ιzzy pнelpѕ-нale
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

[ # ] Lizzie y Henry

Ir abajo

[ # ] Lizzie y Henry  Empty [ # ] Lizzie y Henry

Mensaje  ιzzy нale Miér Jul 31, 2013 1:06 am

Lizzie Stronghold

Londres, Verano 2012




No solía sentirme frustrada. La mayoría del tiempo siempre lograba lo que quería, simplemente porque le ponía todo el empeño del mundo y porque rendirme no era algo que estaba dentro de mi vocabulario, mi madre me había enseñado eso. Era ahí cuando podía volverme esta persona realmente cansadora, la que no podía estar más de tres minutos en el mismo lugar, la que hablaba sin parar y la que podía conseguir todo con una sonrisa gigante, amistosa y encantadora. Siempre había que luchar por lo que queríamos, por lo que encontrábamos importante, porque si no luchábamos nosotros ¿Quién lo haría? Había aprendido muchas cosas de ella, también a demostrar que era fuerte y que nada podía mandarme abajo, a mantener una sonrisa aun en mis peores momentos y a siempre ver el vaso medio lleno y no al revés. Y aunque en ocasiones yo hablaba como si supiera mucho de todo, no siempre era cierto. Yo guardaba cierta inseguridad que escondía detrás de mis desplantes y de mi sonrisa constante. Pero nadie podía ser feliz todo el tiempo, ni siquiera yo que tenía una vida fabulosa. Porque realmente estaba agradecida a mi familia, de mis amigos y de las personas importantes para mí. Pero lo que sentía por Henry me frustraba enormemente. No sabía cómo reaccionar al torrente de emociones que me albergaban de pies a cabeza cuando lo tenía cerca. ¡Si temblaba como una hoja cuando está sentado frente a mí en la cena!

Y ni siquiera quería comenzar a hablar sobre lo ocurrido en Rockland. A pesar de que ahí había conocido a personas importantes para mí, también había sido el lugar en donde había sufrido más que nunca. En donde JP  había muerto, en donde muchos de mis amigos lo habían pasado mal y en donde el mismo Henry se había sumido en un pozo negro del cual me había costado mucho sacarlo a flote. Aun tenía pesadillas con la noche en que lo encontraron herido, todos esos días junto a la cama en el hospital dándole los ánimos suficientes para que se recompusiera. ¿Qué hubiera sido de mí si Henry hubiera muerto ahí? Ni siquiera quería pensarlo, las cosas ya habían sido lo suficientemente complicadas como para pensar negativo. Ahora que lo tenía a mi lado, quizás egoístamente no quería separarme nunca más de él. Y sabía que tenía que compartirlo con su padre, con su hermana y hasta con Irene, pero de todas formas secretamente deseaba ser especial en la vida de Henry, porque el sin lugar a dudas lo era en la mía.

Pero no era momento de pensar en aquello. Me observe al espejo de aquella enorme habitación. Ladeando la cabeza para ver si estaba bien vestida, aunque no sabía a donde iba por lo que no podía elegir mi atuendo a conciencia. Pero sonreí. Me encantaban las sorpresas y estaba segura que Henry me daría la mejor de todas. Cuando aquella mañana me había llegado una nota a través de uno de los sirvientes: “Te espero en el vestíbulo en 30 minutos. Sera nuestro pequeño secreto”. Ya se me había comenzado a salir el corazón del pecho producto de la emoción.

Henry se había convertido rápidamente en “Esa persona”. La verdad es que como habían comenzado las cosas había sido algo cómico por decir lo menos, pero me alegraba de que hubiera sucedido. Henry era una persona maravillosa, un buen amigo, un buen chico…solo que a él le costaba ver esas cualidades en el mismo, pero yo claramente me encargaba de recordárselo a cada momento. Y es que en ocasiones me preguntaba cómo es que me soportaba, yo podía llegar a ser verdaderamente pesada y meterme en asuntos que no eran de mi incumbencia, pero preocuparme de mis amigos era algo que yo siempre iba a hacer, que no quería ni podía evitar. Claro que los sentimientos de amistad que tenía hacia Henry se habían distorsionado con el paso del tiempo. Era una idiota. No quería pensar en el como algo más que mi amigo pero al mismo tiempo no podía detenerme. Ya había comenzado a sentir cosas, ya comenzaba a sentir que lo necesitaba y que no podía pasar mucho tiempo a su lado sin que sonriera como una idiota o que me sintiera nerviosa. Las palmas de las manos me sudaban y me daba esa cargante manía de ponerme a hablar sobre alguna estupidez que a nadie le interesaba. Me ponía como si tuviera 13 años y estuviera frente a mi primer amor. Odiaba sentirme así, porque…Henry me veía solo como su amiga, y tenía que comenzar a acostumbrarme a aquello.

