Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
Página 1 de 1.
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Lun Oct 11, 2010 4:34 am
 _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Repasé una y otra vez la carta que tenía en las manos, intentando descifrar entre líneas alguna especie de pista que me confirmara que su contenido no se tratara de una broma de pésimo gusto. La sola idea de que me hubiesen aceptado en la Universidad de Oxford, me resultaba.. increíble y a la vez un logro hecho realidad. Desde que era niño, mi madre siempre soñó con la idea de verme logrando mis metas y cumpliendo mis sueños en la Universidad. Una vez más repasé la carta que tenía entre mis manos, asegurándome por enésima vez no haber malinterpretado el comunicado.. la Universidad de Oxford me tentaba demasiado, debido a que en estos momentos un proposición como esta.. me era difícil rechazar. Lo que hubiera dado semanas antes por correr a lado de Vicky y comunicarle la alegría que sentía por finalmente lograr lo que me propuse por mi propia cuenta, gracias al esfuerzo y empeño que puse por lograr algo que me hacía intensamente felíz. Pero en este momento, me sentía completamente vacío.. sin sueños.. sin futuro.. debido a que mi único anhelo y deseo durante meses, era que Vicky se recuperara y lograra vencer su enfermedad para salir adelante. La sola ilusión de volver a escuchar su voz.. verla sonreír.. perderme en su cálida manera de mirar.. mantuvo durante meses la ilusión y la esperanza en mi corazón, a pesar, de que todo mi mundo se había desquebrajado de la noche a la mañana al tener que ver y escuchar una verdad de lo más dolorosa; gracias a ello.. finalmente la venda se me había caído de los ojos, dejándome ver la telaraña de mentiras, pero sobre todo lo ciego que fui durante todo este tiempo al hacerme falsas ilusiones. Cerré los ojos intentándo sacarme de la mente, pero sobre todo del corazón a Victoria.. la muerte de mi madre había sido un duro golpe y una situación difícil de superar tanto para mis hermanos, como para mí.. ahora un nuevo dolor se sumaba a mi vida.. y lo peor era que en este caso la causante de este dolor, era la persona que más he amado en toda mi vida. Por más que me esforzara.. por más que me empeñara.. nunca podría llegar a odiar a quien alguna vez consideré el más grande amor de vida. Respiré profundamente, doblándo la carta y guardándola en el cajón del buro.. para después intentar retomar el sueño.. aunque estaba seguro que esta noche no sería la excepción a todas las noches anteriores, en las cuáles no había logrado conciliar el sueño. Desde que mi Abuela enfermó gravemente.. la preocupación y la angustia no me dejaba ni un solo momento. Había hablado con Papá esta mañana.. pero al parecer no había mejoría alguna en el estado en el que se encontraba mi Abuela, a pesar de que los médicos estaban haciéndo hasta lo imposible, no podían negar que su situaciín era grave. Distarídamente me pasé ambas manos por el rostro, intentando serenarme.. pero sobre todo pensar con optimismo de que todo saldrá bien, cuando en ese momento la alarma contra incendios comenzó a sonar, causando un serio alboroto y una fuerte conmoción. Maldije por lo bajo, levantándome apresuradamente de la cama.. "Diana.. Vicky.. " fueron las primeras personas en quiénes me limité a pensar.. juro que si algo les pasaba.. JAMAS me lo perdonaría. Tomé la almohada para arrojársela a Garrett de lleno en la cara para despertarlo. De un momento a otro el olor a quemado, comenzó a respirarse en el ambiente, por lo que rápidamente tomé un par de mantas del clóset, y sin más salí atropelladamente detrás de Garrett que se fue sin pensarselo un minuto más en busca de Nikki. – ¡Diana! ¡Diana! – gritaba repetidamente una y otra vez, con la voz al borde.. sin dejar de mirar por todos lados intentándo dar con ella. – ¡Diana!...¡William! – grité con desesperación esta vez llamándo a mi hermano.. solo para asegurarme si Diana se encontraba con él. – ¡Maldita sea! – maldije abriéndome paso poco a poco entre la multitud que se encaminaba hacia las salidas más próximas, para después cubrirme con la mano del agua.. debido a que los extintores contra incendios inmediatamente se activaron. Sin querer en ese momento accidentalmente me tropezé con alguien que venía en sentido contrario al mío.. así que en un acto de reflejo la sostuve delicadamente del antebrazo impidiéndo que por mi atropello fuera a dar al piso. – Irene, Irene por favor mírame.. – le pedí tranquilamente acunando de manera suave y delicada su rostro entre mis manos, para mirarla fijamente a los ojos al darme cuenta de lo angustiadas que sonaban sus palabras. – te prometo que los vamos a encontrar.. – le hablé tranquilamente y con total firmeza y seguridad, sin apartar en ningún momento la mirada de sus ojos.. – todo va a estar bien te lo prometo.. – le aseguré besando su frente cariñosamente, con intenciones de tranquilizarla. Pero primero, tenía que poner a salvo a Irene, con cada minuto que transcurría el incendio podría propagarse y alcanzar esta parte.. provocándo que en cualquier momento este lugar se colapsara. Me separé un poco desdoblándo y extendiendo la frasada que traía bajo el brazo, cubriéndo delicadamente sus hombros. – Vamos.. – le dije tomándo su mano suavemente entre las mías, dándole y ligero y cariñoso apretón, pasando un brazo a su alrededor frotando su espalda y hombros de manera reconfortante, protegiéndola a toda costa de los apretones y empujones de los estudiantes que se batían desesperadamente por salír de aquí. – ¿has intentado comunicarte con tus hermanos y.. con Vicky por el celular? – le pregunté dudosamente, sintiéndo dentro de mí una fuerte opresión con cada segundo que transcurría sin saber nada de mis hermanos y de Vicky.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Repasé una y otra vez la carta que tenía en las manos, intentando descifrar entre líneas alguna especie de pista que me confirmara que su contenido no se tratara de una broma de pésimo gusto. La sola idea de que me hubiesen aceptado en la Universidad de Oxford, me resultaba.. increíble y a la vez un logro hecho realidad. Desde que era niño, mi madre siempre soñó con la idea de verme logrando mis metas y cumpliendo mis sueños en la Universidad. Una vez más repasé la carta que tenía entre mis manos, asegurándome por enésima vez no haber malinterpretado el comunicado.. la Universidad de Oxford me tentaba demasiado, debido a que en estos momentos un proposición como esta.. me era difícil rechazar. Lo que hubiera dado semanas antes por correr a lado de Vicky y comunicarle la alegría que sentía por finalmente lograr lo que me propuse por mi propia cuenta, gracias al esfuerzo y empeño que puse por lograr algo que me hacía intensamente felíz. Pero en este momento, me sentía completamente vacío.. sin sueños.. sin futuro.. debido a que mi único anhelo y deseo durante meses, era que Vicky se recuperara y lograra vencer su enfermedad para salir adelante. La sola ilusión de volver a escuchar su voz.. verla sonreír.. perderme en su cálida manera de mirar.. mantuvo durante meses la ilusión y la esperanza en mi corazón, a pesar, de que todo mi mundo se había desquebrajado de la noche a la mañana al tener que ver y escuchar una verdad de lo más dolorosa; gracias a ello.. finalmente la venda se me había caído de los ojos, dejándome ver la telaraña de mentiras, pero sobre todo lo ciego que fui durante todo este tiempo al hacerme falsas ilusiones. Cerré los ojos intentándo sacarme de la mente, pero sobre todo del corazón a Victoria.. la muerte de mi madre había sido un duro golpe y una situación difícil de superar tanto para mis hermanos, como para mí.. ahora un nuevo dolor se sumaba a mi vida.. y lo peor era que en este caso la causante de este dolor, era la persona que más he amado en toda mi vida. Por más que me esforzara.. por más que me empeñara.. nunca podría llegar a odiar a quien alguna vez consideré el más grande amor de vida. Respiré profundamente, doblándo la carta y guardándola en el cajón del buro.. para después intentar retomar el sueño.. aunque estaba seguro que esta noche no sería la excepción a todas las noches anteriores, en las cuáles no había logrado conciliar el sueño. Desde que mi Abuela enfermó gravemente.. la preocupación y la angustia no me dejaba ni un solo momento. Había hablado con Papá esta mañana.. pero al parecer no había mejoría alguna en el estado en el que se encontraba mi Abuela, a pesar de que los médicos estaban haciéndo hasta lo imposible, no podían negar que su situaciín era grave. Distarídamente me pasé ambas manos por el rostro, intentando serenarme.. pero sobre todo pensar con optimismo de que todo saldrá bien, cuando en ese momento la alarma contra incendios comenzó a sonar, causando un serio alboroto y una fuerte conmoción. Maldije por lo bajo, levantándome apresuradamente de la cama.. "Diana.. Vicky.. " fueron las primeras personas en quiénes me limité a pensar.. juro que si algo les pasaba.. JAMAS me lo perdonaría. Tomé la almohada para arrojársela a Garrett de lleno en la cara para despertarlo. De un momento a otro el olor a quemado, comenzó a respirarse en el ambiente, por lo que rápidamente tomé un par de mantas del clóset, y sin más salí atropelladamente detrás de Garrett que se fue sin pensarselo un minuto más en busca de Nikki. – ¡Diana! ¡Diana! – gritaba repetidamente una y otra vez, con la voz al borde.. sin dejar de mirar por todos lados intentándo dar con ella. – ¡Diana!...¡William! – grité con desesperación esta vez llamándo a mi hermano.. solo para asegurarme si Diana se encontraba con él. – ¡Maldita sea! – maldije abriéndome paso poco a poco entre la multitud que se encaminaba hacia las salidas más próximas, para después cubrirme con la mano del agua.. debido a que los extintores contra incendios inmediatamente se activaron. Sin querer en ese momento accidentalmente me tropezé con alguien que venía en sentido contrario al mío.. así que en un acto de reflejo la sostuve delicadamente del antebrazo impidiéndo que por mi atropello fuera a dar al piso. – Irene, Irene por favor mírame.. – le pedí tranquilamente acunando de manera suave y delicada su rostro entre mis manos, para mirarla fijamente a los ojos al darme cuenta de lo angustiadas que sonaban sus palabras. – te prometo que los vamos a encontrar.. – le hablé tranquilamente y con total firmeza y seguridad, sin apartar en ningún momento la mirada de sus ojos.. – todo va a estar bien te lo prometo.. – le aseguré besando su frente cariñosamente, con intenciones de tranquilizarla. Pero primero, tenía que poner a salvo a Irene, con cada minuto que transcurría el incendio podría propagarse y alcanzar esta parte.. provocándo que en cualquier momento este lugar se colapsara. Me separé un poco desdoblándo y extendiendo la frasada que traía bajo el brazo, cubriéndo delicadamente sus hombros. – Vamos.. – le dije tomándo su mano suavemente entre las mías, dándole y ligero y cariñoso apretón, pasando un brazo a su alrededor frotando su espalda y hombros de manera reconfortante, protegiéndola a toda costa de los apretones y empujones de los estudiantes que se batían desesperadamente por salír de aquí. – ¿has intentado comunicarte con tus hermanos y.. con Vicky por el celular? – le pregunté dudosamente, sintiéndo dentro de mí una fuerte opresión con cada segundo que transcurría sin saber nada de mis hermanos y de Vicky.
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Lun Oct 11, 2010 4:40 am
 _ |
Nymphadora Lupin
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff || 6º año
[ Con Chuck Pearson // Pasillos ]
Tras escuchar a Papá dar su habitual discurso de bienvenida como cada año, no pude evitar quedarme completa y totalmente absorta dentro de mis pensamientos al escucharle decir que: "este año Hogwarts había sido elegido para ser la sede del Torneo de Quiddicht de que solía celebrarse cada tres años, por tanto este año Hogwarts no solo sería nuestro hogar... debido a que, también lo sería de invitados muy especiales". Y vaya que "especiales" no era precisamente la mejor palabra que describía a los estudiantes de Beauxbatons y de Durmstrang. En cuanto las puertas del Comedor se abrieron de par en par.. el espectáculo que ofrecieron ambas escuelas al llegar había sido realmente... ehmm sorprendente, si lo admito... es decir... es algo que no se ve todos los días, claro esta, pero ¿qué tenían las mujeres de Beauxbatons que dejaba a más de uno con la boca abierta?. Si me lo preguntan, yo no le veo gracia alguna al hecho de tener que dar saltitos como renacuajo presumiento ridículos "tutús" de bailarina. Mientras que los chicos de Durmstrang... ehmm... eran guapos, si lo admito... pero hasta ahí. Seguramente todos y cada uno de ellos se creían la octava maravilla del mundo por haberse llevado a casa la copa de Quiddicht de hace tres años. Negué suavamente de un lado a otro a la vez que intentaba reprimir un hondo un prolongado suspiro, mientras le daba un último sorbo a mi jugo de calabaza, para posteriormente levantarme de la mesa, volviéndome hacia la mesa principal donde solía sentarse todo el staff del Colegio, les dirigí una enorme sonrisa a mis padres haciéndoles un ademán de que me iría a dormir temprano. Ambos asintieron devolviéndome la sonrisa. Momentos logré salir del Comedor después de verme envuelta entre el alboroto que había allí dentro, comenzé a andar por los pasillos con rumbo hacia la Sala Común de Hufflepuff, definitivamente en este momento hacia justicia al dicho: "Barriga llena corazón contento". Sonreí dentro de mis pensamientos, hundiendo las manos dentro de los bolsillos de mi sudadera... echándo un vistazo a mi alrededor a cada segundo, para ver si lograba ver a Chuck por algún lado... en el tren no había tenido oportunidad de verlo y en el banquete lo había visto tan solo un momento, pero luego lo perdí de vista. Resoplé débilmente, cuando en ese momento una voz que no dudaría en reconocer ni aunque tuviera los ojos vendados, me gritó al oído provocándome un terrible sobresalto, y que al dar un traspie tropezase con mis pies y cayera al suelo de un sentón. – Auch... – solté dolorosamente sobándome la parte trasera a la vez que entornaba los ojos para encontrarme con la mirada de Chuck que estaba muerto de la risa diciéndo que debía haber visto mi cara. – JA-JA ¡JA! ¿eres un bobo sabías? – le dije negando suavemente de un lado a otro, a la vez que sin poder evitarlo terminé por contagiarme de la risa de Chuck. Tras unos instantes, en el que logré calmarme suspiré débilmente para posteriormente levantarme del suelo y propinarle un suave y afectuoso golpe en el hombro. Esbozé una pequeña mueca como si en ese momento hubieran puesto en mi jugo de calabaza moco de troll al escuchar llamarme por mi nombre completo. – ¡Charles! ¿cuántas veces te he dicho que no me llames así?... recuerda que soy L-U-P-I-N – Le dije por enésima vez deletrándo mi apellido sin poder evitar cruzarme de brazos. Dijo que no conocía a muchas chicas que se llamaran Nymphadora, pero que existía la probabilidad de que un chico se llamara así, lo que provocó que una pequeña risa involuntaria se escapara de mis labios. – Creeme si en este planeta existieran más de una llamada "Nymphadora" el Ministerio estaría en plena demanda por el simple hecho de que la mayoría estaría haciéndo fila pidiéndo un reenbolso para cambiarse el nombre – solté echándole la lengua graciosamente. – Y... – me quedé pensativa intentándo darle alguna solución al Nymphadoro. – ¿Nymphadoro?... iugh.. ¿te imaginas?... suena a inodoro ahora que lo pienso bien, pero, ¿en que idioma?... ¿hebreo, latín, checoslovaco?.. que asco, pero además pobre chico... – comenté bastante entretenida y divertida mientras enrollaba un mechón rosado de mi cabello en mi dedo índice. Alzé las cejas bastante sorprendida, al escucharle preguntar que era lo que "Imbécile" quería decir. – ¡Por los calzones bombachos y agujerados de Merlín! ¿deberas quieres saber? – le pregunté con una sonrisa bastante divertida. – ¿deberas quieres saber? – volví a preguntarle mientras seguía jugueteando con el mechón de mi cabello. – ¿puedo preguntar antes de decirte cuál es el motivo de tu curiosidad? – inquirí alzando las cejas de arriba abajo con gesto de diversión.
