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Mensaje  ιzzy нale Sáb Jun 23, 2012 10:48 pm

Barbie Urdangarin

Barbara Antonella Isobel Urdangarin Bessette |||
Es una Senior- Pertenece al grupo de las Pinky Ladies- Parte del club de drama y de las animadoras(subcapitana)
· Con Iker Urdangarin · Esta en la habitacion de Iker - Textea a xxx


Mis padres se habían ido la noche anterior y sabia que por alguna razón mis mellizos estaban felices cuando los despidieron en el aeropuerto. Estaba seguro que los dos andaban en algo de lo que me enojaría y de lo que los llamaría animales salvajes de alguna manera. Leonardo estaba mas raro que nunca, y es que sabia que ocultaba algo. Puede que no me la pasara con mis hermanos, pero los conocía como la palma de mi mano y sabia perfectamente que estaban metidos en algo. No quise preguntar ya que sabia que me arruinarían la noche. Realmente no tenia idea de como había terminado en mi cuarto porque me había quedado dormida durante el viaje de vuelta al instituto. Cuando desperté tenia por lo menos media hora ahí. Suponía que Leonardo me había traído a mi cuarto, ya que Benji no era de esos. Me cambie y me había ido a la cama demédiate. Realmente me había alegrado ver a mis padres, ya que siempre me traían regalos. Aunque cuando mi padre comenzó a cuestionarme si estaba saliendo con alguien casi se me sale el nombre de Aaron, pero luego lo tape dándole un beso y diciéndole que no tenia de que preocuparse que seguía siendo su bebe. Realmente me sorprendió que Benji no saltara a decirle a mi padre que me había salido con Aaron en Gossip Bitch. Por suerte este estaba entretenido con algo, suponía que la mesonera.
Mi visita a Aaron el día que mis padres llegaron había sido excelente, sinceramente cada vez creía mas que el chico me robaba el corazón. Le había contado todo a Alexa y a Izzie todo lo que habíamos hablado durante ese día. Claro que estas me apoyaban pero Alexa como siempre me decía que debía ser precavida porque Aaron está en la universidad y todo eso. Por un momento le voltee los ojos, pero sabia que tenia razón, en cierta manera sabia que eso era lo que me detenía en realidad. Bueno por supuesto durante el fin de semana casi no había hablado con ellas porque estaban pasando tiempo con sus familias. Había visto a todos mis tíos, lo cual fue genial en cierta manera. Debía decir que tenia una familia maravillosa, no me podía quejar de ella. Bueno solamente de mis mellizos.
Desperté ese día a eso de las 9 am y estaba lloviendo como si el mundo estaba por acabarse, este fin de semana la lluvia había sido insoportable. Había ido al gimnasio y luego había ido a tomar una ducha. Era domingo y eso quería decir “día de Iker y Barbie”. A pesar de que íbamos al mismo curso, a veces era imposible encontrar momentos para estar juntos y eso que me sentaba con el por lo menos en la mitad de mis clases, el otro resto me sentaba con Alexa o con Izzie. Así que desde que entramos al instituto creamos “los domingos de Iker y Barbie” donde pasábamos todo el día juntos, ya sea haciendo tareas o viendo películas. Siempre sobraban cosas que hacer. Debía decir que no lo había visto mucho durante la semana a no ser por las clases y por cuando vi a tío Juan, cual me hacia extrañarlo como si tuviera muchos años sin verlo. Me arregle y me fui a tomar una taza de café, y no lo encontré en la cafetería, y lo llamaba a su celular y aparecía apagado. Cuando esto sucedía podía significar dos cosas: una: es que se haya quedado dormido y no puso el teléfono a cargar o dos: se había acostado con una chica la noche anterior. Esa segunda opción me hizo sentir incomoda, siempre tenia celos de las chicas con las que salía, siempre no había excepción. Odiaba verlo con chicas, y especialmente del tipo que se le guindaban en el cuello y lo besaban cada vez que podían. Odiaba todas esas chicas. Alexa decía que no podía ser así, ya que Iker necesitaba encontrar alguien que lo hiciera feliz. Eso lo sabia, pero me hacia miserable el solo hecho de pensarlo besando otra chica. Deje mi café a la mitad para luego irme a su cuarto, ya eran las dos y media y me estaba angustiando. Esperaba que nadie estuviera en su cuarto porque no quería lidiar con sus compañeros de cuarto. Cuando llegue a su pasillo, toque la puerta suavemente, pero nadie respondió, así que abrí la puerta poco a poco. Mire dentro y nadie estaba ahí, excepto por una persona que aun estaba en su cama. Y era Iker. Sonreí al verlo dormir tan profundamente. Por un momento me pregunte como podía dormir tanto. Pero luego sonreí y me conteste “Es Iker”. Me acerque a su cama y como cuando éramos pequeños e íbamos al campamento Urdangarin, me metí en sus sabana y lo abrace. Claro que habían muchas diferencias entre aquellos tiempos y estos. Primero que nada es que ya no éramos niños y la segunda es que ya no usaba pijamas de guitarras eléctricas, sino franelillas y en este caso nada. Por un momento me vi tentada en salirme de su cama, sintiéndome como una de las chicas que se le metían en la noche. Pero luego una voz llego a mi y me dijo “eres su prima”. Eso me hizo quedarme, además de mis propias ganas, sabia que me notaba, porque empezaba a moverse- Sera que algún día despertaras, bello durmiente?- le pregunte en un susurro lo suficientemente algo como que para él lo escuchara. – Si sigues durmiendo, no habrá domingo de Barbie e Iker- le dije en una voz inocente mientras le acariciaba el cabello. Si había algo que amaba de Iker (aparte de todo el) era su cabello, tenia mucha manía con el, y siempre lo acariciaba ya fuera para que se durmiera o para que se despertara. Por un segundo comencé a pensar que tan guapo Iker era, pero mi mente me regaño de manera severa.





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Mensaje  ιzzy нale Dom Jun 24, 2012 4:28 am




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De no ser por la insistencia de aporrear la puerta como si el mundo se le estuviera cayendo encima a las tres de la mañana, habría creído que se trataba de algún idiota que se había equivocado de habitación, por lo que nunca me imaginé es que esa persona tan insistente hubiese sido justamente Lena. Al verla no pude evitar bromear con ella, como de costumbre, y decirle que si esto se trataba de una “visita nocturna”, pero al percatarme de lo roja que se ponía por la mezcla de bochorno y coraje que le dio mi comentario, entendí que no era el momento para bromas. La preocupación y el rastro de lágrimas en el rostro de Helena me transmitieron una angustia que era imposible de explicar con palabras y un mal presentimiento me recorrió de pies de cabeza… por que en cuanto mencionó que se trataba de Paulina, se me cortó la respiración y la sensación de caer al vacio me hizo reaccionar de forma inmediata y correr a la habitación que mi hermana compartía con Lena y otras dos compañeras. En cuanto atravesé la puerta de la habitación, la expresión de mi rostro se relajó y la opresión en mi pecho desapareció al ver que Paulina estaba bien y que nada malo le había ocurrido. Paulina y yo nos abrazamos por largo rato, como si hubiera querido asegurarse de que estaba ahí, a su lado y que mi presencia no se tratara únicamente de una alucinación. Cuando mi hermana me contó que había tenido una pesadilla no pude evitar inquietarme... dado a que Paulina no era muy afecta a tener pesadillas; al menos no que yo recuerde. Lo cierto es que, traté de ver el lado positivo de la situación y para tranquilizarla únicamente le dije que si había olvidado que era un superhéroe y que nada ni nadie podría conmigo; lo cual era cierto… por que siempre le he dicho mis hermanos que era una mezcla entre Batman, Iron Man, Thor, Spiderman y Goku; por que sin importar lo que ocurriera, siempre estaría a su lado para protegerlos. Aquella noche me quedé con Paulina y con Lena hasta que las dos se durmieran; lo que no fue nada fácil de lograr, si me lo preguntan… dado a que esas adorables diablillas terminaron por dormirse hasta las seis de la mañana.

