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Mensaje  ιzzy нale Dom Jul 29, 2012 10:37 pm


Juan Urdangarín
Juan Carlos Urdangarín Von Ambserg
# 18 años ; Cuarto Curso - Senior ; # Baloncesto & Consejo de Estudiantes; The Misfits
Esta Con: Iker Urdangarín ; Donde: En su habitación


Bueno estos días no habían estado tan pésimos como de costumbre aunque yo sospechaba que me alegraba porque había dejado de llover como aquella noche en la cual me fue imposible dormir, porque tenia que estar encerrado en el Gimnasio del instituto con Candelaria, aunque no me quejaba que ella estuviese conmigo, no el problema es que no se dignaron a darnos por lo menos una cobija o almohada y yo tuve que hacerle de cojín para mi hermana. No me importaba haber tenido que aguantar que mi hermana babeara encima mio, porque mejor que lo hiciese encima de mi que alguien mas no? Ella era demasiado pequeña para hablar con los hombres, era demasiado inocente para tener amigos siquiera. Y si en algo estaba de acuerdo con Iker es que Candelaria tanto como Paulina y Nela vivirían en un convento de monjas hasta que cumplieran los 50. Hablando de mi querido primo no había visto ni sus luces durante varios días.

No lo extrañaba, no era eso simplemente era raro porque si no estaba conmigo estaba con Barbara, o Alexa, o Paulina o si no las tres juntas pero ninguna de ellas podida decirme donde se había metido aquel idiota. Y le llamaba idiota con todo el cariño del mundo. Por mas que no lo pareciera, o por mas que la Tia Natalie nos regañara por gritarnos cosas como "imbecil, idiota, cabron" por toda la casa porque según ella había niños presentes y peor nos fue cuando Luis llamo al Tío Juan "Cabron" lo cual nos dio risa a todos menos a la Tia que normalmente era muy relajada pero esa vez la desconocí completamente nos regaño hasta que se canso para que después llegara Paulina y nos diera el sermón mas largo que el discurso de bienvenida del director del instituto. Vale que quería a mi prima pero aveces deseaba que fuese como Barbie y que simplemente se riera de todas nuestras tarugadas.

Pero alguien tenia que ser la cabeza del montón no? Aun estaba pensando en aquellas preguntas que Pau me hizo sobre los abuelos, aveces me pesaba ser el único que los conocía y no es que tuviera una relación sumamente cercana con ellos ya que mi padre aun cuando no renuncio a su titulo si apoyo a todos mis tíos y no tenia la mejor relación con mis abuelos. Pero ellos nos visitaban de vez en cuando y siempre nos habían tratado bien incluso nos llevaban regalos. Y tendría que ser idiota para no disfrutarlos. En fin Paulina parecía curiosa sobre ellos y por entender las cosas de la realeza lo cual me parecía raro pues bien si mi papa era el Primer-ministro de España pero yo no le ponía atención a esas cosas, porque eran de lo mas aburridas. Aunque tenia la extraña sensación que las preguntas de mi prima eran por el amigo ese con la que se le había visto hace varios días. No me gustaba para nada pero prohibirle algo a ella era como prohibirle algo a mi propia madre. No se le daban ordenes a Paulina ella estaba ahí para darlas a nosotros.

Suspire mientras caminaba por los pasillos de los dormitorios de hombres, saludando a una que otra persona cuando al pasar mi habitación note que la puerta estaba abierta y justamente estaba sentando mi primo el que había estado buscando desde hace unos días. Una sonrisa apareció en mi rostro se me había ocurrido una idea no le gustaría mucho a Iker, pero me podía reír un rato. "Ey pendejo.." exclame justamente detrás de el pero tal parece que estaba metido en las nubes por lo que suspire pesadamente. "A que no sabes a quien vi hace rato por los pasillos?" volvi a decir y una vez mas no tuve respuesta de Iker. Bueno si lo que seguía no lo hacia reaccionar me tiraría del edificio mas alto de Konstanz. "Vi a la pequeña Paulina dándole besitos a un tipo que tal parece esta en la universidad" Si lo se me iba llevar un puñetazo por eso pero bien valía la pena. Igual era una forma de hablar del tema sin tener que ser demasiado serio al respecto.
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Mensaje  ιzzy нale Dom Jul 29, 2012 10:52 pm




