[ # ] Ethan Gallagher

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“Deberás ser paciente con tu hermanastra, Ethan. Claire en este momento está pasando por momentos muy desconcertantes al no poder recordar parte de su vida debido al traumatismo cráneo-encefálico que sufrió en el accidente. Ahora tú eres su única familia y te necesitará más que nunca. Sé que es muy duro para ti tener que afrontar situación, Ethan… pero Claire necesitara de tu apoyo para poder salir adelante.”

Un nudo se formó en su garganta al recordar dolorosamente los acontecimientos de los últimos meses que marcaron su vida, dejando un profundo vacío en ella: el accidente automovilístico en el que fallecieron su padre y su madrastra, el estado de coma en el que cayó Claire a raíz del accidente, todo se arremolinaba en su interior. Demasiadas cosas consternaban su mente en ese preciso momento, la pérdida de sus padres fue un golpe terrible para él, un golpe que difícilmente podría superar. Pero a pesar del aquel sentimiento de pérdida lo abrumaba, el hecho de que Claire no pudiera recordar gran parte de su vida lo estaba afectando. Después de todos estos años, volver a verla trajo a su mente recuerdos de una adolescencia a su lado. Claire y su madre habían llegado inesperadamente a sus vidas, trayendo consigo una alegría que desde hacía mucho tiempo no sentían tras la pérdida de su madre. Por eso esta situación sobrepasaba sus límites, no sabía cómo lidiar con todo esto que estaba pasando, pero por Claire tenía que hacer un intento.

Aquella casa le traía un sinfín de recuerdos, algunos gratos, otros tristes.

En ese momento, él se encontraba en la biblioteca ordenando algunas cosas para llevarlas al ático. Una parte de él sabía que debía que hacer un intento por tratar de acercarse a Claire, pero no estaba seguro de cómo hacerlo. A pesar del inmenso cariño que sentía por ella, los años que estuvo lejos de su familia hicieron mella en él. Estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera escuchó cuando su hermana salió. Pero al salir y darse cuenta de su ausencia, tomó inmediatamente las llaves de su auto y salió en su búsqueda. Si se daba prisa, posiblemente la alcanzaría. Transcurrieron varios minutos en los que anduvo buscándola preocupadamente por casi todos los rincones conocidos de la ciudad, hasta que finalmente hizo caso a esa extraña corazonada que lo llevó al parque central. Aparcó el auto, y al bajarse de él, recorrió el parque por algunos minutos que sus ojos la vislumbraron sentada cerca de la fuente. Al verla no hicieron falta las palabras para expresar su preocupación, su mirada delataba lo que sentía, quizás una parte de ella fugazmente recordó que solían comer helado y recostarse en el césped a encontrarle formas a las nubes. – Claire…. – la llamó quedamente, sin saber cómo afrontar aquella situación. – Entiendo que para ti debe ser difícil todo esto, pero por favor… si sientes la necesidad de hablar sobre lo que sientes, recuerda que yo estoy aquí… contigo. Eres mi hermana, Claire…