El nivel de histeria al que había llegado Paulina, superaba cualquier límite… por que el que me mandara mensaje tras mensaje cada cinco minutos, no podría llamársele de otra manera. Sabía que mi hermana estaba asustada por el tema de las desapariciones y eso aumentaba su grado de paranoia hasta niveles extremos. Pero reconozco que aunque mi hermana era la persona más molesta y fastidiosa que puede existir sobre la faz de la tierra… la adoraba como a nada en el mundo y no tenía por que negarlo; no… de hecho si, pero no tenía por que saberlo… a fin de cuentas soy su hermano y mi deber es quererla, aún a costa de lo molesta que puede ser en ocasiones. Lo importante era que mi hermana estaba a salvo y… no tenía más remedio que dejar que me acatarrara con mensajes y llamadas para saber donde estoy, con quien estoy, a donde voy. Una vez que Paulina y Lena se quedaron profundamente dormidas, las arropé y regresé a la habitación que compartía con Juan Carlos, James y James o… los J.J.J. como prefería llamarles. A penas puse un pie en mi habitación, me tumbé en la cama y ni siquiera fui consciente en que momento me quedé profundamente dormido. De no ser por Juan Carlos que se despertó maldiciendo y acabó por arrojarme una almohada en la cara para que atendiera o apagara el maldito celular, no me habría dado cuenta de que había puesto la alarma a las 8 de la mañana como recuerdo de que debía levantarme para encontrarme con mi hermana. Llegué a creer que no habría necesidad de cumplir la promesa que le había echo, en vista de que hacía dos horas que aquel par finalmente se había quedado dormido. Incluso me vi en la tentación de apagar el celular y hacer de cuenta que no había sonado, pero en cuanto estuve a punto de hacerlo recibí un mensaje de Paulina diciéndome que me esperaba en la cafetería en diez minutos. ¿De donde sacaba mi hermana tanta energía? Eso es uno de los grandes misterios a revelar en esta vida; por que en más de una ocasión he llegado a pensar que al nacer, mi verdadera hermana fue secuestrada por extraterrestres y en su lugar nos dejaron a un pequeño robot.

Luego de haber cumplido la promesa de desayunar juntos, nos despedimos de mis padres que, el día de hoy volverían a Nueva York después de tres días en la isla. Al igual que a Paulina me había decepcionado el no ver a Marianela y a Luis, pero mis padres habían echo lo correcto al no traerlos. Además… estaba seguro que se divertirían mucho más en compañía del abuelo Richard que aquí, ya que con nuestro abuelo es imposible aburrirse. Por algo siempre he dicho, pero sobre todo siempre he creído que somos muy afortunados al tener al mejor abuelo del mundo y ese hombre… era justamente el abuelo Richard. Hoy era uno de esos días en los que deseaba quedarme en la cama por el resto de día... lo que menos deseaba era saber del mundo exterior, lo único que quería era dormir y no despertar hasta el día siguiente consciente de que no tendría más remedio que levantarme para ir a clases. Aprovechando que tenía toda la habitación para mí, corrí las cortinas para que la oscuridad del día no se infiltrara por la ventana, para así luego sacarme la playera y los pantalones deportivos que llevaba para quedarme únicamente en bóxers y meterme en la cama. No sabía cuanto tiempo había transcurrido desde entonces, los párpados me pesaban demasiado como hacer un esfuerzo en abrirlos y poder ver la hora. Lentamente fui cayendo en la cuenta de que una persona se encontraba acostada conmigo en la cama, lo sabía por que el contacto de esa persona era suave y cálido. Era un contacto familiar, al que podría decirse que estaba acostumbrado, solo que este era diferente al de las chicas con las que había estado. La diferencia es que su piel era mucho más suave y delicada, así como su aroma, su voz y la manera en que me acariciaba el pelo. La única persona que sabía como acariciarme para que me despertara o me quedara dormido era… – ¿Barbie? – musité con voz grave y cansada por la falta de sueño. Apreté ligeramente los párpados hasta que logré abrirlos con pesadez, la oscuridad de la habitación dificultaba la visión hasta poco a poco se fue aclarando; fue entonces cuando noté lo cerca que estaban nuestros rostros, tanto que incluso podía sentir su respiración y deleitarme con su aroma. Creyendo que se trataba de un sueño, acaricié su rostro con la mayor ternura que me fue posible expresar. Sus palabras me hicieron sonreír con evidente cansancio, a manera de respuesta cuando dijo que si algún día despertaría. La verdad es que no tenía la más mínima intención de levantarme y el no estar del todo seguro de que Barbie se encontraba conmigo me daban ganas de quedarme durmiendo a su lado como cuando éramos niños. Había pasado tanto tiempo desde entonces, que no sé como no caí en la tentación de pedirle que saliera de la cama ya que no estaba lo que se dice “presentable” para una mujer, al menos no para una mujer como Barbie que más que mi prima, era mi hermana, mi mejor amiga, lo que implicaba que no era correcto que me viera “semi desnudo”. “¿Domingo de Barbie e Iker…?” “Imbécil…” me recriminé mentalmente cuando me di cuenta de que había olvidado que hoy precisamente era “nuestro día”. – De acuerdo… – concedí tras medio minuto de silencio, con una sonrisa vaga que podía leerse como “¿no hay nada que pueda hacer o si?”. Al parecer nada ni nadie me haría quedarme en cama como hubiera querido, pero era Barbie y al igual que a Paulina no podía fallarle. – Solo dame 5 minutos y te prometo que soy todo tuyo – le pedí, tras un largo y profundo bostezo, en el que se me cerraron nuevamente los ojos y deslicé mi mano por debajo de las sábanas para encontrarme con su mano para rozarla y entrelazarla con la mía.


