Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
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Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Miér Mar 16, 2011 4:31 am
| Hermione Weasley as: Hermione Jean Granger - Weasley + Departamento de Aplicación de la Ley Mágica >> Orden del Fénix [ Con Ginny Potter // Callejón Diagon ] |
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– No, por favor… no… se lo ruego – supliqué con la voz al borde de la desesperación, evitando que las lágrimas emanaran de mis ojos… En este momento el miedo, el horror, y la angustia me tenían paralizada… era la primera vez en toda mí vida, que no sabía que hacer… – No… no… por favor – decía una y otra vez en un inútil y desesperado intento por hacerla entrar en razón… pero, sin duda mis palabras, el verme arrodillada y retorciéndome de dolor… le provocaba una satisfacción que podía leer en sus ojos y en su sonrisa… – Ya se lo he dicho… no-nosotros no sabemos como… – mi voz se ahogó en un alarido de dolor que me impidió terminar la oración… – ¡MIENTES! – Me silenció con una mirada que desbordaba ira y locura… sollocé débilmente, al tiempo que giraba mi rostro, evitando por todos los medios encontrarme con esos quemantes ojos… – Quizás… tu amiguito pelirrojo esté dispuesto a ser más cooperativo… – Me volví al sentirla sonreír de una manera desquiciada… mi corazón latía de una manera desmesurada... a causa del miedo y el horror que recorría cada milímetro de mí cuerpo, alterando mis sentidos… No… NO… ¡NO! – Por favor… no… él no… se lo suplico… déjelo fuera de esto… él… él… n-no tiene nada que ver en esto… – Me atreví a mirarla a los ojos de manera suplicante… las lágrimas brotaron de mis ojos, al tiempo que hacía un esfuerzo por librarme de las cuerdas que tenían aprisionadas mis muñecas… un vano intento, que solo provocó que las cuerdas se aferraban aún más a mis muñecas y a mis tobillos… cortándome la circulación. – ¡SILENCIO, ESTÚPIDA! ¡DEJA DE GIMOTEAR! – Giró mi rostro, a causa de la bofetada que me propinó… Inspiré hondamente y con los ojos apretados a causa del dolor… En cuestión de segundos, la sensación de ardor… lentamente se fue disipando... de la misma manera que era capaz de percibir, como mis fuerzas… me iban abandonando… – Es hora de que aprendas… una lección de vida, querida niña… la próxima vez, no seré tan flexible… reconsidera tus palabras, o terminaré cortándote tu despreciable lengua y cociéndote la boca para que aprendas… que las escorias como tú, no tienen lugar en nuestro mundo… – siseó lo bastante cerca de mi rostro… a tal grado que podía predecir lo que estaba a punto de suceder a continuación… La miré horrorizada, aguardando en silenciosamente el golpe final… – No… ¡NOOOOO! – [….] Abrí los ojos de golpe, sintiendo un amargo sabor en la boca, la cual tenía reseca… a causa de la pesadilla, de hace pocos segundos. Pasé una mano por mi rostro, despabilándome… notando una quemazón extrañamente conocida en mí mi brazo derecho… y que para ser sincera, hacía años que no me quemaba ni me ardía de esa manera… Me erguí lentamente… cayendo en cuenta que las palabras grabadas en mí brazo relucían en un tono rubí… Dios mío… mascullé dentro de mis pensamientos, cubriendo con mi mano izquierda, las palabras sangre sucia… un recuerdo de Bellatrix Lestrange. Ahogué un hondo y prolongado suspiro; seguramente la cicatriz se había abierto, debido a un brusco movimiento mientras dormía… o aun golpe involuntario. Me coloqué la bata, y las pantuflas… abrí suavemente la puerta del baño, y por último el grifo del lavamanos… dejando que el agua cayera sobre mi brazo, limpiando de esa manera la herida… Tomé la toalla, haciendo una ligera opresión en mi brazo derecho… al tiempo que rebuscaba en mi maletín, un frasquito con esencia de murtlap. Una vez que terminé de ducharme, curé y vendé la herida de mi brazo… dejando que la esencia hiciera su trabajo, no sin antes asegurarme que la blusa cubriera completamente mi brazo… Más que nada, por lo que menos deseaba era que Ron… se alarmara por un descuido mío, mientras dormíamos. Salí del baño… para posteriormente terminar de acomodar la ropa limpia y recién planchada en el clóset y en los cajones, dejando todo impecable. Esbocé una sonrisa en mí rostro… al ver a Ron profundamente dormido… me acerqué lentamente, apartando delicadamente unos mechones pelirrojos de su frente… y de esa manera depositar un cálido beso en sus labios. Salí de la habitación, cerrando suavemente la puerta a mis espaldas… fui hasta la habitación de mi pequeña Rose… y todo parecía estar en orden… con la única excepción de que una inmensa montaña de libros y pergaminos adornaban su escritorio… Negué suavemente, cerrando la puerta de su habitación para no despertarla… Sin duda, Rose cada día se parecía más a mí en ese aspecto… Sonreí ante ese pensamiento, mientras me encaminaba a la habitación de Hugo… de donde provenían unos sonoros ronquidos… Me asomé, al ver la puerta ligeramente entreabierta… y pude darme cuenta que mi pequeño Hugo, dormía profundamente como un oso… Reí suavemente, al ver incluso que dormía en la misma postura que Ron… con la boca abierta y con un hilo de baba brotando de su boca… De pronto, sentí como una especie de deja vú… que me remontó al pasado. Negué suavemente con una sonrisa divertida en mi rostro, cerrando la puerta de su habitación. Bajé las escaleras y al llegar a la cocina… abrí la puerta del refrigerador, para hacer la lista de las cosas que hacían falta… pero, para mí… grata y no tan extraña sorpresa, el refrigerador se encontraba completamente vacío… Reprimí un hondo suspiro, esbozando una pequeña mueca en los labios, al tiempo que tomaba el block de notas y la pluma, dejando que mi mano se deslizara mientras escribía: “Fui a hacer las compras, volveré en una hora… no se desesperen ¿vale? Los amo. Atte: Mamá” Pegué la pequeña notita en la puerta del refrigerador… salí de la cocina, encaminándome hasta el recibidor donde tomé las llaves de la casa y del auto… abrí la puerta de la casa, cerrándola suavemente a mis espaldas… Inspirando honda y profundamente el aire fresco de la mañana.
[….]
Aparqué el automóvil, en el garaje de la casa… al tiempo que abría la portezuela trasera del auto, para sacar las bolsas con las compras del Supermercado. Pasé una mano por mi rostro, secando las gotitas de sudor que surcaban mi rostro… sin duda este verano, era uno de los más calurosos… Cerré suavemente la portezuela con un movimiento de cadera, a causa de que las manos las llevaba ocupadas, con el montón de bolsas. Parpadeé, sin la necesidad de oprimir el botón o utilizar la varita, que llevaba en mi bolsa… cerrando mágicamente la puerta del garaje… Sonreí, al asegurarme que todo estaba en completo orden… caminé hasta llegar a la entrada de la casa, dejé una de las bolsas en el suelo, mientras rebuscaba las llaves en mi bolso… y de esa manera introducirlas en el cerrojo y abrir la puerta. Tomé mis bolsas, entrando a la casa y cerrando la puerta con un segundo movimiento de cadera… dejando mi copia con las llaves de la casa y del automóvil en el recibidor, depositándolas precisamente en un pequeño alhajero. Esbocé una pequeña mueca en los labios, al escuchar un pequeño alboroto proveniente de la cocina… Suspiré, cambiando mi expresión por una sonrisa al escuchar las voces de Hugo, Rose y Ron… seguramente al borde del colapso al ver que el refrigerador esta completamente vacío. Caminé hasta entrada de la cocina, apoyándome casualmente contra el marco de la puerta, escuchando con claridad las últimas palabras de mi pequeño Hugo… palabras que sin duda me hicieron sonreír. Negué manteniendo la sonrisa en mi rostro, entrando en la cocina. – Cielo, no olvides que a tú padre y a mí nos nombraron Prefectos a tú edad precisamente… – señalé cariñosamente, depositando un suave y maternal beso en la mejilla. – Nunca digas: de esta agua no he de beber… – le recordé un tanto divertida, volviendo mi rostro ligeramente hacia él, al tiempo que dejaba las bolsas del supermercado en la mesa de la cocina. – Por qué, podrías llevarte una gran sorpresa... ¿Quién sabe? ¿que tal si en dos años nos das la sorpresa, cielo? – cuestioné, sonriendo tranquilamente… esta vez volviéndome hacia mi pequeña Rose, para saludarla con un cariñoso y también maternal beso en la mejilla. – Siento la demora… – dije esta vez, tomando suavemente el rostro de Ron entre mis manos y depositando un amoroso beso en sus labios. – Pero, la fila en el supermercado parecía interminable – expliqué, evitando que un hondo y cansado suspiro escapara de mis labios, al tiempo que acomodaba varios artículos en el refrigerador, como la leche, los huevos, las verduras, entre otras cosas.
[….]
