué....? Parpadeo un par de veces, quizás la visión me esta fallando... No, esta perfectamente... Frunzo el ceño con cierta incredulidad, ¿qué mierda? ¿Qué estaban haciendo Regulus y mi hermana solos en una sala del Séptimo Piso? Y... ¿a esa distancia? Eso... hasta para mí es raro ¡Por Merlín! Niego un par de veces con la cabeza cerrando toda posibilidad a que mi mente comience a divagar por su cuenta, no... debe haber una explicación razonable por supuesto, le preguntaría a Regulus después... Alzo mi vista para ver a Andrómeda quién me miraba algo extrañada por lo que percibía... Carraspeo un poco con la garganta, la cual de pronto se me había secado por completo - No querrás ver lo que esta haciendo Regulus... - comienzo diciendo con una leve mueca de desagrado en los labios - al parecer se está liando con una chica y no es bueno invadir su privacidad por lo que... Travesura realizada - digo rápidamente apuntando el mapa con la varita para posteriormente volver a guardarlo antes de que ella lo viese. ¿Por qué no quería mostrarle la verdadera ubicación de Regulus? No lo sabía muy bien, aunque quizás Andromeda sepa lo que realmente esté ocurriendo con ellos dos.... da igual, ya me encargaría de averiguarlo después... - ¿Terminaste tu turno? Si todo esta resuelto podríamos volver a la Sala Común - le ofrezco en un tono muy seco para mi gusto, pero aunque quisiera no podía dejar de pensar en lo que estaban haciendo esos dos, ¿se habrán metido en algún problema? ¿habrá alguien herido? Es la única cosa que se me ocurre para que estén en esa distancia... Quizás debería ir a cerciorarme de que estuviesen bien... pero ¿qué le diría a Andrómeda? Frunzo un poco los labios sintiéndome un completo inútil en estos momentos.

**ιzzy нale** Miér Abr 03, 2013 1:15 am

Andrómeda Lupin

as: Andrómeda Nymphadora Lupin Tonks
● 15 años # Quinto año # Miembro de la Casa de Gryffindor # Prefecta » Sangre Mestiza
[ Está con James Potter ;; En un corredor, cerca de la Torre Sur ]

Lentamente fui entornando la mirada a la espera de que James Potter me diera una explicación sobre por qué se encontraba en mitad de un corredor que va para la torre sur y en una actitud muy sospechosa. ¿Cómo no dudar de él cuando no hacen otra cosa que meterse en problemas? A estas alturas, nada de lo que hagan James Potter y Regulus Black es motivo de sorpresa… pues evidente que toda esta situación no es más que una jugarreta. ¿Creen que no los conocemos? ¡Por todos los cielos! He crecido viendo las trastadas de James y Regulus. Y la verdad es que no fue ninguna sorpresa ver que este par se volvió muy popular desde el primer momento en que pusieron un pie en el Colegio. Hablo enserio… ¿Qué otra cosa puede esperarse del nieto de James Potter y del hijo de Sirius Black? Nada. Solo… esperar pacientemente a que suceda lo inevitable, lo cual lo convierte en una certeza corazonada que en el fondo sabes que ocurrirá. Ver a James y Regulus confabular en secreto es motivo de sospecha, ya nunca sabes con exactitud que es lo que estos dos se traen entre manos. Reconozco que el tío Sirius tiene razón al decir que en la vida hay que tomar riesgos, pero existen límites ¿no es verdad? Y temo que llegue el día en el que James y Regulus crucen las fronteras y se excedan a ir más allá de lo establecido. Para ser honesta, no quiero ni pensarlo. Sé que no debo preocuparme tanto, y eso es algo que nunca he podido evitar – Marlene suele decir que mi excesiva preocupación solo ocasionara que me salgan arrugan prematuras – ¿Por qué se preguntaran? Bueno… la respuesta es razonable, y es que no quisiera que por sus acciones fueran expulsados. Nunca me ha gustado ser la encargada de recordarles este tipo de cosas que para ellos resulta pura guasa, pero si yo no lo hago, entonces… ¿quién lo hará? Lo peor de todo es que no sé que me hace pensar que James me escuchara y tomara en cuenta mis palabras. Difícilmente Albus puede hacerlo entrar en razón… y dudo mucho tener lo que se necesita para hacerlo desistir de lo que sea que cruce por su mente.