Última edición por ιzzy нale el Jue Jun 28, 2012 4:23 am, editado 6 veces
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Mensaje  ιzzy нale Dom Jun 24, 2012 10:54 pm




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De no ser por la insistencia de aporrear la puerta como si el mundo se le estuviera cayendo encima a las tres de la mañana, habría creído que se trataba de algún idiota que se había equivocado de habitación, por lo que nunca me imaginé es que esa persona tan insistente hubiese sido justamente Lena. Al verla no pude evitar bromear con ella, como de costumbre, y decirle que si esto se trataba de una “visita nocturna”, pero al percatarme de lo roja que se ponía por la mezcla de bochorno y coraje que le dio mi comentario, entendí que no era el momento para bromas. La preocupación y el rastro de lágrimas en el rostro de Helena me transmitieron una angustia que era imposible de explicar con palabras y un mal presentimiento me recorrió de pies de cabeza… por que en cuanto mencionó que se trataba de Paulina, se me cortó la respiración y la sensación de caer al vacio me hizo reaccionar de forma inmediata y correr a la habitación que mi hermana compartía con Lena y otras dos compañeras. En cuanto atravesé la puerta de la habitación, la expresión de mi rostro se relajó y la opresión en mi pecho desapareció al ver que Paulina estaba bien y que nada malo le había ocurrido. Paulina y yo nos abrazamos por largo rato, como si hubiera querido asegurarse de que estaba ahí, a su lado y que mi presencia no se tratara únicamente de una alucinación. Cuando mi hermana me contó que había tenido una pesadilla no pude evitar inquietarme... dado a que Paulina no era muy afecta a tener pesadillas; al menos no que yo recuerde. Lo cierto es que, traté de ver el lado positivo de la situación y para tranquilizarla únicamente le dije que si había olvidado que era un superhéroe y que nada ni nadie podría conmigo; lo cual era cierto… por que siempre le he dicho mis hermanos que era una mezcla entre Batman, Iron Man, Thor, Spiderman y Goku; por que sin importar lo que ocurriera, siempre estaría a su lado para protegerlos. Aquella noche me quedé con Paulina y con Lena hasta que las dos se durmieran; lo que no fue nada fácil de lograr, si me lo preguntan… dado a que esas adorables diablillas terminaron por dormirse hasta las seis de la mañana.

El nivel de histeria al que había llegado Paulina, superaba cualquier límite… por que el que me mandara mensaje tras mensaje cada cinco minutos, no podría llamársele de otra manera. Sabía que mi hermana estaba asustada por el tema de las desapariciones y eso aumentaba su grado de paranoia hasta niveles extremos. Pero reconozco que aunque mi hermana era la persona más molesta y fastidiosa que puede existir sobre la faz de la tierra… la adoraba como a nada en el mundo y no tenía por que negarlo; no… de hecho si, pero no tenía por que saberlo… a fin de cuentas soy su hermano y mi deber es quererla, aún a costa de lo molesta que puede ser en ocasiones. Lo importante era que mi hermana estaba a salvo y… no tenía más remedio que dejar que me acatarrara con mensajes y llamadas para saber donde estoy, con quien estoy, a donde voy. Una vez que Paulina y Lena se quedaron profundamente dormidas, las arropé y regresé a la habitación que compartía con Juan Carlos, James y James o… los J.J.J. como prefería llamarles. A penas puse un pie en mi habitación, me tumbé en la cama y ni siquiera fui consciente en que momento me quedé profundamente dormido. De no ser por Juan Carlos que se despertó maldiciendo y acabó por arrojarme una almohada en la cara para que atendiera o apagara el maldito celular, no me habría dado cuenta de que había puesto la alarma a las 8 de la mañana como recuerdo de que debía levantarme para encontrarme con mi hermana. Llegué a creer que no habría necesidad de cumplir la promesa que le había echo, en vista de que hacía dos horas que aquel par finalmente se había quedado dormido. Incluso me vi en la tentación de apagar el celular y hacer de cuenta que no había sonado, pero en cuanto estuve a punto de hacerlo recibí un mensaje de Paulina diciéndome que me esperaba en la cafetería en diez minutos. ¿De donde sacaba mi hermana tanta energía? Eso es uno de los grandes misterios a revelar en esta vida; por que en más de una ocasión he llegado a pensar que al nacer, mi verdadera hermana fue secuestrada por extraterrestres y en su lugar nos dejaron a un pequeño robot.

Luego de haber cumplido la promesa de desayunar juntos, nos despedimos de mis padres que, el día de hoy volverían a Nueva York después de tres días en la isla. Al igual que a Paulina me había decepcionado el no ver a Marianela y a Luis, pero mis padres habían echo lo correcto al no traerlos. Además… estaba seguro que se divertirían mucho más en compañía del abuelo Richard que aquí, ya que con nuestro abuelo es imposible aburrirse. Por algo siempre he dicho, pero sobre todo siempre he creído que somos muy afortunados al tener al mejor abuelo del mundo y ese hombre… era justamente el abuelo Richard. Hoy era uno de esos días en los que deseaba quedarme en la cama por el resto de día... lo que menos deseaba era saber del mundo exterior, lo único que quería era dormir y no despertar hasta el día siguiente consciente de que no tendría más remedio que levantarme para ir a clases. Aprovechando que tenía toda la habitación para mí, corrí las cortinas para que la oscuridad del día no se infiltrara por la ventana, para así luego sacarme la playera y los pantalones deportivos que llevaba para quedarme únicamente en bóxers y meterme en la cama. No sabía cuanto tiempo había transcurrido desde entonces, los párpados me pesaban demasiado como hacer un esfuerzo en abrirlos y poder ver la hora. Lentamente fui cayendo en la cuenta de que una persona se encontraba acostada conmigo en la cama, lo sabía por que el contacto de esa persona era suave y cálido. Era un contacto familiar, al que podría decirse que estaba acostumbrado, solo que este era diferente al de las chicas con las que había estado. La diferencia es que su piel era mucho más suave y delicada, así como su aroma, su voz y la manera en que me acariciaba el pelo. La única persona que sabía como acariciarme para que me despertara o me quedara dormido era… – ¿Barbie? – musité con voz grave y cansada por la falta de sueño. Apreté ligeramente los párpados hasta que logré abrirlos con pesadez, la oscuridad de la habitación dificultaba la visión hasta poco a poco se fue aclarando; fue entonces cuando noté lo cerca que estaban nuestros rostros, tanto que incluso podía sentir su respiración y deleitarme con su aroma. Creyendo que se trataba de un sueño, acaricié su rostro con la mayor ternura que me fue posible expresar. Sus palabras me hicieron sonreír con evidente cansancio, a manera de respuesta cuando dijo que si algún día despertaría. La verdad es que no tenía la más mínima intención de levantarme y el no estar del todo seguro de que Barbie se encontraba conmigo me daban ganas de quedarme durmiendo a su lado como cuando éramos niños. Había pasado tanto tiempo desde entonces, que no sé como no caí en la tentación de pedirle que saliera de la cama ya que no estaba lo que se dice “presentable” para una mujer, al menos no para una mujer como Barbie que más que mi prima, era mi hermana, mi mejor amiga, lo que implicaba que no era correcto que me viera “semi desnudo”. “¿Domingo de Barbie e Iker…?” “Imbécil…” me recriminé mentalmente cuando me di cuenta de que había olvidado que hoy precisamente era “nuestro día”. – De acuerdo… – concedí tras medio minuto de silencio, con una sonrisa vaga que podía leerse como “¿no hay nada que pueda hacer o si?”. Al parecer nada ni nadie me haría quedarme en cama como hubiera querido, pero era Barbie y al igual que a Paulina no podía fallarle. – Solo dame 5 minutos y te prometo que soy todo tuyo – le pedí, tras un largo y profundo bostezo, en el que se me cerraron nuevamente los ojos y deslicé mi mano por debajo de las sábanas para encontrarme con su mano para rozarla y entrelazarla con la mía.
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Mensaje  ιzzy нale Vie Jun 29, 2012 4:21 pm

