Rockland, New Sesson chap # 1 ^^

**ιzzy нale** Lun Nov 08, 2010 4:56 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
+ Universitario ;; 1º año en Ciencias Políticas
[ Con Irene Urdangarín // En: Muelle ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Vlcsnap10500258

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Vlcsnap10500336

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La ausencia de mi abuela había dejado un profundo vacío en mi interior... lo único que en estos momentos me quedaba por hacer era aceptar con resignación su partida, hecho que me negaba ciegamente afrontar por el temor a ver una realidad que era inevitable. Había momentos en los que mi fortaleza flanqueaba al punto de quebrantarse en cualquier momento a causa del dolor y la tristeza que día a día me iban consumiendo. A pesar de que mi abuela siempre se había empeñado en compararme con William... aconsejándome que debería seguir su ejemplo al comportarme correctamente, y ser la persona que ella deseaba que fuera... razón por la cual en un principio creía conocer perfectamente sus motivos y su empeño por hacerme cambiar, pero ahora, me daba cuenta del terrible error que cometí al juzgarla erróneamente sin pensar, anhelando sobresalir al comportarme como un crío los últimos años... su temor jamás fue que me viera involucrado en escándalos... si no que en realidad su temor era que echara mi vida por la borda, sin ni siquiera importarme y detenerme a pensar tan solo un minuto en la opinión y la preocupación de mi familia... teniendo en cuenta que mis hermanos me necesitaban, su único deseo fue el que siempre me mantuviera unido a ellos... olvidándome de una vez por todas de mi absurda y patética rivalidad con William. Mi abuela siempre fue mi símbolo de refugio, al ser la única persona en la cual depositaba enteramente toda mi confianza al contarle mis temores... mis inquietudes... mis sueños... mis anhelos. Ella era lo único más cercano y parecido que tenía a una madre a raíz de la ausencia de mi propia madre. Y, lo que más me partía en el alma era hacerme a la idea de que jamás volvería a escuchar su voz... sus consejos... sus regaños... ni volvería a sentir el inmenso cariño que me demostraba en sus abrazos tan reconfortantes. Sin embargo, a pesar de la difícil situación que me encontraba viviendo… la presencia, el cariño, la ternura y la comprensión de Irene los últimos dos meses; el solo echo de tenerla a mi lado en estos momentos, me hacía sentir una tranquilidad que nunca antes había sentido, y que de cierta forma aminoraba el dolor que ambos sentíamos. Una sensación que me hacía olvidarme por un momento de las personas que me rodeaban, al punto sentir una paz interior que me hacía olvidarme de la situación que estaba viviendo, al ser Irene mi única realidad y mi única razón de ser. Jamás encontraría la manera de agradecerle a Irene, todo lo que había echo por mí durante este tiempo al brindarme su cariño y su apoyo incondicional... anhelaba de todo corazón poder hacerla feliz… tal vez… olvidarnos por un instante del pasado, y vivir el presente. Respiré lenta y profundamente pasándome una mano por el rostro, este año comenzaría la Universidad… y, aunque al principio me vi tentado en rechazar la solicitud de asistir a la Universidad de Rockland… mi anhelo por estar cerca de Irene, fue más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo. Además… también estaba Vicky… y, NO, me refuté tajantemente dentro de mis pensamientos, me había echo una promesa y estaba dispuesto a cumplirla.

