[ # ] Killian Nott

Hannah Potter

Hannah Ginevra Potter Longbottom
17 años ♦ Slytherin, séptimo || Premio Anual. ♦ Sangre Mestiza
está con: Killian Nott; en: Parque, Valle Godric

Hice una mueca de disgusto mientras me cruzaba de brazos observando a Luna. Todos mis hermanos habían salido esta tarde y la pequeña había terminado bajo mi cuidado. No era que Luna no me agradara, de hecho, le tenía mucha simpatía a la peque, pero no tenía paciencia con ella cuando se ponía a correr por todos lados y se iba hacia cualquier lado sin prestar atención, perdiéndose entre los árboles. Esa situación me ponía muy nerviosa porque, si algo tengo que reconocer, es que era una persona que me preocupaba mucho por la seguridad de mis hermanos y odiaba profundamente cuando Luna se metía en ese tipo de problemas.

Por eso es que había llamado a Luke para que viniera al Parque conmigo, así podíamos echarle el ojo entre los dos.  La cosa era que lo había llamado hacía casi media hora y el susodicho todavía no aparecido en cuestión. En conclusión, sin poder evitarlo, había optado por ponerme a leer uno de los nuevos libros de Defensa contra las Artes Oscuras que había comprado. Se suponía que tenía conocimientos más avanzados del que íbamos a empezar a ver el curso siguiente, pero como ya había leído el libro para séptimo año en el verano pasado, opté por comprar uno nuevo y de otro nivel. Siempre me había llamado la atención todo lo que era esta área y de hecho tendía a prestar mucha atención en clase. No obstante, era algo difícil eso de prestar atención cuando la mitad de mis compañeras idiotas se la pasaban cuchicheando y riendo estúpidamente cada vez que el profesor pasaba entre nuestros bancos para ver si estábamos haciendo las actividades, y eso me irritaba. Pero me irritaba aún más esa arrogancia que él utilizaba al momento de hablar. No obstante, siempre que estábamos juntos en las prácticas y de más, había algo que me hacía sentir inquieta. Algo que no podía explicar porque no me salían las palabras para definirlo.

Cuando la gente pasaba por mi lado, de todas formas, me miraba como si estuviera un poco loca. Solo hacía una semana que habían comenzado las clases y yo no era capaz de relajarme un solo segundo. Estaba siempre atareada, haciendo mil cosas al mismo tiempo y preocupándome por todo el mundo. Sobretodo por Roman. Roman era mi mayor preocupación en toda la vida, sin querer ofender a Neville, Georgia o Luna. El punto era que mi mellizo lo era todo para mí, y dada su condición estaba más al pendiente que él que incluso cuando éramos chicos. Sé que eso puede resultar molesto, lo sé… pero no puedo evitarlo ya que me nace de adentro.

Alcé la vista unos momentos y suspiré resignada cuando me percaté que Luna no estaba en el área de juegos. - ¿Luna? – la llamé. Mientras guardaba el libro en mi bolso y comenzaba a caminar abriéndome paso entre los niños que corrían de un lado a otro. – Sabes que no puedes alejarte demasiado. Vuelve aquí. – la llamé mientras hacía un gesto molesto con mis labios y negaba suavemente con la cabeza. Momentos después, una cabellera negra azabache apareció y vino corriendo hacia mi dirección. – Ey. Si vuelves a irte corriendo de esa forma, la próxima vez te llevo a casa y no salimos más ¿de acuerdo? Ahora, ve con los niños a jugar. – le dije haciéndole un gesto con la cabeza. Lo único que me faltaba era que Luna se perdiera y entonces sí… se me iba a armar una buena. La nena seguía abrazándome asustada y fruncí el ceño. - ¿Qué ha pasado, Lú? – le pregunté con cariño – Hay un hombre por allá, que me da miedo. Dice que quiere hablar contigo. – dijo la peque mientras miraba hacia la dirección que había venido corriendo. Ladeé un poco la cabeza y parpadeé ligeramente sorprendida cuando vi al Profesor Nott apoyado en el árbol. – No debes tenerle miedo, es un profesor. Está bien. – le dije mientras le sonreía. Aunque si Lú le temía al Profesor Nott realmente no era de sorprenderme, si considerábamos que sus ojos grises parecían al hielo. – Anda, ve a jugar. Ahora vuelvo. – le dije haciendo que se separe de mí.

