[ # ] Caden y Julie
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[ # ] Caden y Julie
ιzzy нale Dom Jun 24, 2012 4:46 am
Caden Hudson
as: Caden Anthony Hudson Phillips
● 19 años # Alpha Tau Kappa # The Charming Boys # Facultad de Humanidades # Primer año de Publicidad y Relaciones Públicas # Baloncesto » Natación
[ Está con Julie Windsor ;; En el Campus ]
as: Caden Anthony Hudson Phillips
● 19 años # Alpha Tau Kappa # The Charming Boys # Facultad de Humanidades # Primer año de Publicidad y Relaciones Públicas # Baloncesto » Natación
[ Está con Julie Windsor ;; En el Campus ]
La situación que actualmente se estaba viviendo en Konstanz había alarmado tanto a mis padres que, no me extrañó que tomaran el primer vuelo disponible para asegurarse que mi hermana y yo estuviéramos bien. Mi madre era muy afecta a tener crisis nerviosas, pero por fortuna mi padre siempre tenía las palabras adecuadas para tranquilizarla; después de todo lo que vivieron mis padres, el tío Henry y la tía Lizzie cuando eran jóvenes su reacción no era para menos. A pesar de que la visita de mis padres y de mis tíos fue breve… admito que me dio gusto volver a verlos, por que aunque mi padre y yo fuéramos muy diferentes en cuanto a nuestra forma de ser, lo respetaba y lo admiraba como a ninguna otra persona. Es por que en el fondo heredaste el carácter de tu padre, Caden… quizás mi madre tenía razón aunque me costara reconocerlo, pero por sobretodo creerlo. Lo más extraño e inusual que me había sucedido hasta ahora fue haber conocido a Savannah y a Roger, a los cuales nunca tuve oportunidad de tratar por lo que sucedió entre el tío Peter y Autumn hace mucho tiempo. El parecido entre Roger y el tío Peter no dejaba cabos sueltos... al igual que mi madre por un momento creí estar viendo al tío Peter con veinte años menos, por que lo cierto es que el parecido entre ellos era sorprendente. Sabía que mi madre guardaba la esperanza de que mi hermana y yo pudiéramos entablar una amistad con Roger y Savannah… a fin de cuentas éramos familia, pero por la expresión en el rostro de Roger y el débil intento de sonrisa en el rostro de Savannah como pidiendo una disculpa silenciosa por la actitud de su hermano, nos dejó en claro que no esperan tener ningún trato con nosotros. En ocasiones… me gustaría saber exactamente que fue lo que sucedió para que la madre de Savannah y de Roger tomara la decisión de irse lejos con ellos. En ese aspecto, mi madre ha sido muy reservada y lo único que sabíamos con certeza es que las cosas no funcionaron entre ellos y por esa razón tomaron la decisión de divorciarse. No sé por qué, pero tenía la impresión de que había algo más que desconocía y que no me atrevía a preguntar… por lo que no me había quedado más opción que prometerle a mi madre que haría mi mejor esfuerzo por acercarme a ellos… lo que evidentemente sería una tarea bastante complicada, no por Savannah, si no por Roger que parecía tener un carácter voluble.
En cuanto mi hermana y yo despedimos a mis padres y a mis tíos en el aeropuerto, no me quedó más remedio que acompañar a Fanny a hacer unas compras aprovechando que estábamos en el pueblo. Fanny, a pesar de ser una chica bastante sencilla… no podía evitar emocionarse en cada tienda a la que entraba queriendo llevarse todo lo que veía y era de su agrado. Una vez que Fanny y yo llegamos al instituto, la acompañé hasta la habitación que compartía con otras tres compañeras para ayudarla con las bolsas. Consciente de que mi hermana ya no me necesitaba me despedí de ella y me encaminé hacia la fraternidad. El clima en este lugar era tan inconstante que me hace sentir como si estuviera en Londres por lo que no había ninguna diferencia. Caminaba con las manos dentro de los bolsillos, observando las nubes de tormenta que se vislumbraban en el horizonte. Estaba tentado en regresarme al pueblo dado a que en la universidad no había mucho que hacer el día de hoy por ser domingo. La mejor opción que tenía era encerrarme en la habitación con una taza de café y ponerme a ver películas en línea a través de Netflix. Aquella idea de pronto se desvaneció en cuestión de segundos cuando divisé una larga cabellera rubia que inmediatamente reconocí por el hecho de que era inconfundible. Me dediqué a observar como intentaba resguardarse de la lluvia, siguiéndola con la mirada hasta casualmente quedamos a escasos metros de distancia. – Ey, ¡Spencer! – la llamé consciente de que esa era la única manera para atraer su atención; por que podría decirse que era el… único miembro de la familia que se atrevía a llamarla de por su segundo nombre asumiendo las consecuencias. – ¿Estás consciente de que eres una verdadera calamidad, no es así? – repuse tranquilamente con una sonrisa en los labios, al tiempo que me sacaba la gabardina que llevaba encima de la sudadera para colocársela sobre los hombros, abrazándola, para proporcionarle un poco de calor, debido a que estaba empapada a causa de la lluvia. – En verdad, a veces quisiera saber cual es el truco para zafarte de la mirada de halcón de Ethan, pero lo que más me intriga saber es donde demonios te metes – dije lo último como a manera de recriminación y dedicándole una mirada intrigante, como realmente queriendo saber donde se metía. Siempre he dicho que Julie es como imán para atraer problemas, especialmente por las fuertes migrañas – ya no dolores de cabeza – que a Ethan y a mí nos provocaba.
