Re: Felix, posteos chap 2

**ιzzy нale** Jue Dic 09, 2010 4:09 am

Addison Potter
as: Addison Johanna Montgomery - Potter
+ Medimaga ;; Orden del Fénix
[ Con Dominic Weasley // San Mungo ]

Felix, posteos chap 2 - Página 2 007addison

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Negué suavemente de un lado de manera desaprobatoria e inquietante, doblando por la mitad el diario el Profeta, para después dejarlo sobre la mesa de mi escritorio, una vez que terminé de resolver algunos de los crucigramas que venían en la parte de atrás, y los cuáles me fascinaba resolver. Entrecerrando los ojos, para luego masajearme suavemente la cien, con las yemas de los dedos. Los allanamientos en la calle Little Hangleton, me tenían con la cabeza vuelta un lío. Especialmente, por que me era difícil imaginar, quien pudo haber sido ser el causante de tan atroz crimen. Asesinar, a sangre fría a una familia de muggles... en el fondo temía, que estos sucesos extraños que últimamente habían azotado al mundo mágico, fueran el inicio de un mal por venir. Sinceramente, no podía dejar de lado el temor... el miedo, a que algo malo le sucediera a mis hijos y a James, me tenía con el alma en un hilo. Tenía que admitir, que en el momento en que Samuel Borton, anunció ante la prensa mágica y ante los funcionarios del Ministerio que delegaba el puesto como Jefe del Departamento de Aurores, a James... mis miedos se prolongaron aún más. Por la simple y sencilla razón, de que conocía a James... y sabía que le encantaba correr riesgos y afrontarlos, pero temía que su vida se viera en peligro. Respiré lenta y hondamente, tomando entre mis manos, el retrato que posaba sobre mi escritorio... con la fotografía de James y mis hijos. Sonreí cálidamente, al notar sus sonrisas... y lo felices que los tres se veían en la fotografía. Mi familia era mi vida entera... y aunque mis tres niños, eran unos cabezones; si por que James ante mis ojos sería siempre aquel niño alto, de cabello oscuro y hermosos ojos azules, que conocí en Hogwarts y el amor de mi vida. Negué de manera divertida, besando dulcemente la fotografía... para luego depositarla en su lugar. Me levanté de la silla de mi escritorio, para empezar a rebuscar en la gaveta que se encontraba situada en la parte de atrás de donde estaba mi escritorio... los exámenes de la autopsia que me habían echo llegar por la tarde, con la única intención de asegurarnos de que cada uno de los miembros de la familia que habían sido asesinadas, no mostraran algún síntoma de envenenamiento. – Adelante... – concedí, cordialmente con una sonrisa, al escuchar unos suaves golpes en la puerta del despacho. Me volví, al escuchar la voz de una de las internas, comentándome que el Señor Dominic Weasley, pedía verme. Le miré un tanto extrañada.. – ¿sucede algo? – pregunté con cierta inquietud, mientras guardaba en el cajón izquierdo de mi escritorio los exámenes que debía mostrarle a James. Izzie, me explicó que Dominic tenía una seria quemadura de dragón en su brazo derecho, y que Dominic no confiaba en nadie más dentro de San Mungo, a menos que se tratara de Lyra o yo. No pude evitar reír levemente, mientras negaba de un lado a otro bastante divertida. No había duda, de que mi primo... nunca cambiaría...Sonreí a modo de agradecimiento, cuando me pasó el expediente de Dominic, para que le echara un vistazo...todo parecía estar en orden – Izzie, ¿me haces el favor de indicarme la habitación? – le pedí, amablemente con una sonrisa de lado, en el instante que tomaba mi maletín para posteriormente salir de mi consultorio. Tomamos el ascensor, hasta llegar a la primera planta dedicada especialmente a las heridas provocadas por criaturas mágicas, como lo son: mordeduras, picaduras, quemaduras, espinas clavadas, etc. De un momento a otro las puertas del ascensor, se abrieron de par en par e Izzie me pidió que la siguiera por el pasillo a la derecha... hasta que finalmente logramos llegar a la habitación del Sr. Weasley. – Gracias Izzie – le sonreí amablemente, cuando se apresuró a abrirme la puerta de la habitación, para luego darle un suave apretón en el hombro, a modo de agradecimiento. Ella sonrió apenada, y dijo que se retiraba, no sin antes cerrar la puerta de la habitación. – ¿Como te va Dom? – le saludé cortésmente, esbozando una amplia sonrisa en mi rostro, mientras me acercaba hasta la mesita de noche situada a un lado de su cama, donde deposité el maletín negro. Le dediqué una sonrisa divertida, al escuchar sus palabras. – así es... trabajando hasta tarde... – afirmé sonriendo tranquilamente, observando detenidamente que su presión estuviera estable. Me coloqué el estetoscopio, y saqué de mi maletín el aparato para tomar su presión, para luego colocárselo alrededor de su brazo y tomarle su presión arterial, mientras me sentaba en los pies de la cama. – Ha pasado mucho tiempo... – afirmé, con una sonrisa de lado... para luego quitarle el aparato de la presión de su brazo, dado a que su presión arterial estaba estables. Las únicas veces que teníamos la oportunidad de ver a Kris, Dom y a mis sobrinos era únicamente en Navidad y en las reuniones familiares, debido a que Dom trabajaba en Rumania. – ¿por qué no nos avisaron que llegarían? – le reprendí, seriamente... aunque con la clara intención de bromear. – estoy segura de que a James le hubiera encantado irlos a recibirlos y, por supuesto a mí también... – hacía mucho tiempo que no veía a mis sobrinos y a Kris, y nada me hubiera dado más gusto que irlos a recibir con un enorme y fuerte abrazo. – ¿niños? ¿Te refieres a los tres torbellinos que tengo en casa? – pregunté, mirándole graciosamente con una sonrisa. – todos estámos bien Dom... – afirmé con una sonrisa. – mis dos torbellinos en Hogwarts... Harry actualmente está cursando su último año en Hogwarts, mientras que el pequeño Ronnie apenas inició su quinto año... – le platiqué, sonriendo de manera nostálgica. – y mi otro torbellino en el Ministerio... – le conté con una sonrisa, sin poder evitar ahogar un hondo y prolongado suspiro. Le miré con gesto desaprobatorio, cuando comentó que los dragones al parecer no estaban emocionados con el estado del día. Reí un poco. – me recordaste a James... – le comenté distraídamente con una sonrisa. – ¿qué manía tienen ustedes los hombres de poner sus vidas en peligro? – pregunté como si aquella pregunta la hubiera lanzado al azar. Negué. – aunque a mi diagnóstico indica que tendrémos a nuestro querido Dom para un largo rato... – comenté con una sonrisa bastante tranquila, dándole unas suaves palmaditas en el hombro de manera reconfortante. – solo cuídate... ¿vale Dom? – le pedí. Con un suave movimiento de mi varita, hice que mi maletín viniera hacia mí. El maletín se abrió mágicamente por dos lados revelando consigo pequeños compartimientos donde tenía algunos frascos con antídotos, pociones para mareos, entre otras cosas, que me eran de mucha utilidad en estos casos. Rápidamente comencé a buscar algunos ingredientes entre los cajones, para posteriormente mezclarlos en un pequeño frasco, y después agitarlos para que la mezcla tomara una consistencia menos espesa y menos verdosa, hasta que se tornase de un color que a Dominic no le diese náuseas, para después añadirle un ingrediente más para que una vez que Dominic lo saboreara le supiera a su sabor favorito su sabor favorito. – toma esto... te ayudará a disminuir el ardor que sientes a causa de la quemadura... es como una especie de calmante para el dolor.. – declaré mirándole tranquilamente con una sonrisa medio de lado, pasándole el frasquito... para luego sacar de mi maletín unas vendas y un frasco con esencia de murtlap y empezar a aplicársela en el brazo. – y, necesitarás aplicarte todas las mañanas y por las noches un poco de esencia de murtlap... y vendártela, si sigues las indicaciones al pie de la letra en un par de día estarás como nuevo.. – comenté sonriendo de manera reconfortante, una vez que terminé de vendarle el brazo. – y, si el dolor no disminuye... – empecé a decir, mientras rebuscaba nuevamente en los compartimientos de mi maletín, ya que como Médico... mi labor era brindarle toda la ayuda a mis pacientes. – toma estas pastillas... son calmantes también... – le señalé, ofreciéndole la caja de pastillas. – es un medicamento muggle... pero muy efectivo.. – le afirmé, con una sonrisa. Mis investigaciones en el campo de la medicina mágica como tanto en la medicina normal, había sido muy fructífera durante estos años... aunque muchos magos, aún no se sentían del todo seguro con los métodos muggles... algunos les había realmente agradado la idea. – pero, bueno... cuéntame... ¿como han estado? ¿Kris, mis sobrinos y tú? – pregunté, con una sonrisa, deseando enormemente saber de ellos, como estaban.

