[ # ] Iker Urdangarin

**ιzzy нale** Mar Dic 25, 2012 11:42 pm

Rylee d'Aviano

SAR, la Princesa Rylee Amélie Josephine d'Aviano
17 años || Junior || The Misfits
Está con Iker Urdangarin ;; en Summer Club

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Esta vez si que nos habíamos metido en problemas. ¿A qué me refiero? ¿Qué no han leído las revistas? ¡Lo han denominado "El escándalo del año" en todas las revistas y en los programas de televisión! Ni que hubiéramos hecho algo tan malo. En realidad, para papá, cualquier cosa que hiciéramos sin su autorización era algo malo, pero supongo que ésta no se la esperaba. Con Robin y Rochelle nos habíamos escapado de casa para ir a una fiesta que se realizaba en el centro de la ciudad. No fuimos con guardaespaldas (maravillosamente) y la mayoría de las personas que estaban ahí no eran de nuestra misma "clase" por así decirlo, sino más bien que eran todos chicos comunes y corrientes. Lo peor de todo fue que Robin se emborrachó y tal fue que mi hermana estaba totalmente ebria que se subió al altoparlante a bailar y bueno, terminó en la tapa de todas las revistas. El peor castigo se lo llevó ella, aunque a nosotras también nos regañaron un poco, pero es que era imposible de creer que ella hubiera hecho algo como eso. Se supone que ella y Rochelle son más o menos tranquilas, mientras que yo, bueno, de mi creo que se esperarían eso y muchas otras cosas más.

En fin, el castigo que acordaron papá y Robin fue que ella viniera al Summer Club que realizaba el instituto junto con la universidad durante todo el verano. Yo la verdad no lo tomaría a eso como un castigo, ya que esto es todo playa, sol y tiempo libre para hacer lo que sea que quiera, pero preferí callarme y no opinar, si no terminaría mal yo. Sin embargo, con Rory no quisimos dejar sola a nuestra hermana y decidimos venir con ella. Y bueno, aquí estamos. Ya solo faltaban dos semanas para que comenzara el nuevo año escolar y ¿saben qué? no tenía mucho interés en volver a clases, a mi con que me dejaran aquí por el resto del año era feliz.

Estaba tomando un refresco mientras daba un paseo escuchando música en mi iPod cuando reconocí a una persona a unos metros de distancia mío, recostado en el tronco de un arbol. Rodeé los ojos y me dirigí hasta él con cara de medio enojada. - ¿Tienes idea de lo costosas que son las llamadas internacionales? - pregunté, mientras ponía 'stop' a la lista de reproducción y guardaba el reproductor en el bolso. Se trataba de Iker Urdangarin, señoras y señores, el chico que no me había respondido ni uno solo de los trecientos mensajes que le había enviado. Ni uno solo. Tenía ganas de ahorcarlo con mis auriculares, pero intenté tranquilizarme. - Estuve intentando llamarte todo el verano, pero aparentemente el señorito estaba muy ocupado para devolverme la llamada - parecía una novia celosa y una muy, muy celosa. Pero es que daba rabia no haber podido hablar con él, habían pasado tres meses desde que no lo veía, algo de razón para enojarme tenía. - De todos modos, supongo que tu banda tampoco te ha dado mucho tiempo libre - empecé a relajarme, yo no era de andar pidiendo explicaciones a nadie, si ni yo las daba, así que relax, Rylee. - ¿Qué tal la gira? ¿Fueron a muchos lugares? - Iker formaba parte de una banda en su ciudad y por lo que me había contado en el último e-mail que había mandado, tenían pensado dar algunos recitales por el estado. Estaba segura que pronto se volvería toda una estrella de rock, al menos, él ya tenía más o menos el aspecto de una. - Ya sé, ya sé, prometí que iba a ir a verte, pero tengo un buen motivo por el que no lo he hecho - era cierto, me había dicho que esperaba verme en uno de ellos y yo le dije que ni loca me lo perdía. Y con todo el asunto de la fiesta y el castigo, me había olvidado por completo. - Papá castigó a Robin por haber escapado a una fiesta y haberse emborrachado, y por supuesto todas las revistas publicaron las fotos y ahora es el escándalo de la nación, y como Rory y yo también fuimos, nos ha enviado a pasar todo el verano aquí, de castigo - estaba segura que había entendido las primeras cinco palabras y lo demás lo había dicho demasiado rápido para que me entendiera. Solía hacer eso, hablar y hablar sin parar y con mucha rapidez, después debía repetir todo dos o hasta tres veces y en ocasiones simplemente decía "Nada" para cambiar de tema. - De todos modos no me quejo, amo estar aquí, vendría todos los años todo el verano si pudiera - aunque no eramos la familia gobernante, formábamos parte de la realeza y mi padre siempre es invitado a eventos importantes e impostergables, a los que teníamos que ir todos sin chistar. - Pero no creas que no sé que te debo una, la próxima vez que toques, yo estaré en la primera fila gritando como loca - dije mientras hacía unas mímicas muy chistosas: gritando a lo fangirling, haciendo cuernos con mis dedos, simulando que tocaba una guitarra y otras que ya ni yo sabía lo que hacía. Reí y no pude evitar sonreír al encontrarme con sus ojos. Iker y yo nos conocíamos desde siempre, pues nuestros padres se conocieron en Rockland y se hicieron muy buenos amigos. Solíamos ir a visitarlos durante vacaciones a Nueva York, pero a veces se nos hacía imposible cuando papá tenía mucho trabajo que hacer. Nosotros nos hemos vuelto grandes amigos, quizás los mejores y adoro pasar tiempo con él, aunque cuando nos separamos tiendo a extrañarlo bastante, siempre trato de estar en contacto con él. - Te extrañé mucho sabes - solté sonriendo, no solía decirselo muy a menudo, pero esta vez como que simplemente quise hacerlo