Barbie Urdangarin

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Desperté ese día a eso de las 9 am y estaba lloviendo como si el mundo estaba por acabarse, este fin de semana la lluvia había sido insoportable. Había ido al gimnasio y luego había ido a tomar una ducha. Era domingo y eso quería decir “día de Iker y Barbie”. A pesar de que íbamos al mismo curso, a veces era imposible encontrar momentos para estar juntos y eso que me sentaba con el por lo menos en la mitad de mis clases, el otro resto me sentaba con Alexa o con Izzie. Así que desde que entramos al instituto creamos “los domingos de Iker y Barbie” donde pasábamos todo el día juntos, ya sea haciendo tareas o viendo películas. Siempre sobraban cosas que hacer. Debía decir que no lo había visto mucho durante la semana a no ser por las clases y por cuando vi a tío Juan, cual me hacia extrañarlo como si tuviera muchos años sin verlo. Me arregle y me fui a tomar una taza de café, y no lo encontré en la cafetería, y lo llamaba a su celular y aparecía apagado. Cuando esto sucedía podía significar dos cosas: una: es que se haya quedado dormido y no puso el teléfono a cargar o dos: se había acostado con una chica la noche anterior. Esa segunda opción me hizo sentir incomoda, siempre tenia celos de las chicas con las que salía, siempre no había excepción. Odiaba verlo con chicas, y especialmente del tipo que se le guindaban en el cuello y lo besaban cada vez que podían. Odiaba todas esas chicas. Alexa decía que no podía ser así, ya que Iker necesitaba encontrar alguien que lo hiciera feliz. Eso lo sabia, pero me hacia miserable el solo hecho de pensarlo besando otra chica. Deje mi café a la mitad para luego irme a su cuarto, ya eran las dos y media y me estaba angustiando. Esperaba que nadie estuviera en su cuarto porque no quería lidiar con sus compañeros de cuarto. Cuando llegue a su pasillo, toque la puerta suavemente, pero nadie respondió, así que abrí la puerta poco a poco. Mire dentro y nadie estaba ahí, excepto por una persona que aun estaba en su cama. Y era Iker. Sonreí al verlo dormir tan profundamente. Por un momento me pregunte como podía dormir tanto. Pero luego sonreí y me conteste “Es Iker”. Me acerque a su cama y como cuando éramos pequeños e íbamos al campamento Urdangarin, me metí en sus sabana y lo abrace. Claro que habían muchas diferencias entre aquellos tiempos y estos. Primero que nada es que ya no éramos niños y la segunda es que ya no usaba pijamas de guitarras eléctricas, sino franelillas y en este caso nada. Por un momento me vi tentada en salirme de su cama, sintiéndome como una de las chicas que se le metían en la noche. Pero luego una voz llego a mi y me dijo “eres su prima”. Eso me hizo quedarme, además de mis propias ganas, sabia que me notaba, porque empezaba a moverse- Sera que algún día despertaras, bello durmiente?- le pregunte en un susurro lo suficientemente algo como que para él lo escuchara. – Si sigues durmiendo, no habrá domingo de Barbie e Iker- le dije en una voz inocente mientras le acariciaba el cabello. Si había algo que amaba de Iker (aparte de todo el) era su cabello, tenia mucha manía con el, y siempre lo acariciaba ya fuera para que se durmiera o para que se despertara. Por un segundo comencé a pensar que tan guapo Iker era, pero mi mente me regaño de manera severa.

Habían cosas de las que simplemente nos teníamos que acoplar, y entendernos el uno al otro. Así decía mi madre que era como es que personas tan diferentes como Iker y yo éramos tan buenos amigos. Los dos habíamos decidido acoplarnos al uno y al otro. Yo a pesar de ser la típica niña rosa, era la primera saltando en sus conciertos y el simplemente me soportaba cuando quería ir de compras en Nueva York. Los dos nos habíamos hechos nuestras diferencias una virtud del uno y el otro. Este abría sus ojos poco a poco como si fuera el trabajo mas difícil en el mundo. Acaricio mi rostro y deje salir un suspiro, ya que era impresionante que tan cálido se sentía. Parecía como si fueran años atrás que no lo hacia. Podía ver que estaba cansado, ya que tenia dos líneas negras debajo de sus ojos. Lo mire extrañada sin saber porque estaba desvelado, pero suponía que me daría una explicación luego. Por el momento simplemente me quede quieta mirándolo confuso, y a la vez como haciendo todos lo clicks en su mente para saber que estaba pasando. Luego este dijo– De acuerdo… –estaba cansado, muy cansado, no es que estaba siendo perezoso por lo que lo mire preocupada – Solo dame 5 minutos y te prometo que soy todo tuyo – busco mi mano bajo las sabana y yo simplemente me deje entrelazar entre sus dedos mientras rozaban, seguí acariciando su cabello con la otra mano, para que siguiera durmiendo. Realmente pensé por un segundo en irme y dejarlo dormir, pero sabia que notaria si me iba. Así que simplemente me quede admirándolo dormir, y mientras me cuestionaba que podía ser que lo tuviera tan cansado. Por supuesto lo primero que pensé fue una chica, pero trate de desvanecer la idea, porque me hacia daño. ¿Por qué tenia que ser tan sobreprotectora y celosa con el? ¿Seria simplemente por el hecho de que era mi mejor amigo? Sabia que habían pasado mas de 5 minutos pero no me quería mover y no lo quería despertar. Sentía que era un crimen despertarlo. Me había quitado los zapatos con cuidado para así estar mas cómoda, pero mi movimiento lo había interrumpido y lo sabia por el movimiento de su cuerpo. –Puedes seguir durmiendo- le dije en un susurro, tratando de dormirlo de nuevo, pero creo que había notado que habían pasado mas de 5 minutos, estaba segura que habían pasado por lo menos 30 minutos. – duerme una hora mas y te traeré comida a la cama- le ofrecí dulcemente mientras acariciaba su cabello de manera dulce. Es simplemente así el estuviera dormido, era aun nuestro día, y simplemente hacíamos lo que queríamos y si esto era lo que él quería, ¿Por qué no? El esta abrazada a el como de niños me parecía tan cómodo y como algo que extrañamente necesitaba. Por un segundo pensé que si esto lo sentiría con Aarón, pero no pude responderme la pregunta, ya que mi mente era muy confusa, ya que estaba pensando en una manera que no debía de Iker.

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[ # ] Barbie e Iker  Empty Re: [ # ] Barbie e Iker