Una vez que el barco arribó al puerto tras tres días y dos noches de viaje desde Montenegro hasta la isla de Konstanz; me despedí de Garrett y Nikki con quienes había pasado gran parte del día en la sala de recreación del barco jugando en la mesa de billar. Tenía toda la intención de buscar a Irene, para ayudarla con el equipaje y disfrutar el resto del día a su lado… pero al llegar a su camarote me topé con la sorpresa de que se había marchado. No tuve la necesidad de preguntarle a alguna de sus compañeras si la habrían visto por pura casualidad, debido a que en ese momento el móvil comenzó a vibrar y a sonar dentro del bolsillo de mi pantalón. Sonreí de manera divertida, a la vez que negaba suavemente de un lado a otro al darme cuenta que era un mensaje de Irene, pero sobre todo al darme cuenta que no me había equivocado en mi corazonada… De un momento abandoné los corredores del barco, sintiendo la seguridad de pisar finalmente tierra firme. Eché un vistazo a mí alrededor intentando divisar a Irene por algún lado, hasta que logré divisarla no muy lejos de donde que me encontraba… sonreí dentro de mis pensamientos, rodeándola para tomarla desprevenida… acercándome lo más cautelosamente posible, hasta posarme desapercibidamente a su lado. Me aclaré un poco la voz, para llamar su atención y hablarle con un tono más grave y maduro de lo habitual. – disculpe hermosa dama, pero me parece que no es apropiado que una señorita tan hermosa y linda como usted camine sola sin la compañía de un gallardo y apuesto caballero.. – comenté caballerosamente esbozando una mueca divertida en los labios, con la intención de bromear. – ¿cree que será un atrevimiento de mi parte, si le pido cordialmente que me conceda acompañarle el resto del día? – pregunté mirándole amablemente con una sonrisa, rodéandola hasta quedar justo detrás de ella y depositar un suave y cálido beso en su mejilla.

**ιzzy нale** Jue Dic 02, 2010 2:43 am

Izzie Bessette
as: Isobel Aurelle Bessette
+ Tercer año >> Taller de Guión & Literatura ;; Ballet ;; Voley (Delantera)
[ Con Liam Burke // Campus ]