**ιzzy нale** Mar Dic 25, 2012 11:51 pm

Iker Urdangarín

as: Iker Froilán Urdangarín Castle
● 18 años # Senior # The Misfits # Fútbol » Teatro y Música
[ Está con Rylee d'Aviano ;; Summer Camp ]

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Empezaba a olvidar lo amenas que eran las tardes a lado de Barbie y lo bien que la pasábamos cuando estábamos juntos. Desde que éramos niños, siempre ha sido así y nada ha cambiado desde entonces en ese sentido… aunque a veces no podía evitar ponerme a pensar en que todos y cada uno de esos momentos llegarán a transformarse en simples recuerdos. Tarde o temprano, se enamorará, se hará novia de algún idiota y, con el tiempo, todo irá cambiando entre nosotros y nada volverá a hacer como antes… aún cuando se trate de un hecho que no quisiera que llegara nunca, nada ni nadie podrá evitarlo, ni siquiera Leo, Ben y el tío Pablo… por lo que no tenía más remedio que hacerme a la idea de que en cualquier momento podrían apartarla de mi lado. Si, probablemente era una completa estupidez ponerme pensar en algo que todavía no sucede, pero se trata de una situación que esta lejos de todo alcance y que, como diría mamá: es inevitable. Era una suerte que con Paulina y con Nela, aún no me tocase vivir una situación parecida… no por nada las veces que solíamos ir de día de campo a Central Park y, algún chiquillo más grande se atrevía a quitarle su juguete a mi pequeña o simplemente veía que le iban a hacer alguna travesura, corría detrás del mocoso para atraparlo y “obligarlo” a pedirle disculpas a Nela; por que lo cierto es que, nadie, absolutamente nadie se mete con mis hermanos sin que sufrir las consecuencias, no mientras me tengan cerca. De niño solía hacer lo mismo con Paulina y con Barbie y no dudaba en enfrentar a cualquiera que las molestara. Claro, cuando algo así pasaba, Paulina era la que siempre corría atrás de mí para asegurarse de que no se me fuera la mano reprendiendo al pequeño rufián que intentaba pasarse de listo. Prácticamente todo era una cadena, por que como era de esperarse, Paulina terminaba regañándome por ser tan inflexible con un pobre niño. Aunque debo agradecer el hecho de que Paulina no me de motivos para ponerme en el papel de hermano mayor que me lleven a partirle la cara al imbécil que se atreva a poner los ojos en mi hermana; por que de la misma manera que con Barbie y con Alexa, nunca habrá nadie lo suficientemente bueno como para merecerlas. En algún momento, superaría que Ethan y Alexa acabaran enamorándose, pero dudo que eso llegue suceder alguna vez… confiaba en Ethan como para tener la plena seguridad de que no pasarán de la gran amistad que los ha unido toda una vida; aunque con Barbie no era nada era seguro.