Mensaje  ιzzy нale Lun Jul 02, 2012 10:30 pm




Iker Urdangarín
as: Iker Friolán Urdangarín Castle
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Aún con los ojos cerrados podía imaginarme la expresión de extrañeza en su rostro… conociéndola, no me sorprendería que estuviera pensando que el motivo de mi desvelo se debía a que había estado con alguna chica… la sola idea me hizo reír por dentro, por el hecho de que Barbie era demasiado celosa y nada la haría cambiar en ese aspecto. Desde que niño aprendí a leer cada mirada y cada sonrisa que me dedicaba con el único propósito de complacerla y de alguna manera verla feliz... lo que más me encantaba era verla sonreír… podía pasarme horas deleitándome con esa hermosa y adorable sonrisa sin siquiera cansarme. A veces ni yo mismo entiendo como fue que entre nosotros pudo nacer una gran amistad, siendo tan diferentes, pero lo cierto es que, nunca he necesitado comprender. Pocos eran aquellos que tenían la fortuna de conocer a la verdadera Bárbara Urdangarín y no a la chica insuperable que, por ningún motivo permite que nada se interponga entre ella y su mundo perfecto. De hecho… la mayoría de las chicas con las que he salido no entienden como es posible que Barbie pudiera ser nuestra prima, pero creo lo que más les desconcertaba era darse cuenta de lo bien que nos llevábamos. No esperaba que comprendieran algo tan ¿complejo? como mi amistad con Barbie, por tanto no tenía por qué dar razón ni explicación a una situación personal que daba por aparte y que mantenía al margen para no tener que hablar de ello. La verdadera razón a todo esto es que, nunca he permitido que hablen mal de Barbie en mi presencia; he aprendido que el hablar de Barbie con una chica era como hablar de una antigua novia, prácticamente como si se tratara de un tabú, un tema prohibido que era preferible no tocar. Dormité a medias consciente de que me observaba y de que me acariciaba el cabello para que volviera a dormir. Sé que era absurdo pensar en algo así, pero tenía la impresión de que si me quedaba dormido, en cualquier momento se iría y lo que menos quería era que se marchara para encontrarse con Aaron Kimball. Tal vez había olvidado que hoy era nuestro día, pero no por mi estupidez iba a dejar que se arruinara, aún podía ingeniármelas para enmendarlo. Realmente quería que se quedara a mi lado como en los viejos tiempos... en este momento, no podía diferenciar el deseo de la necesidad, siempre he creído que querer y necesitar son la misma cosa y lo que en este momento quería era que Barbie se quedara conmigo. Fingir que no importaba que perdiera su tiempo con Kimball era la única manera que conocía para canalizar los malditos celos y no dejarme llevar por ellos... constantemente debía recordarme que era su primo y no su hermano – para eso ya tenía a Leo y a Ben – por lo que no podía actuar de manera impulsiva cada vez que se interesaba por cualquier idiota que supiera como tratarla y que la llenara de atenciones. Pensándolo bien, no tenía sentido amargarme el día pensando en lo que pudiera existir entre ellos… lo único que debía importarme es que ahora está conmigo y no con Aaron… una razón suficiente para sacarme de la cabeza aquella maldita idea. En ningún momento dejé de acariciar su mano con la mía, aún cuando mantenía los ojos cerrados, quería quedarme un rato más así con ella… pero al darme cuenta de que se movía, no pude evitar abrir los ojos para poder encontrarme con su mirada; por un segundo llegué a creer que tenía la intención de marcharse, lo que extrañamente hizo que me aferrara a su mano como pidiéndole que no se fuera. – Sabes que no podía dormir aunque quisiera – reconocí sinceramente con una sonrisa de lado cuando trato de instarme a dormirme nuevamente. –Además… creo que a veces pasas por alto que ya no soy un niño – le dije suavemente mientras mis manos se deslizaban con parsimonia por su cintura para rodearla y atraerla hacia mí con una suave sonrisa que me hizo aspirar sin querer su perfume el cual se quedaba impregnado en mí cada vez que me abrazaba. De pronto una voz en mi mente hizo corto circuito al recriminarme duramente que no debía abrazarla de esa forma. Recuerda que a la que estás abrazando es a tu prima, no… a cualquier chica, si no a tu prima… – ¿Ya has olvidado todas aquellas veces en las que me quedaba despierto para velar tu sueño por que creías que un monstruo vivía dentro del armario? – le recordé quedamente sin apartar los ojos de su mirada. No lo hagas… volvió decir la misma voz en un segundo llamado de atención más severo que el anterior. Contuve brevemente la respiración por que ni yo mismo era capaz de entender por qué estaba haciendo esto... dejé escapar un suspiro al tiempo que mis manos dejaban de acariciar las curvas de su cintura y de esa manera apartarme de ella involuntariamente para pensar con claridad, pero sin detenerme a examinar aquel extraño sentimiento que brotó dentro de mí cuando la miré a los ojos. – Quizás lo mejor es que vayamos a la cafetería y… con algo de suerte podría prepararte tu platillo favorito… – le propuse cariñosamente esperando que me dejara consentirla. Admito que no era tan bueno en la cocina como mamá, pero me defendía y me enorgullecía de decir que era un buen aprendiz.
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[ # ] Barbie e Iker  Empty Re: [ # ] Barbie e Iker

Mensaje  ιzzy нale Miér Jul 04, 2012 3:36 am

Barbie Urdangarin

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Desperté ese día a eso de las 9 am y estaba lloviendo como si el mundo estaba por acabarse, este fin de semana la lluvia había sido insoportable. Había ido al gimnasio y luego había ido a tomar una ducha. Era domingo y eso quería decir “día de Iker y Barbie”. A pesar de que íbamos al mismo curso, a veces era imposible encontrar momentos para estar juntos y eso que me sentaba con el por lo menos en la mitad de mis clases, el otro resto me sentaba con Alexa o con Izzie. Así que desde que entramos al instituto creamos “los domingos de Iker y Barbie” donde pasábamos todo el día juntos, ya sea haciendo tareas o viendo películas. Siempre sobraban cosas que hacer. Debía decir que no lo había visto mucho durante la semana a no ser por las clases y por cuando vi a tío Juan, cual me hacia extrañarlo como si tuviera muchos años sin verlo. Me arregle y me fui a tomar una taza de café, y no lo encontré en la cafetería, y lo llamaba a su celular y aparecía apagado. Cuando esto sucedía podía significar dos cosas: una: es que se haya quedado dormido y no puso el teléfono a cargar o dos: se había acostado con una chica la noche anterior. Esa segunda opción me hizo sentir incomoda, siempre tenia celos de las chicas con las que salía, siempre no había excepción. Odiaba verlo con chicas, y especialmente del tipo que se le guindaban en el cuello y lo besaban cada vez que podían. Odiaba todas esas chicas. Alexa decía que no podía ser así, ya que Iker necesitaba encontrar alguien que lo hiciera feliz. Eso lo sabia, pero me hacia miserable el solo hecho de pensarlo besando otra chica. Deje mi café a la mitad para luego irme a su cuarto, ya eran las dos y media y me estaba angustiando. Esperaba que nadie estuviera en su cuarto porque no quería lidiar con sus compañeros de cuarto. Cuando llegue a su pasillo, toque la puerta suavemente, pero nadie respondió, así que abrí la puerta poco a poco. Mire dentro y nadie estaba ahí, excepto por una persona que aun estaba en su cama. Y era Iker. Sonreí al verlo dormir tan profundamente. Por un momento me pregunte como podía dormir tanto. Pero luego sonreí y me conteste “Es Iker”. Me acerque a su cama y como cuando éramos pequeños e íbamos al campamento Urdangarin, me metí en sus sabana y lo abrace. Claro que habían muchas diferencias entre aquellos tiempos y estos. Primero que nada es que ya no éramos niños y la segunda es que ya no usaba pijamas de guitarras eléctricas, sino franelillas y en este caso nada. Por un momento me vi tentada en salirme de su cama, sintiéndome como una de las chicas que se le metían en la noche. Pero luego una voz llego a mi y me dijo “eres su prima”. Eso me hizo quedarme, además de mis propias ganas, sabia que me notaba, porque empezaba a moverse- Sera que algún día despertaras, bello durmiente?- le pregunte en un susurro lo suficientemente algo como que para él lo escuchara. – Si sigues durmiendo, no habrá domingo de Barbie e Iker- le dije en una voz inocente mientras le acariciaba el cabello. Si había algo que amaba de Iker (aparte de todo el) era su cabello, tenia mucha manía con el, y siempre lo acariciaba ya fuera para que se durmiera o para que se despertara. Por un segundo comencé a pensar que tan guapo Iker era, pero mi mente me regaño de manera severa.