Aparqué el automóvil, en el garaje de la casa… al tiempo que abría la portezuela trasera del auto, para sacar las bolsas con las compras del Supermercado. Pasé una mano por mi rostro, secando las gotitas de sudor que surcaban mi rostro… sin duda este verano, era uno de los más calurosos… Cerré suavemente la portezuela con un movimiento de cadera, a causa de que las manos las llevaba ocupadas, con el montón de bolsas. Parpadeé, sin la necesidad de oprimir el botón o utilizar la varita, que llevaba en mi bolsa… cerrando mágicamente la puerta del garaje… Sonreí, al asegurarme que todo estaba en completo orden… caminé hasta llegar a la entrada de la casa, dejé una de las bolsas en el suelo, mientras rebuscaba las llaves en mi bolso… y de esa manera introducirlas en el cerrojo y abrir la puerta. Tomé mis bolsas, entrando a la casa y cerrando la puerta con un segundo movimiento de cadera… dejando mi copia con las llaves de la casa y del automóvil en el recibidor, depositándolas precisamente en un pequeño alhajero. Esbocé una pequeña mueca en los labios, al escuchar un pequeño alboroto proveniente de la cocina… Suspiré, cambiando mi expresión por una sonrisa al escuchar las voces de Hugo, Rose y Ron… seguramente al borde del colapso al ver que el refrigerador esta completamente vacío. Caminé hasta entrada de la cocina, apoyándome casualmente contra el marco de la puerta, escuchando con claridad las últimas palabras de mi pequeño Hugo… palabras que sin duda me hicieron sonreír. Negué manteniendo la sonrisa en mi rostro, entrando en la cocina. – Cielo, no olvides que a tú padre y a mí nos nombraron Prefectos a tú edad precisamente… – señalé cariñosamente, depositando un suave y maternal beso en la mejilla. – Nunca digas: de esta agua no he de beber… – le recordé un tanto divertida, volviendo mi rostro ligeramente hacia él, al tiempo que dejaba las bolsas del supermercado en la mesa de la cocina. – Por qué, podrías llevarte una gran sorpresa... ¿Quién sabe? ¿que tal si en dos años nos das la sorpresa, cielo? – cuestioné, sonriendo tranquilamente… esta vez volviéndome hacia mi pequeña Rose, para saludarla con un cariñoso y también maternal beso en la mejilla. – Siento la demora… – dije esta vez, tomando suavemente el rostro de Ron entre mis manos y depositando un amoroso beso en sus labios. – Pero, la fila en el supermercado parecía interminable – expliqué, evitando que un hondo y cansado suspiro escapara de mis labios, al tiempo que acomodaba varios artículos en el refrigerador, como la leche, los huevos, las verduras, entre otras cosas.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Jue Mar 17, 2011 2:09 am
Norah Dashwood
as: Norah Caylin Dashwood
+ Ravenclaw >> Sexto año
[ Con Jean Dashwood // Casa ]
as: Norah Caylin Dashwood
+ Ravenclaw >> Sexto año
[ Con Jean Dashwood // Casa ]
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Las últimas dos semanas había estado con el ánimo por los suelos, mi mente y mi corazón seguramente acabarían por volverme loca, seguramente… tiempo al tiempo, me recordé. Mis pensamientos no dejaban de repasar una y otra vez los acontecimientos de ese día… el miedo, la angustia, la desesperación y la opresión que sentí en mi pecho, provocado por la falta de oxígeno a mis pulmones… La voz de mi mejor amiga, haciendo un esfuerzo por decirme lo que estaba sucediendo… juro que en ese momento, sentí que el mundo se me veía encima, si algo le hubiera pasado a Will, nunca me lo perdonaría… Los momentos angustia y desesperación que viví al enterarme que se encontraba herido de bala en el hospital, me hicieron por un momento reaccionar… y darme cuenta de la estupidez que había cometido esa tarde… darle a entender que no sentía absolutamente nada por él, cuando en realidad… los sentimientos que sentía por Will, eran completamente diferentes, lo quería más que a cualquier otra persona en el mundo. Al llegar al hospital, me encontré con Yukki y Georg, a quién nunca había visto tan pálido… su mejor amigo se encontraba herido, y no era para menos… en parte, el sentimiento de culpa que me invadió… me hizo darme cuenta que no podría soportar si algo le hubiera pasado a Will. Los médicos habían echo todo lo que se encontraba en sus manos para extraerle la bala… Gracias a Dios, la herida no había pasado a mayores… aunque lo mantendrían en observación un par de días, más que nada para asegurarse que la bala no hubiese dejado secuelas. Había permanecido a su lado día y noche, sin separarme un solo instante… necesitaba estar a su lado y cuidar de su sueño, sin que él se diera cuenta de mi presencia, las únicas veces en las que desaparecía, era solo cuando despertaba… incluso le había hecho prometer a Georg que no le mencionaría que había permanecido a su lado desde el accidente, sabía que podía confiar ciegamente en Georg en ese aspecto… solo esperaba que pudiera mantener su promesa. Una parte de mí se moría por decirle que nada de lo de nuestra última conversación había sido verdad… sin embargo, después de nuestro último encuentro lo más probable era que… no quisiera volver a verme, a pesar de guardaríamos las apariencias con un “trato cordial” entre nosotros, las veces que tuviéramos que coincidir con Yukki y Georg. Hacía una semana que habían dado de alta a Will, y como era de esperarse… mi presencia no le favoreció mucho… cada vez que lo miraba a los ojos, era capaz de percibir su… resentimiento, la dulzura con la que alguna vez me miró se había esfumado de la noche a la mañana. El médico que se encargó de atender a Will, nos había dejado en claro las indicaciones para cambiarle los vendajes de su brazo en el día y en la noche, de la misma manera que la dosis y aplicación de sus medicamentos… Georg y yo, éramos los encargados de estar al pendiente de sus medicinas… según Georg, un descuido y Will era capaz de mandar al diablo las medicinas y tirarlas por el inodoro. Una vez que el timbre sonó, dando fin a la clase de física, abandoné el aula lo más tranquila y me dispuse adelantarme a la cafetería para apartar una mesa… Yukki prometió que me alcanzaría después de una junta a la que fue convocada por las animadoras. Al llegar a la cafetería, me sentí aliviada al ver que aún no estaba tan concurrida, por lo que pedí dos almuerzos uno para Yukki, y otro para mí. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, llevando una mano a mí rostro, en señal de cansancio, sintiendo por un momento que los ojos se me cerraban… la falta de sueño de los últimos días empezaba a surtir efecto en mi sistema nervioso… algo, que a decir verdad no me importaba realmente… piqué con el tenedor mi almuerzo, sin probar un solo bocado… últimamente no tenía demasiada hambre… Alcé la mirada de mí plato al percibir la silueta de Yukki entrando a la cafetería… y dirigiéndose hacia donde me encontraba. Esbocé una pequeña sonrisa haciéndole un gesto con la mano… – Hey, pequeña Lottie – le saludé cariñosamente, por el apodo que Georg le puso y que para ser sincera, me causo mucha gracia y ternura. – ¿todo bien con las animadoras? – abordé mirándole un tanto intranquila, por lo que me ha contado Yukki, las animadoras no suelen hacer juntas de emergencia... a menos claro, que se trate de vida o muerte.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Lun Mar 28, 2011 12:56 am
Nathan Scott
as: Nathaniel Royal Scott
+ Slytherin ;; Séptimo año >> Cazador (Quidditch)
[ Con Haylee James // Vagón - Expreso de Hogwarts ]
as: Nathaniel Royal Scott
+ Slytherin ;; Séptimo año >> Cazador (Quidditch)
[ Con Haylee James // Vagón - Expreso de Hogwarts ]
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Abrí la puerta del vagón, no sin antes asegurarme que estuviera desocupado. Por primera vez en todo el maldito verano, fui capaz de respirar con inmensa tranquilidad… al fin un momento de paz. Todo el endemoniado verano había tenido que soportar la constante presión de mí padre sobre su único “hijo sensato”… tenía que admitirlo, estaba HARTO de sus críticas. El Quidditch, era sin duda alguna mí vida… uno de los deportes que más me apasionaba, y aunque mí padre estaba complacido y orgulloso con el hecho de que ocupara la misma posición que él en su juventud y por sobre todo en la misma casa. Odiaba, que interfiriera en mis decisiones… teniendo en cuenta que mí padre, me visualizaba como un futuro funcionario del Ministerio de Magia, un miembro honorable del Wizengamot, con el “respetable” Kevin Scott. Conocía a mí padre… y su intención era formar en mí una carrera política y de esa manera ser nombrado el futuro “Ministro de Magia” en caso de que él no logre ver idealizado su sueño y ocupar el maldito puesto. La sola idea era patética y absurda… pero, claro… mí padre en su estúpida arrogancia solo veía y velaba por sus intereses. Por otro lado, la constante presión que mí padre ejercía sobre mí, no era lo único que me tenía… estresado; mis padres atravesaban serios problemas en su matrimonio, últimamente peleaban más que de costumbre y temía que su matrimonio acabara yéndose al demonio. Mí madre, era la mujer más sensata y prudente en “casa”, la única que realmente comprendía como me sentía y el verla llorar de esa manera después de una fuerte discusión… sobrepaso mis límites, de no ser por que mí madre impidió que cometiera una imprudencia, le habría partido la cara a mí padre. Acomodé mi baúl en la parte de arriba, para después tumbarme cómodamente en el asiento. Cerré los ojos, respirando lenta y profundamente disfrutando del silencio que reinaba a mí alrededor… deslicé mi mano por el bolsillo interno de mí pantalón, sacando una pequeña snitch dorada, dejándola que sobrevolara varios centímetros, para después atraparla sin ninguna clase de dificultad. Tras varios minutos, haciendo la misma maniobra, dejé que la snitch volara libremente por el compartimiento, para posteriormente sacar del mismo bolsillo, una réplica en miniatura de un balón de básquet, el cual en un pestañeo retomó su forma original. Mi padre, no aprobaba los deportes muggles… y aunque en todos estos años nunca se ha dado cuenta de que lo practico en secreto, nada me llenaría de satisfacción que hacerlo por una porquería, como el seguramente la llamaría. Me erguí, tomando una postura vertical en el asiento. Esbocé una sonrisa llena de satisfacción, al imaginarme el rostro de mi padre, mientras rebotaba el balón contra la pared extrema del compartimiento, atrapándolo fácilmente. Eché la cabeza hacia atrás, en señal de relación, cuando de pronto la puerta del vagón se abrió y en el umbral apareció nada más y nada menos que Haylee James, la sabelotodo insufrible y… mejor amiga de mí querido hermanito. Alcé una ceja, mirándole con detenimiento al escucharle decir que el vagón estaba ocupado. Me encogí de hombros, sin prestarle la más mínima atención a sus réplicas… a pesar de que por una milésima de segundo, mi mirada se enfocó en la rejilla extrema, ubicando un baúl con las iníciales H.J. – ¿Y? – dije sin inmutarme, rebotando tranquilamente el balón. – Es un país libre James… así que date por bien servida, si te honro con mi presencia durante las horas que nos resten en el tren – comuniqué, mirándole y sonriéndole de una manera arrogante. Reí con amarga ironía, cuando continuó hablando. Para lo que me importaban sus habladurías. – Te diría que me siento apenado por esta intromisión, pero, y como caballero abandonaría el compartimiento… pero, en este momento, ¿Cómo te lo explico? – hice una breve pausa, dejando de rebotar el balón, como si realmente estuviera meditando una respuesta. – No me… “nace” el hacerlo – señalé como si nada, desviando completamente mi mirada de ella, limitándome a ignorarla. – Qué miedo – mascullé con burla, cuando dijo que no quería problemas y que si me quedaba, tenía que mantenerme callado. – Despreocúpate, James… te evitaré la molestia de que vayas a lloriquearle al imbécil que tengo por medio hermano. Solo por que el pequeño Nathan, ofendió sin querer a su “dulce” amiguita. – No me cabía en la cabeza, como una… chica como Haylee podía ser la “mejor amiga” de alguien tan estúpido como Jeremy. La miré con cara de pocos amigos, cuando se sentó frente a mí, advirtiéndome una vez más, que si no me comportaba mandaría a llamar a un Profesor. – Haz lo que quieras… – le espeté, cansado de escuchar toda su sarta de idioteces.– La puerta del vagón es lo suficientemente amplia como para que salgas de aquí y te ahorres por varias horas el tener que estarme soportando – lancé una mirada de soslayo, señalando amablemente la puerta del vagón, para después volver mi mirada hacia ella. – Así que… tú eliges… la decisión es tuya, cariño. – dije sonriendo tranquilamente, rebotando el balón por encima de su cabeza, sin hacerle daño, pero disfrutando un breve momento del sobresalto y la cara de susto que puso, cuando seguramente pensó que la lastimaría (?)
