Re: Felix, posteos chap 2

**ιzzy нale** Jue Oct 28, 2010 1:54 am

Gael Carrow & James Potter
& Nathan Carter
Oficina de James Potter, Ministerio de Magia

Las órdenes del Lord habían sido claras. Tenía que "reaparecer" como el gemelo de Nathan Carter. Tendría que hacerme pasar por el pobre hermano perdido y olvidado durante todos estos años para acercarme a Nathan y ganármelo. Nathan era mi llave a otros dos grandes aurores, además de mi propio hermano; Borton y Potter. Si lograba ganarme la confianza de esos tres, especialmente de Nathan, tendría una victoria asegurada. No esperaba que fuese algo sencillo, si él era como yo, y en una parte, estaba seguro de que lo era, la misión no sería tan fácil. Había enviado todas mis "referencias" como si hubiera trabajado para el Ministerio de Bulgaria anteriormente y la verdad es que no había tenido que exagerar en nada mis habilidades que se comparaban a las de Nathan. Por mucho que demostrara lo contrario, estaba seguro que él también sabría muchas cosas de artes oscuras pero no las mencionaba. En fin, Potter finalmente me había citado para conocerme en persona y "tratar asuntos con respecto a mi trabajo en el Ministerio". Estaba seguro que quería que me relacionara con algunas misiones especiales pero me las ganaría poco a poco. Todo era cuestión de tener a Potter en la palma de mi mano y no creo que tarde demasiado.

Las referencias de este chico nuevo, Gael Carrow eran impresionantes. Tenía todas las habilidades para ser el auror perfecto aunque sabía que su experiencia podría ser más útil si trabajaba como Inefable, aunque aún así, estaba muy interesado en que pudiera cooperar el departamento de aurores. Había llamado también a Nathan, uno de los aurores en los que más confiaba y si alguien necesitaba conocer en persona a Carrow, era Nathan. Quizá quedara tan impresionado como yo con todo lo que había leído en su expediente. Con los papeles del nuevo chico en mi escritorio, alguien tocó a mi oficina y enseguida supe quien era. -Adelante, Nathan. -dije mirando a la puerta. Y no estaba equivocado en quien era. Siempre solía ser muy puntual. -Pasa por favor, gracias por venir perdón por interrumpir tus labores en Hogwarts. -dije poniéndome de pie para recibirle. Le estreché la mano y le sonreí, como solía hacer. -Estoy muy interesado en un chico nuevo del departamento de Misterios. -le pasé su expediente- Con esas habilidades, no dudo en que podría ser de mucha ayuda para misiones de los aurores pero primero tengo que verle en persona y saber si es alguien de confianza o no. -lo último que deseaba era un traidor en nuestras filas, no con la nueva amenaza de un supuesto Lord por estos días. Eso... -Supongo que te habrás enterado ya esto. -dije tendiéndole un ejemplar del periódico. Muchas personas no se lo tomarían enserio pero esta clase de cosas siempre me preocupaban en extremo y hacía que pusiera a todo el departamento en alerta. -Nathan, ¿crees que sea posible que...? -pero ni siquiera pude terminar de decir la oración cuando alguien tocó a la puerta. Debía ser el chico nuevo. -Adelante, por favor. -cuando la puerta se abrió, creí que se trataba de alguna clase de broma.

-Buen día. -saludé lo más "normal" que pude. Lo primero que vi, fue a James Potter con una expresión que de inmediato delataba lo sorprendido que estaba. Al bajar la mirada, creo que yo también imité su expresión. No por el hecho de que estuviera parado frente a mi gemelo, sino que... no esperaba que en verdad, nos pareciéramos tanto. Lo había visto en fotos antes pero era muy diferente a verlo cara a cara. Finalmente, luego de tantos años. Pero traté de recuperar el control de la situación y regresé a mi papel personal. -Esto... ¿es una clase de prueba, señor Potter? -miraba alternativamente a Nathan y al otro, con confusión.

Ojalá lo fuera. Pero desde hacía mucho que habían hechizado algunas zonas del Minsiterio para eliminar el efecto de pociones multijugos. Al abrir la puerta, se hubiese mostrado como era realmente pero aún así. -Me temo que no. -miré a Nathan de reojo pero simplemente no pude leer su expresión y la verdad era que quizá de todos en la sala, probablemente el más confundido era yo. ¿Qué estaba pasando aquí? Los otros dos hombres de pronto no apartaron la mirada el uno del otro, pareciera que se hubiesen quedado solos de pronto.

Sabía lo que Nathan estaba pensando porque yo también lo hacía. Los recuerdos de nuestra infancia aparecieron en nuestras mentes como si las hubiésemos invocado para ambos. Recordé alguien más en mi habitación, de niño; alguien corriendo a mi lado, riendo y alguien con quien no tenía necesidad de decir nada. Como ahora, que bastaba una mirada para entender que demonios pasaba. A pesar de todo, estaba sorprendido. -... ¿Nathan? -pronuncié su nombre muy bajo; algo de intimidad para nosotros dos. Yo me quedé inmóvil en la puerta y me pregunté qué haría él a continuación.

**ιzzy нale** Vie Oct 29, 2010 2:40 am

Edward Dashwood
as: Edward Willoughby Dashwood
+ Auror || Bibliotecario ;; Orden del Fénix
[ Con Layla Ahmed // Gran Comedor ]

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El Ministerio de Magia había dado la orden de que este año en Hogwarts se re-doblara constantemente la vigilancia como una manera de precaución debido a los sucesos extraños que últimamente han estado ocurriendo dentro de la comunidad mágica. Hasta el momento el Ministerio para tranquilizar a la comunidad, decía que todo estaba en orden... y, la verdad estaba más que deseoso por que las cosas se mantuvieran en constante calma, apesar de que algunas veces la tranquilidad era señal de que podría a vecinarse una tormenta. Es por esa razón que deseaba... o mejor dicho, anhelaba, que esta tranquilidad simbolizara la señal de que nada malo ocurriría, pero aún así debía de mantenerme en lo más alerta y precavidamente posible. Respiré lenta y hondamente, en el momento que le daba un último trago a mi jugo de calabaza, para posteriormente dedicarle una amable y jovial sonrisa a la Profesora Weasley con la que me encontraba charlando amenamente con respecto a la llegada de los estudiantes extranjeros, y los cuáles habían causado especial revuelo entre los estudiantes de Hogwarts. Discretamente recorrí con la mirada la mesa de Ravenclaw, donde me encontré con Emily que se encontraba platicándo con una de las Black. Sabía que a Emily algunas veces le molestaba en sobremanera que me comportara demasiado sobreprotector con ella, pero... era algo que no podía evitar especialmente con tanto joven hormonado ¿qué podría esperarse?. Volví mi mirada hacia la mesa de Hufflepuff... con la esperanza de encontrarme con la mirada de una persona en especial... pero mi intento fue en vano, especialmente por que esa persona no se encontraba en ese momento. Sonreí un poco y a la vez con cierto deje de decepción en mi mirar, volviéndo a entablar plática con la Señora Weasley y con el Señor Carter. De un momento de reojo pude notar que Emily me hacía gestos con las manos para llamar mi atención, me volví hacia y entendiendo su mensaje de que se retiraba a dormir. Asentí sonriendo tranquilamente, haciéndole un gesto con la mano. Momentos después les reiteré mis disculpas a la Señora Weasley y al Señor Carter, en el instante que me levantaba de la mesa para dedicarles una sonrisa; la verdad es que el banque me había dejado exhausto, pero antes de retirarme a descansar, debía de cumplir con mis obligaciones y hacer mi habitual ronda por los pasillos del Colegio. Abandoné la mesa de Profesores, encaminándome tranquilamente hasta la salida. Aprovechándo que alguien en ese momento abría la puerta decidí aprovechar y sostenerla impidiéndo que esta se cerrara por completo, pero al hacerlo pude sentir que una estudiante accidentalmente me chocaba, propinándome un pequeño golpe en el estómago y un buen pisotón en el pie. Fruncí los labios en una mueca intentando apaciguar el dolor de ambos golpes, en el momento que bajaba un momento mi vista para encontrarme con la Señorita Layla Ahmed. La miré entre sorprendido, divertido y a la vez más tranquilo al tener la dicha y la suerte de encontrarme con ella antes de marcharme. Sonreí un poco negándo suavemente de un lado a otro al escuchar sus disculpas. – no tenga cuidado, Señorita Ahmed.. – dije sonriendo tranquilamente modo de que no tenía de qué disculparse. Por una milésima de segundo tuve la esperanza de que me llamara por mi nombre... dado a que la Señorita Ahmed pasaba tanto tiempo en la Biblioteca que me había acostumbrado bastante a su presencia; las veces que no solía verla me atrevía a decir eran contadas las ocasiones, incluso la extrañaba... por lo que me pareció lo más apropiado en este caso, pero todo parecía indicar que al final, lo consideró una falta de respeto el llamarme por mi nombre de pila. – entiendo, Señorita.. – respondí tranquilamente esbozando una jovial y amable sonrisa en mi rostro, al escucharle decir que se había perdido el banquete de bienvenida al estarle escribiendo a su padre. – si de algo le favorece mi opinión, no se perdió de mucho – le hice saber mi comentario amablemente con una sonrisa bastante tranquila. A menos que tenga amistades que anhele ver, me dije dentro de mis pensamientos con cierta inquietud, en el fondo deseando que no tuviera amistades con muchachos extranjeros. Aunque... ¿quién era yo para impedírselo?. Sin duda alguna nadie que significara en su vida, eso era evidente... es solo que... no me gustaría enterarme de que un muchacho extranjero lastimara sus sentimientos. Negué suavemente de un lado a otro intentándo alejar mis pensamientos. Deja de pensar idiotecez... me recriminé duramente dentro de mis pensamientos.– antes de que me olvide, Señortita... le quedaría infinitamente agradecido, si la próxima vez que tenga oportunidad de volverle a escribir a su padre, les envía mi más cordial y afectuoso saludo a los Señores Ahmed.. – le pedí sonriendo amablemente. Debido a que había tenido la oportunidad de conocer durante las vacaciones a los Señores Ahmed, durante una tarde de verano en Gringotts donde tuve el grato honor de conocerlos, al ser ellos quiénes me atendieron amablemente. Sonreí dentro de mis pensamientos, debo admitir que nunca antes había conocido a padres tan cariñosos, y comprensivos especialmente al escucharlos hablar de la manera tan... amorosa, dulce y orgullosa como los Señores Ahmed lo estaban de su hija.

**ιzzy нale** Vie Oct 29, 2010 3:09 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin de Liechtenstein
+ Tercer año || T. de Guión & Literatura ;; Rugby, Eq. #3
[ Con Yukki Khaudari // Habitación después Pasillos ]

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No sé que era lo que me sucedía últimamente pero el solo pensar inevitablemente en Yukki, me hacía sonreír de manera inesperada.. supongo que esa era la razón de mi constante buen humor prácticamente todos los días.. un hecho realmente extraño en mí, dado que las únicas personas que me aguantaban durante mis malos ratos, eran mi hermana y Liam. No entendía con claridad que era este sentimiento.. pero estaba seguro que no podía darme el lujo de sentir, lo que sea que estuviese empezando a sentir por ella.. Yukki era la única persona con la que podía ser.. yo mismo.. sin tener la necesidad de ocultarme detrás de una máscara totalmente errada, mostrándome como una persona sin sentimientos; pero con Yukki.. todo era diferente.. ella es la única persona capaz de lograr sacar lo mejor de mi, incluso hacerme sonreír, y vaya que eso era un logro. "Sea como sea.. debo desechar aquel sentimiento que está empezando a florecer dentro de mí.. antes de que sea demasiado tarde". Anteriormente ya había tenido la desdicha de sufrir de amor por una chica.. y no soportaría llevar otra decepción amorosa como la que sufrí con Laura. Negué de un lado a otro.. "además.. ¿que posibilidad existía de que Yukki comenzara a sentir lo mismo que estaba empezando a sentir por ella?"..."una en un millón probablemente.." me dije dentro de mis pensamientos, moviéndome un poco para quedar boca arriba para observar el techo oscuro de la habitación. Momentos después la alarma contra incendios comenzó a sonar, provocándome un fuerte sobresalto ocasionando que por poco y me cayera de la cama.. más que nada por que el sonido te torturaba los oídos. Rápidamente intenté prender la luz, pero al hacerlo segundos después se produjo un corto circuito en la habitación.. dejándonos completa y totalmente a oscuras. – maldición.. – murmuré completamente frustrado ante lo acontecido. Acto seguido el olor a quemado junto con el humo comenzó a infiltrarse por debajo de la puerta de la habitación. – ni idea.. pero hay que salir de aquí a como de lugar.. – Intercambié una breve mirada con Liam, en el momento que me levantaba apresuradamente de la cama para ir al clóset en busca de unas mantas, para posteriormente salir del dormitorio y caer en cuenta que el pasillo estaba vuelto un completo desastre a causa del humo. En ese momento el pánico y la preocupación me invadieron de pies a cabeza.. en el instante que escuché a Liam recordar a Yukki e Izzie.. – maldita sea.. – lo miré en estado de shock, sintiéndo un profundo vació dentro de mí, por el temor a que algo malo les sucediera. "piensa Georg.. ¡piensa! este no es el momento para entrar en crisis. – toma.. – me apresuré en pasarle una manta. – tenemos que ir por ellas Liam.. probablemente estén aterrorizadas sin saber que hacer.. – le dije angustiado, para después cubrirme con la manta y echarnos a correr en dirección a los dormitorios de las chicas. – ¡Yukki! ¡Izzy! – les llamaba una y otra vez con desesperación, intentándo abrirme camino entre la avalancha de alumnos que se precipitaban hacia las salidas. Tocí fuertemente a causa del humo.. cuando en ese momento, logramos divisar a Izzy entre la multitud. – ¡Izzy! ¡¿donde está Yukki?¡ – le miré angustiado y casi al borde cuando finalmente pudimos darle el encuentro.. y darme cuenta que Yukki no se encontraba con ella.. Izzy comenzó a hablar atropelladamente y con la voz al borde de las lágrimas, diciéndonos que Yukki no se encontraba en la habitación, cuando logró salir.. debido a que su cama se encontraba destendida. Dándonos a entender que probablemente había salido antes de que la alarma comenzara a sonar. ¿Pero por qué?. – voy a buscarla.. ustedes salgan de aquí ahora.. – dije tajantemente sin determe a pedir más explicaciones, tomándo a Izzy de los hombros y pasarsela a Liam. – la encontraré te lo prometo.. – le reafirmé con total seguridad, antes de lanzarle una última mirada a Liam, y echarme a correr por uno de los pasillos encaminándome hacia el segundo piso en busca de Yukki. – ¡Yukki! ¡¿Yukki donde estás?! – tocí fuertemente a causa del humo que con cada segundo que transcurría era más denso, y con cada paso que daba.. el fuego comenzaba a expandirse. En ese momento, el corazón se me hizo completamente añicos al ver la silueta de Yukki através del fuego.. que estaba a escasos metros de alcanzarla. – ¡Yukki! – corrí desesperadamente hacia ella, apartándo con cuidado la madera que oprimía su la mitad de su cuerpo.. para después estrecharla con cuidado entre mis brazos. Limpié su rostro con suavidad al darme cuenta que un hilo de sangre manchaba su delicado rostro. – Yukki.. despierta por favor.. – le pedí angustiadamente acariciando su rostro con premura.. sintiéndo un inmenso dolor dentro de mí, al verla en ese estado.

