ιzzy pнelpѕ-нale
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

[ # ] Dorian Snape

Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Jue Feb 14, 2013 3:37 am

Marlene Black
Marlene Andromeda Black McKinnon
# 15 años ; Gryffindor - 5to ; # Cazadora ; # Sangre Mestiza
Esta Con: Dorian Snape ; Donde: Aula Vacia



"Marlene Andromeda, Promete que vas a comportarte" fueron las ultimas palabras que escuche decir a mi madre antes de abordar el expreso de Hogwarts. Aveces me pregunta que era lo que ganaba mi madre con repetirme la misma oración antes de empezar cada curso. "Tu madre no se da por vencida tan fácilmente pequeña" y vaya que Papa tenia razón, ella era la persona mas terca del universo pero de algún lado tuve que heredar aquel talento no? Pero agrega el espíritu de una McKinnon con el orgullo de un Black el resultado lo tendrás conmigo, por eso mismo me sorprendía que todo el mundo tomara como gran revelación que fuese la persona mas terca y testaruda que piso la tierra incluso me atrevía a decir que le ganaba por kilómetros al bobo de mi hermano.

El verano no estuvo mal, en realidad fue completamente genial pero que era de esperarse? Mis tiempos en casa eran tan magníficos como los tiempos en Hogwarts porque estaba rodeada de la misma gente de mis primos, mi familia pero mas que nada estaba con mis mejores amigas siempre había dicho que mi corazón estaba dividido en dos partes iguales y una le pertenecía a Lily y la otra a Dromeda. Tenia que admitir que me daba un poco de risa el ver a el Tío James, el Tío Remus y a mi viejo padre sonreír al vernos en el patio porque prácticamente es como si fuéramos ellos pero con una diferencia clave, éramos mujeres lo cual en mi opinión hacia de las cosas mucho mas divertidas. Había salido con un chico muggle todo el verano, el cual mantuve en secreto porque simple y sencillamente no me apetecía tener que aguantar un discurso, y tampoco quería que al pobre chico le terminaran dando una poción veritaserum. Ademas no es que fuese mi novio! Yo no estaba para esas cosas todavía, eso de tener el novio formal y llevarlo a casa? Eww por dios, que eran los siglos de mis padres?

Lo cierto que no tuve problema alguno si no hasta le día que decidí terminar con el y fue entonces que salió a relucir su verdadero yo y para ser sincera no era para nada atractivo, si claro siempre me topaba con esa clase de chicos, suponía que era el don de ser hermosa pero en fin tuve que pedirle a James que me ayudase a terminarlo como muchas veces yo le había ayudado a terminar a sus novias psicópatas que por cierto eran todas una bola de huecas sin remedio pero tenia que ahorrarme mis comentarios por lo menos frente a ellas. Agradecía tener a ese bobo de mejor amigo porque aun y fuese el mejor amigo de Regulus también me tenia lealtad a mi por lo que sabia que mi secretos estaba a salvo con el como el sabia que los suyos estaban a salvo conmigo. No es que tuviese muchos secretos pero aveces tenia cosas que no quería platicar con mi hermano y era cuando buscaba a James. La cena de "despedida" realmente fue una interesante? Por no decir catastrófica ya que la Tia Lily decidió invitar a los Snape y mientras no tenia algún problema con las mujeres Snape, los hombres eran otro tema completamente empezando por el imbécil de Dorian el que casi se muere de un infarto cuando se dio cuenta que no era Premio Anual, y claramente tuve que hacer un comentario justamente en el momento en el que entro por la puerta.

Era posible odiar tanto a alguien? Es que enserio simplemente ver esa carota de limón amargado que tiene me ocasiona problemas. Andromeda dice que estoy exagerando y que debería darle la oportunidad pero mi respuesta siempre era la misma "Prefiero tirarme frente al sauce boxeador" y la respuesta de mi rubia era el de negar con la cabeza pero que mas das Dorian era un caso perdido eso lo tuve claro desde que era pequeña y mi padre me ayudo a jugarle una inocente broma porque yo le había dicho que quería hacerlo reír pero que esperaba de el? No debía esperar nada de el, porque el claramente me juzgaba sin conocerme y ahora era mi culpa que el no fuese premio anual? Ni que mi mundo girara entorno a su patetica existencia. Pero en fin aquella cena termino en gritos, y insultos solamente porque papa y yo pegamos el trasero de Quejicus y su hijo en una silla para después hacer que el trozo de pastel de calabaza explotara justamente en sus narices. "Viejo decrépito, Niña insolente, Sirius Black! , James! No te rías, Marlene Andromeda a tu habitación!" fueron algunas de las palabras que se escucharon esa noche aparte de mis carcajadas claro.

Realmente fue inolvidable, y sabia que a mama le causo gracia por mas que no lo dijese en el momento sabia que mis bromas la hacían reír, tanto a ella como a Beebs. El comienzo de clases siempre era algo divertido simplemente porque dentro de mi cabeza ya había varias ideas de como es que podía meterme en problemas aunque mi primer castigo fue por llegar tarde a la clase de transfiguración lo cual en mi defensa mi despertador no había sonado, bueno esta bien no tenia despertador pero eso que? En fin me había tocado escribir lineas "No debo llegar tarde" como si eso hiciese una diferencia. Suspire un poco mientras caminaba por los pasillos, mientras buscaba mi diario dentro de mi mochila y cuando no lo encontré mis ojos se abrieron completamente y me detuve en seco para después girar y empezar a correr en la dirección del ultimo salón en el que estuve, al llegar abrí la puerta de una patada y sin mirar a mi alrededor llegue a mi escritorio. "Maldita sea!" masculle furiosa ahora si dejando que mi mirada viajase por el salón y fue cuando lo vi pero en ese momento no me importo su presencia si no lo que llevaba en las manos. "Damelo" exigí mientras me acercaba a el peligrosamente. "Que me lo des te digo!" exclame una vez mas mientras apuntaba a mi diario, era un cuaderno cubierto en piel color morado con las iniciales MB de color dorado en una esquina cualquiera sabría que era mío, porque tenia la costumbre de poner mis iniciales en todos mis libros y cuadernos. Saque mi varita del bolso y la apunte en la dirección de Snape "Si no me lo regresas en este instante soy capaz de lanzarte una maldición ahora mismo" le dije hostilmente para después morderme el labio inferior y abrir los ojos a causa de los nervios que me ocasionaba ver aquel objeto en manos de alguien mas que no fuese yo.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Jue Feb 21, 2013 4:25 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Marlene Black ;; En un aula vacía ]

[ # ] Dorian Snape Tumblr_lz77abUUjx1rolchmo1_250 [ # ] Dorian Snape Tumblr_lz77abUUjx1rolchmo2_250
Nada me quitaba de la cabeza el hecho de que si no hubiese sido por los fuertes dolores de cabeza que me ocasionaba la existencia y la desagradable presencia de Marlene Black, habría sido nombrado Premio Anual. Pero ahí no terminaban mis problemas. Oh no. Pues el que Black la haya tomado en contra mía, era una situación desesperante… por no decir desconcertante. ‘¿Qué demonios le hice para que se comporte como una chiflada todo el tiempo?’ era la preguntaba que frecuentemente rondaba por mis pensamientos, en busca de una respuesta. A pesar de que no existía una respuesta del todo clara… era sencillo suponer que como mi padre y el Sr. Black se odiaban y no dudaban en demostrar su antipatía el uno por el otro, la menor de los Black tenía en mente seguir el mismo camino que su padre y hacerme la vida imposible con su existencia. Francamente, de no ser por la insistencia de la Sra. Potter y de su hijo, el Sr. Potter… no habría razón para que estuviéramos presentes en sus habituales cenas familiares; teniendo en cuenta que nuestra presencia no era ‘bien’ recibida, en especial por el Sr. Potter y el Sr. Black. Y es que tener que soportar las estúpidas bromas de sus hijos y sus nietos requería de una infinita paciencia. Era evidente que, James Potter y Regulus Black habían sido criados por trolls de montaña al no tener ni la más mínima pizca de inteligencia. Por que lo cierto es que, con cada idiotez que decían, ponías en tela de juicio el que no hayan recibido nada de oxigeno al nacer, y esa sea la razón por la que se comporten como un par de imbéciles. En cuanto a Albus… no hay mucho que decir, puesto que él era el único cuerdo y sensato entre todos ellos. Y que decir de las mujeres… de Andrómeda Lupin tampoco hay mucho que decir, pero en lo que respecta a Lily Potter y Marlene Black… son capaces de convertir los dolores de cabeza en migrañas. ‘Potter y Black no eran mas que unos delincuentes destinados a ser expulsados… unos transgresores incorregibles que no tenían respeto alguno por las normas del Colegio. Lo lógico es que, tanto sus nietos como sus hijos sigan el mismo camino que esos idiotas y la grandeza se les suba a la cabeza…’ era lo que solía decirnos mi padre con desdén.

Aunque no siempre tuve esta opinión de Black… los años la han transformado en una chiquilla insolente cuya educación esta por los suelos. Hay momentos en los que desearía que la expulsaran por faltar a las reglas del Colegio y por ser una inepta. Pero dudo que la vida sea tan benevolente para conceder ese milagro y me libre de tener que aguantarla todos los días durante un año. En vista de que este era mi último año en Hogwarts… no estaba dispuesto a permitir que Black continuara saliéndose con la suya. Como ‘Prefecto’ podía ejercer cierta autoridad y restricción sobre ella, para ver si de esa forma ‘entra en razón’ y deja de ser tan… torpe e irresponsable. La única palabra capaz de describirla era ‘problemática’. En efecto… Marlene Black no era más que una chiquilla que solo ocasiona problemas y cuyo único objeto es fregarle la existencia a todos los que la rodean.

Una vez que el banquete de bienvenida terminó, me levanté de la mesa e indiqué a los estudiantes de primer año el camino que deberían seguir todos los días hasta las mazmorras y de ahí a la Sala Común de Slytherin. No era de extrañarse que los nuevos estudiantes se mostraran asombrados al saber que la Sala Común de Slytherin estaba ubicada justo debajo del ‘Lago negro’. Un detalle que me orillaba a juzgarlos por su poca sed de curiosidad, y me dio a entender que ninguno de ellos había leído el libro que contaba detalle a detalle la Historia de Hogwarts. Pocos son aquellos que muestran curiosidad por leer la Historia de Hogwarts… y recomendarles que leyeran el libro era una pérdida de tiempo… pero aun así, no tuve mas remedio que aconsejarles que lo leyeran, si deseaban ampliar sus horizontes y conocimientos…

Había transcurrido más de media hora desde que deje a los estudiantes de primer año en la Sala Común, y después de responder a varias de sus preguntas (solo de aquellos que realmente mostraban tener curiosidad), les recomendé que se fueran a dormir, dado a que mañana empezarían sus clases después del desayuno. Una recomendación ante la cual no mostraron tener inconveniente… era de suponer que los niños estuvieran cansados por el viaje y abrumados por las emociones que vivieron el día de hoy; así que aproveche en ir a dar un recorrido por los pasillos, aún cuando todavía no nos asignaban las rutinas ni los horarios, si no hasta mañana. Todo estaba tan tranquilo que lo único que rompía con toda esta tranquilidad era el sonido de la lluvia cayendo de forma precipitada junto con el sonido del viento. Hubo un momento en el que alce la mirada del libro que sostenía en entre mis manos y que me encontraba leyendo, para observar por unos de los ventanales, pero no fue el panorama… si no el reflejo de una puerta entreabierta que me hizo voltear y dedicarle una mirada extraña. Con un movimiento cerré el libro que llevaba y fui a inspeccionar el aula. Las bancas, las sillas, los cuadros, todo parecía estar en su lugar… por lo tanto esto no era ‘obra’ de Peeves. Sin embargo, hubo un objeto que llamo mí atención: un diario de color morado. Lo único que esto explica es que alguien olvido cerrar la puerta y en su prisa por salir había dejado este diario en una banca. La pregunta es… ‘¿Quién es lo bastante torpe e irresponsable como para dejar esto aquí?’ La respuesta llegó por si sola cuando me di cuenta de que en la contraportada del diario estaban las iníciales en color dorado. ‘MB’ leí en silencio. Solo había una persona en el Colegio con esas iníciales… y el hecho de saber a quien pertenecía esto, hizo que ligera una sonrisa apareciera en mi rostro ante semejante torpeza de su parte. Pero antes de que tuviera oportunidad de decidir si debía ir a buscar a Andrómeda para que se lo hiciera llegar a la olvidadiza de su amiga o esperar hasta mañana… cierta persona irrumpió en el aula como si se tratara de una ráfaga huracanada. – ¿Dónde aprendiste tus burdos modales, Black? – cuestioné socarronamente con una sonrisa. – ¿Sabes que esa no es la forma en que debe expresarse una ‘señorita’? – enfaticé la palabra. A diferencia de ella… yo no estaba alterado ni preocupado, Black era la torpe a la que se le había olvidado su muy preciado diario. Y debería agradecerme que hubiera ido a dar a mis manos y no a las de Daphne. Seguramente el día en que Marlene Black sea capaz de ‘agradecerme’ un gesto es por que la han sometido a la maldición ‘imperius’. – Que exijas las cosas, no te va ayudar en nada… y menos que me apuntes con tu varita – le dije con torciendo el gesto, con un aire aburrido… indiferente, mientras la miraba fijamente y de manera calculadora, dejando que mi mano se cerrara alrededor de mi varita, en caso de que Black cumpliera su amenaza y me atacara. – Hay formas menos toscas de pedir las cosas… ¿Qué acaso no te han dado clases de educación y de cómo pedir las cosas? – inquirí fingiendo extrañarme por ese hecho, y sin perderla de vista. – En fin…. si tanto lo quieres, entonces, ven por el… – le dije tranquilamente mientras colocaba su diario encima del escritorio para que lo tomara. Si Black dudaba de mis intenciones, no era mi problema… en realidad, no importaba su estúpido diario.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Miér Feb 27, 2013 1:39 am

Marlene Black
Marlene Andromeda Black McKinnon
# 15 años ; Gryffindor - 5to ; # Cazadora ; # Sangre Mestiza

Esta Con: Dorian Snape ; Donde: En un aula vacía



Idiota, mil veces idiota cuando será el día que me libre de el? Porque tenia que verme de esa forma? Como si se estuviese burlando de mi? Que acaso soy payaso? "Te odio, te odio, te odio" me escuche gritar dentro de mi cabeza y es que realmente todo los sentimientos que sentía hacia el eran negativos no podía encontrar algún sentimiento positivo o alegre hacia el aunque bueno alguna vez le dije a Andromeda que me gustaba verlo completamente enfadado que ver a Dorian furioso era de las mejores cosas que existían en el planeta es que por Merlin! Todo absolutamente todo le molestaba aveces pienso que si fuese por el me prohibía respirar si esta bien no tuve porque jugarle aquella broma cuando tenia seis años pero por dios cuanto tiempo tendrá que pasar para que lo supere?

Fue una inocente explosión y realmente no quise hacerle daño si no que quise hacerle reír. Jamas admitirá eso ni aunque me sometieran a la peor de las torturas. Lo fulmine con la mirada para volver a pegar mis ojos en mi diario, no es que tuviese algo que esconder era solo que, vale me costaba expresarme y aquel diario contenía mis sentimientos sobre toda persona en mi vida, desde mis padres hasta mis amigas. Por dios se imaginan si el bobo de Regulus se da cuenta de lo mucho que me enorgullece ser su hermana? O si Beebs se da cuenta de que admiro su pasión por el estudio? Jamas me dejarían olvidarlo y mucho menos el imbécil que tengo parado frente a mi. Seguí apuntando con mi varita completamente dispuesta a lanzarle un mocomurcielago con los cual era realmente buena eso se lo debía a Tia Ginny quien nos enseño a Lily, Andromeda y a mi durante nuestro segundo curso en Hogwarts para que tuviéramos con que defendernos. Incluso nos contó que ella misma utilizo el hechizo en contra de Draco Malfoy durante su quinto año por lo cual Lily y yo preguntamos si podíamos utilizarlo en contra de la antipática de su hija. Hablando de cosas que me molestan ella también era otro estorbo en mi camino. Enserio que acaso no pueden ser personas normales? Osea Albus esta en Slytherin y el es completamente normal.

Fruncí el ceño al escuchar sus palabras y negué con la cabeza "Mira imbécil..." le dije mientras bajaba mi varita y me acercaba un poco a donde el estaba. "En mi casa, me han enseñado muchas cosas, empezando por el no mal gastar los modales con personas que no se lo merecen" le dije firmemente mientras me cruzaba de brazos, el me venia hablar de modales a mi? "Lo que me gustaría saber es quien te has creído para darme clases de etiqueta?" le dije firmemente. "Justamente tu que vives con la cara de limón amargado, que no sabes sonreirle a la gente? Si estoy consciente que el ser una persona agradable va en contra de todo lo que Quejicus te inculco" No tienes porque insultar a su padre me dijo una pequeña y molesta voz la cual se parecía a la de Andromeda por lo que no pude evitar girar los ojos una vez mas. "Que acaso nunca ríes?" le pregunte ladeando la cabeza "Vas a morir lleno de arrugas y completamente solo." le dije con desdén mientras hacia un gesto bastante exagerado. Suspire un poco cuando me dijo que tomara mi diario a lo que me le quede mirando sospechosamente por unos segundos pues no estaba segura que podía confiar en el.

"Que me garantiza que no lo has leído?" le dije aun sin moverme del lugar en el que estaba. "El que no tendré que lanzarte un obliviate?" hablaba mas conmigo misma que con el pero estaba hablando enserio si lo abrió y llego a leer una sola palabra iba hacer que olvidase hasta como es que se llama. "O que no le has puesto una maldición?" si vale era paranoica pero no fiaba de las serpientes y mucho menos de este. "Tomalo antes de que te lo quite" me ordeno mi cabeza lo cierto es que no se porque me preocupaba tanto si yo misma había hechizado mi diario para que mostrase paginas en blanco si es que alguien que no fuese yo lo llegara a encontrar. Me acerque con cierta precaución y estire mi brazo cautelosamente para después tomar el diario como si estuviese recuperando a mi hijo perdido o algo parecido lo cual me hacia pensar en Jack mi gato esa bola de pelos tenia que estar por aquí se empeñaba en seguirme a todos lados. Abrace mi diario por un segundo y después lo metí a mi mochila.

"Por cierto que hace el gran prefecto fuera de su sala común?" le pregunte en tono burlón mientras soltaba una risa "Acaso esto también es mi culpa?" le dije mirandole directamente si esta bien yo también lo culpaba a el de todos mis males pero eso no quería decir que el pudiese hacer lo mismo."Porque no creas que no te escuche durante aquella cena y dejame decirte que el que no fueses premio anual no tiene que ver conmigo, es tu falta de carisma que no se supone que las personas deben admirarte?" si lo estaba incitando, no estaba segura del porque me gustaba discutir con el pero lo cierto es que me mantenía satisfecha saber que por lo menos yo coopere en algo para que el fuese así de miserable. "Osea tampoco me sorprende después de todo te gano Albus que tu padre no tiene experiencia con eso? El que un Potter siempre le pase por encima?" estas siendo cruel volvió a decirme Andromeda dentro de mi cabeza pero realmente no me importaba el querer molestarlo era algo mas fuerte que yo, mas fuerte que cualquier otra cosa.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Miér Feb 27, 2013 2:47 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Marlene Black ;; En un aula vacía ]

– Claro, Black… se ve que los modales en tu casa importan… – dije con una mueca llena de burla, y una mirada significativa que daba a entender que no tenía ninguna duda de ello. El Sr. Black, era tan desagradable como el Sr. Potter, por lo tanto… ¿Qué otra cosa podía esperarse de sus hijos y de sus nietos? Razón tenia mi padre al decir que la grandeza de ser quienes son los hace pensar que tienen el mundo a sus pies. – ¿Creerme dices? No, Black… te aseguro que yo no tengo intenciones de adjudicarme la… tediosa labor de impartirte clases de educación. Me parece que para eso tienes padres ¿no es verdad? Para que te eduquen y te enseñen lo que es correcto y que no… – Su madre, la Sra. Black… al menos tenia la amabilidad de mandarla a callar, en cambio su padre… lo único que hace es alentarla a que manifieste su rebeldía y su desdén por las reglas. Sus bromas me han dejado claro que no es más que una chiquilla tonta, inmadura e impertinente que piensa que sus chistes son del agrado de todo el mundo. La expresión en mi rostro hablaba por si sola… indicando que esta conversación era una perdida de tiempo. Lidiar con Marlene Black no estaba en mis planes para esta noche… y no iba a caer en su estúpido juego. Ella era quien tenia todas las de perder, no yo… – ‘Cara de limón amargado’ No hay duda de que cada día me sorprendes con tu infantil habilidad para inventar apodos a los que te rodean… –dije en plan de burla, y con una ceja levantada. Darle importancia a sus palabras seria como darle la misma importancia… y, si hay que no estaba dispuesto hacer era a incrementar su ego. – Lo que sea que me haya enseñado mi padre, no es asunto tuyo, Black. Así que cierra la boca por primera vez en tu vida y no hables de lo que no entiendes… –‘Chiquilla irrespetuosa… ¿Quién se cree que es para hablar así de mi padre? Ella no lo conoce… y no tiene ninguna idea de lo dice’ – ¿Y a ti que te importa si río o no? – Le solté de mala manera y con una mueca implícita de disgusto. ‘Yo jamás me meto en su vida… ¿Qué le hace pensar que ella tiene todo el derecho de hacerlo?’ – Si muero lleno de arrugas y completamente solo, no es asunto tuyo... – Arrugué el ceño, y torcí el gesto como si hubiera bebido una poción bastante amarga. – Cada quien es libre de elegir lo que hace o no hace con su vida, Black… – le dije con una fría indiferencia. ‘Es la hija de Sirius Black… ¿de donde crees que ha heredado su impertinencia y su falta de educación?’ dijo una voz dentro de mis pensamientos, extrañamente parecida a la de mi padre, recordándome con quien estaba tratando.