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff || 6º año
[ Con Chuck Pearson // Pasillos ]
Tras escuchar a Papá dar su habitual discurso de bienvenida como cada año, no pude evitar quedarme completa y totalmente absorta dentro de mis pensamientos al escucharle decir que: "este año Hogwarts había sido elegido para ser la sede del Torneo de Quiddicht de que solía celebrarse cada tres años, por tanto este año Hogwarts no solo sería nuestro hogar... debido a que, también lo sería de invitados muy especiales". Y vaya que "especiales" no era precisamente la mejor palabra que describía a los estudiantes de Beauxbatons y de Durmstrang. En cuanto las puertas del Comedor se abrieron de par en par.. el espectáculo que ofrecieron ambas escuelas al llegar había sido realmente... ehmm sorprendente, si lo admito... es decir... es algo que no se ve todos los días, claro esta, pero ¿qué tenían las mujeres de Beauxbatons que dejaba a más de uno con la boca abierta?. Si me lo preguntan, yo no le veo gracia alguna al hecho de tener que dar saltitos como renacuajo presumiento ridículos "tutús" de bailarina. Mientras que los chicos de Durmstrang... ehmm... eran guapos, si lo admito... pero hasta ahí. Seguramente todos y cada uno de ellos se creían la octava maravilla del mundo por haberse llevado a casa la copa de Quiddicht de hace tres años. Negué suavamente de un lado a otro a la vez que intentaba reprimir un hondo un prolongado suspiro, mientras le daba un último sorbo a mi jugo de calabaza, para posteriormente levantarme de la mesa, volviéndome hacia la mesa principal donde solía sentarse todo el staff del Colegio, les dirigí una enorme sonrisa a mis padres haciéndoles un ademán de que me iría a dormir temprano. Ambos asintieron devolviéndome la sonrisa. Momentos logré salir del Comedor después de verme envuelta entre el alboroto que había allí dentro, comenzé a andar por los pasillos con rumbo hacia la Sala Común de Hufflepuff, definitivamente en este momento hacia justicia al dicho: "Barriga llena corazón contento". Sonreí dentro de mis pensamientos, hundiendo las manos dentro de los bolsillos de mi sudadera... echándo un vistazo a mi alrededor a cada segundo, para ver si lograba ver a Chuck por algún lado... en el tren no había tenido oportunidad de verlo y en el banquete lo había visto tan solo un momento, pero luego lo perdí de vista. Resoplé débilmente, cuando en ese momento una voz que no dudaría en reconocer ni aunque tuviera los ojos vendados, me gritó al oído provocándome un terrible sobresalto, y que al dar un traspie tropezase con mis pies y cayera al suelo de un sentón. – Auch... – solté dolorosamente sobándome la parte trasera a la vez que entornaba los ojos para encontrarme con la mirada de Chuck que estaba muerto de la risa diciéndo que debía haber visto mi cara. – JA-JA ¡JA! ¿eres un bobo sabías? – le dije negando suavemente de un lado a otro, a la vez que sin poder evitarlo terminé por contagiarme de la risa de Chuck. Tras unos instantes, en el que logré calmarme suspiré débilmente para posteriormente levantarme del suelo y propinarle un suave y afectuoso golpe en el hombro. Esbozé una pequeña mueca como si en ese momento hubieran puesto en mi jugo de calabaza moco de troll al escuchar llamarme por mi nombre completo. – ¡Charles! ¿cuántas veces te he dicho que no me llames así?... recuerda que soy L-U-P-I-N – Le dije por enésima vez deletrándo mi apellido sin poder evitar cruzarme de brazos. Dijo que no conocía a muchas chicas que se llamaran Nymphadora, pero que existía la probabilidad de que un chico se llamara así, lo que provocó que una pequeña risa involuntaria se escapara de mis labios. – Creeme si en este planeta existieran más de una llamada "Nymphadora" el Ministerio estaría en plena demanda por el simple hecho de que la mayoría estaría haciéndo fila pidiéndo un reenbolso para cambiarse el nombre – solté echándole la lengua graciosamente. – Y... – me quedé pensativa intentándo darle alguna solución al Nymphadoro. – ¿Nymphadoro?... iugh.. ¿te imaginas?... suena a inodoro ahora que lo pienso bien, pero, ¿en que idioma?... ¿hebreo, latín, checoslovaco?.. que asco, pero además pobre chico... – comenté bastante entretenida y divertida mientras enrollaba un mechón rosado de mi cabello en mi dedo índice. Alzé las cejas bastante sorprendida, al escucharle preguntar que era lo que "Imbécile" quería decir. – ¡Por los calzones bombachos y agujerados de Merlín! ¿deberas quieres saber? – le pregunté con una sonrisa bastante divertida. – ¿deberas quieres saber? – volví a preguntarle mientras seguía jugueteando con el mechón de mi cabello. – ¿puedo preguntar antes de decirte cuál es el motivo de tu curiosidad? – inquirí alzando las cejas de arriba abajo con gesto de diversión.
Última edición por ιzzy нale el Lun Oct 11, 2010 5:54 am, editado 1 vez
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Lun Oct 11, 2010 4:43 am
| _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Los últimos meses con Nikki han sido simplemente maravillosos, especialmente por que jamás creí sentirme de la manera en que me provocaba el estar tan cerca de ella.. me hacía sentir inmensamente felíz, por tener a una persona tan increíblemente especial como lo es Nikki para mí. Lo único que deseaba era poder complacerla en todo.. pero sobre todo lo que más anhelaba era hacerla intensamente felíz.. el solo verla sonreír.. me provocaba miles de emociones difíciles de explicar, pero que al encontrarme a su lado, todo era mucho más sencillo, con solo el echo de mirarla a los ojos.. y el sentirla tan cerca de mi corazón, me hacía darme cuenta de lo mucho que la amaba y de mucho que ella significa para mí.. pero sobre todo, que el amor que sentía por ella, crecía día con día. A decir verdad, gracias a Nikki, había descubierto un lado completa y totalmente desconocido en mí, que jamás creí tener.. el Garrett romántico, comprensivo y amoroso que sacaba a relucir únicamente cuando me encontraba con Nikki. Había momentos en los que temía que esta felicidad, no durára para siempre.. más que nada teniendo tan próxima la graduación, de cierto modo temía que al tomar talvéz.. caminos diferentes.. mi relación con Nikki, se viera deteriorando con el paso del tiempo, hasta el punto de hacerme a la idea de perderla para siempre. Mi padre se encontraba realmente entusiasmado con la idea de mandarme a la Universidad de Brown en Rhode Island; a pesar de que había perdido casi tres meses de clase, había conseguido ponerme al corriente en la mayor parte de las materias, elevándo mis calificaciones con un promedio aceptable, y que gracias a ello probablemente podrían ofrecerme una beca normal.. o deportiva, debido a mi rendimiento y desempeño en el campo. En cierto modo, me emocionaba la idea de asistir a Brown.. es por esa razón que había llenado y enviado mi solicitud hace pocos días, pero.. necesitaba pensar en Nikki, saber su opinión.. no sé por qué, pero temía que una relación a distancia, tal véz no pudiera llegar a funcionar. Nikki era lo bastante hermosa, tierna, carismática y divertida, cualquier chico se enamoraría de ella, sin lugar a dudas.
Respiré pronfudamente, pasándome una mano por la cabeza distraídamente.. concentrándome en lanzar el balón a una distancia que no sobrepasara el límite del campo. El poco tiempo libre que Henry y yo teníamos aprovechabamos después de finiquitar algunos trabajos pendientes que debíamos entregar.. solíamos venir al campo a practicar Futbol Americano. Luego de un rato Henry optamos por ir a los regaderas y de ahí a los vestidores, para después cada quién tomar su camino. La verdad en estos últimos dos días, tanto Nikki como yo, no habíamos tenido casi mucho tiempo para vernos.. únicamente entre clase y clase, y en algunos recesos de 10 ó 15 minutos por máximo, debido a que últimamente estabamos cargados de tareas y trabajos.. y, ¿si me lo preguntan?, no había momento en el cuál no dejara de pensar en ella, ni un solo instante. Cerré los ojos un momento disfrutando de una suave y fresca brisa, en el momento que observaba el balón que llevaba en las manos, para después lanzarlo.. y posteriormente echarme a correr detrás de él, hasta finalmente atraparlo de un salto. Inhalé y exhalé tranquilamente, pasándome una mano por la cara intentando relajarme.. En ese momento al escuchar aquella suave voz a mis espaldas.. me hizo sonreír inesperadamente. Negué suavemente de un lado a otro mirándole de manera divertida.. hasta situarme a escasa distancia de ella y así poder finalmente rodear con mi brazos su cintura en un fuerte abrazo. – no vuelvas a decir eso.. – le pedí sonriendo tranquilamente silenciando sus labios, en un suave y pasional beso.. intentándo demostrarle lo mucho que la había extrañado. – no tienes idea de la falta que me has echo estos dos días, princesa.. – le confesé separándome a penas unos milímetros de sus labios, para mirarla a los ojos. – ¿sabes?.. no hay momento en el cuál no deje de pensar en ti.. – comenté sinceramente, acariciando suave y delicamente su mejilla con el dorso de la mano, antes de volver a besarla suavemente. – a veces pienso que me tienes bajo un encanto.. que no quisiera que terminará jamás.. – añadí de manera divertida, besándo cálida y tiernamente su frente, sin dejar de estrecharla entre mis brazos. Como dije, Nikki sacaba un lado completa y totalmente desconocido para mí.. pero del cuál disfrutaba plenamente cuando me encontraba a su lado. Supongo que esas son las consecuencias de estar perdidamente enamorado.. especialmente de la manera en que amaba a Nikki. – ¿te has estado desvelando? – pregunté mirándole con preocupación, al darme cuenta que lentamente unas ojeras se marcaban en sus ojos.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Los últimos meses con Nikki han sido simplemente maravillosos, especialmente por que jamás creí sentirme de la manera en que me provocaba el estar tan cerca de ella.. me hacía sentir inmensamente felíz, por tener a una persona tan increíblemente especial como lo es Nikki para mí. Lo único que deseaba era poder complacerla en todo.. pero sobre todo lo que más anhelaba era hacerla intensamente felíz.. el solo verla sonreír.. me provocaba miles de emociones difíciles de explicar, pero que al encontrarme a su lado, todo era mucho más sencillo, con solo el echo de mirarla a los ojos.. y el sentirla tan cerca de mi corazón, me hacía darme cuenta de lo mucho que la amaba y de mucho que ella significa para mí.. pero sobre todo, que el amor que sentía por ella, crecía día con día. A decir verdad, gracias a Nikki, había descubierto un lado completa y totalmente desconocido en mí, que jamás creí tener.. el Garrett romántico, comprensivo y amoroso que sacaba a relucir únicamente cuando me encontraba con Nikki. Había momentos en los que temía que esta felicidad, no durára para siempre.. más que nada teniendo tan próxima la graduación, de cierto modo temía que al tomar talvéz.. caminos diferentes.. mi relación con Nikki, se viera deteriorando con el paso del tiempo, hasta el punto de hacerme a la idea de perderla para siempre. Mi padre se encontraba realmente entusiasmado con la idea de mandarme a la Universidad de Brown en Rhode Island; a pesar de que había perdido casi tres meses de clase, había conseguido ponerme al corriente en la mayor parte de las materias, elevándo mis calificaciones con un promedio aceptable, y que gracias a ello probablemente podrían ofrecerme una beca normal.. o deportiva, debido a mi rendimiento y desempeño en el campo. En cierto modo, me emocionaba la idea de asistir a Brown.. es por esa razón que había llenado y enviado mi solicitud hace pocos días, pero.. necesitaba pensar en Nikki, saber su opinión.. no sé por qué, pero temía que una relación a distancia, tal véz no pudiera llegar a funcionar. Nikki era lo bastante hermosa, tierna, carismática y divertida, cualquier chico se enamoraría de ella, sin lugar a dudas.
