[ # ] More Than You Can Imagine ~ Yukki & Georg

Habían pasado ya dos años desde que había dejado atrás Rockland y a veces me parecía que fuese sido hace mucho más tiempo atrás. Mi vida era completamente diferente a cuando estaba en Rockland, era simplemente tantas cosas habían cambiado que era a veces impresionante. Recordé cuando todos caímos enfermos y como por un momento llegue a pensar que mi vida terminaría entre esas paredes, y como había pedido que por favor eso no pasase. Mire por mi ventana las calles de Nueva York, que era mi lugar de residencia por el momento. Me había mudado acá con Georg, ya que ambos asistíamos a Julliard y otra universidad. Georg asistía a Columbia para seguir sus pasos como político, mientras yo iba New York University para seguir mis pasos a ser profesora en niños especiales. Por supuesto la música siempre seria lo primero para mí y es por eso que me sentía tan afortunada de estar en Julliard. Georg y yo habíamos decidido vivir en el mismo edificio y nuestra conclusión a esto era que sería más “fácil” para ambos. Realmente para mí era que simplemente lo quería tan cerca cómo podía.

Recordé como hacía dos años que había confesado a Georg que lo quería, pero con la enfermedad y todo lo que paso Rockland, eso había quedado atrás y parecía más un sueño que un recuerdo. El hecho de haberle confesado eso, no había hecho que perdiéramos nuestra extraordinaria amistad, en realidad nuestra amistad se había hecho aún más estrecha que nunca. Georg había pasado por unos momentos muy difíciles durante los años pasados. Su abuelo había muerto por problemas del corazón, por lo que su padre tuvo que tomar ahora la corona de su pueblo. Por supuesto esto hizo que Georg tuviera muchas más responsabilidades de las que ya tenía antes. A pesar de todo me había mantenido a su lado, para ayudarlo en lo que podía. Sinceramente no creía que podría separarme de el así tratara. Mire los jazmines que había puesto en agua cuando los recibí esta tarde. Mi querido Georg las había enviado con una nota de que nos encontráramos a las 6 pm en la recepción de nuestro edificio.

Izzie estaba en una escuela de artes escénicas en Paris, lo cual me hacía feliz ya que estaba siguiendo sus sueños. Esta parecía que era más independiente cada día y se transformaba en una mujer ya madura. Era extraño ver como ambas habíamos crecido, ya no éramos las niñas que leían Harry Potter juntas, y que soñaban con personajes ficticios aparecerían en sus vidas. Aun así quería que mi mejor amiga pudiera encontrar a alguien, por más que sabía que Liam no era un mal chico, aun tenía que estar renuente por todo lo que había pasado. Georg y yo habíamos decidido tratar de no ser parte de eso, y dejar que las cosas pasaran solas.

Esta tarde Georg no había asistido a clases, lo cual me había preocupado muchísimo, pero al llegar al apartamento las flores que me había enviado me estaban esperando con su nota. Esperaba realmente que estuviera bien, pero suponía que no había ido por sus responsabilidades como príncipe. Ya estaba lista para la encontrármelo y esperaba que fuera la hora. Me mire en el espejo tratando de ver si me hacia falta algo. Aun hoy día me ponía nerviosa verlo, y para personas que pasan tanto tiempo juntos era algo tonto. Mi vida se centraba en el, y a pesar de que muchos me preguntaban que éramos y a donde íbamos, mi respuesta era nunca suficiente para nadie. Habían instantes que creía que me diría algo pero esos instantes terminaban siendo otra cosa. No iba a quejarme de nada, ya que nuestra amistad era tan pura y tan especial que no podía quejarme. Habían momentos que por supuesto había deseado tanto besarlo, y a veces sentía que el quería lo mismo, pero esos pensamientos los eliminaba para no herirme mas. Tenía ya tantos años enamorada de el que no podía imaginarme con nadie más que el. Tal vez era tonto seguir con esto, pero no podía alejarme de el, me era imposible. Mis hermanas me reprochaban tanto de que no hablara claro con él, de saber a dónde íbamos y si debía seguir a su lado o comenzar a buscar un nuevo camino, pero lo que me pedían se me hacia tan imposible ya que pensar en perderlo seria mi destrucción propia. El siempre seria mi príncipe y el amor de mi vida asi continuáramos siendo amigos para siempre.

Tome mi bolsa y sali de mi apartamento para irme a encontrar con Georg. Cuando entre al elevador había unos cuantos de mis vecinos en el, salude de manera cordial a quienes estaban. Me gustaba tener una buena relación con las personas que vivían en el edificio. Al llegar a la recepción y salir del elevador pude ver deimediado a Georg y sonreí sin poder evitarlo. Él tenía ese efecto en mí, el me hacía feliz con solo su presencia. Este le entrego algo a la persona de la recepción y luego me encontré con el frente a frente. Sus palabras me hicieron sonrojar como siempre que me decía un cumplido. Este entrelazo su mano con la mia, la cual estaba tan acostumbrada a su mano pero aun asi me hacía sentir cosquillas cada vez que estábamos tomados de mano. Me dio un beso en la mejilla como siempre y me hizo sonreir. Este deimedioto explico porque no había ido a clases, lo cual me hizo sentir mejor ya que realmente me había preocupado por el, desearía que me hubiera llamado aunque sea, pero suponía que había pasado tan de repente que no tuvo tiempo de llamarme- No te preocupes, no tienes por qué disculparte, me había preocupado de que algo te hubiera pasado- le dije mirándolo a los ojos, solia preocuparme mucho por el. Recordé que una vez había desaparecido hasta muy tarde en la noche, y no había podido dormir para nada, tanto era mi preocupación que lo había esperado en su apartamento hasta que llego finalmente a las 2 am, había tenido que estar en Chicago y había llegado tan tarde. Por supuesto había tratado de actuar como si no estuviera tan preocupada pero estaba segura de que lo había notado- lo bueno es que ya estás aquí- le sonreí y acaricie la mano que entrelazábamos de forma cariñosa. Me pregunto cómo estuvo mi día – Estuvo tranquilo, pude terminar mi proyecto de para mi clase de psicología infantil.. y te perdiste como el Prof. Simmons y yo hicimos un dueto- El prof. Simmons era uno de mis profesores favoritos y se encargaba de mis vocales y de la parte de composición en piano.- Por cierto, gracias por los jazmines, Georg , son hermosas- le dije con una sonrisa tímida- Ahora ¿Qué quieres hacer? Creo que debemos hacer algo para que este día sea mejor para ti- le dije con cierta emoción, no me gustaba verlo estresado y sabía que sus responsabilidades hacían que se estresara y para mi era necesario ser con quien el pudiera desestresarse, lo cual me complacía. Sabía que lo había visto en la mañana pero parecía que hubiéramos pasado mas tiempo separados, y no iba a negarlo, lo había extrañado.