Disfrutar del resto de la tarde para Barbie y para mí no significaba tener que hacer alguna actividad al aire libre; el solo hecho de hacernos compañía sin la necesidad de hablar, era suficiente para nosotros. Habíamos pasado parte de la tarde en la cocina de la cafetería horneando pasteles con la ayuda de Randy, un viejo amigo de mi padre que tenía varios de años trabajando como “jefe de cocina” y, siempre nos permitía entrar a escondidas. Randy decía que era el vivo retrato de papá y del tío Pablo cuando eran jóvenes, lo cual era extraño, pero cierto ya que no era la primera vez que me lo decían. Ver las fotografías de mis padres cuando eran jóvenes y ver la semejanza entre papá y yo, asustaba… aunque siempre veía el lado bueno y bromeaba con papá al decirle que era como su doppelgänger. Al no tener nada más que hacer, por el día de hoy, regresamos a mi habitación. No había tenido la oportunidad de ducharme en todo el día, pero con Barbie en la habitación… digamos que no era lo correcto. Por lo que me puse a ordenar algunas cosas, como los libros para las clases de mañana, entre otras cosas. No era nada fuera de lo común que me declarara fanático de las novelas forenses que escribía el abuelo Richard, era un gran escritor, uno de mis favoritos y el número uno. La primera vez que leí la dedicación de una de sus novelas el día en que nací, después cuando nació Paulina, más tarde cuando nació Luis y por último cuando nació Nela, era increíble, por que desde entonces nunca ha olvidado mencionarnos junto con mamá a la hora de encontrarnos con la dedicación al comienzo de una de sus novelas. A penas terminé de ordenar las cosas para mañana, tomé mi guitarra y me acomodé en el pequeño sillón que teníamos - dejando libre mi cama para que Barbie pudiera estar más cómoda - y me puse a tocar una de las canciones que había escrito para la banda y que a la vez era una de sus favoritas, por lo que al encontrarme con su mirada, no me extraño verla sonreír. Era normal que Barbie se supiera la mayoría de nuestras canciones, teniendo en cuenta que ella era la única a la que le tenía la confianza suficiente como para mostrarle cada una de mis composiciones, siendo siempre la primera en escucharlas antes que cualquier persona. La opinión de Barbie era muy importante para mí y nada cambiaría eso. A medida que el tiempo pasaba, la tormenta a cada minuto se intensificaba... sabía lo mucho que a Paulina y a Barbie les atemorizaban las tormentas eléctricas y la oscuridad, aunque la que más me preocupaba en este momento era mi hermana, puesto que Barbie se encontraba conmigo. De un momento a otro, la habitación se quedó en penumbras, provocando que Barbie pegara un grito y se aferrara a mi mano. Trataba de hallar mi celular, por lo que cuando Barbie sacó el suyo para medio alumbrar la estancia, agradecí que lo hiciera facilitándome el trabajo de hallarlo. – Tranquila, no pasa nada… – aseguré con calma para que se sintiera tranquila. Dejarse llevar por los nervios no era la solución, probablemente la tormenta dañó algún circuito y esa era la razón por la que nos habíamos quedado sin electricidad. La miré brevemente en lo que intentaba ponerme en contacto con Paulina, pero todo parecía indicar que las líneas telefónicas se habían caído a causa de la tormenta. Reí un poco, negando con suavidad al oír su comentario acerca de tener que dormir con extraños, luego de que anunciaron los puntos de encuentro. – Creo que lo mejor será que vayamos al gimnasio. Seguramente todos irán hacia allá y los encontraremos, no te preocupes – dije en un intento por reconfortarla y que no se preocupara y a la vez respondiéndole con un silencioso “lo sé...” cuando me avisó que tendría que dormir conmigo, por que por más que lo quisiera, no podría separarme de ella. Al igual que Barbie, esperaba que Paulina siguiera las indicaciones y la encontrara acompañada de Lena. – Lo intento… pero parece ser que las líneas se cayeron – expliqué, mirándole de soslayo -en lo que volvía a marcar - y fastidiado por dentro ante la idea de que estos malditos aparatos se atrofien en emergencias así y no sean capaces de sacarte de un apuro. Ahogué un suspiro lleno de resignación en lo que me dirigía al armario, sin soltar su mano en ningún momento. – Ten ponte esto… – le pedí tras sacar del armario una de mis sudaderas y para que no pasara frío en caso de que tuviéramos que pasar la noche fuera de las habitaciones. – Te conozco… y sé que con lo friolenta que eres, un cobertor y una colchoneta no bastara para quitarte el frío – bromeé, con una sonrisa de lado, a la vez que acariciaba su mentón con mi dedo pulgar, para luego besarla cariñosamente en la frente y separándome un poco para mirarla un momento a los ojos.

**ιzzy нale** Mar Ene 08, 2013 1:47 am

Barbie Urdangarin

Barbara Isobel Antonella Urdangarin Bessette

18 años || Senior || Animadora (Subcapitana) y Club de Drama|| Pinky Ladies
Está con Iker Urdangarin ;; En la fogata ;; textea xxx ]

Era el cumpleaños de Izzie y sentía que no había pasado tiempo con ella para nada, ya que realmente no había podido encontrarla, por supuesto le había hecho llegar su pastel y su regalo, pero igual era extraño estar sin ella en ese momento. Gracias a Gossip me había enterado lo de que Ben la había hecho rabiar y mañana lo pondría en su lugar a mi querido mellizo. Pero lo que más me había llamado la atención era el rumor acerca Alexa y Trent, mi prima no había aparecido en todo el día lo que me hacía creer que era verdad. ¿No es que lo odiaba? A demás que Trent era conocido por ser un mujeriego, así como todo el grupito de mis hermanos. Si le llegaba hacer algo, juraba que lo mataría con mis propias manos. Lo único interesante fue a ver visto a Aaron, realmente este era el chico de mis sueños, todo un príncipe azul. Con el agite de mi verano, había olvidado lo guapo y educado que era, simplemente el chico perfecto para mí.
Había llegado a la fogata hacía ya dos horas y me había puesto a tomar vino y champaña con alguna de las animadoras, esperaba ver a Izzie ahí, pero entre tanta gente, no la divise en ningún momento. El clima era perfecto, especialmente para el vestido que estaba usando. Mi primo Ted se había asegurado de traer mi botella favorita de vino blanco y me había dejado con una copa al lado y ya era mas de la media noche y me había acabado la botella. Nunca tomaba, ya que simplemente ver a mis hermanos tomar y hacer escenas siempre me había hecho algo repugnada al alcohol, pero gracias al calor y a la humedad del lugar me había hecho querer tomar y en este momento me sentía completamente mareada, pero aun así seguía bailando con mis amigas. En una de esas una de ellas saco una botella de tequila y comenzamos a hacer shots, y justo cuando termine mi segundo shot divise a lo lejos, a alguien que conocía muy bien. Estaba con una chica, para variar y eso me puso los nervios de punta. Iker era mi primo y mi mejor amigo, y yo era la mejor amiga más celosa que existía, no soportaba verlo con tantas zorras. Les hice una señas a las chicas diciéndoles que ya volvía, como pude camine hacia donde estaba. Sabía que estaba caminando de lado a lado pero no importaba, me iba deshacer de esa chica en 5 segundos. Cuando ya estaba frente a ellos carraspee, y tome la atención de ella primeramente – Desaparece, antes que pueda contar hasta 5 – le dije de manera fría y fulminando la mirada. No hizo falta que contara ya que la chica se levantó deimediato y se fue, sonreí complacida mientras miraba a Iker, o eso trataba, era algo difícil enfocar en ese momento- De nada- le dije de manera dulce, como si el se hubiera querido deshacer de ella- ya que estas libre, ¿Por qué no vamos a nadar? Hace …mucho …mucho… calor- dije tratando de sonar lo más que podía como yo normalmente. Por alguna razón el sonido de las olas hacia que quisiera ir a nadar, y sabía que Iker no me podía decir que no. Le ofreci mis manos como para que fuéramos inmediatamente pareciendo algo infantil, pero era muy típico de ambos estar agarrados de manos. Eso era algo que nadie entendía, pero me daba igual.