Respiré pronfudamente, pasándome una mano por la cabeza distraídamente.. concentrándome en lanzar el balón a una distancia que no sobrepasara el límite del campo. El poco tiempo libre que Henry y yo teníamos aprovechabamos después de finiquitar algunos trabajos pendientes que debíamos entregar.. solíamos venir al campo a practicar Futbol Americano. Luego de un rato Henry optamos por ir a los regaderas y de ahí a los vestidores, para después cada quién tomar su camino. La verdad en estos últimos dos días, tanto Nikki como yo, no habíamos tenido casi mucho tiempo para vernos.. únicamente entre clase y clase, y en algunos recesos de 10 ó 15 minutos por máximo, debido a que últimamente estabamos cargados de tareas y trabajos.. y, ¿si me lo preguntan?, no había momento en el cuál no dejara de pensar en ella, ni un solo instante. Cerré los ojos un momento disfrutando de una suave y fresca brisa, en el momento que observaba el balón que llevaba en las manos, para después lanzarlo.. y posteriormente echarme a correr detrás de él, hasta finalmente atraparlo de un salto. Inhalé y exhalé tranquilamente, pasándome una mano por la cara intentando relajarme.. En ese momento al escuchar aquella suave voz a mis espaldas.. me hizo sonreír inesperadamente. Negué suavemente de un lado a otro mirándole de manera divertida.. hasta situarme a escasa distancia de ella y así poder finalmente rodear con mi brazos su cintura en un fuerte abrazo. – no vuelvas a decir eso.. – le pedí sonriendo tranquilamente silenciando sus labios, en un suave y pasional beso.. intentándo demostrarle lo mucho que la había extrañado. – no tienes idea de la falta que me has echo estos dos días, princesa.. – le confesé separándome a penas unos milímetros de sus labios, para mirarla a los ojos. – ¿sabes?.. no hay momento en el cuál no deje de pensar en ti.. – comenté sinceramente, acariciando suave y delicamente su mejilla con el dorso de la mano, antes de volver a besarla suavemente. – a veces pienso que me tienes bajo un encanto.. que no quisiera que terminará jamás.. – añadí de manera divertida, besándo cálida y tiernamente su frente, sin dejar de estrecharla entre mis brazos. Como dije, Nikki sacaba un lado completa y totalmente desconocido para mí.. pero del cuál disfrutaba plenamente cuando me encontraba a su lado. Supongo que esas son las consecuencias de estar perdidamente enamorado.. especialmente de la manera en que amaba a Nikki. – ¿te has estado desvelando? – pregunté mirándole con preocupación, al darme cuenta que lentamente unas ojeras se marcaban en sus ojos.
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Miér Oct 13, 2010 12:50 am
 _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Aún seguía sin poder dar crédito a lo que los Médicos forenses habían catalogado con respecto a la extraña muerte de Marissa, me refiero a que esta no era la primera vez que una persona era encontrada sin vida dentro del Internado, primero la alumna Maddie Bernadotte, después la extraña desaparición de el joven Whitmore.. ¿y, ahora Marissa?, realmente toda esta situación me resultaba de lo más abrumante y consternante. Las últimas semanas había tratado de mantenerme lo más cerca posible de mis hermanos, aconsejándoles que trataran lo menos posible de meterse en problemas.. pero sobre todo cuidar de ellos, debido a que esta situación me tenía de lo más intranquilo. Por otro lado, la confesión que Rose me hizo.. me tenía de lo más desconcertado, sinceramente me era difícil de creer que el bebé que llevaba dentro de su vientre, pudiera ser de aquel joven. En un principio dudé momentánemeamente ante la petición que Rose me había suplicado por que aceptara.. debido a que no me preocupaba lo que pudiera pensar su familia respecto a la situación que estaba viviendo Rose, en estos momentos.. es por esa razón que no podía fallarle, ni mucho menos darle la espalda ante esta situación.. el profundo cariño que siento por Rose, me hizo a aceptar sin ningún remordimiento, su petición de aceptar la paternidad de su pequeño. Dado a que su pequeño no tenía culpa alguna de lo que había sucedido entre Rose y aquel joven.. razón por la cuál estaba dispuesto a ser un padre para su hijo, sin importar lo que su Familia pudiera llegar a pensar, velaría y cuidaría de Rose y su bebé.. hasta tener entre nuestros brazos, aquel pedacito de cielo. Respiré profundamente, sin poder evitar sonreír.. en el momento que terminaba de preparar la merienda para Rose; debido a que las últimas semanas me había dedicado a leer libros de maternidad.. y las madres primerisas debían alimentarse sanamente, además.. los primeros meses los antojos se comenzaban a hacerse presentes y constantes la mayor parte del tiempo. Es por esa razón que trataba de mantenerme al pendiente de Rose.. asegurándome de que tomara su ácido fólico, lo cuál era indispensable para que el bebé naciera sano y fuerte. Una vez que terminé de preparar algo ligero, pero sano y nutritivo.. acomodé todo en su respectiva charola, para posteriormente salir de la Cafetería, rumbo a la habitación de Rose; las clases habían terminado por el día de hoy, así que.. este fin de semana me limitaría a consentir de Rose y nuestro pequeño, claro sin exagerar realmente.. no quería que Rose después me culpara por hacerla subir un par de kilos, con su embarazo. Sonreí divertido ante aquel pensamiento, en el momento que daba unos suaves golpes a la puerta, para después acomodarme la charola.. para poder girar la perilla y abrir la puerta. – Hola, hermosa – le saludé animadamente con una sonrisa de lado, a la vez que rodeaba su cintura en un abrazo, sin lastimarla.. depositándo un cálido y amistoso beso en su mejilla. Para posteriormente dejar la charola sobre la mesita de noche.. y acercarme nuevamente a ella, para depositándo un suave y dulce beso en su vientre, que comenzaba a mostrarse algo abultadito. – Hola, princesa.. ¿como estás? – le hablé cariñosamente, al bebé.. mientras pasaba una mano por su panzita, acariciándola suavemente y con ternura. –¿tienen hambre? – les pregunté mirándoles con una sonrisa, en el momento que me separaba de Rose, un momento para alzar la charola de la mesita.. para mostrarle a Rose, lo que había preparado. – te preparé panques con dulce de leche, una jarra de jugo de manzana.. y un plato de fruta picada con un poco de miel.. – le indiqué el menú, con una sonrisa de lado. – ¿les apetece? – pregunté mirándo a Rose, completa y totalmente esperanzado.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Aún seguía sin poder dar crédito a lo que los Médicos forenses habían catalogado con respecto a la extraña muerte de Marissa, me refiero a que esta no era la primera vez que una persona era encontrada sin vida dentro del Internado, primero la alumna Maddie Bernadotte, después la extraña desaparición de el joven Whitmore.. ¿y, ahora Marissa?, realmente toda esta situación me resultaba de lo más abrumante y consternante. Las últimas semanas había tratado de mantenerme lo más cerca posible de mis hermanos, aconsejándoles que trataran lo menos posible de meterse en problemas.. pero sobre todo cuidar de ellos, debido a que esta situación me tenía de lo más intranquilo. Por otro lado, la confesión que Rose me hizo.. me tenía de lo más desconcertado, sinceramente me era difícil de creer que el bebé que llevaba dentro de su vientre, pudiera ser de aquel joven. En un principio dudé momentánemeamente ante la petición que Rose me había suplicado por que aceptara.. debido a que no me preocupaba lo que pudiera pensar su familia respecto a la situación que estaba viviendo Rose, en estos momentos.. es por esa razón que no podía fallarle, ni mucho menos darle la espalda ante esta situación.. el profundo cariño que siento por Rose, me hizo a aceptar sin ningún remordimiento, su petición de aceptar la paternidad de su pequeño. Dado a que su pequeño no tenía culpa alguna de lo que había sucedido entre Rose y aquel joven.. razón por la cuál estaba dispuesto a ser un padre para su hijo, sin importar lo que su Familia pudiera llegar a pensar, velaría y cuidaría de Rose y su bebé.. hasta tener entre nuestros brazos, aquel pedacito de cielo. Respiré profundamente, sin poder evitar sonreír.. en el momento que terminaba de preparar la merienda para Rose; debido a que las últimas semanas me había dedicado a leer libros de maternidad.. y las madres primerisas debían alimentarse sanamente, además.. los primeros meses los antojos se comenzaban a hacerse presentes y constantes la mayor parte del tiempo. Es por esa razón que trataba de mantenerme al pendiente de Rose.. asegurándome de que tomara su ácido fólico, lo cuál era indispensable para que el bebé naciera sano y fuerte. Una vez que terminé de preparar algo ligero, pero sano y nutritivo.. acomodé todo en su respectiva charola, para posteriormente salir de la Cafetería, rumbo a la habitación de Rose; las clases habían terminado por el día de hoy, así que.. este fin de semana me limitaría a consentir de Rose y nuestro pequeño, claro sin exagerar realmente.. no quería que Rose después me culpara por hacerla subir un par de kilos, con su embarazo. Sonreí divertido ante aquel pensamiento, en el momento que daba unos suaves golpes a la puerta, para después acomodarme la charola.. para poder girar la perilla y abrir la puerta. – Hola, hermosa – le saludé animadamente con una sonrisa de lado, a la vez que rodeaba su cintura en un abrazo, sin lastimarla.. depositándo un cálido y amistoso beso en su mejilla. Para posteriormente dejar la charola sobre la mesita de noche.. y acercarme nuevamente a ella, para depositándo un suave y dulce beso en su vientre, que comenzaba a mostrarse algo abultadito. – Hola, princesa.. ¿como estás? – le hablé cariñosamente, al bebé.. mientras pasaba una mano por su panzita, acariciándola suavemente y con ternura. –¿tienen hambre? – les pregunté mirándoles con una sonrisa, en el momento que me separaba de Rose, un momento para alzar la charola de la mesita.. para mostrarle a Rose, lo que había preparado. – te preparé panques con dulce de leche, una jarra de jugo de manzana.. y un plato de fruta picada con un poco de miel.. – le indiqué el menú, con una sonrisa de lado. – ¿les apetece? – pregunté mirándo a Rose, completa y totalmente esperanzado.
Última edición por ιzzy нale el Miér Oct 13, 2010 2:10 am, editado 1 vez
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Miér Oct 13, 2010 2:15 am
 _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Aún seguía sin poder dar crédito a lo que los Médicos forenses habían catalogado con respecto a la extraña muerte de Marissa, me refiero a que esta no era la primera vez que una persona era encontrada sin vida dentro del Internado, primero la alumna Maddie Bernadotte, después la extraña desaparición de el joven Whitmore.. ¿y, ahora Marissa?, realmente toda esta situación me resultaba de lo más abrumante y consternante. Las últimas semanas había tratado de mantenerme lo más cerca posible de mis hermanos, aconsejándoles que trataran lo menos posible de meterse en problemas.. pero sobre todo cuidar de ellos, debido a que esta situación me tenía de lo más intranquilo. Por otro lado, la confesión que Rose me hizo.. me tenía de lo más desconcertado, sinceramente me era difícil de creer que el bebé que llevaba dentro de su vientre, pudiera ser de aquel joven. En un principio dudé momentánemeamente ante la petición que Rose me había suplicado por que aceptara.. debido a que no me preocupaba lo que pudiera pensar su familia respecto a la situación que estaba viviendo Rose, en estos momentos.. es por esa razón que no podía fallarle, ni mucho menos darle la espalda ante esta situación.. el profundo cariño que siento por Rose, me hizo a aceptar sin ningún remordimiento, su petición de aceptar la paternidad de su pequeño. Dado a que su pequeño no tenía culpa alguna de lo que había sucedido entre Rose y aquel joven.. razón por la cuál estaba dispuesto a ser un padre para su hijo, sin importar lo que su Familia pudiera llegar a pensar, velaría y cuidaría de Rose y su bebé.. hasta tener entre nuestros brazos, aquel pedacito de cielo. Respiré profundamente, sin poder evitar sonreír.. en el momento que terminaba de preparar la merienda para Rose; debido a que las últimas semanas me había dedicado a leer libros de maternidad.. y las madres primerisas debían alimentarse sanamente, además.. los primeros meses los antojos se comenzaban a hacerse presentes y constantes la mayor parte del tiempo. Es por esa razón que trataba de mantenerme al pendiente de Rose.. asegurándome de que tomara su ácido fólico, lo cuál era indispensable para que el bebé naciera sano y fuerte. Una vez que terminé de preparar algo ligero, pero sano y nutritivo.. acomodé todo en su respectiva charola, para posteriormente salir de la Cafetería, rumbo a la habitación de Rose; las clases habían terminado por el día de hoy, así que.. este fin de semana me limitaría a consentir de Rose y nuestro pequeño, claro sin exagerar realmente.. no quería que Rose después me culpara por hacerla subir un par de kilos, con su embarazo. Sonreí divertido ante aquel pensamiento, en el momento que daba unos suaves golpes a la puerta, para después acomodarme la charola.. para poder girar la perilla y abrir la puerta. – Hola, hermosa – le saludé animadamente con una sonrisa de lado, a la vez que rodeaba su cintura en un abrazo, sin lastimarla.. depositándo un cálido y amistoso beso en su mejilla. Para posteriormente dejar la charola sobre la mesita de noche.. y acercarme nuevamente a ella, para depositándo un suave y dulce beso en su vientre, que comenzaba a mostrarse algo abultadito. – Hola, princesa.. ¿como estás? – le hablé cariñosamente, al bebé.. mientras pasaba una mano por su panzita, acariciándola suavemente y con ternura. –¿tienen hambre? – les pregunté mirándoles con una sonrisa, en el momento que me separaba de Rose, un momento para alzar la charola de la mesita.. para mostrarle a Rose, lo que había preparado. – te preparé panques con dulce de leche, una jarra de jugo de manzana.. y un plato de fruta picada con un poco de miel.. – le indiqué el menú, con una sonrisa de lado. – ¿les apetece? – pregunté mirándo a Rose, completa y totalmente esperanzado.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Hariel Weasley & Caden Black // Gran Comedor ]
Aún seguía sin poder dar crédito a lo que los Médicos forenses habían catalogado con respecto a la extraña muerte de Marissa, me refiero a que esta no era la primera vez que una persona era encontrada sin vida dentro del Internado, primero la alumna Maddie Bernadotte, después la extraña desaparición de el joven Whitmore.. ¿y, ahora Marissa?, realmente toda esta situación me resultaba de lo más abrumante y consternante. Las últimas semanas había tratado de mantenerme lo más cerca posible de mis hermanos, aconsejándoles que trataran lo menos posible de meterse en problemas.. pero sobre todo cuidar de ellos, debido a que esta situación me tenía de lo más intranquilo. Por otro lado, la confesión que Rose me hizo.. me tenía de lo más desconcertado, sinceramente me era difícil de creer que el bebé que llevaba dentro de su vientre, pudiera ser de aquel joven. En un principio dudé momentánemeamente ante la petición que Rose me había suplicado por que aceptara.. debido a que no me preocupaba lo que pudiera pensar su familia respecto a la situación que estaba viviendo Rose, en estos momentos.. es por esa razón que no podía fallarle, ni mucho menos darle la espalda ante esta situación.. el profundo cariño que siento por Rose, me hizo a aceptar sin ningún remordimiento, su petición de aceptar la paternidad de su pequeño. Dado a que su pequeño no tenía culpa alguna de lo que había sucedido entre Rose y aquel joven.. razón por la cuál estaba dispuesto a ser un padre para su hijo, sin importar lo que su Familia pudiera llegar a pensar, velaría y cuidaría de Rose y su bebé.. hasta tener entre nuestros brazos, aquel pedacito de cielo. Respiré profundamente, sin poder evitar sonreír.. en el momento que terminaba de preparar la merienda para Rose; debido a que las últimas semanas me había dedicado a leer libros de maternidad.. y las madres primerisas debían alimentarse sanamente, además.. los primeros meses los antojos se comenzaban a hacerse presentes y constantes la mayor parte del tiempo. Es por esa razón que trataba de mantenerme al pendiente de Rose.. asegurándome de que tomara su ácido fólico, lo cuál era indispensable para que el bebé naciera sano y fuerte. Una vez que terminé de preparar algo ligero, pero sano y nutritivo.. acomodé todo en su respectiva charola, para posteriormente salir de la Cafetería, rumbo a la habitación de Rose; las clases habían terminado por el día de hoy, así que.. este fin de semana me limitaría a consentir de Rose y nuestro pequeño, claro sin exagerar realmente.. no quería que Rose después me culpara por hacerla subir un par de kilos, con su embarazo. Sonreí divertido ante aquel pensamiento, en el momento que daba unos suaves golpes a la puerta, para después acomodarme la charola.. para poder girar la perilla y abrir la puerta. – Hola, hermosa – le saludé animadamente con una sonrisa de lado, a la vez que rodeaba su cintura en un abrazo, sin lastimarla.. depositándo un cálido y amistoso beso en su mejilla. Para posteriormente dejar la charola sobre la mesita de noche.. y acercarme nuevamente a ella, para depositándo un suave y dulce beso en su vientre, que comenzaba a mostrarse algo abultadito. – Hola, princesa.. ¿como estás? – le hablé cariñosamente, al bebé.. mientras pasaba una mano por su panzita, acariciándola suavemente y con ternura. –¿tienen hambre? – les pregunté mirándoles con una sonrisa, en el momento que me separaba de Rose, un momento para alzar la charola de la mesita.. para mostrarle a Rose, lo que había preparado. – te preparé panques con dulce de leche, una jarra de jugo de manzana.. y un plato de fruta picada con un poco de miel.. – le indiqué el menú, con una sonrisa de lado. – ¿les apetece? – pregunté mirándo a Rose, completa y totalmente esperanzado.