‘¿Para que iba a querer leer su estúpido diario?’ pensé con cierto recelo al escuchar aquella pregunta. ‘¿No le basta que haya tenido la ‘amabilidad’ de devolvérselo? No… parece ser que no…’ dije amargamente con una mueca. Sus motivos para desconfiar de mi, eran justificables, pero eso no le da derecho a pensar tan mal de mi, me refiero a que pudiese ser capaz de llegar al punto de violar su privacidad. De haberme quedado con su diario, y en el caso improbable de que me hubiera atrevido a leerlo… no me extrañaría encontrarme con todas las patrañas que seguramente ha escrito de mí en su estúpido diario. Respiré profundamente, tratando de mostrarme ‘paciente’ con ella… – Dudo que estés lo suficientemente capacitada para ese tipo de hechizos, Black. No hasta que apruebes los T.I.M.OS y demuestres lo que has aprendido en estos cuatro año, lo cual esta por verse… – dije despectivamente con una sonrisa, que daba a entender lo inepta y torpe que la consideraba en ese sentido. No hay duda alguna de que disfrutaré ver como lidiará con la presión de los T.I.M.O.S, seguramente su notas más altas no pasaran de un ‘Aceptable’ – ¿Lo dices enserio? ¿Crees que perdería mi tiempo leyendo las tonterías que has escrito en ese diario? Que poco me conoces, Black… – le dije irónicamente.

– Soy Prefecto, Black… ¿no me digas que lo has olvidado? – Una vez más fingí extrañarme, mientras la observaba detenidamente. – Es natural que tu pequeña mente no lo entienda, pero los ‘Prefectos’ tenemos responsabilidades, como la de mantener el orden y la disciplina dentro del Colegio… ¿me explico? – dije pacientemente, como si tuviera delante de mi a una niña a la cual había que enseñarle que dos mas dos son cuatro. – No te des tanta importancia, Black… – le dije negando burlonamente, cuando dijo que si era su culpa que me encontrara fuera de mi Sala Común. – Si estoy aquí… es para cumplir con mis obligaciones como ‘Prefecto’, no por ti… – le solté con cierto desprecio, para bajarla de su pequeña nube y hacerla quedar mal por su falta de observación. El mundo no gira entorno a su existencia, y eso es algo que debería ir entendiendo. Cuando la oí decir que el hecho de no haber sido nombrado ‘Premio Anual’ no tenia que ver con ella, si no mi falta de carisma… una pequeña sonrisa curvó mis labios, una sonrisa que indicaba que nunca tomaría seriamente lo que me dijera. – Creo que no escuchaste la segunda parte de la conversación ¿verdad? Ser ‘Premio Anual’ no tiene que ver con que otros deban admirarte... pero eso es algo que tu no entiendes, ni nunca entenderás… Para ti la vida es diversión… aceptar y tomar responsabilidades no esta en ti… – Marlene era tan irresponsable que nunca podría llegar a entender lo que significa cargar una responsabilidad, y la presión que llevas al pensar que puedes fracasar y no cumplir debidamente con ella. ‘Pero… ¿para que me molesto en explicarle algo tan importante a la persona mas torpe e irresponsable sobre el planeta?’ Realmente estaba haciendo un esfuerzo descomunal para no perder la paciencia con ella, pero el que se metiera con mi padre es algo que no estoy dispuesto a permitir… – ¿Quién lo dice? ¿La hija del que trato de asesinar a mi padre a la edad de dieciséis años? – le espeté cruelmente, mirándola fijamente a los ojos. – Tu padre trato de asesinar al mío con su estúpida broma… ¿tienes idea de lo gravedad de la situación? De no ser por que tu tío se echó para atrás en el último momento, mi padre habría muerto al toparse con un licántropo completamente transformado… – La parte sensata de mi mente me decía que no había razón para sacar a relucir cosas que pasaron hace años. A fin de cuentas, son problemas entre nuestros padres… no nuestros. Pero si Marlene seguía metiéndose con mi padre… iba a tener que recordarle quien fue su padre antes de que limpiara su nombre: un criminal convicto. ‘Solo busca provocarte… no caigas en su juego’ dijo una vez mas aquella voz tratando de calmarme y para que no cayera en el error de ofenderla. – No tengo por qué seguirte escuchando, Black… no vales ni un solo segundo de mi tiempo… – solté fríamente, con una mirada cargada de desprecio, tras varios segundos de silencio. ‘¿Cómo pude llegar a pensar en ser su amigo cuando éramos niños? Fue una suerte que ella fuera la encargada de abrirme los ojos con su maldita broma y me hiciera darme cuenta del error que estuve a punto de cometer’. Sin nada más que decirle… me encaminé hacia la puerta, la cual abrí de un tirón, pero antes de salir… me detuve por un momento en el umbral para girarme y añadir… – Si vuelvo a encontrarme con otra de tus pertenencias, lo confiscaré y no volverás a verlo, sea lo que sea. Ten en cuenta que no habrá próxima vez para actos de devolución… – advertí duramente, antes de cerrar la vuelta de golpe y echarme a caminar por el pasillo en dirección a las escaleras.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Sáb Mar 02, 2013 12:36 am

Marlene Black
Marlene Andromeda Black
15 años Gryffindor, Quinto Cazadora Sangre Mestiza
Esta Con: Dorian Snape, en los pasillos



"Callate" le ordene mientras me cruzaba de brazos, haciendo el mayor intento por mantenerme tranquila, el enfadarte con facilidad era lo único que pudiese hacer que deseara no ser una Black. Tanto Papa, como Regulus y yo teníamos ese pequeño problema cualquier cosa lograba hacernos explotar y lo ultimo que quería era dejar que Snape se pensara con el privilegio porque incluso eso mismo era un honor el de inspirar la furia de un Black te da importancia y eso era lo ultimo que iba a darle a alguien como el. "No vuelvas a mencionar mi casa, ni lo que me enseñan dentro de ella porque será lo ultimo que harás en tu patética vida" espete una vez mas, desafiando a Dorian con la mirada. "Y dudo que alguien te extrañe" "Solo date la media vuelta y vete, Marlene por favor" me volvió a decir la voz de Andromeda pero eso jamas era de mucha ayuda si no escuchaba a Andromeda cuando estaba presente en alguna discusión que tenia con Snape mucho menos le haría caso dentro de mi cabeza. "Limon amargado solo es el primero de muchos, eres un idiota antipatico, un anti social, un rechazado, es mas por mucho tiempo llegue a creer que eras la reina malvada de los cuentos de blanca nieves" No estaba segura si es que conocía la literatura Muggle pero yo por mi parte disfrutaba mucho de las novelas como Orgullo y Prejuicio aunque claramente no era un detalle que compartía con todo el mundo incluso ni Lily y Andromeda lo sabían si no fue que me descubrieron cuando teníamos diez años.

"Si no quieres que hable de tu padre, no menciones a los míos" le dije infantilmente mientras arrugaba la nariz un gesto que hacia desde pequeña para demostrar que las cosas me molestaban, papa dice que es adorable. "Claro que es adorable, todo lo que hago es adorable" me dije mentalmente, "Ahora no" volví a contestar por mas que tuviese la razón ahora no era el momento de adorarme a mi misma. "Y antes de que abras tu bocota y digas que no los has mencionado, te recuerdo que hablaste de mi casa y en mi casa están ellos" le dije ferozmente si algo conocía de mi era justamente eso Marlene McKinnon y Sirius Black eran personas sagradas, perfectas y intocables cualquiera que hablase mal de ellos terminaba mal. "Vaya por primera vez en la vida te doy la razón lo que me enseñan mis padres tampoco es asunto tuyo" le dije deteniendo mi mirada en la suya. "Yo solo te estoy dando un consejo, porque en lo personal a mi me enfermaría ser tan miserable y amargada como tu lo eres" le dije en tono burlón aunque hablaba enserio, su seriedad era algo que colmaba mi paciencia es decir como era posible ser tan sombrío y poco colorido?

Perdón? Insinuaba que soy tonta? Donde es que vive este imbécil? Era hija de dos de las personas mas inteligentes del mundo, incluso Papa junto con el Tío James fueron de los estudiantes mas brillantes en la historia de Hogwarts pero dejaselo a este para ignorar algo tan importante como eso. Ademas Marlene McKinnon fue alumna estrella, enserio en que planeta vive Dorian? "No hables sin conocerme Snape, que te aseguro que una neurona mía funciona mil veces mas que todas las tuyas juntas" le conteste con altanería. "Olvidas quienes son mis padres y con quien es que comparto genes" volví a decirle una vez mas mostrando mi orgullo por mis padres. "Puedo hacerte pedazos si es que quisiera o estuviese dispuesta a dedicarte el tiempo suficiente." le dije con una sonrisa burlona y era cierto yo estaba segura de poder llevar notas tan buenas como las de Andromeda o mi hermana pero simplemente me aburría durante clase y se me olvidaba hacer las tareas. O como quien dice no era de mi interés y cuando algo no me interesaba me costaba mucho trabajo hacerlo por mas que tuviese la capacidad y la inteligencia necesaria. "Por favor, eso no te lo crees ni tu mismo tu vida es tan aburrida y patética que estoy segura que te mueres por saber que es lo que es el vivir la vida como es debido" le dije completamente segura de lo que decía. "Y si no simplemente lo harías por fregarme porque vives para eso por mucho que quieras hacerte el madurito" le dije con mientras un gesto complacido se apoderaba de mi rostro.

"No, no Snape es solo que mi cerebro tiene la costumbre de deshacerse de todos los datos sin importancia" Por dios el idiota cree que va ganarme? Puedo discutir por horas, si lograba vencer a mama estaba segura que podía vencerlo a el aunque aveces me llegaba a preguntar si mi terquedad realmente era una bendición porque aveces juraba que era mas terca el mi hermano y eso realmente era un mérito porque para granarle a Regulus realmente debes ser una persona sumamente especial. "Obvio lo eres, eres Marlene Black" volvió a contestarme mi cabeza y quien era para discutir con mi subconsciente dicen que eso es la primera señal de la locura. Solté una risa y negué con la cabeza. Porque siempre hablaba de esa manera? Como si fuese el fin del mundo? "Tengo quince años, no cincuenta" le dije firmemente. "No tengo porque disculparme por como es que vivo mi vida, el divertirse no es un crimen por mas que te esfuerces en pensar lo contrario. Por eso mismo es que siempre me vez rodeada de gente Snape, y tu estas tan solo como un hongo" le dije mientras le guiñaba un ojo en forma burlona. "Tengo mucho tiempo para aceptar responsabilidades y amargarme en el futuro" volví a decirle con media sonrisa. Era cierto no es que estuviese completamente en contra de la responsabilidad simplemente es que pensaba que había tiempo para todo aquello cuando fuese una adulta, es lo que decía papa sus tiempos en Hogwarts fueron los mejores de su vida y eso es lo que el esperaba para mi y para mi eso era responsabilidad suficiente.

"Por Merlin! Que no han pasado como 40 años desde eso?" le dije mientras alzaba una ceja "Si vamos hablar de inmaduros creo que el primero seria tu padre, primeramente el se lo busco" sabia perfectamente lo que había pasado, y mi padre me contó las intenciones de esa bola de grasa por lo que no sentía pena alguna por lo que había echo mi padre al contrario yo lo hubiese echo en su lugar también. "Quejicus, metía su enorme nariz en donde no le era requerido siempre estaba buscando meterse con mi padre y mis tíos" le dije como si fuese lo mas obvio del mundo. "Y se merecía lo que iba pasarle porque para todo quería meterlos en problemas, era como que su misión en la vida" le dije negando con la cabeza "Bueno por lo menos sabes que en eso te pareces a tu padre" le dije con desdén."Y si no fuese por Dumbledore, tu padre hubiese abierto la boca y el Tío Lupin hubiese sido echado del colegio" y eso era algo de lo cual yo estaba completamente segura "Oh espera..." le dije mientras le miraba duramente "Si abrió la boca y lo peor de todo es que fue cuando eran adultos" le dije mientras pasaba una mano por mi cabello. "No pensó en lo que pasaría si mi Padrino no hubiese renunciado" aprete una mano en un puño una vez mas intentando tranquilizarme porque una gran parte de mi quería lanzarse contra Dorian y ahorcarlo para que no hablase mas. Mi Tío James, tanto como mi Tío Lupin eran mis segundos padres y el que el Tío Lupin fuese mi padrino me hacia querer protegerlo aun mas. "Si tu padre quiere hablar de madurez, que primero se evalúe a si mismo, el no es una víctima inocente se gano a pulso el odio que mi padre le tiene" le dije para guardar silencio y tomar un largo respiro.

Estuve apunto de decir mas cuando el dijo que se marchaba y antes de que pudiese decirle algo salió por la puerta. Que? Le di una patada al banco mas cercano a mi y salí por la puerta tras el y justamente cuando lo alcance camine un poco mas para pararme frente a el. "Jamas, y te repito jamas vuelvas a dejarme con la palabra en la boca" le dije firmemente. "Y al momento de que me de cuenta que tienes algo mío, haré de tu existencia una aun mas patética de lo que ya es" lo estaba amenazando y no sentía pena alguna por ello poco me importaba que fuese Prefecto yo no le debía respeto, porque en mi opinión el respeto debe ganarse y el jamas iba hacer algo para obtener el mío. "Y no amenazo en vano Snape, así que si fuera tu me andaría con cuidado" le dije mientras lo apartaba de mi camino para dirigirme a mi sala común la cual estaba en la dirección opuesta a la sala común de Slytherin. Ese idiota no sabia con quien es que se estaba cruzando y yo era capaz de ser una persona tan cruel como cualquier serpiente de eso no tenia duda alguna, por algo el sombrero considero ponerme en Slytherin otro secreto que jamas compartiría con nadie porque esta dispuesta llevarlo a mi tumba.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Dom Mar 10, 2013 2:31 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Marlene Black ;; En los pasillos de la planta baja ]

¿Cómo es posible que sea capaz de soltar tanta estupidez en un solo día? ¿Alguna vez se ha tomado la molestia de detenerse, escucharse así misma y darse cuenta de lo patética que se ve? No; todo indica que Marlene Black es, y siempre será, la misma chiquilla inmadura e infantil… que solo se preocupa por regodearse en ese desquiciante halo de grandeza que la hace pensar y creer que todo lo hace o dice esta bien… y que no hay razón ni motivo para ser juzgada y arrepentirse de lo que dice. Pero si solo se diera cuenta de lo absurda que se ve actuando de aquella manera… Tal vez… intente de rectificar sus acciones y mida sus palabras altaneras antes de que alguien pierda la paciencia con ella, y termine por mandarla al demonio por su horrible y desagradable manera de ser. A veces me pregunto… ¿Cómo hace Albus para aguantarla? ¿Cómo es que…Lily y Andrómeda son capaces de tolerarla? Pues para ser honesto, es algo que no termino de entender. Por suerte, nada de lo que haga o diga me importa en lo absoluto… ¿Cree que sus palabras me afectan? ¿O que logran provocar algo en mí? Por favor… mi vida no gira entorno a lo que ella me diga… y mientras se mantenga fuera de mi camino… nos ahorraremos escenas como las de este tipo en el futuro. – Ajá… ¿ya terminaste, Black? ¿O falta que continúes ilustrándome con tu ‘asombrosa’ habilidad para crear apodos? – dije mofándome en su propia cara con una sonrisa de lo mas despectiva. ¿Francamente? Ni siquiera me estaba tomando la… ‘molestia’ de escuchar los desvaríos de aquella niñata inmadura. Pues en el momento en que se… ‘atrevió’ a compararme con un personaje de cuento de hadas, perdió toda credibilidad de mi parte, a pesar de que nunca se la haya ganado. Y no… no tengo razón ni motivo para negar el hecho de que estoy… hasta cierto punto… familiarizado con la literatura muggle gracias a mi madre; por lo tanto estoy… ‘consciente’ de donde se basa para sacar tanta idiotez.

– A ver… Black. Hasta donde yo recuerdo, fuiste tú quien se atrevió a mencionar a mi padre y a meterse con él… ¿o es que tu diminuto cerebro no es capaz de retener información? Por lo tanto, mi consejo es que, antes de hablar, mide tus palabras… piensa bien lo que vas a decir y no abras esa boca que tienes solo por que tienes la habilidad de ‘maravillarnos’ con tu capacidad de expresarte ¿de acuerdo? – dije forzando una sonrisa, que mas bien era una mueca llena de hastío, y dándole un énfasis irónico a la palabra ‘maravillarnos’. – Y, si de consejos de trata… ahórratelos ¿quieres, Black? Pues no necesito que una torpe niña ingenua me de consejos sobre como debo vivir mi vida… Lo que menos me interesa es escucharte… – le solté fríamente, esforzándome por no perder la paciencia. Marlene no era nadie… absolutamente nadie en mi vida para entrometerse de esa manera. ¿Quién se cree que es la muy insolente?

– Por supuesto, Black… lo que tu digas… – dije desairándola con una mueca socarrona. Sin importar cuanto se esmerara, nunca… podría llegar a tomar enserio sus palabras. ¿Qué acaso nunca se daba por vencida? ¿Qué le hace pensar que estoy realmente interesado en escucharla? – Podrás ser hija de grandes eminencias… pero dudo que hayas heredado la inteligencia de tus padres, Black… – repuse con profundo desdén. ¿Cree que no me he dado cuenta como Lily, Andrómeda y su hermana se apañan para ayudarla con los deberes? – Eres inepta, torpe, inútil e incompetente… ¿te has dado cuenta de tu nivel de mediocridad en los estudios? No tienes la habilidad ni la capacidad para asumir responsabilidades escolares… No eres capaz de esmerarte por algo que realmente valga la pena… No eres capaz de esforzarte para sobresalir, ni mucho menos tienes el valor para probar de lo que estas hecha. Estas condenada al fracaso, Black… y te aseguro que nada me daría mayor satisfacción que verte hundida… – Cada palabra que salía de mi boca… tenía como objetivo herirla, humillarla, menospreciarla, pisotearla, en cada una de mis palabras estaba implícito el inmenso odio sentía por ella. Toda esperanza de albergar cualquier clase de sentimiento por Marlene… estaba fuera de mi alcance. Nada de lo que hiciera, me haría llegar a quererla… la odiaba… mas que a ninguna otra persona en el mundo.

– ¿Eso crees? – Arqueé una ceja, torciendo el gesto con amargura, ante lo obstinada e impertinente que se estaba volviendo con cada segundo. Que gastara saliva y palabras era una perdida de tiempo, nada de lo que me diga me hará cambiar de opinión respecto a como sucedieron las cosas. Lógicamente… tanto mi padre como el Sr. Black, tenían diferentes puntos de vista en cuanto a la versión de cómo fue que sucedieron las cosas. Mi padre no era un hombre que se caracterizaba por tener una paciencia monumental, y al Sr. Potter y Sr. Black les resultaba muy divertido provocarlo. ¿Busca madures? Entonces que su tío y su padre dejen de comportarse como unos críos… pues ya no están en edad para comportarse como unos colegiales irreverentes. – Piensa lo que quieras, Black… no me importa… – repuse fríamente con una mirada. No iba a seguir perdiendo mí tiempo escuchando estupideces… – Pero no quiero…. volverte a escuchar mencionar el nombre de mi padre… no eres nadie para juzgarlo… – solté duramente, antes de marcharme, y cerrar la puerta violentamente.

Poco faltaba para llegar a las escaleras… cuando de pronto, su voz resonó en mis oídos, de manera que mis ojos se cerraron por un breve instante, como deseando que desapareciera la desagradable sensación que me producía volver a estar cerca de Black. El intenso odio que sentía por la menor de los Black, afloro en cuestión de segundos. Pero antes de que tuviera oportunidad de ignorarla, mis ojos se abrieron de par en par, y al hacerlo… la amarga sensación de tenerla plantada delante de mí… se intensifico al visualizarla. ‘¿Qué efecto tendría encerrarla toda la noche en el armario de escobas y silenciarla con un encantamiento para que nadie pudiera acudir en su ayuda?’ la idea era bastante tentadora… y lo cierto es que nada me daría mas placer que dejarla encerrada toda la noche. – Interesante respuesta de tu parte, Black… Muy madura sin duda, no podría esperar menos de ti… – module mi ironía, mientras delineaba con un dedo el contorno de mis labios, y mi expresión se tornaba cada vez más adusta. – Me pregunto… ¿que dirá tu padre cuando sepa que una de sus hijas… ha heredado la maldad de su abuela Walburga y la crueldad de tía Bellatrix? ¿Cómo crees que le siente saberlo? – Arqueé ligeramente una ceja, al cuestionarla, muy en el fondo… realmente estaba disfrutando de mis palabras. – ¿Sabes…? No me extrañaría que cuando tu padre se entere que tienes esa clase de pensamientos… te de la espalda y hasta te desconozca como su hija… – cavilé cruelmente, saboreando el efecto que mis palabras podrían tener en ella. Si… estoy consciente de que estoy yendo mucho más allá del límite establecido, pero no importaba sobrepasarlo. Estaba harto… harto de su impertinencia y de su insolencia… de manera que, al ver sus intenciones de marcharse y dejarme con la palabra en la boca… la tomé del brazo para impedir que siguiera con su camino. – No eres nadie… para amenazarme, Black… Así que cuida tus pertenencias, por que te juro… que si vuelvo a encontrarme con algo tuyo no volverás a verlo en tu vida… – mascullé aceradamente, con un desprecio imposible de contener.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Lun Mar 11, 2013 11:45 pm

Marlene Black

Marlene Andromeda Black McKinnon
15 años Gryffindor, Quinto Cazadora Sangre Mestiza
Esta Con: Dorian Snape, en los pasillos de la planta baja



"Porque no desapareces de mi mundo?" grite en mi cabeza, lo odiaba no era capaz de describir cuanto es que realmente le odiaba porque sus palabras me hacían sentir pequeña y unas tremendas ganas de correr a buscar a Regulus, y abrazarlo para soltarme a llorar como solía hacerlo cuando era niña y esconderme de todo el mundo porque me daba vergüenza el sentir lo que estaba sintiendo y mucho mas odiaba que el echo que Dorian tuviese el poder de hacerme llorar porque a pesar de todo yo no lloraba fácilmente y mucho menos era de las que se iban exhibiendo por todos los pasillos para causar lastima o para que alguien te consuele al contrario solía tomarlo de muy mala manera el que alguien me consolara y solamente dejaba que Regulus lo hiciera porque era mi hermano y porque yo buscaba mucho en el a pesar de que el bobo me volviera loca y que en ocasiones me dieran ganas de tirarlo de la torre de astronomía con el era con quien me sentía mas protegida.