**ιzzy нale** Vie Dic 10, 2010 2:14 am

Nymphadora Lupin
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff ;; 6º año
[ Con Ian Dolohov // Lechucería ]

Felix, posteos chap 2 - Página 2 Xmenstills011

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Acaso era la única chica en todo Hogwarts que sentía, o mejor dicho... que presentía; cabe aclarar; ¿que mis propios padres me ocultaban algo que debía saber?. Por la tarde le había hecho una visita a papá en su despacho como de costumbre, para tomar una deliciosa taza de chocolate caliente, galletas con chispas de chocolate y malvaviscos asados, un hábito muy peculiar y característico de los Lupin, según papá, el abuelo Remus era un choco fanático... por lo que no era extraño que tuviéramos esa característica tan peculiar, además... la sola idea de que al abuelo Remus le fascinara el chocolate... me resultaba muy gracioso y tierno... y por supuesto, me hacía recordarlo a cada instante, y tenerlos, a la abuela Tonks y a él muy presentes en mis pensamientos y en mi corazón, siempre. Por otro lado, aunque la mirada de papá siempre muestra una inquebrantable serenidad... había algo en su mirada que, no sé... me inquietaba, como si... hubiera "algo" que me ocultaran tanto él como mamá, "algo" que todavía no quisieran que supiera. Pero, ¿qué podría ser?. Toda esta problemática, hacía que me diera vueltas la cabeza, y por ende que mi sentido del humor, se viera reflejado en mis constantes y alucinantes de cabello. El día de hoy, lo llevaba bastante lacio, a la altura de los hombros, y de color castaño. Lo cual, solía pasarme las veces que amanecía... nostálgica y triste. En primer lugar, por que inevitablemente había encontrado en el fondo de mi baúl, el viejo álbum familiar de la familia... en donde esta fotográficamente grabado cada uno de los momentos felices que he vivido y compartido a lado de mi familia. Y, el cual... desde la inesperada partida de Dean, me había encargado de dejar en el olvido, como si... no sé, de alguna manera, aquello me ayudara a sobrellevar la ausencia de Dean, que había dejado un inmenso vacío en nuestras vidas. El solo hecho de tener que ver el rostro de mi hermano sonriéndome felizmente, y recordar los increíbles y felices momentos que compartíamos día con día mis hermanos y yo... era un sentimiento, que a decir verdad, prefería dejar en el olvido. No había un solo día, en el que no pensara en mi hermano... ¿como estaría?, ¿que estaría haciendo en este momento?, ¿por qué no se dignaba a escribirnos en todo este tiempo?, ¿por qué lo había echo?, ¿por qué no había tenido ni la más mínima pizca de consideración con su familia?, ¿por qué había sido tan... inhumano?, todas aquellas preguntas atormentaron mis pensamientos durante todos estos años, pero me había hecho el juramento de no preocuparme ni en lo más mínimo por él, y sobretodo intentar dejar a un lado la inmensa tristeza que había dejado en mí, al irse así... sin un adiós. Negué suavemente de un lado a otro, con la intención de alejar mis pensamientos... ya no más, desde este momento... el que alguna vez fue mi hermano, quedaría para siempre en el olvido. Luego de pasar el resto de la tarde, compartiendo risas y chistes con Papá, salí de su despacho con rumbo a la lechucería... para mandarle una carta a Sammy... con la esperanza de que él supiera decirme que era lo que exactamente estaba ocurriendo. Al llegar a la lechucería, reparé que estaba prácticamente desolada, algo que no me extrañó, ya que seguramente todos en este momento estarían disfrutando de sus cenas en el Gran Comedor. Me encogí de hombros, de manera despreocupada... en el momento que rebuscaba dentro de los bolsillos de mi sudadera la carta para Sammy junto con una pluma, para luego ponerme a escribir en una de las repisas, el nombre del destinatario. Luego de unos momentos, miré a mi alrededor entre todas las lechuzas en busca de Hedwig... la lechuza nevada, y de bellísimos ojos ámbar que pertenecía a Harry, y la cuál había puesto a mi entera disposición, si algún día llegaba a necesitarla, no dudara en usarla. La localicé enseguida, revoloteando en la parte más alta de la lechucería... por lo que silbé suavemente para llamarla. – ¡Hola Hedwig! – le saludé graciosamente con una sonrisa, acariciando con el dedo índice su pecho, cuando se posó grácilmente en la repisa en la que había estado escribiendo. – Necesito que me hagas un favor... – empecé a decir haciéndole piojito en su cabecita, para luego atar la carta delicadamente a su patita, para que no le lastimara. – entrégasela a Sam ¿de acuerdo? – le pedí sonriendo cariñosamente. – ¿recuerdas a Sammy?, tú sabes, altura de casi dos metros de altura... casi casi un semi-gigante... – ok, admito que ahí si exageré. Resoplé débilmente, con una pequeña sonrisa. Pero no había duda que mi estatura comparada con la de Sam, me hacía ver como una liliputiense. Noté que Hedwig me miraba como con cierta desaprobación. – si, lo sé... exageré... lo siento... – admití, echándole la lengua graciosamente, mientras sacaba del bolsillo interior de mi sudadera una chuchería lechucil para dársela a Hedwig. – en fin, ¿que será entonces…? ¿1.93 m. de altura? – le propuse dubitativamente, rascándome distraídamente la punta de mi barbilla con la pluma, lo que hizo que Hedwig empezara a revolotear graciosamente dándome a entender que aquella altura, sin duda alguna le resultaba más aceptable. Tomé una honda bocanada de aire para continuar con mi descripción. Negué de manera divertida. – ojos oscuros, cabello castaño... Sammy... – comenté simplemente y de manera divertida, lo que provocó que recibiera un cariñoso picotazo en mi mano. – perfecto, entonces... – le hice un gesto, para que se volara hasta mi hombro... y así acercarme a uno de los ventanales. Le miré de reojo, con una sonrisa... para que luego se posara en mi dedo índice, y así extender mi brazo hacia la ventana y echarla a volar. – ¡suerte Hedwig! – le deseé con una sonrisa, apoyando mis brazos en la repisa del ventanal, para observar como se perdía en el inmenso y estrellado cielo nocturno. Ojalá Sam tampoco adopte esa postura de "ocultarle las cosas a Dora" por temor a... ¡que se yo!. Complejos absurdos. Respiré lenta y hondamente... cuando en ese momento escuché la voz proveniente de un chico que mencionaba el apellido Lupin. Me volví hacia él, para mirarle curiosamente... y con cierta intriga. Entonces reparé que la voz provenía de un joven alto, y con pinta de extranjero, por su peculiar acento. Probablemente era de Durmstrang. – ¿disculpa? – pregunté como si no acabara de dar crédito a lo que acababa de escuchar, esperando que volviera a repetir lo que acaba de afirmar hace solo unos breves instantes, cuando en realidad había escuchado perfectamente cada una de sus palabras. – acaso... ¿tienes algo en contra de los Lupin? – le cuestioné tranquilamente, enarcando débilmente una ceja de manera curiosa y observándole con detenimiento, como si aquello me ayudara a entender el motivo por el cuál había mencionado el apellido Lupin. Juro que si era uno de esos extranjeros con aires de superioridad que se le llenaba la boca despotricando en contra de las familias que son consideradas por las familias "disque" de alcurnia como "traidores a la sangre", no tendría consideración alguna al lanzarle el maleficio moco murciélago, para darle una lección y que aprendiera a respetar.