Habían cosas de las que simplemente nos teníamos que acoplar, y entendernos el uno al otro. Así decía mi madre que era como es que personas tan diferentes como Iker y yo éramos tan buenos amigos. Los dos habíamos decidido acoplarnos al uno y al otro. Yo a pesar de ser la típica niña rosa, era la primera saltando en sus conciertos y el simplemente me soportaba cuando quería ir de compras en Nueva York. Los dos nos habíamos hechos nuestras diferencias una virtud del uno y el otro. Este abría sus ojos poco a poco como si fuera el trabajo mas difícil en el mundo. Acaricio mi rostro y deje salir un suspiro, ya que era impresionante que tan cálido se sentía. Parecía como si fueran años atrás que no lo hacia. Podía ver que estaba cansado, ya que tenia dos líneas negras debajo de sus ojos. Lo mire extrañada sin saber porque estaba desvelado, pero suponía que me daría una explicación luego. Por el momento simplemente me quede quieta mirándolo confuso, y a la vez como haciendo todos lo clicks en su mente para saber que estaba pasando. Luego este dijo– De acuerdo… –estaba cansado, muy cansado, no es que estaba siendo perezoso por lo que lo mire preocupada – Solo dame 5 minutos y te prometo que soy todo tuyo – busco mi mano bajo las sabana y yo simplemente me deje entrelazar entre sus dedos mientras rozaban, seguí acariciando su cabello con la otra mano, para que siguiera durmiendo. Realmente pensé por un segundo en irme y dejarlo dormir, pero sabia que notaria si me iba. Así que simplemente me quede admirándolo dormir, y mientras me cuestionaba que podía ser que lo tuviera tan cansado. Por supuesto lo primero que pensé fue una chica, pero trate de desvanecer la idea, porque me hacia daño. ¿Por qué tenia que ser tan sobreprotectora y celosa con el? ¿Seria simplemente por el hecho de que era mi mejor amigo? Sabia que habían pasado mas de 5 minutos pero no me quería mover y no lo quería despertar. Sentía que era un crimen despertarlo. Me había quitado los zapatos con cuidado para así estar mas cómoda, pero mi movimiento lo había interrumpido y lo sabia por el movimiento de su cuerpo. –Puedes seguir durmiendo- le dije en un susurro, tratando de dormirlo de nuevo, pero creo que había notado que habían pasado mas de 5 minutos, estaba segura que habían pasado por lo menos 30 minutos. – duerme una hora mas y te traeré comida a la cama- le ofrecí dulcemente mientras acariciaba su cabello de manera dulce. Es simplemente así el estuviera dormido, era aun nuestro día, y simplemente hacíamos lo que queríamos y si esto era lo que él quería, ¿Por qué no? El esta abrazada a el como de niños me parecía tan cómodo y como algo que extrañamente necesitaba. Por un segundo pensé que si esto lo sentiría con Aarón, pero no pude responderme la pregunta, ya que mi mente era muy confusa, ya que estaba pensando en una manera que no debía de Iker. – Sabes que no podía dormir aunque quisiera –lo mire a los ojos tratando de convenserlo pero es que ya conocia que no haria lo que le decia, estaba decidido a quedarse despierto –Además… creo que a veces pasas por alto que ya no soy un niño –Ese era el problema que estaba conciente que ya no era un niño y que mis pensamientos eran totalmente desubicado. Pero era divertido pensar en Iker de pequeño, ya que solíamos estar todo el tiempo juntos cuando era el campamento Urdangarin. – No aunque a veces, eres como uno querido Iker- bromee tocando su su nariz con uno de mis dedos y le sonreí de manera expontanea, de la única manera que el me hacia sonreir. – ¿Ya has olvidado todas aquellas veces en las que me quedaba despierto para velar tu sueño por que creías que un monstruo vivía dentro del armario? –Este me atrajo hacia el tomándome de las cintura, cosa que me hizo sentir cosquillas en mi estomago, como que su tacto me hacia sentirme diferente. Lo mire a los ojos y su comentario me hizo sonreir, a pensar cuando venia asustada a su cama porque pensaba que algo estaba en el armario, algo que me mataría y a todos los demás. El pequeño Iker desde ese entonces velo mis sueños y me daba espacio en su cama para que nos quedáramos dormidos juntos. Mi madre y tía habían creído que era lo mas dulce del mundo. Aunque sabia que si mi madre me viera en este momento en la cama de Iker, con el prácticamente desnudo, estaría furiosa y jalándome del cabello para arrastrarme a mi habitación. – es mi turno de pagar eso, ahora yo puedo velar tu sueños- le dije dulcemente mientras lo miraba a los ojos. Pero sentí, algo que me asusto, y que por un segundo sentí que lo asusto a el también, y este dejo mi cintura y se alejó. – Quizás lo mejor es que vayamos a la cafetería y… con algo de suerte podría prepararte tu platillo favorito… –Su comentario había tapado el momento, y sabia que el había sentido algo, porque sabia cada movimiento que hacia tenia un porque, lo conocía lo suficiente como para saber tantas cosas asi no lo hablaramos. Decidi dejarlo asi, ya que la verdad no quería preguntarme que había sentido, porque sabría que me recriminaría por ello, me sentiría repulsiva de mis pensamientos que cruzaban una línea muy ancha. Sonrei a lo que dijo, sabia que quería consentirme, y no es que iba a poner pero a ello. - ¿Sabes que desearía en este momento?- le dije con una mirada soñadora- Ir a la pastelería cerca de tu casa en New York- Si había alguien que conocía mi gusto por los dulces era Iker. Y es que la mayoría creía que simplemente comia hojas o cosas por el estilo, pero el azúcar era mi debilidad. Me sente y me quede mirándolo- ah y por cierto, tu regalo de cumpleaños serán pijamas- bromee, aunque era algo en serio. Me dedique a ponerme mis tacones de nuevo, dándole la espalda para que este se fuera poner algo. Aunque no iba mentirme voltee, y lo vi despalda y era imposible negar lo bueno que estaba. Vi nuevamente a mis zapatos- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estas tan cansado?- le pregunte finalmente. Por un momento había olvidado lo que me había cuestionado hace poco y del que había sacado millones de conclusiones

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Mensaje  ιzzy нale Jue Jul 05, 2012 11:51 pm