Última edición por ιzzy нale el Mar Mar 29, 2011 3:04 am, editado 2 veces
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Lun Mar 28, 2011 5:51 am
| Pearl McCullogh as: Pearl Maris McCullogh + Desmemorizador >> Orden del Fénix [ Con Damon Bedoya // Callejón Diagon ] |
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Suspiré cansinamente, sin poder evitar esbozar una ligera mueca en los labios, mientras me llevaba una mano a la sien masajeándola ligeramente con las yemas de los dedos, debido al incesante dolor de cabeza, algo que siempre me pasaba cuando no dormía las horas adecuadas. Los ataques a familias mestizas, durante los últimos meses me tenían inquieta… lo peor de todo era que el Ministerio de Magia no tenía ni la más mínima idea de quien podría o quiénes podrían ser los causantes de estos ataques… y debo confesar que eso era lo que más me preocupaba. No era nadie, para juzgar los métodos empleados por el Ministerio de Magia… pero, no iba a quedarme cruzada de brazos, a la expectativa de que las siguientes personas en la lista, pudieran tratarse de algún miembro de mí familia. Sí, lo sé… quizás estoy exagerando… es por esa razón que debía comenzar a emplear mis propias medidas de seguridad, solo por prevención. Fruncí los labios, evitando por todos los medios enfocar mis pensamientos en la presión que re caía sobre mí, desde hace un par de días. Con el paso de los años, di paso a convertirme en una mujer adicta al trabajo… y aunque hay momentos en los que me arrepentía de ciertas cosas, a lo largo de mí vida he aprendido a no fiarme de nada, ni mucho menos de nadie. En el pasado, tuve la desdicha de aprender la lección de la forma más cruel y dura que alguna vez llegué a imaginarme… Cerré los ojos con pesadez, al recordarlo… deslicé mis dedos por la cadena que colgaba de mi cuello, sacando a relucir un pequeño relicario con las iníciales D.B. Jamás he comprendido realmente el motivo por el cual aún conservaba este relicario… quizás… era por que en el fondo, aún guardaba una absurda y lejana esperanza. “Basta…” me dijo una voz autoritaria dentro de mis pensamientos. Abrí los ojos, observando con determinación el relicario que aún sostenía en una de mis manos… él ahora parte de un pasado que deseaba olvidar y por sobre cualquier otra cosa dejar atrás. Guardé nuevamente el relicario, ocultándolo. Justo en el preciso instante en el que me daba la media vuelta, dispuesta a salir de “La Botica” con una bolsa de ingredientes que me hacían falta para elaborar varios antídotos, accidentalmente me choqué de frente con alguien que venía en sentido contrario al mío. Llevé una mano hasta mi pecho, a causa del golpe, ahogando un gesto de dolor, al tiempo que entreabría ligeramente los labios para evocar mis disculpas… las cuáles no tuve tiempo de expresar, cuando el sujeto me tomó por el brazo, arrebatándome la varita de mis manos. Mis pensamientos se bloquearon automáticamente, cuando estrechó nuestros cuerpos. Una extraña corriente electricidad recorrió mi cuerpo de pies a cabeza… la cual me produjo una extraña calidez que hacía años no sentía y que solo una persona en especial me provocaba. Mi corazón empezó a latir de una manera que nunca creía volver a sentir… Apreté los ojos, reconociendo automáticamente su aroma… su contacto, tras la manera en que me sostenía entre sus brazos. Abrí los ojos, al darme cuenta que era él… Me di el valor de mirarlo a los ojos, esos profundos ojos azules, que alguna vez amé y que ahora me atormentaban como una constante pesadilla. Me apartó voluntariamente de su lado… cuando lo escuché pronunciar mi nombre. – Damon – pronuncié su nombre sin ninguna clase de remordimiento, denotando el desprecio y asco que sentía por él. Respiré lenta y profundamente, haciendo un esfuerzo por normalizar los latidos de mí corazón. Mi expresión se tornó dura y desafiante, cuando su rostro estuvo a escasos milímetros del mío. Reí con amarga ironía, sin inmutarme ante sus palabras y su expresión. ¿Acaso cree que me intimida? He ahí su grave error… el creer que tiene el mundo a sus pies. – Vaya… ¿quién lo dría? jamás creí que te vería dándome consejos – señalé con falsa ternura. – ¿No te parece que es un poco tarde para clases de moralismo? – inquirí, en un tono desdeñoso, cuando dijo que debería dejar de ser tan confiada. – Agradezco tu preocupación… – agradecí, esbozando una amarga y falsa sonrisa en mis labios; tomó mí mano bruscamente devolviéndome mí varita, la cual examiné con cautela al mismo tiempo que mis ojos se enfocaban en los movimientos de Damon, sin perderlo de vista en ningún momento. Cerré los ojos lentamente, concentrándome en mis pensamientos y en el hechizo no verbal provocándole instantáneamente una Aneurisma… evidentemente causado por un hechizo que había creado y que con el tiempo había ido perfeccionando. Al abrir los ojos, esbocé una suave e imperceptible sonrisa en mí rostro, al ver que sostenía la cabeza con sus manos; naturalmente a causa del fuerte dolor de cabeza que le estaba provocando. – He ahí tú grave error… – musité, lo bastante cerca de su rostro… Respiré lenta y profundamente, dejando de producirle esa jaqueca, para observarlo fijamente a los ojos. – Tú arrogancia y esa excesiva confianza que desbordas en ti mismo, tarde o temprano te hará ver tus errores… solo espero… que no sea muy tarde para rectificarlos – apunté, de una manera inexpresiva, no solo en mí mirada… si no también en el tono de mí voz.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Mar Mar 29, 2011 12:59 am
| Roxanne Weasley as: Roxanne Angelina Weasley + Gryffindor ;; Sexto año >> Prefecta [ Con Nickolai Huggs // Corredores - Expreso de Hogwarts ] |
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Cerré la puerta del compartimiento de un solo golpe, echando a andar rápidamente por los estrechos corredores del tren, jalando mi baúl y cubriéndome la nariz y la boca con mí mano derecha, haciendo un esfuerzo por no vomitar ahí mismo y al mismo tiempo alejarme lo más rápido posible de esa maldita pestilencia. Una vez que estuve a varios metros de distancia, del imbécil cavernícola que tengo por hermano, solté el aire de mis pulmones de un solo golpe, tras aguantar la respiración por más de un minuto. ¡POR LOS CALZONES BOMBACHOS DE MERLÍN! Solo al tarado de mí hermano Fred se le ocurría flamear sus nauseabundos y repugnantes gases, como si fuera lo más natural y lo más divertido del mundo. Inhalé y exhalé profundamente, abriendo la ventanilla del corredor, aspirando el aire y dejando que este limpiara mis pulmones, sacándome ese asqueroso mal olor que aún podía percibir muy dentro de mis fosas nasales. Luego de varios segundos, cerré la ventanilla y me dispuse a limpiar el moco de troll que bañaba al pobre de Willy, el pequeño soplido pigmeo de color rosado, que papá me había regalado a la edad de 15 años con motivo de mí cumpleaños y que sin duda alguna era la bola de pelusa más adorable del mundo. No pude evitar sonreír dulcemente, al ver como el pequeño Willy se regocijaba de todas las atenciones y mimos que le brindaba. El pequeño Willy, empezó a dar de brincos llenos de alegría en la palma de mí mano, hasta que en una de esas saltó de mí mano hasta mi hombro, acurrucándose. Reí suavemente, al mismo tiempo que negaba de una manera casi imperceptible, antes de retomar mí camino… lancé una última mirada de desaprobación hacia el compartimiento que ahora ocupaba el troglodita de mí hermano Fred. Ahogué un hondo y cansado suspiro, arrastrando mí baúl… y echando chispas hasta por los ojos y la boca. Ya me las pagaría, el soquete de mí hermano… solo que espere a que cumpla la mayoría de edad y juro por Merlín que la venganza será más dulce que la miel. Aunque… ahora con mí nombramiento, tenía que mostrar una faceta mucho más… madura y responsable, pero, es que… enserio que para vivir con un hermano como Fred, se necesita más que paciencia. Resoplé con fastidio, cuando de pronto divisé a lo lejos, la silueta tan conocida de una persona que había extrañado mucho durante el verano. – ¡Quieto ahí, Nikolai Huggs! – dije en un tono tempestuoso y autoritario en pleno corredor, observándole con contenida diversión. Reí dulcemente, acomodando un mechón de cabello detrás de mí oreja, caminando hasta él para darle el encuentro. – Ahora sí, no me negarás que te atrapé con las manos en la masa… – señalé sonriendo de una manera divertida, quitándole amistosamente uno de los pasteles de calabaza que llevaba en la mano, dándole un mordisco y dándole también un pedacito en la boca al pequeño Willy. – Sí, lo sé… seguramente tus admiradoras acabarán por odiarme, pero, eso no te impide darle un abrazo a tú mejor amiga ¿a que si? – dije extendiendo los brazos y haciendo un pequeño puchero.