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Jue Oct 14, 2010 1:13 am
  _ |
Edward Dashwood
as: Edward Willoughby Dashwood
+ Auror || Bibliotecario ;; Orden del Fénix
[ Con Layla Ahmed // Gran Comedor ]
El Ministerio de Magia había dado la orden de que este año en Hogwarts se re-doblara constantemente la vigilancia como una manera de precaución debido a los sucesos extraños que últimamente han estado ocurriendo dentro de la comunidad mágica. Hasta el momento el Ministerio para tranquilizar a la comunidad, decía que todo estaba en orden... y, la verdad estaba más que deseoso por que las cosas se mantuvieran en constante calma, apesar de que algunas veces la tranquilidad era señal de que podría a vecinarse una tormenta. Es por esa razón que deseaba... o mejor dicho, anhelaba, que esta tranquilidad simbolizara la señal de que nada malo ocurriría, pero aún así debía de mantenerme en lo más alerta y precavidamente posible. Respiré lenta y hondamente, en el momento que le daba un último trago a mi jugo de calabaza, para posteriormente dedicarle una amable y jovial sonrisa a la Profesora Weasley con la que me encontraba charlando amenamente con respecto a la llegada de los estudiantes extranjeros, y los cuáles habían causado especial revuelo entre los estudiantes de Hogwarts. Discretamente recorrí con la mirada la mesa de Ravenclaw, donde me encontré con Emily que se encontraba platicándo con una de las Black. Sabía que a Emily algunas veces le molestaba en sobremanera que me comportara demasiado sobreprotector con ella, pero... era algo que no podía evitar especialmente con tanto joven hormonado ¿qué podría esperarse?. Volví mi mirada hacia la mesa de Hufflepuff... con la esperanza de encontrarme con la mirada de una persona en especial... pero mi intento fue en vano, especialmente por que esa persona no se encontraba en ese momento. Sonreí un poco y a la vez con cierto deje de decepción en mi mirar, volviéndo a entablar plática con la Señora Weasley y con el Señor Carter. De un momento de reojo pude notar que Emily me hacía gestos con las manos para llamar mi atención, me volví hacia y entendiendo su mensaje de que se retiraba a dormir. Asentí sonriendo tranquilamente, haciéndole un gesto con la mano. Momentos después les reiteré mis disculpas a la Señora Weasley y al Señor Carter, en el instante que me levantaba de la mesa para dedicarles una sonrisa; la verdad es que el banque me había dejado exhausto, pero antes de retirarme a descansar, debía de cumplir con mis obligaciones y hacer mi habitual ronda por los pasillos del Colegio. Abandoné la mesa de Profesores, encaminándome tranquilamente hasta la salida. Aprovechándo que alguien en ese momento abría la puerta decidí aprovechar y sostenerla impidiéndo que esta se cerrara por completo, pero al hacerlo pude sentir que una estudiante accidentalmente me chocaba, propinándome un pequeño golpe en el estómago y un buen pisotón en el pie. Fruncí los labios en una mueca intentando apaciguar el dolor de ambos golpes, en el momento que bajaba un momento mi vista para encontrarme con la Señorita Layla Ahmed. La miré entre sorprendido, divertido y a la vez más tranquilo al tener la dicha y la suerte de encontrarme con ella antes de marcharme. Sonreí un poco negándo suavemente de un lado a otro al escuchar sus disculpas. – no tenga cuidado, Señorita Ahmed.. – dije sonriendo tranquilamente modo de que no tenía de qué disculparse. Por una milésima de segundo tuve la esperanza de que me llamara por mi nombre... dado a que la Señorita Ahmed pasaba tanto tiempo en la Biblioteca que me había acostumbrado bastante a su presencia; las veces que no solía verla me atrevía a decir eran contadas las ocasiones, incluso la extrañaba... por lo que me pareció lo más apropiado en este caso, pero todo parecía indicar que al final, lo consideró una falta de respeto el llamarme por mi nombre de pila. – entiendo, Señorita.. – respondí tranquilamente esbozando una jovial y amable sonrisa en mi rostro, al escucharle decir que se había perdido el banquete de bienvenida al estarle escribiendo a su padre. – si de algo le favorece mi opinión, no se perdió de mucho – le hice saber mi comentario amablemente con una sonrisa bastante tranquila. A menos que tenga amistades que anhele ver, me dije dentro de mis pensamientos con cierta inquietud, en el fondo deseando que no tuviera amistades con muchachos extranjeros. Aunque... ¿quién era yo para impedírselo?. Sin duda alguna nadie que significara en su vida, eso era evidente... es solo que... no me gustaría enterarme de que un muchacho extranjero lastimara sus sentimientos. Negué suavemente de un lado a otro intentándo alejar mis pensamientos. Deja de pensar idiotecez... me recriminé duramente dentro de mis pensamientos.– antes de que me olvide, Señortita... le quedaría infinitamente agradecido, si la próxima vez que tenga oportunidad de volverle a escribir a su padre, les envía mi más cordial y afectuoso saludo a los Señores Ahmed.. – le pedí sonriendo amablemente. Debido a que había tenido la oportunidad de conocer durante las vacaciones a los Señores Ahmed, durante una tarde de verano en Gringotts donde tuve el grato honor de conocerlos, al ser ellos quiénes me atendieron amablemente. Sonreí dentro de mis pensamientos, debo admitir que nunca antes había conocido a padres tan cariñosos, y comprensivos especialmente al escucharlos hablar de la manera tan... amorosa, dulce y orgullosa como los Señores Ahmed lo estaban de su hija.
as: Edward Willoughby Dashwood
+ Auror || Bibliotecario ;; Orden del Fénix
[ Con Layla Ahmed // Gran Comedor ]
El Ministerio de Magia había dado la orden de que este año en Hogwarts se re-doblara constantemente la vigilancia como una manera de precaución debido a los sucesos extraños que últimamente han estado ocurriendo dentro de la comunidad mágica. Hasta el momento el Ministerio para tranquilizar a la comunidad, decía que todo estaba en orden... y, la verdad estaba más que deseoso por que las cosas se mantuvieran en constante calma, apesar de que algunas veces la tranquilidad era señal de que podría a vecinarse una tormenta. Es por esa razón que deseaba... o mejor dicho, anhelaba, que esta tranquilidad simbolizara la señal de que nada malo ocurriría, pero aún así debía de mantenerme en lo más alerta y precavidamente posible. Respiré lenta y hondamente, en el momento que le daba un último trago a mi jugo de calabaza, para posteriormente dedicarle una amable y jovial sonrisa a la Profesora Weasley con la que me encontraba charlando amenamente con respecto a la llegada de los estudiantes extranjeros, y los cuáles habían causado especial revuelo entre los estudiantes de Hogwarts. Discretamente recorrí con la mirada la mesa de Ravenclaw, donde me encontré con Emily que se encontraba platicándo con una de las Black. Sabía que a Emily algunas veces le molestaba en sobremanera que me comportara demasiado sobreprotector con ella, pero... era algo que no podía evitar especialmente con tanto joven hormonado ¿qué podría esperarse?. Volví mi mirada hacia la mesa de Hufflepuff... con la esperanza de encontrarme con la mirada de una persona en especial... pero mi intento fue en vano, especialmente por que esa persona no se encontraba en ese momento. Sonreí un poco y a la vez con cierto deje de decepción en mi mirar, volviéndo a entablar plática con la Señora Weasley y con el Señor Carter. De un momento de reojo pude notar que Emily me hacía gestos con las manos para llamar mi atención, me volví hacia y entendiendo su mensaje de que se retiraba a dormir. Asentí sonriendo tranquilamente, haciéndole un gesto con la mano. Momentos después les reiteré mis disculpas a la Señora Weasley y al Señor Carter, en el instante que me levantaba de la mesa para dedicarles una sonrisa; la verdad es que el banque me había dejado exhausto, pero antes de retirarme a descansar, debía de cumplir con mis obligaciones y hacer mi habitual ronda por los pasillos del Colegio. Abandoné la mesa de Profesores, encaminándome tranquilamente hasta la salida. Aprovechándo que alguien en ese momento abría la puerta decidí aprovechar y sostenerla impidiéndo que esta se cerrara por completo, pero al hacerlo pude sentir que una estudiante accidentalmente me chocaba, propinándome un pequeño golpe en el estómago y un buen pisotón en el pie. Fruncí los labios en una mueca intentando apaciguar el dolor de ambos golpes, en el momento que bajaba un momento mi vista para encontrarme con la Señorita Layla Ahmed. La miré entre sorprendido, divertido y a la vez más tranquilo al tener la dicha y la suerte de encontrarme con ella antes de marcharme. Sonreí un poco negándo suavemente de un lado a otro al escuchar sus disculpas. – no tenga cuidado, Señorita Ahmed.. – dije sonriendo tranquilamente modo de que no tenía de qué disculparse. Por una milésima de segundo tuve la esperanza de que me llamara por mi nombre... dado a que la Señorita Ahmed pasaba tanto tiempo en la Biblioteca que me había acostumbrado bastante a su presencia; las veces que no solía verla me atrevía a decir eran contadas las ocasiones, incluso la extrañaba... por lo que me pareció lo más apropiado en este caso, pero todo parecía indicar que al final, lo consideró una falta de respeto el llamarme por mi nombre de pila. – entiendo, Señorita.. – respondí tranquilamente esbozando una jovial y amable sonrisa en mi rostro, al escucharle decir que se había perdido el banquete de bienvenida al estarle escribiendo a su padre. – si de algo le favorece mi opinión, no se perdió de mucho – le hice saber mi comentario amablemente con una sonrisa bastante tranquila. A menos que tenga amistades que anhele ver, me dije dentro de mis pensamientos con cierta inquietud, en el fondo deseando que no tuviera amistades con muchachos extranjeros. Aunque... ¿quién era yo para impedírselo?. Sin duda alguna nadie que significara en su vida, eso era evidente... es solo que... no me gustaría enterarme de que un muchacho extranjero lastimara sus sentimientos. Negué suavemente de un lado a otro intentándo alejar mis pensamientos. Deja de pensar idiotecez... me recriminé duramente dentro de mis pensamientos.– antes de que me olvide, Señortita... le quedaría infinitamente agradecido, si la próxima vez que tenga oportunidad de volverle a escribir a su padre, les envía mi más cordial y afectuoso saludo a los Señores Ahmed.. – le pedí sonriendo amablemente. Debido a que había tenido la oportunidad de conocer durante las vacaciones a los Señores Ahmed, durante una tarde de verano en Gringotts donde tuve el grato honor de conocerlos, al ser ellos quiénes me atendieron amablemente. Sonreí dentro de mis pensamientos, debo admitir que nunca antes había conocido a padres tan cariñosos, y comprensivos especialmente al escucharlos hablar de la manera tan... amorosa, dulce y orgullosa como los Señores Ahmed lo estaban de su hija.