**ιzzy нale** Sáb Nov 27, 2010 5:27 am

Loreen Storstrand
as: Loreen Colette Storstrand
+ Beauxbatons ;; 6º año ;; Visitante
[ Con Ron Potter // Terrenos ]

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Tenía que admitir sinceramente que Hogwarts había superado mis expectativas, el Colegio era una estancia bastante agradable que curiosamente me hacía sentir como si estuviera en casa, con ese toque hogareño que lo caracterizaba de la misma manera que me hacía sentir Beauxbatons. Aunque claro, dejando de lado por un momento las ideas prejuiciosas de mis padres... podría decirse que todo estaría perfecto. La verdad, es que nunca he entendido esa manía que tienen algunos magos y brujas, referente a querer diferenciarse de las personas normales... al fin y al cabo, todos somos seres humanos, un tanto... diferentes a ellos, si lo admito, pero somos personas después de todo, personas que vivimos en un mismo planeta, compartimos el aire que respiramos, en fin... tantos argumentos a favor que de numerarlos me llevaría seguramente toda la noche. Por la mañana, habíamos tenido que asistir a clases con normalidad, debido a que tanto el Director de Hogwarts como la Directora de Beauxbatons, al parecer estaban de acuerdo con la idea de que aunque fueramos visitantes, no debíamos dejar descuidados nuestros estudios. Sin embargo, la clase de Pociones había resultado bastante provechosa y satisfactoria para mí en lo particular... en cierto modo me sentía orgullosa de mí misma al no haber explotado accidentalmente y eso era literalmente un logro. Por otro lado, esta tarde había recibido una lechuza por parte de Papá, más que nada para asegurarse de que hubieramos llegado con bien a Hogwarts.. razón por la cuál me dispuse a contestarle informándole mi hermano Jake y yo, habíamos llegado con bien y que todo en este lugar estaba lo bastante tranquilo. Esperaba que mi contestación dejara a Papá tranquilo.. aunque conociéndolo, Merlín.. solo espero que Mamá logre tranquilizarlo aunque sea un poco. Una vez adentrada la noche decidí salir de la Sala Común de Ravenclaw a dar un paseo por los terrenos de Hogwarts, mi curiosidad por conocer Hogwarts, sinceramente sobrepasaba mis límites. Finalmente luego de varios minutos de caminar por los extensos jardínes, terminé sentándome a orillas del lago, deleitándome por aquella hermosa vista que brindaba el cielo nocturno, que cautivo mis sentidos. Cerré los ojos disfrutando de una suave y fresca brisa, en el momento que sacaba de mi bolso mi libro de constelaciones, junto con mi telescopio de bolsillo, el cual en cuanto saqué tomó mágicamente su tamaño original. Sonreí de manera satisfecha, para después rebuscar en mi bolso algunos pergaminos donde tenía varias anotaciones, me emocionaba la idea de que esta vez tuviera un poco de suerte y pudiera lograr ver a las ranas lunares; cuando en ese momento una fuerte ráfaga de viento me arrebató los pergaminos de la mano llevándoselis. Abrí los ojos de par en par, para luego echarme a correr por la orilla intentando alcanzar mis hojas, cuando en eso tropezé con un tronco, provocándo que me estampara de lleno contra el suelo y cayera encima de el dichoso tronco.. – ¡auch! ¡sacrebleu! –– me quejé dolorosamente, echándo una vistazo a mi alrededor.. intentándo dar con el bendito tronco, pero al hacerlo caí en cuenta que no me había tropezado con un tronco.. ¡si no con una persona! – ¡ay por los calzones agujerados de Merlín! – empezé a decir completamente nerviosa intentando levantarme. ¿Qué hacía una persona tumbada en el césped? ni idea... solo espero que no lo haya lastimado... – lo siento... no fue mi intención... – intenté disculparme, mientras me sacudía un poco la tierra de mis pantalónes. – ¿te hice daño pelinegro alborotado? – pregunté mirándole visiblemente abochornada y divertida por mi tropiezo.

**ιzzy нale** Sáb Nov 27, 2010 5:33 am

Lena Slughorn
as: Elena Isobel Slughorn
+ Ravenclaw ;; 7º año ;; Prefecta
[ Con Phonze Neelson // Pasillos ]

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Suspiré por enésima vez en el momento que le daba unos suaves toquecitos a la radio con mi varita para intentar cambiar de estación e intentar sintonizar alguna otra estación que pudiera captarse... tenía que admitirlo, lo que más deseaba en estos momentos era olvidarme de dicha noticia que había dejado a más de uno con cierta consternación y con preocupación. Una familia de muggles asesinada en la Calle Little Hangleton... ¿la razón? no podía ser más evidente, aunque, a decir verdad era triste esta situación... y a la vez algo de que preocuparse... si este tipo de situaciones seguían ocurriendo constantemente ¿como lo tomaría el Ministerio?, solo esperaba que la situación no llegara salirse de control. Suspiré dándome por vencida en el instante que terminaba por apagar la radio al no poder sintonizar una estación. Me había pasado el resto de la tarde en la Biblioteca terminando los deberes para el Profesor Carter, y los cuales había que entregarlos la próxima clase... con la llegada de los estudiantes extranjeros a Hogwarts, el único lugar lejos del alboroto y barullo de los corredores era la Biblioteca... no es que sea antisocial, ni nada por el estilo... pero era extraño caminar por los corredores y ver como la mayoría de el alumnado femenil babeaba por los extranjeros, admito que algunos eran... guapos e incluso sofisticados, pero algunos no hacían más que mostrar musculatura antes que cerebro... y eso que dicen que los trolls no tienen ni una pizca de inteligencia, a veces pienso que un troll podría ser incluso más educado y tranquilo si tan solo se les diera la oportunidad y no ser tratados como si fueran... criaturas tontas. Esbozé una pequeña mueca de inconformidad en los labios a la vez que guardaba un par de libros en mi bolso, para luego tomar algunos y cargarlos a raíz de que ya que no me cabían en el bolso. Si, definitivamente no me quedará de otra que terminar haciéndole un encantamiento de expansión... me dije dentro de mis pensamientos, mientras caminaba con rumbo al Gran Comedor... cuando en ese momento, accidentalmente me tropezé con algo, o mejor dicho con alguien que venía en sentido contrario al mío, provocándo que cayera de sentón al suelo y que mis libros, varios pergaminos salieran volando. Cerré los ojos dolorosamente esbozando una pequeña mueca de dolor a causa del golpe, pero al momento de abrirlos reparé en las palabras de disculpa de un joven que rápidamente se ofreció a ayudarme a recoger mis cosas. Lo miré sin dar crédito a lo que había escuchado, dado a que era la primera vez que alguien se mostraba amable conmigo. Negué suavemente y de manera atolondrada. – no, no... por favor no te molestes.. – le pedí un tanto abochornada, mientras me incorporaba un poco para empezar a recoger varios de los pergaminos que estaban regados por el suelo, pero al intentar hacerlo con tal rapidez por accidente mi mano resbalo gracias a uno de los pergaminos que se encontraban en el suelo provocándo que golpeara mi frente contra la del chico. – ¡auch! – me quejé débilmente llevándome lpor inercia una mano a mi frente sobándome con suavidad, a la vez que lo miraba con cierta preocupación. – ¡por Merlín! ¡como lo siento! – mis mejillas de un momento a otro se tornaron de un rojo carmesí, de igual manera que de pronto empezé a sentir un ligero calor a causa del bochorno que sentía. Genial... no puedes ser más torpe por que definitivamente no te quedaría de otra que volver a nacer.. me dije dentro de mis pensamientos; la pura verdad es que no tenía palabras para expresar lo apenada que estaba... – ¿te lastime verdad? – ¿¡pero que clase de pregunta tan tonda es esa?!, por supuesto que lo lastimaste ¿que esperabas? – yo... de verdad lo lamento... y mucho... – me disculpé mirándole bastante apenada.. mientras guardaba nuevamente los pergaminos entre los libros y me levantaba lo más rápido posible que hizo que por poco hace que resbale de nuevo. Me acomodé un poco con el dedo índice las gafas que ya llevaba hasta media nariz. – gracias por-por... a-ayudarme y, de nuevo te pido una disculpa.. – le miré con cierto nerviosismo, antes de intentar retomar mi camino.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 1:23 am

Vicky Lupin
as: Victoire Gabrielle Weasley - Lupin
+ Profesora de Transformaciones ;; Orden del Fénix
[ Con Ted Lupin // Despacho ]

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Aún no podía creer que Dean hubiera regresado, después de todos estos años de haberse ausentado, me sentía dichosa finalmente al saber que mi hijo, había vuelto a casa... nada en este mundo me hacía más felíz, que tener a mi familia reunida, juro que en el momento en que Ted me dió la noticia, no podía creerlo... por un momento creía que se trataba de un sueño, pero Ted fue quien se encargó de confirmarme que nada de esto se trataba de un sueño, que mi Dean... había vuelto. Anhelaba tener la oportunidad de abrazarlo, y decirle lo mucho que lo habíamos extrañado, reprenderlo seriamente por todos estos años de angustia y sufrimiento al no tener noticias de él... aunque en el fondo, había respetado la decisión de mi hijo de marcharse de Londres, me dolía que aún no se dejara ver por su familia. Ted y yo, por el momento habíamos llegado a la decisión de no informarle a nuestra pequeña Dora del regreso de Dean, y el único al cual le habíamos comentado era a Sammy. Por otro lado, tras la llegada de los estudiantes extranjeros a Hogwarts, me había pasado el verano ideando un programa de estudios... especialmente por que necesitaba saber a que nivel de grado académico se encontraban los estudiantes, para que de cierta forma no se atrasaran en sus estudios académicos durante su estancia en el Castillo. Una vez que terminé de revisar la mayoría de los ensayos de los alumnos de primero con referencia a la transformación práctica, me encaminé a las cocinas a preparar la cena y hacerles una visita a los elfos que desde siempre habían sido muy joviales y gentiles. Sonreí débilmente, ante aquel pensamiento, en el momento que tomaba la charola entre mis manos para posteriormente abandonar las cocinas y encaminarme hacia su despacho; me acomodé un poco la charola, dándo unos suaves golpesitos a la puerta, esperando no ser inoportuna. Escuché un pequeño movimiento detrás de la puerta, seguido de un audible "Adelante", por lo que sostuve la charola con una mano, para así poder girar la perilla y entre abrir un poco la puerta asomándome un poco intentando divisar a Ted con la mirada... – ¿se puede Profesor Lupin? – pregunté tranquilamente usando un tono impersonal, pero bromista, a la vez que una dulce sonrisa se hacía notar en mi rostro al verlo.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 1:39 am

Davanee Westbrook
as: Davanee Elizabeth Westbrook
+ Auror ;; Medimaga ;; Orden del Fénix
[ Con Samuel Lupin // Ministerio de Magia ]

Felix, posteos chap 2 Remembermedvdscreencaps

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Hacía una semana exactamente que Allen y yo habíamos vuelto de los Estados Unidos, luego de dos años en los cuales estuve tan lejos de Londres, de mi familia, mis amigos... y de una persona que tenía un significado especial en mi vida, y esa persona se trataba nada más y nada menos de que Samuel Lupin, mi mejor amigo de toda la vida... la razón por la cual había decidido alejarme de su lado, quizás para algunas personas sonaría "absurda", pero la verdad, es que no había tenido opción... no podía arriesgar mi corazón ni mis sentimientos, debido a que Sam, era inmensamente felíz a lado de esa persona especial... es por esa razón que me había echo la promesa de intentar olvidarlo, olvidar su rostro, su sonrisa, su voz... Sin embargo, a pesar de que creía haber enterrado mis sentimientos hacia Samuel, no pude evitar sentir... esa sensación de mariposeo que me provocaba cada vez que lo veía y lo tenía cerca de mí, cada vez que me hablaba o cada vez que nuestras manos se rozaban accidentalmente. Tenía que admitir, que uno de mis temores se vió vuelto realidad con mi regreso a Londres... no, no podía darme el lujo de volver a sentir lo que siento por él, me negaba rotundamente a que esos viejos y olvidados sentimientos me hicieran sentir de la misma manera que hace dos años... especialmente cuando Sam, jamás... me vería como "algo más" que su amiga, algo de lo cual siempre estuve consiente, para Sam siempre seré su mejor amiga, su compañera... y su confiente. Por otro lado, esta tarde en cuanto varios compañeros del departamento de Aurores y yo regresamos tras lo ocurrido en Little Hangleton, me vi encargada de procesar y archivar varios documentos con el papeleo para posteriormente entregárselos personalmente a el Señor Albus Potter, para que se los hiciera llegar a su hermano, el Señor James Potter, que era el Jefe del Departamento. Toda esta situación me tenía bastante preocupada y con los nervios un tanto alterados... debido a que me era imposible imaginar que una persona fuera terriblemente cruel al asesinar a una familia entera sin ninguna clase pizca de compasión. Cerré los ojos fuertemente intentándo por todos los medios, alejar de mis pensamientos los cuerpos de la familia cubiertos con mantas blancas, y siendo transportados en camillas por miembros del Ministerio, en el momento que mi cuadrilla y yo arrivabamos al lugar de los hechos. Suspiré pesadamente abriéndo los ojos lentamente, a la vez que movía un poco mi mano para ver la hora... 7:00 pm, me dije dentro de mis pensamientos, terminándo de archivar y guardar varios papeles en la gabeta que se encontraba a un lado mi escritorio. Una vez que terminé de poner orden en mi cubículo, me dispuse a tomar mi bolso, mi sudadera, para luego servirme un vaso de café de recién salido de la cafetera, para posteriormente darles las buenas noches a varios de mis compañeros que se aún se encontraban en la oficina terminando varios pendientes, y finalmente encaminarme hacia los ascensores. En cuanto las puertas se abrieron de par en par, me vi envuelta entre la multitud se disponía abandonar el Ministerio... y hacía fila para tomar una de las chimeneas conectadas con la red flu al exterior. Suspiré débilmente, haciéndole un gesto a un muchacho que se encontraba vendiendo el Profeta para me vendiera uno... – muchísimas gracias... – le dije amablemente al muchacho en cuanto me entregó el Profeta, y le entregué un knut... lo miré alejarse con una pequeña sonrisa en el rostro, para luego dedicarme a hojear distraídamente el diario... seguramente a esta hora mis padres estaban al tanto de lo ocurrido, especialmente por que papá nunca solía perderse los telediarios... solo deseaba que mamá hallara la manera de tranquilizarlo, y con más razón ambas teniendo conciencia de lo nervioso que es en estas circunstancias. Negué suavemente doblándo el diario en dos partes para guardárlo en mi bolso... cuando en eso una voz... una voz que no dudaría en reconocer ni aunque me hicieran un encantamiento desmemorizador, me hizo sentir una vez más esa sensación de mariposeo me inundó de pies a cabeza, en el instante que le escuché pronunciar mi nombre... – Sam... – me volví lentamente hacia él, sin poder evitar dedicarle una cálida y sincera sonrisa y mirarle de una manera... especial y nerviosa, como solía pasarme desde hacía algún tiempo, cada vez que lo veía. No pude evitar morderme suavemente el labio inferior, al escucharle preguntarme si iba para mi casa... Tranquila, Davanee... este no es momento para que los nervios y tus sentimientos te traicionen... – yo... si, si... iba para mi casa... ya sabes como es papá, aún cree que soy la niña que puede perderse de camino a casa... – le informé sonriendo de manera divertida con la intención de bromear, aunque sea un poco. Aunque en estos dos años, no haya pasado un solo día en el cual no dejara de pensar en Sam... había momentos en los cuales no podía evitar sentirme una extraña a su lado, había pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos... que comenzaba a creer que mi ausencia había provocado que nuestra amistad poco a poco se fuera... distanciando... Ladée suavemente la cabeza, prestándo atención a sus palabras en cuanto dijo que había escuchado que en el Departamento de Aurores, andábamos un poco apretados y alborotados tras lo sucedido en la Little Hangleton. Bajé mi mirada un momento en señal de que tenía razón, para luego mirarle con una pequeña sonrisa cuando se ofreció ayudarnos. Si, no había duda alguna... ese era mi Sam, el Sam que siempre está dispuesto a darle una mano a quien lo necesite y no quedarse cruzado de brazos mientras los demás arriesgan sus vidas. Negué suavemente, mirándole con una sonrisa de lado... – lo sé... y créeme que nunca dejaré de agradecerte todas las veces que me ayudaste y me sacaste de apuros... – le miré de manera agradecida, recordándo viejos momentos en Hogwarts; a la vez que acercaba mi mano hasta su rostro, subir hasta su frente y acomodar suavemente el cabello que cubría parte de su frente... – no te preocupes, me parece que por hoy hemos echo todo lo posible por que las autoridades muggles tomen lo acontecido como un desagradable y terrible infortunio para que la comunidad no entre en sugestiones y especulaciones... – le informé de manera cabizbaja, bajando mi mirada evitándo hacer contacto con sus ojos... el solo mirarlo me ponía nerviosa, además... esta situación me ponía sumamente nerviosa y preocupada, de tan solo imaginar que... que.. mi familia pudiera sucederle algo así. No, no te sugestiones Davanee... los malos pensamientos acarrean cosas malas... Suspiré... – ¿ir a cenar? ¿tu y yo? – le pregunté mirándole un poco sorprendida... aunque.. ¿de que me sorprendía? por un momento juro que tuve la impresión de... No cabe duda, que cada día estas más mal, Davanee... ¿como se te ocurre pensar que a Sam se le ocurrieria invitarte a cenar en plan de cita?, es absurdo e ilógico... – lo siento... creo que... el aturdimiento de un ajetreado y pesado día de trabajo bloquea a cualquiera.. – comenté un tanto atolondrada mientras reía un poco, esperando no haber quedado ante Sam como una tonta ante dicho cuestionamiento, bajé mi mirada un instante mientras movía suave y mágicamente con el dedo índice la cuchara de mi vaso de café para alivianar la situación.. – en ese caso, acepto cordialmente su invitación a cenar Sr. Lupin... – respondí amablemente a su invitación con una sonrisa... – ¿me sorprenderás con tus dotes como cheff esta noche? – pregunté alzándo las cejas de manera divertida, debo admitirlo... me moría por verlo cocinando con su gorro y delantal de cheff.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 2:00 am