Última edición por ιzzy нale el Mar Mar 29, 2011 4:36 am, editado 1 vez
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Mar Mar 29, 2011 1:01 am
Norah Dashwood
as: Norah Caylin Dashwood
+ Ravenclaw >> Sexto año
[ Con Lucas Becker // Vagón - Expreso de Hogwarts ]
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[ Con Lucas Becker // Vagón - Expreso de Hogwarts ]
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Esbocé una sonrisa distraída en mí rostro, echando a volar mi imaginación, con cada palabra, cada frase, cada oración, grabada en la novela de escrita por Gastón Leroux: El Fantasma de la Ópera; una novela gótica que combina romance, terror, misterio y tragedia. La historia trata de un hombre misterioso que aterroriza la Ópera de París para atraer la atención de una joven vocalista a la que ama. Di vuelta a la página, completa y totalmente enfrascada en la lectura... sin embargo, mi ardua lectura se vio momentáneamente interrumpida, cuando un grupo de niños de primer año pasaron corriendo por los estrechos corredores del tren. Negué suavemente, con una sonrisa en mí rostro, desviando un breve instante la mirada del libro que descansaba sobre mí regazo, observando distraídamente por la ventana del vagón… deleitándome con el paisaje. Debo confesar, que me sentía realmente entusiasmada por volver a Hogwarts… aunque no era muy afecta a demostrar mis sentimientos, algo que sin duda alguna me diferenciaba gradualmente de Jean. Esbocé una pequeña mueca, volviendo la mirada a mí libro, para intentar retomar el hilo de la novela… la cual me tenía… emocionada… quizás… sonaría un poco extraño, pero, ahora comprendía con más a fondo las palabras de aquel cuento de que mamá solía leernos a Jean y a mí de niñas. Juro que en estos momentos me sentía como el valiente Despereaux, en aquella primera vez cuando de alguna manera sintió que el libro de caballeros que leía, de alguna manera estuviera escrito para él. Sonreí suavemente… sacando de mi bolsillo mí reproductor de música, el cual con ayuda de papá habíamos hechizado para que funcionara mágicamente, sin la necesidad de emplear electricidad. Estaba a punto de colocarme los audífonos, cuando de pronto la puerta del vagón se abrió y en el umbral apareció... – ¡Luke! – lo saludé, con una sonrisa ligeramente… conmocionada a causa de la sorpresa que me provocaba el verlo, después de casi dos meses de vacaciones. Bajé la mirada, sintiéndome un poco nerviosa y a la vez emocionada… realmente, me era difícil expresar lo que sentía en este momento. Admito que… no era un libro abierto… pero, Luke era una de las pocas personas en las que confiaba ciegamente, aunque… muchas veces fuera un poco… vago e irresponsable. Luke era mí amigo… y en el fondo estaba muy agradecida con él… por lo que… hizo la primera vez que tuve lo conocí, lo cual era algo que sin duda jamás olvidaría. – Por Merlín, pasa… no te quedes ahí – dije acomodando distraídamente un mechón de cabello detrás de mí oreja, invitándolo a pasar y a sentarse por si deseaba acompañarme.
Última edición por ιzzy нale el Miér Mar 30, 2011 4:31 am, editado 2 veces
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Mar Mar 29, 2011 1:08 am
| Hermione Weasley as: Hermione Jean Granger - Weasley + Departamento de Aplicación de la Ley Mágica >> Orden del Fénix [ Con Ginny Weasley // Callejón Diagon ] |
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Como cada año, habíamos acompañado a nuestros hijos, Rose y Hugo al Andén 9 ¾… ambos con una sonrisa en sus labios a causa de la emoción de volver a Hogwarts. Sin duda alguna, jamás olvidaré la primera vez que vi frente a mis ojos aquel tren color escarlata… y la emoción, pero, sobre todos los nervios que me invadieron de pies a cabeza, por la expectación de embarcarme a un nuevo mundo, un lugar de fantasía, que solo en mis sueños y en los libros era capaz de imaginarme. La sensación de felicidad que sentí en ese momento, era algo que jamás olvidaría... Cerré suavemente los ojos, con una sonrisa nostálgica, rematándome a los viejos tiempos, es increíble como muchas veces la vida, pone en tu camino a personas que sin pensártelo la mayoría de las veces, terminan siendo imprescindibles en tú vida. Por otro lado, una vez que vives lo suficiente y aprendes a ver la vida desde un punto de vista más maduro… tú perspectiva por la vida, muchas veces se torna más seria y responsable, sobre todo al convertirte en madre, una alegría que sobrepasa cualquiera a lo largo de tú vida. Dios, mis hijos… eran mí vida entera, nunca olvidaría la alegría que me embargó al saber que me convertiría en madre por primera vez, ni mucho menos jamás olvidaría la sensación de calidez y felicidad que me invadió al sostener entre mis brazos a mí pequeña Rosie, tan dulce y risueña, tras nueve meses de larga e impaciente espera. Dos años después, recibiría nuevamente la mayor alegría de mí vida, al enterarme que tendría la dicha de volver a ser madre, y nueve meses después vendría al mundo mi pequeño Hugo. En ese momento tú vida cambia para siempre… aprendes a ver la vida a través de los ojos de tus hijos, quiénes apenas descubren el mundo que les rodea, disfrutas con ellos cada día y cada momento con la esperanza de no perder un solo segundo de sus vidas y guardarlo para siempre en tus pensamientos. Ahora, que mi pequeña Rosie está a punto de graduarse de Hogwarts… hay momentos en los que quisiera volver el tiempo atrás, a la época en la que su única preocupación era que amaneciera lo más pronto posible para vivir su gran aventura, el de disfrutar día a día. Mis hijos tarde o temprano, harían sus vidas lejos de nosotros, es la ley de la vida, se enfrentarían al mundo y vivirían sus vidas… y debo confesar, que uno de mis mayores temores era perderlos… es decir, ¿qué sucedería si no llego a entrar en su mundo? Es por esa razón, que deseaba retener cada minuto que compartía con mis hijos… disfrutando y compartiendo con ellos sus alegrías, sus tristezas, sus victorias, sus decepciones. Abrí los ojos lentamente, sintiendo esa sensación de vacío y tristeza que dejaba en mí la partida de mis hijos, que me era imposible evitar. Esbocé una triste sonrisa… dejando un momento de lado mis pensamientos, mientras caminaba tranquilamente por el Callejón Diagon; hace dos noches el Ministerio había descubierto el cuerpo de un hombre a las afueras del Callejón. Había iniciado unas averiguaciones con la autorización de Harry, para averiguar la identidad de aquel infortunado hombre… incluso había tomado unas muestras de la escena del crimen, para analizarlas y determinar mis propias conclusiones, para después hacérselas llegar a Harry, naturalmente. Los constantes ataques a familias mestizas… me tenían consternada, al tiempo que miles de preguntas sin respuesta cruzaban mis pensamientos. Por suerte, el Ministerio de Magia, mantenía a la comunidad mágica informada de los recientes sucesos… algo que sin duda, cambió desde la última vez, cuando Lord Voldemort, se apoderó del Ministerio de Magia… su ambición en ese tiempo no tenía límites, y aunque en esa época no era su intención ocupar el puesto como Ministro de Magia, tenía a su marioneta Pius Thicknesse, quien era controlado por medio de la maldición imperius. Respiré lenta y profundamente, frotando mis manos, para darme un poco de calor, a causa del frío que hacía… Tenía intención de hacerle una visita a Hannah, antes de volver al Ministerio de Magia, aprovechando que tengo una hora para comer, hacía tiempo que no veía a Hannah y a Neville, que me sentía una mala amiga por no haberles hecho una visita antes, pero antes les haría una “inspección de sorpresa” a Ron y a George en la tienda, y también a Ginny en las Oficinas del Profeta, y de esa manera persuadirlos de ir a comer con Hannah y Neville. Comencé a caminar con rumbo a Sortilegios Weasley, cuando de pronto una voz que no dudé en reconocer, me hizo volverme inmediatamente. – ¡Ginny!– le saludé alegremente con una enorme sonrisa en los labios, girando sobre mis pies, para ir en su encuentro y corresponder a su beso amistoso en la mejilla, una vez que nos dimos el encuentro. Ginny, es y siempre será como la hermana que siempre desee tener, de la misma manera que Harry, a quien quería como a un hermano. Aún recordaba como si fuera ayer, aquella tarde en la Sala Común de Gryffindor… cuando Harry y Ginny no dudaron en demostrar sus sentimientos en presencia de todos. Me sentía tan feliz al ver por fin juntos a dos de mis mejores que me fue imposible contener y compartir su alegría, aunque… admito que al igual que Harry, temía que Ron no aprobara su relación. Desde hacía mucho tiempo sabía lo que Ginny sentía por Harry, aunque mi mejor amigo fuera… demasiado distraído como para darse cuenta. A veces me sorprendía, sinceramente… teniendo en cuenta que Harry siempre ha sido sumamente perspicaz para ese tipo de situaciones… incluso el propio Harry se dió cuenta mucho antes de que Ron y yo nos diéramos cuenta de que… en el fondo siempre existió un sentimiento entre nosotros, sentimiento de amistad que fue creciendo hasta convertirse en amor. Me sentí sonreír aún más al recordar. Sin duda recordar es volver a vivir. – Verás, vine para hacer unas averiguaciones con respecto a lo sucedido hace dos noches – le expliqué, tranquilamente con una suave sonrisa en los labios, mostrándole con la mayor confianza del mundo, la carpeta que llevaba en las manos, donde había hecho algunas anotaciones conforme a las averiguaciones que había realizado. El lazo que habíamos forjado todos nosotros después de la segunda guerra, nos hizo unió más que nunca. A pesar de haber perdido a grandes amigos… el mantenernos juntos en todo momento nos hizo más fuertes que nunca. Respiré lenta y suavemente, al recordar las palabras del Profesor Dumbledore, las cuáles siempre fueron un gran consuelo para todos nosotros… al jamás olvidarlas en esos momentos de oscuridad que vivimos. – Además, aprovechando que tengo una hora para comer… tenía pensando en hacerles una visita a Ron, George y a ti, y persuadirlos para que fuéramos a comer todos juntos a comer y le cayéramos de sorpresa a Hannah en el Caldero Chorreante – le conté mi plan, con una sonrisa más alegre, olvidando un momento el asunto de los recientes acontecimientos. Aunque el plan, en este momento seguramente sería difícil de llevar a cabo… entre semana los compromisos que teníamos nos daban poco tiempo para vernos y compartir como en los viejo tiempos. Suspiré.