"Sea como sea" le dije mientras alzaba una ceja "No menciones a mis padres porque no tienes derecho" le dije firmemente si vale yo tampoco tenia derecho de insultar a su padre pero solo porque estaba consciente de eso no quería decir que iba dejar de hacerlo. Severus Snape se metía con mi padre cada que lo tenia frente a el y yo no iba aguantarlo por mas que mi madre me dijese que aquella pelea no era mía. "Quien te has creído para darme consejos?" le conteste molesta. "No eres absolutamente nadie lo entiendes? Por lo que hazme el favor de ahorrate tus estúpidos comentarios" Al escuchar sus palabras no pude evitar soltar una risa irónica, realmente me cree estúpida? "Al parecer el fracaso representa algo diferente para ambos" le conteste tranquilamente y era cierto yo no media mi valor por notas académicas o por trofeos para mi el valor de mi persona estaba en mis amistades. Tal vez estaba equivocada, tal vez era ingenua al pensar de esa forma pero para mi el mejor reflejo de alguien son sus amigos, y lo que ellos son capaces de hacer por ti. "Podrás ser el estudiante perfecto Snape, puedes ganarte todos los premios que quieras, y curar una enfermedad o salvarle la vida a alguien importante pero eso no significa nada si no tienes con quien compartirlo" Si vale una vez mas insinuaba que el era un rechazado que se la pasaba solo, pero podían culparme? Lo cierto es que estaba segura que el no contaba con personas como James, como mi hermano y claramente como mis dos mejores amigas. "Mi deseo no es impactar el mundo de una forma gigante, porque eso es de lo que tu hablas, yo con el echo de saber que tengo a amigos y familia dispuestos a hacer lo que sea por mi me doy por bien servida" Y era cierto a pesar que todo el mundo pensara que gozaba de la atención lo cual no era mentira mi meta no era algo monumental solo quería que las personas que me querían estuviesen orgullosas de mi y de lo que yo sabia si lo estaban. "El tener a personas como Lily, como Andromeda, James, mis hermanos, jamas me hará una fracasada como tanto deseas" le dije orgullosamente y es que lo estaba, estaba completamente orgullosa de tener a mi lado a gente tan increíble como mi familia ellos era mi motor de vida, mi pilar. "Acaso los fracasados tienen a personas que son capaz de protegerte con la vida, o incluso son capaces de proteger a alguien con su vida?" No esperaba que el idiota lo entendiera porque estaba segura que el no conocía un lazo de amistad tan fuerte como los que yo tenia.

Suspire un poco pasando saliva y haciendo un esfuerzo monumental para contener el llanto que acaso me merecía que me dijese tal cosa? Yo lo provoque y si esta bien yo empece a insultarlo pero jamas le dije algo tan cruel como el lo había echo, o si? "Tranquila Marlene" escuche a mi cabeza decir una vez mas por lo que suspire un poco como intentando calmarme, odiaba esto de ser un libro abierto el de no saber disimular las cosas como todos los demás porque era muy fácil ver cuando es que algo llegaba a afectarme y lo ultimo que quería era darle el gusto a Snape, no iba darle gusto primero muerta antes de eso. Pero demonios! Me estaba hablando con tanto odio, como si hubiese asesinado a su madre que acaso así eran todas las serpientes? Yo también lo odiaba, y eso era lo que me perturbaba el que sintiera tanto odio por el, el que le deseara todo el mal del mundo yo no era esa persona. Esas emociones no eran parte de mi, jamas en mi vida había sentido tanta furia como la que estaba sintiendo en este momento y no me gustaba, no quería sentir sentir semejante sentimiento, no quería llenar mi alma de rencor porque eso no trae nada bueno. Al escuchar sus palabras simplemente gire los ojos y seguí mi camino no fue hasta que me tomo del brazo. "Sueltamente imbécil" le dije en un susurro y sin poder evitarlo use mis manos para empujarlo hacia atrás. "Jamas..." le dije firmemente mientras cerraba mis manos en dos puños conteniendo todas las ganas de golpearle en ese mismo instante. "Jamas, me escuchaste" volví a decirle con firmeza "Si vuelves a ponerme una mano encima te juro que no respondo" Como se atrevía? Como es que fue capaz? Que acaso no le inculcaron el respeto por las mujeres? Tan salvaje era?

"Esfumate Snape" le dije mientras cerraba los ojos una vez mas "Largate!" le ordene esta vez alzando la voz. "No hables de mi padre, y mucho menos me compares con Bellatrix!" volví a gritarle evidentemente mosqueada "No sabes quien es Sirius Black, y mucho menos sabes quien soy yo" le dije sintiendo como es que de mis ojos empezaban a brotar las lagrimas. "Maldita sea" maldije mentalmente mientras mi giraba dandole la espalda para limpiar las pocas lagrimas que habían caído. "Eres, eres, yo te odio" le dije al girarme "Solo mantente fuera de mi vida, tirate de un puente, encierrate en una torre, no se has lo que quieras pero dejame en paz" suspire un poco mientras me mordía el labio inferior quería terminar con esto y regresar a mi sala común, buscar a Jack y tirarme en mi cama a dormir. "Puedes decirme lo que quieras, pero no te atrevas a cuestionar el cariño de mi padre" le estaba dando una advertencia porque de todo lo que me había dicho eso fue lo que logro herirme de alguna manera porque para mi el cariño de mis seres queridos lo era todo y tal vez estaba mal vivir de esa forma, el de ser tan dependiente a pasear de que me esforzaba en demostrar lo contrario pero no podía evitarlo. "No estoy dispuesta a permitirlo me entiendes?" le dije ferozmente y fue cuando escuche un pequeño aullido por lo que mi mirada bajo de inmediato. "Hola Jack" le dije ignorando a Snape una vez mas pero tal parece que Jack se percato de su presencia y el solo saco las uñas y bufo de forma agresiva. Lo había educado bien, sabia reconocer a la basura cuando se le paraba de frente. "Si no quieres que mi gato te saque los ojos, largate" le dije de forma entretenida. "Porque si es que decide hacerlo yo no pienso detenerlo, te lo mereces" termine con desdén pero sin despegar mi mirada de Dorian.

"Regresa a tu nido de serpientes" Te aborrezco, solo quiero que dejes de existir que no seas una presencia constante en mi vida, no quiero verte, ni tampoco saber que estas cerca. "Y solo dejame tranquila, lo menos que te metas en mi camino mejor" Estaba dispuesta a ignorarle de ahora en adelante iba ignorarle no estaba segura cual es que era la razón si es porque al final me había cansado de una pelea que jamas terminaría o si era que realmente me había lastimado porque yo era famosa por hacer eso, el aplicar a ley del hielo y eso era justamente lo que me inquietaba el de que Snape tuviese influencia suficiente para herirme. No podía permitir cosa semejante, el no se ganaría ese derecho por eso tenia que poner distancia porque el no se merecía nada pero aun así, me molestaba la opinión que tenia de mi y entre mas me dijese lo que pensaba de mi, mas ganas me daban de hacerle tragar sus palabras de hacerle ver quien era realidad pero todo se mezclaba con rabia, y con coraje y claramente mi estúpido orgullo jamas iba permitir que cruzara una palabra decente con el. "Me estas retando Snape?" le pregunte peligrosamente mientras mis ojos lo desafiaban "Porque si es así, no te tengo miedo" le dije mirandole directamente y sin despegar mis ojos de los suyos. "Y yo no necesito de insultos sin fundamento para hacer que guardes silencio" Y claramente hablaba de su comparación a Bellatrix porque yo no era como esa desquiciada primero muerta antes de ser como ella. Podía sentir como es que Jack se acomodaba a mi lado, esa bola de pelos era incondicional incluso era capaz de meterse entre mi propio hermano y yo y en este momento mi cariño por el solo aumentaba mas.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Dom Mar 24, 2013 1:13 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Marlene Black después solo ;; En los pasillos de la planta baja ]

Nunca he tenido duda de lo importante que es para ella su familia, sus amigos, quienes evidentemente son su vida entera... pero eso no le da ningún derecho a juzgarme a mí, o, a mi familia. ¿Es que acaso no lo ve o… simplemente se rehúsa a verlo? Marlene fue la primera en cruzar el límite al meterse con mi padre, con sus enseñanzas, con los valores que él mismo me ha inculcado… Marlene no tiene idea de quien es Severus Snape, de todo lo que ha vivido… ella… solo se deja llevar por lo que ve y escucha, y no se da la oportunidad de conocer a las personas, para ella es mejor juzgar, dejarse llevar por las apariencias antes que conocer a esa persona. Para mi padre la vida no ha sido fácil…. ¿Pero para que molestarme en explicarle algo que no lograría entender? ¿Marlene que va a saber lo que es crecer en un hogar disfuncional? ¿A lado de un padre que no hizo otra cosa que humillar a su esposa y a su hijo? ¿Qué sabe ella sobre vivir con un hombre que maltrató cruelmente a una mujer delante de un niño? Nadie, absolutamente nadie, merece vivir de aquella manera, pero mi padre no tuvo elección. No hay forma de cambiar la vida que te ha tocado vivir, a pesar de lo injusta y dolorosa que esta pueda ser, no te queda mas alternativa que seguir adelante… Marlene no tiene idea de su sufrimiento, de su dolor, de su amargura… ¿Cree que para él fue fácil iniciar una nueva vida? ¿Empezar desde cero? ¿Olvidar todo lo que ha hecho? ¿Vivir con los fantasmas de su pasado? De no ser por mi madre, quien siempre estuvo a su lado y jamás se dio por vencida, mi padre no habría tenido razones para rehacer su vida. Y si estuvo a punto de dejarla ir – mucho antes de que Eileen y yo naciéramos – fue por que no quería atarla a vivir a lado de un hombre que no la merecía. Pero a pesar de las barreras invisibles, mi madre siempre supo que en él había bondad… y que detrás de su amargura, de aquel pasado lleno de dolor, mi padre tenía un corazón. Para mi padre, mi madre fue esa luz que trajo sentido a su vida…

Difícilmente, Marlene podría llegar a entender lo mucho que significa mi familia para mí…. todo lo que mis padres tuvieron que pasar para formar la familia que somos hoy en día. Podrá juzgarme… no es la primera ni la última persona que lo hace, y no por ello, pienso amargarme la existencia al saber que me odia y que me detesta. Tiempo atrás, quise ser su amigo, acercarme a ella… incluso llegue a creer que con el tiempo… nuestra relación mejoraría, pero en vez de eso… las cosas fueron empeorando. Marlene no ha hecho otra cosa que buscar la forma de meterse con mi familia, con mi padre, con Eileen, como si ese fuera su único objetivo en la vida… y no estaba dispuesto a seguir permitiéndolo; nadie… se metería con lo más valioso y preciado que tengo en la vida, no, mientras yo viviera. Insultarla, ofenderla… buscar herirla con mis palabras… solo era una mínima parte de lo que ella me hacia sentir… Si buscaba dañarla, no era intencionalmente, el coraje, la ira que me provocaban sus palabras, me orillaban a ceder a sus provocaciones, en las que trataba de herirla de la misma forma, o peor…

No tengo duda de que Marlene arriesgaría la vida por su familia, y si… tal vez cometí un grave error al compararla con Bellatrix Lestrange y decirle que su padre no dudaría en darle la espalda si supiera que su hija tenia esa clase de pensamientos. Error del que… ahora me arrepiento. Las lágrimas en los ojos de Marlene, la manera en que se dirigía a mí… me hicieron ver que tan lejos llegué al tratar de herirla. Dejarme llevar por el odio… por el coraje… la ira… no estaba dentro de los valores… las enseñanzas de mi padre. El buscaba que fuera una mejor persona que él, y entre mis primeras fallas, estaba el herir a una mujer. Jamás debí haberle dicho todo eso… pero nada me haría retractarme delante de Marlene Black. Estaba harto… cansado de sus insolencias, de su impertinencia, de su majadería…

¿Cree que por ser hija de Sirius Black y Marlene McKinnon tiene derecho de tratar a las personas de la forma en que ella lo hace? ¿Qué le hace pensar que puede juzgar a mi familia? ¿Meterse con ellos como si fuera lo más normal que pudiera hacer en la vida, como respirar? Si el deseo de Marlene era crecer como persona, alguien debía abrirle los ojos y hacerle ver que tan inmadura es… por más cruel que eso sea, debía entender que no es nadie… para meterse con mi familia, y menos con mi padre.

– Bien… si eso quieres… será un placer cumplir tu deseo… – Mi voz había vuelto a adquirir un tono indiferente y tranquilo, y le sostenía fijamente la mirada a Marlene, sin titubeos, ni indicios de arrepentimientos que delataran lo que por dentro estaba sintiendo al verla de aquella forma. – No tengo intenciones de volver a cruzarme en tu camino… – aseguré con una acerada y monótona indiferencia, mientras observaba de reojo a su gato, que parecía estar dispuesto a atacarme en cualquier momento. – Considéralo una advertencia, Black… para serte honesto… no importa la manera en que lo interpretes, mientras el mensaje te haya quedado claro… – Marlene ya me ha juzgado… entonces, ¿Qué caso tiene aclararle las cosas? Si realmente me importara, nada de esto se quedaría así. Pero Marlene no me importaba… no importaba en lo mas mínimo… no era nadie en mi vida y jamás lo seria. Fue capaz de meterse con mi familia… y sin importar que tan arrepentido pudiese estar por haberla herido de la forma en que lo hice, el daño estaba hecho. – No, tienes razón… – mi voz se tornó reflexiva, distante, cuando dijo que ella no necesitaba de insultos sin fundamento para hacerme guardar silencio. – “Las palabras son cuchillas cuando las manejan orgullos y pasiones” – cité distraídamente, sin que el tono de mi voz se viese alterado. Dichas palabras que en toda la extensión son ciertas… sus provocaciones me orillaron a lastimarla, y ahora me arrepentía de tal cosa. – No hay nada que puedas hacer contra eso… – señalé con distraída indiferencia, fijando la mirada en un punto inexistente. El silencio en el que ambos nos sumimos solo era roto por los bufidos de su gato y por el sonido de la lluvia azotando los ventanales. – Buenas noches, Black… – dije al cabo de unos segundos, con una voz carente de sentimiento. Para luego rodearla y alejarme en silencio… reflexionando mis palabras.

Mis pasos lentamente fueron cesando, cuando me detuve de forma imprevista, justo al final del pasillo, y miré brevemente por encima de mi hombro… ¿Qué me hizo detenerme? No lo sé… quizás la culpa, o, el remordimiento… el caso es que al ver a Marlene plantada de espaldas en medio del pasillo, mi mirada quedo fija en ella…. y sin pensarlo dos veces… de mi boca salieron dos palabras que nunca me atrevería a decir delante de ella. Dos palabras que eran capaces de enmendar cualquier daño… pero que a su vez eran incapaces de hacerlo… pues muchas veces el daño que causamos no tienen remedio… Dos palabras que hicieron que mi voz se volviera mucho mas queda y baja de lo habitual… – Lo lamento… – La fuerza que ejercía en uno de mis puños, fue aminorando lentamente… y una vez me alejé en silencio, perdiéndome en la oscuridad de los pasillos.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Miér Abr 17, 2013 4:05 am

cambio de situación
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Miér Abr 17, 2013 4:06 am

»lú pontmercy
lucrezia fay pontmercy
[ De Sangre Pura, tiene 16 años, esta en Sexto Año y es 1/4 veela. ]
» con Dorian Snapeen Biblioteca

[ # ] Dorian Snape Tumblr_inline_mjx5jwIaNs1qz4rgp[ # ] Dorian Snape Tumblr_inline_mjx5k1Z4HD1qz4rgp



El profesor despachó la clase, justo cuando la joven se encontraba a punto de caer completamente dormida sobre su mesa. El sonido de las sillas arrastrándose brutalmente contra el piso de piedra la estremeció, haciendo que diera un ligero brinco en su silla. ¡Perfecto! Primer día, y ya se estaba durmiendo; tal vez salir a buscar a May cerca de la media noche y entretenerse con Joe a cambio no había su idea más brillante. Reprochándose mentalmente, la joven castaña se levantó con considerable pereza de su asiento, acomodando la mochila sobre sus delgados hombros mientras salía del salón de clases antes que el profesor comentara algo sobre su notable ausencia durante la discusión de la tarde.

Café, eso es lo que necesitaba. La bruja anhelaba por un delicioso macchiato de caramelo, muy al estilo de los cafés de Francia; ¿será que podría enseñarles a los elfos como crear tal delicia? Tal vez podría convencer a alguno de sus amigos de escabullirse a las Tres Escobas durante el fin de semana. May probablemente le encantaría la idea, o William, como solían hacerlo hace un par de semanas…si, tal vez el sería una buena opción, aunque la idea de buscar al apuesto Ravenclaw aun traía consigo una extraño y confuso sentimiento. Lucrezia no se había permitido divulgar en la situación con el joven brujo, después de todo, los amores de verano eran solo eso…un amor pasajero, muy lindo mientras que duro. Pero no podía evitar sentir cierta conmoción por no saber exactamente como tratarle; si había una cosa que Lucrezia detestaba, era estar en una situación incómoda con alguien a quien le tenía un gran cariño, y aunque estuviera dispuesta y determinada a que tal no fuera el caso con William, la incertitud era casi imposible de evitar; pero tales pensamientos eran mejor dejarlos para cuando su mente estuviera más clara.

Una taza de té verde tendría que ser por ahora, después de todo esto era Inglaterra y debía ser considerablemente sabroso, suficientemente calientito como para contrastar el endemoniado ventarrón que estaba azotando las paredes y alrededores del castillo. Lucrezia distinguió claramente el zumbido de la ráfaga de viento; una tormenta se acercaba, pero Lú no podía evitar pensar que si estuviera acurrucada entre las miles sabanas y almohadas de su cama, tal sonido sería más como un arrullo para ella. Sacudió la cabeza mientras pasaba una mano por los gentiles rizos de su cabello, tenía que parar de pensar en dormir si quiera sobrevivir la cena y su tarea en la tarde…

¡Su tarea! Se llevó una mano a la boca, ahogando un ligero grito de sorpresa al recordar que no debía estar en camino al Gran Salón, ni mucho menos debía de estar pensando en tomar un (merecido) descanzo al regresar a su sala común. ¡Demonios, demonios! Pensó la joven bruja mientras media vuelta y cambiaba por completo el rumbo de su caminata, dirigiéndose con cierto apuro y un poco de culpa hacia la biblioteca. ¿Cómo se le había olvidado? Seguramente fue gracias a su noche atareada, o la monótona discusión durante la clase; incluso podía culpar el hecho que por sus venas corría la tendencia a perder noción del tiempo. Si, era entendible, ¿no? Por alguna razón, Lucrezia no estaba tan convencida como debería, mucho menos cuando se trataba de su querido amigo, quien apenas y accedió a este favor.

Mientras se hacía camino en el laberinto de pasillos que era Hogwarts, esquivando con destreza la multitud de estudiantes que se dirigían al comedor, la Gryffindor repasaba mentalmente la agridulce junta con el Director de la escuela y la Profesora de Pociones. A decir verdad, la joven Pontmercy aún no terminaba por comprender porque su padre se aferraba a meterse en sus asuntos después de estar ausente por prácticamente mitad de su vida académica; de hecho, la única razón por la que Lucrezia había accedido a esto en específico era porque sería con alguien de su confianza, y no un completo extraño como su padre pretendía con otra de sus locas ideas. Bueno, eso y el hecho que Lú sabía perfectamente que su vida en Hogwarts llegaría a un fin, y mientras que sus notas académicas no eran exactamente terribles, ni ella una mala alumna, había cierto sentido de necesidad en ella que la empuja a buscar una mano de ayuda. Por eso el que se sienta peor que después de haber perdido un partido de Quidditch, ¡por Merlín! Lo único que pedía en este momento es que Dorian no la matara, preguntándose inevitablemente si él era tan bueno en Duelo como lo era en el arte de las pociónes.

Sus pasos ligeros pausaron frente a la enorme puerta de madera que correspondía a la biblioteca, titubeando por un pequeño momento antes de que el famoso valor que caracterizaba a los Gryffindor se apoderara de ella. Ya, de nada le servia lamentarse por su pésima memoria, simplemente tenía que enfrentar las consecuencias con la frente en alto…

Pero eso no le impedía que una radiante sonrisa iluminara su dulce rostro una vez que ubicó al joven de cabellera oscura en una de las mesas más retiradas en el lugar.

!Hey! - lo saludo con la mano, encaminándose a paso tranquilo a donde se encontraba Dorian, agradeciendo mentalmente que lo encontró justo al entrar, en vez de buscarlo entre las pilas de libros y estándares en el lugar menos visitado por ella. Si estás pensando que me olvide por un segundo de nuestra pequeña sección de pociones…estas en lo correcto, ¡lo siento! - admitió una vez que llego a su lado, parándose justo a su lado, bajo ligeramente la mirada apenada, con el mismo destello de inocencia bailando en sus oscuros irises tan característico de ella, pues solía utilizarlo (sin querer…a veces) para salirse de problemas. Pero, bueno, aqui estoy y…y no tuve tiempo de traerte algo para agradecerte, disculparme, o ambos… - frunció el entrecejo mientras miraba sobre su hombro, apartando de su cara un mechón de cabello considerando por un momento si le tardaría mucho ir a las cocinas y buscar un pastelito o algo por estilo; aunque claro, a ella le gustaría mucho más si lo horneaba personalmente. En fin, tendré que molestarte luego con eso… ¿no? - le sonrió con inocente picardía, abrazando un poco los libros que llevaba contra su torso. Pero bueno, mi querido Dorian, tu eres el experto y mi nuevo tutor preferido, así que…- coloco los libros sobre la mesa, moviendo la pesada silla hacia atrás con un ligera movimiento de su varita, para terminar sentada a su lado con una gentil sonrisa en sus labios y pluma en sus manos. - ¡Aquí me tienes!- Pauso por un momento, apretando ligeramente sus labios e inclinando la cabeza, mientras entrecerraba los ojos un poco. Aunque…si prefieres, me puedes contar un poquito de tu verano, ¿tal vez acompañado con un poco de te? - Pregunto con un toque de esperanza en sus palabras; en si no era mentira, la chica estaba fantaseando con comida desde hace un par de horas. !Hey! Después de todo, no hemos aprendido mucho aun con la profesora Thenardier, sin mencionar que me estoy muriendo de hambre, me daría muchísima pena que me tengas que llevar en brazos a la enfermería si me llego a desmayar. - comento más por persuadirlo que porque fuera verdad, aunque la imagen de Dorian actuando como el estereotipo de un príncipe salvando a una doncella en apuro le causaba bastante gracia.