En silencio me dediqué a escuchar las “razones” de James antes de tomar una decisión apresurada de la que después me arrepienta. Nada perdía con escucharlo y esperaba que en esta ocasión tuviera el valor de decirme la verdad y que confiara en mí. A decir verdad, me aterraba la idea de que James y Regulus estuviesen planeando una “pequeña excursión” al sexto piso para averiguar que era lo que el Ministerio de Magia tenía oculto en aquel lugar. El profesor Longbottom fue muy claro en su discurso al advertirnos que por ningún motivo debíamos acercarnos… y temía que todo esto no fuera más que un montaje bien planeado para distraer a los profesores, a los prefectos y a Peeves, y así llevar a cabo si bien labrado plan. Oírle decir que no tenia por que alterarme, solo incremento mis sospechas y me hizo lanzarle una severa mirada. Si James Potter trataba de convencerme, esta no era la mejor forma de hacerlo… ¿Como sentirme tranquila cuando están a punto de cometer una locura? ¡Ir al sexto piso es una misión suicida! ¡Era arriesgarse estúpidamente por algo que, no saben que es! ¡Y que puede ser muy peligroso! Por Merlín… ¡¿Qué acaso han perdido la chaveta?! Realmente estaba haciendo un gran esfuerzo por controlarme y no dejar que mis pensamientos me llevaran a erróneas suposiciones. Probablemente todo esto solo era un error, pero tratándose de James Potter debía mostrar una actitud precavida y razonable. Cuando lo oí decir que solo estaba dando su típico paseo de rutina, me mantuve firme en mi expresión y con la mirada lo invite a que continuara, mientras examinaba cuidadosamente las expresiones cambiantes en su rostro. Hasta ahí… supongo que debo confiar y creer que lo que me esta diciendo es verdad, pues estos dos tenían la costumbre de andar por ahí a hurtadillas. Un hecho que no es nada raro. Pero aun quedaba un detalle suelto… ¿Dónde estaba Regulus si solo se trata de un paseo rutinario? Agrego diciendo que estaba por hacerle una jugarreta a Peeves hechizando la armadura para darle un buen susto y que con el mapa pretendía encontrarlo. De acuerdo… hasta ahí debo reconocer que su historia es creíble y no había motivos para desconfiar. Pero la sensación de que algo no encajaba sencillamente no desaparecía, al contrario, persistía aumentando mi preocupación. Torcí la boca en una mueca, cavilando en silencio sus palabras, pero el hecho de que James evadiera mi pregunta sobre el paradero de Regulus era un detalle que no pasaba por alto, y justo cuando estaba a punto de preguntarle por él… Mis ojos volvieron a entornarse cuando empleo aquel tono de exagerada curiosidad. De manera que no pude evitar que un hondo y prolongado suspiro escapara de mis labios. – Ya… ¿y puedo saber el motivo por el cual no te quedaste a la reunión, James? Por que hasta donde sé, me parece que tu también eres miembro del equipo ¿no es verdad? – A pesar de que la expresión en mi rostro se había suavizado, mi voz sonaba de manera extrañada, pero a su vez con una nota discreta de preocupación que me esforzaba por mantener a raya. Por un lado, deseaba respirar de alivio, quería pensar que no se arriesgarían a ir al sexto piso, pero una voz interna me decía que no debía bajar la guardia. Ni Lily ni Marlene mencionaron nada sobre una reunión con el equipo, y dudo mucho que Regulus haya sido capaz de excluirlas. Entiendo que la relación entre Lily y él sea un poco tensa, pero eso no significa que las excluya de algo que es muy importante para ellos. Aguarde pacientemente a que James me probara que lo que decía era cierto, pues hasta no cerciorarme que Regulus estaba en la Sala Común, tal y como él lo aseguraba. Pero al darme cuenta de que la expresión confiaba en el rostro de James se trocaba en una llena de incredulidad, temí que mis sospechas resultasen ser ciertas, la sensación en mi pecho con cada segundo me orillaba a pensar en cosas que deseaba descartar. Pero la mirada de James me inquietaba en vez de tranquilizarme.