**ιzzy нale** Sáb Dic 11, 2010 5:37 am

Lena Slughorn
as: Elena Isobel Slughorn
+ Ravenclaw ;; 7º año ;; Prefecta
[ Con Phonze Neelson // Pasillos ]

Felix, posteos chap 2 - Página 2 2qwfss0

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Enarqué una ceja de manera divertida. – Touché – comenté triunfalmente, mirándole con una pequeña sonrisa de lado, al escuchar su punto de vista con respecto a los pasadizos secretos de Hogwarts. Asentí, en cierto modo dándole la razón a sus palabras. – En eso tienes razón, pero... imagino que si alguno de mis compañeros ha dado casualmente con alguno de los pasadizos, dudo que lo grite a los cuatro vientos... – añadí encogiéndome de hombros, y mirándole tranquilamente con una sonrisa. – más que nada para mantener el secreto en el anonimato de uno de los entrañables misterios que encierra Hogwarts... – comenté, visiblemente divertida, en el momento que doblábamos en uno de los pasillos. – creo que con la información que te he dado, disfrutarás aún más tu estancia en el castillo... – le dije amablemente, mientras frotaba suavemente mis manos, dado a que en ese momento pasábamos por una ventana que se encontraba abierta, y el aire fresco se infiltró en aquel instante por el corredor, provocando que sintiera un poco de frío. Sonreí para mis adentros, al escuchar que empezaba a ubicarse... ya que había reconocido el camino. Alphonze... en los pocos minutos que llevábamos hablando, me resultaba un joven claramente simpático y bastante agradable. Lo cuál, me resultaba un tanto extraño... más que nada por que, era la primera vez que mantenía una conversación con un invitado desconocido, en este caso con mayor razón al tratarse de un chico extranjero. Siempre había sido muy mal conversadora. Quizás, Lilly en ese aspecto tenga razón y deba darme un poco más de tiempo para sociabilizar... aunque, por lo general, siempre solía estar en mi mundo, que únicamente se basaba en mis estudios, pasar tiempo en la biblioteca, re-leyendo una y otra vez libros de cualquier tema, y libros que relaten historias increíbles. Sonreí, visiblemente apenada ante su cuestionamiento... seguramente ahora me catalogaría como una sabelotodo, aburrida y monótona. Descripciones a las cuáles en cierto modo, había terminado acostumbrándome. No por nada había sido víctima de algunas burlas por parte de algunos Slytherin. – descuida – volví ligeramente mi rostro para mirarle, mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de mi oreja y desviando por un breve instante mi mirada en la insignia que de "P" de prefecto que relucía en mi túnica, aún lado del escudo de la casa de Ravenclaw, el cual era un águila y simbolizaba la sabiduría. – supongo que yo misma me delaté al explayarme con todo lo que he estado hablando los últimos minutos... y, bueno... seguramente también mi túnica acabó delatándome – comenté intentando sonar "graciosa", aunque... lo admito, eso de soltar cuchufletas, definitivamente jamás... había sido lo mío. Supongo que en ese aspecto era un poco más... "seria" y "recatada" como mamá, aunque papá suele decirme cariñosamente que cuando entro en confianza y me aliviano, le recuerdo mucho al abuelo Horace, que era extremadamente bonachón. Y, que lo diga... Mi mirada de pronto se tornó nostálgica al recordar al abuelo Horace, y la mucha falta que me hacía, a veces daría mi vida por tenerlo de nuevo entre nosotros... que de algo estoy segura... es que... él está feliz en donde sea que se encuentre, disfrutando plenamente de la compañía de la abuela Gwyneth, ya que su amor traspasó fronteras. Ladeé suavemente la cabeza de lado, al escucharle decir que en Durmstrang no existía ninguna división de casa. Asentí con una sonrisa divertida y sin poder evitar reír un poco, consciente de lo que acaba de decir. También tenía entendido que el Instituto le da mucha importancia a la enseñanza de las Artes Oscuras, así como se conoce que evita la admisión de alumnos que vengan de familias muggle. Además, por lo que he leído en los libros de Historia y según los Historiadores... Durmstrang alguna vez alojó como uno de sus estudiantes al oscuro mago Gellert Grindelwald, que... me parece que fue expulsado a la edad de dieciséis años y que más tarde se convertiría en uno de los magos más temidos de la historia, pero en fin... realmente no tengo motivos para entrar en detalles, y menos con ese tipo de cosas que prefería evitar a toda costa. Sin embargo, luego de unos momentos no pude evitar sonrojarme como un tomate al escucharle decir que Hogwarts comenzaba a gustarle un poco más, ahora que tenía a alguien que lo guiara por los pasillos. Carraspeé. – Por favor no digas eso... – le pedí de la manera más atenta y amable posible, mientras desviaba mi mirada para que no se diera cuenta que me había sonrojado y apenado con su comentario. – estoy segura de que encontrarás a otras chicas, que estarán haciendo fila y seguramente estarán encantadas con darte un tour por todo el castillo... – comenté tranquilamente, reparando en un grupito de chicas de séptimo que pertenecían a la casa Gryffindor, y cuchicheaban entre ellas, evidentemente sin tener el más mínimo grado de dignidad ya que literalmente sus miradas y la baba se les caía, por Alphonze. Negué suavemente, intentando no darle la menor importancia y aprovechar la oportunidad de cambiar de tema. – Bueno... verás, en Hogwarts se inició todo esto con referente a la división de las casas por una leyenda... – le comenté con una sonrisa, para luego hacerle un gesto con el dedo índice para pedirle que aguardara un segundo, en el momento que rebuscaba en mi bolso... algo que quizás, le llamaría la atención. – ¡bingo! – exclamé con alivio, mientras le mostraba mi ejemplar de "Historia de Hogwarts". – Toma... tal vez... te interese leerlo... – comenté sonriendo tranquilamente, mientras le tendía amablemente mi ejemplar esperando que lo tomara. – el libro te relata detalladamente con puntos y señas toda la historia de Hogwarts y la leyenda que te mencioné... – le expliqué, mientras pasaba distraídamente una mano por la pasta del libro observándole con cariño, debido a que el abuelo Horace... antes de que se marchara de este mundo, me había heredado su infinita biblioteca en casa y su ejemplar de Historia de Hogwarts, con la intención de lo encontrara ameno y entretenido cuando asistiera a Hogwarts y me ayudara a descubrir la historia que encerraban los muros de este castillo. – Te contaría la historia... pero, realmente no deseo agobiarte... – expliqué bastante apenada, ya que seguramente estaba deseoso por llegar a su sala común y descansar después de haber estado escuchando mi voz por varios minutos. – tómalo, por favor – le pedí, amablemente con una sonrisa. – Estoy segura de que te resultará ameno y entretenido... – cité con una sonrisa nostálgica, la dedicatoria que venía escrita al principio por mi abuelo.