Última edición por ιzzy нale el Sáb Abr 20, 2013 11:04 pm, editado 1 vez
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Miér Abr 17, 2013 4:27 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año
# Miembro de la Casa de Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza

[ Está con Lucrezia Pontmercy ;; En la biblioteca ]

[ # ] Dorian Snape Tumblr_m1cslpYmKm1rolchmo2_250 [ # ] Dorian Snape Tumblr_m1cslpYmKm1rolchmo3_250
– Los que hayan conseguido preparar el antídoto del veneno que había dentro de las ampolletas que se les asigno a cada uno al inicio de la clase, llenen una botella con una muestra de su antídoto, etiquétenla claramente con su nombre y déjenla sobre mi escritorio para que pueda examinarla. – Indicó la profesora Thénardier cuando faltaban diez minutos para que concluyera la clase. Los resultados adquiridos en el primer día, admito que internamente me hicieron sentir satisfecho. No hubo ningún inconveniente en cuanto a la comprensión y razonamiento de la tercera ley de Golpalott, la cual era fundamental y elemental para la elaboración de los antídotos. La explicación de Rose no pudo ser mas clara a la hora de responder la pregunta de la profesora; pequeña hazaña que le valió diez puntos a Ravenclaw. Evidentemente para muchos no había quedado del todo clara la explicación, bastaba con ver sus expresiones despistadas para darse cuenta de que no habían entendido ni una sola palabra a lo dicho durante la explicación. – Deberes: treinta centímetros de pergamino sobre las propiedades del díctamo y sus usos en la fabricación de pociones para la siguiente clase. Continuaremos estudiando los antídotos y los venenos. Pueden retirarse, jóvenes… – Contrario a los demás, no tenia ninguna prisa por ser de los primeros en salir… ¿Qué caso tenía iniciar absurdas discusiones sobre quien debería salir primero? Era una fortuna que la profesora Thénardier desde un principio hubiera dejado en claro los puntos en cuanto a la disciplina y el orden dentro del aula. Puede que para muchos resulte divertido empujarse los unos a los otros, pero mi sentido del humor no se asemejaba y discrepaba con el de la mayoría; he ahí el motivo por el que siempre era el último en salir… y la razón por la que no solía reírme de los chistes y de las bromas de los demás. Generalmente los silencios pueden ser incómodos, pero cuando se trata de un silencio dentro del aula, en lo particular, resulta reconfortante… – Buena suerte, Snape. El Director y yo confiamos plenamente en que la Srita. Pontmercy alcanzara óptimos resultados con su ayuda, superando sus propias expectativas… – Normalmente la Profesora Thénardier se expresaba con una seriedad que podría cohibir a cualquier persona, incluso no era necesario pedirle a sus estudiantes que guardaran silencio, cuando su voz era suficiente a la primera llamada para imponer silencio en el aula. Pero había ocasiones en que el tono en su voz se tornaba afable, como ahora, pero nunca sin dejar de lado su característica seriedad a la hora de hablar. – Le prometo hacer mi mejor esfuerzo, Profesora Thénardier. Que tenga buena tarde. – Cordialidad y formalidad ante todo. Nunca se me ha dado pretender modestia delante de los profesores, pero tras la extraña petición de esta mañana, solo queda decir que tendría que reunir fuerzas para lo que viene.

De camino a la biblioteca, rememoraba la amarga plática que mantuve con el Director Longbottom y la Profesora Thénardier. Tutorías… ¿De verdad era posible? ¿Qué les hacia pensar que estaba lo suficientemente capacitado para impartir las tutorías? ¿En especial a Lucrezia Pontmercy? Llegué a pensar que se trataba de una broma de mal gusto. Nunca antes Lucrezia ha necesitado de las tutorías… entonces, ¿por qué habría de necesitarlas ahora? ¿Por qué he de ser yo quien deba impartirle las tutorías?: ‘Me siento orgullosa de saber que la señorita Pontmercy ha alcanzado el nivel que espero de mis alumnos de TIMO, y que es un requisito indispensable para mis alumnos de ÉXTASIS. El problema es que le falta dedicación; a pesar de ser una joven capaz y decidida. Usted es el único capaz de impulsarla y motivarla en la asignatura, Dorian, usted es su única esperanza.’ ‘Ella lo necesita, Dorian. Y confiamos en que con su ayuda y orientación, la señorita Pontmercy, lo logrará. ’ Probablemente ‘necesitar’ no sea la palabra más adecuada; me atrevía a pensar que Lucrezia Pontmercy nunca necesitaría de la ayuda de los demás para salir adelante. Es por eso que, toda esta situación me resultaba una cruel ironía. Han pasado cinco años desde aquella noche, y lo cierto es que no creí que volvería a estar cerca de ella, Lucrezia era un año mas joven y rara vez coincidíamos dada mi tendencia a evitar los lugares concurridos. Debo admitir que la idea de impartir tutorías es una labor que me parece tediosa y hasta cierto punto desagradable, pero… ¿qué opción tenía? Ninguna. De ahora en adelante, tendría que poner a prueba mi paciencia y he de aceptar que será un reto, incluso para mí. Al menos debo agradecer que se trate de Lucrezia Pontmercy y no de Marlene Black. Las palabras de Black ocupaban la otra parte de mis pensamientos, a pesar de que trataba de no pensar en lo sucedido la noche anterior. No me enorgullecía de haberle dicho todo lo que le dije, pero su majadería y el hecho de que se afane a comportarse de aquella forma tan inmadura, colmó mi paciencia, y a su vez me hacia sentirme arrepentido de mis propias palabras. Esta claro que Marlene Black, nunca crecerá, y siempre será esa chiquilla inmadura e irresponsable; detalle que pude comprobar cuando nos topamos frente a frente y me ignoró, provocando que aflorara ese sentimiento de culpa ante el fresco recuerdo de la noche anterior. ¿Su indiferencia debería afectarme? Probablemente si albergara algún tipo de sentimiento por Marlene, y la verdad es que nada de lo que haga, puede sorprenderme…

‘Olvídate de ella…’ dijo una voz tajante dentro de mis pensamientos, mientras pasaba la hoja de mi ejemplar de Traducción avanzada de runas. ‘No hay razón para que te disculparas, ella era quien debía disculparse contigo. Además, se lo merecía…’ Es cierto… todo lo que dije fue con la intención de herirla, pero detrás de la satisfacción, se encuentra ese dichoso sentimiento que te hace replantearte si hiciste lo correcto o no. Fruncí ligeramente el entrecejo, garabateando unas notas personales en el margen de la página que me encontraba leyendo, tachando una que otra línea que consideraba como dato erróneo y corregirlo con otra anotación. Desvié brevemente la mirada de mi libro, para sacar del interior del bolsillo de mi túnica, un antiguo reloj de bolsillo con incrustaciones de cuarzo en su parte delantera, bañado con la mejor plata del siglo XV, labrada por duendes, pero los detalles y los grabados nunca han sido lo mas importante. Este reloj, era sin duda, una de mis posesiones más preciadas, por tratarse de un obsequio de mi padre cuando cumplí once años. Según me dijo, este reloj alguna vez perteneció a la abuela Eileen, el valor sentimental era invaluable… y el hecho de que mi padre me lo confiara, lo convertía en un talismán. Una ligera sonrisa curvo la comisura de mis labios, cuando guardé el reloj en el interior de mi bolsillo tras cerciorarme de la hora y limitándome a retomar la lectura de mí libro. Por lo que veo, la puntualidad no era el fuerte de Lucrezia, los cinco minutos de tolerancia, eran aceptables, pero veinte minutos, ya era el colmo. ‘Seguro lo ha olvidado…’ supuse con amargura, alargando una mano para tomar mi ejemplar de Silabario del hechicero para cerciorarme de un dato, pero entonces caí en la cuenta de su presencia. Su voz era como una extraña mezcla magnética que te obliga a voltear a verla… ¿a que se debía aquella inusual reacción? No lo sabía con certeza, así que me esforcé en no prestarle la mínima atención. Fruncí el entrecejo, mirándole por el rabillo del ojo. – Llegas tarde, Pontmercy… – Pasé por alto aquel amistoso saludo, que no me ablando en lo absoluto. Bien mis palabras podrían malinterpretarse como un reclamo, pero en realidad se trataba de una observación, una critica observación para ser precisos. La mueca, así como el pequeño y arrugado espacio entre mis cejas se acentuó al oírle decir que si por un segundo había pensado que se olvido de nuestra ‘sesión de Pociones’ acerté en el blanco. – No lo pensé, de hecho lo supuse. Pero te confieso que me ‘alegra’ saber que tienes la gentileza de admitir tu falta; debes creer que tengo todo el tiempo del mundo para estarte esperando…. – enfaticé mis palabras con una sutil y palpable ironía. Tal y como lo mencione anteriormente, necesitaría recurrir a grandes esfuerzos para tolerar este tipo de faltas. Y para ser la primera… ‘sesión’ debo decir que me siento muy decepcionado. – Olvídalo… no hay razón para que te molestes… – repuse con gravedad, mientras recorría con la mirada el índice de el ‘Silabario del hechicero’ buscando la página del dato que necesitaba confirmar. – En todo caso, debo ser yo quien debe agradecerte, por que vas a tener que ver esta cara al menos tres veces por semana, dependiendo la actitud que demuestres conforme avancemos. Ah… y siempre y cuando no nos estanquemos en las dudas que tengas – Si no me esforzaba en no darle mucha importancia a sus palabras, era por que consideraba que no había razón para que se atribuyera ese tipo de molestias. En realidad, no hacia esto por gusto… – Supongo… aunque, como te acabo de decir, no es necesario… – Una vez más la miré por el rabillo del ojo, solo para darme cuenta de que sonreía con esa inocente picardía, tan característica de ella. Arqueé ligeramente una ceja cuando dijo que era el experto y su nuevo ‘tutor favorito’. ¿Debería darle crédito por su entusiasmo? Supongo que tendré que averiguarlo…. Pero lo cierto es que… tenía dudas sobre ser seguir siendo su ‘tutor favorito’ cuando sepa lo que tengo planeado para ella en nuestras sesiones. – Ya lo veremos, Lucrezia… ya lo veremos… – cavilé con tedio, al escuchar el ligero sonido de la silla arrastrándose. – Ah, claro… si gustas podemos ir a las cocinas y preparar todo para organizar una amena fiesta de té. Estoy seguro que, el sombrerero loco y la liebre querrán acompañarnos… ¿Qué opinas? – Una vez más me valí de la ironía para expresar lo que pensaba, cuando propuso que le hablara de mi verano acompañados con una taza de té. Esperaba que no hablara enserio… A este paso, no avanzaríamos nada durante la primera sesión, y menos si Lucrezia se empeña en hacer bromas de este tipo. – No hablas enserio… – Volví ligeramente el rostro hacia Lucrezia para ver, con mis propios ojos, la expresión en su rostro. ¿Ahora se valdría de métodos de persuasión para obligarme a ceder? Pero la pregunta central es… ¿Qué le hace pensar que voy a ceder a lo que me pide? Contuve un suspiro, masajeando ligeramente mi frente con la yema de mis dedos, con una expresión de aburrido cansancio. – Si no accedo a lo que me pides, Lucrezia, quedaré como el insensible ‘tutor’ que a penas y te permite respirar. Pero si accedo a que vayas y comas algo, perderíamos mucho más tiempo del que ya perdimos… – hablaba en un tono cansino, mientras continuaba masajeando ligeramente mi frente. Era como tener que repetir un tema una y otra vez cuando este no se ha comprendido. – Te la pondré fácil, así que… anda, ve por algo de comer, aquí te espero… no quiero que te desmayes por no alimentarte correctamente… – Si ‘casualmente’ lo dicho por Lucrezia se cumple, no quiero cargar ese ‘remordimiento’. Lo mejor era evitar ese tipo de situaciones. – Ve, anda… antes de que cambie de opinión… – advertí, con un matiz de impaciencia, mientras la instaba con la mirada a que fuera, pues estaba hablando enserio; así podría aprovechar su ausencia para terminar una de las traducciones para la clase de Runas Antiguas.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Vie Abr 26, 2013 11:07 pm

»lú pontmercy
lucrezia fay pontmercy
[ De Sangre Pura, tiene 16 años, esta en Sexto Año y es 1/4 veela. ]
» con Dorian Snape en Biblioteca

[ # ] Dorian Snape Tumblr_m46w6owhCY1ql2gms


Así que lo que dicen por los pasillos es cierto, pensó Lucrezia al notar un tono tan peculiar en las palabras del Slytherin, Dorian se había convertido en un joven recto, serio, y dedicado; pero ultimadamente, solitario y un tanto arisco.

No le molestaba, ni mucho menos lo veía como un ataque a su persona como sabía que muchos de sus compañeros lo consideraban. Sin embargo, no pudo evitar sentirse un poco afligida ante tal frigidez, mas su rostro no reflejo sus sentimientos. La nítida imagen de aquella tormentosa noche, perdida en un laberinto y aterrorizada por la fuerza intimidante de los luminosos rayos, regreso de pronto en su mente; Dorian pareció salir de la nada en aquel entonces, convirtiéndose en su única esperanza. El joven se había comparecido de la pequeñita bruja que entonces titiritaba de frio, y la acompañó hasta la seguridad de su Sala Común. Tal vez, si uno lo ve incluso desde el punto en el que sucedió, tal evento sería nada más que un acto de buena fe, y nada más. Pero para una niñita de once años, había sido todo lo que necesitaba para confiar plenamente en el joven; y ahora, cinco años después, tal sentimiento no había cambiado a pesar del tiempo o de haber partido por sus propios lados. Era por eso que, de cierta manera, el por fin volver a hablar con él le brindaba una ligera sensación llena de anhelo y melancolía. Aunque, por supuesto, tales pensamientos eran mejor mantenerlos en la privacidad de su mente por el momento.

- Tres veces a la semana, mantener una buena actitud, y no tengo que agradecerte, pero tu si a mí, porque veré tu cara, entendido. - Dijo con un leve cabeceo al repetir lo que había mencionado antes al sacar de su bolso un pequeño cuaderno, forrado en una portada de cuero color rojizo, e ignorando sus observaciones llenas de ironía; no había porque molestarse en contestarle, después de todo, solo terminaría en una discusión con él, y tal no era parte de su plan. La verdad, lo único que la ofendía en lo más mínimo, era su actitud cansina y pesada, parecía que estaba por cumplir una dolorosa penitencia en el purgatorio ¡por Merlín! - No te preocupes, Dorian…tengo un horario un tanto demandante, así que malgastar tu preciado tiempo seria malgastar el mío, lo cual es terriblemente contraproducente. - dijo sin mirarlo, aunque una ligera sonrisa aun jugaba en la comisura de sus labios. Termino de apuntar con letra alargada en cursiva el horario improvisado, justo debajo de un par de apuntes que titulaban “Ensayos con la Banda, ir, o ser asesinada por Jaxton” y “Entrenamientos de Quidditch,” pero arriba de otro que leía “Visitas al Alquimista”. Vaya año, pensó soltando un suspiro mental, para luego cerrar y guardar de nuevo su salvavidas.

Una gentil risa armónica escapo de sus labios al escuchar lo que Lucrezia, personalmente, consideraba lo más entretenido que había salido de esa línea recta cincelada en sus facciones. - No, no, no ¡Dorian! El sombrero loco está ocupado, ¿que no lo sabes? Además, no sé tú, pero a mi humilde opinión, yo prefiero tomar mi té con la reina de corazones; es una matriarca de mente política, sería muy interesante escuchar su punto de vista en respecto a eso de cortar cabezas...aunque si trata de ponerlo en practica, de una vez te digo que la nobleza de un Gryffindor es un mito, y yo saldré corriendo.- respondió muy quitada de la pena, incluso dejando ver su diversión ante tal claro cinismo mientras regresaba su oscura mirada al joven serpiente. Si Dorian tenía en mente intimidarla de alguna manera, o pensaba que lograrían estas tutorías a bases de comentarios irónicos, estaba bastante equivocado.

Al escuchar la“proposición” de Dorian, alzo una ceja finamente definida mientras observaba con discreta examacion la expresion en su rostro; debía de admitir que no esperaba que le diera permiso de ir, al menos no después de una minúscula disputa, pero tampoco era su plan perderse mitad de la tarde. No tomo mucho para llegar a su conclusión, lo cual lo dio a conocer al soltar un ligero pero profundo suspiro, negando sutilmente con la cabeza.

-La comida es para disfrutarse entre amigos, saboreando sin ningún apuro cada uno de sus embriagantes aromas, degustando sin preocupaciones del manjar de sabores y brillantes colores, y si es acompañada con un buen vino añejo y al final, con un dulce postre, mucho mejor.- Su voz era calmada, suave, casi como si tal pequeño discurso fuera su filosofía personal, y en cierta manera, lo era. Inclino ligeramente su cabeza para mirarle con más cautela poco después, causando que un par de rizos azabaches se desplomaran en cascada por su hombro. En su mente, calculo la probabilidad en convencerlo a que la acompañará; todo lo que había dicho era cierto, Lucrezia prefería no comer a comer sola y apurada, pero la idea de dejarlo esperando, encerrado en la biblioteca, mientras ella se entretenía en el Gran Salón no la convencía en lo absoluto. -Y bueno, como mi amigo parece determinado a continuar con sus labores, supongo que aprenderé a ser paciente.- Se encogió de hombros, la sonrisa con aires de travesía adornando de nuevo sus labios rosados.

Pero, a ser totalmente francos, si tenía un poco de hambre; el hablar de comida solo causo que creciera su apetito y olvidase por un pequeño momento porque se encontraba ahí. Inconscientemente, se apretó un poco el estómago, pero pronto comenzó a convencerse que en verdad era mejor esperar. Además, estaba segura que si seguía con el tema, Dorian seguiría con sus sermones empapados de mordacidad.

- Mira, te propongo algo...- Lucrezia dijo de pronto, apoyándose contra la mesa para reclinándose un poco más hacia él, y aunque su tono no era necesariamente severo, si con un destello de seriedad aun cuando continuaba ligeramente jovial. - Supongo que no me quieres acompañar, así que por ahora, haremos todo a tu manera. Dime que planes tienes, y yo haré lo que digas. Los días siguientes, prometo llegar a tiempo, ya comida, y con mi mejor disposición por aprender. - Pauso por un momento, dejando que las palabras se sentaran entre ellos, y chasqueo la lengua antes de continuar, capturando la penetrante mirada de Dorian. -Pero solo si tú me haces el grandísimo favor de dejar de actuar como si esto fuera una tortura para ti, ¿quieres, mon chéri? - Sostuvo su mirada por un par de segundos, buscando en ella algo que le digiera que en efecto, no todo debía ser un martirio durante esta peculiar asignación, y que podrían llevar todo en paz. Se dejó caer contra la espalda de la silla de nuevo, cruzando sus piernas mientras tomaba su varita y convocaba una manzana con leve murmullo del hechizo Accio. -Es decir, ¡por favor! Nos veremos las caras casi a diario, pero debo de preguntar… ¿siempre tiene que ser en la biblioteca? ¿No podemos, no sé, elaborar pociones al lado del Lago de vez en cuando, o en los terrenos, algo así? – Inquirió Lucrezia con una graciosa mueca de susto que duro un pequeño segundo en sus labios; no que no le gustara leer, o la calma que se sembraba en la biblioteca, pero pasar todas las tardes adentro y desperdiciar de un posible día soleado era casi como una pesadilla para la joven bruja.


Última edición por ιzzy нale el Sáb Abr 27, 2013 10:19 pm, editado 1 vez
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Sáb Abr 27, 2013 1:38 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Lucrezia Pontmercy ;; En la biblioteca ]

Un sabio filósofo dijo una vez: Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más a quien un día echaste de menos. Lo asombroso de las palabras es darte cuenta de lo ciertas que resultan en ocasiones. Hay cosas difíciles de explicar, incluso de entender, y el recuerdo de aquella tormentosa noche se ha vuelto confuso con el paso de los años, a pesar de que nunca me esforcé en darle la menor importancia. ¿Por qué me compadecí de una desconocida? ¿Es correcto sentir compasión por alguien a quien nunca has tratado en la vida…? Otro en mi lugar… se habría seguido de largo al ver a esa pequeña niña, frágil e indefensa, encogida de miedo, por la fuerte intensidad de los rayos, iluminando los oscuros y desolados pasillos del Colegio. Pero había algo, en la mirada de Lucrezia que no podría definir con palabras, el brillo en sus ojos solo era opacado por la humedad del llanto y por el reflejo de sus miedos internos. He llegado a pensar que, la razón por la que me quedé a su lado esa noche fue solo por simple y mera compasión, nada más y no por que haya despertado un sentimiento que fuera capaz de conmoverme. Después de esa noche, Lucrezia y yo tomamos caminos diferentes, cada uno siguió con su vida y así debía ser… no tendría por que haber sido diferente. Con el tiempo, las personas tienden a cambiar para bien o para mal, la afinidad no suele ser la misma, los intereses y las prioridades son distintos para cada persona, es lo que define a cada quien. Y, eso… es lo que nos sucedió a Lucrezia y a mí… El recuerdo de aquella noche, tarde o temprano, se convertiría en una vaga memoria…

Francamente, no tenía interés en cambiar mi actitud, ni mi manera de hablar, la ironía formaba parte de mi ser, y era la única forma de ser critico, pero sin caer en el error de las ofensas. ¿Esperaba que fuera flexible y pasara por alto su tardanza? No sé que es lo que espera Lucrezia de esto… pero no voy a negar que su actitud me dejó lo bastante claro que esperaba un recibimiento más… caluroso de mi parte, como el trato que suele dársele a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Pero no puedo tolerar la impuntualidad y la falta de responsabilidad en quienes no son capaces de seguir el paso, y no son capaces de asumir responsabilidades. Admito que esperaba más de Lucrezia… y para ser la primera de muchas sesiones es decepcionante. ¿Cómo pudo alcanzar el nivel que la profesora Thénardier espera de sus alumnos de TIMO? No lo sé… pero aún en contra de los pronósticos, ella debe saber lo que hace. A fin de cuentas, ya tiene dieciséis años, y es tiempo de que ponga en orden sus prioridades… He observado a Lucrezia, y no le faltan agallas para cumplir con sus objetivos. Ponerla a prueba y ver hasta donde es capaz de llegar… será interesante. – Me reconforta saberlo… – repuse con acentuando la curvilínea mueca que se había formado en mis labios, observando por el rabillo del ojo cada uno de sus movimientos. – Poner en orden tus prioridades te ayudará a organizarte, y con eso evitaras críticas constructivas en el futuro – Una vez aclarado que ninguno de los dos estaba aquí para perder el tiempo, podría catalogarse como una… ‘aceptable’ forma de inicio, mas no la esperada…

No pretendía intimidarla u ofenderla… contrario a lo que otros crean nunca podría sobre pasar los limites del respeto y caer en el error de insultar a una mujer. Pero entre una cosa y otra existe una gran diferencia. Hay personas como Marlene Black que requieren medidas drásticas y no tienen reparo en colmarte la paciencia con estupideces. Emplear la ironía es una manera sutil y eficaz para burlarte de la opinión o de los deseos de los demás, disfrazándola con lo que piensas en realidad. Evidentemente, las palabras de Lucrezia eran una forma de contraatacar y defenderse de lo que dije… solo que con ingenio y desvergüenza en la manera de expresarse. – ¿Ah, si? No lo sabia… – fingí interés, para no desairarla en no responder a su ingenioso comentario. – Dudo mucho que ‘escuchar’ su punto de vista sea conveniente, una amena charla, acompañada con una taza de té, seria como ir en contra de tu buen juicio. Tal y como tú bien lo has dicho, la reina de corazones es una monarca política, de muy mal genio que es descrita como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. No querrás estar cerca de ella si accede a escuchar las elucubraciones de una adolescente que no este de acuerdo con la forma en que gobierna y sentencia. – Mi voz era monótona, pero calmada. – Interesante… siempre pensé que para ser seleccionado en Gryffindor, la valentía era un requisito indispensable. Aunque claro… la valentía puede estar dentro de quienes menos lo esperas. Hay quienes se valen de actos heroicos, desertan para salvar la vida de los que aman y no por ello se les considera cobardes. A nosotros, por ejemplo, se nos ha estigmatizado por el hecho de que, si nos dan a elegir, entre una vida u otra, o elegir entre pelear y la oportunidad de salvarse, algunos prefieren salvar su pellejo. Depende de cuanto valora esa persona su vida. – Mis palabras eran mas bien una forma de reflexionar la perspectiva de quienes piensan que la casa de Slytherin alberga cobardes. Lo que demuestra que cada persona, es un mundo diferente.