Última edición por ιzzy нale el Sáb Oct 16, 2010 1:53 am, editado 6 veces
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Jue Oct 14, 2010 3:46 am
 _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Caden Black & Hariel Weasley // Gran Comedor ]
El verano había llegado a su fin con una velocidad tan sorprendente, que, apesar de que habían transcurrido tres días desde que habíamos arirvado a Hogwarts y las clases habían iniciado con total y completa normalidad como de costumbre, mis pensamientos aún se hacían en los extensos prados de Ottery St. Catchpole, aunque eso si... nada me complacía y me hacía más felíz que volver a Hogwarts e inundarme del cálido ambiente que te embargaba de pies a cabeza. Por otro lado, hacía menos de dos horas que los extranjeros habían arrivado a Hogwarts, debido a que en el habitual discurso de bienvenida del Tío Ted, comentó que este año el Colegio había sido elegido sede para el Torneo de Quidditch que se llevaba a cabo cada tres años. En el peor de los casos, restándole importancia al hecho de haber sido suspendido de por vida en la clase de Astronomía, algo que a decir verdad me inflaba el pecho de orgullo, mi autocastigo fue el de abandonar este año al equipo de Gryffindor, como una manera de redimirme ante mis padres y ante mis padrinos. Tenía que admitir que me entristecía no poder participar en el Torneo de este año, pero... confiaba ciegamente que este año Hogwarts se hiciera con la Copa. En fin, volviéndo a lo relevante (?), de un momento a otro alzé las cejas de manera divertida y suspicaz, haciéndole una seña a Caden quién se encontraba a mi lado para que observara a las despampanantes francesas que se encontraban sentadas en la mesa de Ravenclaw. La primera una rubia de ojos azules, mientras que la otra una castaña de ojos verdes que no hacían más que mirarnos completa y totalmente embelasadas. Les dediqué una sonrisa llena de gallardía, para posteriormente volverme discretamente tres lugares hacia atrás, para observar a Jill quién en ese momento se encontraba charlando animadamente con Desiré Borton. Me dediqué a observarla unos momentos, con mi habitual sonrisa en el rostro, para después darle un largo trago a mi jugo de calabaza. Estiré ambos brazos en señal de relajación, intentándo desesperezarme, dado que era común que tras el saciante y exquisito banquete me entrara un deje de somnolencia. Me pasé una mano desapercibidamente por el rostro, y por el cabello alborotándolo en diferentes direcciones.. dándole un aspecto como si en ese momento me acabara de bajar de la escoba. Momentos después, no pude evitar escuchar y entrometerme en la discusión que empezaban a entablar Hariel y Caden. Y, ahí van de nuevo... peleándo tal cuál un viejo matrimonio. Respiré lenta y profundamente observándolos en silencio por varios minutos, dedicándome única y exclusivamente a escucharlos, mientras me masajeaba suavemente la cien con la yema de los dedos. Había momentos en los cuáles me incomodaba y ante todo odiaba tener que estar enmedio de las constantes discuciones de mis mejores amigos. Lo peor de todo es que la discusión con cada segundo avanzaba más y más hasta el punto que seguramente tendría que intervenir tratándo de evitar por todos los medios que aquí ocurriera una masacre. Miré a Caden, sin necesidad de expresarle mis pensamientos con palabras, una mirada que dejaba lo bastante claro que no deseaba que le soltara a Hariel semejante sarta referente a que su comportamiento era tal cuál cría berreando y haciéndo prácticamente una tormenta en un vaso de agua, empezando por que Hariel era mi prima... y Caden era mi mejor amigo, prácticamente mi hermano. De un momento a otro Hariel se levantó lo bastante indignada dispuesta a salir del Comedor, la miré por una milésima de segundos haciéndo el amago de levantarme e ir en su búsqueda para hablar con ella, pero Caden se levantó dispuesto a seguirla; alzé por varios segundos la mirada observándolos a lo lejos, deseando que Caden mantuviera la calma... pero con lo último que Hariel le soltó, me atrevía a afirmar que esta vez aquello había sido la gota que derramó el vaso. Me pasé ambas manos por el rostro, intentándo pensar con claridad... sabía perfectamente que lo único que acarrearía como consecuencia esta discusión, era que Hariel resultara terriblemente lastimada, y afectada ante las crudas palabras que Caden. Segundos después pude darme cuenta que, en efecto, Hariel se había marchado y Caden volvía con el semblante desencajado, con un humor de mil demonios que ni el mismo se aguantaba. Sin poder evitarlo clavé mi mirada en Caden, le miré de una manera dura y recriminatoria... dándole a entender que esta vez se había excedido en soltarle todo aquello a Hariel. – veo que no hay necesidad de que te repita lo que bien sabes estoy pensando, referente a tu manera de comportarte.. – lo observé detenidamente y de una manera seria sosteniéndo y sin apartar mi miarada de la de él. Respiré honda y pesadamente, intentándo ordenar mis ideas. – intenta dejar de lado por un momento tu maldito orgullo y piensa: ¿consideras Hariel esa clase de mujer fácil que dispuesta a entregarsele al primer imbécil que se le ponga en frente? – le solté como si aquello se tratase de una simple y sencilla pregunta retórica. – por favor.. – resoplé por lo bajo mirándole lo más tranquilo posible, para hacerlo entrar en razón y que por un momento dejara de lado su ego y su orgullo y que pensara las cosas con claridad. – ¡Por Dios, hermano! piénsalo.. ¡reacciona! – Era más que evidente que Hariel JAMÁS, nisiquiera en su sano juicio se rebajaría a tal grado como si fuera una cualquiera. Debo admitir que a mi tampoco me hizo ABSOLUTA gracia aquella mirada.. especialmente por que el imbécil de Krum tampoco era santo de mi devoción, pero.. ¡Por Merlín! estamos hablando de Hariel. ¡Nuestra Hariel! a la cuál conocemos desde que eramos prácticamente una máquina de popó y pañales. – lo único que lograron ganar de esta discusión fue herirse con mutuamente, por que ambos llegaron al punto de agredirse sin pensar, Cad.. – expresé mirándole en bastante desacuerdo y con pesadéz, colocándo una mano sobre su hombro. En este caso temía que Hariel fuera la que resultara más lastimada, aunque.. eso había sido más que evidente, su mirada decía más que mil palabras. – seguramente en este momento harás caso omiso a mis palabras dado a que tu orgullo y tu ira te impiden pensar con claridad, y, creeme en ese aspecto te comprendo – Me atrevía a decir que en este momento Caden tomaría lo bastante enserio las palabras de Hariel e iría a tirarse a la primera piernuda y caderona que se le pusiera enfrente. – confío ciegamente en que cuando se te pase el coraje, pienses las cosas con claridad y se terminen por aclarar las cosas.. – le miré tranquilamente, levantándome de la mesa. Tarde o temprano, Caden tendría que hablar con Hariel para intentar por lo menos arreglar las cosas. – piénsalo, hermano... – añadí tranquilamente mirándole por última vez, dándole una audible palmada en la espalda, para posteriormente comenzar a andar hacia la salida del Comedor, pero antes de eso me detuve a la mitad de la mesa donde se encontraba sentada Jill con Dess. Sonreí débilmente y con un deje de picardía le piqué suavemente el hombro a Jill intentándo llamar su atención para que volteara del lado contrario al cuál me encontraba, para así tomarla desprevenidamente y plantarle un cálido y sonoro beso en la mejilla. Reí suavemente, echándome a andar tranquilamente, sin detenerme y esperarme para ver su reacción, salí del Gran Comedor hacia el vestíbulo. Eché un vistazo a mi alrededor, intentándo divisar la Hariel.. pero no había rastro de ella por ningún lado. Respiré hondamente, pasándome una mano por la cabeza mientra me recargaba en la pared. Seguramente Hariel se habría ido a la Sala Común, y de ser así... seguramente se habría encerrado en el dormitorio de chicas y por más que me esforzara en hablarle, estaba seguro que no me abriría la puerta. Piensa, Potter, piensa.. me decía una y otra vez dentro de mis pensamientos retomándo mis pasos hasta encaminarme a los Terrenos del Colegio. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta... dedicándome a observar por unos breves instantes el cielo nocturno. Me encontraba caminando distraídamente cerca del lago, hasta que un suave y ligero llanto llamó mi atención. Comenzé a andar torpemente, hasta que finalmente al rodear la parte trasera de un árbol, me encontré con Hariel. Dudé por un momento en hacerle saber que me encontraba a su lado, pero el solo echo de verla así... me dolía, si... Hariel además de ser mi prima, era mi mejor amiga, como mi hermana... la hermana menor que siempre me hubiese gustado tener. Esbozé una débil y apenas visible sonrisa en mi rostro, en el momento que me sacaba la chaqueta para arrodillándome hasta quedar a su altura colocársela a Hariel en los hombros. – Hey... – le llamé suavemente, pasándo amistosamente un brazo alrededor de sus hombros. – por favor no llores, ¿si? – le pedí frotándo suavemente de arriba a bajo sus hombros, con gesto reconfortante.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Caden Black & Hariel Weasley // Gran Comedor ]
El verano había llegado a su fin con una velocidad tan sorprendente, que, apesar de que habían transcurrido tres días desde que habíamos arirvado a Hogwarts y las clases habían iniciado con total y completa normalidad como de costumbre, mis pensamientos aún se hacían en los extensos prados de Ottery St. Catchpole, aunque eso si... nada me complacía y me hacía más felíz que volver a Hogwarts e inundarme del cálido ambiente que te embargaba de pies a cabeza. Por otro lado, hacía menos de dos horas que los extranjeros habían arrivado a Hogwarts, debido a que en el habitual discurso de bienvenida del Tío Ted, comentó que este año el Colegio había sido elegido sede para el Torneo de Quidditch que se llevaba a cabo cada tres años. En el peor de los casos, restándole importancia al hecho de haber sido suspendido de por vida en la clase de Astronomía, algo que a decir verdad me inflaba el pecho de orgullo, mi autocastigo fue el de abandonar este año al equipo de Gryffindor, como una manera de redimirme ante mis padres y ante mis padrinos. Tenía que admitir que me entristecía no poder participar en el Torneo de este año, pero... confiaba ciegamente que este año Hogwarts se hiciera con la Copa. En fin, volviéndo a lo relevante (?), de un momento a otro alzé las cejas de manera divertida y suspicaz, haciéndole una seña a Caden quién se encontraba a mi lado para que observara a las despampanantes francesas que se encontraban sentadas en la mesa de Ravenclaw. La primera una rubia de ojos azules, mientras que la otra una castaña de ojos verdes que no hacían más que mirarnos completa y totalmente embelasadas. Les dediqué una sonrisa llena de gallardía, para posteriormente volverme discretamente tres lugares hacia atrás, para observar a Jill quién en ese momento se encontraba charlando animadamente con Desiré Borton. Me dediqué a observarla unos momentos, con mi habitual sonrisa en el rostro, para después darle un largo trago a mi jugo de calabaza. Estiré ambos brazos en señal de relajación, intentándo desesperezarme, dado que era común que tras el saciante y exquisito banquete me entrara un deje de somnolencia. Me pasé una mano desapercibidamente por el rostro, y por el cabello alborotándolo en diferentes direcciones.. dándole un aspecto como si en ese momento me acabara de bajar de la escoba. Momentos después, no pude evitar escuchar y entrometerme en la discusión que empezaban a entablar Hariel y Caden. Y, ahí van de nuevo... peleándo tal cuál un viejo matrimonio. Respiré lenta y profundamente observándolos en silencio por varios minutos, dedicándome única y exclusivamente a escucharlos, mientras me masajeaba suavemente la cien con la yema de los dedos. Había momentos en los cuáles me incomodaba y ante todo odiaba tener que estar enmedio de las constantes discuciones de mis mejores amigos. Lo peor de todo es que la discusión con cada segundo avanzaba más y más hasta el punto que seguramente tendría que intervenir tratándo de evitar por todos los medios que aquí ocurriera una masacre. Miré a Caden, sin necesidad de expresarle mis pensamientos con palabras, una mirada que dejaba lo bastante claro que no deseaba que le soltara a Hariel semejante sarta referente a que su comportamiento era tal cuál cría berreando y haciéndo prácticamente una tormenta en un vaso de agua, empezando por que Hariel era mi prima... y Caden era mi mejor amigo, prácticamente mi hermano. De un momento a otro Hariel se levantó lo bastante indignada dispuesta a salir del Comedor, la miré por una milésima de segundos haciéndo el amago de levantarme e ir en su búsqueda para hablar con ella, pero Caden se levantó dispuesto a seguirla; alzé por varios segundos la mirada observándolos a lo lejos, deseando que Caden mantuviera la calma... pero con lo último que Hariel le soltó, me atrevía a afirmar que esta vez aquello había sido la gota que derramó el vaso. Me pasé ambas manos por el rostro, intentándo pensar con claridad... sabía perfectamente que lo único que acarrearía como consecuencia esta discusión, era que Hariel resultara terriblemente lastimada, y afectada ante las crudas palabras que Caden. Segundos después pude darme cuenta que, en efecto, Hariel se había marchado y Caden volvía con el semblante desencajado, con un humor de mil demonios que ni el mismo se aguantaba. Sin poder evitarlo clavé mi mirada en Caden, le miré de una manera dura y recriminatoria... dándole a entender que esta vez se había excedido en soltarle todo aquello a Hariel. – veo que no hay necesidad de que te repita lo que bien sabes estoy pensando, referente a tu manera de comportarte.. – lo observé detenidamente y de una manera seria sosteniéndo y sin apartar mi miarada de la de él. Respiré honda y pesadamente, intentándo ordenar mis ideas. – intenta dejar de lado por un momento tu maldito orgullo y piensa: ¿consideras Hariel esa clase de mujer fácil que dispuesta a entregarsele al primer imbécil que se le ponga en frente? – le solté como si aquello se tratase de una simple y sencilla pregunta retórica. – por favor.. – resoplé por lo bajo mirándole lo más tranquilo posible, para hacerlo entrar en razón y que por un momento dejara de lado su ego y su orgullo y que pensara las cosas con claridad. – ¡Por Dios, hermano! piénsalo.. ¡reacciona! – Era más que evidente que Hariel JAMÁS, nisiquiera en su sano juicio se rebajaría a tal grado como si fuera una cualquiera. Debo admitir que a mi tampoco me hizo ABSOLUTA gracia aquella mirada.. especialmente por que el imbécil de Krum tampoco era santo de mi devoción, pero.. ¡Por Merlín! estamos hablando de Hariel. ¡Nuestra Hariel! a la cuál conocemos desde que eramos prácticamente una máquina de popó y pañales. – lo único que lograron ganar de esta discusión fue herirse con mutuamente, por que ambos llegaron al punto de agredirse sin pensar, Cad.. – expresé mirándole en bastante desacuerdo y con pesadéz, colocándo una mano sobre su hombro. En este caso temía que Hariel fuera la que resultara más lastimada, aunque.. eso había sido más que evidente, su mirada decía más que mil palabras. – seguramente en este momento harás caso omiso a mis palabras dado a que tu orgullo y tu ira te impiden pensar con claridad, y, creeme en ese aspecto te comprendo – Me atrevía a decir que en este momento Caden tomaría lo bastante enserio las palabras de Hariel e iría a tirarse a la primera piernuda y caderona que se le pusiera enfrente. – confío ciegamente en que cuando se te pase el coraje, pienses las cosas con claridad y se terminen por aclarar las cosas.. – le miré tranquilamente, levantándome de la mesa. Tarde o temprano, Caden tendría que hablar con Hariel para intentar por lo menos arreglar las cosas. – piénsalo, hermano... – añadí tranquilamente mirándole por última vez, dándole una audible palmada en la espalda, para posteriormente comenzar a andar hacia la salida del Comedor, pero antes de eso me detuve a la mitad de la mesa donde se encontraba sentada Jill con Dess. Sonreí débilmente y con un deje de picardía le piqué suavemente el hombro a Jill intentándo llamar su atención para que volteara del lado contrario al cuál me encontraba, para así tomarla desprevenidamente y plantarle un cálido y sonoro beso en la mejilla. Reí suavemente, echándome a andar tranquilamente, sin detenerme y esperarme para ver su reacción, salí del Gran Comedor hacia el vestíbulo. Eché un vistazo a mi alrededor, intentándo divisar la Hariel.. pero no había rastro de ella por ningún lado. Respiré hondamente, pasándome una mano por la cabeza mientra me recargaba en la pared. Seguramente Hariel se habría ido a la Sala Común, y de ser así... seguramente se habría encerrado en el dormitorio de chicas y por más que me esforzara en hablarle, estaba seguro que no me abriría la puerta. Piensa, Potter, piensa.. me decía una y otra vez dentro de mis pensamientos retomándo mis pasos hasta encaminarme a los Terrenos del Colegio. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta... dedicándome a observar por unos breves instantes el cielo nocturno. Me encontraba caminando distraídamente cerca del lago, hasta que un suave y ligero llanto llamó mi atención. Comenzé a andar torpemente, hasta que finalmente al rodear la parte trasera de un árbol, me encontré con Hariel. Dudé por un momento en hacerle saber que me encontraba a su lado, pero el solo echo de verla así... me dolía, si... Hariel además de ser mi prima, era mi mejor amiga, como mi hermana... la hermana menor que siempre me hubiese gustado tener. Esbozé una débil y apenas visible sonrisa en mi rostro, en el momento que me sacaba la chaqueta para arrodillándome hasta quedar a su altura colocársela a Hariel en los hombros. – Hey... – le llamé suavemente, pasándo amistosamente un brazo alrededor de sus hombros. – por favor no llores, ¿si? – le pedí frotándo suavemente de arriba a bajo sus hombros, con gesto reconfortante.