En cuanto mi hermana y yo despedimos a mis padres y a mis tíos en el aeropuerto, no me quedó más remedio que acompañar a Fanny a hacer unas compras aprovechando que estábamos en el pueblo. Fanny, a pesar de ser una chica bastante sencilla… no podía evitar emocionarse en cada tienda a la que entraba queriendo llevarse todo lo que veía y era de su agrado. Una vez que Fanny y yo llegamos al instituto, la acompañé hasta la habitación que compartía con otras tres compañeras para ayudarla con las bolsas. Consciente de que mi hermana ya no me necesitaba me despedí de ella y me encaminé hacia la fraternidad. El clima en este lugar era tan inconstante que me hace sentir como si estuviera en Londres por lo que no había ninguna diferencia. Caminaba con las manos dentro de los bolsillos, observando las nubes de tormenta que se vislumbraban en el horizonte. Estaba tentado en regresarme al pueblo dado a que en la universidad no había mucho que hacer el día de hoy por ser domingo. La mejor opción que tenía era encerrarme en la habitación con una taza de café y ponerme a ver películas en línea a través de Netflix. Aquella idea de pronto se desvaneció en cuestión de segundos cuando divisé una larga cabellera rubia que inmediatamente reconocí por el hecho de que era inconfundible. Me dediqué a observar como intentaba resguardarse de la lluvia, siguiéndola con la mirada hasta casualmente quedamos a escasos metros de distancia. – Ey, ¡Spencer! – la llamé consciente de que esa era la única manera para atraer su atención; por que podría decirse que era el… único miembro de la familia que se atrevía a llamarla de por su segundo nombre asumiendo las consecuencias. – ¿Estás consciente de que eres una verdadera calamidad, no es así? – repuse tranquilamente con una sonrisa en los labios, al tiempo que me sacaba la gabardina que llevaba encima de la sudadera para colocársela sobre los hombros, abrazándola, para proporcionarle un poco de calor, debido a que estaba empapada a causa de la lluvia. – En verdad, a veces quisiera saber cual es el truco para zafarte de la mirada de halcón de Ethan, pero lo que más me intriga saber es donde demonios te metes – dije lo último como a manera de recriminación y dedicándole una mirada intrigante, como realmente queriendo saber donde se metía. Siempre he dicho que Julie es como imán para atraer problemas, especialmente por las fuertes migrañas – ya no dolores de cabeza – que a Ethan y a mí nos provocaba.
Última edición por ιzzy нale el Mar Jul 17, 2012 11:14 pm, editado 1 vez
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Re: [ # ] Caden y Julie
ιzzy нale Miér Jul 04, 2012 10:59 pm
Juliette Windsor
Juliette Spencer Windsor Stronghold
17 años # Junior (The newbies) # Equitación y Club de Drama
17 años # Junior (The newbies) # Equitación y Club de Drama
está con: Caden Hudson; en: Campus
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Fruncí suavemente mi ceño, y suspiré con total profundidad. Llevaba como media hora andando en el sitio que actualmente estaba, aunque la verdad era que me encontraba totalmente empapada debido a la lluvia que caía. No, no me molestaba mojarme… sino que más bien era algo que me gustaba de alguna forma, era como relajante y eso era justamente lo que necesitaba después de estos tres días: relajarme. ¿Tenían idea de lo difícil que había sido para mí mantenerme alejada de los problemas estos días? No, por supuesto que no. Claramente había sido como una especie de misión imposible, un reto o algo por el estilo… a lo que por alguna extraña razón había conseguido superar.