Iker Urdangarín
as: Iker Froilán Urdangarín Castle
● 18 años # Senior # The Misfits # Fútbol » Club Glee
[ Está con Juan Carlos Urdangarín ;; En su habitación ]


“Esto no está bien…” eran las palabras que no dejaba de repetirme desde hace ya varios días. El que Bárbara y yo nos hubiéramos dejado llevar por… lo que sea que haya sido esa noche, estaba fuera de lugar, por que nada de lo pensaba tenía sentido. Por un lado me sentía asqueado de mis propios pensamientos, pero por el otro tenía toda esa maraña de confusión y remordimiento que no me dejaba tranquilo ni por un maldito segundo. Por que… digo no es que sea ningún santo para no tener ese tipo de pensamientos con cualquier chica, pero por alguna extraña razón que ni yo mismo puedo explicarme no podía evitar rememorar lo que sentí cuando Bárbara y yo nos besamos, lo cual fue una sensación inexplicable. Si, era un hecho que con todo esto me estaba condenando y que me iría al infierno en la primera oportunidad por pensar de la manera en que he venido haciéndolo desde hace días. Y la pregunta es… ¿vale la pena? De haber sido cualquier chica no me habría arrepentido de ninguna manera y no habría dejado pasar la oportunidad de pasar un buen momento. El problema aquí es que Barbie no era cualquier chica, si no era mi prima, la hija de mi tío Pablo y de mi tía Paris. El término “está prohibida” se aplicaba aquí y ahora. Por lo tanto, no era normal que esa noche hubiera deseado probar sus labios y besarla como si el maldito mundo se fuera a acabar, como si ella fuera lo único que importaba en ese instante.

Sabía que Barbie se sentía tan culpable como yo en ese sentido, ya que desde esa noche no habíamos vuelto a hablar de lo que ocurrió. La razón por la que la atajé pidiéndole que no me diera explicaciones fue por que asumía la responsabilidad al haber correspondido aquel beso… y lo peor de todo es que no podía olvidarlo, por más que intentaba hacer a un lado lo que paso, no podía dejar de pensar en ella, en lo que remotamente sentí al probar el sabor y la suavidad de sus labios. Al igual que Barbie temía que todo se fuera por la borda… nuestra amistad, la confianza que siempre nos hemos tenido, todo… realmente no quería perderla, la sola idea me mataba por dentro. Por esa razón, estaba dispuesto a tragarme mis malditos celos y no haría nada para interferir en las relaciones de Bárbara… si elegía hacerle caso a Kimball o cualquier imbécil… bien… tendría que aceptarlo. No lo sé… probablemente ya es tiempo de seguir el consejo de Alexa y buscarme una novia fija, al menos para no seguir dándole vueltas a la situación y mantener mi mente ocupada en una distracción para no pensar más en ella. Por que según Lex: “cambiar de novia no es como cambiar de ropa interior, Iker”.