– James… ¿Qué es lo que pasa…? – cuestione extrañada. ¿Qué era lo que había visto? ¿Por qué demonios no me decía nada? ¿Qué me estaba ocultando? – Sea lo que sea, dímelo, por favor… ¡no te quedes callado! – pedí tratando de controlar mi inquietud. No importaba si pensaba que estaba exagerando, pero tenía que decirme la verdad. Sin embargo, cuando dijo que no querría ver lo que estaba haciendo me vi tentada a quitarle el mapa de las manos para ver que estaba sucediendo, pero antes de que tuviera oportunidad de hacerlo, lo guardo dentro de su bolsillo. ¿Liando con una chica? Viniendo de Regulus es normal y desagradable… pero ¿por que tenía la impresión de que James había visto algo raro? A pesar de que James y Albus Potter eran como dos gotas de agua, en realidad son muy diferentes, uno de ellos poseía ese inigualable espíritu bromista, mientras que el otro era centrado, dedicado y extremadamente responsable. Y lo cierto es que… había algo en la mirada de James que me desconcertaba y a la vez me preocupaba. Ese tono seco era tan inusual en él que me inquietaba y mucho. Pero si volvía a cuestionarlo seguramente cambiaria de tema y seria cuento de nunca acabar. De modo que no me quedaba de otra que confiar en James y descartar esa idea tan suicida. Quería creer que si Regulus estaba metido en aprietos, me lo diría. El sabe bien que detesto que me oculten las cosas, pues siempre he creído que es mejor saber la verdad y no disfrazarlas con mentiras. – Si, supongo. Bueno… de hecho estaba apunto de regresar cuando te encontré… – reconocí, desviando la mirada de los ojos de James con ligera incomodidad. Era evidente que vio algo en el mapa que lo desconcertó… ¿pero que pudo haber sido? Suspiré profundamente, y tras negar suavemente me dispuse a caminar rumbo hacia la Sala Común, pero al volver la vista por encima de mi hombro, detuve mis pasos al darme cuenta de que James seguía en el mismo sitio. – James… ¿vienes? – pregunté dudosamente.

**ιzzy нale** Miér Abr 17, 2013 2:07 am

cambio de situación

**ιzzy нale** Miér Abr 17, 2013 2:07 am

Andrómeda Lupin
as: Andrómeda Nymphadora Lupin Tonks
● 15 años # Quinto año # Miembro de la Casa de Gryffindor
# Prefecta # Es Metamorfomaga » Sangre Mestiza
[ Está con James Potter ;; Mesa de Gryffindor, en el Gran Comedor ]

‘¿Cuándo será el día en el que dejaras de preocuparte por las personas que te rodean? ¿Cuándo dejaras de comportarte como una madre abnegada?’ soltó con crudeza una voz dentro de mis pensamientos, y que me hizo suspirar débilmente mientras pasaba distraídamente la página del libro que me encontraba leyendo. Las palabras entremezclándose con el hilo de mis pensamientos, con la línea de cada una de las ideas que se arremolinaban dentro de mi cabeza, como si se trataran de las piezas de un rompecabezas… impedían una absoluta concentración de mi parte en la lectura de la lección de DCAO que intentaba repasar. Teóricamente había memorizado cada palabra, cada oración, pero me faltaba concentración, determinación para poder llevar a cabo la tarea de ejecutar tal razonamiento y ponerlo en práctica. Adentrarte en el mundo de las palabras y echar volar tu propia imaginación mientras lees, es una forma sumamente útil para desprenderte de la realidad por un largo rato. Como es mi caso. Siempre me he sentido cómoda rodeada de montañas de libros y grimorios, mi mayor pasión y debilidad. La biblioteca era uno de mis sitios favoritos dentro del castillo. Pero si habláramos de debilidades, el amor que sentía por mi familia, el lazo inquebrantable que me unía a mis mejores… ¿me volvía vulnerable ante los demás? ¿El amor podría ser considerado una debilidad? ¿Acaso excesiva preocupación por las personas que quiero, podría ser mi perdición? Si es así… ¿Cómo es posible que el amor, ese sentimiento tan genuino y sincero pueda llegar a ser una debilidad en las personas? A veces pienso que nunca llegará el día en el que no me preocupe, y no es para menos. Cualquiera diría que mis reacciones son exageradas y que no es para tanto, pero se trata de algo que difícilmente podría evitar, por el hecho de que forma parte de mi. No preocuparme sería como pedir que nieve en verano. No suplicarles a Lily y a Marlene que desistan de la alocada idea que cruza por sus mentes. Es… imposible.

Entonces… ¿será que debo cambiar? ¿Y no dejar que mis sentimientos se interpongan? Ayer por la noche, sucedió algo insólito… algo que nunca creí que sucedería. Mentalmente no podía dejar de pensar en aquel incómodo silencio en medio de nosotros, cada uno con la vista fijada en diferentes direcciones. Jamás, me había molestado con James por una cosa así, y puede que resulte absurdo, pero hubo un momento en el que… me entró una ligera desesperación por el número de mentiras. Honestamente… no sé si es peor el hecho de que me estén ocultando las cosas, o, me mientan con respecto a las intenciones de una persona. Hay quienes dicen que la paciencia es una virtud… pero difiero de los que afirman tal cosa, como Dorian, por ejemplo, y, pienso que en realidad tiene razón, y lo que se necesita es fuerza de voluntad para no perder la paciencia y los estribos. ¿Es normal que una persona que conoces de toda una vida te exaspere de esa forma? Realmente no estoy segura, pero no se me daba nada bien estar molesta con James. Sobre todo cuando se trata de una cosa contradictoria… ¿Cómo es posible ir en contra de lo que generalmente aconsejas? Cuando dos personas están muy enfadadas, la única solución para arreglar y poner fin a sus problemas es hablando. Sin importar lo obstinadas y orgullosas que puedan ser. En ocasiones, hay que dejar a un lado las diferencias. De otra forma, el problema perdurara…