Por Dios, debieron de haber visto mi rostro cuando aquel jueves bajé al salón y me encontré con papá, abrazando a Angie, y con mamá hablando con Ethan (seguramente reportando algunas cosas respecto a mi vida dentro del colegio). Casi me da un ataque y me quedé con cara de “What the fuck?”, aunque bueno tampoco puedo negar que no me alegré de verlos, ni mucho menos. Éste era mi primer año en este instituto, siendo que Ethan y Angie ya llevaban como más tiempo que yo, y todavía no terminaba de acostumbrarme. Aunque creo que en el poco tiempo que llevaba había roto todos mis records en llamadas de atención. No podía evitarlo: estar metida en problemas era realmente mi especialidad: papá decía que era capaz de meterme en problemas incluso en lugares donde eran básicamente imposible encontrarlos y sin siquiera esforzarme. Según papá, esta “extraña habilidad” la había heredado de mi tía-madrina: Diana Thompson, la hermana menor de mi padre, quien según él, en su adolescencia, fue exactamente igual a mi… o más bien, yo soy igual a ella en su adolescencia. Bueno, da igual.
Por eso decía, que haber estado lejos de los problemas estos tres días, fue más bien como algo que nadie pudo creerse que haya conseguido realizar, una especie de sueño que estaban esperando cumplir desde hacía diecisiete años. Aunque bueno, si me preguntan la verdad es que consideraba que mis padres exageraban cada vez que decían cosas como esas, y hasta se preguntaban si estaba enferma o algo por el estilo. En fin.
Una vez que llegué a un pequeño techito que encontré para cubrirme de la lluvia que caía incesantemente desde hacía ya tres días, me llevé el puño de la remera al rostro, intentando limpiar suavemente mis ojos. Me abracé a mí misma, y temblé ligeramente debido al frío que estaba sintiendo y reí levemente mientras pensaba que como siguiera así iba a conseguir enfermarme, y quizás de esa forma, salvarme del examen que teníamos en la semana y del que poco sabía. Lo sé, lo sé… mis métodos eran medios drásticos para este tipo de cosas, pero era enfermarme de verdad o mentir de forma totalmente exagerada… yo siempre prefería la verdad, por supuesto, ya que la mentira no era cosa mía. – Ey, ¡Spencer! – dijo una voz a la que reconocí en unos pocos segundos. Fruncí suavemente mi ceño, sintiéndome un poco fastidiada ante el hecho de que me haya llamado por mi segundo nombre: ¿cuál era la estúpida necesidad de llamarme por mi segundo nombre? ¿Acaso era tan retardado como para que le costara decir “Juliette”? Por favor, encima que era el nombre más fácil del mundo. – Ey, ¡Idiota! – le respondí casi sin poder evitarlo. Sí, a veces podía ser un poco agresiva cuando Caden Hudson estaba cerca de mí. Por alguna razón siempre terminábamos a los insultos, peleándonos o algo por el estilo; y es que Caden era tan… desesperante, que daban ganas de golpearlo cada vez que lo veía o algo por el estilo. – ¿Estás consciente de que eres una verdadera calamidad, no es así? – dijo él con una sonrisa tan… suya. Respiré profundamente y me crucé de brazos, fingiendo indignación. Volteé el rostro para evitar mirarlo, como si realmente estuviese molesta. Luego, se sacó la gabardina que llevaba encima, y me la colocó sobre mis hombros, dejándome un poco asombrada. “Menta”, el abrigo de Caden olía a menta, ¿por qué tenía tanto olor a ello? Fruncí suavemente mi ceño. Luego, me abrazó, dándome calor, debido a que parecía obvio que estaba temblando. Me hacía sentir tan… indefensa. – En verdad, a veces quisiera saber cuál es el truco para zafarte de la mirada de halcón de Ethan, pero lo que más me intriga saber es donde demonios te metes – dijo él. Hice un par de gestos con mis labios como si imitara el “Blablá” que estaba diciendo Caden en estos mismos momentos, y luego sonreí burlona. – ¿Nunca escuchaste decir: “Un mago nunca