**ιzzy нale** Sáb Dic 11, 2010 5:38 am

Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor ;; 7º año ;; Premio Anual
[ Con Jill Scamander // Terrenos ]

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Cerré los ojos fuertemente, deleitándome con su suave y delicada caricia recorriéndome por todo el cuerpo, lo que provocó que experimentara cientos de emociones, este momento acabaría convirtiéndose en un terrible suplicio para mí... abrí los ojos lentamente encontrándome con su mirada... sus ojos parecían dos hermosos luceros que brillaban con tal intensidad que de seguir así, me quedaría mirándola a los ojos todo el tiempo que fuera necesario. Sin embargo, en sus ojos podía darme cuenta de que la duda atravesaba sus pensamientos. Lo cual, en cierto modo... me hizo pensar que... no, en este momento en lo menos deseaba pensar era en las consecuencias, deseaba que este momento no terminara jamás. Acaricié delicadamente su mejilla con el dorso de mi mano, escuchándola en silencio... realmente necesitaba saber que era lo que ella sentía, que era lo que quería... anhelaba con todo mi corazón que este momento fuera especial, pero sobretodo, necesitaba sentir esa seguridad dentro de su corazón... sabía perfectamente que un simple beso, podría cambiar muchas cosas... Jill, Dios, ella para mí... ¿qué significaba en mi vida?, demasiado... aunque, demasiado era poco, comparado con lo que realmente sentía. Sentí, su mano acariciando mi mejilla... hecho ante el cual no pude evitar sonreír con ternura, acaricié suavemente y con toda la dulzura del mundo, para luego bajar por su mejilla... lentamente nuestros rostros se fueron aproximando, al punto de que la sensación de sentir sus labios tan cerca de los míos, me embargó de una inmensa felicidad, que no podía explicar con palabras. ¿Será que ella?, No, en este momento no deseaba pensar... ni mucho menos que la duda atravesara mis pensamientos. Por un momento, creí que el tiempo se había detenido completamente, en el momento que nuestros labios se rozaron durante una milésima de segundo. Pero, al parecer no era el momento apropiado para lo que estaba a punto de suceder... ya que un fuerte sonido a nuestras espaldas, nos sacó precipitadamente del trance en el que ambos habíamos caído, lo que provocó que indudablemente nos separáramos repentinamente el uno del otro, volviéndome a la realidad... Respiré lenta y hondamente, pasándome una mano por el rostro y la cabeza, intentando cavilar lo que estaba a punto de suceder hace unos momentos, aún podía sentir el rápido palpitar de los latidos de mi corazón, a causa de la felicidad y la emoción, que me embargó hace unos breves instantes. Deslicé lentamente mi mano por el bolsillo de mi pantalón, aferrando los dedos a mi varita... solo en caso de que se tratara de algo más, para estar prevenido y contraatacar rápidamente; volví tranquilamente mi rostro hacia el lugar de donde provenía el dichoso sonido... pero de un momento a otro, un pequeño cosquilleo me invadió y me recorrió la nariz, como si... tuviera la extraña sensación de querer estornudar. De pronto un gato se asomó entre los arbustos, paseándose y rozándome entre las piernas, provocó que estornudara repetidamente un par de veces. Genial. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, llevándome una mano hasta la nariz, para masajearla un poco con los dedos, para que la sensación de estornudar poco a poco fuera desapareciendo, al ver como el gato se perdía nuevamente entre los arbustos. Suspiré pesadamente pasándome una mano por el rostro, intentando aclarar mis pensamientos... cuando escuché su voz... que denotaba inseguridad. – esta bien... – concedí, mirándole tranquilamente esbozando una pequeña sonrisa en mi rostro. Quizás, lo mejor será... hacer de cuenta que nada... sucedió realmente y seguir actuando con normalidad. Cuando en realidad, me moría de ganas de decirle... tantas cosas. Di unos cuantos pasos, hasta que estuve lo suficientemente cerca de ella y de su rostro, para presionar suavemente mis labios contra su frente dulcemente, para luego separarme y mirarla fijamente a los ojos. – me parece que esta noche nos toca hacer ronda juntos. – le recordé amablemente, con una sonrisa de lado, mientras tomaba suavemente su mano entre la mía, llevándola hasta mi corazón. – Por lo que creo, que no se te hará tan fácil deshacerte de mí – bromeé con una sonrisa divertida, picándole graciosamente la punta de su nariz. – además, empieza a bajar el frío, y si pescas un resfriado por mi culpa me vas tener encima de tí todo el tiempo cuidándote – ladeé suavemente la cabeza de lado, mirándole con una sonrisa, dándole a entender que seguramente ya tenía suficientemente soportándome todos los días, como para que esté encima de ella en caso de que se resfriara. Y, aunque jamás se lo diga... sería capaz de cuidar de ella, día y noche, para velar su sueño hasta que se recuperara. – Venga, vamos... – le hice un gesto, dándole un suave apretón en su mano que aún sostenía entre la mía, y, así luego rodear su cintura en un abrazo, para finalmente echarnos a andar con rumbo al castillo.

**ιzzy нale** Lun Dic 13, 2010 1:15 am

Nymphadora Lupin
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff ;; 6º año
[ Con Ian Dolohov // Lechucería ]

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Enarqué una ceja, mirándole con desconfianza y no del todo convencida... ¿qué? ¿Acaso creería que me convencería fácilmente con esa clase de respuesta tan... banal?. Me importaba un bledo, que fuera extranjero, sabía que debíamos ser "hospitalarios" con nuestros huéspedes... pero, si alguien, se atrevía a insultar a mi familia... no tendría ni la menor pizca de consideración, aunque mis padres se enfadaran y me castigaran, no dejaría que nadie... absolutamente nadie, insultara o mancillara la memoria de mis abuelos. Sabía, por lo que papá me ha platicado, que mi bisabuelo, Ted Tonks, era hijo de muggles, mientras que mi bisabuela, Andrómeda, su apellido de soltera había sido "Black" y por ende había sido desheredada y tachada del árbol familiar, al posar sus ojos en un muggle y con más razón al casarse con él. Por parte del abuelo Remus, no sabíamos mucho con respecto a su familia... lo único que sabíamos era que provenía de una familia humilde y que corría al parecer sangre mestiza por sus venas, sin embargo, mi bisabuelo Lupin, ofendió a un licántropo... que más tarde tomó venganza contra el abuelo Remus. Me crucé de brazos, invitándole con la mirada a que me diera una respuesta más... "convincente". El chico, pareció darse cuenta de mi actitud, por lo que me ofreció una disculpa... comentando que no tenía nada en contra de mi familia, si es que en verdad era una Lupin. Inflé ligeramente una de mis mejillas, observándole detenidamente, seguían sin convencerme sus disculpas... es decir, debía de haber una razón por la cual había mencionado el apellido Lupin. Además... su rostro... me parecía encontrarle cierta familiaridad con una persona, pero el problema es... ¿quién es él? y ¿quién era esa persona con la que le encontraba un cierto parecido?. Resoplé débilmente por lo bajo, al percibir que había dicho unas palabras en búlgaro, carentes de significado, a una de las lechuzas, que de un momento a otro extendió sus alas y salió volando por la misma ventana en la que había estado hace unos minutos. Noté que estaba dispuesto a marcharse... por lo que di unos cuantos pasos de costado impidiendo que se fuera. – Escucha... no tengo idea de cual sea tu nombre... – empecé a decir, aún manteniendo el aire de desconfianza en mi mirada y ahora en el tono de mi voz. Y, ¿si me lo preguntan?. Realmente dudaba que aquel chico me dijera su nombre. Tenía entendido que los estudiantes de Durmstrang, no eran muy amigables... que digamos. – pero, te agradecería si tuvieras la gentileza que explicarme el motivo por el cuál acabas de mencionar el apellido Lupin... de mí familia... – le dí un claro énfasis a las dos últimas palabras. Levanté mi mano derecha en señal, de que pedirle amablemente que guardara silencio, y me dejara continuar, al ver que hacía un amago con los labios dispuesto a hablar. Aparté la mirada de sus ojos un momento. Olvídalo Dora, pierdes el tiempo queriendo sacarle la verdad. Suspiré profundamente.– ok, puede que como tu dices, quizás no tengas absolutamente nada en contra de mi familia... pero si tienes algún problema, por favor... – le pedí, mirándole esta vez de una manera más suave y tranquila. Quizás, estaba exagerando... pero es mejor prevenir, a tener que lamentar. – ten el valor de decírmelo a la cara... y, evítate la pena de hablar a espaldas de los demás. – definitivamente, si había algo que detestaba era que... algunas personas fueran lo bastante hipócritas y cobardes, al darte una cara... y, en el momento que te das la media vuelta suelen darte una apuñalada por la espalda. – Probablemente, no lo hiciste adrede y solo fue una equivocación... pero... en fin... – hablé en un suspiro e hice un gesto con la cabeza, como si quisiera espantar a una mosca bastante molesta, aún manteniendo los brazos en alto, posando mi mirada en un punto fijo e inexistente del suelo. – no te quito tu tiempo... – me hice a un lado para que continuara su camino, y me volví ligeramente para mirarle... aunque no duré ni medio segundo, y la volví a desviar.

