Henry y Vicky - Meeting 2006

**ιzzy нale** Sáb Jun 26, 2010 12:07 am

Victoria Federica Eugenia Isabel de Todos los Santos de Marichalar y Borbón
– Casa Windsor, Londres - Inglaterra # Henry Widnsor–

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Mi papá y yo estábamos pasando unos días en Inglaterra, pues papá tenía que cerrar unos contratos importantes de comercialización, y como yo no tenía absolutamente nada que hacer, había decidido acompañarlo. Me gustaba mucho Inglaterra, y me encantaba sobretodo ir de compras. Le había preguntado a Irene si no quería venir conmigo, pero ella prefirió quedarse en casa (¿). También le dije a Iván, pero él tenía cosas que hacer. Y por supuesto que también le pregunté a Mía, pero ella no podía venir conmigo. Estuve realmente tentada en decirle a papá de que prefería quedarme en casa, pero sabía que se iba a enfadar, así que... terminé a bordo del avión.
Este era el tercer día que pasaba acá, y creo que ya me había visitado la mitad de las tiendas de Londres. Y siempre que pasaba por una, me tentaba en comprar algún gorro, o algo de ropa. Además, también le había comprado algunas cosas a mis primas, Irene y Mía, y por supuesto a Iván... me encantaba comprarle cosas a él. También, le había comprado algunas cosas nuevas que vi a Sofía, que suponía que le iba a gustar, aunque solamente lo había hecho de cortesía, por supuesto. Me había enterado que esa noche, en la casa de los Windsor, había un evento, y más que nada me enteré porque mi abuela me había llamado para pedirme que asistiera a él, aprovechando de que estaba acá. No pude rechazar aquella petición, así que fui a comprar un vestido de noche para la ocasión. Más a la tarde, fui a una peluquería para arreglar un poco mi cabello, y pues, además para arreglarme un poco, ya que quería verme bien. Y finalmente, cuando se hizo la hora, partimos en la limusina rumbo al castillo.
Al llegar me recibieron en la recepción, y me hicieron pasar al salón. Ahí había un montón de personas, reconocía a varios de la realeza, y me acerqué a saludar. Generalmente, era Sofía la que solía venir a este tipo de cosas, porque a mí no se me daban muy bien, pero ¡Vaya! Heme aquí... Llevaba un vestido largo de color verde azulado, y me había alisado el cabello, que realmente me gustaba tenerlo así. No muy lejos vi a Diana, quien pareció alegrarse cuando no vio a Sofía en mi lugar y me saludó efusivamente con la mano. Le respondí el saludo con un gesto de mano. Y me abracé a mí misma. Me quedé quieta en mi lugar, hasta que uno del servicio me vino a ofrecer un vaso de jugo – Te lo agradezco. – le dije con una sonrisa amable. Me di vuelta para ver si encontraba a alguien más, y en ese momento fue cuando choqué con alguien, haciendo que todo el liquido del vaso cayera sobre su traje. ¡Oh, Dios! Pensé cuando alcé la vista para ver quien era. Se trataba no más ni menos de Henry, uno de los anfitriones. Sentí que mis mejillas, comenzaban a arder. – lo... lo siento... lo siento... de verdad. – tartamudeé mientras intentaba pensar en algo que hacer, aunque en tanto yo pensaba, alguien del servicio se había acercado a limpiar el lío que había hecho. ¡Ay, Dios! ¡Que desastre! - ¿¿Estas bien??. – pregunté sintiendo que quería salir corriendo dentro de nada ¿Vieron porque no me gustaban este tipo de eventos? Pues justamente, era muy torpe para este tipo de cosas.. - Lo lamento tanto, yo ya sabía que no tenía que venir, pero estaba de viaje por aquí y mi abuela insistió en que quería que viniese yo.. y lo siento. – me mordí el labio inferior, bastante alarmada.

**ιzzy нale** Vie Ago 20, 2010 1:27 am

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Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
En: Casa Windsor, Londres - Inglaterra
[ Con Vicky de Marichalar ]