revela sus secretos”? – pregunté con una de mis sonrisas encantadoras, esa que solía ponerle a papá cada vez que hacía algo y que quería que me perdonase. Jamás me fallaba. Lo miré fijamente a los ojos, sintiendo una extraña sensación en el estómago, era como si se me removiese todo, y era una sensación estúpida que me venía pasando desde hacía ya tiempo. “Basta, basta…” – De todas formas, creo haberte dicho más de una vez que no te metas en mi vida… - añadí mientras sin poder evitarlo me quitaba su abrigo de los hombros, dándoselo, aun estando empapada y con frío. No necesitaba que él ni nadie me protegiera, podía hacerlo por mí misma. – Ya me he dado cuenta que no puedes vivir sin mí, pero ¿tanta es la necesidad que tienes de estar pendiente de lo que hago o no? – pregunté con sorna. “Bueno, vale… tranquila” me dije a mí misma. No tenía demasiadas ganas de discutir. – Además, como si realmente te gustara saber en qué lugares estoy metida – dije de forma casual, poniendo los ojos en blanco. - o donde no estoy metida - añadí frunciendo suavemente mi ceño. Vale que no era santa, pero tampoco era de las imbéciles que se acostaban con el primero que se le cruzaba por delante, porque de lo contrario, siguiendo esa lógica, Caden y yo hubiésemos terminado revolcados entre sábanas hacía mucho tiempo atrás, y eso jamás había sucedido hasta entonces; debía reconocer que me frustraba un poco el hecho de pensar en eso, no porque quisiera acostarme con él, sino porque él ni siquiera lo había intentado. ¿A caso será gay? Negué con la cabeza ante la idea y respiré con profundidad. – Pero no se lo digas a Ethan… - seguí diciendo casi sin detenerme a pensar demasiado, mientras llevaba un dedo a mis labios en señal de "Shh". Le guiñé un ojo de forma despreocupada y me reí: sería un desperdicio si lo fuese, pensé. – No sea cosa que Ethan se entere, arme un escándalo y encima termine encerrándome en la habitación de acá a fin de año… y entonces tendría que pensar en formas de escaparme y… Dios, sería demasiada cosa para pensar. – dije rodeando los ojos, esperando la dulce reacción de Caden. Estaba segura que lo que acaba de decir no era sin duda lo que se esperaba, porque incluso hasta sonaba como si fuera verdad. Pero me daba igual, picarle era mi pasatiempo favorito y cuando se enfadaba era tan divertido…
Por Dios, debieron de haber visto mi rostro cuando aquel jueves bajé al salón y me encontré con papá, abrazando a Angie, y con mamá hablando con Ethan (seguramente reportando algunas cosas respecto a mi vida dentro del colegio). Casi me da un ataque y me quedé con cara de “What the fuck?”, aunque bueno tampoco puedo negar que no me alegré de verlos, ni mucho menos. Éste era mi primer año en este instituto, siendo que Ethan y Angie ya llevaban como más tiempo que yo, y todavía no terminaba de acostumbrarme. Aunque creo que en el poco tiempo que llevaba había roto todos mis records en llamadas de atención. No podía evitarlo: estar metida en problemas era realmente mi especialidad: papá decía que era capaz de meterme en problemas incluso en lugares donde eran básicamente imposible encontrarlos y sin siquiera esforzarme. Según papá, esta “extraña habilidad” la había heredado de mi tía-madrina: Diana Thompson, la hermana menor de mi padre, quien según él, en su adolescencia, fue exactamente igual a mi… o más bien, yo soy igual a ella en su adolescencia. Bueno, da igual.
Por eso decía, que haber estado lejos de los problemas estos tres días, fue más bien como algo que nadie pudo creerse que haya conseguido realizar, una especie de sueño que estaban esperando cumplir desde hacía diecisiete años. Aunque bueno, si me preguntan la verdad es que consideraba que mis padres exageraban cada vez que decían cosas como esas, y hasta se preguntaban si estaba enferma o algo por el estilo. En fin.