Llevaba tres días en el castillo y no quería irme de ahí nunca. A pesar de que Henry se disculpara todas las noches por su padre y porque como este me contaba como su familia había llegado a asumir el trono de Inglaterra, cuando a mí esas conversaciones con una taza de té, me parecían de lo más interesantes. Charles me había parecido un hombre estupendo y de cierta manera me alegraba estar ahí, aunque en ocasiones me sentía como una intrusa, pero también eran esos momentos en los que me escapaba a recorrer todo por ahí, de esa forma había descubierto la enorme biblioteca que tenían ahí. Henry me había pillado husmeando entre los libros en más de alguna ocasión y rápidamente se había convertido en mi lugar favorito. Claro que extrañaba a mis hermanitos, pero sabía que estaban muy bien cuidados por mi tía. En ocasiones me sentía algo culpable, yo con esos vestidos tan hermosos, asintiendo a fiestas, a cenas y pasándolo bien ahí…cuando ellos estaban en casa, sin mucho que hacer. Sacudí la cabeza rápidamente para apartar aquellos pensamientos y para permitirme ser egoísta por algunos minutos. También tenía pleno derecho a ser feliz, a vivir como quería hacerlo. ¿Me lo merecía verdad?

Baje al vestíbulo después de unos cuantos minutos, cuando el mirarme al espejo solo lograría que me cambiara nuevamente de ropa y eso no llegaría a ningún lado. Henry ya estaba ahí, así que no pude más que sonreír enormemente-¿A dónde vamos?-fue mi primera pregunta, y aunque yo amaba las sorpresas, siempre quería saberlo todo, quizás para así sentirme en control-Ya sabes que no se me da bien esto de seguirle los pasos a alguien, aunque seas tú Henry-agregue rápidamente observándolo a los ojos. Me acerque un paso para estirar una de mis manos y ordenar un poco de su cabello que se le había ido sobre la frente-¿Y bien?-sonreí. Estaba segura que este iba a ser un buen día.


ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Lizzie y Henry  Empty Re: [ # ] Lizzie y Henry

Mensaje  ιzzy нale Miér Jul 31, 2013 1:37 am




Henry Windsor
as: Su alteza real, el príncipe: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales.  
● Londres » Verano de 2012
[ Está con Lizzie Stronghold
]


¿Quién creería que alguien podría interesarse por un local en ruinas que quebró hace más de veinte años? Francamente, ni yo lo hubiera creido, hasta no verlo con mis propios ojos. Ahora me doy cuenta de que cometí un gran error al ausentarme del pueblo durante seis largos meses por simples cuestiones de negocios por finiquitar. Frustrando de esa manera la compra de aquel viejo local, cuya historia, en realidad no me interesa mucho, pero de la que estaba al tanto. Mis planes de comprar el local, demolerlo, y reconstruirlo desde sus cimientos, lamentablemente no pudieron llevarse a cabo. Pero no por ello tengo la intención de darme por vencido tan fácilmente. Toda persona, sea hombre o mujer, tiene un precio, y estoy en la mayor dispocision de llegar a un acuerdo y pagar la cantidad que el nuevo propietario considere razonable.

Vaya que desperdiciar el espacio en una librería, es una perdida de tiempo. Pocos son los jóvenes a los que les apasiona la lectura, y día con día crece el número de adolescentes que no tienen ni la más mínima curiosidad por abrir un libro. Además… con los libros electrónicos ya no es necesario, al fin y al cabo han ido ganando mayor terreno, y que decir que la tecnología y la ciencia, día tras día avanzan con gran rapidez, innovando y revolucionando al mundo. Dentro de unos años, los libros serán reliquias. Entonces… ¿Por qué desperdiciar el espacio en una librería? Seguramente el nuevo propietario es hombre de edad avanzada que no tiene los suficientes recursos para mantenerla y llevar a cabo los arreglos que requiere,  por lo que si acepta llegar a un acuerdo puedo dotarlo para que viva una vida plena y cómodamente hasta el final de sus días.  