Última edición por ιzzy нale el Jue Mar 31, 2011 3:04 am, editado 2 veces
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Mar Mar 29, 2011 1:20 am
Caius Lestrange
as: Caius Maximillius Lestrange
+ Inefable >> Mortífago
[ Con Monique Lockwood // Ministerio de Magia ]
as: Caius Maximillius Lestrange
+ Inefable >> Mortífago
[ Con Monique Lockwood // Ministerio de Magia ]
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Las últimas dos semanas había estado fuera de Londres, atendiendo varios negocios independientes en nombre de mí padre en el extranjero. Desde el declive de Lord Voldemort, las cosas cambiaron de una manera drástica e inesperada para todos, en especial para mí padre, quien naturalmente sufrió las consecuencias, al ser víctima del rechazo por parte de la comunidad mágica. Sin duda, el apellido Lestrange, en estos días… era repudiado por todos, todo lo contrario cuando años atrás fue un apellido digno de ser respetado y durante un tiempo temido por las personas. Hoy en día… la vida era muy distinta, a como realmente nos merecíamos, según mí padre. En el fondo, no podía evitar sentir un profundo rencor por todos aquellos que juzgaron injustamente a mí abuelo y a mí padre, quien naturalmente pagó las consecuencias al apoyar incondicionalmente a Lord Voldemort, hasta el momento en que fue derrotado por el famoso Harry Potter. Por supuesto, Potter, es y siempre será considerado por toda la comunidad mágica como el “salvador del mundo mágico” “el elegido” “el niño que sobrevivió”. Sobrenombres absurdos, que me tenían asqueado de solo escucharlos. Tanto mí padre, como mí abuelo han tenido que cargar en sus consciencias con la muerte de las personas que mis tíos abuelos asesinaron durante la segunda guerra y ahora sus muertes recaían también sobre nosotros, como una especie de maldición, que siempre nos señalaría. Respiré profundamente, esbozando una mueca de inconformidad, dejando de lado mis pensamientos… para enfocarme en el memorándum que tenía sobre el escritorio. Terminé archivar varios reportes de investigaciones, los cuáles tenía pendientes y por archivar. Giré mi rostro, para cerciorarme de la hora, 2:00 de la tarde. Entorné la mirada, haciendo mentalmente los cálculos de cuántas horas les restaban a mis hermanos, para llegar a Hogwarts. Con un simple movimiento de mi varita, dejé todo en su lugar y antes de salir aseguré mi oficina con los encantamientos de protección adecuados, en caso de que alguien se le ocurra fisgonear en donde no debe. Como si no supiera el Ministerio de Magia me mantiene vigilado por el simple hecho de ser nieto de un mortífago ex convicto, por lo que sabía que debía de calcular y meditar fríamente mis movimientos, cualquier movimiento en falso y el maldito Ministerio confiscaría lo poco que hemos podido recuperar de nuestra fortuna, sin motivo ni razón… solo por la simple razón de ser un Lestrange. Salí de los elevadores, después de varios minutos, abriéndome paso entre las personas, hasta llegar al Atrio. Caminé tranquilamente, hasta un puesto de periódicos donde un muchacho vendía el Profeta Vespertino y vociferaba los encabezados de las noticias que habían salido el día de hoy en primera plana. Le pagué los 5 knuts al muchacho, cuando una voz que al principio me costó trabajo identificar captó mi atención. Volví mi rostro, mirándole con extraño detenimiento, hasta que la identifiqué. – Supongo… – señalé tranquilamente, con una ligera sonrisa en mí rostro. – En especial, cuando pasas todo el día sentado en una oficina. – reparé, en un tono irónico, sin intención de ofenderla, al referirme claramente a los Aurores. Una carrera que a pesar de tener aptitudes, no me llamaba en lo absoluto la atención. En cambio, nuestro trabajo era más… especializado al dedicarnos de lleno a la investigación y a las Ciencias Ocultas. – Te confieso que soy muy mal fisionomista… pero, tratándose de una mujer tan atractiva… sería incapaz de olvidar un rostro tan bello. – apunté, en un tono amable y galante. Aunque no tenía el placer de conocer personalmente a Monique Lockwood… era una mujer que sin duda no pasaba desapercibida ante cautivadora belleza.
Última edición por ιzzy нale el Vie Abr 01, 2011 2:42 am, editado 2 veces
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Sáb Abr 02, 2011 2:20 am
| Pearl McCullogh as: Pearl Maris McCullogh + Desmemorizador >> Orden del Fénix [ Con Damon Bedoya // Callejón Diagon ] |
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Todo este tiempo mi semblante se mantuvo impertérrito, en todos estos años he aprendido ocultar mis emociones y mis sentimientos de personas como Damon… sin duda, el JAMÁS cambiaría, a pesar de que por mucho tiempo mantuve la esperanza de que lo nuestro hubiera significado algo para él, cuando en realidad, era más que obvio que jamás le importe… él eligió su camino y yo el mío, y aunque ver la realidad de una forma cruel, con el tiempo me hizo darme cuenta de que jamás debí poner mis ojos en alguien como él… Naturalmente, el jamás sabría lo mucho que él significo en mí vida… Fruncí los labios, mirándole de una forma altiva, sin dejarme intimidar en ningún momento por sus palabras, el tono de burla en el cual se expresaba y que siempre fue muy característico de él. Alguna vez creí conocerlo… creí que a su lado… había encontrado la felicidad, pero, ahora me doy cuenta de lo ingenua y absurda que fui al confiar en él, el creer que en su interior existía algo de bondad… Cerré los ojos, sintiendo dentro de mí esa sensación de vacío que desde hacía mucho tiempo me atormentaba… odiaba que con su sola presencia, viejos sentimientos que creía olvidados, se vieran removidos. En el fondo, seguía amándolo, pero, por supuesto… Damon JAMÁS se detuvo a pensar en nosotros… ni mucho menos le interesó el daño que me hacía con su decisión. Maldita sea… odiaba sentirme de esta manera... ¿por qué justo ahora que estaba decidida a olvidarme de él, reaparece en mí vida?. Aunque JAMÁS me haya olvidado de este maldito amor que siento por él, en el fondo sé que debo odiarlo… pero, por más que lo he intentado, simple y sencillamente no he sido capaz de hacerlo. ¿Cómo odiar a la única persona que has amado en tú vida? ¿Cómo?. Abrí los ojos lentamente, perdiéndome un momento en su mirada… en aquellos hermosos ojos azules, que alguna vez mostraron una ternura, JAMÁS vista por las personas… una ternura que solo yo alguna vez fui capaz de ver, y que ahora… había desaparecido. – Me doy cuenta que contigo es imposible hablar… – señalé, mirándole con desprecio. Girando violentamente mi rostro, para evitar mirarlo a los ojos, su sola presencia… me hacía daño. Negué de una manera suave… casi imperceptible, al escuchar sus palabras. Tomé una honda y profunda bocanada de aire dándome el valor de enfrentarlo. – Damon… esto… no se trata de ellos… ni mucho menos de mí, se trata de ti… ¿acaso no lo comprendes? – di un paso hacia él, tomando suavemente su rostro entre mis manos, para mirarlo de una manera dura, ocultando por todos los medios mis sentimientos. – ¡Dios! ¡Damon, recapacita… hazlo por ti! – Lo miré de forma suplicante… en un vano intento por hacerlo recapacitar. Cerré los ojos, con pesadez… al darme cuenta de que nuestros rostros, estaban demasiado juntos… a tal grado que era capaz de percibir su aroma y la calidez de su cuerpo. Fruncí los labios, aguantándome este maldito dolor. Acaricié su rostro, evitando demostrarle con la mirada todo el dolor que me había provocado con su decisión… con su partida. Respiré lenta y profundamente, apartándome violentamente de él. – Hablar contigo, es como pedirle peras al olmo… haz de tú vida lo que mejor te plazca… a mí, no me importa. – recalqué las dos últimas palabras, mirándole cruelmente… sintiendo que mi corazón era incapaz de partirse aún más en mil pedazos. Él se había encargado de jugar con mis sentimientos… se había encargado de matar el inmenso amor que sentía por él… y que… patéticamente, aún sentía por él y que seguramente siempre sentiría por él. Alguna vez creí… que el amor superaría todos los obstáculos y que vencería las adversidades. Palabras falsas… que sin dura eran una vil mentira. Sentí su mirada… como si no la conociera, por años disfruté que me mirara de esa manera… pero, ahora todo era diferente. Damon seguía siendo el mismo de siempre… y JAMÁS cambiaría. Noté que miraba de una forma inquisitiva… sabía lo que significaba esa mirada, sin duda, Damon se había percatado de la cadena que colgaba en mí cuello. Había reconocido el relicario, el cual aún conservaba conmigo como un recuerdo de lo mucho que significó en mí vida. Era un relicario que Damon, me había obsequiado en durante nuestro 7mo año en Hogwarts… Rompí nuestro contacto visual, al recordar las palabras de amor que Damon había pronunciado aquella noche bajo el árbol. Llevé una mano hasta mi pecho, apretando el relicario con mi mano derecha. Seguramente… Damon tenía la intención de pedirme el relicario que por años ha pertenecido a su familia. O quizás… él mismo se preguntaba por que había conservado su regalo después de todos estos años. Cientos de preguntas y todas sin respuesta. Lo miré intensamente… haciendo un esfuerzo por averiguar que pensaba en estos momentos, sin embargo, algo en mí interior, pedía a gritos largarme de este sitio. – Que tengas buen día, Damon. – dije en un tono frío y cortante, pasando por su lado como una ráfaga de viento y desaparecer al otro lado de la puerta. Bajé la mirada con inmenso dolor… para después retomar mi camino y perderme en uno de los callejones del Callejón Knockturn.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Jue Abr 07, 2011 12:24 am
G I N N Y P O T T E R
como Ginevra Molly Potter-Weasley
Editora de la Seccion de Quidditch // Orden d. Fenix
en C. Diagon con Hermione Granger