Una vez que llegué a un pequeño techito que encontré para cubrirme de la lluvia que caía incesantemente desde hacía ya tres días, me llevé el puño de la remera al rostro, intentando limpiar suavemente mis ojos. Me abracé a mí misma, y temblé ligeramente debido al frío que estaba sintiendo y reí levemente mientras pensaba que como siguiera así iba a conseguir enfermarme, y quizás de esa forma, salvarme del examen que teníamos en la semana y del que poco sabía. Lo sé, lo sé… mis métodos eran medios drásticos para este tipo de cosas, pero era enfermarme de verdad o mentir de forma totalmente exagerada… yo siempre prefería la verdad, por supuesto, ya que la mentira no era cosa mía. – Ey, ¡Spencer! – dijo una voz a la que reconocí en unos pocos segundos. Fruncí suavemente mi ceño, sintiéndome un poco fastidiada ante el hecho de que me haya llamado por mi segundo nombre: ¿cuál era la estúpida necesidad de llamarme por mi segundo nombre? ¿Acaso era tan retardado como para que le costara decir “Juliette”? Por favor, encima que era el nombre más fácil del mundo. – Ey, ¡Idiota! – le respondí casi sin poder evitarlo. Sí, a veces podía ser un poco agresiva cuando Caden Hudson estaba cerca de mí. Por alguna razón siempre terminábamos a los insultos, peleándonos o algo por el estilo; y es que Caden era tan… desesperante, que daban ganas de golpearlo cada vez que lo veía o algo por el estilo. – ¿Estás consciente de que eres una verdadera calamidad, no es así? – dijo él con una sonrisa tan… suya. Respiré profundamente y me crucé de brazos, fingiendo indignación. Volteé el rostro para evitar mirarlo, como si realmente estuviese molesta. Luego, se sacó la gabardina que llevaba encima, y me la colocó sobre mis hombros, dejándome un poco asombrada. “Menta”, el abrigo de Caden olía a menta, ¿por qué tenía tanto olor a ello? Fruncí suavemente mi ceño. Luego, me abrazó, dándome calor, debido a que parecía obvio que estaba temblando. Me hacía sentir tan… indefensa. – En verdad, a veces quisiera saber cuál es el truco para zafarte de la mirada de halcón de Ethan, pero lo que más me intriga saber es donde demonios te metes – dijo él. Hice un par de gestos con mis labios como si imitara el “Blablá” que estaba diciendo Caden en estos mismos momentos, y luego sonreí burlona. – ¿Nunca escuchaste decir: “Un mago nunca revela sus secretos”? – pregunté con una de mis sonrisas encantadoras, esa que solía ponerle a papá cada vez que hacía algo y que quería que me perdonase. Jamás me fallaba. Lo miré fijamente a los ojos, sintiendo una extraña sensación en el estómago, era como si se me removiese todo, y era una sensación estúpida que me venía pasando desde hacía ya tiempo. “Basta, basta…” – De todas formas, creo haberte dicho más de una vez que no te metas en mi vida… - añadí mientras sin poder evitarlo me quitaba su abrigo de los hombros, dándoselo, aun estando empapada y con frío. No necesitaba que él ni nadie me protegiera, podía hacerlo por mí misma. – Ya me he dado cuenta que no puedes vivir sin mí, pero ¿tanta es la necesidad que tienes de estar pendiente de lo que hago o no? – pregunté con sorna. “Bueno, vale… tranquila” me dije a mí misma. No tenía demasiadas ganas de discutir. – Además, como si realmente te gustara saber en qué lugares estoy metida – dije de forma casual, poniendo los ojos en blanco. - o donde no estoy metida - añadí frunciendo suavemente mi ceño. Vale que no era santa, pero tampoco era de las imbéciles que se acostaban con el primero que se le cruzaba por delante, porque de lo contrario, siguiendo esa lógica, Caden y yo hubiésemos terminado revolcados entre sábanas hacía mucho tiempo atrás, y eso jamás había sucedido hasta entonces; debía reconocer que me frustraba un poco el hecho de pensar en eso, no porque quisiera acostarme con él, sino porque él ni siquiera lo había intentado. ¿A caso será gay? Negué con la cabeza ante la idea y respiré con profundidad. – Pero no se lo digas a Ethan… - seguí diciendo casi sin detenerme a pensar demasiado, mientras llevaba un dedo a mis labios en señal de "Shh". Le guiñé un ojo de forma despreocupada y me reí: sería un desperdicio si lo fuese, pensé. – No sea cosa que Ethan se entere, arme un escándalo y encima termine encerrándome en la habitación de acá a fin de año… y entonces tendría que pensar en formas de escaparme y… Dios, sería demasiada cosa para pensar. – dije rodeando los ojos, esperando la dulce reacción de Caden. Estaba segura que lo que acaba de decir no era sin duda lo que se esperaba, porque incluso hasta sonaba como si fuera verdad. Pero me daba igual, picarle era mi pasatiempo favorito y cuando se enfadaba era tan divertido…
Supongamos que está afuera y que las expresiones son algo así
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Re: [ # ] Caden y Julie
ιzzy нale Mar Jul 17, 2012 11:16 pm
Caden Hudson
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Por más que trato y hago el esfuerzo de comprender a las mujeres, nunca terminaré por entenderlas en su totalidad. ¿Por qué tienen esa manía de complicar la existencia, cuando son ellas las únicas que pueden ayudarnos a comprenderlas…? Para variar, Julie y yo terminamos discutiendo luego de nuestro accidentado encuentro y la razón no era nada difícil de adivinar, para ser exactos. El pretender que no me importa lo que haga o deje de hacer, era la única manera que conocía para disfrazar la preocupación, en este caso, mi propia preocupación, para no dejarle entrever lo mucho que me importaba. Con Ethan compartía la sospecha de que Julie se veía a escondidas con algún idiota que podía estarla enamorando, pero nada era seguro, por que aún cuando mi prima y yo no tuviéramos una excelente relación, no quisiera que cualquiera se aprovechara de sus sentimientos y resultara lastimada. He de reconocer que las constantes insinuaciones por parte de Juliette me tenían irritado por el hecho de que me negaba a creer que pudiera estar perdiendo su tiempo con cualquier imbécil. La razón por la que había aceptado ayudar a Ethan con el plan que tenía en mente, era por que en el fondo me preocupaba por ella y nada más.