Ethan Géroux
as: Ethan Thackery Géroux
+ Rompedor de Maldiciones para Gringotts || Nigra Serpens
[ Con Eris Rosenberg // Hogsmeade ]

Felix, posteos chap 2 Theroommateimagetrailer

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Hará exactamente un par de semanas desde que volví a Londres, después de haber estado ausente por casi tres largos años... aún me resultaba como si todo hubiera sido ayer, cuando radicalmente cambió mi vida, sin embargo tenía que admitir que las personas a las que más había extrañado durante todo este tiempo habían sido mi hermana... y a la pequeña Emmie, a quiénes desde hace largo tiempo no veía, a pesar de que solía recibir sus cartas invitándome a pasar las navidades con ellas, la verdad era que todo este tiempo de ausencia me sirvió para reflexionar... después de lo sucedido con Juliette, necesitaba pasar un tiempo a solas... para pensar y meditar todo lo que había pasado entre nosotros, aunque su recuerdo aún vivía dentro de mí... lo único que deseaba era que algún día pudiera perdonarme todo el mal que le hice. Por otro lado, las cosas en Gringotts estaban bastante tranquilas, de momento no tenía planeado ausentarme, razón por la cual tendría la oportunidad de pasar un tiempo con las dos personas que siempre han formado parte de mi vida... además, mi interés por hallar a una persona en especial y a la que tenía en gran estima y por la que sentía un inmenso cariño, sobrepasaba en cierto modo mis límites, al tener la necesidad de saber que había sido de su vida, y esa persona se trataba de Eris Rosenberg, quien alguna vez tuve la fortuna de considerar como mi mejor amiga... sin embargo, después de todo este tiempo al no haber tenido noticias de ella, me hacía pensar que probablemente se había olvidado de mí... o tal véz, la distancia terminó por quebrantar nuestra amistad, en fin... ¿qué probabilidades había de que Eris siguiera viviendo en Londres?, probablemente una en un millón. Respiré profundamente pasándome una mano por el rostro con la intención de re-ordenar mis ideas, para posteriormente rebuscar en mi bolsillo un cigarrillo y prenderlo con la punta de la varita y darle una honda calada. Hoy, había sido mi día libre en el trabajo por lo que aproveché en venir a Hogsmeade a recordar viejas épocas... le di otra calada al cigarrillo, reteniéndo un momento el humo en mis pulmones para luego expulsarlo por la nariz. Comenzé a andar tranquilamente por las calles de Hogsmeade deteniéndome una que otra vez los escaparates de las tiendas para observar las últimas novedades... apagué el cigarrillo tras darle una última calada, y depositarlo en uno de los contenedores que había afuera de la librería. Segundos después una voz, que desde hacía mucho no solía escuchar me hizo volverme lentamente... y al hacerle caí en cuenta que esa persona se trataba de... – ¿Eris? – la llamé con la voz impregnada de curiosidad, empleando el mismo tono de voz que había utilizado al pronunciar mi nombre. Le miré visiblemente sorprendido sin dar crédito a lo que mis ojos veían... no, no es la misma Eris que alguna vez conociste Ethan... de eso no hay ninguna duda.. aunque debo admitir que estos tres años le sentaron de maravilla... ¿quien diría que una persona podría cambiar tanto en tan solo unos cuantos años? – ha pasado mucho tiempo... – coincidí mirándole tranquilamente, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo. Le miré fijamente a los ojos por varios segundos, había olvidado por completo que los ojos de Eris... siempre me habían cautivado, su manera de mirar siempre me había tranquilizado y alguna vez me hizo sentir una inmensa tranquilidad los momentos que pasé a su lado, cuando eramos los mejores amigos... y lo único que nos preocupaba era disfrutar intensamente los días, sin ninguna clase de preocupaciones... sonreí dentro de mis pensamientos, ante aquellos vagos y gratos recuerdos. Negué suavemente de un lado al escuchar sus palabras. – si quieres que te sea sincero.. la verdad es que no he pisado Francia, desde hace tres largos años... – le informé sin ninguna clase de vacilación, lo cual era cierto... aunque la verdad era que en este momento me sentía incapaz de hablarle de mi pasado y de todo lo que había vivido los últimos tres años. La miré a los ojos escudriñando su expresión.. para luego esbozar una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro.. – ¿recuerdas que años atrás te comenté acerca de mi deseo de trabajar para Gringotts?, pues heme aquí... – le aclaré inevitablemente haciéndo un gesto con las manos señalándome... – es por esa razón que decidí... darme un tiempo y alejarme de mi familia para dedicarme a mi trabajo.. – le comenté esperando haber elegido las palabras adecuadas para expresarme y contarle lo más revelante de estos ters años... como dije, no me sentía capaz de hablarle de mi pasado... – de echo reciéntemente acabo de volver a Londres... dado a que me acabo de topar con la sorpresa de que este año en Hogwarts se llevaría acabo el Torneo de Quidditch y tanto Emmie como Gemma están de visita en Hogwarts.. – le informé pasándome una mano por la cabeza mirándole con débil y suave sonrisa de lado... – pero en fin, cuéntame ¿qué ha sido de tu vida? – le pregunté mirándole curiosamente.. – me imagino que te casaste o ya tendrás alguien especial en tu vida ¿no es así? – pregunté vacilando un poco ante mi pregunta... debo admitir que jamás me agrado la idea de que a Eris se le acercaran y mucho menos la miraran, aunque... supongo que perdí todo derecho a celarla como "un hermano sobreprotector".

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 2:14 am

Ephram Mortensen
as: Ephram Anthony Mortensen
+ Gryffindor ;; 7º año
[ Con Callie Toivonen // Pasillos ]

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Literalmente habían pasado casi 24 horas desde que los estudiantes extranjeros arrivaron a Hogwarts y aunque la mayoría de mis compañeros de curso, con algunas excepciones claro, andaban revoloteando como lechuzas por las estudiantes francesas, accidentalmente me había visto en vuelto en tener que ayudar a un grupo de chicas francesas que al parecer se habían perdido a eso de las cuatro de la tarde debido a que las escaleras no paraban de moverse lo que logro que las descontrolara y se pusieran a hablar asustadas en francés entre ellas, aunque no era muy afecto a saber como tratar a las mujeres, al menos se mostraron ambles y con un gran sentido del humor... admito que en estos dos años aún me sorprendía descubrir cada día cosas nuevas en este castillo, por ejemplo la sala de menesteres oculta en el séptimo piso... por lo que había investigado al parecer dicha sala únicamente suele aparecer ante alguien que de verdad la necesite... y, ¿la verdad? es que la sala me había ayudado mucho... dado a que en la biblioteca había encontrado un libro sobre animagia, y aunque aún no lograba controlar la magia que fluye por mis venas, quizás con el tiempo logre convertirme en animago... la curiosidad de experimentar día a día cosas nuevas, definitivamente era una gran aventura. Por otro lado, el resto de la tarde me la había pasado en la biblioteca intentando terminar los deberes para la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras... había ido ahí con la intención de toparme con una persona en especial, aunque para mi infortunio no tuve la suerte de topármela... ¿la razón?, después de el Profesor Carter dió por culminada la lección de hoy, en el preciso momento en que salía un pequeño libro de bolsillo se salió de su mochila... y aunque me vi tentado en ir tras ella para devolvérselo, mis intenciones se fueron por la borda en el momento que se perdió entre los estudiantes que se apresuraban a salir de clases. No me había atrevido a abrir su libro, debido a que parecía ser algo personal... por lo que decidí llevarlo conmigo por si lograba verla por algún lado. Respiré lenta y hondamente, acomodando mi mochila al hombro en el momento qu salía de la biblioteca con un par de libros bajo el brazo, para luego encaminarme en dirección a las cocinas para hacerles una visita a los elfos domésticos que eran las criaturas más amables y gentiles que he conocido en mi vida, además... desde que descubrí la manera de entrar a las cocinas por medio del retrato que se encontraba cerca de las mazmorras, me sentía lo bastante agusto charlando con los elfos... a veces me costaba creer que algunos magos no se preocuparan por los elfos domésticos, al fin y al cabo son criaturas que tienen vida y que también tienen sentimientos. Suspiré pesadamente pasándome una mano por la cabeza, en el instante que me detenía un momento al divisar a lo lejos una cabellera castaña, inconfundible que en cierto modo me hizo sonreír de manera inevitable... era mi oportunidad... – ¡hey! ¡Calliope! – la llamé tranquilamente, aunque hablándo lo bastante fuerte para que lograra escucharme... pero al parecer siguió su camino ignorándome por completo. Suspiré a la vez que negaba suavemente de un lado a otro con desaprobación... típico... – ¡Calliope! ¡espera! – me acerqué a ella a grandes zancadas, cerrándole el camino para posarme justo enfrente de ella e impedir que se alejara aún más... – se que mi presencia te desagrada, pero... al menos no te vendría mal disimular un poco... – comenté mirándole a los ojos con el ceño ligeramente entrefruncido, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa de costado... – en fin, no vengo a pelear contigo... – le aclaré pacíficamente con una pequeña sonrisa bonachona, antes de que comenzara a soltar toda esa zarta de tonterías que generalmente solía decirme, especialmente la vez que se le escapó llamarme accidentalmente sangre sucia... aparté mi mirada de aquellos lindísimos ojos azules, para dedicarme a rebuscar entre mis cosas el pequeño libro... – solo quería entregarte esto... – le mostré el pequeño libro de color marrón; a mi parecer parecía forrado con piel de dragón por la dureza que tenía... aunque no estaba del todo seguro. Ahogué un hondo y prolongado suspiro... para tendérselo amablemente... – supuse que era importante para tí... es por esa razón que me tomé la molestia de cuidar un par de horas de él.. en tu ausencia – le comenté tranquilamente mientras me pasaba una mano por la cabeza de manera desapercibida... observando con detenimiento sus expresiones, y sus ojos... – y, si por tu mente acaba de pasar la idea de que fui un ingrato y un chismoso al leerlo... déjame informarte que no soy tan irrespetuoso como tu piensas para querer profanar los objetos personales y de valor de las demás personas... es por eso que se lo devueldo a su legítima dueña.. – le aclaré sonriendo tranquilamente, mientras le picaba graciosamente la punta de su nariz... si, seguramente de un momento a otro comenzaría a despocritar en mi contra, pero... supongo que al fin y al cabo, me consideraba un masoquista al aceptar sin chistar sus críticas... después de que por mi culpa pasó casi una semana en la enfermería durante 5º año... desde entonces he aprendido a comportarme, sobre todo delante de una persona tan especial como lo era Callie Toivonen...

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 2:40 am

Rowan Black
as: Rowan Jacob Black
+ Hufflepuff ;; 6º año
[ Con Nixxie Lestrange // Pasillos ]

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Luego de la clase de Encantamientos, los miembros de equipo habíamos recibido una nota de Carter recordándonos que por la tarde se llevaría a cabo el primer entrenamiento, al cual era obligatorio asistir. No había duda alguna, si este año Hogwarts quería hacerse con la copa del Torneo, habría que trabajar arduamente para lograr buenos resultados. Debo admitir que el entrenamiento no había estado del todo mal... ¿que no ha estado tan mal?, me recriminé dentro de mis pensamientos... pero si lo único que hacían era discutir, Rowan... acéptalo.. ¿a quien quieres engañar? ... lo único que podría decirse que me reconfortaba de esta situación era que todos y cada uno de los miembros del equipo hacía hasta lo imposible por dar lo mejor de sí mismos. Una vez que la mayoría de mis compañeros abandonó el campo, preferí quedarme un rato más practicándo algunos lanzamientos y desquitándome golpeando algunas bludger's. Una vez adentrada la noche, sobrevolé el campo hasta finalmente aterrizar sobre el césped... tomar mis cosas y encaminarme hacia los vestidores a darme una ducha y cambiarme. Sinceramente, no veía la hora para recostarme en la butaca de la sala común y sentarme a leer un buen libro a la luz de la chimenea, por supuesto... no sin antes pasarme por el Gran Comedor por algo de cenar, dado a que la orquesta sinfónica que tenía como estómago comenzaba a rechinar fuertemente. Atrevesé los terrenos, hasta llegar a la entrada principal encontrándome a escasos metros del Gran Comedor, mientras abrazaba mi mochila con sumo cuidado llevándola abierta. En ese momento logré divisar, no muy lejos de donde me encontraba una cabellera negra azabache que no dudé en reconocer. Negué suavemente de un lado a otro sin poder evitar esbozar una débil y apenas visible sonrisa en mi rostro. – ¡Lestrange! ¡espera! – le llamé tranquilamente para llamar su atención, mientras me acercaba a ella a grandes zancadas intentando alcanzarla. – me parece que tengo algo que te pertenece... – añadí haciéndole un gesto para que aguardara un momento, para posteriormente sacar cuidadosamente de mi mochila, al pequeño huésped que ahora la habitaba y el cual se trataba nada más y nada menos que de un conejo bebé, que llevaba graciosamente atado a su cuello un listón rosado con su nombre y con el nombre de la dueña. – lo encontré en los terrenos intentando atrapar a un par de bowtruckle's pero como verás sus intentos fueron fatales – le comenté tranquilamente esbozando una pequeña mueca de inconformidad en mi rostro, mientras le hacía un pequeño cariño en la cabeza al conejito. – tenía lastimada su patita, así que te aconsejo en cuanto le cambies el vendaje húntale un poco de esencia de murtlap que es lo que utilizé para curarle sus heridas esta mañana.. – la puse al tanto de la situación, para luego rebuscar en el bolsillo delantero de mi mochila un pequeño frasquito con esencia de murtlap y tendérselo amablemente para que lo tomara.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 2:54 am