**ιzzy нale** Lun Dic 13, 2010 4:14 am

Elliot Baudelaire
as: Elliot Bertrand Baudelaire
+ Durmstrang ;; 7º año ;; Visitante
[ Con Hannee James // Pasillos ]

Felix, posteos chap 2 - Página 2 Everwood

Felix, posteos chap 2 - Página 2 Everwood2

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Le miré con pequeña sonrisa, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, al escucharle preguntarme si venía de Durmstrang, cuestionamiento ante el cual asentí despreocupadamente. Noté que empezaba a caminar... por lo que comencé a seguirla tranquilamente. Reí levemente, sin poder evitar negar de un lado a otro al escucharle decir que se había dado cuenta por mi ropa, ya que no llevaba el uniforme de Hogwarts, ni mucho menos el uniforme azul de Beauxbatons que le parecía bastante exagerado. Alcé las cejas ligeramente. – ¡vaya! ¿Pero que tenemos a aquí?, me parece que veo a una exitosa futura diseñadora de moda mágica... – comenté visiblemente divertido, mientras observaba detalladamente mi uniforme. – imagino que para tu opinión "fashionista" no somos exactamente el último "grito" de la moda, ¿no es verdad? – comenté ahogando un hondo y prolongado suspiro, con la clara y noble intención de bromear un poco. Merlín, Elliot, ¿desde cuando se te da querer soltar comentarios graciosos?, me cuestioné dentro de mis pensamientos completamente extrañado de mí mismo. Supongo que las circunstancias... no sé... suelen darse, además... siempre hay una primera vez para todo. – pero, admito que al menos me reconforta saber que siempre cuento con la opinión profesional de una chica "fashionista" – añadí, esbozando una sonrisa de lado. Debo admitir, que me había caído en gracia su palabra "fashionista". Definitivamente esta chica, es decir, Hannee, era una caja de sorpresas. Comentó que era extraño ver "a uno de los míos" actuando normal, ya que a su parecer, muchos se mis compañeros solían tener tendencia a comportarse como los imbéciles de Slytherin. Reí un poco, observándole de reojo. – En ese caso, espero que no te decepciones de mí... – musité débilmente, más para mí que para ella, mientras observaba distraídamente el suelo por el que caminábamos. Agregó que comíamos como bestias... lo que le hacía pensar que nos mataban de hambre en Durmstrang, al menos los que compartíamos mesa con los de Slytherin. Me eché a reír, de manera divertida... mirándole con una expresión de diversión y desconcierto. Sonreí un poco, con más confianza al notar su expresión de "¿hablo mucho no es verdad?" – Para nada... admito que... eres muy liberal e independiente... – me ahorré enormemente la pena de decir "me agradas". – pero, ¿siempre tiendes a hacer así de exagerada? – cuestioné, mirándole de manera divertida, para luego negar suavemente. Si, algunos de mis compañeros, incluido yo, en algunas ocasiones comíamos como bestias... – ¡Hey!, vamos... que ustedes los de Hogwarts y los de Beauxbatons tampoco se quedan atrás, habló de los hombres, por supuesto... ustedes las mujeres... son más... tranquilas, decentes, recatadas y más condescendientes en ese aspecto, al preocuparse más por su físico, y ese tipo de cosas que jamás entenderé... mira que matarse de hambre, por no perder la... "línea y la figura". ¡Merlín!, juro que prefiero antes lanzarme yo mismo al vacío, o que alguien me borre la memoria antes que dejar de comer... – comenté mirándole un tanto divertido. – aunque, dudo seriamente que tu seas esa clase de chicas que suele volver "esclava" al espejo... – añadí, un tanto vacilantemente... debido a que no estaba del todo seguro. Hacía 15 minutos que nos habíamos conocido... y por lo que sé, nunca llegas a conocer enteramente a una persona, ya que siempre suele darte cada sorpresa que... en fin, lo mejor será no entrar en detalles. Noté que cerraba los ojos, esbozando un pequeño gesto de dolor... lo que me hizo pensar que seguramente se sentía mal a causa de golpe... tomé suavemente su mano con precaución, por si se tambaleaba. – ¿te sientes bien? – eres un imbécil Elliot, es evidente que no se siente bien... lo más conveniente es que la lleves a la enfermería y pronto para que la chequen. – Ven, lo mejor será que te lleve a la enfermería... – pasé un brazo, alrededor de su cintura, abrazándola... para comenzar a andar por el pasillo, sin dejar de sostener suavemente su mano entre la mía. – y, te advierto que no aceptaré un "no" como respuesta... – le aclaré tajantemente, observándole con detenimiento y con inquietud.

**ιzzy нale** Miér Dic 15, 2010 3:09 am

Harry Potter
as: Harry Neville Potter
+ Gryffindor ;; 7º año ;; Premio Anual
[ Con Jill Scamander // Terrenos ]

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Cerré los ojos fuertemente, deleitándome con su suave y delicada caricia recorriéndome por todo el cuerpo, lo que provocó que experimentara cientos de emociones, este momento acabaría convirtiéndose en un terrible suplicio para mí... abrí los ojos lentamente encontrándome con su mirada... sus ojos parecían dos hermosos luceros que brillaban con tal intensidad que de seguir así, me quedaría mirándola a los ojos todo el tiempo que fuera necesario. Sin embargo, en sus ojos podía darme cuenta de que la duda atravesaba sus pensamientos. Lo cual, en cierto modo... me hizo pensar que... no, en este momento en lo menos deseaba pensar era en las consecuencias, deseaba que este momento no terminara jamás. Acaricié delicadamente su mejilla con el dorso de mi mano, escuchándola en silencio... realmente necesitaba saber que era lo que ella sentía, que era lo que quería... anhelaba con todo mi corazón que este momento fuera especial, pero sobretodo, necesitaba sentir esa seguridad dentro de su corazón... sabía perfectamente que un simple beso, podría cambiar muchas cosas... Jill, Dios, ella para mí... ¿qué significaba en mi vida?, demasiado... aunque, demasiado era poco, comparado con lo que realmente sentía. Sentí, su mano acariciando mi mejilla... hecho ante el cual no pude evitar sonreír con ternura, acaricié suavemente y con toda la dulzura del mundo, para luego bajar por su mejilla... lentamente nuestros rostros se fueron aproximando, al punto de que la sensación de sentir sus labios tan cerca de los míos, me embargó de una inmensa felicidad, que no podía explicar con palabras. ¿Será que ella?, No, en este momento no deseaba pensar... ni mucho menos que la duda atravesara mis pensamientos. Por un momento, creí que el tiempo se había detenido completamente, en el momento que nuestros labios se rozaron durante una milésima de segundo. Pero, al parecer no era el momento apropiado para lo que estaba a punto de suceder... ya que un fuerte sonido a nuestras espaldas, nos sacó precipitadamente del trance en el que ambos habíamos caído, lo que provocó que indudablemente nos separáramos repentinamente el uno del otro, volviéndome a la realidad... Respiré lenta y hondamente, pasándome una mano por el rostro y la cabeza, intentando cavilar lo que estaba a punto de suceder hace unos momentos, aún podía sentir el rápido palpitar de los latidos de mi corazón, a causa de la felicidad y la emoción, que me embargó hace unos breves instantes. Deslicé lentamente mi mano por el bolsillo de mi pantalón, aferrando los dedos a mi varita... solo en caso de que se tratara de algo más, para estar prevenido y contraatacar rápidamente; volví tranquilamente mi rostro hacia el lugar de donde provenía el dichoso sonido... pero de un momento a otro, un pequeño cosquilleo me invadió y me recorrió la nariz, como si... tuviera la extraña sensación de querer estornudar. De pronto un gato se asomó entre los arbustos, paseándose y rozándome entre las piernas, provocó que estornudara repetidamente un par de veces. Genial. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, llevándome una mano hasta la nariz, para masajearla un poco con los dedos, para que la sensación de estornudar poco a poco fuera desapareciendo, al ver como el gato se perdía nuevamente entre los arbustos. Suspiré pesadamente pasándome una mano por el rostro, intentando aclarar mis pensamientos... cuando escuché su voz... que denotaba inseguridad. – esta bien... – concedí, mirándole tranquilamente esbozando una pequeña sonrisa en mi rostro. Quizás, lo mejor será... hacer de cuenta que nada... sucedió realmente y seguir actuando con normalidad. Cuando en realidad, me moría de ganas de decirle... tantas cosas. Di unos cuantos pasos, hasta que estuve lo suficientemente cerca de ella y de su rostro, para presionar suavemente mis labios contra su frente dulcemente, para luego separarme y mirarla fijamente a los ojos. – me parece que esta noche nos toca hacer ronda juntos. – le recordé amablemente, con una sonrisa de lado, mientras tomaba suavemente su mano entre la mía, llevándola hasta mi corazón. – Por lo que creo, que no se te hará tan fácil deshacerte de mí – bromeé con una sonrisa divertida, picándole graciosamente la punta de su nariz. – además, empieza a bajar el frío, y si pescas un resfriado por mi culpa me vas tener encima de tí todo el tiempo cuidándote – ladeé suavemente la cabeza de lado, mirándole con una sonrisa, dándole a entender que seguramente ya tenía suficientemente soportándome todos los días, como para que esté encima de ella en caso de que se resfriara. Y, aunque jamás se lo diga... sería capaz de cuidar de ella, día y noche, para velar su sueño hasta que se recuperara. – Venga, vamos... – le hice un gesto, dándole un suave apretón en su mano que aún sostenía entre la mía, y, así luego rodear su cintura en un abrazo, para finalmente echarnos a andar con rumbo al castillo.