Al oír su pequeño discurso de filosofía personal acerca de la comida, mi rostro se volvió ligeramente hacia su lado, mis ojos entablaron contacto con los oscuros ojos de Lucrezia, pero mi expresión siguió siendo la misma, determinada, seria, sin intención de suavizarse. Sus finas y delicadas facciones no tenían nada que ver con las de aquella niña que conocí años atrás. En aquel entonces… Lucrezia llevaba el cabello un poco más corto y un halo de inocencia la rodeaba. La manera en que sus ojos me miraron esa noche, no era la misma, había cambiado, el destello inocente que ahora emanaba de su mirada, tenía cierta picardía, no solo en sus ojos, si no en su forma de hablar. Lucrezia se había convertido en una mujer atractiva, no hay razón para negarlo. Su belleza solo se podría comparar con la de una hermosa flor del desierto, que es capaz de sobrevivir aun en contra de las adversidades. Pero reparar en la bella chica en la que se ha convertido, no era el objetivo. Mis intereses eran un impedimento para enfocar la atención que una mujer requiere. – Que elocuencia, Lucrezia… – No era una ironía, bien podría sonar como un cumplido, pero no; no tengo intenciones de alimentar su ego con comentarios de este tipo hacia su persona. Mis palabras eran, en otros términos, una observación que rayaba en la consideración. – Si esa es tu decisión, entonces… haz lo que creas conveniente… – dije con una particular nota de indiferencia, al volver mi rostro. Si prefería desaprovechar la oportunidad que le estoy dando, era su problema, al menos sé que le servirá de lección, y se ahorrara inútiles esfuerzos al querer convencerme de lo contrario.

El problema es que una voz interna me advertía al decirme que esto no se quedaría así. No tenia idea de hasta que punto había cambiado Lucrezia, y no me refiero al aspecto físico, esto iba para su personalidad, su manera de pensar, su perspectiva. ¿Por qué ese afán de tratarme como si fuéramos amigos? ¿Cómo si fuera alguien de su absoluta confianza? Yo no era la clase de persona a la que esta acostumbrada a tratar… ¿Por qué se esfuerza tanto en aparentar que existe un lazo entre nosotros cuando no es verdad? En silencio, me dedique a escuchar su proposición, sopesando y reflexionando cada una de sus palabras, y con una expresión meditabunda. – No; y te agradecería que dejaras de insistir con el tema… – dije solo para zanjar y aclarar que no estaba dispuesto a ceder ante dicha idea. – Por otro lado, te reafirmo que eso es lo que esperaba de ti. Solo que no hay razón para que me lo digas… es mejor que te las repitas hasta que te las creas y seas capaz de cumplir con lo que has dicho. – Lucrezia era quien debía de poner en orden sus prioridades para evitar este tipo de situaciones. Debía entender que yo solo estaba aquí para asesorarla y no para darle órdenes, ni para decirle que es lo que debe o no hacer. Tendría que forjarse de determinación si busca tomar decisiones, no solo debe dejarse llevar por lo que dicta su corazón o sus instintos. La precipitación y la impulsividad solo acarrean arrepentimientos, y no creo que Lucrezia sea tan ingenua como para acciones precipitadas. Una imperceptible sonrisa curvó mis labios, transformando la mueca en mi rostro, por una sonrisa nada visible, cuando nuestras miradas hicieron contacto una vez más, y el contacto entre ambas se prolongo por varios segundos. – De acuerdo… – dije al cabo de unos segundos de silencio, serenamente, soltando el aire por la nariz, y sin recurrir a un notorio suspiro. No tenia caso iniciar una absurda discusión sobre los puntos a establecer durante las sesiones, mientras cumpliera con su parte del trato, yo no tendría por que faltar a lo que acceda a prometer. – Un trato que nos beneficie, me parece sensato. Cumpliré con mi parte, siempre y cuando tú también cumplas con la tuya... – Mi actitud tenía fundamentos y no era cuestionable. Pero si eso es un problema… supongo que no tengo elección. No esperaba que le resultara agradable el tener que vernos la cara todos los días, y eso es algo que desde un principio lo tuve claro. – Me temo que eso, querida Lucrezia, no esta dentro de los términos de nuestro acuerdo… y no veo razón para que discutamos algo que no tiene sentido… – me expresé con una fría y calmada serenidad que tuve que modular para que no pensara que me estaba molestando con ella. ¿Cuál era el problema con la biblioteca? Es lo que yo quisiera saber… y lo cierto es que, estoy empezando a creer que Lucrezia solo busca motivos para hacerme perder la paciencia. Sabia perfectamente que la biblioteca era el lugar menos frecuentado por Lucrezia, pero no tenia idea de que le desagradara tener que llevar a cabo nuestras sesiones en la tranquilidad de la biblioteca. – Pero antes de cambiar de tema, respóndeme una cosa: ¿Cuándo has visto a un mago o a una bruja elaborar pociones al aire libre? – cuestioné calmadamente a la espera de que me ilustrara con una respuesta. Ya me gustara escuchar lo que tiene que decir…
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Jue Mayo 09, 2013 3:34 am

»lú pontmercy
lucrezia fay pontmercy
[ De Sangre Pura, tiene 16 años, esta en Sexto Año y es 1/4 veela. ]
» con Dorian Snape en Biblioteca

[ # ] Dorian Snape Tumblr_inline_mmc0cfgBeo1qz4rgp



Los ojos de la joven, de un usual tono de media noche, tomaron un pintoresco brillo – un resplandor que se destallaba por sus irises mientras observaba al joven con discreta atención. El solo hecho de que le contestara – aun cuando era de manera un tanto monótona pero con dejes de irónica – ya eran en si un acontecimiento tomando en cuenta lo resguardado que se encontraba al principio de este particular encuentro. Incluso para el juego de palabras, por más sutil que fuera, se requería de un nivel de observación y calculación que requería mucho más de su aparente calma y desinterés. Aunque quizás albergaba mucha esperanza que florecía de detalles tan mínimos, pero así era el carácter de la Gryffindor. Sus pensamientos no se conducían por la idea de que Dorian se convertiría en una mariposa social en un pestañear de ojos ni mucho menos en un par de minutos; pero tan siquiera decía más de dos palabras, siguiéndole el juego en ocasiones y en otra aclarándole sus objetivos– al fin y al cabo, cualquiera que fueran sus intenciones, aun dejaba ver que no era tan duro ni frígido como el acero, y tal descubrimiento era, aunque no lo admitiera aun, curiosamente grato para Lucrezia.

Recargando su mejilla ligeramente sobre la palma de su mano, escuchaba con interés la respuesta de algo que, al menos como Lucrezia veía, el no intentaba que fuera más que un comentario inofensivamente burlesco. - Puede que sea poco conveniente, pero por lo usual, la curiosidad dicta que tienes que enfrentar tal obstáculo en orden de lograr lo que quieres. - respondió Lucrezia de la manera más natural, asintiendo ligeramente con la cabeza confiada en su respuesta; bien podrían estar hablando de la verdadera monarca de sus tiempos, incluso de alguna reina que allá existido en su mundo – pero existía una parte en la mente de la joven en donde apareció una pizca de curiosidad por escuchar su punto de vista, por más ficticio que fuera los sujetos de su conversación. Y, ¿quién dijo que yo tengo intenciones de hacerle saber que estoy en desacuerdo con su política? No, mon ami, aún no he llegado a ese nivel de locura, y seguramente Lewis Carrol me odiaría de por vida si trato de cambiar su mentalidad...Lo mío seria simple interés por conocer más afondo a la villana de una de mis historias preferidas. - Lucrezia afirmó, mientras apartaba un mechón de su frente.

Por un momento, se ahorró sus comentarios, ladeando ligeramente la cabeza mientras escuchaba atentamente a Dorian hablaba, considerando con cuidado sus palabras. Tienes razón, la valentía es una característica de los Gryffindor; pero la nobleza y la valentía no son sinónimos…uno puede ser valiente, y no ser necesariamente noble, un acto de valentía bien puede constituir un falto a la lealtad, entonces dejaría de ser noble. Dependiendo del punto de vista, claro…- Se encogió de hombros y recargo su espalda de nuevo contra la silla; en realidad, ella veía tales definiciones como algo gris – era un poco difícil definir la valentía, pues la gente se tomaba el derecho de juzgar las acciones de los demás sin ninguna piedad, así que la definición era en si algo que uno constantemente personalizaba. ¡Oh, los estigmas! Claro, por poco se me olvida que la gente aún sigue con eso. - Una ligera risa sarcástica se escapó de sus labios, negando un poco con la cabeza, regresando su mirada al joven serpiente. Los tachan de cobardes, ¿no? Al menos, según he observado, a los Slytherins poco les importa lo que los demás piensen, y lamentablemente la realidad de que existen validas razones detrás de una acción aún no ha sido acoplada por la mayoría de la gente. – Lucrezia estaba familiarizada con la historia de las casas; al igual de la existencia de muchos magos y brujas que cometían actos de valentía o de cobardía sin pertenecer a la casa de Gryffindor, o a la casa de los Slytherins. Aunque la francesa se sintiera muy orgullosa de su casa, de su hogar y de quienes consideraba su familia, no estaba tan siega como para creer en tales prejuicios – al final, el carácter y la pureza en el corazón de una persona saldría a la luz, y eso era lo que verdaderamente importaba, no los colores que adornaban su uniforme.

Si por un momento, el fragmento de un segundo, tuvo alguna esperanza de que accediera en acompañarla, sus palabras apagaron pronto esa llama. Aunque no todo estaba perdido – al menos aun tendría su manzana; sin embargo, en un rincón de su mente se anotó sin querer la misión de llevarlo a comer de alguna manera u otra eventualmente, hasta con eso tendría que ganar cierto nivel de paciencia, pero el tiempo seria su aliado. Aun así, su diminuto – por lo usual, sobrepasado- comentario provoco que una gentil sonrisa iluminara su rostro por un pequeño momento. Después de todo, con una madre que le recitaba poesía desde pequeña y hasta que simplemente ya no pudo más, más un padre que la mantenía encerrada en la biblioteca hasta que lograba escaparse, lo menos que podía esperar Lucrezia era saber cómo utilizar las palabras para formar una bonita y elegante oración.

Ya, si quieres pasar hambres, no soy nadie para negarte tal derecho. - comento alzando las manos en forma de darse por vencida, tomando la manzana que por fin había llegado a sus manos, pero mientras que aceptaba su declinación aun encontrando la situación un tanto divertida. Uno diría que lo invito a tomar veneno voluntariamente. Sin embargo, tampoco me sentiré culpable por comer frente a ti. - Tomo su varita de nuevo, apuntando hacia la puerta de la biblioteca mientras murmuraba una vez más el hechizo Accio, para invocar otra manzana – la cual llego sorprendentemente rápido su mano libre. Aquí tienes.- la puso frente a él, arqueando ligeramente la ceja mientras capturaba su penetrante mirada de nuevo. Seria descortés de tu parte negar una ofrenda tan inofensiva, Dorian. No me harías tal grosería, ¿non? Además, dicen que uno no puede estudiar con el estómago vacío.- le guiñó el ojo, sin miedo a demostrar que estaba bastante entretenida con la situación al momento que mordía su manzana. No era necesariamente por empujarle, ni sacarlo de sus casillas; ella no era de ese tipo de personas que buscaban como molestar a los demás, pero honestamente le divertida como se aferraba a no hacer algo que muchos consideraban tan normal como ir a comer. Puede que ella no comprenda bien la compleja manera en la que la mente del Prefecto trabajaba, pero por igual, Dorian no conocía aun como era que ella se manejaba. Sus reacciones y sus palabras le indicaban que al menos estas reuniones no serían en lo más mínimo aburridas.

Asintió obedientemente un par de veces a su pequeña observación, apretando ligeramente los labios, analizando por un momento sus palabras. Estuvo a punto de comentarle que sus palabras le recordaban tanto a lo sus profesores le repetían, en especial aquellos de cuyas materias no eran exactamente su área de experiencia o de su agrado. Sin embargo, se ahorró sus pensamientos por el momento. Si Dorian quería poner a prueba lo capaz que podía ser en seguir con sus promesas – o expectaciones, como el continuaba en llamarles – entonces estas reuniones no serían en lo más mínimo tan aburridas como imaginaba.

Lo que si no pudo contener, fue que una sonrisa triunfante se dibujara en sus facciones al momento en el que acepto su proposición, sonriéndole abiertamente. Conscientemente, tuvo que contener la necesidad de alzar las manos en señal de triunfo, como si hubiera ganado un juego de Quidditch; aunque de alguna manera así se sentía, dudaba que Dorian fuera amante de ser flexible en lo más mínimo, sea lo que sea la ocasión. ¡Perfecto! Me alegra ver que podemos llegar a un acuerdo.- Dijo claramente entusiasmada, aunque no sabía bien si era por el trato en si o el hecho de que lograra convencerlo de al menos una cosa. Aun así, esto no impidió que en el momento que se negara de buscar otro lugar para sus lecciones, su sonrisa cayera y frunciera ligeramente el entrecejo de una manera tan rápida que hasta pareció cómica. Aw, ¿!porque?!- pregunto, sin poder evitar sentirse por un momento como una chiquilla que le habían quitado su helado preferido. Pero no duro por mucho – sobre todo cuando Dorian inquirió sobre tal, al parecer descabellada opción. Se acomodó sobre su asiento, cruzando delicadamente los brazos mientras mordía de nuevo su manzana y dirigía su mirada hacia al lado y a la nada; tomando con tranquilidad su pregunta y reflexionando sobre esta. Bueno, ¿no parece lógico? - Dijo un par de segundos después, arqueando ligeramente una fina ceja mientras observaba atentamente al joven Slytherin. Es decir, los ingredientes de las pociones provienen de la naturaleza….así que no veo que es tan sorprendente de querer estar en contacto con ese ambiente, con la magia de la tierra, al elaborar una poción. Sin mencionar, que seguramente los humos que emiten ciertas pociones podrían llegar a ser dañinos, y al aire libre, corres menos riesgo de ser afectado por tu propia creación. - Pauso por un momento, dejando que la lógica de su explicación se acentuará en la distancia entre ellos; porque, obviamente, Lucrezia tendría razones mucho menos razonables. Y fue entonces la sonrisa traviesa ligeramente ladeada apareció de nuevo. Parece que piensas que tengo una enemistad con la biblioteca, pero no es así. Simplemente me gusta cambiar las cosas, salir de la rutina, sin mencionar que elaborar pociones al aire libre añade un aura mística a una tarea normalmente monótona. - Su mirada se fijó en la expresión del joven, calculando sus siguientes palabras mientras tomaba nota de las fuertes facciones de la cara de Dorian Snape. Si su tono de voz calmado y su actitud reservada no indicaba que el raramente buscaba esa sensación de aventura que ella tanto añoraba, su tono de piel notoriamente pálida le indicaba que Dorian no era exactamente de los que se pasaban tirados sobre el pasto verde bajo los rayos del sol. Aunque un parte de ella también tenía que admitir que no le sentaba exactamente mal; de hecho, le daba un cierto aire aristocrático, incluso hasta misterioso, y por un momento se preguntó cuál sería el número de chicas que discretamente visitaban la biblioteca solo por ver por un momento al reservado y rígido Prefecto. No le tienes miedo al cambio, ¿o sí, querido Dorian?- pregunto de pronto con un aire pensativo, fijando su mirada de nuevo en los ojos profundos de su joven acompañante. ¿O será que te desagrada el fulgor del sol? No, no lo creo, todos necesitamos de un poco de calor. Pero no te preocupes, no tiene por qué ser ahora…como te dije, he adoptado la paciencia como mi nueva virtud.- le sonrió de manera gentil, pero sin faltar el rayo de picardía detrás de sus palabras – los que la conocían bien, sabían las tuercas de su cerebro ya estaban formando algún plan lleno de ocurrencias.

Pero, qué va, hay que trabajar o si no de verdad te molestaras por ‘perder tu tiempo’. - Comento en broma, inclinándose de nuevo sobre la mesa para sacar el libro de apariencia antigua de su bolso. Echo una mirada a Dorian, entrecerrando un poco los ojos mientras trataba de recordar las indicaciones de la Profesora Thenardier. La profesora comenzó a hablar sobre tres pociones en las que trabajaríamos el primer cuarto del año: la poción Multijugos, Amortentia, y Felix Felicis…las cuales, para mí, ninguna de las tres deberían ser permitidas, pero bueno, quien soy yo para dudar la ética detrás de las pociones. - Solto un ligero suspiró, apuntando el título de cada una de las pociones como salían nombradas en el índice del libro amarillento. Te puedo decir que soy pésima para recordar indicaciones, razón número uno de la que necesito tutoría, y también que no tengo buen pulsó ni taco para revolver, cortar, mitigar, o lo que quieras – razón número dos. Y…bueno, he hecho explotar un promedio de tres calderos y un cuarto, pero gracias a Merlin, aún no he matado a nadie.- Su sonrisa se mostró un poco apenada, no era en si como que había trabajado mucho para cambiar su forma de ser, pero la paciencia hasta el día de hoy no habían formado parte de su vocabulario diario. Pero que dices, ¿tengo esperanzas? Inquirió mordiéndose ligeramente el labio inferior, recargando su barbilla sobre el margen del libro mientras le miraba con inquisición, y hasta con un poco de inquietud. Sabía que Dorian no se echaría para atrás; después de todo, hasta el Director había hablado con él, pero Lucrezia honestamente quería saber su opinión.

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Vie Mayo 10, 2013 3:59 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Lucrezia Pontmercy ;; En la biblioteca ]

Levemente, con una imperceptible ligereza, fui entornando la mirada al escuchar los confiados comentarios de Lucrezia, los cuales, hicieron que volviera el rostro para observarle con detenimiento. Por la forma poco convencional en que me miraba, indica que fue desacertado responder al ingenioso comentario que salió de entre sus labios. El brillo en sus ojos, a mi parecer, significaba haber dado en el punto exacto con respecto a una de las obras literarias favoritas de Lucrezia. Esa tenue luz que despide su mirada podría ser la ventana al alma de Lucrezia. El escritor Edgar Allan Poe, creía que los ojos eran nuestra identidad, las ventanas del alma. Cierto o no… me es imposible descifrar a Lucrezia Pontmercy, dado a que la forma de pensar puede discrepar en muchos aspectos. Siete años pueden ser insuficientes para llegar conocer a fondo a una persona, incluso puede llevarte una vida, y, ni aún así terminas por saber como actuará o pensará ante las circunstancias, tales que pueden orillarte a actos de desesperación o incluso a la traición. La mente y los sentimientos pueden contrapuntearse dada la complejidad que cada una. Internamente no podía evitar cuestionar el motivo que, al parecer, dio pie a intercambiar puntos de vista sobre una de las obras más notorias y sobresalientes de Lewis Carroll. Dicha obra estaba llena de alusiones satíricas a los amigos de Carroll, la educación inglesa e incluso temas políticos de la época.

Lo que comenzó como un… inofensivo comentario que no debió ser tomado enserio, había tomado un rumbo diferente. Y lo inusual es no comprender por qué me limito a responderle… – Podría parecer contradictorio, si, pero la curiosidad es un comportamiento inquisitivo natural. La curiosidad no es ningún pecado, pero no por el hecho de dejarte guiar y llevar por ella, debes dejar de a un lado la cautela a la hora de actuar… – reconocí con el semblante serio, pero reflexivo. La curiosidad es el aspecto emocional que engendra la exploración, la investigación y el aprendizaje. Por lo tanto, su respuesta era acertada y no hay razón para negarlo. La sed por el conocimiento y el buscar respuestas, dependiendo de la perspectiva, era una forma de satisfacer una de muchas distintas formas en que puede presentarse la curiosidad. Enarqué ligeramente una ceja, prestando conscientemente atención a sus palabras; su acento, así como el hecho de que se le escapara una que otra expresión en francés no es algo que pasa desapercibido. – Es bueno saberlo… de otra forma, creo que es sencillo intuir cual seria tu destino, Lucrezia… – repuse desinteresadamente, para no volver ahondar en el tema.