Última edición por ιzzy нale el Vie Oct 15, 2010 2:11 am, editado 1 vez
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Vie Oct 15, 2010 2:27 am
  _ |
Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Caden Black & Hariel Weasley // Gran Comedor ]
El verano había llegado a su fin con una velocidad tan sorprendente, que, apesar de que habían transcurrido tres días desde que habíamos arirvado a Hogwarts y las clases habían iniciado con total y completa normalidad como de costumbre, mis pensamientos aún se hacían en los extensos prados de Ottery St. Catchpole, aunque eso si... nada me complacía y me hacía más felíz que volver a Hogwarts e inundarme del cálido ambiente que te embargaba de pies a cabeza. Por otro lado, hacía menos de dos horas que los extranjeros habían arrivado a Hogwarts, debido a que en el habitual discurso de bienvenida del Tío Ted, comentó que este año el Colegio había sido elegido sede para el Torneo de Quidditch que se llevaba a cabo cada tres años. En el peor de los casos, restándole importancia al hecho de haber sido suspendido de por vida en la clase de Astronomía, algo que a decir verdad me inflaba el pecho de orgullo, mi autocastigo fue el de abandonar este año al equipo de Gryffindor, como una manera de redimirme ante mis padres y ante mis padrinos. Tenía que admitir que me entristecía no poder participar en el Torneo de este año, pero... confiaba ciegamente que este año Hogwarts se hiciera con la Copa. En fin, volviéndo a lo relevante (?), de un momento a otro alzé las cejas de manera divertida y suspicaz, haciéndole una seña a Caden quién se encontraba a mi lado para que observara a las despampanantes francesas que se encontraban sentadas en la mesa de Ravenclaw. La primera una rubia de ojos azules, mientras que la otra una castaña de ojos verdes que no hacían más que mirarnos completa y totalmente embelasadas. Les dediqué una sonrisa llena de gallardía, para posteriormente volverme discretamente tres lugares hacia atrás, para observar a Jill quién en ese momento se encontraba charlando animadamente con Desiré Borton. Me dediqué a observarla unos momentos, con mi habitual sonrisa en el rostro, para después darle un largo trago a mi jugo de calabaza. Estiré ambos brazos en señal de relajación, intentándo desesperezarme, dado que era común que tras el saciante y exquisito banquete me entrara un deje de somnolencia. Me pasé una mano desapercibidamente por el rostro, y por el cabello alborotándolo en diferentes direcciones.. dándole un aspecto como si en ese momento me acabara de bajar de la escoba. Momentos después, no pude evitar escuchar y entrometerme en la discusión que empezaban a entablar Hariel y Caden. Y, ahí van de nuevo... peleándo tal cuál un viejo matrimonio. Respiré lenta y profundamente observándolos en silencio por varios minutos, dedicándome única y exclusivamente a escucharlos, mientras me masajeaba suavemente la cien con la yema de los dedos. Había momentos en los cuáles me incomodaba y ante todo odiaba tener que estar enmedio de las constantes discuciones de mis mejores amigos. Lo peor de todo es que la discusión con cada segundo avanzaba más y más hasta el punto que seguramente tendría que intervenir tratándo de evitar por todos los medios que aquí ocurriera una masacre. Miré a Caden, sin necesidad de expresarle mis pensamientos con palabras, una mirada que dejaba lo bastante claro que no deseaba que le soltara a Hariel semejante sarta referente a que su comportamiento era tal cuál cría berreando y haciéndo prácticamente una tormenta en un vaso de agua, empezando por que Hariel era mi prima... y Caden era mi mejor amigo, prácticamente mi hermano. De un momento a otro Hariel se levantó lo bastante indignada dispuesta a salir del Comedor, la miré por una milésima de segundos haciéndo el amago de levantarme e ir en su búsqueda para hablar con ella, pero Caden se levantó dispuesto a seguirla; alzé por varios segundos la mirada observándolos a lo lejos, deseando que Caden mantuviera la calma... pero con lo último que Hariel le soltó, me atrevía a afirmar que esta vez aquello había sido la gota que derramó el vaso. Me pasé ambas manos por el rostro, intentándo pensar con claridad... sabía perfectamente que lo único que acarrearía como consecuencia esta discusión, era que Hariel resultara terriblemente lastimada, y afectada ante las crudas palabras que Caden. Segundos después pude darme cuenta que, en efecto, Hariel se había marchado y Caden volvía con el semblante desencajado, con un humor de mil demonios que ni el mismo se aguantaba. Sin poder evitarlo clavé mi mirada en Caden, mirándole de una manera seria y a la vez un poco dura... dándole a entender que esta vez se había excedido en soltarle todo aquello a Hariel. – Cad, ¿no crees que podías haber sido un poco menos duro, con Hariel? – lo observé detenidamente con seriedad, sosteniéndo y sin apartar mi mirada de la de suya. Respiré honda y pesadamente, intentándo ordenar mis ideas. – intenta dejar de lado por un momento tu orgullo que no hace más que cegarte y piensa: ¿consideras Hariel esa clase de chica fácil que dispuesta a entregarsele al primer imbécil que se le ponga en frente? – le solté como si aquello se tratase de una simple y sencilla pregunta retórica. – por favor.. – resoplé por lo bajo mirándole como si aquello fuera lo más estúpidamente posible, deseando hacerlo entrar en razón y que por un momento dejara de lado su ego y su orgullo y que pensara las cosas con claridad. – ¡Por Dios, hermano! ¡reacciona! – solté bastante exasperado al notar que seguía evitándo por todos los medios encararme. Era más que evidente que Hariel JAMÁS, ni siquiera en su sano juicio se rebajaría a tal grado como si fuera una cualquiera, para entregárle su corazón a un estúpido prepotente como Kalin Krum. Debo admitir que a mi tampoco me hizo ABSOLUTA gracia aquella mirada.. especialmente por que el imbécil de Krum tampoco era santo de mi devoción, pero.. ¡Por Merlín! estamos hablando de Hariel. ¡Nuestra Hariel! ¡Mi prima! ¡Por Merlín! – lo único que lograron ganar de esta discusión fue herirse mutuamente, por que ambos llegaron al punto de agredirse sin pensar, Cad.. – expresé mirándole en bastante desacuerdo y con pesadéz, colocándo una mano sobre su hombro. En este caso temía que ambos hubieran resultado heridos, especialmente Hariel... aunque.. eso había sido más que evidente, la milésima de segundo en la que sus ojos se encontraron con los míos pude darme cuenta de lo dolida que estaba. – seguramente en este momento harás caso omiso a mis palabras dado a que tu orgullo y tu ira te impiden pensar con claridad, y, creeme en ese aspecto te comprendo – Me atrevía a decir que en este momento Caden tomaría lo bastante enserio las palabras de Hariel e iría a tirarse a la primera que se le pusiera enfrente. – confío ciegamente en que cuando se te pase el coraje, pienses las cosas con claridad y se terminen por aclarar las cosas.. – le miré tranquilamente, levantándome de la mesa. Tarde o temprano, Caden tendría que hablar con Hariel para intentar por lo menos arreglar las cosas. – piénsalo, hermano... – añadí tranquilamente mirándole por última vez, dándole una audible palmada en la espalda, para posteriormente comenzar a andar hacia la salida del Comedor, pero antes de eso me detuve a la mitad de la mesa donde se encontraba sentada Jill con Dess. Sonreí débilmente y con un deje de picardía le piqué suavemente el hombro a Jill intentándo llamar su atención para que volteara del lado contrario al cuál me encontraba, para así tomarla desprevenidamente y plantarle un cálido y sonoro beso en la mejilla. Reí suavemente, echándome a andar tranquilamente, sin detenerme y esperarme para ver su reacción, salí del Gran Comedor hacia el vestíbulo. Eché un vistazo a mi alrededor, intentándo divisar la Hariel.. pero no había rastro de ella por ningún lado. Respiré hondamente, pasándome una mano por la cabeza mientra me recargaba en la pared. Seguramente Hariel se haía ido a la Sala Común, y de ser así... seguramente se habría encerrado en el dormitorio de chicas y por más que me esforzara en hablarle, estaba seguro que no me abriría la puerta. Piensa, Potter, piensa.. me decía una y otra vez dentro de mis pensamientos retomándo mis pasos hasta encaminarme a los Terrenos del Colegio, dejándome llevar por la corazonada que sentía dentro de mí al afirmar con seguridad que probablemente Hariel se había ido a la Sala Común. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta... dedicándome a observar por unos breves instantes el cielo nocturno. Me encontraba caminando distraídamente cerca del lago, hasta que un suave y ligero llanto llamó mi atención. Comenzé a andar torpemente, hasta que finalmente al rodear la parte trasera de un árbol, me encontré con Hariel. Dudé por un momento en hacerle saber que me encontraba a su lado, pero el solo echo de verla así... me dolía, si... Hariel además de ser mi prima, era mi mejor amiga, como mi hermana... la hermana menor que siempre me hubiese gustado tener. Esbozé una débil y apenas visible sonrisa en mi rostro, en el momento que me sacaba la chaqueta para arrodillándome hasta quedar a su altura colocársela a Hariel en los hombros. – Hey... – le llamé suavemente, pasándo amistosamente un brazo alrededor de sus hombros. – por favor no llores, ¿si? – le pedí frotándo suavemente de arriba a bajo sus hombros, con gesto reconfortante.