Luego de que Juliette me mandara literalmente “a la mierda”, por varias razones que no tenía sentido volver a mencionar, no me quedó más remedio que ir tras ella y obligarla a volver conmigo, pero a medida que nos internábamos en el campo la lluvia azotaba con más intensidad y por más que le gritaba para escuchara en medio de la lluvia; el intento por hacerla entrar en razón no resultó, ya que parecía más decidida que nunca a ignorarme. A pesar de que hubo un momento en el que la perdí de vista, no tardé en dar con ella. El clima cada vez empeoraba y de seguir internándonos en áreas que estaban lejos de todo alcance solo por su absurda actitud infantil, no tenía ningún sentido. Realmente, nunca hubiera querido llegar a esa medida con Julie, pero cuando accidentalmente tropezó y resbaló, no tuve más opción que llevarla entre mis brazos de vuelta al campus, aún en contra de su voluntad. Los golpes que me daba en el pecho para que la soltara y la dejara en paz, no me hicieron desistir en el objetivo de ponerla a salvo. Al darme cuenta que todavía faltaba para llegar al campus, tuve que tomar el atajo más cercano; fue así como terminamos atrapados en una pequeña cabaña cerca de las caballerizas. Habían pasado varias horas desde entonces, y Juliette seguía sin dirigirme la palabra. Por suerte, aquel lugar estaba acondicionado con una chimenea y con todo lo indispensable, por lo que cuando la electricidad falló a causa de la tormenta, avivé un poco más el fuego de la chimenea para no se apagara y las prendas que habíamos puesto a secar se secaran con más facilidad. Observaba en silencio por la ventana, a la espera de que la tormenta parara para podernos marchar de aquel lugar. Sin embargo, al escuchar un débil quejido, volví el rostro para mirarla y acercarme para ver que le sucedía, ya que era evidente que su tobillo estaba lastimado. – Julie… – la llamé suavemente, tratando de ser paciente en un nuevo intento por hacerla recapacitar. – Entiendo que no me quieras dirigir la palabra, pero deja por un momento de lado tu absurda necedad y déjame ayudarte… – le pedí con la mirada, aunque por alguna extraña razón mi petición sonaba más como una súplica, pues me desquiciaba que se comportara de esa manera.