Desvié la mirada, rompiendo el contacto, para poner en orden los pergaminos y los libros que estaban encima de la mesa, uno sobre otro de manera uniforme, despejando la mesa para tener el espacio suficiente para trabajar con las dudas que Lucrezia pueda tener. Hubo un momento en el que, mientras guardaba los libros dentro de la mochila, me pareció vislumbrar el rabillo de la oscura y larga cabellera de Eileen, internándose en una de las estanterías de la sección de Pociones; por lo que al alzar la mirada para cerciorarme de la presencia de mi hermana... una pequeña arruga se formó en el espacio entre mis cejas cuando fije la mirada en el lugar donde me creí ver a Eileen antes de que desapareciera entre las estanterías. Podría parecer que no estoy escuchando una sola palabra de lo que estaba diciendo, pero la realidad dista mucho de lo que parece. – La nobleza es el valor que te permite ser solidario, escuchar a los demás y comprenderlos. Es tener la sensibilidad interna para experimentar lo que el otro siente, creando una conexión que te permita entender sus momentos de desánimo o de alegría. Un acto de nobleza implica, en ocasiones, perdonar los errores que otros han cometido y otorgar segundas oportunidades a quienes realmente las merecen. Pero en efecto, un acto de valentía puede conducir a la traición, a la deslealtad; la valentía tiene distintos matices, que depende de la perspectiva… – concreté certeramente sus palabras, manteniendo la seriedad en la voz y en la forma de mirarle, que era fija y penetrante. Su fuerza de expresión, la fluidez con la que hablaba, era elogiable, atractiva. Pocos son aquellos en los que reside el valor y la nobleza… dado a que la mayoría tiende a juzgar deliberadamente las acciones de las personas a su alrededor. Definir una y otra no era sencillo… por el simple hecho de que nunca sabrás como son las personas en realidad, las circunstancias tienden a cambiar/transformar a quien menos te imaginarias. Las personas fácilmente se corrompen, dejando a un lado sus principios, sus valores… – Es verdad… cambiar la opinión de los que han estigmatizado a la casa de Slytherin como la casa que alberga cobardes y traicioneros no esta dentro de las ‘tribulaciones’ de los que formamos parte de ella – corroboré, con una irónica mueca levemente acentuada.

– Yo en tu lugar, no haría eso… esta prohibido ingerir alimentos dentro de la biblioteca. – advertí, mirándole de reojo, con una expresión de pocos amigos, por la simple razón de que corría con el riesgo de ser atrapada. No entendía la insistencia de Lucrezia… el hecho de que me hayan asignado como su tutor no significa que vaya a pasearme de aquí para allá con ella y que voy a ceder u acceder a hacer lo que ella pida. La familiaridad con la que me hablaba y me trataba deja claro que me considera como un viejo amigo al que no veía en mucho tiempo. En lo que a mí respecta… Lucrezia es solo una conocida, nada mas que eso… no hay ningún lazo de amistad que nos una, entonces… ¿Qué es lo que esperaba sacar de esto? Si lo que buscaba era socializar u obligarme hacerlo, temo que se llevara una amarga decepción por el simple hecho de que yo no soy la clase de persona que acostumbra a socializar con los demás. Crucé ambos brazos, recargándome contra el respaldo de la silla, y arqueé con ligereza ambas cejas, sin que la expresión seria en mi rostro se viera alterada, junto con la imperceptible y curvilínea mueca con ápice socarrón. Pues no sé que le hace pensar que estoy pasando hambre, a diferencia de Lucrezia, yo me sentía satisfecho. – Debiste haberlo considerado ¿no crees? – inquirí con disimulada ironía. No me remordía en lo absoluto que se quejara dramáticamente por no haber comido, la hora de la comida debió haberle bastado hasta que llegara la hora de la cena, pero al parecer no lo fue; le di la oportunidad de ir al Gran Comedor para que fuera a comer algo y no quiso. Al menos sé que esto le servirá de lección para evitar este tipo de inconvenientes. – Aprende a remediar los errores que cometes y ordena tus prioridades... – aconsejé seriamente, observando con el ceño levemente fruncido como sacaba su varita para invocar otra manzana, y la colocaba justo enfrente de mí. – Te arriesgas demasiado queriendo comprometerme... – repuse con gravedad, clavando la mirada en los ojos de Lucrezia, como buscando silenciosamente cualquier indicio que me ayudara a entender por qué hacia esto; al cabo de un determinado tiempo, desvié la mirada hacia el otro lado con ligero hastío, y estiré la mano para tomar la manzana que ‘amablemente’ me ofrecía, solo para colocarla donde antes estaba la pila de libros, en otras palabras, de mi lado, en una muestra de aceptación, para posteriormente guardarla en el interior de la mochila. – Aun así, agradezco el gesto… – la seriedad de mi voz y mi expresión, no significa que mi… gratitud no sea sincera – aunque sea solo por mera cortesía – tener que aceptar aquel gesto innecesario de su parte. – Discúlpame que no te acompañe, pero como te acabo de decir hace un momento, ingerir alimentos va contra las normas… y no pienso correr con un riesgo que se puede prevenir. Pero te aseguro que no la desperdiciare… – añadí, solo en caso de que cruzara por su mente la idea de que, una vez que termináramos la sesión y tomáramos caminos diferentes para volver a nuestras respectivas salas, la tiraría. No iba apresurarla, ni tampoco iba decirle que la guardara, pero decirle lo que no esta permitido hacer dentro de la biblioteca, la haría pensárselo dos veces antes de acudir a las sesiones sin antes alimentarse como es debido.

Reconozco que estaba interesado en escuchar, o mejor dicho conocer la opinión de Lucrezia en ese sentido. Acordar y pactar los puntos a respetar y a cumplir durante las lecciones era lo más conveniente tanto para ella como para mí, de esa forma evitaríamos problemas y nos ahorraríamos tiempo con molestos malentendidos que no van a ningún lado. Pero de eso… a cambiar el lugar en donde llevar a cabo las sesiones, era demasiado y no iba aceptarlo. La biblioteca era, en todo el castillo, uno de los lugares más tranquilos, el sitio propicio para la reflexión, ideal para estudiar sin molestas interrupciones y alejado de todo el bullicio. La expresión en el rostro de Lucrezia, la cual pudo haber sacado una sonrisa a cualquiera hasta el punto de conmover, dejaba claro que no esperaba una negativa, y debía prepararme para escucharla antes de tomar una decisión, que de por si ya era inapelable. La lógica de sus palabras tenia sentido, si… pero nada me asegura que estando a afuera, al aire libre, Lucrezia no se distraerá… Por lo menos estando dentro de la biblioteca, en un lugar que no frecuenta demasiado y que no es de su agrado, pondrá atención y mostrara dedicación, que al parecer es lo que le falta.

Su falta de concentración y el que se distraiga fácilmente con cualquier pretexto del exterior impediría que se concentrara y pusiera atención a las indicaciones. Lucrezia era como una niña, en el buen sentido de la palabra, que muestra curiosidad y fascinación por lo que ve y escucha. Y aunque disfruto pasar mi tiempo dentro de la biblioteca, no voy a negar el hecho de que, de vez en cuando, disfruto plenamente sentándome a la sombra de un haya, a orillas del lago, y sin ser molestado. La calma que se respiraba en el ambiente, te llenaba de una paz interna, mientras lees y reflexionas lo que cruce por tu mente. – Tu argumento tiene validez, no lo niego, pero me temo que tus palabras no me harán cambiar de opinión. – repuse con calma, rompiendo aquel prolongado silencio entre nosotros, y volviendo el rostro solo para encontrarme con su oscura mirada. – Eres demasiado distraída, Lucrezia... y lo que menos necesitas son distracciones que contribuyan a tu falta de concentración. Por lo tanto, nos quedaremos aquí… – determiné, con una mirada significativa, y sin mostrar ningún signo de ablandamiento en mi expresión, dándole a entender que no cambiaría de opinión sin importar lo que dijera. – Lo que sea que necesites, o no hayas podido conseguir para la práctica, pídelo y haré lo que este a mi alcance para hallarlo, ¿de acuerdo? No tendrás que preocuparte por conseguir los ingredientes por que yo te los proporcionaré para que puedas practicar. Lo único que si te voy a pedir es que no olvides traer tu material, es decir, tu balanza y tu caldero… los frascos para las muestras yo también te los proporcionaré. – indiqué seriamente, para recordarle que no lo olvidara. Sin embargo, cuando creí haberme expresado con la mayor claridad y con el debido entendimiento, dicho comentario que tomé como una impertinencia cuando salió de sus labios, me hizo lanzarle una mirada torva, que quedo en evidencia cuando hable con una voz cargada de aspereza. – No, Lucrezia, ni una ni otra. Ahora si me haces el favor, te agradecería que te reservaras tus impertinencias – zanjé de manera cortante, para dar por terminada aquella ‘charla’. La gentil sonrisa en su rostro, no me ablandaría… y aunque sus palabras seguían teniendo aquel toque de picardía, me tomaría tiempo acostumbrarme.

Sabia muy bien que esa no era la forma correcta para hablarle, es probable que sus palabras no hayan sido dichas con esa intención. Pero no iba a tolerar esa clase de impertinencias… por muy inofensivas que fueran. Me mantuve en silencio durante un par de minutos, con la mirada fija en Lucrezia aguardando a que me informara sobre las dudas que tenía y en las que debía ayudarla para mejorar su rendimiento. Arqueé una ceja, siguiendo con la mirada los movimientos de Lucrezia al sacar un pesado libro y antiguo de su bolso, el cual reconocí al instante, cuando lo colocó sobre de la mesa, ya que su apariencia era casi idéntico a ‘Moste Potente Potions’, un libro igual de pesado, grueso, y de aspecto mohoso que se encontraba en la sección restringida, y en cuyas páginas llenas de humedad, albergaba los métodos para la elaboración de pociones con efectos irreversibles, y que por supuesto, estaban prohibidas para los estudiantes. En silencio, me dediqué a escucharla meditativamente con el ceño ligeramente fruncido, mientras leía el nombre de las pociones que aparecían en el índice, según las iba indicando. El programa era el mismo que el de hace un año, naturalmente, no había cambiado, y de acuerdo a la opinión de la profesora Thénardier en aquel entonces, coincido con el hecho de que es necesario estudiarlas para conocer los efectos de estas pociones si no se elaboran con el debido cuidado. – De hecho, están prohibidas. Elaborarlas con fines que no sean estrictamente académicos va en contra de las normas... – aclaré, sin mirarla a los ojos, debido a que me encontraba ocupado leyendo los nombres de otras pociones que aparecían en el índice. En cuanto terminé de leerlas todas, lo que no me tomo mucho tiempo, posé la mirada en los oscuros ojos de Lucrezia, cuando enumeró las razones por las que necesitaba las tutorías, dedicándome una mirada de inquisitiva y un tanto inquieta, como si no estuviera muy segura de poder lograrlo. – Ya veo… – cavilé sus palabras, delineando el contorno de mis labios y de mi barbilla con el dedo índice. – No veo por que no has de tenerlas – a pesar de que mi expresión era adusta, con mis palabras buscaba la forma de transmitirle seguridad y confianza para que no dudara de su capacidad de poder mejorar. – Si te lo propones, lo lograrás. Solo es cuestión de que confíes en ti… – confirmé, tras unos breves segundos de silencio, sin desviar la mirada de sus ojos. Prometí que la ayudaría y no faltaría a mi palabra. – No muchos aprecian el arte de la elaboración de pociones y es muy subestimado por los que creen que solo basta añadir los ingredientes al caldero, remover un par de veces y dejar que la poción hierva a fuego lento. Para elaborar pociones se necesita predisposición, empeño y dedicación, y los que subestiman este arte, se equivocan por que no tienen idea de lo peligrosas que pueden ser si no se manejan con cuidado. – expliqué, sin dejar de lado aquel tono serio y reflexivo a la hora de expresarme. – Supongo que lo sabes, pero no esta de más recordarte que no estoy autorizado para enseñarte a preparar la poción Multijugos, la Amortentia y el Felix Felicis. Tampoco considero conveniente tener que repetirte para que sirve cada una de ellas, por lo que nos saltaremos esa parte. – aclaré, para no caer en la duda de algo tan evidente. – A su debido momento, tal como a nosotros hace un año, la profesora Thénardier les explicará lo complejas que son de preparar estas pociones y los desastrosos efectos que estás pueden tener si no se elaboran con estricto cuidado – continúe con mi explicación lentamente, con mucha parsimonia, como si midiera cada una de mis palabras. – Pero en vista de que lo necesitas es practicar para mejorar en esos aspectos… te recomiendo que empieces con preparar una muestra decente del Filtro de Muertos en Vida. Conforme vayas mejorando en los aspectos que se te dificultan subiremos el nivel de dificultad, poniendo a prueba tu capacidad para memorizar las instrucciones. – terminé mi explicación, con una breve pausa solo para comprobar que no había ninguna duda con respecto a lo que acababa de decir. Para muchos resulta difícil atisbar entre los vapores de colores las instrucciones de la pizarra, pero después de un tiempo, tu visión se acostumbra y aprende a distinguir los escritos. Posteriormente, me incliné por encima de la silla contigua para tomar cuidadosamente el kit de pociones y colocarlo sobre la mesa, justo entre nosotros. – ¿Traes tu balanza y tu caldero de peltre del número dos? – inquirí, clavando la mirada en Lucrezia, esperando su respuesta, antes de seguir adelante.


Última edición por ιzzy нale el Vie Mayo 17, 2013 3:25 am, editado 2 veces
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Mar Mayo 14, 2013 3:20 am


TEXTO TEXTO!


killthebitch.
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Mar Mayo 14, 2013 3:21 am


TEXTO TEXTO!



Un sabio filósofo dijo una vez: Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más a quien un día echaste de menos. Lo asombroso de las palabras es darte cuenta de lo ciertas que resultan en ocasiones. Hay cosas difíciles de explicar, incluso de entender, y el recuerdo de aquella tormentosa noche se ha vuelto confuso con el paso de los años, a pesar de que nunca me esforcé en darle la menor importancia. ¿Por qué me compadecí de una desconocida? ¿Es correcto sentir compasión por alguien a quien nunca has tratado en la vida…? Otro en mi lugar… se habría seguido de largo al ver a esa pequeña niña, frágil e indefensa, encogida de miedo, por la fuerte intensidad de los rayos, iluminando los oscuros y desolados pasillos del Colegio. Pero había algo, en la mirada de Lucrezia que no podría definir con palabras, el brillo en sus ojos solo era opacado por la humedad del llanto y por el reflejo de sus miedos internos. He llegado a pensar que, la razón por la que me quedé a su lado esa noche fue solo por simple y mera compasión, nada más y no por que haya despertado un sentimiento que fuera capaz de conmoverme. Después de esa noche, Lucrezia y yo tomamos caminos diferentes, cada uno siguió con su vida y así debía ser… no tendría por que haber sido diferente. Con el tiempo, las personas tienden a cambiar para bien o para mal, la afinidad no suele ser la misma, los intereses y las prioridades son distintos para cada persona, es lo que define a cada quien. Y, eso… es lo que nos sucedió a Lucrezia y a mí… El recuerdo de aquella noche, tarde o temprano, se convertiría en una vaga memoria…

Francamente, no tenía interés en cambiar mi actitud, ni mi manera de hablar, la ironía formaba parte de mi ser, y era la única forma de ser critico, pero sin caer en el error de las ofensas. ¿Esperaba que fuera flexible y pasara por alto su tardanza? No sé que es lo que espera Lucrezia de esto… pero no voy a negar que su actitud me dejó lo bastante claro que esperaba un recibimiento más… caluroso de mi parte, como el trato que suele dársele a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Pero no puedo tolerar la impuntualidad y la falta de responsabilidad en quienes no son capaces de seguir el paso, y no son capaces de asumir responsabilidades. Admito que esperaba más de Lucrezia… y para ser la primera de muchas sesiones es decepcionante. ¿Cómo pudo alcanzar el nivel que la profesora Thénardier espera de sus alumnos de TIMO? No lo sé… pero aún en contra de los pronósticos, ella debe saber lo que hace. A fin de cuentas, ya tiene dieciséis años, y es tiempo de que ponga en orden sus prioridades… He observado a Lucrezia, y no le faltan agallas para cumplir con sus objetivos. Ponerla a prueba y ver hasta donde es capaz de llegar… será interesante. – Me reconforta saberlo… – repuse con acentuando la curvilínea mueca que se había formado en mis labios, observando por el rabillo del ojo cada uno de sus movimientos. – Poner en orden tus prioridades te ayudará a organizarte, y con eso evitaras críticas constructivas en el futuro – Una vez aclarado que ninguno de los dos estaba aquí para perder el tiempo, podría catalogarse como una… ‘aceptable’ forma de inicio, mas no la esperada…

No pretendía intimidarla u ofenderla… contrario a lo que otros crean nunca podría sobre pasar los limites del respeto y caer en el error de insultar a una mujer. Pero entre una cosa y otra existe una gran diferencia. Hay personas como Marlene Black que requieren medidas drásticas y no tienen reparo en colmarte la paciencia con estupideces. Emplear la ironía es una manera sutil y eficaz para burlarte de la opinión o de los deseos de los demás, disfrazándola con lo que piensas en realidad. Evidentemente, las palabras de Lucrezia eran una forma de contraatacar y defenderse de lo que dije… solo que con ingenio y desvergüenza en la manera de expresarse. – ¿Ah, si? No lo sabia… – fingí interés, para no desairarla en no responder a su ingenioso comentario. – Dudo mucho que ‘escuchar’ su punto de vista sea conveniente, una amena charla, acompañada con una taza de té, seria como ir en contra de tu buen juicio. Tal y como tú bien lo has dicho, la reina de corazones es una monarca política, de muy mal genio que es descrita como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. No querrás estar cerca de ella si accede a escuchar las elucubraciones de una adolescente que no este de acuerdo con la forma en que gobierna y sentencia. – Mi voz era monótona, pero calmada. – Interesante… siempre pensé que para ser seleccionado en Gryffindor, la valentía era un requisito indispensable. Aunque claro… la valentía puede estar dentro de quienes menos lo esperas. Hay quienes se valen de actos heroicos, desertan para salvar la vida de los que aman y no por ello se les considera cobardes. A nosotros, por ejemplo, se nos ha estigmatizado por el hecho de que, si nos dan a elegir, entre una vida u otra, o elegir entre pelear y la oportunidad de salvarse, algunos prefieren salvar su pellejo. Depende de cuanto valora esa persona su vida. – Mis palabras eran mas bien una forma de reflexionar la perspectiva de quienes piensan que la casa de Slytherin alberga cobardes. Lo que demuestra que cada persona, es un mundo diferente.

Al oír su pequeño discurso de filosofía personal acerca de la comida, mi rostro se volvió ligeramente hacia su lado, mis ojos entablaron contacto con los oscuros ojos de Lucrezia, pero mi expresión siguió siendo la misma, determinada, seria, sin intención de suavizarse. Sus finas y delicadas facciones no tenían nada que ver con las de aquella niña que conocí años atrás. En aquel entonces… Lucrezia llevaba el cabello un poco más corto y un halo de inocencia la rodeaba. La manera en que sus ojos me miraron esa noche, no era la misma, había cambiado, el destello inocente que ahora emanaba de su mirada, tenía cierta picardía, no solo en sus ojos, si no en su forma de hablar. Lucrezia se había convertido en una mujer atractiva, no hay razón para negarlo. Su belleza solo se podría comparar con la de una hermosa flor del desierto, que es capaz de sobrevivir aun en contra de las adversidades. Pero reparar en la bella chica en la que se ha convertido, no era el objetivo. Mis intereses eran un impedimento para enfocar la atención que una mujer requiere. – Que elocuencia, Lucrezia… – No era una ironía, bien podría sonar como un cumplido, pero no; no tengo intenciones de alimentar su ego con comentarios de este tipo hacia su persona. Mis palabras eran, en otros términos, una observación que rayaba en la consideración. – Si esa es tu decisión, entonces… haz lo que creas conveniente… – dije con una particular nota de indiferencia, al volver mi rostro. Si prefería desaprovechar la oportunidad que le estoy dando, era su problema, al menos sé que le servirá de lección, y se ahorrara inútiles esfuerzos al querer convencerme de lo contrario.