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor || 7º año ;; Premio Anual
[ Con Caden Black & Hariel Weasley // Gran Comedor ]
El verano había llegado a su fin con una velocidad tan sorprendente, que, apesar de que habían transcurrido tres días desde que habíamos arirvado a Hogwarts y las clases habían iniciado con total y completa normalidad como de costumbre, mis pensamientos aún se hacían en los extensos prados de Ottery St. Catchpole, aunque eso si... nada me complacía y me hacía más felíz que volver a Hogwarts e inundarme del cálido ambiente que te embargaba de pies a cabeza. Por otro lado, hacía menos de dos horas que los extranjeros habían arrivado a Hogwarts, debido a que en el habitual discurso de bienvenida del Tío Ted, comentó que este año el Colegio había sido elegido sede para el Torneo de Quidditch que se llevaba a cabo cada tres años. En el peor de los casos, restándole importancia al hecho de haber sido suspendido de por vida en la clase de Astronomía, algo que a decir verdad me inflaba el pecho de orgullo, mi autocastigo fue el de abandonar este año al equipo de Gryffindor, como una manera de redimirme ante mis padres y ante mis padrinos. Tenía que admitir que me entristecía no poder participar en el Torneo de este año, pero... confiaba ciegamente que este año Hogwarts se hiciera con la Copa. En fin, volviéndo a lo relevante (?), de un momento a otro alzé las cejas de manera divertida y suspicaz, haciéndole una seña a Caden quién se encontraba a mi lado para que observara a las despampanantes francesas que se encontraban sentadas en la mesa de Ravenclaw. La primera una rubia de ojos azules, mientras que la otra una castaña de ojos verdes que no hacían más que mirarnos completa y totalmente embelasadas. Les dediqué una sonrisa llena de gallardía, para posteriormente volverme discretamente tres lugares hacia atrás, para observar a Jill quién en ese momento se encontraba charlando animadamente con Desiré Borton. Me dediqué a observarla unos momentos, con mi habitual sonrisa en el rostro, para después darle un largo trago a mi jugo de calabaza. Estiré ambos brazos en señal de relajación, intentándo desesperezarme, dado que era común que tras el saciante y exquisito banquete me entrara un deje de somnolencia. Me pasé una mano desapercibidamente por el rostro, y por el cabello alborotándolo en diferentes direcciones.. dándole un aspecto como si en ese momento me acabara de bajar de la escoba. Momentos después, no pude evitar escuchar y entrometerme en la discusión que empezaban a entablar Hariel y Caden. Y, ahí van de nuevo... peleándo tal cuál un viejo matrimonio. Respiré lenta y profundamente observándolos en silencio por varios minutos, dedicándome única y exclusivamente a escucharlos, mientras me masajeaba suavemente la cien con la yema de los dedos. Había momentos en los cuáles me incomodaba y ante todo odiaba tener que estar enmedio de las constantes discuciones de mis mejores amigos. Lo peor de todo es que la discusión con cada segundo avanzaba más y más hasta el punto que seguramente tendría que intervenir tratándo de evitar por todos los medios que aquí ocurriera una masacre. Miré a Caden, sin necesidad de expresarle mis pensamientos con palabras, una mirada que dejaba lo bastante claro que no deseaba que le soltara a Hariel semejante sarta referente a que su comportamiento era tal cuál cría berreando y haciéndo prácticamente una tormenta en un vaso de agua, empezando por que Hariel era mi prima... y Caden era mi mejor amigo, prácticamente mi hermano. De un momento a otro Hariel se levantó lo bastante indignada dispuesta a salir del Comedor, la miré por una milésima de segundos haciéndo el amago de levantarme e ir en su búsqueda para hablar con ella, pero Caden se levantó dispuesto a seguirla; alzé por varios segundos la mirada observándolos a lo lejos, deseando que Caden mantuviera la calma... pero con lo último que Hariel le soltó, me atrevía a afirmar que esta vez aquello había sido la gota que derramó el vaso. Me pasé ambas manos por el rostro, intentándo pensar con claridad... sabía perfectamente que lo único que acarrearía como consecuencia esta discusión, era que Hariel resultara terriblemente lastimada, y afectada ante las crudas palabras que Caden. Segundos después pude darme cuenta que, en efecto, Hariel se había marchado y Caden volvía con el semblante desencajado, con un humor de mil demonios que ni el mismo se aguantaba. Sin poder evitarlo clavé mi mirada en Caden, mirándole de una manera seria y a la vez un poco dura... dándole a entender que esta vez se había excedido en soltarle todo aquello a Hariel. – Cad, ¿no crees que podías haber sido un poco menos duro, con Hariel? – lo observé detenidamente con seriedad, sosteniéndo y sin apartar mi mirada de la de suya. Respiré honda y pesadamente, intentándo ordenar mis ideas. – intenta dejar de lado por un momento tu orgullo que no hace más que cegarte y piensa: ¿consideras Hariel esa clase de chica fácil que dispuesta a entregarsele al primer imbécil que se le ponga en frente? – le solté como si aquello se tratase de una simple y sencilla pregunta retórica. – por favor.. – resoplé por lo bajo mirándole como si aquello fuera lo más estúpidamente posible, deseando hacerlo entrar en razón y que por un momento dejara de lado su ego y su orgullo y que pensara las cosas con claridad. – ¡Por Dios, hermano! ¡reacciona! – solté bastante exasperado al notar que seguía evitándo por todos los medios encararme. Era más que evidente que Hariel JAMÁS, ni siquiera en su sano juicio se rebajaría a tal grado como si fuera una cualquiera, para entregárle su corazón a un estúpido prepotente como Kalin Krum. Debo admitir que a mi tampoco me hizo ABSOLUTA gracia aquella mirada.. especialmente por que el imbécil de Krum tampoco era santo de mi devoción, pero.. ¡Por Merlín! estamos hablando de Hariel. ¡Nuestra Hariel! ¡Mi prima! ¡Por Merlín! – lo único que lograron ganar de esta discusión fue herirse mutuamente, por que ambos llegaron al punto de agredirse sin pensar, Cad.. – expresé mirándole en bastante desacuerdo y con pesadéz, colocándo una mano sobre su hombro. En este caso temía que ambos hubieran resultado heridos, especialmente Hariel... aunque.. eso había sido más que evidente, la milésima de segundo en la que sus ojos se encontraron con los míos pude darme cuenta de lo dolida que estaba. – seguramente en este momento harás caso omiso a mis palabras dado a que tu orgullo y tu ira te impiden pensar con claridad, y, creeme en ese aspecto te comprendo – Me atrevía a decir que en este momento Caden tomaría lo bastante enserio las palabras de Hariel e iría a tirarse a la primera que se le pusiera enfrente. – confío ciegamente en que cuando se te pase el coraje, pienses las cosas con claridad y se terminen por aclarar las cosas.. – le miré tranquilamente, levantándome de la mesa. Tarde o temprano, Caden tendría que hablar con Hariel para intentar por lo menos arreglar las cosas. – piénsalo, hermano... – añadí tranquilamente mirándole por última vez, dándole una audible palmada en la espalda, para posteriormente comenzar a andar hacia la salida del Comedor, pero antes de eso me detuve a la mitad de la mesa donde se encontraba sentada Jill con Dess. Sonreí débilmente y con un deje de picardía le piqué suavemente el hombro a Jill intentándo llamar su atención para que volteara del lado contrario al cuál me encontraba, para así tomarla desprevenidamente y plantarle un cálido y sonoro beso en la mejilla. Reí suavemente, echándome a andar tranquilamente, sin detenerme y esperarme para ver su reacción, salí del Gran Comedor hacia el vestíbulo. Eché un vistazo a mi alrededor, intentándo divisar la Hariel.. pero no había rastro de ella por ningún lado. Respiré hondamente, pasándome una mano por la cabeza mientra me recargaba en la pared. Seguramente Hariel se haía ido a la Sala Común, y de ser así... seguramente se habría encerrado en el dormitorio de chicas y por más que me esforzara en hablarle, estaba seguro que no me abriría la puerta. Piensa, Potter, piensa.. me decía una y otra vez dentro de mis pensamientos retomándo mis pasos hasta encaminarme a los Terrenos del Colegio, dejándome llevar por la corazonada que sentía dentro de mí al afirmar con seguridad que probablemente Hariel se había ido a la Sala Común. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta... dedicándome a observar por unos breves instantes el cielo nocturno. Me encontraba caminando distraídamente cerca del lago, hasta que un suave y ligero llanto llamó mi atención. Comenzé a andar torpemente, hasta que finalmente al rodear la parte trasera de un árbol, me encontré con Hariel. Dudé por un momento en hacerle saber que me encontraba a su lado, pero el solo echo de verla así... me dolía, si... Hariel además de ser mi prima, era mi mejor amiga, como mi hermana... la hermana menor que siempre me hubiese gustado tener. Esbozé una débil y apenas visible sonrisa en mi rostro, en el momento que me sacaba la chaqueta para arrodillándome hasta quedar a su altura colocársela a Hariel en los hombros. – Hey... – le llamé suavemente, pasándo amistosamente un brazo alrededor de sus hombros. – por favor no llores, ¿si? – le pedí frotándo suavemente de arriba a bajo sus hombros, con gesto reconfortante.
Última edición por ιzzy нale el Sáb Oct 16, 2010 1:52 am, editado 1 vez
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Sáb Oct 16, 2010 1:47 am
| _ |
Nymphadora Lupin
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff || 6º año
[ Con Chuck Pearson // Pasillos ]
Ok, debo admitir que en este momento no sabía si echarme a reír hasta quedarme prácticamente sin aire, o dos, propinarle un tremendo zape a Chuck por la cabeza de chorlito que se cargaba. Respiré hondamente, riendo de la manera más cariñosa a la vez que negaba suavemente de un lado a otro. – Ay Chuck... – le dije mirándole bastante divertida, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi sudadera. – entonces si esa francesa te hubiera dicho: "¡mettez son veto à la merde!", lo hubieses tomado como un "gracias pero en este momento no deseo ir al baño" –
dije lo más tranquila y divertida como si esa respuesta la hubiese lanzado y echo al azar. – curioso, curiosisimo.. – medité cruzándome de brazos de manera pensativa. Le escuché decir que no supo si responderle "Thank you" o "Arigato" provocándo que volviera a reír. – de pura casualidad, ¿conoces el significado de la palabra sutileza? – me aventuré a preguntarle con una sonrisa divertida, aunque... por su mirada me atrevía a firmar cuál sería su respuesta. Negué con una sonrisa, al escucharle decir que las francesitas eran tan amables... que nisiquiera se imaginó lo bien que hablaba francés. – totalmente... tanto como que me extraño que no les dijeras algo como: "Le pupú le matole guagua" – comenté bastante entretenida y divertida con la situación, juro que si en ese momento hubiera tenido la fortuna de ver a Chuck con la francesa, me hubiera echo literalmente del baño ahí mismo. Me dijo que acá entre nos, seguramente le había gustado a la chica. Lo miré por un momento sin saber que decirle, ya que simplemente lo miré sintiéndo como una parte de mí, comenzaba a experimentar una clase de nivel enojo hasta el momento desconocido para mí. Fruncí los labios, en una mueca. Notándo como inconsientemente la mitad de mi cabello se había tornado en un rojo fuego, cosa que me asustó, pues nunca antes me había pasado... no inconsientemente. Y la única vez que recuerdo que me hubiese sucedido fue cuando... "No" me dije tajantemento dentro de mis pensamientos, negándome a recordar el episodio más triste de mi vida. – claro, claro – carráspee un poco, llevándome una mano a mi cabello intentándo hacer que la mitad volviera a su habitual color castaño con mechones rosados. – deberías pedirle una cita ¿no?, para la próxima vez que vayamos a Hogsmeade podrías llevarla incluso al salón de té de Madame Tudipié – inquirí evitándo por todos los medios mirarle, y controlando mi nervioso tono de voz, pues mi cabello seguía sin querer volver a su habitual color. ¡Demonios! me dije dentro de mis pensamientos. – por cierto, ¿donde dejaste a Zuki? – pregunté bastante extrañada, y comenzando a desesperarme por que no lograba hacer cambiar mi cabello. Por una parte estaba deseosa de cambiar el tema y que de cierto modo Chuck no tomara enserio mis palabras acerca de invitar a la francesa esa, y a la vez pues... me extrañaba bastante no verlo con Zuki
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff || 6º año
[ Con Chuck Pearson // Pasillos ]
Ok, debo admitir que en este momento no sabía si echarme a reír hasta quedarme prácticamente sin aire, o dos, propinarle un tremendo zape a Chuck por la cabeza de chorlito que se cargaba. Respiré hondamente, riendo de la manera más cariñosa a la vez que negaba suavemente de un lado a otro. – Ay Chuck... – le dije mirándole bastante divertida, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi sudadera. – entonces si esa francesa te hubiera dicho: "¡mettez son veto à la merde!", lo hubieses tomado como un "gracias pero en este momento no deseo ir al baño" –
dije lo más tranquila y divertida como si esa respuesta la hubiese lanzado y echo al azar. – curioso, curiosisimo.. – medité cruzándome de brazos de manera pensativa. Le escuché decir que no supo si responderle "Thank you" o "Arigato" provocándo que volviera a reír. – de pura casualidad, ¿conoces el significado de la palabra sutileza? – me aventuré a preguntarle con una sonrisa divertida, aunque... por su mirada me atrevía a firmar cuál sería su respuesta. Negué con una sonrisa, al escucharle decir que las francesitas eran tan amables... que nisiquiera se imaginó lo bien que hablaba francés. – totalmente... tanto como que me extraño que no les dijeras algo como: "Le pupú le matole guagua" – comenté bastante entretenida y divertida con la situación, juro que si en ese momento hubiera tenido la fortuna de ver a Chuck con la francesa, me hubiera echo literalmente del baño ahí mismo. Me dijo que acá entre nos, seguramente le había gustado a la chica. Lo miré por un momento sin saber que decirle, ya que simplemente lo miré sintiéndo como una parte de mí, comenzaba a experimentar una clase de nivel enojo hasta el momento desconocido para mí. Fruncí los labios, en una mueca. Notándo como inconsientemente la mitad de mi cabello se había tornado en un rojo fuego, cosa que me asustó, pues nunca antes me había pasado... no inconsientemente. Y la única vez que recuerdo que me hubiese sucedido fue cuando... "No" me dije tajantemento dentro de mis pensamientos, negándome a recordar el episodio más triste de mi vida. – claro, claro – carráspee un poco, llevándome una mano a mi cabello intentándo hacer que la mitad volviera a su habitual color castaño con mechones rosados. – deberías pedirle una cita ¿no?, para la próxima vez que vayamos a Hogsmeade podrías llevarla incluso al salón de té de Madame Tudipié – inquirí evitándo por todos los medios mirarle, y controlando mi nervioso tono de voz, pues mi cabello seguía sin querer volver a su habitual color. ¡Demonios! me dije dentro de mis pensamientos. – por cierto, ¿donde dejaste a Zuki? – pregunté bastante extrañada, y comenzando a desesperarme por que no lograba hacer cambiar mi cabello. Por una parte estaba deseosa de cambiar el tema y que de cierto modo Chuck no tomara enserio mis palabras acerca de invitar a la francesa esa, y a la vez pues... me extrañaba bastante no verlo con Zuki
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Mar Oct 19, 2010 2:01 am
<BLOCKQUOTE>LAYLA AHMED
Indrina Layla Ahmed
[ Hufflepuff ; Sexto ; Mitad-veela ]
con Edward Dashwood en Gran Comedor
</BLOCKQUOTE>
Pace una mano por mi cabellera, mientras me encaminaba rápidamente hacia el gran comedor. Había tardado un poco en llegar, ya que tenía que avisarle a mi padre que había llegado temprano, ya que últimamente como se veían las cosas, se preocupaba de más por mí. Sonreí levemente al recordar como el me aseguraba que podría quedarme en casa, y el mismo me enseñaría como defenderme de otros magos, ya que según el eso es todo lo que necesito saber. Gracias a Merlín que mama entro justo a tiempo para recordarle que también tenía que aprender otras cosas, como Runas Antiguas y Aritmancia. Suspire levemente, mientras esquivaba con agilidad montones de grupitos de chicas francesas, chicos francés, búlgaros, y claro, el grupito de Hogwarts que les mostraba el castillo, o bien, en algunos casos daba a parecer que estaban más interesados en los dormitorios. Rodee los ojos al pasar a un lado de unos chicos que en realidad deberían de ir a un cuarto, esto era asqueroso y tan poco decente. Por fin, pude llegar al Gran Comedor, sin embargo en cuento abrí la puerta, me tropecé, sin querer, con una persona que estaba a punto de salir.- Merlín! Lo siento tanto....-dije asustada, cuando al alzar la vista, note que era el Bibliotecario, e inmediatamente sonreí apenada.- Lo siento...Sr. Dashwood?.- dijo no muy segura, en realidad raramente me había tenido que referir a él, incluso en una ocasión recuerdo que me pidió que le llamara Edward, dado a que me pasaba tanto tiempo en la biblioteca, pero con alumnos nuevos aquí...no me parecía lo correcto.- Yo…yo estaba escribiendo una carta a mi papa...y, pues, llegue un poco tarde al festín.- porque le estaba dando explosiones, no tengo idea, pero sentía que lo necesitaba hacer. Sonreí de nuevo, sintiéndome una tonta al no saber cómo comportarme...de hecho desde que el llego al colegio, siempre me había llamado la atención, era tan apuesto y culto...no, boberías de chiquilla tonta, me recordé.-si de algo le favorece mi opinión, no se perdió de mucho.- sonrei levemente, mientras miraba por detras de el por un momento, observando la escena en la que estaba el Gran Salon, y me encogi de hombros.-Bueno, siempre es bueno hacer amigos....- dije sin darle mucha importancia, en realidad me daba mucha curiosidad conocer a los nuevos estudiantes, pero más que nada por entablar amistades con ellos, además del hecho que supongo que se sentirán bastante perdidos en Hogwarts, al menos al principio, así que una mano amiga siempre hace falta.-antes de que me olvide, Señorita... le quedaría infinitamente agradecido, si la próxima vez que tenga oportunidad de volverle a escribir a su padre, les envía mi más cordial y afectuoso saludo a los Señores Ahmed.- voltee a verlo, y de inmediato me sentí bastante acalorada dado que me había sonrojado como hace mucho que no lo hacía, mientras le sonreía levemente, e inmediatamente bajaba la mirada, un tanto apenada. Una vez que me repuse, voltee a verlo de nuevo, aun con la sonrisa en mis labios, pero también un tanto de pena en mi mirada. Sabía lo que mis padres habían hablado con él, le habían dicho tantas cosas tan bonitas de mí que no podía hacer nada más que apenarme, en especial por que se lo dijeron a el precisamente... poco se imaginan lo que significaba el Sr. Dashwood para mi.-Yo..ehm..sí, yo les diré, muchas gracias.- dije con una leve sonrisa, aun algo nerviosa, mientras cruzaba mis manos por detrás de mi espalda, cosa que hacia cuando me sentía nerviosa o apenada.-Estoy segura que estarán encantados de saber de usted.- dije, con una sonrisa levemente de lado, mientras recordaba como mi padre repetía lo noble e inteligente que Edward parecía, y mama no paraba de mencionar lo apuesto que era. Como si necesitaba que alguien me recordara. Sin embargo, justo en ese momento, un monstruo que dormía en mi estómago rugía dado a que aún no había sido alimentado, e inmediatamente me cubrí mi estómago, para ponerme totalmente colorada de nuevo. Esto solo me pasaba a mi.-Ehm... esto sucede cuando uno dura mucho tiempo escribiendo, olvidándose completamente de las necesidades que el cuerpo humano necesita para poder sobrevivir.- dije riendo levemente, tratando de calmarme un poco haciéndome la graciosa, pero en realidad no estaba ayudando mucho.