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Verano... aquella palabra iba y venía de un lado a otro rondando mis pensamientos, no había duda alguna que este verano había sido uno de los peores de mi vida... de no ser por Yukki y Paris, hubiera optado por quedarme encerrada en mi habitación por el resto de las vacaciones, lo cual hubiera sido más favorable antes tener que luchar contra mis sentimientos. Cerré los ojos dejándome llevar por su recuerdo en el instante que llevaba mi mano hasta mis labios tocándolos con suavidad... el recuerdo de los labios de Will sobre los míos, era una situación terrible de afrontar y difícil de olvidar... no podía dejar de lado la sensación que me recorrió de pies a cabeza... al sentir su proximidad, pero sobre todo al deleitarme de la sensación de calidez que me provocaba tenerlo tan cerca... en el fondo me era imposible luchar contra mis sentimientos, sin embargo... hubo algo que me detuvo... y ese era el miedo, el temor a admitir que estaba profundamente enamorada de Will, el miedo a sufrir una decepción amorosa... incluso darme cuenta que esto que estaba sintiendo dentro de mí, se tratara única y exclusivamente de una ilusión que de un momento a otro podría desvanecerse y traerme de vuelta a la realidad, una realidad que me sería más difícil de afrontar a la que me encontraba viviendo en estos momentos. Una parte de mí, pedía a gritos confesarle a Will la verdad mis sentimientos... pero por otro lado, se encontraban mis temores y la inseguridad... el hecho de que aquel beso, no hubiera significado absolutamente nada para él, y que solo haya sido un simple error... es por esa razón que no podía darme el lujo de que mis sentimientos me cegaran... tanto mis sentimientos como mis temores, si me viera en la obligación de colocarlos sobre una balanza... seguramente mis temores serían los que vencerían, sin embargo mi corazón pedía a gritos no olvidarme de Will, pero... ¿que opinión tendría de mí?, el haberlo dejado solo en la playa después de aquel beso y marcharme sin ninguna explicación.. Era una clara prueba que seguramente le había echo pensar que... él no significaba nada en mi vida, cuando en realidad Will... era el príncipe con el que siempre había soñado. Ahogué un hondo y prolongado suspiro... no había duda alguna, tenía que afrontar a Will y darle la cara... al menos darle una explicación de mi extraño comportamiento, era lo mínimo que él se merecía. Me miré al espejo, y por un momento pude darme cuenta de la persona que estaba delante de él... en mi rostro se veían reflejados mis miedos... mis temores... sabía que esta situación no sería nada fácil, pero tarde o temprano tendría que darle la cara a Will y aunque jamás me atreva a confesarle el inmenso amor que siento por él... me sentiré completamente agradecida al brindarle mi amistad. Cerré los ojos, respirando hondamente para darme valor...y finalmente salir del dormitorio para posteriormente encaminarme hacia los jardines del Internado y de ahí al Campus de la Universidad. Esta noche se llevaría a cabo una especie de "recepción" para que los estudiantes, incluyendo los Universitarios; tuviéramos la oportunidad de conocer el Campus de la Universidad. Yukki, como de costumbre me hizo el favor de ayudarme a elegir un atuendo sobrio y discreto para la ocasión... aunque, para ser sinceros... seguía sintiéndome como un pez en un estanque pequeño en este tipo de eventos, de no ser por Yukki, que era como mi hada madrina y una de las personas más importantes que existe en mi vida... juro que me sentiría perdida en este tipo de situaciones. Suspiré hondamente, mientras caminaba sintiéndome como un bicho raro entre las personas y con mayor razón al captar y sentir las miradas inquisitivas de un grupo de Universitarios... especialmente la de un chico alto, cabello castaño y ojos color miel que no paraba de mirarme. Por un momento me encontré con aquellos ojos color miel, pero al hacerlo desvié rápidamente mi mirada intentando evadirlo... respiré lenta y profundamente, en el momento que me daba la media vuelta... accidentalmente me choqué de frente con alguien que venía en sentido contrario al mío. – yo... lo lamento mucho... venía... – empecé a decir atolondradamente con la intención de disculparme. Sin embargo, no llegué a terminar de ofrecer mis sinceras disculpas, debido a que en el momento que alcé la mirada, para observar a la persona con la que me había topado... me enmudecí por completo, al darme cuenta que era Will... lo miré fijamente a los ojos, aquellos hermosos ojos que sin lugar a dudas me habían cautivado desde el primer momento en el que lo conocí... llegando a convertirse en el único dueño de mi corazón y de mis pensamientos. Juro que en este momento deseaba que la tierra se abriera y me tragara completamente... mi corazón no dejaba de latir, y sentía que de seguir a así, amenazaría con salirse en cualquier momento... por los nervios, el temor y la felicidad que sentía al haberlo aquí, parado frente a mí... – Will... – musité débilmente, sintiendo como su nombre escapaba sin proponérmelo siquiera de mis labios... el solo hecho de decir su nombre, me inundaba de felicidad... – perdóname... lo que pasa es que... – ¿qué Isobel?, las palabras en este momento... iban y venían dentro de mis pensamientos, sin saber exactamente que decir o siquiera por donde comenzar. Sentía que mi pulso se aceleraba y mi corazón latía aceleradamente a causa de los nervios... bajé mi mirada evitando por todos los medios tener que mirarlo a los ojos, sabía que la simple razón de mirarle fijamente a los ojos... me haría olvidarme de todas las personas que estaban a mi alrededor, y que de ser así... acabaría por confesándole a los cuatro vientos el amor que sentía por él... – te dejo... que pases buenas noches... y, ojalá disfrutes la velada... – le deseé de la manera más tranquila, para luego hacerme a un lado intentando retomar mi camino. Tenía que salir de aquí... y rápido...