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Volví el rostro para mirarla de perfil y dedicarle una significativa mirada a la espera de que continuara y que me confirmara que era lo que más deseaba en ese momento. Conocerla de toda la vida, ha echo que entre nosotros exista una especie de empatía única. Si bien había aprendido a leer y a interpretar cada mirada, cada sonrisa, cada gesto en su rostro para saber que era lo que quería. Barbie era demasiado expresiva y se dejaba llevar fácilmente por sus emociones, por lo que no me costaba mucho intuir que era lo que pensaba. Había momentos en los que papá incluso se sorprendía al darse cuenta de lo bien que conocía a Barbie en cuanto a que era lo que le gustaba y que no le gustaba; un detalle al que nunca le ha encontrado ningún problema, si no que encontraba curioso y divertido a la vez. Según él… no era algo de lo cual había que extrañarse, siendo que crecimos prácticamente juntos, era normal. Escucharla decir que lo que más quería era ir a la pastelería que estaba cerca de nuestra en Nueva York, me hizo sonreír súbitamente por que si de algo era consciente era sus dos debilidades: los dulces y el ir de compras. Siempre que mis tíos y mis primos iban de visita, Barbie no perdía ni la más mínima oportunidad para persuadirme y que la acompañara en ir de compras. – Que suerte que no estamos en Nueva York por que seguramente ya habrías asaltado la pastelería, Yogui… – bromeé indefensamente, con una risa silenciosa al tiempo que flexionaba el brazo para masajearme la parte de atrás del cuello; había olvidado que le llamaba de esa forma. Lo sucedido hace menos de cinco minutos parecía cosa del pasado, como si aquel momento nunca hubiera existido. No sé que era lo que pasaba por mí mente en ese momento, pero sea lo sea es algo que no debía volver a repetirse. Y en este caso hacer de cuenta que nada pasó, era costumbre en mí. – Aunque eso me ha dado una idea… – medité distraídamente y sin concretarle la idea; mentalmente repasaba lo que necesitaba, a la espera de encontrar en la cocina de la cafetería todo lo necesario para lo que tenía en mente. Si no estuviera lloviendo le diría que fuéramos al pueblo y compráramos un pastel o una caja de brownies, pero tampoco quería que por mi culpa pescara un resfriado. De ser así… Izzie y Alexa no dudarían asesinarme por ser un irresponsable desconsiderado que no sabe cuidar de su amiga. “Probablemente” Izzie me perdonaría, o al menos eso quería creer… pero dudo que Lex sea tan compasiva; por que aún cuando Lex era también mi prima favorita y la quería como a nada en el mundo... al igual que Paulina tenía su carácter y juntas eran una bomba de tiempo. Cuando bromeó diciendo que para mi cumpleaños me regalaría unas pijamas, no pude evitarme echarme a reír y como a manera de respuesta simplemente me encogí de hombros como diciéndole “de acuerdo, como gustes…”, pero sin voltear a verla esta vez, pues sabía que era en serio. Si de alguien era la culpa era mía, por que de no haber olvidado que debía encontrarme con ella no habría tenido que venir a buscarme a la habitación. Suspiré profundamente, aprovechando el pequeño silencio entre nosotros para levantarme de la cama y alcanzar mis pantalones deportivos, los cuales se encontraban en el respaldo de la silla del escritorio, junto con mi playera. Una vez que me puse los pantalones y la playera, me di la vuelta para observarla con una suave sonrisa en el rostro cuando la escuché preguntarme que había pasado para que estuviera tan cansado. Negué imperceptiblemente manteniendo a flote la sonrisa en mi rostro… conocía perfectamente a Barbie y sabía que aunque quisiera no podría dejarla con la duda, ya que de una u otra forma lo averiguaría. Aunque… una parte de mí se veía tentada en decirle “no querría saber los detalles” solamente para ver su expresión y divertirme un rato con sus celos. – ¿De verdad quieres saberlo? – pregunté casualmente fingiendo extrañarme con su pregunta. No es que no fuera a decirle la verdad, es solo que por lo mismo de que la conocía no quería que se inquietara por el sueño de Paulina. – Créeme, dudo que quieras saber los detalles de lo que sucedió anoche… – dije adoptando una actitud despreocupada, cuando la verdad es que, todo lo relativo a mi hermana era importante. Realmente, no le estaba dando a entender si estuve o no con alguna chica… todo dependía de cómo lo fuera a interpretar Barbie.


Última edición por ιzzy нale el Sáb Jul 07, 2012 1:26 am, editado 1 vez
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Mensaje  ιzzy нale Vie Jul 06, 2012 5:01 am

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Mensaje  ιzzy нale Jue Jul 12, 2012 2:33 am

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Como siempre mis días junto a Iker eran perfectos. Cocinamos pasteles en la cocina de la cafetería, siempre nos dejaban entrar ahí desde chicos, suponía que ya estaban acostumbrados a nosotros. A demás el jefe de la cocina era un viejo amigo de mi tío Juan. El momento que tuvimos no se había repetido, y simplemente había sido algo de lo que realmente ahora era confuso si sucedió o no. Pero el caso era que había pasado nuestro día completamente juntos. Tenia suerte de que la verdad no tenia ningún deber en cuanto a mis clases. No es que fuera la chica mas brillante de mis clases, pero era lo suficiente para mantener una buena nota. Nunca podría ser tan aplicada como Alexa, simplemente eso no iba conmigo. Luego comer dulces durante la tarde, habíamos regresado a su habitación, ya que simplemente no sabíamos que hacer. Yo me había puesto a leer una revista mientras el tocaba guitarra. Esa era una de mis cosas favoritas, que simplemente el estar junto, no era necesario que habláramos, simplemente el estar juntos nos hacia sentir bien.
Por alguna razón, no quise seguirle preguntando que había pasado la noche anterior que estaba tan cansado. No nos teníamos secretos, o eso creía, así que sino me decía directamente era por algo, asi que decidí no fastidiarlo. Lo fastidie con otras cosas, como por ejemplo en como muchas chicas me odiaban por el simple hecho de que era su mejor amiga y como si me seguían mirando así les haría la vida imposible. Por supuesto, era mas broma que otra cosa, ya que simplemente no perdía tiempo con esas tontas. Odiaba las groupies que lo seguían a todos lados, pero ¿Qué podía esperar? Iker era muy guapo y el hecho que estuviera en una banda lo hacia muy sexy. ¿Pero que demonios estaba pensando? Me había detenido a pensar en lo que había hecho que mi corazón saltara, y me había quedado observando a Iker por un momento. Volví a mi revista, mientras escuchaba una de sus canciones, la cual era mi favorita y le sonreí, ya que este sabia cuanto me gustaba y comencé a cantarla en lo bajo, mientras me recostaba a su cama. No tenia idea de que hora era, pero cuando la electricidad fallo hizo que diera un pequeño grito, y me fui a inmediatamente a donde recordaba que se encontraba Iker y tome de su mano. Si habia algo que me atemorizaba era la oscuridad. ¿Qué demonios había pasado? ¿Por qué esto ahora?. Los truenos se oían afuera como si estuvieran estallando a un lado de nosotros.
Ahora mas que nunca agradecía que tenia a un lado a Iker, porque simplemente sabia que si estuviera en mi cuarto en este momento estaría asustada. Ya lo estaba no lo iba a negar, pero Iker me daba algo de seguridad. Saque mi teléfono y medio alumbre, lo mire y a los ojos como pude- ¿Por qué me hacen esto?- sabia que era culpa de la tormenta todo esto, pero simplemente el hecho de volver a mi cuarto estaba fuera de sentido en este momento, no podría dormir lo sabia. En eso anunciaron que debíamos ir al comedor o al gimnasio del instituto- lo que faltaba, ahora a dormir con todo tipo de extraños- me aferre a la mano de Iker. –¿Dónde quieres ir? Tengo que dormir contigo- le dije de una vez, aunque estaba segura que el ya sabia. Esperaba que Alexa estuviera con Izzie o con Ethan. Sabia que Izzie no tenia problemas pero Alexa era mas sensible, como yo. – deberías tratar de escribirle a Paulina- le dije a Iker. Mi prima era asustadiza, y solíamos ser por quien Iker tenia que desvelarse.