Las últimas dos semanas había estado fuera del país, atendiendo a petición de la Abuela, mis.. deberes reales, como nieto de la Reina de Inglaterra. El hecho de haberme dejado persuadir por la Abuela de una manera tán fácil.. me resultaba absurdo y patético, debido a que no me había quedado más opción que acceder a su petición, que en lo personal, me resultaba más bien como una especie de "chantaje sentimentalista". Diciéndome que lamentablemente ella no estaría a nuestro lado toda la vida.. y que deseaba al menos por una vez en la vida, me portara como tal, dado que había sido educado para servir a mi Pueblo y a mi Nación, responsabilidades que siempre había tenido lo suficientemente claras. Razón por la cuál, la Abuela sabía que el protocolo real.. no era lo mío, el hecho de tener que acudir en representación de la Corona Inglesa, a eventos elitistas y de alcurnia, me eran de lo más desagrables. Odiaba la idea de tener que soportar durante toda una velada sonrisas hipócritas.. para después una vez que dieras la media vuelta, ¿te des cuenta de la manera en que hablan a tus espaldas?. Pero no todo se puede tener en esta vida.. y eso era algo que había aprendido con el paso de los años.. no de la manera en que hubiera deseado, pero este no era el momento para los malos recuerdos. Es por esa razón, que no había tenido más remedio que acudir a la Cena de Estado, que habían llevado a cabo los Reyes de Suecia; el recibimiento de sus majestades había sido de lo más afectuosa.. conllevando a que en lo personal mi estadía en Suecia resultara bastante agradable. Por otro lado, esta mañana había recibido una llamada de parte de parte de mi padre, pidiéndome de favor que regresara lo antes posible a Londres.. dado a que habría un evento de suma importancia en la Casa Windsor y que requeriría que toda la Familia estuviese presente, debido a que eramos los anfitriones. Respíré lenta y profundamente, tuve increíblemente la necesidad de negarme rotundamente a tener que asistir a dicho evento.. dejándole en claro a mi padre, que posiblemente no podría asistir, pero tras recibir culminar la llamada telefónica de con mi padre, momentos después recibí una nueva llamada, ahora de parte de Diana.. pidiéndome que volviera a Casa. Esta vez no tuve oportunidad de negarme, al tratarse de Diana. Razón por la cuál, no me quedó más remedio que hacer el equipaje, no sin antes pasarme por la Casa Bernadotte, agradeciéndoles su generosa hospitalidad durante los últimos días.. para posteriormente tomar el primer vuelo que estuviera disponible con destino a Londres. El vuelo resultó ser de lo más tranquilo, hasta que finalmente el avión arrivó al Aereopuerto Internacional de Heathrow. Curiosamente en ese momento a las afueras del Aereopuerto, una limosina me aguardaba.. hecho que me extrañó en un principio, pero luego recordé que a la única persona que le había avisado de mi regreso a Londres, había sido únicamente a Diana, lo que me hizo suponer.. que este recibimiento había sido obra suya. Tomé una honda y prolongada bocanada de aire.. en el momento que el chofer de la limosina, se dedicaba a abrir la cajuela.. para ayudarme con el equipaje. El trayecto del Aeropuerto, a la Casa Windsor.. no duró demasiado, fue así como minutos después de que la limosina se estacionó en la entrada de Palacio, me vi rodeado o mejor dicho.. siendo estrangulado por los brazos de Diana.. en un afectuoso y cariñoso abrazo, hecho que me hizo sonreír sin lugar a duda; momentos más tarde.. me reencontré con la Abuela, William y con mi Padre.. quiénes se mostraron sorprendidos, pero alegres ante mi sorpresiva llegada. Después de aquel cálido recibimiento, en el que gracias a Dios, no fue participe Camilla, ni mis hermanastros.. me encaminé a mi habitación, dado que los invitados no tardarían en llegar.. sobre todo tratándose de la puntualidad inglesa. Minutos más tarde, tras darme una ducha.. y asicalarme decentemente, para la dichosa ocasión; salí de mi habitación.. rumbo al Salón Principal.. donde el bullicio de los invitados, poco a poco comenzaba a hacerse presente. No muy lejos de donde me encontraba, divisé a Diana.. con algunos invitados.. de igual manera que a la Abuela quién me hizo unas discretas señas, para que me acercara a ella. Mire con aire aburrido a mi alrededor, pero mi rostro aun asi mantuvo fingido interes en lo que me estaba planteando el Primer Ministro Británico una vez que me graduara de la Universidad.. – será un honor para mí, ser la mano derecha del Señor Ministro en lo que respecta a asuntos de Política Exterior.. – le miré educadamente con una ligera sonrisa de lado dandole un breve apreton en el hombro demostrando sumo interés, ante su petición.. – a su salud, Señor Brown – dije con propiedad alzando sutilmente mi copa para brindar por el, para después llevar la copa de vino para darle un sorbo.. – ahora, si me disculpan.. – inquirí tomándo con delicadeza la mano de la Abuela entre la mía, para besarla ante un noble gesto de caballerosidad, para después estrecharle de una manera cordial y amistosa al Primer Ministro Gordon Brown. Me di la media vuelta, para perderme entre la multutud de personas que no paraban de llegar.. estar rodeado de demasiadas personas, resultaba a veces increíblemente asfixiante. Respiré hondamente, en el momento que chocaba accidentalmente con alguien que se había dado la media vuelta en ese instante, derramándo su copa sobre mi traje. – descuida.. no.. no es nada – expresé de una manera tranquila, y sin inmutarme, después de todo los accidentes pasan. – no tengo aboslutamente nada de lo cuál disculparte.. fue accidente.. – le comenté sonriendo tranquilamente, ante sus disculpas, en el preciso momento que alzaba mi mirada para encontrarme con la causante del pequeño imprevisto.. tratándose nada más y nada menos que de una de la hija de Don Jaime y Doña Elena de Marichalar, por lo tanto una de las nietas del Rey de España. Suspiré. – estoy bien.. no te preocupes.. – inquirí sinceramente, sin poder evitar sonreírle de una manera divertida y agradable. – hey, hey.. para ya por favor.. – le pedí educadamente comenzando a abrumarme.. ante toda su sarta de disculpas, que lo único que provocaban era sentirme un tanto incómodo. – esta bien, enserio.. – le comenté con una sonrisa de lado, en el momento que me sacaba el saco.. colgándomelo al hombro. – acepto tus disculpas, pero por favor no me hagas parecer como un ogro, dispuesto a gritonearte.. o mostrarme ofendido ante lo que acaba de suceder.. – le pedí sonriendo tranquilamente, nunca me había gustado tratar mal a las personas, nisiquiera a la servidumbre.. ni mucho menos a las damas, no era mi naturaleza.. apesar de que los británicos eramos catalogados como demasiado rectos, y bastante acatados a las reglas. Sonreí ampliamente en el instante que un color carmesí, llamó mi atención. – tu mano.. – empezé a decir con cierta inquietud, al notar como unas pequeñas gotitas caían al suelo.. todo indicaba que sin querer había sufrido una pequeña cortadura en el momento que la copa dió contra el suelo. – ¿me permites? – pregunté mirándole de una manera educada y gentil, pero sin dejar de mostrarme preocupado.. dado que no me atrevía a tomar su mano, no sin su consentimiento.. no deseaba que se llevara una mala impresión de mí, al creer que era un atrevido y me tomaba atribuciones ciertas atribuciones que no me correspondían.

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