**ιzzy нale** Jue Dic 16, 2010 12:53 am

Hannee James
Raehannee Lee James
6to – Gryffindor
en algún pasillo con Elliot Baudelaire.
Felix, posteos chap 2 - Página 2 MOSH

Ante su risa me tranquilicé un poco, no era que normalmente me sucediera, pero en realidad quería caerle bien al chico. Me miró afable y le devolví la sonrisa con los ojos, – Para nada... admito que... eres muy liberal e independiente... –reí entre dientes, - Gracias, ¿o no gracias? - me rasqué la cabeza algo confundida, ¿ser liberal e independiente era bueno, no? – pero, ¿siempre tiendes a hacer así de exagerada? –Me auto señalé con el dedo índice abriendo ligeramente la boca, en resumidas palabras haciéndome la ofendida, - ¿Siempre tiendes a ser así de ofensivo? – reclamé con un deje bromista, – ¡Hey!, vamos... que ustedes los de Hogwarts y los de Beauxbatons tampoco se quedan atrás, habló de los hombres, por supuesto... ustedes las mujeres... son más... tranquilas, decentes, recatadas y más condescendientes en ese aspecto, al preocuparse más por su físico, y ese tipo de cosas que jamás entenderé... mira que matarse de hambre, por no perder la... "línea y la figura". ¡Merlín!, juro que prefiero antes lanzarme yo mismo al vacío, o que alguien me borre la memoria antes que dejar de comer...aunque, dudo seriamente que tú seas esa clase de chicas que suele volver "esclava" al espejo... –negué efusivamente con la cabeza, dándome cuenta de que no era la única que hablaba mucho. Me sentí aliviada. ‘al fin alguien que habla como tú’, - Por supuesto que n... - cerré los ojos con fuerza, repentinamente me había mareado. Mi cara se arrugó en un gesto de dolor, era como si me estuvieran taladrando el cerebro. Sentí su mano entre la mía y me sonrojé, un cosquilleo recorrió toda mi mano, avergonzándome aún más. ‘por Dios y Merlín, Hannee Lee’. – ¿te sientes bien? –asentí algo ida, respiré profundamente. ¿Por qué me sentía así? – Ven, lo mejor será que te lleve a la enfermería... –otro cosquilleo, aún más fuerte, me revolvió el estómago cuando envolvió su brazo alrededor de mi cintura, abrazándome. Los colores de mi rostro no eran normales y en definitiva, nunca en mi vida me había sonrojado tanto como en ese momento. – y, te advierto que no aceptaré un "no" como respuesta... –lo miré a los ojos, su cara de preocupación me hizo sentir protegida, era algo extraño, ¿cómo alguien que conocía hacía tan poco tiempo se mostraba tan preocupado por mí?, por un segundo me sentí sobrecogida por todo y luego lo recordé, recordé a los slytherins, recordé el libro golpeando mi cara y a todos los demás libros en el suelo. ¡Los libros, la bibliotecaria me mataría! – Elliot, elliot, olvida la enfermería… - entrecerré un ojo intentando que el dolor punzante desapareciera, - Necesito volver, dejé todos los libros regados en el piso, necesito buscarlos… - ‘a ver, Hannee, has estado en circunstancias peores, respira, trágate el dolor y piensa en que si se pierde uno de esos libros jamás podrás volver a sacar otro del lugar y adiós hacer tareas en la comodidad de la sala común’; no quería que me soltara. Caminamos de vuelta y gracias a la batería de Ringo Starr, todos los libros estaban en el lugar que los había dejado, - Los recogeré, quédate aquí y no te muevas ¿sí? - le pedí con una sonrisa de súplica y me fui soltando con lentitud, aún con ese leve rubor carmesí resaltando mis mejillas, aguantando el dolor de cabeza todo lo que podía.

**ιzzy нale** Dom Dic 19, 2010 9:07 pm

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CALLIE TOIVONEN
Calliope Euphemia Toivonen.
#17 años , septimo año ● casa: slytherin

Feat: Ephram Mortensen ; en pasillos
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Mi día había sido prácticamente igual a como lo había dejado ayer a la noche antes de salir del gran comedor: rodeado de gente que no tenía ni dos dedos de cerebro, y que se creían la gran cosa por: en primer lugar, ser los campeones del último torneo de Quidditch, como el caso de los Durmstrang; y en segundo lugar, por ser mitad veelas o chicos súper guapos, como el caso de los de Beauxbatons. Uff, un fastidio, honestamente. No me caían para nada bien, y en muchas ocasiones tuve ganas de mandarles a la mierda durante toda la mañana, pero me contuve, y creo que bastante bien.
Hoy solo había visto de lejos a Ben durante las horas de clases, pero no había hablado con él para nada. A veces, me molestaba demasiado que estuviésemos en diferentes casas, y me preguntaba ¿Qué sería si él fuese de Slytherin como yo? Pero la respuesta era imposible de imaginar, porque él nunca sería uno de nosotros: era demasiado bueno como para serlo, y por eso él estaba en Hufflepuff. La gente no entendía como él y yo éramos tan amigos, pero a veces, consideraba a Ben como si fuese mi hermano, y me encantaba hablar con él. Era… no sé, reconfortante, de alguna forma… saber que tenía alguien ahí que me escucharía siempre, y con quién podía hablar de cualquier cosa… bueno, de cualquier cosa, menos de ese momento de mi vida que quisiera olvidar para siempre.
Suspiré profundamente, y me mordí el labio inferior. Me encontraba en la biblioteca, debido a que era el lugar más silencioso de los que conocía en todo Hogwarts. Quizás por eso era uno de mis lugares favoritos de Hogwarts, al igual que la Torre de Astronomía desde donde se podía ver absolutamente todo. En fin. Me encontraba en uno de los rincones del último pasillo, en una mesa que estaba pegada a la pared y que la ventana daba al lago. Pasé los apuntes que hice hoy en clases, ya que después no me entendería absolutamente la letra para estudiar, lo cual podría ser algo peligroso. Más tarde, me levanté de mi asiento, y después de devolver algunos libros, salí de la biblioteca.
Comencé a caminar sin ningún rumbo, y fruncí mi ceño cuando escuché la voz de Ephram llamándome. Antes solíamos ser “buenos amigos” pero desde tercer año más o menos, era que prácticamente no le soportaba ni un poco. Asique le ignoré lo mejor que pude. Hice una mueca, cuando volvió a llamarme, pero no pude continuar caminando ya que él se interpuso en mi camino - ¿Qué quieres, Mortensen? – dije en un tono de voz, bastante frío y severo. No pude evitar sonreír con ironía ante sus palabras. No me molestaría su presencia si dejara de fastidiarme la vida como lo hacía. – si fueses menos fastidioso, quizás no habría necesidad de mostrar tanta hostilidad… pero como es imposible que no te me cruces en el camino, entonces no me pidas que no te vea así ¿vale? – le pedí mientras soltaba un resoplido. Dijo que no venía a pelear conmigo, y aquello, me pareció completamente irónico - ¿A no? ¿Entonces qué quieres? – pregunté de nuevo con algo de fastidio mientras me cruzaba de brazos. Fue entonces cuando vi el cuaderno de tapa dura, y abrí ligeramente de par en par. Inmediatamente llevé la mano hacia la mochila que caía sobre mi costado, y me percaté de que no estaba “obvio” me dije estúpidamente. Lo miré, bastante ceñuda, esperando que por amor a Slytherin no hubiese leído absolutamente ninguna hoja de lo que contenía ese cuaderno, porque era mi diario; donde escribía absolutamente todo, incluyendo cosas sobre él. No pude evitar soltar un suspiro aliviada, cuando dijo que no había leído una sola palabra de mi diario, lo cual me tranquilizó muchísimo. Le creía, porque Ephram no era un mentiroso, o al menos, no el Ephram que yo conocí. – me sorprende… teniendo la oportunidad de conocer mis secretos… – dije sin poder evitar el tono sarcástico de mi voz. Mi corazón, golpeteó fuertemente, y suspiré profundamente. Sonreí de costado. – pero te lo agradezco, ya que así te salvas de que te eche un maleficio por haberlo si quiera intentado – sonreí un poco siniestra. Aunque después solté una carcajada. Me hizo gracia verle la cara que puso cuando mencioné aquello último, no es que fuese especial ni nada, pero es que la relación de ambos había cambiado demasiado desde que… me pasó aquello y me aislé del mundo, exceptuando de Ben, que fue el único que logró sacarme de la burbuja que me había creado. Además, estaba segura que me odiaba, sobre todo desde aquella vez que me enfadé tanto con Eprham que acabé llamándole “Sangre Sucia”. Suspiré profundamente. - ¿Necesitas algo más? – le pregunté entonces, volviendo al mismo semblante de hace un rato.