Luego de que Juliette me mandara literalmente “a la mierda”, por varias razones que no tenía sentido volver a mencionar, no me quedó más remedio que ir tras ella y obligarla a volver conmigo, pero a medida que nos internábamos en el campo la lluvia azotaba con más intensidad y por más que le gritaba para escuchara en medio de la lluvia; el intento por hacerla entrar en razón no resultó, ya que parecía más decidida que nunca a ignorarme. A pesar de que hubo un momento en el que la perdí de vista, no tardé en dar con ella. El clima cada vez empeoraba y de seguir internándonos en áreas que estaban lejos de todo alcance solo por su absurda actitud infantil, no tenía ningún sentido. Realmente, nunca hubiera querido llegar a esa medida con Julie, pero cuando accidentalmente tropezó y resbaló, no tuve más opción que llevarla entre mis brazos de vuelta al campus, aún en contra de su voluntad. Los golpes que me daba en el pecho para que la soltara y la dejara en paz, no me hicieron desistir en el objetivo de ponerla a salvo. Al darme cuenta que todavía faltaba para llegar al campus, tuve que tomar el atajo más cercano; fue así como terminamos atrapados en una pequeña cabaña cerca de las caballerizas. Habían pasado varias horas desde entonces, y Juliette seguía sin dirigirme la palabra. Por suerte, aquel lugar estaba acondicionado con una chimenea y con todo lo indispensable, por lo que cuando la electricidad falló a causa de la tormenta, avivé un poco más el fuego de la chimenea para no se apagara y las prendas que habíamos puesto a secar se secaran con más facilidad. Observaba en silencio por la ventana, a la espera de que la tormenta parara para podernos marchar de aquel lugar. Sin embargo, al escuchar un débil quejido, volví el rostro para mirarla y acercarme para ver que le sucedía, ya que era evidente que su tobillo estaba lastimado. – Julie… – la llamé suavemente, tratando de ser paciente en un nuevo intento por hacerla recapacitar. – Entiendo que no me quieras dirigir la palabra, pero deja por un momento de lado tu absurda necedad y déjame ayudarte… – le pedí con la mirada, aunque por alguna extraña razón mi petición sonaba más como una súplica, pues me desquiciaba que se comportara de esa manera.
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Re: [ # ] Caden y Julie
ιzzy нale Lun Jul 30, 2012 12:06 am
Julie Windsor
Juliette Spencer Windsor
17 años # Junior (The Newbies) # Equitación y Club de Drama
17 años # Junior (The Newbies) # Equitación y Club de Drama
está con: Caden Hudson; en: algún sitio, cerca de las caballerizas
A veces maldecía demasiado por la mala suerte que tenía en algunas situaciones. Esta tarde ya de por sí no había sido la mejor de mis días: el simple hecho de encontrarme con Caden hacía que todo lo bueno desapareciera, y que solo hubiese en el ambiente una bruma de hostilidad a nuestro alrededor. Claramente intenté evitarlo, por lo que tras unas pocas palabras comencé a caminar sin rumbo alguno por el campus universitario, alejándome cada vez más y más de la zona de los edificios, tanto de los que daban hacia la universidad (claramente) y hacia el instituto, que ya hacía horas había quedado en la total lejanía. Obviamente Caden estuvo gritándome a los cuatro vientos de que regresara, principalmente porque era peligroso y todo lo demás, pero en realidad no le presté atención y seguí con mi camino; de hecho, durante cierto tiempo estuve en total tranquilidad cuando logré perderlo de vista, pero aquello no duró demasiado ya que al poco tiempo lo tenía nuevamente detrás de mí... ¡Ja! ¿en qué momento me había perdido y era que ahora Caden se creía mi hermano mayor? Ya suficiente tenía con Ethan, gracias.
Siempre me había gustado caminar bajo la lluvia: era como meterse debajo del chorro de agua y quedarse allí durante horas, salvo que acá no malgastábamos el agua y que además podía caminar sin miedo a resbalarme; o al menos, eso creí ingenuamente. Fue en un momento, cuando intenté esquivar una rama que había en el suelo, en el que tropecé y terminé cayéndome directo al suelo; sí... me dolió como los mil demonios pero no era ni la primera ni la peor caída de mi vida, así que intenté hacerme la fuerte para no quedar como una llorica delante de Caden, que no habría más cosa que me molestase más que aquello: hacer el ridículo delante de él. Pero era más que obvio que no podía dar más de dos pasos sin cojear, y fue por eso que supongo que Caden se atrevió a cogerme y llevarme en brazos; como era de esperarse, empecé a golpearle en el pecho mientras chillaba infantilmente pidiéndole que me bajase, que no quería que me llevase en sus brazos y de más, lo cual fue gracioso, dado que en realidad no me consideraba como una persona del tipo infantil, sino que simplemente lo hacía para joderle a él un poquito la existencia. Al parecer nos habíamos alejado demasiado del campus, y la tormenta al paso de las horas comenzó a ser más fuerte. Caden tuvo que cambiar de camino para poder tomar una especie de atajo, y así fue que llegamos a una cabaña cerca de las caballerizas.