**ιzzy нale** Mar Ene 08, 2013 1:58 am

Iker Urdangarín

as: Iker Froilán Urdangarín Castle
● 18 años # Senior # The Misfits # Fútbol » Teatro y Música
[ Está con Barbie Urdangarín ;; En la fogata ]

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¿A que viene ese maldito intercambio de sonrisas y miradas ella y ese imbécil…? ¿Y por qué tenía que suceder justo ahora? De acuerdo… admito que Barbie es libre de hacer lo que plazca, pero… ¿Por qué carajo me daban ganas de moler a golpes a todo aquel que la miraba o estaba con ella? Difícilmente podría llegar a expresar todo lo que ella significa para mí... es decir, Barbie no solo era mi prima, era mi mejor amiga… esa persona que ha estado conmigo y me ha acompañado a lo largo de mi vida. El solo hecho de voltear y saber que siempre va a estar ahí… es lo que me impulsa protegerla. Hemos estado juntos desde que aprendimos a gatear y lo lógico es que, al igual que mis hermanos y Lex, sea todo para mí. Reprimir y contener los impulsos de molerle la cara a golpes a todo idiota que esta cerca de ella no va conmigo... Si no hubiera sido por Rylee el atractivo de Aaron Kimball seria historia, un hecho que seguramente nadie lamentaría. Es más… casi puedo asegurar que muchos me lo agradecerían por ahorrarles el favor de darle su merecido. El único problema es que... si mis padres se enteraban de esto, no querría imaginarme lo que dirían, en especial papá... A quien por extraño que parezca podía imaginarme diciendo: “¿Acaso has perdido la cabeza, Iker? No puedes ir por ahí golpeando a tus compañeros por el solo hecho de acercarse a Barbie. ¡Es inaudito! Comprendo que quieras protegerla, hijo. Es algo muy normal… pero debes dejar que ella elija a las o la persona con la que quiere estar” Si… por alguna maldita razón esas son las palabras que no quería oír: “dejarla elegir”. El pensar que de un momento a otro cualquier imbécil pudiera apartarla de mi lado… es uno de mis mayores temores, y para ser franco… no sabría como lidiar con una cosa así. Como sea… lo mejor es no pensar en eso, al menos por ahora... creo que con lo de Alexa y Goldmischt ya teníamos suficiente por un día. Además, no es que Barbie vaya a elegir a ese imbécil como novio ¿verdad? me dije en un intento por suavizarme y dejar a un lado esos malditos celos que me estaban arañando por dentro.

Rememorar la tarde que pase en compañía de Rylee era la mejor solución que podía hallar a mis problemas. Cerrar los ojos, imaginarme su rostro, su sonrisa siempre me animaba y en cierta forma me alegraba bastante. Rylee era sin duda alguna, la chica de mis sueños: alegre, espontánea, divertida, ocurrente, hermosa… cualquiera se moriría por andar con ella, incluyéndome. La había echado tanto de menos que era estúpido enfadarme con ella por no haber asistido a una sola de las tocadas con la banda, aunque confieso que el no haber recibido ni una sola de sus llamadas y mensajes me tenia desconcertado. ¿De verdad era eso posible? No es que desconfíe, pero supongo que debe haber una buena explicación por la que, según yo, no recibí, ni vi un solo mensaje de Rylee en el celular. ¿Cómo es que ella y yo acabamos siendo grandes amigos? Todo fue gracias a nuestros padres, debo decir… Hasta donde sé el padre de Rylee fue el único miembro de la realeza que no le dio la espalda a papá cuando tomó la decisión de renunciar a su título para casarse con mamá, y siguió manteniendo contacto con él después del escándalo que se armo cuando la tía Irene, el tío Pablo y papá dejaron todo para iniciar una nueva vida y ser felices. Según me ha contado papá, al principio mamá le tenía muy poca simpatía al padre de Rylee por que pensaba que lo induciría al mal camino, pero con el tiempo se fue suavizando. Imaginar a Juan Urdangarín como el alma de la fiesta es una idea tan bizarra que es imposible no echarse a reír con ello…