Confieso que no esperaba encontrar el local abierto cuando la mayoría cerró por una buena razón: Alexandra Montgomery era conocida por todos los habitantes del pueblo, y lo menos era que desearan presentar sus respetos. Y aunque ella y yo no fuimos estrechamente cercanos, tuve tratos con su padre, un buen hombre, sin duda; por lo tanto, lamentaba la muerte de su hija. A pesar de que jamás he sido un hombre creyente, la racionalidad científica me lo impedía, pero el que mi mentalidad se basara únicamente en los hechos e hipótesis comprobadas, en la fe científica, no fue un impedimento para presentar mis respetos, aunque fuese solo por un breve momento para después retirarme.  

En lo que esperaba pacientemente para ser atendido, me dispuse a inspeccionar la librería con la mirada, reparando en que, efectivamente, necesitaba mantenimiento urgentemente. Algunas de las paredes tenían demasiada humedad, y el ala derecha, podría derrumbarse en cualquier momento. A simple vista, se nota que los ingresos no han sido suficientes, de otra forma, el propietario habría reparado en esos desperfectos. Aunque no escatimo el crédito por tratar de hacer este lugar un sitio confortable. En fin... habrá que esperar para ver que sucede.

Los ruidos provenientes de la parte de atrás, como de libros cayéndose, y el escuchar la voz de una mujer. Me hizo arrugar el ceño con ligera extrañeza, pero al cabo de unos segundos, mi semblante volvió a adquirir la misma expresión despreocupada de siempre. Nunca me he caracterizado por ser un hombre paciente, y es precisamente por esa razón que solia dejar mi compañía en manos de una persona, como Rodrick, en la que confiara plenamente como para hacerse cargo de lo que yo he desertado hacer, y me mantuviera al corriente de lo que sucede.

Leía la sinopsis de un libro que tomé al azar, el cual, volví a depositar en el estante del que lo había tomado, para después darme la media vuelta, encontrándome al instante con una joven de fulgurante cabellera pelirroja y cautivandores ojos azules, bastante atractiva a la vista. – No hay cuidado, señorita. – le dediqué una de mis mejores sonrisas, pasando por alto su disculpa y su demora. – ¿Esta usted bien? – inquirí, con amable caballerosidad. Parecía que había estado forcejeando alla atrás por lo que no pude evitar preguntarle. Sobre todo si esa joven es la… nieta o hija del propietario del lugar. Aunque eso no justifica su tardanza, pero eso no viene al caso en este momento. – Mi nombre es es Damon Trevelyan, señorita. Y quisiera hablar con el propietario del local, si no le molesta. – me presenté formalmente, sin borrar la encantadora sonrisa de mi rostro, esperando que la bella pelirroja me llevara con su padre o con su abuelo. Solo en caso de que estuviera emparentada con el propietario, pues tal vez se trate solo de una empleada.  
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Lizzie y Henry  Empty Re: [ # ] Lizzie y Henry

Mensaje  ιzzy нale Vie Ago 09, 2013 4:06 am




Henry Windsor
as: Su alteza real, el príncipe: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales.  
● Londres » Verano de 2012
[ Está con Lizzie Stronghold
]

¿Quién creería que alguien podría interesarse por un local en ruinas que quebró hace más de veinte años? Francamente, ni yo lo hubiera creido, hasta no verlo con mis propios ojos. Ahora me doy cuenta de que cometí un gran error al ausentarme del pueblo durante seis largos meses por simples cuestiones de negocios por finiquitar. Frustrando de esa manera la compra de aquel viejo local, cuya historia, en realidad no me interesa mucho, pero de la que estaba al tanto. Mis planes de comprar el local, demolerlo, y reconstruirlo desde sus cimientos, lamentablemente no pudieron llevarse a cabo. Pero no por ello tengo la intención de darme por vencido tan fácilmente. Toda persona, sea hombre o mujer, tiene un precio, y estoy en la mayor dispocision de llegar a un acuerdo y pagar la cantidad que el nuevo propietario considere razonable.