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Mensaje  ιzzy нale Jue Jul 12, 2012 3:32 am


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Mensaje  ιzzy нale Jue Jul 12, 2012 3:41 am


Iker Urdangarín
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Empezaba a olvidar lo amenas que eran las tardes a lado de Barbie y lo bien que la pasábamos cuando estábamos juntos. Desde que éramos niños, siempre ha sido así y nada ha cambiado desde entonces en ese sentido… aunque a veces no podía evitar ponerme a pensar en que todos y cada uno de esos momentos llegarán a transformarse en simples recuerdos. Tarde o temprano, se enamorará, se hará novia de algún idiota y, con el tiempo, todo irá cambiando entre nosotros y nada volverá a hacer como antes… aún cuando se trate de un hecho que no quisiera que llegara nunca, nada ni nadie podrá evitarlo, ni siquiera Leo, Ben y el tío Pablo… por lo que no tenía más remedio que hacerme a la idea de que en cualquier momento podrían apartarla de mi lado. Si, probablemente era una completa estupidez ponerme pensar en algo que todavía no sucede, pero se trata de una situación que esta lejos de todo alcance y que, como diría mamá: es inevitable. Era una suerte que con Paulina y con Nela, aún no me tocase vivir una situación parecida… no por nada las veces que solíamos ir de día de campo a Central Park y, algún chiquillo más grande se atrevía a quitarle su juguete a mi pequeña o simplemente veía que le iban a hacer alguna travesura, corría detrás del mocoso para atraparlo y “obligarlo” a pedirle disculpas a Nela; por que lo cierto es que, nadie, absolutamente nadie se mete con mis hermanos sin que sufrir las consecuencias, no mientras me tengan cerca. De niño solía hacer lo mismo con Paulina y con Barbie y no dudaba en enfrentar a cualquiera que las molestara. Claro, cuando algo así pasaba, Paulina era la que siempre corría atrás de mí para asegurarse de que no se me fuera la mano reprendiendo al pequeño rufián que intentaba pasarse de listo. Prácticamente todo era una cadena, por que como era de esperarse, Paulina terminaba regañándome por ser tan inflexible con un pobre niño. Aunque debo agradecer el hecho de que Paulina no me de motivos para ponerme en el papel de hermano mayor que me lleven a partirle la cara al imbécil que se atreva a poner los ojos en mi hermana; por que de la misma manera que con Barbie y con Alexa, nunca habrá nadie lo suficientemente bueno como para merecerlas. En algún momento, superaría que Ethan y Alexa acabaran enamorándose, pero dudo que eso llegue suceder alguna vez… confiaba en Ethan como para tener la plena seguridad de que no pasarán de la gran amistad que los ha unido toda una vida; aunque con Barbie no era nada era seguro.

Disfrutar del resto de la tarde para Barbie y para mí no significaba tener que hacer alguna actividad al aire libre; el solo hecho de hacernos compañía sin la necesidad de hablar, era suficiente para nosotros. Habíamos pasado parte de la tarde en la cocina de la cafetería horneando pasteles con la ayuda de Randy, un viejo amigo de mi padre que tenía varios de años trabajando como “jefe de cocina” y, siempre nos permitía entrar a escondidas. Randy decía que era el vivo retrato de papá y del tío Pablo cuando eran jóvenes, lo cual era extraño, pero cierto ya que no era la primera vez que me lo decían. Ver las fotografías de mis padres cuando eran jóvenes y ver la semejanza entre papá y yo, asustaba… aunque siempre veía el lado bueno y bromeaba con papá al decirle que era como su doppelgänger. Al no tener nada más que hacer, por el día de hoy, regresamos a mi habitación. No había tenido la oportunidad de ducharme en todo el día, pero con Barbie en la habitación… digamos que no era lo correcto. Por lo que me puse a ordenar algunas cosas, como los libros para las clases de mañana, entre otras cosas. No era nada fuera de lo común que me declarara fanático de las novelas forenses que escribía el abuelo Richard, era un gran escritor, uno de mis favoritos y el número uno. La primera vez que leí la dedicación de una de sus novelas el día en que nací, después cuando nació Paulina, más tarde cuando nació Luis y por último cuando nació Nela, era increíble, por que desde entonces nunca ha olvidado mencionarnos junto con mamá a la hora de encontrarnos con la dedicación al comienzo de una de sus novelas. A penas terminé de ordenar las cosas para mañana, tomé mi guitarra y me acomodé en el pequeño sillón que teníamos - dejando libre mi cama para que Barbie pudiera estar más cómoda - y me puse a tocar una de las canciones que había escrito para la banda y que a la vez era una de sus favoritas, por lo que al encontrarme con su mirada, no me extraño verla sonreír. Era normal que Barbie se supiera la mayoría de nuestras canciones, teniendo en cuenta que ella era la única a la que le tenía la confianza suficiente como para mostrarle cada una de mis composiciones, siendo siempre la primera en escucharlas antes que cualquier persona. La opinión de Barbie era muy importante para mí y nada cambiaría eso. A medida que el tiempo pasaba, la tormenta a cada minuto se intensificaba... sabía lo mucho que a Paulina y a Barbie les atemorizaban las tormentas eléctricas y la oscuridad, aunque la que más me preocupaba en este momento era mi hermana, puesto que Barbie se encontraba conmigo. De un momento a otro, la habitación se quedó en penumbras, provocando que Barbie pegara un grito y se aferrara a mi mano. Trataba de hallar mi celular, por lo que cuando Barbie sacó el suyo para medio alumbrar la estancia, agradecí que lo hiciera facilitándome el trabajo de hallarlo. – Tranquila, no pasa nada… – aseguré con calma para que se sintiera tranquila. Dejarse llevar por los nervios no era la solución, probablemente la tormenta dañó algún circuito y esa era la razón por la que nos habíamos quedado sin electricidad. La miré brevemente en lo que intentaba ponerme en contacto con Paulina, pero todo parecía indicar que las líneas telefónicas se habían caído a causa de la tormenta. Reí un poco, negando con suavidad al oír su comentario acerca de tener que dormir con extraños, luego de que anunciaron los puntos de encuentro. – Creo que lo mejor será que vayamos al gimnasio. Seguramente todos irán hacia allá y los encontraremos, no te preocupes – dije en un intento por reconfortarla y que no se preocupara y a la vez respondiéndole con un silencioso “lo sé...” cuando me avisó que tendría que dormir conmigo, por que por más que lo quisiera, no podría separarme de ella. Al igual que Barbie, esperaba que Paulina siguiera las indicaciones y la encontrara acompañada de Lena. – Lo intento… pero parece ser que las líneas se cayeron – expliqué, mirándole de soslayo -en lo que volvía a marcar - y fastidiado por dentro ante la idea de que estos malditos aparatos se atrofien en emergencias así y no sean capaces de sacarte de un apuro. Ahogué un suspiro lleno de resignación en lo que me dirigía al armario, sin soltar su mano en ningún momento. – Ten ponte esto… – le pedí tras sacar del armario una de mis sudaderas y para que no pasara frío en caso de que tuviéramos que pasar la noche fuera de las habitaciones. – Te conozco… y sé que con lo friolenta que eres, un cobertor y una colchoneta no bastara para quitarte el frío – bromeé, con una sonrisa de lado, a la vez que acariciaba su mentón con mi dedo pulgar, para luego besarla cariñosamente en la frente y separándome un poco para mirarla un momento a los ojos.


Última edición por ιzzy нale el Mar Jul 17, 2012 2:07 am, editado 3 veces
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Mensaje  ιzzy нale Dom Jul 15, 2012 11:42 pm