Había perdido ya la cuenta de cuantas cervezas he estado bebiendo... y en mi opinión aun no estaba lo suficientemente ebrio como para no ser consciente de mis acciones; lo único que esperaba es que Paulina y Helena se mantuvieran alejadas de las bebidas, por suerte le había dado demasiados consejos a Paulina respecto a no aceptar bebidas de desconocidos. Varios de los miembros del equipo de fútbol y de baloncesto nos habíamos reunido para pasar un rato agradable en compañía de las animadoras… muchas de ellas habían empezado a subirse a la barra a bailar mientras sus prendas volaban y aterrizaban en las caras de varios de nuestros compañeros de equipo. Por otro lado, a Juan Carlos, a otros amigos y a mí se nos había ocurrido la idea de jugar póker, pero de a prenda con algunas de ellas para hacerlo mas entretenido. Y eso que aún faltaba el concurso de camisetas mojadas. Uno de mis compañeros quería que convenciera a la chica que le gustaba para que se animara a jugar con nosotros… y yo como buen amigo no dejar pasar la oportunidad de darle un empujón… sin embargo, la chica que por lo que entendí se llamaba Rita malinterpreto mis palabras y estaba tratando de convencerme para que fuéramos a un sitio más privado... – Preciosa me encantaría, pero te prometo que si vienes conmigo no te vas arrepentir – Sabía que mi amigo me estaba viendo y no podía traicionarlo de esa forma. Cuando la sexy Rita estaba a punto de aceptar mi ofrecimiento, una voz que no dudé ni por un segundo en reconocer me hizo arquear las cejas ante la sorpresa de verla y tenerla justo aquí entre nosotros… Al parecer Rita se tomo muy apecho la orden y la mirada que Barbie le dedicaba, ya que de un momento a otro se levanto y se marcho perdiéndose entre los que se encontraban bailando. “Genial… Malcolm va a matarme” pensé tratando de no echarme a reír de la situación… – ¿Es enserio? – La miré como si realmente no pudiera dar crédito a lo que acababa de pasar, aunque la sonrisa en mi rostro evidentemente me delataba por que no era la primera vez que esto pasaba. De hecho, Barbie se había ganado de enemigas a varias de mis amigas en Nueva York por esa razón… – Acabas de meterme en un serio problema con Malcolm ¿sabes? – dije con una actitud bromista y despreocupada al mismo tiempo, y sin apartar la mirada de sus ojos. Entre nosotros los hombres, existe un código de honor, por así decirlo… en el que no podíamos flirtear con los futuros ligues ni con las ex novias de nuestros amigos. Tal vez suene un poco complicado, pero el punto es que ese era nuestro código de honor. Su invitación de ir a nadar realmente era muy tentadora… con el maldito calor que estaba necesitábamos refrescarnos… pero el que a Barbie le costara mantener el equilibrio y el tono poco normal en su voz fueron las señales de advertencia, y lo peor de todo es que al mirarme de esa manera difícilmente podría decirle que no. – Creo… que lo mejor será que pospongamos la idea para dentro de unas horas – dije entrelazando mis manos con las suyas, en un intento por hacerla cambiar de opinión. Si no fuera por que somos primos y llevamos el mismo apellido cualquiera malinterpretaría el hecho de que entre nosotros existiera esa confianza para tomarnos de la mano.

**ιzzy нale** Sáb Ene 12, 2013 11:28 pm

Barbie Urdangarin

Barbara Isobel Antonella Urdangarin Bessette

18 años || Senior || Animadora (Subcapitana) y Club de Drama|| Pinky Ladies
Está con Iker Urdangarin ;; En la fogata ;; textea xxx ]

Me gustaba enormemente estar ahí con el ya, sin lugar a duda era la mejor persona que pude ver, ya que en mi estado todo parecía que se movía. Este me dijo que lo había metido en problemas con Malcolm y luego busque a ver dónde estaba Malcolm y lo vi a lo lejos con un par de chicos- ¿Lo ayudabas con esa chica? Bueno ya lo superara- dije en tono bromista, mientras sentía sus dedos enlazarse con los míos. Amaba estar junto a el ya que simplemente me sentía segura y especial de cierta manera. A veces me preguntaba qué haría cuando Iker tuviera una novia y una relación seria.. ¡no, eso no puede pasar! Sé que era egoísta pero realmente odiaba la idea de el con una chica tomado de manos y besándola. Odiaría a esa chica con toda mi ser, ya que no era yo… Ese pensamiento me dejo algo desconcertada ya que nunca lo había visto de esa manera. Él era mi primo y era mi sangre, asi que nunca seria yo, y no podía estar tan ebria como para pensar de esa manera ¿o sí?
Este me dijo que lo dejáramos para otro momento, pero yo quería en ese momento, y suponía que el alcohol hacia que me pusiera mucho más necia e insistente de lo normal- Pero yo quiero en este momento, Iker- acaricie sus manos de manera tierna mientras trataba sonar lo más convincente que podía. Sabía que a lo mejor no era el mejor estado para nadar en el mar, pero tenía mucho calor, y el alcohol no ayudaba- Sino voy a nadar, creo que terminare entrando a ese concurso de camisetas mojadas- sabía perfectamente que Iker no me permitiría entrar a ese tipo de concursos, yo misma nunca me permitiría entrar a ese tipo de cosas, pero al final de cuentas yo tampoco era de las que tomaba tanto como hoy, odiaba a las chicas borrachas, siempre me habían parecido sin clase. ¡No tienes clase Bárbara! Me dijo una voz que se parecía a la de mi mama. Me senté en sus piernas y lo mire a los ojos- ¿dejaras que todos esos chicos me vean en ese tipo de competencia?- sabía que no estaba jugando de manera limpia y que más bien lo estaba incitando a sacar su lado sobreprotector, pero me gustaba cuando me sobreprotegía, era diferente a como cuando mis hermanos lo hacían, ya que siempre su sobreprotección era innecesaria en mi mente. Eso me hacía pensar que realmente necesitaba tener una charla con Ben y dejar claro que no podía andar molestando a Izzie. Mire a los ojos a Iker, ya estaba acostumbrada a mirarlo asi de cerca. Me acorde de nuestras competencias de mirada cuando teníamos como 6 u 8 y donde el siempre terminaba ganando, yo siempre terminaba por parpadear antes que él. - ¿me voy a inscribir?- le pregunte con una sonrisa completamente inocente como si no quebrara un plato.

