[ # ] Helena Burke

Helena Burke

as: Hélène Angelique Burke Bessette  
17 años ● Junior ● The Pinky Ladies
● Teatro y Música ● Periódico Escolar
[ Está con: Cesare Casiraghi ;; A orillas del lago ]

– ¿Y si... se niega y no acude a la cita? ¿Qué pasa si las cosas no salen de acuerdo al plan? – Una de las pocas personas con la que me atrevía a hablar de mis inquietudes, de mis miedos internos, era con Paulina, mi mejor amiga en todo el mundo, a la que conocía de toda la vida al igual que a Allie. Y de no ser por ella… no habría tenido el valor de enviarle aquella nota a Cesare con la esperanza de que aceptara reunirse conmigo a las 3:00 pm en el lago. Paulina era la única que sabe de mis sentimientos hacia Cesare Casiraghi, y lo especial que me hace sentir cuando me mira; no podía engañarla ni muchos menos pretender tranquilidad… mi nerviosismo era tan evidente que ni siquiera había probado los hot cakes que tanto me fascinaban a la hora del desayuno - algo inusual pues Teddy siempre ha dicho que cuando como parezco un bebé dinosaurio por la costumbre que tengo de pedir todo lo que hay en la carta -. En vez de eso, no hacia otra cosa que mirar hacia el inmenso mar azul con una nube de recuerdos arremolinándose en mi cabeza. Podía sentir la mirada de Paulina clavada en mí, pero solo el reconfortante alivio de sus palabras y de su sonrisa tranquilizó un poco el revoloteo en mi interior. – Irá… estoy segura. Ten fe, Lena. –

Distraerme compitiendo en otras actividades fue una gran ayuda. En si el propósito de las competencias no era ganar, si no pasarla bien, pero por desgracia Alphonse era de los que se tomaba muy enserio las competencias hasta el grado de posesionarse y olvidarse del verdadero propósito: divertirse y fomentar la unión entre los integrantes del equipo. Hasta Ted estaba molesto por haber perdido la competencia por cinco puntos abajo del marcador final… situación que me hizo pensar que es imposible razonar con los chicos y que lo único que les interesa es lucirse. Alphonse era demasiado egocéntrico, mientras que Ted… me dio la impresión de que al competir se desconcentraba. Conocía a mi hermano… y nada me quitaba de la mente la idea de que extrañaba a cierta pelirroja. No sé cuales habrán sido los motivos por los que Claire y Teddy terminaron su relación… y francamente me preocupa por que no creo que haya sido por “incompatibilidad de caracteres”, tal y como mi hermano me dijo cuando le pregunté si Claire pasaría el verano con nosotros y me salió con la sorpresiva noticia de que ya no eran novios. Había tristeza en la mirada de Ted... lo notaba… antes al hablar de Claire se le iluminaba la mirada, se le veía sonriente. En cambio ahora, era como si esa chispa en su mirada se hubiese apagado. No quería que mi hermano sufriera, él era una de las personas que mas quería en el mundo; lo malo es que cada vez que le sugiero que vaya y la busque, desvía la mirada, como si tratara de ocultar una verdad silenciosa y me dice que Claire no quiere verlo y que es mejor así. ¿Por qué Claire no querría ver ni hablar con Ted? Si tan solo pudiera hablar con ella, quizás pueda convencerla de que hable con él.

Preocupada, fruncí los labios, haciendo girar la pequeña roca entre mis dedos, antes de lanzarla al lago, pero solo conseguí que rebotara una vez. Era pésima en esto… lo reconozco, no tenía la practica ni la experiencia de Alphonse y mi hermano, pero nunca esta de sobra intentarlo hasta poder lograrlo. “3:30 pm” Pensé inquieta al ver la hora. Cesare ha estado tan extraño últimamente que empiezo a creer que hice algo malo sin darme cuenta. ¿Pero que pude haber hecho para que se molestara conmigo? ¿Acaso dije o hice algo malo? Después de la semana maravillosa que pasamos juntos en Liechtenstein con mis tíos y mis primos, no volvimos a vernos, y desde entonces tengo la impresión de que me evita. ¿Por qué era asi? Cualquiera en mi lugar se cansaría de rogarle, pero Cesare era demasiado importante para mi. No quería perderlo… quería que estuviéramos bien y que todo volviera a ser como antes.

En todo este tiempo, no hecho otra cosa que pensar en él... y cuando por fin ha llegado la hora de reencontrarnos en el campamento no hace otra cosa que evitarme. Lo peor de todo es que cuando creí que todo volvería la normalidad, Ted tuvo que encontrarnos durmiendo abrazados en el bosque, y para mi desesperación no pude impedir que estampara a Cesare contra el árbol exigiéndole que se alejara de mi y que no volviera a tocarme, y es que según mi hermano, Cesare no tenía ningún derecho a abrazarme. A Teddy nunca le ha agradado que Cesare y yo seamos amigos; Alphonse y él eran mejores amigos desde que eran niños, prácticamente eran como hermanos, y por mas que le he hecho saber a mi hermano que Cesare no es una mala persona, se niega a darle la oportunidad de conocerlo. Por la forma en que Cesare me abrazo aquella noche en el bosque cuando me encontró… por un instante pensé que todo ente nosotros se había aclarado, y me hizo olvidar los amargos momentos que pase sola, nunca antes había visto a Cesare tan preocupado… siempre he sabido que Lucrezia lo quiere tanto como él a ella, y era natural que quisiera encontrarla, pero cuando le propuse que fuéramos juntos a buscar a Lucrezia y a Alphonse, se negó rotundamente a que nos moviéramos diciendo que lo mejor era que nos quedáramos en donde estábamos. El bosque era como un laberinto y corríamos con el riesgo de perdernos todavía más. “No va a venir” Desilusionada, agaché la mirada, pero al cabo de unos segundos, que para mi fueron eternos, mi corazón se aceleró y me volví instintivamente al oírle pronunciar mi nombre. – Cesare – Una sonrisa radiante iluminó mi rostro al verlo, quería correr a su lado y abrazarlo fuertemente, de la misma forma que él me abrazo esa noche, pero el recuerdo de lo que pasó después de que mi hermano nos encontró… detuvo esa imperiosa necesidad, haciéndome sentir culpable. – Creí… creí que no vendrías, que tal vez… habías cambiado de parecer en el último momento. – Me avergonzaba reconocerlo enfrente de Cesare, pero era la verdad. – Cesare yo… – busqué su mirada suplicantemente. Dios, ni siquiera sabia como empezar, estaba tan avergonzada, tan confundida por su actitud en estas últimas semanas que quisiera creer que todo era un mal sueño. – Lo lamento… nunca quise que esto pasara. De verdad, lo siento mucho… nunca creí que mi hermano fuera capaz de hacerte esto. – acaricie su mejilla con delicadeza para no lastimarlo, la hinchazón en su pómulo había disminuido, pero el moretón producido por el puñetazo que mi hermano le propino tardaría en desaparecer. – Por favor, perdónalo… No sé… que le pasó, no entiendo como pudo hacerlo. Teddy nunca es así, de hecho… el no es violento, a diferencia de Al es mas tranquilo y piensa antes actuar. – Y si, le estaba pidiendo perdón en nombre de mi hermano a sabiendas que él nunca seria capaz de pedirle perdón; es solo que no quiero que Cesare ni mi hermano se odien.