Odiaba sentirme de esta manera, el no saber que hacer y sabía que el evitarla no era la solución, pero el mantenerme alejado de Barbie por un rato… esperaba que me ayudara a aclarar mi mente. Reportarme el día de hoy como enfermo tampoco era la solución… pero necesitaba tiempo para pensar… además no estaba de humor para ir a clases. Por un día que faltara a clases no se acabaría el mundo, aunque para Paulina el saltarse una hora de clases significara la falta más grave que una persona pudiese cometer. Sin embargo, tenía la impresión de que solo era cuestión de minutos para que mi hermana se diera cuenta de que no había asistido a clases o sencillamente le fueran con el chisme, lo que llevaría a que de un momento a otro entrara por la puerta para cerciorarse si era cierto o no que estaba enfermo. Incluso podía imaginar lo que diría… pero si hay algo de lo que me siento orgulloso es de saber que no tenía problema para mantener un promedio de nueve. Tanto Paulina como mi padre en más de una ocasión me han dejado ver que era “brillante, pero holgazán…” un aspecto en el que trato de mejorar, pero sin mucho éxito. Caminaba de aquí para allá tratando de pensar… ya que en este momento la escuela era el menor de mis problemas… lo que me preocupaba era saber ¿qué pasaría de ahora en adelante entre Bárbara y yo? ¿Debía empezar poner distancia entre nosotros? Quizás el pasar menos tiempo con ella, ayudaría olvidarme de lo que sentí aquella noche y, a la vez no me atormentaría más pensando en… lo hermosa que la encontraba. Suspiré profundamente, acercándome al buró para tomar el portaretrato que había colocado con una fotografía de Barbie y mía, en la que la llevaba montada sobre mi espalda y los dos aparecíamos riendo. Sonreí de costado al recordar la vez en que mi tía Paris nos tomó esa fotografía en Central Park. Negué suavemente dejando el retrato en su lugar, para luego limitarme a tomar mi guitarra y acomodarme en el sillón quedando de espaldas hacia la puerta. Al tocar y enfocarme en la música era capaz de sumergirme en un mundo alterno en el que podrían estar hablándome sin que prestara la más mínima atención a mi propia realidad. Lo extraño era que en este momento, mi mente estaba divida en dos partes: una era la música y la otra… era Barbie. Por lo que a penas y fui capaz de reparar en la presencia y en la voz de Juan Carlos que me hizo dejar de tocar cuando escuché tres palabas que hacían una pésima combinación y que por nada en el mundo quería escuchar. – ¡¿Qué tú que?! – exclamé, mirándole con desconcierto a la espera de que me confirmara si había oído bien o no. – ¿Cómo es eso de que viste a Paulina besuqueándose con un cabrón de la universidad? – pregunté, sin reparar en lo borde que sonaba mi voz. Aquello no podía ser cierto… ¿qué acaso el infierno se congeló? por que ya era un hecho que Paulina, Nela y Candelaria vivirían como monjas en un convento hasta que cumplieran los 50. – Te juro idiota que si esto es una broma o estás drogado y me estás diciendo pura pendejada te meto una baqueta de batería por el trasero – Lo miré como diciendo “y sabes que lo haré, así que confiesa”
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Mensaje  ιzzy нale Sáb Ago 11, 2012 5:38 am


Barbie Urdangarin

Barbara Isobel Urdangarin Bessette
18 años || Senior|| Animadora (Subcapitana) y Club de Drama|| Pinky Ladies[/strike]
Está con Aaron Kimball ;; En los pasillos ;; textea a xxx ]


¿Dónde había dejado mi cabeza? ¿Dónde demonios se había ido mi razonamiento cuando me acerque a él y lo bese? Ese maldito y tan preciado beso que no había dejado mi cabeza durante los siguientes días. Había arruinado todo entre el y yo, y lo sabia, había arruinado todo lo que habíamos construidos desde el momento que nacimos. Ese beso entre Iker y yo había sido un error, una imprudencia de mi parte y a la vez en mi interior sabia que había sido el beso mas perfecto que había tenido en toda mi vida, mi corazón había latido a mil por horas y el aire de mis pulmones se había consumido en la calidez de sus labios. El me había correspondido el beso y si cerraba los ojos podía sentir el delirio que había surgido en ese momento. A lo mejor eso era a lo que sabia el pecado que había cometido esa noche. ¡Por Dios Iker era mi propio sangre! Me podía imaginar la cara de mi padre si se llegaba a enterar, podía imaginar los gritos que me daría mi madre y podía imaginar a Benji diciéndome de todo. ¿Qué demonios me estaba pasando? ¿Por qué había querido besarlo? ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué había sentido eso?