**ιzzy нale** Dom Ene 13, 2013 3:55 am

Iker Urdangarín

as: Iker Froilán Urdangarín Castle
● 18 años # Senior # The Misfits # Fútbol » Teatro y Música
[ Está con Barbie Urdangarín ;; En la fogata ]

Me solté a reír sin poder evitarlo más tiempo. Tal vez los efectos del alcohol empezaban a hacerme efecto, o quizás era el maldito calor, que se yo… pero la situación me estaba divirtiendo bastante con solo imaginarme la cara de mi amigo. Lo cierto es que aun sin estar ebrios Juan Carlos y yo nos la vivíamos haciendo y diciendo puras estupideces. No por nada Paulina se la pasaba llamándonos la atención y regañándonos todo el tiempo por esa razón. “Por todos los cielos, ¿cuándo será el día en que ustedes dos par de chiflados maduraran y dejaran de decir tanta idiotez?” solía decir. – ¿Superarlo? Si claro… eso si apartamos el hecho de que Malcolm no ha hecho otra cosa que hablarme de lo sexy que es Rita, entonces tal vez si lo creería – dije sonriendo sin la mayor preocupación. La sola idea de que pensara que estaba intentando algo con Rita me hizo reír por dentro, casi nadie sabía de esto… pero Barbie era demasiado celosa y nada la haría cambiar en ese aspecto. En fin, lo mejor era poner punto final a lo sucedido.

Desde que era un niño he aprendido a leer cada mirada y cada sonrisa con el único propósito de complacerla, y de alguna manera verla y hacerla feliz. El verla sonreír es un privilegio que nada ni nadie podrían arrebatarme. Y esa es justamente la razón por la que no soportaba verla con cualquier imbécil. Si alguno de los niños del parque se atrevía a molestarla o la hacía llorar por alguna razón, ahí estaba yo para defenderla y protegerla de cualquier mocoso malcriado que se metiera con ella. Si hay algo que odiaba era verla triste, y haría cualquier cosa para remediar eso… De hecho, siempre me he enorgullecido de ser el único capaz de hacerla sonreír. Pero una cosa es que me pida que la complazca en algo a lo que no me opondría si no supiera que en este momento no es lo más conveniente. – Barbie… – Su nombre salió de forma imprevista de entre mis labios, disfrutando del contacto de sus manos entre las mías y a su vez de sus delicadas caricias, como si estuviera pidiéndole que no insistiera con la idea, pero a la vez siendo consciente de que eso no es suficiente. Conocerla de toda la vida me ha hecho aprender de ella, y se necesitaba mucho más que una débil súplica para hacerla cambiar de opinión, ya que Barbie era muy obstinada. Cuando dijo que si no iba a nadar terminaría por inscribirse al concurso de camisetas mojadas, mi rostro se tenso ante la maldita idea y fruncí el ceño como si no estuviera hablando enserio. NO… por ningún dejaría que Barbie se inscribiera en ese concurso. Primero los dejo ciego a todos o… saboteo el puto concurso, PERO NI MUERTO LA DEJO INSCRIBIRSE EN EL. Ya bastante tengo con el hecho de que varios de mis compañeros de equipo la encuentren hermosa y atractiva… hasta uno de ellos me había pedido que se la presentara y le arreglara una cita con ella, lo que hizo que se ganara un puñetazo en la cara al dejarle en claro que no estaba disponible. Ellos ya me conocían y cabe recalcar que para mis amigos como para mis compañeros de equipo Barbie estaba ESTRICTAMENTE PROHIBIDA, fuera de su alcance… todo aquel que pusiera sus ojos en ella le iría muy mal. Lo peor de todo es que el vestido que llevaba fomentaba la imaginación, resaltando su belleza y haciéndola ver más hermosa de lo que ya era… de manera que más de uno se volvería loco y no permitir que eso pasara. Inhalé y exhalé profundamente tratando de pensar en una forma de zafarla de todo esto, pero para mi jodida suerte la única solución que tenia a mi alcance era ceder… porque mientras estuviera conmigo nadie voltearía a mirarla sin sufrir las consecuencias. – Ni hablar… usted señorita se queda aquí conmigo – le dije tajante, cerrando sus brazos alrededor de su cintura para evitar que se levantara de mis piernas y fuera hacia donde estaban los postulados a participar, atrayéndola inconscientemente hacia mí mas de lo permitido. Se bien que a ella nunca le han gustado ese tipo de concursos, es mas… hasta le molestaba que estuviera en ellos por la cantidad de chicas que solían inscribirse, ¿por qué iba a querer empezar inscribirse en ellos ahora? ¿Qué quería demostrar con eso? – ¿Sabes que lo estas haciendo es una forma de chantajearme para que te complazca? – No sé por qué, pero la sensación que me producía mirarla a los ojos era tan extrañamente placentera que podría pasarme horas así con ella. Tenerla a mí lado siempre me ha traído paz y tranquilidad… como si solo ella fuera la única capaz de hacerme sentir bien. Una sensación demasiado inusual, a decir verdad. – Si sigues así terminaras siendo mi perdición, por que eso significa que no puedo negarme a nada de lo que me pidas – Al decir mi perdición iba en broma, pero a la vez medio enserio. El que Barbie lo fuera todo confirma una vez mas que soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de verla feliz. – ¿Quieres que vayamos ya? ¿O esperamos a conocer el o la ganadora del concurso de camisetas mojadas? – Una parte de mi creía conocer la respuesta a mi propia pregunta, pero no perdía nada con asegurarme.