Elliot Baudelaire
as: Elliott Bertrand Baudelaire
+ Durmstrang ;; 7º año ;; Visitante
[ Con Hannee James // Pasillos ]

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La idea de que este año Hogwarts hubiera sido elegido sede del Torneo de Quidditch, no había resultado tan mala idea después de todo... al fin y al cabo este lugar parecía un sitio bastante agradable y acogedor, por supuesto... dejándo de lado que este sitio era como un laberinto y en parte esas escaleras que lo único que hacen es cambiar de lugar cada segundo. Lo único malo que tenía este lugar era ese dichoso poltergeist llamado Peeves del cual al parecer me había vuelto un blanco predilecto en sus bromas.. es por esa razón que trataba de evitar a toda costa los pasillos del tercer piso. Esta mañana después de la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, me había echo el propósito de inspeccionar y recorrer cada rincón de este sitio... memorizando las salas principales para no perderme en este lugar, razón por la cual había trazado un mapa para no perderme, aunque no era la gran cosa, al menos me era de gran utilidad. Una vez adentrada la noche, volví al Castillo luego de dar una vuelta por los límites del bosque recolectando a orillas del lago algunos hongos y nabos que venían en la guía herbolaria de Goodshow. De un momento a otro, me encontraba caminando por los pasillos del Castillo con rumbo a la Sala Común de Slytherin que era en donde nos alojabamos, sin embargo... al dar la vuelta en uno de los pasillos del primer piso, llamó mi atención un revoloteo mezclado con un extraño aleteo... miré a mi alrededor con curiosidad, cuando en ese momento un par de libros pasaron volaron sobre mi cabeza. Negué suavemente de un lado a otro con gesto de desaprobación, para continuar con mi camino... cuando de reojo pude notar a una chica de mediana estatura y de cabellera multicolor, intentándo alcanzar varios libros que se encontraban volando sobre ella en ese momento. Lo miré sin poder evitar cruzarme de brazos con total naturalidad, mientras le observaba con el ceño ligeramente entrefruncido... no me cabía la menor duda de que alguien, había embrujado sus libros... lo que me extrañaba era por que la chica no utilizaba un encantamiento convocador... suspiré pesadamente pasándome una mano por el rostro, al ver que de verdad tenía ciertas dificultades... eso te pasa por querer siempre ayudar a los demás... me recriminé dentro de mis pensamientos... – ¡hey! ¡si, tú! ¡eh enana! – le llamé tranquilamente para llamar su atención, en el instante que me acercaba a ella con pasos lentos con las manos hundidas dentro de los bolsillos de mi pantalón... – pregunta... ¿no te sería más fácil utilizar un encantamiento convocador para atraer tus libros? – le pregunté con la voz impregnada de curiosidad.. – es decir, en mi opinión pienso que te resultaría más fácil a tener que brincotear como rana saltarina intentándo alcanzarlos... te podrías lastimar... – le comenté de manera bonachona, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz... – ¿por que no pruebas con "accio"? – le propuse esbozando una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro.. – después de todo... "dos cabezas piensan más que una" – cité aquel viejo refán que mi madre solía decirme las veces que me empeñaba a hacer las cosas por mí mismo, sin ninguna clase de ayuda..

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 3:18 am

Albus Potter
as: Albus Severus Potter
+ Auror || Jefe de la Orden del Fénix
[ Con Lyra Potter // Enfermería ]

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Nuevamente la vida se había empeñado en llevarse consigo a una de las personas que más he amado en mi vida... la persona que siempre me motivó para que siguiera adelante sin importar los obstáculos que la vida se empeñara en ponerme... la persona que me brindó su apoyo incondicional durante toda mi vida... se había ido para siempre... lo peor era que nisiquiera pude despedirme de el... pedirle una disculpa por mi comportamiento durante todos los meses en los cuáles me había encerrado erméticamente en un mundo aljándome por completo de las personas que más he amado en mi vida... mi familia. La culpa simplemente no me dejaba tranquilo... y eso era un peso con el que seguramente cargaría el resto de mi vida... No entendía por qué la vida se había ensañado conmigo... ¿por qué tenía que superar estas pruebas tan difíciles?... primero la pérdida de Charlotte y de mi hijo... ahora mi padre... esto debía de ser un mal sueño... una pesadilla de la que seguramente pronto despertaría, pero esto no era así... la realidad era otra... mi padre estaba muerto... un miserable desdichado le arrebató la vida sin nada más... sin detenerse siquiera a pensar un solo momento en el dolor y en el sufrimiento por el que estaba pasando en estos momentos mi familia. Según mamá la policía esta tras la pista de ese maldito miserable... pero una vez que lo encontraran ¿qué sucedería?... aquel desdichado pagaría con su vida lo que le hizo a mi padre... de eso me encargaría... sin importar que me señalaran o tacharan de asesino... le haría pagar todo este sufrimiento... y el de mi familia... la muerte de mi padre no quedaría impugne... mucho menos si ese bastardo aún seguía suelto.. – ¡Maldita sea! – grité furiosamente golpeándo con el puño cerrado la pared más cercana... como si eso de alguna manera me ayudara a aliviar este dolor, pero la ira... la impotencia... la culpa y el remordimiento que sentía en estos momentos era más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo; este vacio que sentía dentro de mí... por la pérdida de mi padre... sencillamente las heridas de mi alma, nunca llegarían a sanar completamente... siempre estarían abiertas, sin importar lo mucho que me esfuerze por cerrarlas. ¿Porqué... maldita sea... por qué? repetía una y otra vez dentro de mis pensamientos... intentando reprimir de una manera sobrehumana el llanto debido al dolor que sentia en esos momentos y que me quemaba hasta el alma. Cerré los ojos con fuerza intentando mostrar fortaleza... pero más que nada intentar serenarme... algo que me fue prácticamente imposible... necesitaba descargar esta furia y este dolor que poco a poco me estaba consumiendo lentamente. Comenzé a caminar en dirección hacia mi dormitorio... desahogarme... y que mejor manera que con un vaso de Whisky... el alcohol ayudaba a aliviar las penas y de cierta manera aliviar el dolor que sentía en el alma. En ese momento al doblar en un pasillo... sentí como chocaba o mejor dicho alguien chocaba accidentalmente contra mí. "Lo que me faltaba..." musité dentro de mis pensamientos al notar que era una estudiante... al parecer de unos diecisiete... dieciocho años a lo mucho... cargada con varios libros bajo el brazo, lo que me hizo suponer que venía de la biblioteca. Negué suavemente sin darle mucha importancia a sus disculpas... después de todo venía absorto en mis pensamientos que la verdad no daba importancia alguna si me chocaba accidentalmente con alguien o no.. – descuida... no tienes de qué disculparte... – empezé a decir tranquilamente, aunque sin muchos ánimos de hablar relativamente... este no era uno de mis mejores momentos y lo único que deseaba era estar solo... – entiendo... no te preocupes... –musité débilmente sin prestar demasiada atención a sus palabras... en estos momentos la única persona en la que podía enfocar mis pensamientos era solo en mi padre... – fue mi culpa yo... no me fijé por donde caminaba... lo siento mucho... – añadí expresándole mis más sinceras disculpas... – estoy bien... – respondí de manera distante... posiblemente llegando a sonar hasta un tanto cortante... respiré lenta y hondamente pasándome una mano por el rostro intentándo serenarme... – no necesito nada... en verdad... te lo agradezco mucho, pero así estoy bien... – respondí de manera distante... posiblemente llegando a sonar hasta un tanto cortante... respiré lenta y hondamente pasándome una mano por el rostro intentándo serenarme... ella no tenía la culpa de lo que estaba sufriendo... razón por la cuál debía intentar moderar el tono de mi voz, sin llegar a ofenderla... la joven parecía tener las mejores intenciones al ofrecerme su ayuda... pero en estos momentos lo único que necesitaba era estar solo... – no.. – respondí tajantemente, negándome a aceptar su ofrecimiento de acompañarme a la enfermería... – en verdad... así estoy bien.. – añadí hablándole un poco más tranquilo... – lo mejor será que regreses a tu dormitorio.. – le aconsejé tranquilamente... después de la extraña partida de Kyle Whitmore y ahora de la extraña ausencia de Samuel en el Internado... me hacía pensar cientos de cosas que realmente me tenían de cierta manera... abrumado... pero sobre todo que no me inspiraban absoluta confianza... – te acompaño hasta la puerta de tu dormitorio... – señalé rotundamente... lo cual literalmente sonó más como una orden que una sugerencia...

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 3:40 am

Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor ;; 7º año ;; Premio Anual
[ Con Jill Scamander // Terrenos ]

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Aún me era difícil asimilar lo que había leído esta mañana en el Profeta con respecto a la familia de muggles asesinada en la Calle de Little Hangleton... lo que más detestaba de esta situación era que... nisiquiera tenían ni la más mínima pizca de compasión por las personas, ni aún siquiera por los niños... el solo echo de imaginarme lo terrible de aquella situación, me tenía con la cabeza dándo vueltas al pensar como habrá tomado mamá la noticia, debido a que mis abuelos eran muggles y, me imagino que mamá habrá tomado sus precauciones en esta situación, aunque el Ministerio decía que no era algo de lo cual alarmarse... en el fondo, me molestaba que aún existieran magos y brujas con mentes erradas. Por otro lado, en la tarde había asistido al entrenamiento de Quidditch del Equipo de Hogwarts, especialmente por que le había echo la promesa a Phoenix de que asistiría y que después del entrenamiento debatiríamos e intecambiaríamos algunas tácticas de evasión... debo admitir que este año teníamos grandes esperanzas de hacernos con la copa de Quidditch, aunque aún quedaba un largo camino que recorrer, depositaba toda mi esperanza en el equipo. Una vez que me despedí de Phoenix, ni cuenta me había dado de que había oscurecido en los terrenos... por lo que decidí quedarme un rato más en los jardínes y disfrutar del cielo nocturno, mientras meditaba seriamente en la mejor manera de intentar reconciliar a Caden y Hariel, si había algo que me molestaba era tener que ver a mis dos mejores amigos distanciados... ¿pero que demonios podía hacer?. La única manera "sensata" que se me ocurría era encerrarlos bajo llave en un aula hasta que finalmente alguno de los dos doblegara su orgullo y se dieran la oportunidad de aclarar las cosas. Respiré lenta y hondamente pasándome desapercibidamente una mano por el rostro y por el cabello alborotándolo en diferentes direcciones.. Luego de unos momentos de caminar sin ningún rumbo en específico, me situé en las orillas del lago para posteriormente sacar del bolsillo de mi pantalón, la snitch que mi padre me había obsequiado y traído años atrás de uno de sus viajes. Le di una un par de vueltas con los dedos observándola con detenimiento y cierta nostalgia, hasta que la sostuve con la palma de mi mano y dejarla volar un par de metros de donde me encontraba y luego atraparla fácilmente. En ese momento, escuché un suave y débil crujido, como si alguien hubiera pisado una rama partiéndola por la mitad... aunque no le presté mucha atención, seguramente sería algún bowtruckle que andaba merodeando por ahí, me agaché a cortar una pequeña nube blanca que crecía en el pasto, y llevarme el tallo a la boca como si fuera un palillo. Tras atrapar mi pequeña snitch por cuarta vez, moví un poco mi mano para ver la hora... cuando en eso sentí unas suaves y delicadas manos en mis hombros, que no dudé en reconocer ni aunque tuviera me hicieran un encantamiento desmemorizante... pero me aún así me volví lentamente, al sentir un sonoro y ruidoso beso en la mejilla y darme cuenta que no me había equivocado en mis sospechas, al escuchar claramente la angelical y cálida voz de Jill, me di la vuelta por completo para quedar frente a frente, y llevarme una mano hasta la mejilla donde aún podía sentir su beso. – con que... ¿te lo debía? – pregunté alzando ligeramente una ceja, sin poder evitar con mi habitual y característica sonrisa en el rostro. Negué suavamente acercándome a ella lentamente, pero al hacerlo ella daba un paso hacia atrás intentándo alejarse, hecho ante el cual no pude evitar reír levemente... así que en un acto de reflejo seguí caminando lo más natural posible hasta acorralarla justo detrás de un árbol, extendiéndo mi brazo derecho para apoyarlo contra el tronco del árbol. – Jill Scamander, si continuas diciéndo esa clase de mentiras te crecerá la nariz como a pinocho ¿sabes? – le cuestioné tranquilamente con una sonrisa de lado, observándo detenidamente su expresión, pero sin dejar de mirarla a los ojos... aquellos hermosos ojos que me volvían loco.. – te sería más fácil admitir que mi beso te ha gustado y que en el fondo deseas que se repita, aunque.. esta vez no en la mejilla por supuesto... – comenté con la intención de bromear, mientras acercaba lentamente mi rostro hasta su mejilla pero sin llegar a darle un beso.. aunque nada en este mundo me gustaría más que darle otro beso, debo admitir.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 3:49 am

Dylan Wenlock
as: Dylan Preston Wenlock
+ Slytherin ;; 6º año ;; Prefecto
[ Con Emmie Géroux // Pasillos ]