No había hablado con nadie acerca de lo que paso esa noche, había evitado hablar con Alexa o con Izzie de cualquier cosa que me hubiera pasado. ¿Cómo decía que había besado a mi primo? ¡A Iker! Eso era incesto ¿no?. Me imaginaba la cara que pondría Alexa y eso me hacia batallar mas la idea de compartir lo que me había pasado. Sabia que estas notaban que estaba rara, solo les decía que estaba preocupada porque Aaron aun no me había besado o por que mi periodo ya venia en camino. Pero sabia que no se comían todo el cuento. Lo que había pasado con Iker había hecho que perdiera el sueño unas cuantas noches. Durante nuestras clases simplemente nos hablábamos si era necesario, pero las risas, nuestros secretos, nuestras charlas, todo eso se había acabado. La culpa de ambos se podía ver en nuestros ojos y era algo vivo en nuestros corazones. ¿Qué mas podía hacer? Necesitaba sentir que ese beso no había significado nada, que el ese beso no había sido verdadero, que no me había sentido única en ese momento. Que no había sentido mariposas en mi estomago, que simplemente había sido un error en una noche de tormenta, que Iker era simplemente mi primo y mi mejor amigo, y sobre todo era mi familia y que nada podía pasar entre nosotros. Necesitaba curarme de esta enfermedad que me había atacado y que no dejaba mi mente. Esto eran tentaciones demoniacas. ¿Necesitaba recurrir a la iglesia como las damiselas en la época de reyes? No, eso no seria suficiente para sacarme ese beso de la mente, simplemente no lo era. Estaba segura que debía que haber una manera, pero aun mi cabeza no daba con la respuesta. No podía ser que ese beso la atormentara para siempre, y para mas que acabara con todo lo que tenia con Iker. Eso era lo que dolia, no estar con el, no poder hacer lo mismo, no poder abrazarlo. Sus brazos eran algo que extrañaba muchísimo en las noches de desvelo y especialmente cuando trataba de solucionar algo, el era el que siempre me daba la respuesta indicada. Pero el no tenerlo era como que mi poder de tener buenas ideas había desaparecido. Iker siempre ha sido algo fundamental en mi vida, pero simplemente nunca pensó que fuera mas bien fuera en si una parte de ella. Me sentía incompleta sin el a mi lado y eso lo tenia claro.

El timbre sono y la clase donde estaba dio su fin, no tenia idea que hacia ni a donde iba, pero me levante tome mis cosas y comencé caminar, pronto un nombre vino a mi mente: Aaron. Si, esa era la respuesta que tanto buscaba. Alguna vez había oído decir que un clavo se saca con otro clavo. Y eso era lo que necesitaba, besar a otro chico, estaba segura que sentiría lo mismo que sentí con Iker, o hasta mucho mas. Esa era la respuesta, estaba segura. Saque mi espejo y me vi tenia que ver si estaba bien arreglada. Perfeta. Me puse algo mas de brillo en los labios y comencé a caminar hacia el campus. Esto tenia que funcionar y de eso estaba segura. Era la única alternativa que veía. Cuando llegue al campus, simplemente no sabia donde buscar de Aaron, así que decidí simplemente ir a su fraternidad. Esperaba encontrarlo. Simplemente necesitaba salir de eso. Había hablado poca veces con el los últimos días, ya que con lo de Iker, me daban pocas ganas la verdad, y en ese momento me sentía tonta en no haber visto esa oportunidad cuando me escribía. En camino hacia su fraternidad lo vi caminando y eso me hizo sonreír, mantuve mi paso y lo pude alcanzar y caminar a su lado- ¿apurado?- le dije sonriendo mientras caminaba junto a el- ¿acaso es un mal momento para visitarte?- le di mi mejor actuación de decepción.



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