**ιzzy нale** Dom Ene 13, 2013 11:36 pm

Barbie Urdangarin

Barbara Isobel Antonella Urdangarin Bessette

18 años || Senior || Animadora (Subcapitana) y Club de Drama|| Pinky Ladies
Está con Iker Urdangarin ;; En la fogata ;; textea xxx ]

Este quería negarse y sabía que iba ser así, pero quería ir y el no me podía decir que no, ya me tenía acostumbrada a ese tipo de tratos y de consentirme todo el tiempo. Siempre ha sido así desde que éramos niños, de que este siempre consentía, y lo que quisiera de alguna forma me lo conseguía. Eso era una de las tantas cosas por la que amaba a Iker como nadie en el mundo. Cuando este dejo salir mi nombre lo mire nuevamente insistiendo, sabía que cedería, la cosa es que tanto tardaría, porque realmente estaba muriendo del calor. Ante mi propuesta vi como todo en su cara se tensó, sabía que tendría ese efecto, pero fue más de lo que quería. Este nunca me dejaría entrar a algún tipo de concurso así, así me arrodillara y llorara por ello, primero mata a todos. Sabía perfectamente que los chicos de su equipo me tenían prohibida ya que una vez a mi primo Juan Carlos se le salió decirlo en frente de mí. Nunca le reproche por ello, ya que yo hacía lo mismo con las porristas, chica que le pusiera el ojo encima a Iker, chica que sabía que le haría la vida de cuadritos, y cuando Barbara Urdangarin odia a alguien, realmente hiere a la persona hasta el momento que la ve al borde de la destrucción. Eso era algo aunque Lex me pedía que cambiara, no podía, simplemente no podía, porque el que hiera a las personas que amo o en el caso que se quiera robar a mi Iker, sufriría las consecuencias.

Este se aseguró que no pudiera levantarme de sus piernas, atrayéndome más a su cuerpo mientras me abrazaba por la cintura. Estábamos algo más cerca de lo normal, pero no me incomodaba ya que estaba acostumbrada a su cercanía, de niños solíamos dormir juntos cuando tenía miedo y aun hoy dia a veces me iba a dormir con él por mi miedo a los truenos y el y Leo eran las únicas personas con las que me sentía completamente segura. Este me dijo que no iría a ningún lugar y le sonreí un poco mientras colocaba mis manos en su pecho y le quedaba mirando con cierto reto, como que no me quedaría sentada toda la noche. Luego este me pregunto que si sabía que lo estaba chantajeando, y no pude evitar sonreír y asentí sin ningún problema en cuanto a mi pequeña fechoría. No era algo que hacia comúnmente porque nunca hacía falta con Iker, pero igual era algo divertido jugar de esa manera. – Me llevaste a eso, Iker- le dije tratando de darle la culpa a él por el hecho de llegar al extremo de chantajearlo. Este me dijo que si seguía haciendo ese tipo de cosas terminaría siendo su perdición, lo mire con media sonrisa de manera bromista y a la vez de pena, porque no quería eso, aunque siempre quería que me complaciera y me consintiera como lo había hecho desde que éramos niños pequeños. Este me pregunto que si íbamos ahora o esperábamos saber los ganadores de la competencia de camisas mojadas. Mi instinto fue alzar una ceja y mirarlo de manera incrédula- ¿realmente crees que te dejaría ver ese tipo de cosas en mi presencia?- sabía que todo chico veía ese tipo de cosas, pero no soportaba ver a Iker prestarle atención a otra chica, menos que viera ese tipo de espectáculos donde los hombres usualmente terminaban con las hormonas subidas hasta la cabeza – te dejo ciego primero antes de permitir eso- le dije de forma bromista y a la vez en serio. Le di un beso en la mejilla ya que me di cuenta en ese momento que me había dicho que si de ir a la playa, y que me estaba poniendo celosa de algo que ni siquiera iba a ver- eres el mejor ¿lo sabes?- dije mientras ponía ambas manos en sus dos mejillas y le decía eso mirándolo fijamente, le dedique una de mis sonrisas que solo existen para Iker. Tenerlo así me hizo notar lo guapo que era Iker pero lo solté por ello y me levante de sus piernas. Le ofrecí mis manos nuevamente para irnos, no quería perder el tiempo y esperar que alguna chica le comenzara a coquetear. Le sonreí de manera inocente- quiero ir ahora- tenía muchas ganas de nadar, de bajar el calor de mi cuerpo, a pesar que mi vestido era bastante fresco, estaba haciendo un calor horrible que simplemente me hacía desear más y más estar dentro del mar. – ¿Necesitas algo?- le pregunte sonriendo. Yo tenía mi traje de baño bajo mi vestido ya que la mayoría de estas fiestas terminaban en la piscina.