Indrina Layla Ahmed
[ Hufflepuff ; Sexto ; Mitad-veela ]
con Edward Dashwood en Gran Comedor
</BLOCKQUOTE>
  __ |
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Mar Oct 19, 2010 2:09 am
Chuck Pearson
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
as (( Charles Bartholomew Pearson )) || Sexto año|| Gryffindor
• Está con Nymphadora Lupin // En: pasillos
__________________________________________________
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
as (( Charles Bartholomew Pearson )) || Sexto año|| Gryffindor
• Está con Nymphadora Lupin // En: pasillos
__________________________________________________
 __ |
Lo que más me estaba gustando de que estuvieran aquí era definitivamente la comida. Ahhh *-* Me sentía como un niño pasado de peso que sostenía una rosquilla después de muchos meses de dieta. Uhm...rosquillas *-* Accidentalmente golpeé a alguien mientras caminaba: una chica de Beauxbatons.
La miré por unos segundos, sin decir nada. Ella hizo lo mismo.
- Ehh...¿konichiwa? - alcé ambas cejas mientras trataba de dedicarle una sonrisa. - Eso no es francés... - dijo la chica con un acento muy peculiar, mientras se alejaba. - ¡Auf Wiedersehen! - comencé a agitar mi mano, en modo de despedida. - ¡Imbécile! - gritó ella por último. - Mira, pero qué amable, se despidió de mí... - sonreí satisfecho.
En ese momento, una gran sonrisa apareció en mi rostro al ver a Dora caminando unos metros adelante de mí. Me acerqué cautelosamente y antes, aclaré la garganta.
- ¡ROSQUILLAS! - le grité en el oído, para después soltar una sonora carcajada. - ¡Debiste de ver tu cara! - dije, aún riendo. Cuando conseguí guardar la calma, la miré. - ¿Cómo ha estado mi Nymphadora favorita? - pregunté, para después hacer una mueca. - Es decir...no es como que conozca muchas chicas llamadas Nymphadora...aunque imaginate que pueda haber la probabilidad de que haya algún chico llamado así... - me quedé pensando un poco, cuando de repente la miré intrigado. - ¿Tú sabes lo que significa 'Imbécile'? - pregunté. – ¡Por los calzones bombachos y agujerados de Merlín! ¿deberas quieres saber? – preguntó ella, pero la verdad es que me había perdido desde que mencionó la palabra 'calzones'. Sonreí divertido. – ¿deberas quieres saber? – alcé ambas cejas con una expresión ingenua, y después asentí efusivamente con la cabeza. – ¿puedo preguntar antes de decirte cuál es el motivo de tu curiosidad? – preguntó con lo que parecía, mucha curiosidad. - Bueeeeno, acabo de decirle 'Auf wiedersehen' a una de las chicas de Beauxbatons y eso ha sido lo que me respondió. - le expliqué. - No sabía si responderle 'Thank you' o 'arigato'. - esbocé una sonrisa. - Tan amables las francesitas aunque...¿quién diría que sé hablar francés? -sonreí ingenuamente y me crucé de brazos satisfecho. - ¿Sabes qué? Acá entre nosotros, yo digo que le gusté a esa chica. - le guiñé un ojo. De repente, noté como su cabello comenzó a cambiar de color. Me encantaba cuando eso le pasaba a a Nymphadora, se veía linda y divertida a la vez. Sonreí un poco. – claro, claro. Deberías pedirle una cita ¿no?, para la próxima vez que vayamos a Hogsmeade podrías llevarla incluso al salón de té de Madame Tudipié – eso sonaba como una buena idea, pero la verdad no me vería saliendo con una chica de Beauxbatons.Yo prefería salir con una chica de Hogwarts, y tenía una idea sobre quién sería la ideal. Sonreí tontamene. – por cierto, ¿donde dejaste a Zuki? – preguntó ella repentinamente. - Decidí no llevarla conmigo hoy, porque estoy seguro de que entre tantas personas, se perdería. - hice una mueca. - Así que le pedí a Emma que la cuidara, así que supongo que está en su Sala Común. - encogí los hombros. - Hablando de Emma, no tengo ni la menor idea de donde está, pero supongo que está entretenida con eso de que los de Durmstrang están en su mesa. - hice una mueca. - Por cierto, ¿qué es lo que piensas de ellos? Yo pienso que son tan grandes que darían hasta más sombra que un árbol. - me reí. Esperaba que ninguno de ellos me escuchara...
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Re: Félix Felicis, Chap #1 Posteos,,*
ιzzy нale Miér Oct 20, 2010 3:03 am
  |
Hariel Weasley
as: Hariel Rose Weasley Rufford
_____________________________
• 16 años ;; 6to Gryffindor - Prefecta.
con: Harry P. || en: Terrenos – Hogwarts.
La gente por los pasillos se arremolinaba según iba pasando a su lado… unos por los rápido que iba… otros por los empujones que daba… y otros simplemente porque siempre se metían conmigo. Pero me daban igual… todos me daban igual… y de las pocas personas que me importaban en este lugar, una de ellas había causado que las lágrimas ahora bajasen sin reparo por mis mejillas… ¡Maldito idiota! Grité justo en el instante en que salía a los terrenos y el aire de la noche me azotaba en la cara… el silencio me envolvió en ese instante, únicamente lo rompía mi agitada respiración… y mi ligero llanto. ¿Por qué me trataba así? De verdad no entendía nunca nada… no le entendía, era imposible tratar con él. ¿Acaso le gustaba verme así? Debería empezar a planteármelo. Sorbí la nariz justo en el instante en que llegaba a un árbol cerca de la linde con el bosque, y me apoyé contra él... dejándome caer lentamente hasta quedar sentada, y hundir mi rostro entre mis manos… mojándolas por completo por las lágrimas que Canden acaba de conseguir.
No sabía el tiempo que había permanecido allí sentada, solo sabía que comenzaba incluso a tener frío… las lágrimas parecían querer aminorar la marcha de salida de mis ojos, pero no lo conseguía… de pronto escuché a mi lado a alguien, y cuando quise voltear a ver quién era, noté algo sobre mis hombros… una chaqueta, en la que rápidamente reconocí el inconfundible aroma de Harry. Hey... Le miré ligeramente al mismo tiempo que me quitaba con fuerza las lágrimas de los ojos y las mejillas… sin decir nada, y agradeciéndole en silencio el calor que ahora me proporcionaba su chaqueta. Se sentó a mi lado y pasó su brazo alrededor de mis hombros, lo que hizo que inconscientemente me juntase un poco más y me apoyara ligeramente sobre él. No sabía como lo hacía, pero Harry siempre estaba ahí cuando le necesitaba. Siempre… absolutamente siempre. Sin necesidad de llamarle. Por favor no llores, ¿sí? Asentí ligeramente mientras sorbía la nariz de nuevo, y me terminaba de secar las lágrimas… nunca me había gustado hacer sentir mal a alguien viéndome llorar, y eso incluía a Harry. Lo siento… mascullé notándome la voz bastante quebrada. Traté del aclararme la garganta, pero supongo que el estado de nerviosismo me impedía hablar con normalidad. Siento que siempre tengas que estar entre Canden y yo… sé que no es justo para ti… comencé a decir en un murmullo alzando levemente la mirada para verle, y apretando con fuerza los labios para que no me temblasen de nuevo y me entrasen ganas de llorar otra vez. Me aferré más a la chaqueta de Harry, e inconscientemente rodeé el brazo que él tenía contra mí entre los míos… como si estuviera abrazándolo. Pero… es que a veces… continué murmurando bajando ahora la mirada de nuevo al oscuro suelo dónde estábamos sentados …a veces simplemente se comporta como un auténtico imbécil… dije con rabia y con impotencia, repitiendo algo que muchas veces antes le había dicho a Harry. Esta conversación no era precisamente nueva para él… y yo sin embargo, no tenía consideración por ello. En fin… ya sabes lo que te voy a decir… dije en un hilo de voz encogiéndome ligeramente de hombros y apoyando mi mejilla contra su hombro. En este tipo de situaciones estar con Harry me infundía una tranquilidad que me resultaba incluso aplastante… creo que él era la única persona que conseguía apaciguar mis miedos en los momentos que Canden y yo acabábamos peleando.
as: Hariel Rose Weasley Rufford
_____________________________
• 16 años ;; 6to Gryffindor - Prefecta.
con: Harry P. || en: Terrenos – Hogwarts.
La gente por los pasillos se arremolinaba según iba pasando a su lado… unos por los rápido que iba… otros por los empujones que daba… y otros simplemente porque siempre se metían conmigo. Pero me daban igual… todos me daban igual… y de las pocas personas que me importaban en este lugar, una de ellas había causado que las lágrimas ahora bajasen sin reparo por mis mejillas… ¡Maldito idiota! Grité justo en el instante en que salía a los terrenos y el aire de la noche me azotaba en la cara… el silencio me envolvió en ese instante, únicamente lo rompía mi agitada respiración… y mi ligero llanto. ¿Por qué me trataba así? De verdad no entendía nunca nada… no le entendía, era imposible tratar con él. ¿Acaso le gustaba verme así? Debería empezar a planteármelo. Sorbí la nariz justo en el instante en que llegaba a un árbol cerca de la linde con el bosque, y me apoyé contra él... dejándome caer lentamente hasta quedar sentada, y hundir mi rostro entre mis manos… mojándolas por completo por las lágrimas que Canden acaba de conseguir.
No sabía el tiempo que había permanecido allí sentada, solo sabía que comenzaba incluso a tener frío… las lágrimas parecían querer aminorar la marcha de salida de mis ojos, pero no lo conseguía… de pronto escuché a mi lado a alguien, y cuando quise voltear a ver quién era, noté algo sobre mis hombros… una chaqueta, en la que rápidamente reconocí el inconfundible aroma de Harry. Hey... Le miré ligeramente al mismo tiempo que me quitaba con fuerza las lágrimas de los ojos y las mejillas… sin decir nada, y agradeciéndole en silencio el calor que ahora me proporcionaba su chaqueta. Se sentó a mi lado y pasó su brazo alrededor de mis hombros, lo que hizo que inconscientemente me juntase un poco más y me apoyara ligeramente sobre él. No sabía como lo hacía, pero Harry siempre estaba ahí cuando le necesitaba. Siempre… absolutamente siempre. Sin necesidad de llamarle. Por favor no llores, ¿sí? Asentí ligeramente mientras sorbía la nariz de nuevo, y me terminaba de secar las lágrimas… nunca me había gustado hacer sentir mal a alguien viéndome llorar, y eso incluía a Harry. Lo siento… mascullé notándome la voz bastante quebrada. Traté del aclararme la garganta, pero supongo que el estado de nerviosismo me impedía hablar con normalidad. Siento que siempre tengas que estar entre Canden y yo… sé que no es justo para ti… comencé a decir en un murmullo alzando levemente la mirada para verle, y apretando con fuerza los labios para que no me temblasen de nuevo y me entrasen ganas de llorar otra vez. Me aferré más a la chaqueta de Harry, e inconscientemente rodeé el brazo que él tenía contra mí entre los míos… como si estuviera abrazándolo. Pero… es que a veces… continué murmurando bajando ahora la mirada de nuevo al oscuro suelo dónde estábamos sentados …a veces simplemente se comporta como un auténtico imbécil… dije con rabia y con impotencia, repitiendo algo que muchas veces antes le había dicho a Harry. Esta conversación no era precisamente nueva para él… y yo sin embargo, no tenía consideración por ello. En fin… ya sabes lo que te voy a decir… dije en un hilo de voz encogiéndome ligeramente de hombros y apoyando mi mejilla contra su hombro. En este tipo de situaciones estar con Harry me infundía una tranquilidad que me resultaba incluso aplastante… creo que él era la única persona que conseguía apaciguar mis miedos en los momentos que Canden y yo acabábamos peleando.
ιzzy нale- Admin
- Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,* -
Temas similares» Félix Felicis posteos chap #3,,*
» Biografías Félix Felicis,,*
» Biografías Felix Felicis
» Posteos en The New,,* Chap 3
» Posteos The New Chap 4,,*
» Biografías Félix Felicis,,*
» Biografías Felix Felicis
» Posteos en The New,,* Chap 3
» Posteos The New Chap 4,,*
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.|
|
|