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Ahogué un profundo y cansado bostezo mientras observaba de manera aburrida y a la vez un tanto entretenida como el vociferador que mi padre me había enviado hace unos momentos terminaba por consumirse hasta reducirse a simples cenizas. Si, sabía perfectamente que esa sería su reacción al enterarse que estaba viviendo en una pensión donde el alquiler era bastante accesible, el lugar en donde me encontraba viviendo en estos momentos al parecer era lo que menos le preocupaba a mi padre, el solo echo de enterarse que me había rebajado a tal grado para aceptar un empleo en el Caldero Chorreante como mesero durante verano, parecía ser la gota que derramó el vaso. Detestaba en sobremanera que mi padre aún creyera que tenía todo derecho y autoridad para intervenir en mis decisiones, después de todo... él había tomado inapelablemente la decisión de correarme de la casa, borrarme del tapíz familiar y desheredarme. Como si su dinero me importara y como si creyera que ante esas circunstancias me vería obligado a pedirle "perdón" ante mi comportamiento... aunque, a decir verdad mi libertad me hacía sentir lo bastante satisfecho de mí mismo, sobretodo por que jamás estuve de acuerdo ante los prejuicios impuestos por mi padre. Estamos en el siglo XXI, ¡por Merlín!, ¿acaso seguirán existiendo este tipo de ideales durante toda la vida y por los siglos de los siglos?. Suspiré pesadamente, a la vez que guardaba mi varita en la parte trasera de mis pantalónes. Lo sé, magos mucho más capacitados han perdido la parte trasera de su cuerpo por hacer lo mismo que acabo de hacer... pero, ¡vamos!, que nadie en esta vida es perfecto. Alzé ambos brazos intentando desesperezarme e intentando evaporar todo rastro de pereza de mi rostro, mientras me encaminaba tranquilamente hacia el Gran Comedor, dado a que la orquesta sinfónica que tenía como estómago comenzaba a sonar fuertemente. En el momento en que doblaba en un pasillo del primer piso, de pronto sentí un pequeño golpe en el tobillo derecho que me hizo detenerme a causa de la pequeñas punzadas de dolor que sentía y que me había impedido continuar caminando. Fruncí los labios esbozando una pequeña mueca de dolor, intentando por todos los medios evitar que un quejido de dolor escapara de mi boca mientras me ponía encuclillas para sobarme un poco el tobillo. – no, no te preocupes – reparé luego de unos segundos al darme cuenta cuenta que el objeto que me había golpeado había sido... ¿un bastón?, que extraño... me dije dentro de mis pensamientos, a la vez que alzaba la vista para encontrarme con el rostro de una chica extranjera de mediana estatura, cabellera rubia y unos hermosos ojos azules, que miraban fijamente hacia el frente. Me incorporé lentamente, observándola con detenimiento... no con picardía, si no con cierta curiosidad... dado a que su mirada era ausente y aunque sus ojos estaban llenos de una vitalidad sorprendente, se veían apagados... como si literalmente la luz hubiera escapado de sus ojos. Fue entonces, que pude ententender y comprender la situación en la que se encontraba... – descuida, dudo seriamente que tengas que reparar en daños.. – le comenté tranquilamente con la intención de bromear, y no prestarle mucha atención al golpe, después de todo había sido un accidente... – pero, eres ruda ¿eh? – comenté graciosamente, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz. Tenía la intención de preguntarle ¿qué hacía por aquí?, sin embargo, no tuve la necesidad de formular la pregunta ya que me informó que estaba buscando la Sala Común de Ravenclaw. Reí un poco. – entiendo... – le miré esbozando una pequeña sonrisa en el rostro, para posteriormente dejar escapar de mis labios un pequeño y suave silbido cuando me preguntó si estaba cerca de su destino. – tienes toda la razón, Hogwarts muchas veces es considerado como un laberinto... pero no tienes de que preocuparte, verás que el tiempo que estés aquí terminarás acostumbrandote e incluso seguro acabarás por memorizar el castillo como si fuera la palma de tu mano... – comenté amablemente con la intención de animarla, y que no se sintiera apenada ni mucho menos abochornada por sentirse perdida. – de echo, en este momento nos encontramos en el primer piso, a escasos metros de aquí se encuentra: el Hall de entrada, el Gran Comedor, y de tu lado contrario: la Sala de Profesores y el despacho del Profesor de Encantamientos, el Sr. Weasley... – le informé sonriendo tranquilamente. – si lo deseas puedo escoltarte hasta la Sala Común de Ravenclaw, que está en el ala oeste del castillo... – le ofrecí amablemente con una pequeña sonrisa de costado.. – lo lamento, pensarás que poco cortés que soy.. – empezé a decir, sin poder evitar reír suavemente mientras me pasaba desapercibidamente una mano por el cabello alborotándolo un poco. – Dylan Wenlock, a tus órdenes.. – me presenté tranquilamente, extendiéndo mi mano hacia sus manos que sostenían su batón, dándoles un pequeño y suave apretón, a manera de cordialidad.

**ιzzy нale** Dom Nov 28, 2010 4:45 am

Nathan Carter
as: Nathaniel Alaric Carter
Porfesor de Pociones ;; Orden del Fénix
[ Con Desiré Borton // Despacho ]

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La idea por parte de los Directivos del Colegio, referente a traernos a una Isla para alivianar un poco la situación que se había vivido hace unas semanas, no pareció del todo desagradable. Tanto Papá como Mamá nos habían hablado a mis hermanos y a mí de este lugar, que alguna vez estuvo habitado por muggles hace algunos años.. pero que por desgracia abandonaron la Isla, teniendo como consecuencia el cierre de varios de sus locales. Supongo que alguna vez este lugar debió ser realmente increíble.. sobre todo por que el abuelo Johan desde que era pequeña me habla maravillas del mundo muggle, pero más que cualquier otra cosa.. el abuelo Johan había cultivado dentro de mí esa pequeña semilla a la que llamamos "curiosidad" por los objetos muggles. No sé.. sencillamente su ingenio por crear miles de cosas sin utilizar absolutamente nada de magia, a veces me sorprendía a la gravedad, que me era difícil de creer. Supongo que en ese aspecto debo darle la razón a Bástian por el hecho de que soy capaz de creer diez cosas imposibles antes del desayuno. En fin, esta tarde había recibido una lechuza por parte de Papá, más que nada para asegurarse de que hubieramos llegado con bien a la Isla.. razón por la cuál me dispuse a contestarle informándole que mis primos y mis hermanos, habíamos llegado con bien y que todo en este lugar estaba lo bastante tranquilo. Esperaba que mi contestación dejara a Papá tranquilo.. aunque conociéndolo, Merlín.. solo espero que Mamá logre tranquilizarlo aunque sea un poco. Una vez adentrada la noche decidí salir de la cabaña a dar un paseo, tenia entendido que esta noche habría una fiesta de bienvenida, a la cual sinceramente no me apetecia mucho ir, por la razón de que seguramente mis hermanos estarían ahí, y, si me lo preguntan.. prefería tenr que ahorrarme la mirada inquisitiva de Bastian durante toda la noche, asegurándose de que ningún chico se me acercara. Reí de manera divertida ante aquel pensamiento, negándo suavemente de un lado a otro. Finalmente luego de varios minutos de caminar por la costa, terminé sentándome a orillas de esta cerca de la fogata, deleitandome por aquella hermosa vista hacia el mar, que cautivo mis sentidos. Cerré los ojos disfrutando de una suave y fresca brisa, en el momento que sacaba de mi bolso mi libro de constelaciones, junto con mi telescopio de bolsillo, el cuál en cuanto saqué tomó mágicamente su tamaño original. Sonreí de manera satisfecha, para después rebuscar en mi bolso algunos pergaminos donde tenía varias anotaciones, cuando en ese momento una fuerte ráfaga de viento me arrebató los pergaminos de la mano llevándolos. Abrí los ojos de par en par, para luego echarme a correr por la orilla intentando alcanzar mis hojas, cuando en eso tropezé con un tronco, provocándo que me estampara de lleno contra la arena y cayera encima de el dichoso tronco.. – auch.. estúpido tronco – me quejé dolorosamente, echándo una vistazo a mi alrededor.. intentándo dar con el bendito tronco, pero al hacerlo caí en cuenta que no me había tropezado con un tronco.. ¡si no con una persona! – ¡ay por los calzones agujerados de Merlín! – empezé a decir completamente nerviosa intentando levantarme. – lo siento.. no fue mi intención.. – intenté disculparme, mientras me sacudía un poco la arena de mi blusa, cuando en eso me di cuenta que la persona a la que le había caído encima había sido nada menos que a Patrick. – ah, eres tu.. – dije mirándole fijamente por varios segundos, para después apartar mi mirada de la suya. Patrick era uno de mis mejores amigos desde primer año, a pesar de que ambos fuimos seleccionados en casas diferentes, eso no impidió que nuestra amistad se fortaleciera con los años. – lo lamento.. – dije finalmente al cabo de unos minutos, aún sin mirarlo, a la vez que me arrodillaba para recoger las hojas que se me habían volado. Las últimas semanas Patrick estaba de lo más extraño conmigo.. al punto de las pocas veces que había logrado encontrarmelo por los pasillos del Colegio, el se daba la media vuelta y se marchaba por otro pasillo. No éntendía que es lo que le estaba pasando, y lo peor era que en mi afán por querer aclarar las cosas con él, no sé.. tal véz había hecho algo sin querer que lo molestara, le mandé varias notas.. y ninguna de ellas se limitó en responderme. Y si me lo preguntan, su indiferencia me había dolido.

**ιzzy нale** Vie Dic 03, 2010 6:03 am

Elliot Baudelaire
as: Elliott Bertrand Baudelaire
+ Durmstrang ;; 7º año ;; Visitante
[ Con Hannee James // Pasillos ]

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Negué suavemente de un lado a otro, sin poder evitar esbozar un débil y apenas visible sonrisa en mi rostro, mirándole con detenimiento y con cierto aire de curiosidad. Tenía que admitirlo... con aquel comentario, era la primera vez que una persona... en este caso una chica, lograba sonsacarme una sonrisa, lo cual era muy poco común en mí. Me volví discretamente, para observar de reojo a un par de imbéciles que se encontraban escondidos detrás de una armadura, disfrutando sin duda alguna del pequeño espectáculo en pleno corredor, lo que me dejó entrever que ellos habían sido los causantes de todo esto. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, volviéndome a observar a la muchacha que seguía empeñada en saltar con el afán de intentar atrapar sus libros, no sin antes cuestionarme con respecto a si era o no confiable, con mi sugerencia. – créeme, si estuviera empeñado en querer hacer el rículo al querer molestarte, lo cual esta lejos de mi alcanze... no estaría parado en este momento junto a ti, con intenciones claras de querer ayudarte, pequeña... – le aclaré tranquilamente, como si aquello fuera lo más obvio del mundo. Sin embargo, en el momento que me distraje sacándo mi varita de la parte trasera de mi pantalón, tardé en reaccionar al ver como uno de los libros más pesados la impactó de lleno contra su nariz, provocándo que perdiera el equilibrio y la chica cayéra de bruses contra el suelo. Me volví rápidamente echando fuego por los ojos y apretando fuertemente mi varita con la mano al punto que de seguir así acabaría partiéndola por la mitad; intentaba por todos los medios controlar mi temperamento que llegaba a extraños y desconocidos niveles de enojo al ver como ese par de matones salían de su escondite y se marchaban riéndo a carcajadas. – hijos de puta... – musité débilmente, ya me encargaría de ponerlos en su lugar. Si había algo que odiaba en sobremanera, era que imbéciles como ese par de sujetos abusaran de su status social para aprovecharse de las personas al grado de mangonearlos a su antojo... negué intentando olvidarme y alejar de ese par de pendejos de mis pensamientos, para enfocarme en la joven que al parecer había perdido el conocimiento a causa del golpe. La tomé suavemente por los hombros, sosteniéndola entre mis brazos... notándo como un hilo de sangre, brotaba de su nariz... es así, que con ayuda de la manga de mi camisa limpié suavemente el hilo de sangre que manchaba su rostro, para luego tomar mi varita y apuntarle con ella hacia su nariz y haciéndo memoria para pronunciar el hechizo adecuado para estos casos... – episkey – murmuré tranquilamente, sin poder evitar esbozar una pequeña mueca dolorosa en mi rostro al escuchar el pequeño crujido y amortiguado sonido de su nariz. Lo cual me daba a entender que el hechizo, había surtido efecto... aparté un par de mechones de su rostro con suavidad, mientras frotaba de manera reconfortante su hombro, con la intención de que recuperara poco a poco el conocimiento... – enervate – la apunté nuevamente mi varita, pero esta vez en lugar de dirigirme hacia su rostro.. apunté hacia su pecho, deseando que por todos los medios que el hechizo nuevamente ayudára. La moví con sutiliza y con suavidad... cuando en ese momento, pareció poco a poco recobrar el conocimiento, al sentir que se movía un poco entre mis brazos... – hey... – le saludé tranquilamente, sin poder evitar dedicarle una visible sonrisa bonachona en mi rostro... – ¿como te sientes? – le pregunté mirándole con cierta inquietud... ayudándola a erguirse con cuidado, esperando que reaccionara lentamente y que sincronizara sus ideas.

**ιzzy нale** Vie Dic 03, 2010 6:08 am

Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor ;; 7º año ;; Premio Anual
[ Con Jill Scamander // Terrenos ]

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¿Qué no la confunda?... creo que a veces ese el mayor defecto de las mujeres al hacerse juicios erróneos sobre nosotros, al creer que somos capaces de hacer comparaciones entre ellas... admito que algunas veces nos comportamos como un par de hijos de mala bludger al hacerlo, pero, juro que en ese momento jamás se me pasó por la cabeza compararla con las demás chicas. Si había algo, que siempre me había cautivado de Gillian, era que ella era única... y diferente; lo cual cabe subrayar; al resto de las demás chicas... Jill, era... especial, brillante y sobre todo inteligente; y eso era lo que más me gustaba de ella, además de otros atributos, por supuesto... pero al fin y al cabo la belleza era lo de menos, lo cual era algo que había aprendido del abuelo Harry... Jill a su manera... me cautivaba en todos los sentidos... y para mí, siempre sería la chica de mis sueños. Me era difícil averiguar en que momento comencé a sentir, lo que sea que ella provocaba dentro de mí, pero sin duda alguna era un sentimiento... diferente, algo que nunca antes había sentido con ninguna otra chica antes, ninguna me hacía vibrar con ese sentimiento que única y exclusivamente ella me provocaba... su manera de retarme y provocarme había momentos en que me volvía loco. Como dije, Jill Scamander, era única e irrepetible... es por esa razón que me gusta... tanto. Le miré fijamente sin apartar en ningún momento la mirada de sus ojos, sin oponer resistencia alguna al sentir su mano sobre mi pecho para alejarme un poco y quedáramos cara a cara, no había duda alguna que a la luz de la luna... su belleza resaltaba aún más. Bajé lentamente mi mirada notando que su mano aún reposaba sobre mi pecho, razón por la cual no dudé en desaprovechar la oportunidad de tomarla distraídamente entre la mía, acariciándola de manera suave y delicada con mis dedos... sonriéndole de manera tranquila, mientras disfrutaba plenamente de su contacto al tener su mano entre las mías. – me parece que ahí esta tu error... – le aclaré, esbozando una sonrisa de lado. Si, mi mayor anhelo era poder acercarme a Jill... y quizás algún día, lograr ganarme su cariño y su corazón; aunque suene como una cursilería; ...sabía que en ese aspecto aún me quedaba un largo camino por recorrer, pero nada en esta vida es imposible... es por esa razón que antes debía demostrarle a Jill, que estaba dispuesto a cambiar... y la única chica, por la cual estaba dispuesto a afrontar ese cambio, se llamaba Gillian Solveigh Scamander. Me quedé en silencio escuchando atentamente cada una de sus palabras, sin embargo, no pude evitar reír levemente... a la vez que negaba suavemente de un lado a otro con cierto aire de diversión al escucharle decir que si "jugaba con fuego me podría quemar". – en ese caso... ¿valdría la pena, no lo crees? – le cuestioné sonriendo con picardía. – después de todo.. ¿qué es la vida sin un poco de riesgo? – pregunté de manera tranquila, como si aquella pregunta la hubiera lanzado al azar y no hubiera respuesta capaz de responder a dicha incógnita. El que no arriesga, no gana... y muchas veces en la vida había que tomar riesgos, especialmente si se trata de ganarte el corazón de quien consideras la mujer de tus sueños... Por un momento, se me erizaron los vellos de la piel a causa de la pequeña pizca de nerviosismo que me recorrió por todo el cuerpo, como si fuera una descarga eléctrica al sentir su proximidad, nuestros rostros a escasos milímetros el uno del otro... cerré los ojos de manera inevitable deleitándome con su aroma, para luego abrirlos lentamente observando sus labios... aquellos labios que se veían tan... tentadores... sin embargo, me mantuve firme como un viejo roble, como si su cercanía no me hubiera afectado en lo más mínimo, cuando en realidad... me había dejado literalmente con la boca abierta... y con los latidos de mi corazón, bastante ajetreados. Noté como se alejaba de mí... por lo que la tomé desprevenidamente rodeando su cintura con mis brazos, y volviendo a tomar suavemente sus manos entre las mías... – si mi sentido del humor es "bastante creativo" como tu misma afirmas con tanta tranquilidad... – empecé a decir lentamente mirándole fijamente a los ojos, esbozando una pequeña y traviesa sonrisa en mi rostro. – No tienes nada que perder – declaré sonriendo tranquilamente, mientras acomodaba un pequeño mechón de su cabello detrás de su oreja y el cual cubría una parte de su delicado rostro. – o será que... ¿acaso es que le temes a un simple e inocente beso, Jill Scamander? – inquirí mirándole de soslayo acercando peligrosamente mi rostro al suyo deteniéndome a escasos milímetros de sus labios, ¿a donde quería llegar con todo esto?, no tenía idea... por una parte estaba consciente de las palabras de Jill, mientras que por otro lado... una parte de mí, pedía a gritos encontrarme con sus labios y tener la necesidad de besarlos, pero a la vez había "algo" que me retenía... y eso era la ¿incertidumbre? o quizás... ¿la inseguridad? a que fuera el único que se dejaba llevar por aquel sentimiento..