**ιzzy нale** Dom Ene 20, 2013 12:14 am

Iker Urdangarín

as: Iker Froilán Urdangarín Castle
● 18 años # Senior # The Misfits # Fútbol » Teatro y Música
[ Está con Barbie Urdangarín ;; En la fogata ]

“¿Cuándo será el día en que podré ser capaz de negarme a esa sonrisa, y decirle que no?” quise saber a costa de que sabia claramente que ese día jamás llegaría. Barbie no es solo una chica, es mi mejor amiga, y nada me costaba decirle que “si” a cualquier cosa que me pidiera. En realidad, esta era la primera vez que llegábamos a estos extremos, y por esa justa razón, no quería arriesgarme a que cumpliera su objetivo, y que más de uno se volviera loco con ella. La conocía perfectamente, y se que cuando algo se le mete a la cabeza no descansa hasta haberlo logrado. “Bravo, Iker. Deberían darte el premio a la persona más responsable de año…” dijo una voz en mi interior recriminándome duramente por ceder a su petición, haciéndome sentir aun más culpable. “¿Sabes bien que si le sucede algo toda la culpa recaerá en ti, no es verdad?” dijo una vez más aquella voz al tratar de advertirme, pero era eso… o permitir que Barbie se inscribiera en el maldito concurso, y ni en sueños me atrevería arriesgarla de esa forma. No a ella.

“¿Ahora resulta que yo soy el culpable de que haya llegado al extremo de chantajearme con esto? Enserio… no puedo creer que Barbie me este haciendo esto” La miré con una expresión entre seria y divertida, pero así era ella… y nunca podría molestarme por algo así. – Eso creí – afirmé con una sonrisa de lado, al sentir su beso en mi mejilla, cuando dijo que primero me deja ciego antes de permitir que viera ese tipo de cosas delante de ella. Sé cuanto le molesta verme rodeado de chicas. Y el que creyera que Rita me estaba seduciendo me dejo claro que tan celosa y posesiva puede ser en esta situación. Ni ella soportaba verme con chicas, ni yo soporto verla rodeada de imbéciles. Simple. De haberme dicho que si… habría creído que Barbie se golpeo la cabeza con algo, y que no era ella la que hablaba. – Lo sé – No hay duda de que a veces me paso de engreído, pero eso es algo que no puedo evitar, y que forma parte de mi encanto. O eso es lo que Lex solía decirnos a Ethan y a mí. – ¿Qué harías sin mi, y que haría yo sin ti? – Para ser franco, yo no sabría que hacer si no la tuviera a mi lado, y lo peor de todo es que la idea de perderla me aterra tanto como el hecho de que mis hermanas crezcan y se marchen de casa para hacer sus vidas. Al menos con Nela no me preocupo, pero con Paulina… la idea de recluirla en un convento hasta los cuarenta no es una idea que Juan Carlos y yo descartamos para mi hermana y para Candelaria. Una vez más le sonreí de esa forma única y especial, cuando sus manos viajaron hasta mis mejillas, y mis ojos buscaron los suyos. Podría pasarme horas contemplándola, pero hubo algo que me hizo girar el rostro cuando me soltó, y se levanto de mis piernas. Como si algo me hubiera estado mal. Con esa sonrisa traviesa y llena de inocencia, me ofreció sus manos, y dijo que quería ir ahora. “¿Que caso tiene aplazar lo inevitable?” pensé encogiendo los hombros, y mirándole con una nota resignación cuando tomé sus manos, y me levanté de la silla. Con suerte, nadie se preocuparía por saber donde estoy o con quien me encuentro; siempre que desaparezco sin dar ninguna explicación, intuyen que terminé yéndome con una chica. Como sea… mis amigos estaban demasiado ocupados, por lo que no me preocupaba por ello. Seguro que si les digo a donde voy a los cinco minutos lo olvidan por lo tomados que están. – No, así estoy bien – dije tranquilamente con una sonrisa, para luego pasar un brazo alrededor de sus hombros. Estando aquí todo puede pasar, y todos nosotros teníamos la costumbre de aventarnos a la piscina con tal de divertirnos. Por esa razón llevaba el bañador bajo el pantalón. – Pero creo que nos hace falta esto – dije de pronto al divisar a una de las chicas encargadas de proporcionar las toallas para todos aquellos que estábamos cerca de la piscina. Le dediqué una de mis mejores sonrisas para hacerme de dos toallas, esperando que Barbie no me viera recurriendo a este tipo de sonrisas. De igual forma decidí aprovechar la oportunidad, y hacerme con una hielera donde teníamos escondidas algunas latas de cerveza. – ¿No quieres avisarle a tus amigas a donde vas? – Admito que me resulta extraño que este aquí conmigo, y no con Izzie y Lex, pero supongo que debe haber una buena razón por la que no estaba con ellas. Sé que fue el cumpleaños de Izzie, por eso creí que estarían todas juntas celebrando. “Solo espero que Lex no este perdiendo el tiempo con Gold” fue lo primero que se me vino a la mente al recordar las idioteces que había escrito Gossip Girl.

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