como Ginevra Molly Potter-Weasley
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en C. Diagon con Hermione Granger
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- Muchas gracias - dije sonriéndole levemente a la mesera cuando me entrego mi café. Me encamine afuera del pequeño restaurante muggle, mientras me dirigía hacia el Caldero Chorreante, para después entrar al Callejón Diagon. Después de dejar a los niños en la estación, y de que Harry se fuera al trabajo (??), yo decidí pasarme un tiempo buscando un par de cosas que necesitaba para mi trabajo. Había tenido el día libre ahora, así que pensé que eso sería la mejor idea. Suspire levemente mientras caminaba entre el montonal de gente, sintiendo un debil nudo en el estómago. No podía creer que dos de mis adorados hijos estaban a punto de graduarse de Hogwarts. Merlín! Por más cursi que suene, y va a sonar muuuy cursi, parece que fue ayer cuando por primera vez los encamine hacia King's Cross, junto con Harry, Ron, Hermione, y su pequeña Rosie. Y ahora no solo ellos estaban a punto de graduarse, pero mi nina ya estaba en quinto grado. Sonreí levemente al recordar mi quinto año...tal vez el mejor de mi vida en Hogwarts, en lo que cabe claro. Fue durante ese año que me puse por primera vez de novia con Harry...merlin, recuerdo lo feliz que estaba, la verdad que me sentia como una princesa rescatada por su príncipe, pero aun mejor, ya que mi principe resultaba ser el salvador del mundo mágico, el mejor amigo de mi hermano mayor, y el Capitan del equipo de Quidditch en donde yo estaba, lo cual, en mi opinion, lo deba un aire muuy sexy. Sonrei melancólicamente al recordarlo, y luego suspire de nuevo, ojala se hubiera quedado en eso...ojala no hubieran pasado tantas cosas tan feas despues de aquellos hermosos momentos. Al cruzar por el Caldero Chorreante, donde salude amablemente a Hannah, entre porfin al Callejon Diagon. Me dirigí directamente hacia donde vendía los pergaminos y tinta ya que necesitaba un par para los artículos que estaba escribiendo. Al pasar, varias memorias cruzaron por mi cabeza: la primera vez que camine por este lugar, cuando Lockhart me firmo mi tan adorado libro, cuando casi agarraba a Draco Malfoy a patadas...cuando su detestable parte me insulto y casi causa mi muerte. Negue con la cabeza, no me podía seguir pensando en eso. Sin embargo, al levantar de nuevo la mirada, alcance a ver una caballera que la reconocería en cualquier lado.- ¡Hermione!.- dije sonriente, mientras alzaba la mano entusiásticamente, para que me escuchara.-¡Hola! ¿Que haces aqui?.- pregunte sonriente, al momento que llegue a su lado, mientras la saludaba con un leve beso en la mejilla. Hermione, basica y oficialmente desde hace ya mucho tiempo, se había convertido en la hermana que siempre quise. Para empezar, era una santa por soportar a Ronald y aun seguir viviendo feliz a su lado, pero aparte de eso, ella siempre fue mi mejor amiga, y junto a mi querida Luna, era básicamente mi confidente en absolutamente todo. Definitivamente, si algo había salido bien de esa maldita guerra, aparte de lo obvio, era la amistad tan poderosa que existía entre los que sufrimos de tan cerca el enfrentamiento.- Verás, vine para hacer unas averiguaciones con respecto a lo sucedido hace dos noches.- hice una debil mueca al escucharla y pronto senti un tan familiar nudo en mi estomago. No hace mucho se encontraron un par de cuerpos a las afueras del Callejon, y aunque podria ser cualquier cosa, no pasaba de hacerme sentir incomoda...como si esto no fuera lo peor que veriamos. Sin embargo calle mi inquietud, mas que nada porque ultimamente creia que me estaba volviendo mas y mas como mi madre, totalmente paranoica.-Además, aprovechando que tengo una hora para comer… tenía pensando en hacerles una visita a Ron, George y a ti, y persuadirlos para que fuéramos a comer todos juntos a comer y le cayéramos de sorpresa a Hannah en el Caldero Chorreante.- sonrei de nuevo entusiasmada al escucharla.- Me parece excelente idea.- comente mientras caminaba a su lado, haciendonos a un lado, pues para mi sorpresa, habia mucha gente en el Callejon.- Hace poco salude a Hannah cuando entre por el Caldero Chorreante, se veia algo ocupada, pero no dudo que le importe tomarse un descanso para comer.- comente encogiendome de hombros. Hannah y Neville se habian casado no mucho despues que Harry y yo, y a decir verdad, no podia estar mas contenta. Neville basicamente se habia convertido en un gran amigo para mi, en especial despues de todo lo que pasamos juntos durante mi sexto curso.-Yo vine a buscar un frasco de tinta y un par de plumas, ya sabes, me gusta escribir mis articulos a la antigua.- dije suspirando levemente, si, sabia que era mucho mas facil del modo muggle, pero no sentia lo mismo.-Si quieres acompanarme, juro que no me tardo mucho! Asi de paso le llamo a Harry para que se aliste para ir con nosotros.- comente sonriendole levemente al momento que sacaba de mi bolso el telefono celular que Harry me hacia cargar conmigo. Le mire con el entrecejo fruncido por un segundo.-Eso es, si me acuerdo como trabajar con esta maquina.- comente riendo levemente.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Dom Abr 10, 2011 2:35 am
D A M O N · B E D O Y A
Profesor de D.C.A.O// Mortifago.
Ft; Pearl McCullogh
Place; Callejon Diagon
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Ft; Pearl McCullogh
Place; Callejon Diagon
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¿Qué tengas buen día?...¿es en serio?, fruncí el ceño, aparece en "tranquila" vida, una vida que hace más de 20 años ella se había borrado, me desprecia,luego veo que mantiene ese relicario que le había regalo.. y ¡¿huye?!. Sentía que la rabia se apoderaba de mi cuerpo, y la respiración comenzaba a aumentar, apreté mis manos, y miré a ambos lados, mientras mantenía mis mandivulas muy apretadas.
Cerré mis ojos, y traté de concetrarme, para sentir donde esta ahora, me costó un poco, pero luego sentí que se encontraba en un callejón cercano, no podía escuchar sus pensamientos, pero sí un leve sonido que sabía que era el de ella, sólo de ella. Y eso lo odiaba porque había pasado todo este tiempo, y esa mujer me volvía loco, siempre que aparecía desordenaba todo, como la odiaba a esa Aurora salvadora del planeta, fruncí el ceño, y traté de respirar para tranquilzarme un poco y poder transportarme bien, y lo logré, aparecí en un callejón, y la veo caminando con la cabeza gacha, me quedé apoyado en la pared, observe como levantaba la vista y se asustaba,me despegue de la pared y me acerque a ella.- ¿crees que siempre podrás irte y dejarme así?.- le pregunte, recordando laúltima vez que no habíamos visto, había sido algo muy parecido a esto, ella me dijo que le hacía mal, y que yo había escogido mi camino, y en vez de día, me dijo "ojala tengas una buena vida Damon", quizás una de las frases que más odio en el planeta es esa, despúes de " Harry Potter es nuestro salvador", la primera me da rabia, y un sentimiento que no se denominar ( o no quiero), la segunda la encuentro idiota así de simple. Seguí acercandome a ella, era una callejon muy solo, y si me concentraba podía sentir que ningún mago se encontraba lo suficienteme cerca para vernos.-Sabes no es muy bueno andar por callejones tan solos.- le dije como un padre regaña a su hija, y me comenze a acercar a ella, como una pantera que acorrala a su presa, hice que se apoayara en la pared, sabía que podía defenderse, pero tambien sabía que por más que intentará negarlo, seguía sintiendo cosas por mí, puse una mano en la pared, y la otra, sin despegar mis ojos de ella, la acerque a su cuello, y tomé el relicario entre mis manos, y mi mirada se endurecio un poco.- ¿porque?.-le pregunte mirandola, no entendía muy bien le hice esa pregunta, sólo, quería una respuesta, sobre el relicario, sobre porque nose, no me creyo. Sabía perfectamente que ahora no podríamos estar juntos, porque ya había pasado demasiadas cosas estos años, había cambiado, pero por un momento, cuando estuvimos juntos, yo sentí que quizás yo podría cambiar por ella, y de verdad quería, pero tuve que hacerlo aquello, hacerla sufrir, decirle que no la quería, pero lo que más me dolio que me creyo con tanta fácilidad, como si nunca hubiera creído en mi del todo, como que si siempre se hubiera esperado aquello. ¡arg! esta mujer me volvía loco, muy loco, sin duda.-
Cerré mis ojos, y traté de concetrarme, para sentir donde esta ahora, me costó un poco, pero luego sentí que se encontraba en un callejón cercano, no podía escuchar sus pensamientos, pero sí un leve sonido que sabía que era el de ella, sólo de ella. Y eso lo odiaba porque había pasado todo este tiempo, y esa mujer me volvía loco, siempre que aparecía desordenaba todo, como la odiaba a esa Aurora salvadora del planeta, fruncí el ceño, y traté de respirar para tranquilzarme un poco y poder transportarme bien, y lo logré, aparecí en un callejón, y la veo caminando con la cabeza gacha, me quedé apoyado en la pared, observe como levantaba la vista y se asustaba,me despegue de la pared y me acerque a ella.- ¿crees que siempre podrás irte y dejarme así?.- le pregunte, recordando laúltima vez que no habíamos visto, había sido algo muy parecido a esto, ella me dijo que le hacía mal, y que yo había escogido mi camino, y en vez de día, me dijo "ojala tengas una buena vida Damon", quizás una de las frases que más odio en el planeta es esa, despúes de " Harry Potter es nuestro salvador", la primera me da rabia, y un sentimiento que no se denominar ( o no quiero), la segunda la encuentro idiota así de simple. Seguí acercandome a ella, era una callejon muy solo, y si me concentraba podía sentir que ningún mago se encontraba lo suficienteme cerca para vernos.-Sabes no es muy bueno andar por callejones tan solos.- le dije como un padre regaña a su hija, y me comenze a acercar a ella, como una pantera que acorrala a su presa, hice que se apoayara en la pared, sabía que podía defenderse, pero tambien sabía que por más que intentará negarlo, seguía sintiendo cosas por mí, puse una mano en la pared, y la otra, sin despegar mis ojos de ella, la acerque a su cuello, y tomé el relicario entre mis manos, y mi mirada se endurecio un poco.- ¿porque?.-le pregunte mirandola, no entendía muy bien le hice esa pregunta, sólo, quería una respuesta, sobre el relicario, sobre porque nose, no me creyo. Sabía perfectamente que ahora no podríamos estar juntos, porque ya había pasado demasiadas cosas estos años, había cambiado, pero por un momento, cuando estuvimos juntos, yo sentí que quizás yo podría cambiar por ella, y de verdad quería, pero tuve que hacerlo aquello, hacerla sufrir, decirle que no la quería, pero lo que más me dolio que me creyo con tanta fácilidad, como si nunca hubiera creído en mi del todo, como que si siempre se hubiera esperado aquello. ¡arg! esta mujer me volvía loco, muy loco, sin duda.-