Respiré profundamente y caminé con paso decidido hacia él. – Buenas tardes. – saludé mientras hacía un gesto con la cabeza. Había algo raro en él, una especie de imán que me atraía hacia él. No sé por qué, y no era capaz de explicarlo. - ¿Le ha hecho algo a mi hermana? – solté sin poder evitarlo. Mi instinto me decía que no podía confiar en Killian Nott, porque su apellido lo decía absolutamente todo. – Además que asustarla, evidentemente. – repuse mientras hacía una mueca de costado sintiendo como mi cuerpo se tensaba casi sin poder evitarlo. - Me dijo que quería hablar conmigo. Usted dirá. - dije mirándolo fijamente, sin sentirme intimidada... o al menos: intentando no estarlo.

Killian Nott

as: Killian Hydrus Nott Garroway  
24 años ● Ex Miembro de la Casa de Slytherin ● Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras
● Jefe de la Casa de Slytherin ● Animago Ilegal (Perro Siberiano) ● Nightcrawlers ● Sangre Pura
[ Está con: Hannah Potter ;; Parque, en el Valle de Godric ]

Suspiré nuevamente, sin tener en cuenta cuantas veces ya había suspirado de aquella forma. Entré en el cuarto de baño y tras ducharme durante varios minutos relajándome y tratando de poner mi mente en blanco, decidí ir al comedor para ver si podía ayudar en algo. Sabía que Charlus se había ido temprano, así que solo estábamos Lily y yo, ya que nuestros padres estaban trabajando. - ¿Todavía sigues queriendo hacer el Browni de la abuela Molly? – le pregunté a mi hermana al verla en la cocina. Solté una risa. Era obvio que a mí se me daba mejor cocinar que a ella, pero aún así Lily seguía intentándolo. – Cocinar es como hacer una poción. ¿Sabes? Es casi la misma lógica. Necesitas los ingredientes justos y las cantidades precisas. – agarré un bol en el que había invertido  una cantidad de harina considerable… más bien: más de la que necesitaba. Cogí una cuchara y comencé a quitar un poco de lo que había puesto. Cocinar siempre me ayudaba a pensar en otra cosa, y tenía la costumbre de ponerme a hacer cosas cada vez que estaba angustiada o preocupada. Una cosa media rara, si me lo preguntaban. - ¿Planeas conquistar a alguien cocinando? – le pregunté bromeando mientras sonreía divertida. Mi hermana siempre había sido más popular que yo en Hogwarts, y eso incluía el hecho de que era más popular entre los chicos también. No la envidiaba ni nada, solo un poco el hecho de que a ella le resultara más fácil que a mí relacionarse con los demás.

Killian Nott

as: Killian Hydrus Nott Garroway  
24 años ● Ex Miembro de la Casa de Slytherin ● Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras
● Jefe de la Casa de Slytherin ● Animago Ilegal (Perro Siberiano) ● Nightcrawlers ● Sangre Pura
[ Está con: Hannah Potter ;; Parque, en el Valle de Godric ]  

“Divide et impera”. O dicho de la siguiente forma... “Divide y vencerás”. Se trata de una antigua filosofía que con frecuencia, muchos hombres a lo largo de todo la historia han aprendido a utilizar, y que les ha servido para llegar a un punto del que no existe retorno. Era una filosofía clara y estratégica que por su ambigüedad, tiende a interpretarse de muchas maneras, y ahora más que nunca tengo claro el verdadero significado que encierran esas palabras, las cuales han sido muy útiles para alcanzar cada uno de los objetivos que he tenido en mente para llegar a la cima y sentir la intensa satisfacción que trae consigo. La vida a todos nos coloca dificultades, trabas. Algunas dificultades tienen solución – y entonces se llaman “problemas”. Otras dificultades no tienen solución, y entonces se llaman “dilemas”. Los problemas se solucionan; y los dilemas hay que aprender a vivir con ellos. Una sencilla filosofía de vida. La clave para aplicar esta estrategia consiste en saber dividir el problema, y vencerlos uno a uno. Hay veces en que una simple acción, una sola decisión que puede, o no cambiar el rumbo de la vida que conoces y que has llevado hasta ahora, requiere de un sacrificio a cambio, y si no se esta dispuesto a pagar el precio de lo que conlleva tal acto… no habrá forma de cumplir el objetivo.