Vaya que desperdiciar el espacio en una librería, es una perdida de tiempo. Pocos son los jóvenes a los que les apasiona la lectura, y día con día crece el número de adolescentes que no tienen ni la más mínima curiosidad por abrir un libro. Además… con los libros electrónicos ya no es necesario, al fin y al cabo han ido ganando mayor terreno, y que decir que la tecnología y la ciencia, día tras día avanzan con gran rapidez, innovando y revolucionando al mundo. Dentro de unos años, los libros serán reliquias. Entonces… ¿Por qué desperdiciar el espacio en una librería? Seguramente el nuevo propietario es hombre de edad avanzada que no tiene los suficientes recursos para mantenerla y llevar a cabo los arreglos que requiere,  por lo que si acepta llegar a un acuerdo puedo dotarlo para que viva una vida plena y cómodamente hasta el final de sus días.  

Confieso que no esperaba encontrar el local abierto cuando la mayoría cerró por una buena razón: Alexandra Montgomery era conocida por todos los habitantes del pueblo, y lo menos era que desearan presentar sus respetos. Y aunque ella y yo no fuimos estrechamente cercanos, tuve tratos con su padre, un buen hombre, sin duda; por lo tanto, lamentaba la muerte de su hija. A pesar de que jamás he sido un hombre creyente, la racionalidad científica me lo impedía, pero el que mi mentalidad se basara únicamente en los hechos e hipótesis comprobadas, en la fe científica, no fue un impedimento para presentar mis respetos, aunque fuese solo por un breve momento para después retirarme.  

En lo que esperaba pacientemente para ser atendido, me dispuse a inspeccionar la librería con la mirada, reparando en que, efectivamente, necesitaba mantenimiento urgentemente. Algunas de las paredes tenían demasiada humedad, y el ala derecha, podría derrumbarse en cualquier momento. A simple vista, se nota que los ingresos no han sido suficientes, de otra forma, el propietario habría reparado en esos desperfectos. Aunque no escatimo el crédito por tratar de hacer este lugar un sitio confortable. En fin... habrá que esperar para ver que sucede.

Los ruidos provenientes de la parte de atrás, como de libros cayéndose, y el escuchar la voz de una mujer. Me hizo arrugar el ceño con ligera extrañeza, pero al cabo de unos segundos, mi semblante volvió a adquirir la misma expresión despreocupada de siempre. Nunca me he caracterizado por ser un hombre paciente, y es precisamente por esa razón que solia dejar mi compañía en manos de una persona, como Rodrick, en la que confiara plenamente como para hacerse cargo de lo que yo he desertado hacer, y me mantuviera al corriente de lo que sucede.

Leía la sinopsis de un libro que tomé al azar, el cual, volví a depositar en el estante del que lo había tomado, para después darme la media vuelta, encontrándome al instante con una joven de fulgurante cabellera pelirroja y cautivandores ojos azules, bastante atractiva a la vista. – No hay cuidado, señorita. – le dediqué una de mis mejores sonrisas, pasando por alto su disculpa y su demora. – ¿Esta usted bien? – inquirí, con amable caballerosidad. Parecía que había estado forcejeando alla atrás por lo que no pude evitar preguntarle. Sobre todo si esa joven es la… nieta o hija del propietario del lugar. Aunque eso no justifica su tardanza, pero eso no viene al caso en este momento. – Mi nombre es es Damon Trevelyan, señorita. Y quisiera hablar con el propietario del local, si no le molesta. – me presenté formalmente, sin borrar la encantadora sonrisa de mi rostro, esperando que la bella pelirroja me llevara con su padre o con su abuelo. Solo en caso de que estuviera emparentada con el propietario, pues tal vez se trate solo de una empleada.  
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Lizzie y Henry  Empty Re: [ # ] Lizzie y Henry

Mensaje  ιzzy нale Vie Ago 09, 2013 4:12 am



Henry Windsor
as: Su alteza real, el príncipe: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales  
● Londres » Verano de 2012

[ Está con Lizzie Stronghold ]

4:01 pm. – ¿Quién lo diría, no crees, hermano? Mujeres… no se puede vivir con ellas, pero tampoco vivir sin ellas. – Arqueé las cejas con una sutil nota de ironía inyectada en mis palabras, mientras destapaba la botella de whisky, y servía una cantidad razonable primero en su vaso y después en el mío.  
ιzzy нale
ιzzy нale
Admin

Mensajes : 2722
Fecha de inscripción : 23/10/2009
Edad : 33
Localización : ѕleepy нollow,,*

https://izzy.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

[ # ] Lizzie y Henry  Empty Re: [ # ] Lizzie y Henry

Mensaje  Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.