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Mar Abr 12, 2011 12:51 am
NICKO HUGGS
como Nickolai Ettiene Huggs
Sexto en Gryffindor
en Expreso de Hogwarts con Roxie Weasley
como Nickolai Ettiene Huggs
Sexto en Gryffindor
en Expreso de Hogwarts con Roxie Weasley
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Lun Abr 18, 2011 12:33 am
Haylee James
Haylee Sabriel James
17 años // Pertenece a Gryffindor, 7mo curso
_¿Con quién? Nathan Scott_¿Dónde está? Compartimiento, Expreso de Hogwarts
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Haylee Sabriel James
17 años // Pertenece a Gryffindor, 7mo curso
_¿Con quién? Nathan Scott_¿Dónde está? Compartimiento, Expreso de Hogwarts
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Mi hermano mayor me había acompañado esta mañana hasta el expreso de Hogwarts, y se había quedado conmigo hasta que fue la hora de se fue el tren. Me gustaba que él me acompañase a Hogwarts, sobretodo porque era una de las pocas ocasiones en las que mi hermano se aparecía y me acompañaba a algún lado: era una especie de costumbre que se había cogido desde que estaba en quinto año.
Era un día realmente feo, no me gustaban demasiado los días así, y algo raro en todo esto… no era normal que digamos, sino más bien… todo lo contrario. El frío debía empezar a en octubre, y no ahora. Solté un suspiro, mientras caminaba por el expreso en búsqueda de Jeremy, que no tenía idea de donde se había metido. Lo había perdido a eso de las doce del medio día, cuando fue por la señora del carrito por algunos dulces (o al menos eso creía), y nunca más volvió. ¿Se lo habría tragado la tierra o algo por el estilo? Quién sabe… me metí en otro vagón, y abrí la puerta del compartimiento donde había estado desde el principio del viaje, pero me llevé la sorpresa de que ahí había alguien más… y que ese alguien, no era Jeremy. Fruncí mis labios – Este compartimiento estaba ocupado… - le informé secamente mientras me encogía de hombros y le señalaba los equipajes que había en el lugar. – Ni siquiera se puede salir a estirar las piernas, que cuando vuelves ya te ocupan el compartimiento – puse los ojos en blanco como si estuviese hablando sola. Negué con la cabeza, y suspiré. – No quiero problemas, Scott, asique si te quedas, te quedas calladito… Tampoco es que podía echarlo del compartimiento, pero mientras menos hablase, mejor. – Qué miedo. Despreocúpate, James… te evitaré la molestia de que vayas a lloriquearle al imbécil que tengo por medio hermano. Solo por que el pequeño Nathan, ofendió sin querer a su “dulce” amiguita. – le fulminé con la mirada y después solté un profundo suspiro. No me caía bien, y eso no iba a cambiar ni siquiera después de compartir siete años con él.- A menos que quieras que llame a algún profesor. – le advertí con desconfianza mientras me sentaba enfrente de él. Nathan Scott era el medio hermano de Jer, y nunca me había caído del todo bien. Es decir, desde nuestro primer año se la había pasado con ese aire de superior tan típico de los Slytherin. – Haz lo que quieras… La puerta del vagón es lo suficientemente amplia como para que salgas de aquí y te ahorres por varias horas el tener que estarme soportando – ¿se suponía que yo debía irme? ¡Por supuesto que no! Yo había llegado antes, por tanto él debía de irse… es decir, mis cosas estaban acá desde antes que entrase. Bufé un poco cansada. – Así que… tú eliges… la decisión es tuya, cariño. – De pronto, su balón dio contra mi cabeza; y la expresión de mi rostro fue entre sorprendida e incrédula por lo que había hecho ¿Qué se creía? Hice un gesto con la cabeza, y me crucé de brazos. - ¿En serio tienes diecisiete años? – le pregunté en forma burlona, mientras me sobaba la cabeza. No me había dolido, pero me había tomado totalmente de sorpresa. Lo cierto que Nathan Scott parecía todo menos un chico de diecisiete: muchas veces, era totalmente fastidioso… como ahora. – porque honestamente actúas peor que un chico de primero… y eso es decir mucho, creéme – chasqueé la lengua mientras me sentaba cómodamente contra el respaldo. Lo miré fijamente, durante algunos segundos estudiando su aspecto: era realmente diferente al de Jer, exceptuando por los ojos: tenían unos ojos realmente parecidos… suspiré y desvié la mirada repentinamente, observando el paisaje. Todavía no me podía creer que fue la última vez que viajase a Hogwarts… era el último viaje de ida, y yo estaba acá: con este Slytherin. -¿Sabes que? Mejor me voy… no me apetece pasar mi último viaje con un chico que le falla un poco la inteligencia – le dije completamente sincera, mientras me levantaba y cogía mi bolso que estaba en el portaequipaje. – espero por tu bien, que no haya ninguna broma dentro de aquí… – dije refiriéndome a dentro del equipaje. Avancé hacia la puerta y le sonreí de costado – Que tengas un buen viaje – le deseé sin ironía ni sarcasmo, completamente de forma natural.
Era un día realmente feo, no me gustaban demasiado los días así, y algo raro en todo esto… no era normal que digamos, sino más bien… todo lo contrario. El frío debía empezar a en octubre, y no ahora. Solté un suspiro, mientras caminaba por el expreso en búsqueda de Jeremy, que no tenía idea de donde se había metido. Lo había perdido a eso de las doce del medio día, cuando fue por la señora del carrito por algunos dulces (o al menos eso creía), y nunca más volvió. ¿Se lo habría tragado la tierra o algo por el estilo? Quién sabe… me metí en otro vagón, y abrí la puerta del compartimiento donde había estado desde el principio del viaje, pero me llevé la sorpresa de que ahí había alguien más… y que ese alguien, no era Jeremy. Fruncí mis labios – Este compartimiento estaba ocupado… - le informé secamente mientras me encogía de hombros y le señalaba los equipajes que había en el lugar. – Ni siquiera se puede salir a estirar las piernas, que cuando vuelves ya te ocupan el compartimiento – puse los ojos en blanco como si estuviese hablando sola. Negué con la cabeza, y suspiré. – No quiero problemas, Scott, asique si te quedas, te quedas calladito… Tampoco es que podía echarlo del compartimiento, pero mientras menos hablase, mejor. – Qué miedo. Despreocúpate, James… te evitaré la molestia de que vayas a lloriquearle al imbécil que tengo por medio hermano. Solo por que el pequeño Nathan, ofendió sin querer a su “dulce” amiguita. – le fulminé con la mirada y después solté un profundo suspiro. No me caía bien, y eso no iba a cambiar ni siquiera después de compartir siete años con él.- A menos que quieras que llame a algún profesor. – le advertí con desconfianza mientras me sentaba enfrente de él. Nathan Scott era el medio hermano de Jer, y nunca me había caído del todo bien. Es decir, desde nuestro primer año se la había pasado con ese aire de superior tan típico de los Slytherin. – Haz lo que quieras… La puerta del vagón es lo suficientemente amplia como para que salgas de aquí y te ahorres por varias horas el tener que estarme soportando – ¿se suponía que yo debía irme? ¡Por supuesto que no! Yo había llegado antes, por tanto él debía de irse… es decir, mis cosas estaban acá desde antes que entrase. Bufé un poco cansada. – Así que… tú eliges… la decisión es tuya, cariño. – De pronto, su balón dio contra mi cabeza; y la expresión de mi rostro fue entre sorprendida e incrédula por lo que había hecho ¿Qué se creía? Hice un gesto con la cabeza, y me crucé de brazos. - ¿En serio tienes diecisiete años? – le pregunté en forma burlona, mientras me sobaba la cabeza. No me había dolido, pero me había tomado totalmente de sorpresa. Lo cierto que Nathan Scott parecía todo menos un chico de diecisiete: muchas veces, era totalmente fastidioso… como ahora. – porque honestamente actúas peor que un chico de primero… y eso es decir mucho, creéme – chasqueé la lengua mientras me sentaba cómodamente contra el respaldo. Lo miré fijamente, durante algunos segundos estudiando su aspecto: era realmente diferente al de Jer, exceptuando por los ojos: tenían unos ojos realmente parecidos… suspiré y desvié la mirada repentinamente, observando el paisaje. Todavía no me podía creer que fue la última vez que viajase a Hogwarts… era el último viaje de ida, y yo estaba acá: con este Slytherin. -¿Sabes que? Mejor me voy… no me apetece pasar mi último viaje con un chico que le falla un poco la inteligencia – le dije completamente sincera, mientras me levantaba y cogía mi bolso que estaba en el portaequipaje. – espero por tu bien, que no haya ninguna broma dentro de aquí… – dije refiriéndome a dentro del equipaje. Avancé hacia la puerta y le sonreí de costado – Que tengas un buen viaje – le deseé sin ironía ni sarcasmo, completamente de forma natural.