Acercarme a la hija de Potter con el objeto de ganarme su confianza, no será una labor sencilla. El apellido que cargo de por vida no es un beneficio, a pesar de que este me ha abierto muchas puertas y cientos de posibilidades que cualquiera en mi lugar, envidiaría y no dudaría ni por un segundo en aprovechar para alcanzar la gloria. El respeto y el buen nombre de la familia Nott a nivel social y ministerial, nunca me ha importado y mucho menos interesado, aún cuando este recae en mis hombros por ser el mayor de nuestra ancestral familia. Yo no estaba a merced de las órdenes de mi padre, ya no, y si fuera por mi… hace tiempo que me hubiera deshecho de él para quitarme de encima una carga con la que lidiar. La familia a veces puede ser una carga, y mi padre… era una de ella.  Si mi padre vive o muere… no sentiría nada al respecto, teniendo en cuenta que su muerte sería más un beneficio que un suceso lamentable. “Todo a su tiempo” solía recordarme. Los únicos que realmente me interesaban eran Weronika y Niklaus, por quienes hasta cierto punto me responsabilizo. Independientemente si mis acciones son, o no las correctas. Una vez que te independizas eres libre de decidir lo que quieras sin tener que rendirle cuentas a nadie, solo a ti mismo. En cuanto a la hija de Albus Potter, solo es cuestión tiempo lograr que confíe plenamente. La chica era brillante, astuta, con mucho potencial, una de mis mejores estudiantes, hasta ahora.

¿Por qué desaprovechar la oportunidad? El hecho de que no le resulto indiferente… es un beneficio que sabré trabajar a mi favor. ¿Cómo puedo estar seguro de una cosa así? Por su mirada lo he podido intuir por tratarse de una forma sutil que he visto muchas veces en las mujeres.

No tenía la suficiente paciencia para tratar con niños, a pesar de estar acostumbrado a ellos en el Colegio. No tiendo a ser cordial y amable con los que me rodean, pero por tratarse de la hermana de Potter hice un esfuerzo por sonar ‘condescendiente’… pero si esa chiquilla se ofendió con facilidad o si se asusto con mi petición para que dejara de hacer preguntas tontas no era mi problema. En silencio, la seguí con la mirada hasta que se reunió en los brazos de su hermana. Oculto por la sombra de un árbol, observaba la cándida escena, esperando que accediera reunirse conmigo. Sutilmente, mis labios se curvaron hasta formarse una ligera sonrisa en el rostro cuando la vi venir, pero en cuestión de segundos, mi semblante volvió a adquirir una expresión seria, aparentemente relajada. – Buenas tardes, Potter. ¿Disfrutando del agradable inicio del verano? – correspondí a su saludo de la misma forma para no abordarla directamente con lo que había venido a decirle. – Créame que no era mi intención asustar a su hermana. Lo único que hice fue pedirle que la llamara. Solo eso, se lo aseguro. – le explique la situación con tranquilidad para evitar que hubiese malentendidos. – Si la ofendí por descuido… por favor, discúlpeme con ella. – repuse con la intención de reparar mi falta. – Estoy aquí para decirle que he reconsiderado la petición que me hizo durante nuestra última sesión. – comencé, a decir lentamente, eligiendo con cuidado mis palabras. En cuanto a conocimientos sobre Defensa Contra las Artes Oscuras, ella era la más avanzada. – Eso solo si esta dispuesta a ausentarse del país por unos días para acompañarme en este pequeña expedición. Verá… tengo intenciones de viajar a Transilvania y a varias ciudades de Rumania antes de regresar para el mundial de Quidditch. – hice una breve pausa antes de continuar, una necesaria para que las palabras surtieran su efecto. – No tengo inconveniente en que me acompañe siempre y cuando no desobedezca una orden directa, pero si eso le causa problemas con su familia, en especial con su padre, tal vez en otra oportunidad. No quisiera comprometerla. – no esperaba que creyera en mi de la noche a la mañana, a pesar de que cada palabra que dije fue verdadera, sin ninguna doble intención. Me ganaría su confianza de la única forma que sé y que tengo al alcance.