**ιzzy нale** Vie Dic 03, 2010 6:09 am

Lena Slughorn
as: Elena Isobel Slughorn
+ Ravenclaw ;; 7º año ;; Prefecta
[ Con Phonze Neelson // Pasillos ]

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Respiraba lenta y hondamente una y otra vez intentando por todos los medios relajarme y alivianarme aunque fuese solo un poco y que los latidos de mi corazón se desaceleraran tranquilamente hasta que se normalizaran. No cabe la menor duda, que eres un fiasco en este tipo de situaciones, Elena... me recriminaba duramente dentro de mis pensamientos, mientras abrazaba mis libros contra mi pecho, como si aquello de alguna manera le ayudara a relajar y alivianar la tensión que tenía. Estuve a punto de doblar en un pasillo, cuando de repente la voz de aquel joven extranjero y de acento peculiar, me paralizó por completo al sentir que tocaba mi hombro. Cerré los ojos, deseando por todos los medios que no se tratara de algo malo... o que de alguna manera no me volviera blanco de sus burlas. La mayoría de mis compañeros solía burlarse de mis gafas, desde hace seis años... especialmente los trogloditas que de Slytherin. Por otro lado, no por nada, estaba consciente de la fama que precedía a algunos miembros de Durmstrang... tenía entendido que algunos no eran muy agradables, sobre todo por que algunos tenían cierto alo de presunción al creerse la "octava maravilla del mundo", aunque en este caso esperaba... o mejor dicho deseaba que aquel joven no fuera de esa clase de personas. Suspiré lentamente, en el momento que me volvía para mirarle con una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro... – ¿si, dime? – me dirigí a él de manera educada y cordial. Lo observé en silencio, por un par de segundos escuchando cada una de sus palabras... una parte de mí, no pudo evitar alivianar la tensión que sentía al darme cuenta que el joven no tenía la más mínima intención de... burlarse desdeñosamente. Si no todo lo contrario, aquel muchacho se veía... no sé... agradable y sus palabras parecían realmente ser sinceras. Le miré con una sonrisa más tranquila... – entiendo... – comenté amablemente. ¿Por qué siempre les costaba admitir sus errores a los hombres? ... como si su orgullo se viera mancillado e incluso pisoteado por admitir algo tan sencillo. En fin, este no es el momento para iniciar conversaciones feministas contra machistas, Elena. – descuida, verás que terminarás familiarizándote con el castillo... solo es cuestión de tiempo... y que explotes al máximo tu ingenio y tu intelecto para recorrer de cabo a punta cada rincón de Hogwarts... – le dije con la clara intención de animarlo y que de cierta forma no se sintiera apenado, mientras le miraba con una sonrisa de lado, acomodando un mechón de mi cabello en la parte de atrás de la oreja. Hogwarts era un lugar maravilloso, y había veces que me sorprendía las inmensas sorpresas que aguardaba. Sonreí un poco apenada, sin poder evitar ahogar un pequeño y débil suspiro al escuchar que se presentaba como Alphonze... lindo nombre... cavilé dentro de mis pensamientos, aunque ahorrándome la pena y la vergüenza de tener que admitir delante de él que su nombre... era bastante lindo. – el placer es mío, Alphonze – añadí sonriendo tranquilamente, estirando mi mano para estrechar la suya. – Elena Slughorn... pero me dicen Lena – me presenté esbozando una amable y gentil sonrisa en mi rostro. – entonces... ¿que te parece si te doy un tour para mostrarte el camino hasta tu sala común? – le propuse mirándole un tanto apenada. La verdad, es que nunca, en estos seis años que llevo en Hogwarts, jamás había sido de mi agrado tener que visitar las mazmorras, las cuales por lo general solían ser húmedas y un tanto lúgubres al situarse justo debajo del lago... aunque en este caso, debía hacer uso de mis obligaciones como "Prefecta", además… aquel chico, es decir, Alphonze, se había mostrado amable conmigo al ayudarme… – es decir, para que así poco a poco vayas entrando en calor y te sea más fácil conocer Hogwarts – comenté sonriendo amablemente, mientras me acomodaba nuevamente con el dedo índice las gafas que por segunda vez resbalaban por mi nariz.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:24 am

Davanee Westbrook
as: Davanee Elizabeth Westbrook
+ Auror ;; Medimaga ;; Orden del Fénix
[ Con Samuel Lupin // Departamento de Sam ]

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Entorné los ojos de manera curiosa y divertida al escucharle decir que podía llegar a sorprenderme lo bien que se le daba la cocina. ¿Quién diría que Sam Lupin tenía dicha cualidad culinaria muy bien escondida?. Negué suavemente de un lado a otro, mordiéndome débilmente el labio inferior, sin poder evitar reír levemente. No había duda alguna de que Sam, era único e irrepetible. Observé como tomaba mi mano dulcemente entre la suya, lo cual provocó que me ruborizara levemente; evidentemente sin que él se diera cuenta; al sentir aquella sensación de mariposeo dentro de mí; prueba de mi claro nerviosismo e inseguridad, al sentir su mano ceñida a la mía. De un momento a otro, dejé de sentir aquella sensación de vértigo, mezclado con la fuerte sensación de mareos que suele provocar la mayoría de las veces la aparición conjunta. Al abrir los ojos lentamente... un aroma familiar inundó mis narices y mis pensamientos, tal y como solía sucederme las veces que solía ir de visita a casa de los Lupin. Poco a poco los recuerdos fueron emergiendo de mis pensamientos, momentos aquellos en los que Sam y yo solíamos ir los fines de semana a Hogsmeade, no sin antes pasarnos por la tienda de dulces de Honeydukes... el aroma de aquel cálido y reconfortante establecimiento, te inundaba completamente tal y como solía sucederme de niña al imaginarme recorriendo cada uno de los rincones de la Fábrica de Chocolate de Willy Wonka. En un principio, no pude evitar sorprenderme ligeramente al darme cuenta que no nos encontrábamos en casa de la familia Lupin, si no en un pequeño y acogedor departamento. Miré a mí alrededor, reconociendo el estilo único de Sam en la decoración, el cual me hizo sonreír de manera inevitable. En el fondo, Sam aún seguía siendo aquel niño alto, hermosos ojos oscuros y sonrisa encantadora que me ofreció su sincera amistad desde el primer momento en que lo conocí aquel inolvidable día en el Expreso de Hogwarts. Sonreí de manera reconfortante, al inspeccionar detalladamente con la mirada cada uno de los rincones del departamento de Sam... y reparando en la pequeña repisa de madera, donde pude reconocer diversas fotografías de su familia, quiénes me dedicaban sonrisas cálidas y afectuosas. Siempre había sido bien recibida en casa de los señores Lupin... quienes eran personas encantadoras, la pequeña Dora... ¡como olvidarla! que siempre solía hacerme reír con sus constantes cambios físicos durante las cenas y Dean... con quien, aunque no me llevaba muy bien... en el fondo le tenía un sincero aprecio. – Gracias... – reparé gentilmente en las palabras de Sam, al pedirme de favor que me pusiera cómoda. Por un momento, sentí como algo se movía de manera insistente entre mis pies... bajé la mirada con cierto aire de curiosidad, y al agacharme caí en cuenta que había varios apuntes de Lengua y Literatura esparcidos por el suelo. Los tomé, para luego alisarlos cuidadosamente y posteriormente dejarlos encima de la mesa de la sala donde habían ido a parar los demás. ¡Vaya! No tenía idea de que Sam estuviera asistiendo a la Universidad Muggle. – Descuida... – empecé a decir con la intención de tranquilizarlo, y sonriendo de manera despreocupada y divertida, para que no se sintiera avergonzado, ni nada por el estilo. No por nada Sam y yo, en todos estos años de conocernos hemos sido grandes amigos... Negué suavemente de un lado a otro, con una sonrisa. – pero admito que me dejaste con la boca abierta... ¡Merlín! ¿Quién eres y que has hecho con Samuel Remus Lupin? – le cuestioné dudosamente, con la intención de bromear. Le miré con una gran sorpresa como si no me lo pudiera creer, para luego echarme reír un tanto divertida. – perdona... creo que mi sentido del humor no ha cambiado mucho desde la última vez que nos vimos, por lo que como te habrás dado cuenta, sigue siendo casi inexistente – comenté mirándole un poco apenada, mientras acomodaba distraídamente un mechón de cabello detrás de la oreja. Le hice un pequeño gesto, a modo de agradecimiento cuando volvió de la cocina con una jarra de agua fría y me ofreció un vaso, el cual acepté sonriéndole amablemente, para luego darle un largo sorbo. – ¡mmm! ¿pizza a la Lupin?, suena muy tentador... – admití con una sonrisa. El solo hecho de que mencionara la palabra "pizza" provocó que se me hiciera agua la boca. Reí un poco ante su comentario. – ¡hey! ni que fueras a alimentar a todo un ejército... – le reprendí cariñosamente con una sonrisa. – Pero... creo que algo nos hace falta... – empecé a decir mirándole bastante dudosa. – y, creo que se exactamente lo que es... – afirmé juntando las yemas de los dedos sonriendo de manera maliciosa, muy al estilo de el Sr. Burns de los Simpsons. Uno de los programas muggles que solía ver cuando era niña, y que aún sigo viendo todas las noches. Hice acto de presencia en la cocina... para luego acercarme a él, de manera misteriosa y luego aparecer de la nada, un lindo y mono sombrero de chef. – ¡taráaan! – canturreé de manera divertida, poniéndome de puntitas para ponerle graciosamente su sombrero de chef en la cabeza. – el complemento ideal que nunca debe faltarle a un gran chef – le miré sonriendo de manera tranquila y satisfactoria. – Además... no debemos olvidarnos del postre... – le recordé alzando las cejas de manera divertida. Si, Sam creía que me iba a quedar de brazos cruzados y ver como el preparaba la cena... estaba muy equivocado. Sam me conocía... y sabe que suelo ser un tanto terca a la hora de ayudar... jamás había sido de aquellas personas que suele quedarse sentada y ver como los demás hacen todo el trabajo. ¡No señor! no en esta vida. Le miré de sonriendo de manera reconfortante y cálida, para luego tomar del perchero otro de los delantales que se encontraba colgado con el escudo estampado de su equipo de Quidditch, y colocármelo de igual manera junto con otro gorro. – Me parece que te has ganado un sous chef esta noche... – le comenté de manera divertida y dándole a entender que no esperaría una negativa como respuesta, si se negaba a que le ayudara. – así que... manos a la obra Sr. Lupin – me froté las manos, mirándole de manera traviesa... mientras me encaminaba hasta la alacena por los ingredientes para preparar un rico y delicioso pastel de chocolate: harina, polvo para hornear, dos barras de mantequilla, vainilla, azúcar, leche, cocoa y betún de chocolate y llevarlos hasta la mesa de la cocina donde se encontraban los ingredientes para la pizza.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:25 am

Ethan Géroux
as: Ethan Thackery Géroux
+ Rompedor de Maldiciones para Gringotts ;; Nigra Serpens
[ Con Eris Rosenberg // Hogsmeade ]

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Una parte de mí, se sintió sin duda alguna aliviado al escuchar sus palabras. Si, lo sé... estaba consciente de que Eris jamás había sido una mujer afecta a tener algún tipo de relación seria; pasando por alto que los años que habíamos compartido juntos en Hogwarts, JAMÁS había permitido que alguien se le acercara, antes me encargaba de asegurarme al 100% de que el susodicho tuviera un interés sincero en ella... Eris, era una de las mujeres que más he querido en toda mi vida; después de mi hermana y de Emmie; y nunca hubiera sido capaz de perdonarme si alguien se hubiera atrevido a hacerle daño. Un rasgo y una cualidad que sin duda alguna solíamos tener en común... de no ser por que, años atrás... conocí a una mujer que cambió mi vida, aunque no lo suficiente... como para cambiar mis ideales, y mi manera de pensar. Había momentos en los cuales me arrepentía profundamente de la decisión que había tomado. Imaginando a momentos, la vida que probablemente me hubiera tocado vivir día a día... Una vida caóticamente diferente a la que me había tocado vivir. Es por esa razón, que con el tiempo he aprendido de la manera más cruel y dura a dejar ir el pasado y volverme hacia el presente, para tener que afrontar la vida directamente y sin vacilaciones. Negué suavemente de un lado a otro, observándole detenidamente con un aire de carisma. – no tienes idea lo que me reconforta escuchar tus palabras... así me acabas de ahorrar la pena de tener que abrir una investigación a fondo al grado de tener que pasar por encima del Ministerio de Magia y emplear de manera ilegal un poco "veritaserum" con el primer imbécil que se atreva a ponerte una mano encima... – afirmé tranquilamente, con una sonrisa de lado, con la clara intención de bromear. Si algo no había cambiado con el transcurso de los años, era mi sentido del humor... característico por ser ácido e incluso un tanto seco... aunque, con Eris... todo era diferente, al ser la única persona en el mundo con la cual siempre he sido capaz de abrirme, sincerarme con el corazón en la mano y mostrarme tal y como soy. Le miré detenidamente, prestando total atención a cada una de sus palabras... sobre todo cuando mencionó que llevaba algún tiempo viviendo en Hogsmeade, a excepción del verano... Sonreí un poco con la intención de reconfortarla, comprendía que no tenía una excelente relación con su hermanastro... sin embargo, me ahorré mi opinión al respecto, si mi padre hubiese tenido amoríos con otra mujer que no fuera mi madre... tampoco lo hubiera tolerado, es por esa razón que no quería agobiar a Eris en este momento con un tema que no era de su agrado. – Comprendo... – respondí tranquilamente. Alcé las cejas con un ligero aire de sorpresa, al escucharle mencionar que actualmente se encontraba trabajando para el Ministerio en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, pero que su trabajo dependía en estos momentos de como amaneciera su Jefe. – y, ¿se puede saber la razón? – le cuestioné mirándole con una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro, denotando un deje de curiosidad y picardía en mi manera de expresarme. Conocía a Eris, como la palma de mi mano... incluso con el tiempo, había aprendido que las miradas de las personas, podían llevarte a conocer el fondo de su alma... más no el de su corazón. – ¿Estás segura?, a mí me parece que aquí existe una razón... más a fondo por la cual no pudiste a llegar a tu trabajo esta mañana... – le miré detenidamente, manteniendo el aire curioso en el tono de mi voz. Negué suavemente, mirándole con una sonrisa tranquila y despreocupada... debido a que no deseaba que Eris, se sintiera incómoda en este tipo de situaciones. En el fondo, lo que más anhelaba... era poder recuperar el tiempo perdido a su lado, y que algún día... volviéramos a hacer aquel par de muchachos que solían burlarse del mundo, sin que nada ni nadie se los impidiera... momentos aquellos en los que solíamos llevarnos por nuestros impulsos, sin que las preocupaciones nos agobiaran. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, con la noble intención alejar mis pensamientos. Reí suavemente y de manera sincera... observándole. Creo que Eris, era una de las pocas personas que solía sacarme muy pocas veces una risa sincera, lo cual era un logro... dado a que no era un hábito común en mí el sonreír, ni mucho menos reír. – si tienes problemas, no dudes en avisarme... – le pedí mirándole de soslayo. Para mi suerte, tenía la "fortuna" o mejor dicho "desdicha" de conocer a Viktor Krum, dadas las influencias de mi abuelo... a pesar de que Krum no me inspirara absoluta confianza, si se ponía pesado con Eris... y así podría exigirle devolviera el favor que me debía desde hace algún tiempo. – Será un honor acompañarte... – concedí, dedicándole un suave y tenue movimiento con la cabeza, a manera de caballerosidad, cuando me propuso que le acompañara a hacer las compras. Los malos hábitos nunca se olvidan.... – aunque, te comento que sigo siendo pésimo en este tipo de situaciones... – comenté distraídamente, mientras tomaba suavemente y de manera delicada su mano entre la mía, para que comenzáramos a caminar tranquilamente por las calles de Hogsmeade... – por cierto, ¿que te parece si después de hacer las compras hogareñas... te invito a tomar algo en las tres escobas? – le propuse de sonriendo manera tentadora. – tu sabes... para recordar viejos tiempos... – comenté a modo de broma.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:26 am