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Dom Mayo 01, 2011 1:52 am
| Edward Brandon as: Edward Christopher Brandon + Auror - Profesor de Encantamientos >> Orden del Fénix [ Con Rose Weasley // Expreso de Hogwarts ] |
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El haberme desprendido de la única persona que me ayudó a salir adelante durante todos estos meses de sufrimiento, mi único apoyo, ha sido una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar a lo largo de mi vida… una decisión que a simple vista no era la más acertada, pero, que sin duda era la correcta. El haber puesto punto y final a nuestra relación… me hacía sentir por dentro un extraño vacio, quizás se debía a que en los últimos me había acostumbrado a su compañía y al cariño y la amistad que desde siempre ha existido entre nosotros, lo cual ha sido mi único consuelo en todo este tiempo. Desde aquel día, no había vuelto a hablar con Irene, ni mucho menos había vuelto a buscarla, sin embargo, intentaba mantenerme al pendiente por si necesitaba algo en lo que pudiera ayudarla; a pesar de que las cosas no funcionaron entre nosotros, la amistad y el cariño que siempre nos ha unido, eran dos cosas que jamás cambiarían. No sabía que sería de mi vida a partir de ahora… mi mente estaba hecha un caos, el recuerdo de aquel beso, removió esos malditos sentimientos, sentimientos que intentaba olvidar... el recuerdo de sus labios, me hizo remontar a la época en la que únicamente existíamos solo nosotros dos, sin ningún obstáculo que nos impidiera de alguna manera vivir el momento y ser felices. En realidad… no sabía que hacer… Vicky, era mi vida entera… pero por otro lado, no sabía si algún día podría perdonarle el que hubiera aceptado tener una relación únicamente para olvidarse en esa época de sus sentimientos hacia el imbécil de Iván Noirét. Sabía que debía dejar ir el pasado atrás y olvidarme de todo, pero, mi situación con Vicky, no era lo único que me tenía dándome vueltas en la cabeza. William, mi hermano… llevaba un mes, UN MES en coma… y lo peor de todo es que esta situación me tenía más angustiado que nunca. Hacía un esfuerzo considerable por mantenerme tranquilo… y no perder la calma ante la situación en la que se encontraba mi hermano, por Diana, a quien debía de cuidar y proteger con mí vida, si es necesaria… pero, Diana parecía negarse a afrontar y ver la realidad… cada día se encerraba y se aislaba más en su propio mundo, impidiéndonos entrar. La Diana de hoy en día, no se parecía en nada a la Diana que alguna vez fue… esa pequeña aventurera por naturaleza, ¿Dónde quedó mi hermana? Aquella niña inquieta y dulce que en las noches de tormenta se metía a hurtadillas a mi habitación y que me pedía que la dejara quedarse a dormir conmigo. Pasé ambas manos por mí rostro, intentando relajarme… pero, toda esta situación me tenía más tenso que nunca. Distraerme… era la único que en estos momentos me ayudaba a no pensar, a no estar con esta maldita angustia de ver a mí hermano en una coma y conectado a cientos de aparatos y la preocupación por no saber de que manera ayudar a mí hermana… en el fondo, sabía que todo esto era como un grito de ayuda por parte de Diana… necesitaba hacer ALGO, PERO YA, no podía dejar pasar más tiempo. Doblé en uno de los corredores, pero, justo en ese momento un presentimiento… una angustia por dentro me hizo soltar al instante la caja con los adornos que me había ofrecido a llevar al Gran Salón. Llevé una mano hasta mi pecho, era una sensación que en mi puta vida había sentido… y que me impedía pensar con claridad y mucho menos respirar con normalidad. Diana… fue mi único pensamiento… notando como esa sensación crecía a cada segundo… Algo ha pasado… dije mentalmente, antes de echarme a correr por los corredores hasta su habitación… ¿Qué era esta sensación? No tenía idea… pero, algo… algo no estaba bien… un maldito sentimiento en mí interior me lo decía... como una especie de… sexto sentido que me indicaba que mí hermana se encontraba en peligro. Lo que vi a continuación, en cuestión de segundos cortó mi respiración y bloqueó por completo mis pensamientos, dejándome completamente paralizado. Cada parte de mí cuerpo se estremeció y se paralizó al ver aquella imagen. – ¡Diana! –de mis labios brotó un grito de horror, un grito de horror que hubiera estremecido a cualquier persona, en este maldito lugar, solo eso basto para hacerme reaccionar y correr desesperadamente hacia Nathan, quien llevaba a Diana entre sus brazos.
Última edición por ιzzy нale el Sáb Mayo 07, 2011 8:20 pm, editado 5 veces
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Re: Posteos en The New Marauders,,* Chap # 1
ιzzy нale Dom Mayo 01, 2011 1:53 am
Izzie McKinnon
as: Isobel Marlene McKinnon
+ Séptimo año ;; Gryffindor >> Guardiana (Quidditch)
[ Con Cedric Watson // Expreso de Hogwarts ]
as: Isobel Marlene McKinnon
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Apoyé mi rostro contra el gélido cristal del ventanal, dejando escapar un hondo y cansado suspiro, observando tranquilamente las gotas de lluvia caer lentamente. Cerré los ojos, haciendo un esfuerzo por no pensar en él, pero, mis pensamientos parecían visualizarlo de una manera tan finamente detallada… como si de alguna manera lo estuviera viendo realmente frente a mí, su rostro, sus labios curvando esa dulce y cautivadora sonrisa, esos hermosos ojos que me hipnotizaban y me tenían más enamorada que nunca. Fruncí los labios, denotando una triste mueca en mí rostro, cuando abrí lentamente los ojos; tenía que dejar de martirizarme de esta manera… por más que Will, significara todo para mí, tenía que olvidarme de este sentimiento. Respiré lenta y profundamente, descansado los brazos en mí regazo, tras observar la hora en la pantalla del móvil. Necesitaba distraerme… enfocar mis pensamientos en algo más que no fuera Will… olvidarme de ese estúpido impulso de buscarlo y confesarle la verdad, hacerle desistir de esa idea errónea que había metido en su cabeza, el darle a entender que no sentía absolutamente nada por él. Sin embargo, ese impulso parecía más lejano que remoto… cuando la realidad me hacía poner los pies sobre la tierra, al recordar que Will no sentía en realidad ningún cariño por mí, en realidad no sé en que momento fui capaz de confundir el cariño de amigos, cuando en realidad él nunca dejó de pensar en su ex novia y ahora por culpa de mis miedos… mi inseguridad, incluso por culpa de este sentimiento, lo había perdido para siempre. Sabía que Serena era parte de su pasado… un pasado que él nunca pudo olvidar ni mucho menos dejar atrás y aunque me dolía el saber que él en el fondo sigue enamorado de Serena, tenía que resignarme a verlo feliz con esa persona que nunca olvidó. De pronto, la pantalla del móvil comenzó a vibrar en mí mano, inevitablemente alcé una ceja extrañada… aunque mi expresión se suavizó al ver que era un mensaje de mamá, preguntándome por mí hermana, por Yukki y por mí, esbocé una pequeña y apenas visible sonrisa en mí rostro, limitándome a teclear una respuesta; mamá era de esas típicas madres paranoicas de las cuales si no le respondes en menos de 5 minutos, se altera al pensar que algo malo está ocurriendo. Comprendía y era consciente de la preocupación de mamá por nosotras… y lo que menos deseaba era causarle una crisis nerviosa por nada. Al menos, papá era un poco más compresivo y hacía entrar en razón a mamá, cada vez que un pensamiento impulsivo atravesaba sus pensamientos. Por suerte, que el Concorde dejó de funcionar desde hace siete años, ya que si no seguramente mamá tomaría el primer vuelo y de un momento a otro estaría aquí en la isla. Esbocé una mueca, irguiéndome un poco y estirándome al sentirme un poco entumecida y adolorida de la espalda. Suspiré pesadamente, antes de guardar el móvil en mí bolso y echarme a andar por los pasillos. Le había prometido a Yukki que retomaríamos nuestro viernes con maratón de películas hasta el amanecer… realmente necesitábamos olvidar los malos momentos que vivimos en los últimos días y que mejor que con películas. Estaba a punto de doblar en uno de los pasillos, cuando de pronto frené de golpe al ver a dos policías custodiando la entrada de una de las Aulas… el verlos ahí, me hizo sentir una especie de deja vú al recordar el terrible accidente en el baño. Di un paso hacia atrás… evitando por todos los medios continuar por ese camino, cuando accidentalmente al dar la vuelta me choqué de frente con alguien que venía en sentido contrario al mío. – Lo siento – me disculpé rápidamente, sintiéndome apenada por el atropello. Alcé la mirada lentamente, sintiendo que mí corazón empezaba a latir aceleradamente de la misma manera que mi respiración se volvía entrecortada, al percibir aquel tan familiar aroma que me bloqueó por un instante. – Will, perdóname – Giré mi rostro violentamente, evitando el mirarlo a los ojos… Dios, ¿por qué ahora y en este momento? Noté de reojo que llevaba su brazo vendado, el verlo de esa manera me hizo recordar los momentos de angustia y desesperación que viví en el hospital al saber que estaba herido. Cerré los ojos, notando esa sensación de dolor y vacío que me provocaba el tenerlo tan cerca. Suspiré, dándome el valor de mirarlo a los ojos. – ¿Te hice daño? – pregunté sin poder evitar esa denotar mi preocupación por él.
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