**ιzzy нale** Dom Dic 19, 2010 9:09 pm

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TED LUPIN
Ted Remus Lupin Tonks.
# 45 años , Orden del Fénix ● Director de Hogwarts

Feat: Vicky Lupin ; en despacho de Ted
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Esta era la primera vez en mi vida, que era anfitrión de un evento estudiantil. Eso se debía a que sólo hacía dos años, que estaba como director en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; y Merlín, creo que nunca había estado tan nervioso como me sentía ahora. De hecho, desde hacía horas que mi cabello no dejaba de cambiar de un color a otro, como un síntoma de mi inseguridad. Por una parte, era una fortuna que la llegada de los estudiantes extranjeros hubiese salido a la perfección, y a pesar que era el segundo día, todo parecía marchar con regularidad: les habíamos acondicionado una torre tanto para los estudiantes de Beauxbatons y Durmstrang, para que pudieran estar en condiciones en el castillo; habíamos ampliado las mesas del comedor, para que todos pudieran entrar, y agregado bancos a los salones de clases para que los alumnos no perdieran el año. También habíamos reforzado la seguridad, sobretodo por las últimas novedades que James me había comentado sobre el asesinato en Little Hangleton.
Este último punto, también era síntoma de mi preocupación. Las cosas que pasaban no eran normales, y temía sobre la seguridad de mis hijos y de mi amada esposa: Vicky. También temía por la seguridad de mis amigos, por supuesto, y esperaba que el problema se resolviese pronto. Hablando de familia, también ocurría que mi hijo, Dean, había regresado a Londres, y que no más ni menos se estaba hospedando en el castillo porque era “guardaespaldas” de la hija de un funcionario del ministerio francés. Desde Francia, ya me habían comentado que la señorita Villefort vendría acompañada por alguien, pero nunca me había esperado de que fuese mi hijo, el mismo que se había ido de casa hacía ya un tiempo y que no se había comunicado con nosotros. No había tenido la oportunidad de hablar a solas con él, pero tampoco podía regañarle porque ya era adulto y consciente de sus actos; pero jamás le perdonaría el mal momento que le hizo pasar a Vicky.
De pronto, escuché unos golpesitos detrás de la puerta, y alcé la cabeza - ¿Si? – pregunté mientras volvía mi color de cabello a castaño, principalmente para no mostrar preocupación alguna, más de la necesaria. Sonreí ligeramente de costado cuando escuché la voz de mi esposa – por supuesto que puede pasar, Profesora Lupin – bromeé mientras hacía un gesto con la cabeza, y me levantaba del escritorio. Me mordí ligeramente el labio inferior, y rosé sus labios dulcemente, antes de besarlos. Acaricié su rostro, y momentos después me separé de ella - ¿Qué tal estás, cariño? ¿Cómo te fue la primera clase después de ayer? – le pregunté sin poder evitarlo. Quería tener al menos un comentario sincero de las clases, más que nada para dejar un tema de lado. Odiaba que casi todos los persores me dijeran que "estaba bien", sólo para complacerme y dejar de que me preocupe, pero sabía que Vicky era completamente honesta, y que diría la verdad de como iban las cosas.

**ιzzy нale** Lun Dic 20, 2010 4:54 am

Felix, posteos chap 2 - Página 2 Scaled.php?tn=0&server=262&filename=normal086

IAN DOLOHOV
17 años | 7° curso | Durmstrang; Cazador
Ft. Lechuzería
& Nymphadora Lupin

– Escucha... no tengo idea de cual sea tu nombre... pero,
te agradecería si tuvieras la gentileza que explicarme el motivo por el
cuál acabas de mencionar el apellido Lupin... de mí familia...
¿Explicarle qué? ¿Que gracias a que mi abuelo había sido suficientemente estúpido como para unirse a los mortífagos, la vida del resto de mi familia se había ido a la mierda? ¿Que el ministerio nos había dejado en la ruina? ¿Que habían asesinado a mis padres, cuando ellos no tenían la culpa de nada? ¿Que había tenido que huir de mi propio país para que no terminara como ellos? ¿Por dónde tenía que empezar? Abrí la boca, empezando a sentirme algo colérico pero ella me hizo un gesto para que aguardara. No tenía nada que perder, así que lo respeté.
–ok, puede que como tu dices, quizás no tengas absolutamente nada en
contra de mi familia... pero si tienes algún problema, por favor... ten el valor de decírmelo a la cara... y, evítate la pena de hablar a espaldas de los demás. Probablemente, no lo hiciste adrede y solo fue una equivocación... pero... en fin... no te quito tu tiempo...
Cuando ella se hizo a un lado, hice un movimiento para continuar con mi mano y luego sentí su mirada. Por una décima de segundo pero la sentí. Yo continué mirándola de todas formas. Tenía que admitir que era bastante valiente para ser del tamaño de una pulga. Tenía que respetar eso. Pero... en cierta forma entendía; si alguien mencionara el apellido de mi familia, de la forma que fuese, me hubiese puesto a la ofensiva o peor. Pero esta chica era tan extraña y bipolar; primero me acosaba de preguntas y luego me pedía de favor que le dijera si había algún problema con su familia. Era demasiado rara aunque sí, también bonita... digo, para una pulga, estaba bien. -Yo no tengo nada en contra de tí o de tu familia. -empezé luego de un bufido -Pero gracias a la relación de mi apellido con el tuyo, mi familia y yo hemos tenido más que problemas. Me fui de aquí para que me dejaran en paz y también a mis abuelos. No quiero volver a tener problemas. -quizá aquello empezaba a sonar rudo pero era la verdad y no tenía otra forma de expresarlo.
Le miré con firmeza, quizá luego de esto me dejara en paz. -Soy Ian Dolohov; nieto del ex mortífago Antonin Dolohov, capturado y sentenciado por sus servicios a Lord Voldemort y también por muchas muertes, entre ellas, la de Remus J. Lupin. -la expresión que ella puso, era imposible de describir pero sin duda estaba más allá de la sorpresa. -Conosco a la perfección el nombre de tu abuelo, Lupin. Porque la condenación por esa muerte le hizo la vida imposible a mi familia; creerás que fue lo justo, que encerraran a mi abuelo en Azkaban y no niego que mereciera otra cosa. Pero dime, ¿es justo que sólo por cargar con el apellido Dolohov le hayan quitado todos los bienes a mi familia? ¿Lo que mi padre y mis antepasados trabajaron por años? ¿Que le cerraran todas las puertas a mi padre y que tuviéramos que largarnos de nuestro propio país? -aunque al final de nada había servido... -No te reclamo nada. ¿Querías la verdad? Ahí la tienes. Mencioné tu nombre sólo porque mi abuelo teme que me encuentre con alguno de tu familia y me condenen como hicieron con mis padres. Es todo. -la miré un instante más antes de apartar la mirada y retomar mi camino hacia la salida. Me costaba creer que le hubiese dicho todo eso a ella...