{...}
Pasaron un par de horas desde entonces, y seguía sin dirigirle la palabra como si estuviese totalmente ofendida con él; en realidad no estaba segura de porqué me esforzaba tanto por pretender que lo detestaba desde que éramos pequeños... no estaba segura si era por la manía que él y Ethan tenían por meterse en mi vida... o por si... "No... debes estar bromeado" me dijo mi mente, poniendo los ojos en blanco. Solté un profundo suspiro y traté de acomodarme un poco en el sofá que me encontraba, mientras me abrazaba a mí misma ya que tenía un poco de frío. El pie todavía me dolía, y estaba casi segura que me había torcido el tobillo o algo parecido al caer por culpa de la rama; y sin poder evitarlo, solté un quejido. De pronto, la luz se fue por completo y solo estábamos siendo alumbrados por el hecho de que Caden había encendido la chimenea, así que tenía que reconocer que al menos algo bueno tenía.
Fue entonces cuando él volvió a hablarme, pidiéndome que dejara mi terquedad de lado y le permitiese ayudarle - No necesito que me ayudes - dije a la defensiva mientras ponía los ojos en blanco - Y para empezar... todo lo que está sucediendo es por tú culpa... así que no me vengas a decir que soy necia... si me hubieses hecho caso al dejarme en paz ninguno de los dos estaríamos en esta cabaña en estos momentos, y yo estaría feliz en mi cama... así que el necio eres tú por no escucharme - dije cruzándome de brazos, infantilmente. - Y además, no me duele - mentí mientras me encogía de hombros: no quería aparentar ser una chica débil y lo que menos quería era tener a alguien más preocupándose por mí. - simplemente me quejaba de mi mala suerte... - añadí volteando el rostro, para evitar su mirada.
Siempre me había gustado caminar bajo la lluvia: era como meterse debajo del chorro de agua y quedarse allí durante horas, salvo que acá no malgastábamos el agua y que además podía caminar sin miedo a resbalarme; o al menos, eso creí ingenuamente. Fue en un momento, cuando intenté esquivar una rama que había en el suelo, en el que tropecé y terminé cayéndome directo al suelo; sí... me dolió como los mil demonios pero no era ni la primera ni la peor caída de mi vida, así que intenté hacerme la fuerte para no quedar como una llorica delante de Caden, que no habría más cosa que me molestase más que aquello: hacer el ridículo delante de él. Pero era más que obvio que no podía dar más de dos pasos sin cojear, y fue por eso que supongo que Caden se atrevió a cogerme y llevarme en brazos; como era de esperarse, empecé a golpearle en el pecho mientras chillaba infantilmente pidiéndole que me bajase, que no quería que me llevase en sus brazos y de más, lo cual fue gracioso, dado que en realidad no me consideraba como una persona del tipo infantil, sino que simplemente lo hacía para joderle a él un poquito la existencia. Al parecer nos habíamos alejado demasiado del campus, y la tormenta al paso de las horas comenzó a ser más fuerte. Caden tuvo que cambiar de camino para poder tomar una especie de atajo, y así fue que llegamos a una cabaña cerca de las caballerizas.
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Pasaron un par de horas desde entonces, y seguía sin dirigirle la palabra como si estuviese totalmente ofendida con él; en realidad no estaba segura de porqué me esforzaba tanto por pretender que lo detestaba desde que éramos pequeños... no estaba segura si era por la manía que él y Ethan tenían por meterse en mi vida... o por si... "No... debes estar bromeado" me dijo mi mente, poniendo los ojos en blanco. Solté un profundo suspiro y traté de acomodarme un poco en el sofá que me encontraba, mientras me abrazaba a mí misma ya que tenía un poco de frío. El pie todavía me dolía, y estaba casi segura que me había torcido el tobillo o algo parecido al caer por culpa de la rama; y sin poder evitarlo, solté un quejido. De pronto, la luz se fue por completo y solo estábamos siendo alumbrados por el hecho de que Caden había encendido la chimenea, así que tenía que reconocer que al menos algo bueno tenía.
Fue entonces cuando él volvió a hablarme, pidiéndome que dejara mi terquedad de lado y le permitiese ayudarle - No necesito que me ayudes - dije a la defensiva mientras ponía los ojos en blanco - Y para empezar... todo lo que está sucediendo es por tú culpa... así que no me vengas a decir que soy necia... si me hubieses hecho caso al dejarme en paz ninguno de los dos estaríamos en esta cabaña en estos momentos, y yo estaría feliz en mi cama... así que el necio eres tú por no escucharme - dije cruzándome de brazos, infantilmente. - Y además, no me duele - mentí mientras me encogía de hombros: no quería aparentar ser una chica débil y lo que menos quería era tener a alguien más preocupándose por mí. - simplemente me quejaba de mi mala suerte... - añadí volteando el rostro, para evitar su mirada.
ιzzy нale- Admin
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