Un suspiro escapó de mis labios, y negué rotundamente convenciéndome de que debería dejar de examinar aquel extraño e inusual sentimiento negativo. Probablemente estoy dándole demasiada a importancia a una situación que no tiene sentido. La mayoría de las personas tienen días buenos y días malos; y lo de anoche con James fue un momento de… ¿irascibilidad? ‘Si, eso debió ser’ aseguré mentalmente. Una vez más, pasé la hoja, y fruncí los labios hasta formar una línea recta con ellos, en un gesto pensativo. Aún era demasiado pronto para ir a ver a Marlene y cerciorarme de que estuviera bien. Sabía muy bien que el inicio de las clases les había afectado por no dormir las horas adecuadas, y no voy a negar que me siento mal por obligar a Lily y a Marlene a levantarse temprano. De las tres, siempre era la primera en levantarme; y esta mañana, al volver la mirada con ligera somnolencia hacia la cama de Lily, me percaté de que llevaba puesta la misma ropa que ayer; lo cual me hizo suponer que estuvo fuera de la Sala Común hasta altas horas de la madrugada. Hubiera querido decirles que era sábado y no había razón para levantarse temprano, pero lamentablemente no pude hacerlo… Lo único que pude hacer fue quitarle los zapatos a Lily, con cuidado para no despertarla, y arroparla para que aprovechara unos minutos más en dormir, en lo que me arreglaba y batallaba para despertar a Marlene. Inusualmente, la segunda en despertarse fue Marlene, quien me sorprendió, ya que como lo mencioné anteriormente, siempre era yo quien las despertaba y las obligaba a levantarse; por lo que me resultó extraño. Incluso, hay veces en que ni una ducha es capaz de reanimarlas, y hoy no fue la excepción. Lily llevaba varios días con una extraña actitud, actitud que estaba segura que tenia que ver con Regulus. En cambio, Marlene, ayer estaba radiante, llena de alegría, y hoy, era como si no fuera ella. No sabía que les estaba pasando, pero empezaba a angustiarme. ‘¿Sería demasiado pedirle a Regulus que se disculpara con Lily? Vaya que si… Regulus y Marlene eran demasiado orgullosos como para doblegar su orgullo y pedir disculpas por algo’. Fingir que leía era una mala impresión, y con todo revoltijo de ideas dentro de mi mente, seria imposible concentrarme; de manera que cerré con cuidado mi ejemplar de ‘Teoría de Defensa Mágica’, y volví la mirada, saliendo del estado de ensimismamiento en el que me encontraba cuando sentí que era observada. – ¡James! – su nombre escapo inesperadamente de entre mis labios, al darme cuenta de que lo tenia justo a un lado, y me miraba fijamente. – Disculpa, yo… no… ¿llevas mucho tiempo ahí parado? – inquirí un tanto confundida, mientras apartaba varios de mis libros, y algunos pergaminos esparcidos sobre la mesa para hacerle un poco de espacio. Aunque en realidad, era más la vergüenza que sentía por aquel ‘pequeño’ desorden, ya que en el fondo me estaba esforzando por disimular el hecho de que su presencia me había tomado por sorpresa. Anoche, me fui a la cama sin despedirme propiamente de él, un simple y seco ‘buenas noches’ y ‘que descanses’ bastó para romper, aunque no del todo, aquel incómodo silencio entre nosotros. – Siéntate, por favor… – pedí, de la manera más amable posible, mientras ponía en orden mis pergaminos, y alcanzaba mi mochila, colocándola encima de mis piernas, para poder guardar los pergaminos en su interior. ‘Quizás piense que lo estabas ignorando’ posibilitó aquella voz dentro de mis pensamientos, alborotando un poco mis nervios, pues no quisiera que pensara eso. – ¿Buscabas a Lily o a Marlene? – inquirí no del todo segura, y amagué una ligera sonrisa que para infundirme un poco de confianza. Era extraño no verlo con Regulus, pero supongo que debe haber razón para que James y él no estén juntos. Tal y como nosotras.

**ιzzy нale** Lun Jun 03, 2013 10:40 pm

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