**ιzzy нale** Jue Dic 30, 2010 4:50 am

Nymphadora Lupin
as: Nymphadora Victoire Lupin
+ Hufflepuff ;; 6º año
[ Con Ian Dolohov // Lechucería ]

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Contrario a mis palabras, el chico siguió sin moverse de donde se encontraba, más sin embargo pude sentir que mantenía su mirada fija en mí, por algún extraño motivo... y, para ser sincera, su manera de mirarme comenzaba a ponerme incómoda y nerviosa a la vez. Alegó que no tenía nada en contra de mía y de mi familia. Al escuchar sus palabras volví a posar mi mirada en él para examinar su expresión... ¿entonces...?, ¿cual era el verdadero motivo por el que aquel extraño joven había mencionado el apellido Lupin?. Lo miré con detenimiento invitándole con la mirada a continuar con lo que estaba a punto de decir. Dijo que gracias a la relación de su apellido con el mío le había acarreado problemas a su familia, razón por la cual se había marchado del país con sus abuelos para que lo dejaran en paz. Lo miré con inmensa extrañesa ¿acaso me estaba tomando el pelo?, ¿problemas?, ¿que clase de problemas?, me cuestionaba en silencio dentro de mis pensamientos. Su voz se tornó ruda al expresarse con aquellas palabras, sin embargo mi semblante se mantuvo impertérrito... a pesar de que tenía un extraño presentimiento, una corazonada, mejor dicho, con respecto a lo que estaba a punto de escuchar. Es tarde para arrepentirte, ¿exigías una respuesta?, pues bien... parece que tus deseos se hacen realidad. Sustuve su mirada con una completa tranquiliadad más con la misma firmeza que él me miraba en ese instante, anhelando una respuesta. Un vacío dentro de mí, se fue apoderando de mi corazón y de mis pensamientos, al escucharle decir que se llamaba Ian Dolohov, nieto de Antonin Dolohov. Aquel mortífago que sin ninguna clase de contemplación y misericordia había acabado con la vida de mi abuelo. ¿Acaso era posible que sintiera tanto dolor y tristeza dentro de mí ante su confesión?. Mi semblante, que hasta hace pocos minutos se había mantenido sereno... se transformó en cuestión de segundos. La sorpresa que seguramente se reflejaba en mi rostro iba más allá que cualquier otra cosa en el mundo. ¿Él?, ¿nieto de ese miserable?. Dios, ¿sería eso posible?, repetía dentro de mis pensamientos intentando atar los cabos sueltos. Inevitablemente cerré los ojos con profundo pesar, y el puño ante el dolor y el inmenso vacio que sentía dentro de mí. Ahora comprendía perfectamente por que su rostro me era tan familiar, sus ojos... ¿por qué no me dí cuenta antes?, probablemente al hacerlo me habría ahorrado este vacio que sentía dentro de mí, un dolor y una tristeza, ambos sentimientos muy parecidos a los que sentía por aquél que alguna vez consideré mi hermano. Y, que ahora... no era más que un recuerdo, un mal recuerdo que quería olvidar. Continué escuchando en silencio cada una de sus palabras... diciendo que conocía a la perfección el nombre de mi abuelo, ya que la condenación que recibió Dolohov ante su asesinato le hizo la vida imposible a su familia. Me abstuve a tener que responderle cuando agregró que probablemente creería que era lo justo al encerrar a su abuelo en Azkaban y que no negaba que mereciera algún otro castigo. Inspiré profundamente dándome el valor suficiente para abrir los ojos lentamente, pero aún sin atreverme a mirarlo a los ojos... ¿tendría el valor de mirar nuevamente a los ojos al nieto del asesino de mi abuelo?. Luego de unos instante me cuestionó si había sido justo que solo por el hecho de cargar con el apellido Dolohov le hubiesen arrebatado todos los bienes a su familia.... el legado que su padre y su familia habían trabajado por años. No... despojarlos de todos sus bienes, de su patrimonio, de sus vidas... había sido una manera cruel e injusta de someterlos. El resentimiento que sentía hacía su abuelo, no tenía nada que ver con él... ni mucho menos con el resto de su familia. Le escuché decirme que no me reclamaba nada, y que como le había exigido la verdad, ahí la tenía. Que había mencionado mi apellido solo por que su abuelo temía a que se topara con algún miembro de mi familia y lo condenaran como habían hecho con sus padres. Llevé una mano hasta mi pecho, sintiéndo una fuerte opresión y un nudo en la garganta que me impedía hablar. Por un instante mis ojos se tornaron cristalinos a causa de los sentimientos de dolor y tristeza que sentía dentro de mí. Sin embargo, al notar de reojo que retomaba su camino hacia la salida, di unos pasos hasta él e impedirle que continuara al posar suavemente mi mano en su hombro. – espera... por favor... – le supliqué, con la voz quebrada. – ahora me parece que es tu turno de escucharme y después de esto te doy mi promesa de no volver a importunarte... – le hablé de la manera más suave y tranquila, a pesar del nudo que sentía en la garganta y de la opresión y el vacio que sentía dentro de mi corazón. – entiendo que no puedo hacer nada para remediar el sufrimiento por el cual han tenido que pasar todos estos años tú y tu familia... y, sobre todo al no poder hacer nada para aminorar, tan solo un poco... el dolor que hay dentro de tí ante la pérdida de tus padres... – agaché la mirada dolorosamente, intentando ponerme en sus lugar un breve instante... el hecho de perder a tus padres, las dos personas que han dado la vida por ti y las personas que más has amado en la vida, desaparecieran... era un dolor y un sufrimiento que podía llegar a imaginarme, y que ojalá... no tuviera que padecer algún día. A pesar de que era la ley de la vida... algún día mis padres se marcharían de este mundo y con el tiempo, se convertirían en un recuerdo, un hermoso recuerdo al llevarlos presentes dentro de mis pensamientos. – a pesar del resentimiento que tengo hacia tu abuelo... me es imposible... odiarlo... y, odiarte... – confesé con el corazón en la mano. El hecho de odiar al asesino de mi abuelo, estar consciente de que por su culpa... jamás tendré la oportunidad de conocerlo, sentir la calidez y el cariño de él y de mi abuela. El odio, era un sentimiento que no cabía dentro de mí corazón. Mi abuelo fue un hombre valiente, que luchó hasta el último aliento por defender sus ideales, por una causa noble y justa... por un mundo y una vida mejor para todos y cada uno de nosotros. – lamento con gran pesar lo que le sucedió a tus padres... y, solo espero... que... algún día podamos perdonarnos el sufrimiento que nos hemos causado los unos a los otros... – le pedí, con un hilo de voz, antes de darle un suave y reconfortante apretón en el hombro, para después salir de la lechucería en silencio y sin nada más que decirle dejándolo solo con sus pensamientos. Algún día, haré lo posible por recuperar los bienes de su familia... en este momento me era imposible prometerselo, pero lo haría... le daría mi palabra y no descansaría hasta devolverle su patrimonio a Ian Dolohov. Por la memoria de mis abuelos que lo haré... por que ninguno de ellos, hubiera deseado nada de esto... cerré los ojos con inmensa tristeza sintiéndo como una lágrima caída por mi mejilla, y la cual me limpié rápidamente.

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