Dylan Wenlock
as: Dylan Preston Wenlock
+ Slytherin ;; 6º año
[ Con Emmie Géroux // Pasillos ]

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Ladeé suavemente la cabeza, mientras me rascaba distraídamente la cien, mirándole con cierto detenimiento y curiosidad intentando hacer memoria, al escucharle preguntar si coincidíamos en las clases. Reí levemente sin poder evitarlo... si me lo preguntan, era muy malo para este tipo de situaciones. – No te lo vayas a tomar a pecho... pero tengo una pésima memoria fotográfica – le comenté un tanto apenado, por no saber realmente que decirle... si afirmar o no sus sospechas. Aunque ahora que lo pienso su rostro me parecía haberlo visto en algún lado, el punto es que no recuerdo exactamente en donde. Eres grande Dylan, enserio... Sonreí de lado, al escuchar que se presentaba como Emilienne Géroux.. – de acuerdo, Emmie... – no cabe duda... un hermoso nombre, para una chica de cautivadora belleza... – por el contrario, será un placer para mí escoltarte hasta tu sala común.. – expresé sonriendo de manera modesta y educada, dándole a entender que realmente no tenía inconveniente alguno al ayudarla, si no todo lo contrario. Me dio la razón al decir que Hogwarts era como un laberinto, y con mayor razón, sobre todo por lo que al parecer le han platicado sus amigas, relatándole que había un precioso lago donde se podían apreciar las montañas y el bosque. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, sin poder evitar mirarle con inmensa pena y un deje de tristeza... en el fondo, Emmie... no sé... me hacía sentir un extraño vacío en mi interior, al ver aquellos ojos tan llenos de vida... pero sin luz. – sin duda alguna... – afirmé sinceramente, bajando mi mirada un momento, para luego mirarle fijamente con una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro. – Si lo deseas... uno de estos días puedo llevarte a conocer el lago y así aspires el aire puro y fresco, lo cual estoy seguro que te haría muy bien – le propuse amablemente, con una sonrisa. Estaba más que seguro que era lo que Emmie necesitaba... mi madre alguna vez solía decir que no hay mejor remedio que la naturaleza, además... a puesto a que le encantará. Y, me parece que empezaba a maquinar el plan perfecto e idóneo, si llegaba a aceptar mi invitación. Sonreí dentro de mis pensamientos. – claro, si no estás... ocupada ni nada de eso... – aclaré tranquilamente, intentando hacerle ver y darle a entender que lo que menos deseaba era que se sintiera forzada u obligada, o algo por el estilo. Me contó que su primo, Ethan, había estudiado en Hogwarts, mientras que ella y su prima cursaban en Beauxbatons. Alcé ambas cejas, mientras reía suavemente y de manera divertida... consciente de sus palabras. Dijo que su primo había asistido a una de las casas de Hogwarts, pero al parecer no recordaba el nombre... hice el amago de mencionar a las cuatro casas, para darle opciones, sin embargo, no tuve la necesidad de hacerlo, debido a que en cierta manera no pude evitar sorprenderme al escucharle mencionar el nombre de "Slytherin". – vaya... ya veo... – concedí, sonriendo de manera tranquila en el momento que hundía las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta... Respiré lenta y hondamente al escucharle mencionar que ayer había estado hablando con un joven sobre el tema de las casas, dado a que en Beauxbatons no existía tal cosa. – bueno, según la leyenda, Hogwarts fue fundado hace más de mil años por los cuatro brujos más importantes de la época... Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin... los cuatro juntos construyeron este castillo, lejos de las miradas indiscretas de los muggles, dado a que aquella era una época en la que la gente tenía miedo a la magia, y los magos y las brujas sufrían de ser perseguidos. Durante algunos años, los fundadores trabajaron conjuntamente en armonía, buscando jóvenes que dieran muestras de aptitud para la magia y trayéndolos al castillo para educarlos. Pero luego surgieron desacuerdos entre ellos y se produjo una ruptura entre Slytherin y los demás, ya que cada uno de ellos tenía ideales diferentes. Empezando por Salazar Slytherin... quien deseaba ser más selectivo con los estudiantes que admitía Hogwarts, pensaba que la enseñanza de la magia debería reservarse solo para las familias de magos, y en cierto modo le desagradaba tener alumnos de familia muggle, porque nos los creía dignos de confianza. Un día surgió una seria disputa al respecto entre Slytherin y Gryffindor; quiénes alguna vez fueron grandes amigos; y lo que conllevó a que Slytherin abandonara el castillo, dejando un enorme vacio en ellos... Desde entonces se puede decir que surgió la idea de separar y seleccionar a los estudiantes en cada una de las cuatro casas... y esa tarea es la que suele ejercer el sombrero seleccionador cada año durante la ceremonia de selección.. – le platiqué tranquilamente de manera relevante, explicándole más o menos la razón del por qué del tema de las casas, lo cual es lo que nos dicen las fuentes históricas fidedignas. Dejé escapar un hondo suspiro, mientras me pasaba una mano distraídamente por el rostro y la cabeza... – yo, pertenezco a Slytherin... – le conté, encogiéndome de brazos sin darle la menor importancia al asunto, y, esperando que de alguna manera... no sé... no le entraran los prejuicios al hablar o al juntarse con un "Slytherin". – De hecho, toda mi familia... por generaciones ha pertenecido a la casa Slytherin... – le expliqué sonriéndole de manera bonachona y satisfactoria. Lo que hubiera dado por "romper" la tradición, aunque... con el "pequeño escándalo" por el cual pasaba en estos momentos mi familia, me daba por bien servido... lo único que lamentaba era no poder pasar tiempo con mi hermana durante el verano, y el hecho de haber perdido el cariño y la amistad de Niobe al dejarme de hablar.. La miré con atención, cuando mencionó que su primo le había platicado que Hogwarts era realmente un lugar precioso... Negué suavemente de un lado a otro, sin poder evitar sonreírle... – y, no sabes cuanta razón tiene... Hogwarts siempre ha sido como mi segundo hogar... especialmente en los momentos más difíciles... – miré con cierto aire de nostalgia y calidez a mí alrededor... anhelando grabar en mi mente cada uno de los rincones de este lugar, en donde he pasado los mejores cinco años de mi vida. Suspiré. – imagino que ese es un rasgo que tenemos en común tu primo y yo... – comenté tranquilamente y de manera bonachona. En ese momento una idea cruzó fugazmente por mi mente. – de igual manera, estoy seguro que te fascinaría conocer la Torre de Astronomía... desde ese lugar se pueden apreciar unos bellos y cálidos atardeceres – le conté, esbozando una sonrisa de lado con la clara y noble intención de animarla. – así que... ¿qué me dices? ¿aceptarías mi invitación, Emmie? – le ofrecí sonriendo amablemente.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:48 am

Elliot Baudelaire
as: Elliot Bertrand Baudelaire
+ Durmstrang ;; 7º año ;; Visitante
[ Con Hannee James // Pasillos ]

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No pude evitar respirar y suspirar con cierto alivio dentro de mí, lo que aligeró un poco la presión que sentía, al ver que poco a poco la chica comenzó a reaccionar. Sin embargo, en un principio alcé ambas cejas con un aire de sorpresa, para luego cambiar mi expresión por una de total y completo desconcierto, al escuchar su comentario. ¿Camión?, ¿placa? ¿Qué demonios es eso? ¿Acaso son algún tipo de enfermedades? o será que... ¿me estará tomando el pelo?. ¿Debería reírme?, solo por un simple y sencillo acto de ¿cortesía? Mujeres... ni un filósofo sería capaz de entenderlas. Tosí levemente, con la intención de alejar mis pensamientos y aclararme un poco la garganta con algo de incomodidad. – ¿disculpa? – le cuestioné enarcando una ceja de manera inquisitiva, al no entender que era lo que acabada de decir, o dar a entender con aquel comentario. – oh, ya veo... – le miré con detenimiento, aún no muy seguro de lo que acaba de decir. Aunque, me había quedado en claro que había sido un... chiste "al estilo muggle", me preocupaba que aquel golpe le dejara secuelas... es por esa razón que quizás lo más conveniente sería llevarla a la enfermería, más que nada por... seguridad, al fin y al cabo, más vale prevenir a tener que lamentar. Afirmó que estaba perfectamente bien, aunque sentía sin sentirme completamente seguro de su situación... – ni lo menciones, por favor... – le pedí tranquilamente y de manera respetuosa, al escuchar sus palabras de agradecimiento. Dijo que seguramente aquel par de imbéciles la habría dejado ahí, hasta que un profesor o alguno de sus amigos la hubieran encontrado. Resoplé suavemente, sin poder evitar que mi mirada de un momento a otro se tornara intransigente y desdeñosa, el solo hecho de recordar a ese par de brutos... me provocaba náuseas y ganas de irles a romperles ahora mismo la cara. – ¿y me lo dices a mí? – le cuestioné dedicándole una mirada de soslayo. – A leguas se ve que esos sujetos no tienen códigos de educación, ni mucho menos respeto por los demás… – comenté de manera fría y ácida, evitando por todos los medios tener que encontrarme con su mirada. Respiré lenta y hondamente, para luego enfocarme en ella y en sus expresiones. Alcé una ceja de manera divertida, al escucharle preguntarme si había sido el que osó llamarla rana saltarina. – Me parece que el golpe te impide coordinar bien las ideas… – mascullé, sin poder evitar sonreír tranquilamente. Esta vez, no pude evitar reír levemente de manera sincera al escuchar que agregaba que también la había llamado enana “miles de veces”. – Me confundes… – afirmé, mirándole de manera divertida. Para luego, entornar los ojos de manera curiosa y negando suavemente de un lado a otro, como queriéndole decir “pero, si serás mentirosa, enserio… ¬¬” – Merlín, no exageres… solo te llamé “enana” una vez… – le corregí, dedicándole una sonrisa de manera bonachona y despreocupada. – no es mi culpa que tengas cara de renacuajo… – musité graciosamente por lo bajo, intentando evitar por todos los medios que me escuchara por que seguramente me ganaría un buen golpe de su parte. – lo sé… lo sé… – repetía una y otra vez, levantando las manos como intentando apaciguarla y como una manera de defenderme ante su manera de despotricar en mi contra. – Y, lo lamento… – le miré un tanto apenado, dándole a entender que mis disculpas eran sinceras. – Fue poco caballeroso de mi parte compararte con un renacuajo y llamarte enana… – afirmé pasándome una mano distraídamente por la cabeza, alborotando mi cabello en diferentes direcciones. – Aunque, admito que te falta crecer… – cuestioné de manera chistosa, esbozando una mueca llena de inconformidad en los labios – en fin, ¿limamos las perezas? – le propuse, alzando las cejas de arriba abajo. – Digo, después de todo… no falta mucho tiempo para que me gane el honor de llamarte con “cariñosos” sobrenombres… – comenté encogiéndome de hombros, y sonriéndole de manera despreocupada, y haciendo un claro y especial énfasis en la palabra entrecomillada. – Elliot Baudelaire – me presenté caballerosamente, con una pequeña y apenas visible sonrisa en el rostro luego de unos instantes de haber escuchado su nombre. – Hannee… – medité su nombre… un nombre poco peculiar, pero sin duda alguna… bastante… lindo. – de acuerdo Hannee, entonces… – sonreí un poco. – no veo razón alguna por la que no te guste… no suena tan malo – comenté con la intención de que no se sintiera… no sé… ¿avergonzada? por su nombre. – pero bueno, supongo que no vale la pena que entremos en discusiones y detalles luego de haber limado las perezas… – comenté sonriendo tranquilamente, en el momento que me levantaba del suelo y extendía amablemente una mano hacia ella, para que la tomara y así pudiera ayudarla a levantarse del suelo.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:49 am

Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor ;; 7º año ;; Premio Anual
[ Con Jill Scamander // Terrenos ]

Felix, posteos chap 2 Insidering000000520

Felix, posteos chap 2 Insidering000000519

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Fue en ese momento que no pude evitar esbozar una cálida y suave sonrisa en mi rostro, al escucharle cuestionarme con respecto a lo que acababa de decir. Quizás, por que no es tan simple e inocente, como quisiera que fuera; es por esa razón que me abstuve de tener que responder a su pregunta... En este instante, lo único que anhelaba era que este momento no terminara, el solo hecho de tenerla tan cerca de mí... Merlín, de ser así... se convertiría en una agonía, una agonía claramente dulce y penitencial. Juro que sería capaz de dar lo que fuera por tenerla cerca de mí, aspirar su aroma hasta el cansancio y hasta que quedara milímetricamente grabado dentro de mis pensamientos y en cada parte de mi ser, besar sus labios hasta el hartazgo... aquellos labios que seguramente jamás me cansaría de besarlos, una y otra vez... y dejarme llevar por este cálido e inigualable sentimiento. ¡Ah, santa, santa noche! Temo que, siendo de noche, todo sea un sueño, harto halagador y sin realidad, declamé dentro de mis pensamientos aquel verso de Romeo y Julieta. Me quedé en silencio, escuchando detenidamente cada una de sus palabras, su manera de retarme al pedirme que la besara, dándome la clara oportunidad de descubrir si un beso podía ser tan simple e inocente... cuando tenía evidentemente claro, que un beso significaba algo más. Dios, de seguir así, sería capaz de dejar de lado la poca cordura que habita dentro de mí, y no sería responsable de mis actos. – ¿qué te hace pensar que no lo haría? – le cuestioné sonriendo tranquilamente y de una manera despreocupada, acariciándo suavemente su mejilla con el dorso de mi mano... dedicándome a mirarla profundamente a los ojos, para perderme durante solo un momento en su mirada.. – una sola palabra tuya... y te juro... te juro... que soy capaz de hacerlo... – afirmé gravemente, lo bastante cerca de sus labios, a tal grado que incluso podía saborearlos y darme el placer de tocarlos... cerré los ojos fuertemente lo que hizo que juntara aún más nuestros rostros y nuestras frentes quedaran unidas, deleitándome con la calidez de su cercanía, aspirando su aroma, una y otra vez... aquel dulce y reconfortante aroma que inundaba mis sentidos, anhelaba con todo mi ser que este momento quedara para siempre grabado en mis pensamientos y en mi corazón. Maldita sea, si tan solo tuviera la certeza de que no era el único que se dejaba llevar por aquel sentimiento.. daría mi vida entera, por demostrarle con cada beso... lo que ella provoca dentro de mí, y lo cual es difícil de llegar a explicar con palabras. Aún con los ojos cerrados, no pude evitar sonreír de manera encantadora y divertida, al recordar los gratos y vagos momentos que vivímos juntos durante nuestra infancia;si, no había duda alguna de que ya no éramos aquellos niños que se la pasaban tirándose de los cabellos, y peleándose por cualquier cosa, hasta de que la mosca pasó zumbando entre alguno de nosotros; sin dejar de lado, nuestro orgullo... aquel orgullo que a ambos nos caracterizaba, al competir hombro con hombro, por tratar de superarnos el uno al otro en todos los aspectos. Lentamente fui abriendo los ojos, alzando mi rostro para encontrarme con su mirada... – y, si... ¿esto fuera real? – inquirí con un hilo de voz. – ¿si esto no se tratara de un simple reto entre nosotros? – pregunté, desviándo solo por un momento mi mirada de aquellos hermosos ojos, en el instante que repasaba de una manera suave y delicada el contorno de sus labios... esos hermosos y tentadores labios que tanto anhelaba besar.. – ¿que pensarías? – quise saber, realmente necesitaba saber que era lo que pasaba en este momento por sus pensamientos. – deja de pensar por un momento en lo que está bien y en lo que esta mal ... y, piensa en lo realmente quieres... – le hablé sonriendo tranquilamente, sin poder evitar mirarle intensamente a los ojos.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:50 am