El problema es que una voz interna me advertía al decirme que esto no se quedaría así. No tenia idea de hasta que punto había cambiado Lucrezia, y no me refiero al aspecto físico, esto iba para su personalidad, su manera de pensar, su perspectiva. ¿Por qué ese afán de tratarme como si fuéramos amigos? ¿Cómo si fuera alguien de su absoluta confianza? Yo no era la clase de persona a la que esta acostumbrada a tratar… ¿Por qué se esfuerza tanto en aparentar que existe un lazo entre nosotros cuando no es verdad? En silencio, me dedique a escuchar su proposición, sopesando y reflexionando cada una de sus palabras, y con una expresión meditabunda. – No; y te agradecería que dejaras de insistir con el tema… – dije solo para zanjar y aclarar que no estaba dispuesto a ceder ante dicha idea. – Por otro lado, te reafirmo que eso es lo que esperaba de ti. Solo que no hay razón para que me lo digas… es mejor que te las repitas hasta que te las creas y seas capaz de cumplir con lo que has dicho. – Lucrezia era quien debía de poner en orden sus prioridades para evitar este tipo de situaciones. Debía entender que yo solo estaba aquí para asesorarla y no para darle órdenes, ni para decirle que es lo que debe o no hacer. Tendría que forjarse de determinación si busca tomar decisiones, no solo debe dejarse llevar por lo que dicta su corazón o sus instintos. La precipitación y la impulsividad solo acarrean arrepentimientos, y no creo que Lucrezia sea tan ingenua como para acciones precipitadas. Una imperceptible sonrisa curvó mis labios, transformando la mueca en mi rostro, por una sonrisa nada visible, cuando nuestras miradas hicieron contacto una vez más, y el contacto entre ambas se prolongo por varios segundos. – De acuerdo… – dije al cabo de unos segundos de silencio, serenamente, soltando el aire por la nariz, y sin recurrir a un notorio suspiro. No tenia caso iniciar una absurda discusión sobre los puntos a establecer durante las sesiones, mientras cumpliera con su parte del trato, yo no tendría por que faltar a lo que acceda a prometer. – Un trato que nos beneficie, me parece sensato. Cumpliré con mi parte, siempre y cuando tú también cumplas con la tuya... – Mi actitud tenía fundamentos y no era cuestionable. Pero si eso es un problema… supongo que no tengo elección. No esperaba que le resultara agradable el tener que vernos la cara todos los días, y eso es algo que desde un principio lo tuve claro. – Me temo que eso, querida Lucrezia, no esta dentro de los términos de nuestro acuerdo… y no veo razón para que discutamos algo que no tiene sentido… – me expresé con una fría y calmada serenidad que tuve que modular para que no pensara que me estaba molestando con ella. ¿Cuál era el problema con la biblioteca? Es lo que yo quisiera saber… y lo cierto es que, estoy empezando a creer que Lucrezia solo busca motivos para hacerme perder la paciencia. Sabia perfectamente que la biblioteca era el lugar menos frecuentado por Lucrezia, pero no tenia idea de que le desagradara tener que llevar a cabo nuestras sesiones en la tranquilidad de la biblioteca. – Pero antes de cambiar de tema, respóndeme una cosa: ¿Cuándo has visto a un mago o a una bruja elaborar pociones al aire libre? – cuestioné calmadamente a la espera de que me ilustrara con una respuesta. Ya me gustara escuchar lo que tiene que decir…
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Mar Mayo 14, 2013 11:17 pm



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Lucrezia Pontmercy ;; En la biblioteca ]

Un sabio filósofo dijo una vez: Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más a quien un día echaste de menos. Lo asombroso de las palabras es darte cuenta de lo ciertas que resultan en ocasiones. Hay cosas difíciles de explicar, incluso de entender, y el recuerdo de aquella tormentosa noche se ha vuelto confuso con el paso de los años, a pesar de que nunca me esforcé en darle la menor importancia. ¿Por qué me compadecí de una desconocida? ¿Es correcto sentir compasión por alguien a quien nunca has tratado en la vida…? Otro en mi lugar… se habría seguido de largo al ver a esa pequeña niña, frágil e indefensa, encogida de miedo, por la fuerte intensidad de los rayos, iluminando los oscuros y desolados pasillos del Colegio. Pero había algo, en la mirada de Lucrezia que no podría definir con palabras, el brillo en sus ojos solo era opacado por la humedad del llanto y por el reflejo de sus miedos internos. He llegado a pensar que, la razón por la que me quedé a su lado esa noche fue solo por simple y mera compasión, nada más y no por que haya despertado un sentimiento que fuera capaz de conmoverme. Después de esa noche, Lucrezia y yo tomamos caminos diferentes, cada uno siguió con su vida y así debía ser… no tendría por que haber sido diferente. Con el tiempo, las personas tienden a cambiar para bien o para mal, la afinidad no suele ser la misma, los intereses y las prioridades son distintos para cada persona, es lo que define a cada quien. Y, eso… es lo que nos sucedió a Lucrezia y a mí… El recuerdo de aquella noche, tarde o temprano, se convertiría en una vaga memoria…

Francamente, no tenía interés en cambiar mi actitud, ni mi manera de hablar, la ironía formaba parte de mi ser, y era la única forma de ser critico, pero sin caer en el error de las ofensas. ¿Esperaba que fuera flexible y pasara por alto su tardanza? No sé que es lo que espera Lucrezia de esto… pero no voy a negar que su actitud me dejó lo bastante claro que esperaba un recibimiento más… caluroso de mi parte, como el trato que suele dársele a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Pero no puedo tolerar la impuntualidad y la falta de responsabilidad en quienes no son capaces de seguir el paso, y no son capaces de asumir responsabilidades. Admito que esperaba más de Lucrezia… y para ser la primera de muchas sesiones es decepcionante. ¿Cómo pudo alcanzar el nivel que la profesora Thénardier espera de sus alumnos de TIMO? No lo sé… pero aún en contra de los pronósticos, ella debe saber lo que hace. A fin de cuentas, ya tiene dieciséis años, y es tiempo de que ponga en orden sus prioridades… He observado a Lucrezia, y no le faltan agallas para cumplir con sus objetivos. Ponerla a prueba y ver hasta donde es capaz de llegar… será interesante. – Me reconforta saberlo… – repuse con acentuando la curvilínea mueca que se había formado en mis labios, observando por el rabillo del ojo cada uno de sus movimientos. – Poner en orden tus prioridades te ayudará a organizarte, y con eso evitaras críticas constructivas en el futuro – Una vez aclarado que ninguno de los dos estaba aquí para perder el tiempo, podría catalogarse como una… ‘aceptable’ forma de inicio, mas no la esperada…

No pretendía intimidarla u ofenderla… contrario a lo que otros crean nunca podría sobre pasar los limites del respeto y caer en el error de insultar a una mujer. Pero entre una cosa y otra existe una gran diferencia. Hay personas como Marlene Black que requieren medidas drásticas y no tienen reparo en colmarte la paciencia con estupideces. Emplear la ironía es una manera sutil y eficaz para burlarte de la opinión o de los deseos de los demás, disfrazándola con lo que piensas en realidad. Evidentemente, las palabras de Lucrezia eran una forma de contraatacar y defenderse de lo que dije… solo que con ingenio y desvergüenza en la manera de expresarse. – ¿Ah, si? No lo sabia… – fingí interés, para no desairarla en no responder a su ingenioso comentario. – Dudo mucho que ‘escuchar’ su punto de vista sea conveniente, una amena charla, acompañada con una taza de té, seria como ir en contra de tu buen juicio. Tal y como tú bien lo has dicho, la reina de corazones es una monarca política, de muy mal genio que es descrita como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. No querrás estar cerca de ella si accede a escuchar las elucubraciones de una adolescente que no este de acuerdo con la forma en que gobierna y sentencia. – Mi voz era monótona, pero calmada. – Interesante… siempre pensé que para ser seleccionado en Gryffindor, la valentía era un requisito indispensable. Aunque claro… la valentía puede estar dentro de quienes menos lo esperas. Hay quienes se valen de actos heroicos, desertan para salvar la vida de los que aman y no por ello se les considera cobardes. A nosotros, por ejemplo, se nos ha estigmatizado por el hecho de que, si nos dan a elegir, entre una vida u otra, o elegir entre pelear y la oportunidad de salvarse, algunos prefieren salvar su pellejo. Depende de cuanto valora esa persona su vida. – Mis palabras eran mas bien una forma de reflexionar la perspectiva de quienes piensan que la casa de Slytherin alberga cobardes. Lo que demuestra que cada persona, es un mundo diferente.

Al oír su pequeño discurso de filosofía personal acerca de la comida, mi rostro se volvió ligeramente hacia su lado, mis ojos entablaron contacto con los oscuros ojos de Lucrezia, pero mi expresión siguió siendo la misma, determinada, seria, sin intención de suavizarse. Sus finas y delicadas facciones no tenían nada que ver con las de aquella niña que conocí años atrás. En aquel entonces… Lucrezia llevaba el cabello un poco más corto y un halo de inocencia la rodeaba. La manera en que sus ojos me miraron esa noche, no era la misma, había cambiado, el destello inocente que ahora emanaba de su mirada, tenía cierta picardía, no solo en sus ojos, si no en su forma de hablar. Lucrezia se había convertido en una mujer atractiva, no hay razón para negarlo. Su belleza solo se podría comparar con la de una hermosa flor del desierto, que es capaz de sobrevivir aun en contra de las adversidades. Pero reparar en la bella chica en la que se ha convertido, no era el objetivo. Mis intereses eran un impedimento para enfocar la atención que una mujer requiere. – Que elocuencia, Lucrezia… – No era una ironía, bien podría sonar como un cumplido, pero no; no tengo intenciones de alimentar su ego con comentarios de este tipo hacia su persona. Mis palabras eran, en otros términos, una observación que rayaba en la consideración. – Si esa es tu decisión, entonces… haz lo que creas conveniente… – dije con una particular nota de indiferencia, al volver mi rostro. Si prefería desaprovechar la oportunidad que le estoy dando, era su problema, al menos sé que le servirá de lección, y se ahorrara inútiles esfuerzos al querer convencerme de lo contrario.

El problema es que una voz interna me advertía al decirme que esto no se quedaría así. No tenia idea de hasta que punto había cambiado Lucrezia, y no me refiero al aspecto físico, esto iba para su personalidad, su manera de pensar, su perspectiva. ¿Por qué ese afán de tratarme como si fuéramos amigos? ¿Cómo si fuera alguien de su absoluta confianza? Yo no era la clase de persona a la que esta acostumbrada a tratar… ¿Por qué se esfuerza tanto en aparentar que existe un lazo entre nosotros cuando no es verdad? En silencio, me dedique a escuchar su proposición, sopesando y reflexionando cada una de sus palabras, y con una expresión meditabunda. – No; y te agradecería que dejaras de insistir con el tema… – dije solo para zanjar y aclarar que no estaba dispuesto a ceder ante dicha idea. – Por otro lado, te reafirmo que eso es lo que esperaba de ti. Solo que no hay razón para que me lo digas… es mejor que te las repitas hasta que te las creas y seas capaz de cumplir con lo que has dicho. – Lucrezia era quien debía de poner en orden sus prioridades para evitar este tipo de situaciones. Debía entender que yo solo estaba aquí para asesorarla y no para darle órdenes, ni para decirle que es lo que debe o no hacer. Tendría que forjarse de determinación si busca tomar decisiones, no solo debe dejarse llevar por lo que dicta su corazón o sus instintos. La precipitación y la impulsividad solo acarrean arrepentimientos, y no creo que Lucrezia sea tan ingenua como para acciones precipitadas. Una imperceptible sonrisa curvó mis labios, transformando la mueca en mi rostro, por una sonrisa nada visible, cuando nuestras miradas hicieron contacto una vez más, y el contacto entre ambas se prolongo por varios segundos. – De acuerdo… – dije al cabo de unos segundos de silencio, serenamente, soltando el aire por la nariz, y sin recurrir a un notorio suspiro. No tenia caso iniciar una absurda discusión sobre los puntos a establecer durante las sesiones, mientras cumpliera con su parte del trato, yo no tendría por que faltar a lo que acceda a prometer. – Un trato que nos beneficie, me parece sensato. Cumpliré con mi parte, siempre y cuando tú también cumplas con la tuya... – Mi actitud tenía fundamentos y no era cuestionable. Pero si eso es un problema… supongo que no tengo elección. No esperaba que le resultara agradable el tener que vernos la cara todos los días, y eso es algo que desde un principio lo tuve claro. – Me temo que eso, querida Lucrezia, no esta dentro de los términos de nuestro acuerdo… y no veo razón para que discutamos algo que no tiene sentido… – me expresé con una fría y calmada serenidad que tuve que modular para que no pensara que me estaba molestando con ella. ¿Cuál era el problema con la biblioteca? Es lo que yo quisiera saber… y lo cierto es que, estoy empezando a creer que Lucrezia solo busca motivos para hacerme perder la paciencia. Sabia perfectamente que la biblioteca era el lugar menos frecuentado por Lucrezia, pero no tenia idea de que le desagradara tener que llevar a cabo nuestras sesiones en la tranquilidad de la biblioteca. – Pero antes de cambiar de tema, respóndeme una cosa: ¿Cuándo has visto a un mago o a una bruja elaborar pociones al aire libre? – cuestioné calmadamente a la espera de que me ilustrara con una respuesta. Ya me gustara escuchar lo que tiene que decir…
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Mar Mayo 14, 2013 11:31 pm

http://24.media.tumblr.com/6298736d27b697828118103a2a3a529a/tumblr_mlm61rA3IL1rgobqgo2_250.gif

http://25.media.tumblr.com/c97909e4b322b7d3f718af23abac0f33/tumblr_mlm61rA3IL1rgobqgo1_250.gif

http://25.media.tumblr.com/b386d46c460c3a9c009a0db3c184d222/tumblr_mlm61rA3IL1rgobqgo8_250.gif
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Sáb Mayo 25, 2013 2:54 am

»lú pontmercy
lucrezia fay pontmercy
[ De Sangre Pura, tiene 16 años, esta en Sexto Año y es 1/4 veela. ]
» con Dorian Snape en Biblioteca

[ # ] Dorian Snape Tumblr_mjvts0Z6VJ1qeqgdvo2_250[ # ] Dorian Snape Tumblr_mjvts0Z6VJ1qeqgdvo4_250



Honestamente, Lucrezia fácilmente podría seguir la conversación por horas y horas si se trataba de literatura, o más específicamente, a aquellas historias tan cercanas a su corazón que prácticamente las conocía palabra por palabra. Sin embargo, el escuchar a alguien más dar su opinión y discutirla con ella – desde a las facetas del personaje como a los arcos del conflicto que tienen que enfrentar, o el uso del color verde brillante en vez de uno más opaco – le fascinaba. No era solo por mera educación, ni porque le gustara analizar todo lo que tuviera a las manos – era claro que ella no era una erudita; más bien, se trataba de darse cuenta de los más mínimos detalles en los que una persona baso información que de otra manera pasaría desapercibida. Lucrezia era de la firme creencia en que había pocas cualidades más hermosas que la riqueza de la imaginación; que la creatividad era infinita, ilimitada, lo más cercano que tenían a un universo propio residiendo tranquilamente – y, lamentablemente, varias veces inactivamente – dentro de su persona. Tal vez por eso ponía tanto esfuerzo en relacionarse con todas las personas; desde aquellos con un gran carisma, a los que se consideraban parias de la sociedad, por conocer sus opiniones y los muchos enfoques que pueden tener en cualquier tema. Sin embargo…tal misión, debía de admitir, no siempre salía como lo esperaba.

Estoy de acuerdo…hasta cierto punto, por supuesto. – sonrió con un deje de falsa inocencia, después de analizar un poco sus palabras con notable interés. Cada palabra del chico comprobaba por si misma porque Dorian era tan celebre entre los profesores por su obvio intelecto y conocimiento, lo cual hacia que la chica se preguntara porque no lo nombraron a él como Premio Anual. No que el chico Potter fuera no fuera merecedor, pero aun así, la duda fue plantada en su cabeza. Claro, uno siempre de llevarse con cautela. Pero a veces uno debe dejar la cautela por fuera, si en realidad quieres vivir una aventura, enfrentarte a un riesgo, descubrir algo magnifico. – una ligera risa salió de sus labios, al momento en que se encogía de hombros con cierta desfachatez. Tal vez…aunque se dice que la curiosidad mato al gato, pero la satisfacción lo revivió…los franceses decimos “sans peur et sans reproche”: sin miedo y sin culpa. Además, si Alicia pudo escapar, creo que me las arreglare, pero aprecio tu profunda preocupación, mon chéri. – dijo con la misma actitud bromista y alegre que constantemente emitían sus palabras sin desviar la mirada hasta que él lo hizo, si Dorian era tan fanático del uso de la ironía, seguramente no le molestaría.

Si noto que algo más – o mejor dicho, alguien más – capto la atención del joven por un par de segundos, no comento nada al respecto en ese momento. Sin embargo, si lo observo con detenimiento antes de que su propia mirada se dirigiera a través de él y al final de la biblioteca hasta las estanterías con la mayor discreción. Inmediatamente reconoció a uno de los suyos, Anton, a quien había visto lugar justo hace un par de segundos… ¿de que interés era Anton para Dorian? Mas cuando una silueta un poco más pequeña capto su vista, justo antes que el Slytherin frente a ella se volteara, Lucrezia tuvo que aguantar las ganas de reír. Al parecer, se estaba volviendo norma el que las supuestas casas con rivalidad milenaria se unieran poco a poco, quiéranlo o no. Precisamente. – dijo con tranquilidad, casi acentuando la palabra, con la sonrisa en sus labios alargándose un poco más al escuchar su definición, satisfecha con el hecho de que estuviera de acuerdo con su perspectiva. Que elocuencia, Dorian… – continuo, repitiendo con un destello juguetón lo que él había dicho antes, aunque no por esto quería decir que no lo creyera. Lucrezia no esperaba menos de él, de hecho, hasta este punto había logrado mantener captivado el interés de la joven meramente con conversación, lo cual, si era honesta, raramente sucedía. Y no tendrían por qué molestarse en cambiarla; para muchos, desafortunadamente, los Slytherin seguirán siendo cobardes, los Hufflepuff inservibles, los Ravenclaw presumidos, y los Gryffindor arrogantes con aires de grandeza – todo es generalizado, porque es más fácil albergar una creencia heredada que pensar por un momento. – La joven pauso por un corto segundo, recargándose de nuevo contra la silla al darse cuenta que estaba inclinándose una vez más sobre la mesa; sin querer y como ya hacía casi como habito, había entrado más de la necesario en el tema. Lo siento, tengo muchas opiniones en este aspecto y tiendo a dejarme llevar. – dijo de pronto con una débil gesto en sus labios, un poco avergonzada por su pequeña explosión, pero pasar tanto tiempo en compañía de ella misma y sus pensamientos lograba que llegar a conclusiones que la volvían muy apasionada en respecto a su perspectiva.

Arqueo levemente el contorno de su ceja, observando la manzana ya con una mordida en sus manos, y después al Prefecto. Para ser honestos, Lucrezia no recordaba con exactitud las reglas de la biblioteca y tal diminuto detalle paso desapercibido, al igual de que estaba presencia – antes que todo – en alguien que básicamente era defensor de las reglas en Hogwarts. Pero, ¡por Merlín! Ni que fuera a cortar la manzana en pedacitos y aventarlos al azar contra los polvorientos libros que yacían años en esos estándares; aunque tal idea le parecía en sí bastante graciosa.

Dorian... es solo una manzana. Pero si, si, ya entendí, y te aseguro que cumpliste con recordarme constantemente de mi error, no soy tan lenta de cómo parezco. – Lucrezia de pronto miro sobre su hombro, los movimientos de su boca más lentos mientras rápidamente rastreaba en busca de la bibliotecaria; podría no importarle, pero tampoco quería meterse en problemas, al menos no en la primera sección. Cuando volteo de nuevo a verlo, recargo el codo sobre la mesa, descansado la mejilla en la palma de su mano mientras ladeaba un poco la cabeza y dejaba caer su larga cabellera ondulada para ocultar parte de su rostro. Sin embargo, cuando reacción a su inofensivo intento de persuadirlo a acompañarla, la chica enmarco su mirada en la de él, con el rabillo de sus labios curveándose de la manera más gentil en un estilo propio del gato Cheshire. Sans peur et sans reproche, Dorian. – Lu estaba consiente que abusaba del idioma que aprendió de cuna, pero a veces no había mejor manera de expresarse, después de todo, sus ideales y principios estaban más basados en la cultura de Francia que en la frialdad de los ingleses. Una vez más, encogió los hombros con la mayor calma sin tomar ofensa de su decisión, al fin y al cabo; ya había hecho lo suficiente para tratar de que sea al menos un poco más flexible y por ahora, se sentía satisfecha de ver que lo había aceptado por lo menos. Gracias por aceptarla, pero confió en que al menos si no te apetece, la compartirás con alguien que la quiera.

Lu debía de admitir que le entristecida el hecho que Dorian fuera tan obstinado y apegado a su idea de tener que quedarse encerrados en la biblioteca. Como le dijo hace un par de minutos, no era que odiara el lugar ni mucho menos los libros o la atmosfera serena que se percibía en el antiguo salón medieval. Simplemente...no le gustaba. Quizás era porque de alguna manera era un poco claustrofóbica, o demasiado obstinada para su bien. Pero tampoco podía negar la verdad detrás de las razones que le daba el joven mago. Era bastante probable que cualquier cercanía con el lago la provoque a querer remojar un poco los dedos de sus pies, o incluso camina por las partes menos profundas mientras disfrutaba de la brutal pero raramente acogedora temperatura del agua. Merlín, incluso se atrevía a imaginarse escalando los arboles cerca de orilla o columpiarse entre sus ramas…de acuerdo, tal vez Dorian tenía un buen punto, pero no quería decir que tendría que doblegarse por completo. Suenas como mi padre… – repuso, no necesariamente como un cumplido, soltando un ligero suspiro mientras le observaba con los ojos entrecerrados. De acuerdo, puede que mis palabras no cambien tu opinión, pero quizás mis acciones logren el objetivo. – dijo retomando la picardía en sus labios, tomándolo más como un punto más de motivación; un reto por decir, ya que si el joven podía tomarse la libertad de juzgar su carácter, entonces nada le causaría más incitación que demostrarle su capacidad cuando algo se le mete en la cabeza. Asintió un par de veces a sus indicaciones, le parecían completamente adecuadas, aunque se preguntó por un momento cual era el ‘alcance’ de Dorian. La profesora Thénardier obviamente le tenía aprecio, lo notaba cuando se refería a él con una pizca calidez normalmente ausente en su habla. De alguna manera, el aprecio de los profesores por él chico le causaba ternura…y para fortuna de él, fue este pensamiento que merodeaba por su mente el que logro que Lucrezia no reaccionara como normalmente lo haría en el momento que le hablo de esa manera. !, ¿quién te declaro la guerra para tomar todo a la defensiva? – negó con la cabeza, alejándose por instinto mientras se cruzaba de brazos. No estaba molesta, solo extrañada por su actitud tan…tajante y amenazante. Era una broma, Dorian, en definición un juego de palabras sin intención de ofender, pero como quieras; aunque supongo que si yo tengo que ahorrarme mis impertinencias, tu puedes ahorrarte tu susceptibilidad, ¿no? – alzo por un segundo las cejas, antes de retornar la gentileza en sus facciones, prácticamente mordiéndose la lengua para no responder de la misma manera. Paciencia, paciencia, paciencia.

¿Estrictamente educativos? Me suena más como a un intento ingenuo de controlarlas. – dijo en voz baja, observando con atención como el Prefecto se adentraba por completo en su rol como tutor. Podría decirse mucho de Dorian, pero de lo que más estaba segura hasta el momento, es que nunca había conocido a alguien con tal capacidad de concentración y dedicación a lo que se le pide. Este era el problema de relacionarse con alguien con quien había perdido contacto por tanto tiempo – tenia mil y una pregunta para ellos, no por mórbida curiosidad, si no por sincero interés. ¿Por qué era Slytherin y no Ravenclaw? ¿Cómo es que no término siendo Premio Anual? Claramente tenía un gran respeto por la elaboración de pociones, ¿pensaba seguir con tal pasión al graduarse? Y más que nada, ¿de dónde venía tal actitud tan arisca? Gracias…por las palabras de aliento, supongo. – sonrió ligeramente, mientras apartaba un rebelde mechón de su frente y respiraba hondo, buscando el valor para creer en lo que decía. Oh, mon ami, te aseguro que yo no soy una de esas personas. He sufrido de muchas quemaduras como para no saber a lo que me estoy enfrentando, por eso acepte la ayuda, conozco perfectamente mis debilidades y ser descuidada es una de ellas. – Aunque ser recordadas de estas también había ayudado a que ella misma no se olvide de sus fallos. Presto atención a sus palabras, asintiendo en acuerdo con lo que decía; en realidad si por Lu fuera, nunca elaboraría tales pociones. Sus principios morales se lo impedían, al igual que su temor por hacerlas tan mal como para que sean fatales, pues uno nunca debe de utilizar tal poder como un juego. Podría ser tan intrépida y sedienta de aventura como la mayoría de los leones, pero jamás pondría en duda el peligro de subestimar la magia. Ahora suenas como profesor, pero entendido. – dijo divertida, ahora encontrando gracia en como tenia tanto cuidado en formar sus oraciones, arrastrando hacia su lado el bolso sobre la mesa. Si, si, los tengo aquí...solo tengo que encontrarlos. – frunció ligeramente el entrecejo, concentrándose en buscar en el agujero negro que era su bolso de piel. Juro que aprender a colocar el encantamiento de extensión ha traído más problemas que soluciones. – mascullo más para ella que para sí misma, hasta que finalmente su mano dio con un objeto que dentro del bolso se sentía pequeño, pero la rigidez y frialdad del peltre. Voilà! Un caldero y una balanza. Levantándose de su asiento, se dirigió hacia el primer basurero que encontró para tirar el resto de la manzana, revisando discretamente que en efecto, la bibliotecaria no estuviera cerca. Una vez que regreso, comenzó a sacar con cuidado los objetos para colocarlos por igual en el espacio entre ellos. Primero el caldero, y después la balanza, las acomodo una a un lado de la otra, continuando con sacar del kit contenedor un par de frascos de vidrio al igual que los ingredientes. El filtro de muertos vivientes… ¿no es ese el que una bruja, Leticia Hag Somnolens, utilizo para poner en un sueño profundo a una princesa? – pregunto de pronto, desviando por un momento la mirada a los ojos azabaches del joven, antes de regresar la mirada hacia la balanza para calibrarla, su voz tenue y tranquila. Leí que un príncipe coloco la poción Wiggenweld en sus labios para revivir a la princesa con un beso… – no pudo evitar soltar una leve risa, - Que tipo tan oportunista, ¿no? Pero es una bonita idea, solo que espero no necesitarla ahora o nunca, suena molestoso. – arrugo ligeramente la nariz, antes de juntar las manos una vez que termino de sacar cada uno de los ingredientes y colocarlos sobre la mesa. Dicen que Julieta Capuleto también la utilizo, aunque no hay nada comprobado…por Godric, si tales curiosidades me ayudaran en la elaboración, seguramente no habría durado horas sin sueño estudiando. – chasqueo la lengua, mientras soltaba de nuevo un suspiro, enfocando su traviesa mirada en el joven Slytherin y colocando ambas manos en su cadera. Ahora, tutor, ¿cuáles son sus instrucciones?

ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Sáb Jun 01, 2013 3:00 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Lucrezia Pontmercy ;; En la biblioteca ]

Un sabio filósofo dijo una vez: Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más a quien un día echaste de menos. Lo asombroso de las palabras es darte cuenta de lo ciertas que resultan en ocasiones. Hay cosas difíciles de explicar, incluso de entender, y el recuerdo de aquella tormentosa noche se ha vuelto confuso con el paso de los años, a pesar de que nunca me esforcé en darle la menor importancia. ¿Por qué me compadecí de una desconocida? ¿Es correcto sentir compasión por alguien a quien nunca has tratado en la vida…? Otro en mi lugar… se habría seguido de largo al ver a esa pequeña niña, frágil e indefensa, encogida de miedo, por la fuerte intensidad de los rayos, iluminando los oscuros y desolados pasillos del Colegio. Pero había algo, en la mirada de Lucrezia que no podría definir con palabras, el brillo en sus ojos solo era opacado por la humedad del llanto y por el reflejo de sus miedos internos. He llegado a pensar que, la razón por la que me quedé a su lado esa noche fue solo por simple y mera compasión, nada más y no por que haya despertado un sentimiento que fuera capaz de conmoverme. Después de esa noche, Lucrezia y yo tomamos caminos diferentes, cada uno siguió con su vida y así debía ser… no tendría por que haber sido diferente. Con el tiempo, las personas tienden a cambiar para bien o para mal, la afinidad no suele ser la misma, los intereses y las prioridades son distintos para cada persona, es lo que define a cada quien. Y, eso… es lo que nos sucedió a Lucrezia y a mí… El recuerdo de aquella noche, tarde o temprano, se convertiría en una vaga memoria…

Francamente, no tenía interés en cambiar mi actitud, ni mi manera de hablar, la ironía formaba parte de mi ser, y era la única forma de ser critico, pero sin caer en el error de las ofensas. ¿Esperaba que fuera flexible y pasara por alto su tardanza? No sé que es lo que espera Lucrezia de esto… pero no voy a negar que su actitud me dejó lo bastante claro que esperaba un recibimiento más… caluroso de mi parte, como el trato que suele dársele a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Pero no puedo tolerar la impuntualidad y la falta de responsabilidad en quienes no son capaces de seguir el paso, y no son capaces de asumir responsabilidades. Admito que esperaba más de Lucrezia… y para ser la primera de muchas sesiones es decepcionante. ¿Cómo pudo alcanzar el nivel que la profesora Thénardier espera de sus alumnos de TIMO? No lo sé… pero aún en contra de los pronósticos, ella debe saber lo que hace. A fin de cuentas, ya tiene dieciséis años, y es tiempo de que ponga en orden sus prioridades… He observado a Lucrezia, y no le faltan agallas para cumplir con sus objetivos. Ponerla a prueba y ver hasta donde es capaz de llegar… será interesante. – Me reconforta saberlo… – repuse con acentuando la curvilínea mueca que se había formado en mis labios, observando por el rabillo del ojo cada uno de sus movimientos. – Poner en orden tus prioridades te ayudará a organizarte, y con eso evitaras críticas constructivas en el futuro – Una vez aclarado que ninguno de los dos estaba aquí para perder el tiempo, podría catalogarse como una… ‘aceptable’ forma de inicio, mas no la esperada…

No pretendía intimidarla u ofenderla… contrario a lo que otros crean nunca podría sobre pasar los limites del respeto y caer en el error de insultar a una mujer. Pero entre una cosa y otra existe una gran diferencia. Hay personas como Marlene Black que requieren medidas drásticas y no tienen reparo en colmarte la paciencia con estupideces. Emplear la ironía es una manera sutil y eficaz para burlarte de la opinión o de los deseos de los demás, disfrazándola con lo que piensas en realidad. Evidentemente, las palabras de Lucrezia eran una forma de contraatacar y defenderse de lo que dije… solo que con ingenio y desvergüenza en la manera de expresarse. – ¿Ah, si? No lo sabia… – fingí interés, para no desairarla en no responder a su ingenioso comentario. – Dudo mucho que ‘escuchar’ su punto de vista sea conveniente, una amena charla, acompañada con una taza de té, seria como ir en contra de tu buen juicio. Tal y como tú bien lo has dicho, la reina de corazones es una monarca política, de muy mal genio que es descrita como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. No querrás estar cerca de ella si accede a escuchar las elucubraciones de una adolescente que no este de acuerdo con la forma en que gobierna y sentencia. – Mi voz era monótona, pero calmada. – Interesante… siempre pensé que para ser seleccionado en Gryffindor, la valentía era un requisito indispensable. Aunque claro… la valentía puede estar dentro de quienes menos lo esperas. Hay quienes se valen de actos heroicos, desertan para salvar la vida de los que aman y no por ello se les considera cobardes. A nosotros, por ejemplo, se nos ha estigmatizado por el hecho de que, si nos dan a elegir, entre una vida u otra, o elegir entre pelear y la oportunidad de salvarse, algunos prefieren salvar su pellejo. Depende de cuanto valora esa persona su vida. – Mis palabras eran mas bien una forma de reflexionar la perspectiva de quienes piensan que la casa de Slytherin alberga cobardes. Lo que demuestra que cada persona, es un mundo diferente.

Al oír su pequeño discurso de filosofía personal acerca de la comida, mi rostro se volvió ligeramente hacia su lado, mis ojos entablaron contacto con los oscuros ojos de Lucrezia, pero mi expresión siguió siendo la misma, determinada, seria, sin intención de suavizarse. Sus finas y delicadas facciones no tenían nada que ver con las de aquella niña que conocí años atrás. En aquel entonces… Lucrezia llevaba el cabello un poco más corto y un halo de inocencia la rodeaba. La manera en que sus ojos me miraron esa noche, no era la misma, había cambiado, el destello inocente que ahora emanaba de su mirada, tenía cierta picardía, no solo en sus ojos, si no en su forma de hablar. Lucrezia se había convertido en una mujer atractiva, no hay razón para negarlo. Su belleza solo se podría comparar con la de una hermosa flor del desierto, que es capaz de sobrevivir aun en contra de las adversidades. Pero reparar en la bella chica en la que se ha convertido, no era el objetivo. Mis intereses eran un impedimento para enfocar la atención que una mujer requiere. – Que elocuencia, Lucrezia… – No era una ironía, bien podría sonar como un cumplido, pero no; no tengo intenciones de alimentar su ego con comentarios de este tipo hacia su persona. Mis palabras eran, en otros términos, una observación que rayaba en la consideración. – Si esa es tu decisión, entonces… haz lo que creas conveniente… – dije con una particular nota de indiferencia, al volver mi rostro. Si prefería desaprovechar la oportunidad que le estoy dando, era su problema, al menos sé que le servirá de lección, y se ahorrara inútiles esfuerzos al querer convencerme de lo contrario.

El problema es que una voz interna me advertía al decirme que esto no se quedaría así. No tenia idea de hasta que punto había cambiado Lucrezia, y no me refiero al aspecto físico, esto iba para su personalidad, su manera de pensar, su perspectiva. ¿Por qué ese afán de tratarme como si fuéramos amigos? ¿Cómo si fuera alguien de su absoluta confianza? Yo no era la clase de persona a la que esta acostumbrada a tratar… ¿Por qué se esfuerza tanto en aparentar que existe un lazo entre nosotros cuando no es verdad? En silencio, me dedique a escuchar su proposición, sopesando y reflexionando cada una de sus palabras, y con una expresión meditabunda. – No; y te agradecería que dejaras de insistir con el tema… – dije solo para zanjar y aclarar que no estaba dispuesto a ceder ante dicha idea. – Por otro lado, te reafirmo que eso es lo que esperaba de ti. Solo que no hay razón para que me lo digas… es mejor que te las repitas hasta que te las creas y seas capaz de cumplir con lo que has dicho. – Lucrezia era quien debía de poner en orden sus prioridades para evitar este tipo de situaciones. Debía entender que yo solo estaba aquí para asesorarla y no para darle órdenes, ni para decirle que es lo que debe o no hacer. Tendría que forjarse de determinación si busca tomar decisiones, no solo debe dejarse llevar por lo que dicta su corazón o sus instintos. La precipitación y la impulsividad solo acarrean arrepentimientos, y no creo que Lucrezia sea tan ingenua como para acciones precipitadas. Una imperceptible sonrisa curvó mis labios, transformando la mueca en mi rostro, por una sonrisa nada visible, cuando nuestras miradas hicieron contacto una vez más, y el contacto entre ambas se prolongo por varios segundos. – De acuerdo… – dije al cabo de unos segundos de silencio, serenamente, soltando el aire por la nariz, y sin recurrir a un notorio suspiro. No tenia caso iniciar una absurda discusión sobre los puntos a establecer durante las sesiones, mientras cumpliera con su parte del trato, yo no tendría por que faltar a lo que acceda a prometer. – Un trato que nos beneficie, me parece sensato. Cumpliré con mi parte, siempre y cuando tú también cumplas con la tuya... – Mi actitud tenía fundamentos y no era cuestionable. Pero si eso es un problema… supongo que no tengo elección. No esperaba que le resultara agradable el tener que vernos la cara todos los días, y eso es algo que desde un principio lo tuve claro. – Me temo que eso, querida Lucrezia, no esta dentro de los términos de nuestro acuerdo… y no veo razón para que discutamos algo que no tiene sentido… – me expresé con una fría y calmada serenidad que tuve que modular para que no pensara que me estaba molestando con ella. ¿Cuál era el problema con la biblioteca? Es lo que yo quisiera saber… y lo cierto es que, estoy empezando a creer que Lucrezia solo busca motivos para hacerme perder la paciencia. Sabia perfectamente que la biblioteca era el lugar menos frecuentado por Lucrezia, pero no tenia idea de que le desagradara tener que llevar a cabo nuestras sesiones en la tranquilidad de la biblioteca. – Pero antes de cambiar de tema, respóndeme una cosa: ¿Cuándo has visto a un mago o a una bruja elaborar pociones al aire libre? – cuestioné calmadamente a la espera de que me ilustrara con una respuesta. Ya me gustara escuchar lo que tiene que decir…
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Lun Jun 03, 2013 10:39 pm

cambio de capitulo
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  ιzzy нale Jue Jun 06, 2013 1:51 am



Dorian Snape
as: Dorian Severus Snape Lyon
● 17 años # Séptimo año # Miembro de la Casa Slytherin # Prefecto » Sangre Mestiza
[ Está con Disponible ;; Afuera de ]

[ # ] Dorian Snape Tumblr_mn1zsoKpol1rnc5lio2_250 [ # ] Dorian Snape Tumblr_mn1zsoKpol1rnc5lio2_250
Un sabio filósofo dijo una vez: Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más a quien un día echaste de menos. Lo asombroso de las palabras es darte cuenta de lo ciertas que resultan en ocasiones. Hay cosas difíciles de explicar, incluso de entender, y el recuerdo de aquella tormentosa noche se ha vuelto confuso con el paso de los años, a pesar de que nunca me esforcé en darle la menor importancia. ¿Por qué me compadecí de una desconocida? ¿Es correcto sentir compasión por alguien a quien nunca has tratado en la vida…? Otro en mi lugar… se habría seguido de largo al ver a esa pequeña niña, frágil e indefensa, encogida de miedo, por la fuerte intensidad de los rayos, iluminando los oscuros y desolados pasillos del Colegio. Pero había algo, en la mirada de Lucrezia que no podría definir con palabras, el brillo en sus ojos solo era opacado por la humedad del llanto y por el reflejo de sus miedos internos. He llegado a pensar que, la razón por la que me quedé a su lado esa noche fue solo por simple y mera compasión, nada más y no por que haya despertado un sentimiento que fuera capaz de conmoverme. Después de esa noche, Lucrezia y yo tomamos caminos diferentes, cada uno siguió con su vida y así debía ser… no tendría por que haber sido diferente. Con el tiempo, las personas tienden a cambiar para bien o para mal, la afinidad no suele ser la misma, los intereses y las prioridades son distintos para cada persona, es lo que define a cada quien. Y, eso… es lo que nos sucedió a Lucrezia y a mí… El recuerdo de aquella noche, tarde o temprano, se convertiría en una vaga memoria…

Francamente, no tenía interés en cambiar mi actitud, ni mi manera de hablar, la ironía formaba parte de mi ser, y era la única forma de ser critico, pero sin caer en el error de las ofensas. ¿Esperaba que fuera flexible y pasara por alto su tardanza? No sé que es lo que espera Lucrezia de esto… pero no voy a negar que su actitud me dejó lo bastante claro que esperaba un recibimiento más… caluroso de mi parte, como el trato que suele dársele a un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo. Pero no puedo tolerar la impuntualidad y la falta de responsabilidad en quienes no son capaces de seguir el paso, y no son capaces de asumir responsabilidades. Admito que esperaba más de Lucrezia… y para ser la primera de muchas sesiones es decepcionante. ¿Cómo pudo alcanzar el nivel que la profesora Thénardier espera de sus alumnos de TIMO? No lo sé… pero aún en contra de los pronósticos, ella debe saber lo que hace. A fin de cuentas, ya tiene dieciséis años, y es tiempo de que ponga en orden sus prioridades… He observado a Lucrezia, y no le faltan agallas para cumplir con sus objetivos. Ponerla a prueba y ver hasta donde es capaz de llegar… será interesante. – Me reconforta saberlo… – repuse con acentuando la curvilínea mueca que se había formado en mis labios, observando por el rabillo del ojo cada uno de sus movimientos. – Poner en orden tus prioridades te ayudará a organizarte, y con eso evitaras críticas constructivas en el futuro – Una vez aclarado que ninguno de los dos estaba aquí para perder el tiempo, podría catalogarse como una… ‘aceptable’ forma de inicio, mas no la esperada…

No pretendía intimidarla u ofenderla… contrario a lo que otros crean nunca podría sobre pasar los limites del respeto y caer en el error de insultar a una mujer. Pero entre una cosa y otra existe una gran diferencia. Hay personas como Marlene Black que requieren medidas drásticas y no tienen reparo en colmarte la paciencia con estupideces. Emplear la ironía es una manera sutil y eficaz para burlarte de la opinión o de los deseos de los demás, disfrazándola con lo que piensas en realidad. Evidentemente, las palabras de Lucrezia eran una forma de contraatacar y defenderse de lo que dije… solo que con ingenio y desvergüenza en la manera de expresarse. – ¿Ah, si? No lo sabia… – fingí interés, para no desairarla en no responder a su ingenioso comentario. – Dudo mucho que ‘escuchar’ su punto de vista sea conveniente, una amena charla, acompañada con una taza de té, seria como ir en contra de tu buen juicio. Tal y como tú bien lo has dicho, la reina de corazones es una monarca política, de muy mal genio que es descrita como “llena de furia ciega”, rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. No querrás estar cerca de ella si accede a escuchar las elucubraciones de una adolescente que no este de acuerdo con la forma en que gobierna y sentencia. – Mi voz era monótona, pero calmada. – Interesante… siempre pensé que para ser seleccionado en Gryffindor, la valentía era un requisito indispensable. Aunque claro… la valentía puede estar dentro de quienes menos lo esperas. Hay quienes se valen de actos heroicos, desertan para salvar la vida de los que aman y no por ello se les considera cobardes. A nosotros, por ejemplo, se nos ha estigmatizado por el hecho de que, si nos dan a elegir, entre una vida u otra, o elegir entre pelear y la oportunidad de salvarse, algunos prefieren salvar su pellejo. Depende de cuanto valora esa persona su vida. – Mis palabras eran mas bien una forma de reflexionar la perspectiva de quienes piensan que la casa de Slytherin alberga cobardes. Lo que demuestra que cada persona, es un mundo diferente.

Al oír su pequeño discurso de filosofía personal acerca de la comida, mi rostro se volvió ligeramente hacia su lado, mis ojos entablaron contacto con los oscuros ojos de Lucrezia, pero mi expresión siguió siendo la misma, determinada, seria, sin intención de suavizarse. Sus finas y delicadas facciones no tenían nada que ver con las de aquella niña que conocí años atrás. En aquel entonces… Lucrezia llevaba el cabello un poco más corto y un halo de inocencia la rodeaba. La manera en que sus ojos me miraron esa noche, no era la misma, había cambiado, el destello inocente que ahora emanaba de su mirada, tenía cierta picardía, no solo en sus ojos, si no en su forma de hablar. Lucrezia se había convertido en una mujer atractiva, no hay razón para negarlo. Su belleza solo se podría comparar con la de una hermosa flor del desierto, que es capaz de sobrevivir aun en contra de las adversidades. Pero reparar en la bella chica en la que se ha convertido, no era el objetivo. Mis intereses eran un impedimento para enfocar la atención que una mujer requiere. – Que elocuencia, Lucrezia… – No era una ironía, bien podría sonar como un cumplido, pero no; no tengo intenciones de alimentar su ego con comentarios de este tipo hacia su persona. Mis palabras eran, en otros términos, una observación que rayaba en la consideración. – Si esa es tu decisión, entonces… haz lo que creas conveniente… – dije con una particular nota de indiferencia, al volver mi rostro. Si prefería desaprovechar la oportunidad que le estoy dando, era su problema, al menos sé que le servirá de lección, y se ahorrara inútiles esfuerzos al querer convencerme de lo contrario.

El problema es que una voz interna me advertía al decirme que esto no se quedaría así. No tenia idea de hasta que punto había cambiado Lucrezia, y no me refiero al aspecto físico, esto iba para su personalidad, su manera de pensar, su perspectiva. ¿Por qué ese afán de tratarme como si fuéramos amigos? ¿Cómo si fuera alguien de su absoluta confianza? Yo no era la clase de persona a la que esta acostumbrada a tratar… ¿Por qué se esfuerza tanto en aparentar que existe un lazo entre nosotros cuando no es verdad? En silencio, me dedique a escuchar su proposición, sopesando y reflexionando cada una de sus palabras, y con una expresión meditabunda. – No; y te agradecería que dejaras de insistir con el tema… – dije solo para zanjar y aclarar que no estaba dispuesto a ceder ante dicha idea. – Por otro lado, te reafirmo que eso es lo que esperaba de ti. Solo que no hay razón para que me lo digas… es mejor que te las repitas hasta que te las creas y seas capaz de cumplir con lo que has dicho. – Lucrezia era quien debía de poner en orden sus prioridades para evitar este tipo de situaciones. Debía entender que yo solo estaba aquí para asesorarla y no para darle órdenes, ni para decirle que es lo que debe o no hacer. Tendría que forjarse de determinación si busca tomar decisiones, no solo debe dejarse llevar por lo que dicta su corazón o sus instintos. La precipitación y la impulsividad solo acarrean arrepentimientos, y no creo que Lucrezia sea tan ingenua como para acciones precipitadas. Una imperceptible sonrisa curvó mis labios, transformando la mueca en mi rostro, por una sonrisa nada visible, cuando nuestras miradas hicieron contacto una vez más, y el contacto entre ambas se prolongo por varios segundos. – De acuerdo… – dije al cabo de unos segundos de silencio, serenamente, soltando el aire por la nariz, y sin recurrir a un notorio suspiro. No tenia caso iniciar una absurda discusión sobre los puntos a establecer durante las sesiones, mientras cumpliera con su parte del trato, yo no tendría por que faltar a lo que acceda a prometer. – Un trato que nos beneficie, me parece sensato. Cumpliré con mi parte, siempre y cuando tú también cumplas con la tuya... – Mi actitud tenía fundamentos y no era cuestionable. Pero si eso es un problema… supongo que no tengo elección. No esperaba que le resultara agradable el tener que vernos la cara todos los días, y eso es algo que desde un principio lo tuve claro. – Me temo que eso, querida Lucrezia, no esta dentro de los términos de nuestro acuerdo… y no veo razón para que discutamos algo que no tiene sentido… – me expresé con una fría y calmada serenidad que tuve que modular para que no pensara que me estaba molestando con ella. ¿Cuál era el problema con la biblioteca? Es lo que yo quisiera saber… y lo cierto es que, estoy empezando a creer que Lucrezia solo busca motivos para hacerme perder la paciencia. Sabia perfectamente que la biblioteca era el lugar menos frecuentado por Lucrezia, pero no tenia idea de que le desagradara tener que llevar a cabo nuestras sesiones en la tranquilidad de la biblioteca. – Pero antes de cambiar de tema, respóndeme una cosa: ¿Cuándo has visto a un mago o a una bruja elaborar pociones al aire libre? – cuestioné calmadamente a la espera de que me ilustrara con una respuesta. Ya me gustara escuchar lo que tiene que decir…
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Dorian Snape Empty Re: [ # ] Dorian Snape

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.