Lena Slughorn
as: Elena Isobel Slughorn
+ Ravenclaw ;; 7º año ;; Prefecta
[ Con Phonze Neelson // Pasillos ]

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Entorné los ojos de manera curiosa, y un tanto divertida, sin poder evitar negar suavemente de un lado a otro y de manera despreocupada al escuchar sus palabras. – No te preocupes... – le aclaré mirándole de manera despreocupada y tranquila, con la noble intención de que no pensara que me sentía ofendida u algo por el estilo. – Solo espero que no te formes, ni mucho menos te lleves un mal concepto de los jóvenes de Hogwarts... – le comenté mirándole un tanto apenada, por sus palabras. Se suponía que éramos el colegio sede y por ende los anfitriones... por lo que, debíamos de mostrarnos amables y brindarles nuestra ayuda a los jóvenes extranjeros. – Aunque, no te culpo... – le aclaré sonriendo tranquilamente, mientras me acomodaba mi bolso. Algunos de mis compañeros no eran "muy hospitalarios" que digamos... por lo que... seguramente habría tenido ya algunos malos encuentros con esos trogloditas de Slytherin. Sonreí un poco de lado, al escucharle darme la razón con respecto a que seguramente con algo de tiempo, acabaría por familiarizarse y así poder a andar a sus anchas por el castillo, sin embargo añadió que no aprendía muy rápido. – solo es cuestión de tiempo, así que no te preocupes... – le comenté sonriendo tranquilamente, con la intención de reconfortarle. Comentó que no tenía idea alguna de donde nos encontrábamos, a lo que no pude evitar llevarme una mano a los labios evitando que una débil y suave risa escapara de mi boca. – En este momento nos encontramos en el cuarto piso... y como te habrás dado cuenta atrás de mí... – hice un pequeño gesto con el pulgar, señalando por detrás de mi hombro. – Se encuentra la biblioteca... – le informé tratando de ser explícita y no enredarlo con mis explicaciones. Asentí mirándole con detenimiento, y con una pequeña sonrisa, al escucharle preguntar si debíamos doblar en el pasillo que había a aún lado de donde nos encontrábamos situados; caminamos un poco... y en cuestión de segundos nos encontramos con una división. Alcé las cejas de manera divertida, sin poder evitar sonreír un poco... para luego negar. – mira... si eliges ir a la derecha, de un momento a otro te encontrarás en los corredores del quinto piso, ahí encontrarás el baño de prefectos y no muy lejos de ahí podrás apreciar la estatua de Boris el desconcertado, una estatua de un mago con aspecto perdido que lleva los guantes en la mano equivocada. – le informé haciendo un pequeño ademán con la mano, para luego señalar el camino de la izquierda. – y, como su sala común se encuentra en las mazmorras, en la sala común de Slytherin, lo más conveniente es tomar el camino de la izquierda, el cual te lleva hacia el tercer piso y así poco a poco vamos cortando camino hasta que lleguemos. – comenté, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz, para luego observarle detenidamente... solo para asegurarme si habría entendido mi explicación, o si tenía alguna duda. Respiré hondamente, para luego mirarle un momento y hacerle un gracioso gesto para que empezáramos a caminar hacia la izquierda. – imagina por un momento que te encuentras leyendo un libro que narra magistralmente las aventuras de un héroe que intentará descubrirse como ser humano conforme a sus aventuras, pero en este caso, tu eres el héroe de la historia, aquel héroe gallardo y aventurero... y te encuentras en un dilema, ¿qué es lo que harías? – le cuestioné volviéndome tranquilamente hacia él mientras caminábamos, más que nada para ponerle un ejemplo. – Si quieres mi opinión, optaría por que te dejaras guiar por tus instintos y tus corazonadas... – añadí mirándole con una pequeña sonrisa de lado. – créeme muchas veces tu instinto y tu curiosidad te pueden llevar a descubrir cosas inimaginables... – comenté sonriendo alivianadamente. Hogwarts, y el mundo que nos rodea era una clara prueba de ello... el mundo estaba lleno de aventuras. – mmm, si te soy sincera... no me llevó mucho tiempo... ¿que será?... ehmm – esbocé una pequeña mueca en los labios, de manera pensativa mientras hacía recuerdo de cuánto me tomó memorizar los caminos y así poder responder su pregunta. – un año, a mi parecer – añadí mirándole con una mueca en los labios. – he memorizado en estos seis años que llevo aquí casi todos los caminos existentes... dado a que hay algunos que aún se encuentran ocultos y lejos de las miradas curiosas. – le miré con una pequeña sonrisa, a manera de misterio, pero al ver que me miraba un poco desconcertado, decidí explicarme. – Hogwarts es un lugar que tiene pasadizos subterráneos que lo comunican con otros lugares. Concretamente hay siete que llevan a Hogsmeade, por lo afirman e incluso dicen los rumores.. – le expliqué con una sonrisa. La verdad es que eran un misterio, sobre todo para mí. – aunque esos pasadizos siguen siendo un misterio y no muchos... o mejor dicho, casi nadie me parece que los conoce. – comenté encogiéndome de hombros. Lilly, mi hermana, alguna vez me habló de un pasadizo que descubrió durante su estancia en Hogwarts, sin embargo, jamás he llegado a utilizar aquel pasaje secreto... por la simple y sencilla razón de que prefería mantenerlo en el anonimato. El solo hecho de utilizarlo... implicaría que quebrantara como unas... ¿diez reglas? No, no en esta vida. Suspiré.

**ιzzy нale** Jue Dic 09, 2010 4:03 am

Addison Potter
as: Addison Johanna Montgomery - Potter
+ Medimaga ;; Orden del Fénix
[ Con Dominic Weasley // San Mungo ]

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Negué suavemente de un lado de manera desaprobatoria e inquietante, doblando por la mitad el diario el Profeta, para después dejarlo sobre la mesa de mi escritorio, una vez que terminé de resolver algunos de los crucigramas que venían en la parte de atrás, y los cuáles me fascinaba resolver. Entrecerrando los ojos, para luego masajearme suavemente la cien, con las yemas de los dedos. Los allanamientos en la calle Little Hangleton, me tenían con la cabeza vuelta un lío. Especialmente, por que me era difícil imaginar, quien pudo haber sido ser el causante de tan atroz crimen. Asesinar, a sangre fría a una familia de muggles... en el fondo temía, que estos sucesos extraños que últimamente habían azotado al mundo mágico, fueran el inicio de un mal por venir. Sinceramente, no podía dejar de lado el temor... el miedo, a que algo malo le sucediera a mis hijos y a James, me tenía con el alma en un hilo. Tenía que admitir, que en el momento en que Samuel Borton, anunció ante la prensa mágica y ante los funcionarios del Ministerio que delegaba el puesto como Jefe del Departamento de Aurores, a James... mis miedos se prolongaron aún más. Por la simple y sencilla razón, de que conocía a James... y sabía que le encantaba correr riesgos y afrontarlos, pero temía que su vida se viera en peligro. Respiré lenta y hondamente, tomando entre mis manos, el retrato que posaba sobre mi escritorio... con la fotografía de James y mis hijos. Sonreí cálidamente, al notar sus sonrisas... y lo felices que los tres se veían en la fotografía. Mi familia era mi vida entera... y aunque mis tres niños, eran unos cabezones; si por que James ante mis ojos sería siempre aquel niño alto, de cabello oscuro y hermosos ojos azules, que conocí en Hogwarts y el amor de mi vida. Negué de manera divertida, besando dulcemente la fotografía... para luego depositarla en su lugar. Me levanté de la silla de mi escritorio, para empezar a rebuscar en la gaveta que se encontraba situada en la parte de atrás de donde estaba mi escritorio... los exámenes de la autopsia que me habían echo llegar por la tarde, con la única intención de asegurarnos de que cada uno de los miembros de la familia que habían sido asesinadas, no mostraran algún síntoma de envenenamiento. – Adelante... – concedí, cordialmente con una sonrisa, al escuchar unos suaves golpes en la puerta del despacho. Me volví, al escuchar la voz de una de las internas, comentándome que el Señor Dominic Weasley, pedía verme. Le miré un tanto extrañada.. – ¿sucede algo? – pregunté con cierta inquietud, mientras guardaba en el cajón izquierdo de mi escritorio los exámenes que debía mostrarle a James. Izzie, me explicó que Dominic tenía una seria quemadura de dragón en su brazo derecho, y que Dominic no confiaba en nadie más dentro de San Mungo, a menos que se tratara de Lyra o yo. No pude evitar reír levemente, mientras negaba de un lado a otro bastante divertida. No había duda, de que mi primo... nunca cambiaría...Sonreí a modo de agradecimiento, cuando me pasó el expediente de Dominic, para que le echara un vistazo...todo parecía estar en orden – Izzie, ¿me haces el favor de indicarme la habitación? – le pedí, amablemente con una sonrisa de lado, en el instante que tomaba mi maletín para posteriormente salir de mi consultorio. Tomamos el ascensor, hasta llegar a la primera planta dedicada especialmente a las heridas provocadas por criaturas mágicas, como lo son: mordeduras, picaduras, quemaduras, espinas clavadas, etc. De un momento a otro las puertas del ascensor, se abrieron de par en par e Izzie me pidió que la siguiera por el pasillo a la derecha... hasta que finalmente logramos llegar a la habitación del Sr. Weasley. – Gracias Izzie – le sonreí amablemente, cuando se apresuró a abrirme la puerta de la habitación, para luego darle un suave apretón en el hombro, a modo de agradecimiento. Ella sonrió apenada, y dijo que se retiraba, no sin antes cerrar la puerta de la habitación. – ¿Como te va Dom? – le saludé cortésmente, esbozando una amplia sonrisa en mi rostro, mientras me acercaba hasta la mesita de noche situada a un lado de su cama, donde deposité el maletín negro. Le dediqué una sonrisa divertida, al escuchar sus palabras. – así es... trabajando hasta tarde... – afirmé sonriendo tranquilamente, observando detenidamente que su presión estuviera estable. Me coloqué el estetoscopio, y saqué de mi maletín el aparato para tomar su presión, para luego colocárselo alrededor de su brazo y tomarle su presión arterial, mientras me sentaba en los pies de la cama. – Ha pasado mucho tiempo... – afirmé, con una sonrisa de lado... para luego quitarle el aparato de la presión de su brazo, dado a que su presión arterial estaba estables. Las únicas veces que teníamos la oportunidad de ver a Kris, Dom y a mis sobrinos era únicamente en Navidad y en las reuniones familiares, debido a que Dom trabajaba en Rumania. – ¿por qué no nos avisaron que llegarían? – le reprendí, seriamente... aunque con la clara intención de bromear. – estoy segura de que a James le hubiera encantado irlos a recibirlos y, por supuesto a mí también... – hacía mucho tiempo que no veía a mis sobrinos y a Kris, y nada me hubiera dado más gusto que irlos a recibir con un enorme y fuerte abrazo. – ¿niños? ¿Te refieres a los tres torbellinos que tengo en casa? – pregunté, mirándole graciosamente con una sonrisa. – todos estámos bien Dom... – afirmé con una sonrisa. – mis dos torbellinos en Hogwarts... Harry actualmente está cursando su último año en Hogwarts, mientras que el pequeño Ronnie apenas inició su quinto año... – le platiqué, sonriendo de manera nostálgica. – y mi otro torbellino en el Ministerio... – le conté con una sonrisa, sin poder evitar ahogar un hondo y prolongado suspiro. Le miré con gesto desaprobatorio, cuando comentó que los dragones al parecer no estaban emocionados con el estado del día. Reí un poco. – me recordaste a James... – le comenté distraídamente con una sonrisa. – ¿qué manía tienen ustedes los hombres de poner sus vidas en peligro? – pregunté como si aquella pregunta la hubiera lanzado al azar. Negué. – aunque a mi diagnóstico indica que tendrémos a nuestro querido Dom para un largo rato... – comenté con una sonrisa bastante tranquila, dándole unas suaves palmaditas en el hombro de manera reconfortante. – solo cuídate... ¿vale Dom? – le pedí. Con un suave movimiento de mi varita, hice que mi maletín viniera hacia mí. El maletín se abrió mágicamente por dos lados revelando consigo pequeños compartimientos donde tenía algunos frascos con antídotos, pociones para mareos, entre otras cosas, que me eran de mucha utilidad en estos casos. Rápidamente comencé a buscar algunos ingredientes entre los cajones, para posteriormente mezclarlos en un pequeño frasco, y después agitarlos para que la mezcla tomara una consistencia menos espesa y menos verdosa, hasta que se tornase de un color que a Dominic no le diese náuseas, para después añadirle un ingrediente más para que una vez que Dominic lo saboreara le supiera a su sabor favorito su sabor favorito. – toma esto... te ayudará a disminuir el ardor que sientes a causa de la quemadura... es como una especie de calmante para el dolor.. – declaré mirándole tranquilamente con una sonrisa medio de lado, pasándole el frasquito... para luego sacar de mi maletín unas vendas y un frasco con esencia de murtlap y empezar a aplicársela en el brazo. – y, necesitarás aplicarte todas las mañanas y por las noches un poco de esencia de murtlap... y vendártela, si sigues las indicaciones al pie de la letra en un par de día estarás como nuevo.. – comenté sonriendo de manera reconfortante, una vez que terminé de vendarle el brazo. – y, si el dolor no disminuye... – empecé a decir, mientras rebuscaba nuevamente en los compartimientos de mi maletín, ya que como Médico... mi labor era brindarle toda la ayuda a mis pacientes. – toma estas pastillas... son calmantes... – le señalé, ofreciéndole las pastillas. – es un medicamento muggle... pero muy efectivo.. – le afirmé, con una sonrisa. Mis investigaciones en el campo de la medicina mágica como tanto en la medicina normal, había sido muy fructífera durante estos años... aunque muchos magos, aún no se sentían del todo seguro con los métodos muggles... algunos les había realmente agradado la idea. – pero, en fin... cuéntame... ¿como han estado? ¿Kris, mis sobrinos y tú? – pregunté, con una sonrisa, deseando enormemente saber de ellos, como estaban.

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