**ιzzy нale** Jue Dic 02, 2010 2:54 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Campus ]

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No había duda alguna, este verano había sido uno de los más movidos y a su vez el más especial que he tenido en mi vida. Con la terrible y triste noticia del fallecimiento de la Reina Elizabeth II... mi familia y yo habíamos viajo a Londres, con la intención de ofrecer nuestras más sinceras condolencias a la Casa Windsor. Es por esa razón, que no quisiera imaginarme viviendo en una situación como la que afrontaban en ese momento los Windsor... el solo hecho de pensar que algo malo pudiera sucederle a mi familia, me envolvía en una terrible angustia que no quisiera tener que vivir. Por otro lado, la mayor parte de mis vacaciones transcurrieron con cierta normalidad... Asistiendo a eventos de caridad y obras benéficas en compañía de mi madre y mis hermanas... finalmente habíamos logrado ver cumplido nuestro sueño de fundar una casa hogar. Aunque varios del parlamento se opusieron a la fundación de la casa hogar, al final logramos cumplir con nuestro objetivo. Era la primera vez, que mi padre y mi abuelo me imponían ante el parlamento, para que pudiera ofrecer mi opinión y expresarme libremente... en parte por que no era justo que la familia tuviera abandonado un castillo al norte del país, el cual única y exclusivamente solía utilizarse durante la temporada invernal y era por lo general más bien habitado y siendo utilizado por algunos miembros del parlamento, lo cual era realmente muy poco común. No se me hacía justo, que los niños desamparados no tuvieran un hogar, mientras que nosotros no teníamos que sufrir ninguna clase de privaciones... cuando ellos, si las padecían. Había sido una lucha incansable, pero finalmente logramos cumplir nuestro objetivo... y el castillo ubicado al norte de Zúrich, sería destinado a los niños... proyecto que a fin de cuentas fue aceptado sin duda alguna por mi abuelo. Sin embargo, una de mis más grandes alegrías; además de abrir la casa hogar; fue sin duda alguna tener la oportunidad de visitar a Yukki durante el verano... debo admitir que cuando Liam me propuso que visitáramos Paris, no pude negarme... especialmente al tratarse del profundo interés que Liam sentía por Izzie, mi mayor sorpresa fue el encontrarme con Yukki quien también estaba de visita. Aunque las cosas, no habían terminado del todo bien para Izzie y Liam... solo esperaba que con el tiempo ambos tuvieran el valor de decirse a la cara lo que sienten el uno por el otro. No me atrevía a hablar con Liam de Izzie, más que nada por respeto... y por que sabía perfectamente lo que le diría, estaba más que consciente que aunque Liam en el fondo estaba enamorado de Izzie... no sabía, si con la llegada de Serena al Internado... se sentiría confundido, al verse probablemente removidos viejos sentimientos. Respiré lenta y profundamente, mientras me acomodaba un poco el cuello de la camisa; esta noche se llevaría a cabo una especie de "cena de bienvenida" en el campus de la Universidad, con la intención de que los estudiantes tuviéramos la oportunidad de conocer y recorrer sus instalaciones. Una vez que terminé de... digamos que "acicalarme decente y discretamente" para la ocasión, salí del dormitorio con rumbo al campus de la Universidad que se encontraba a lado. Inhalé y exhalé hondamente... escuchando los sonidos del océano, lo que provocó que los recuerdos inundaran mis pensamientos, al acordarme de aquella vez inolvidable tarde de verano a lado de Yukki, mientras caminábamos por la costa. Negué suavemente de un lado a otro, sin poder evitar sonreír ante aquel recuerdo. Aunque, mis afectos y sentimientos hacia Yukki... eran inevitables, aún no me sentía del todo listo para intentar dar el siguiente paso... por miedo a perder su amistad e incluso por temor a... que lo nuestro no llegarse a funcionar... no quería verme sumido en una depresión como la que había tenido que afrontar tras lo acontecido con Esmee, aunque... Yukki y Esmee eran dos personas completamente opuestas... no había duda alguna de que Yukki, era la persona más dulce, gentil, hermosa y linda que he conocido en toda mi vida... Esmee, por el contrario era extrovertida, impulsiva y de cautivante belleza... una belleza que me había cegado hasta el grado de no darme cuenta de que para ella, nuestra relación había sido solamente algo "pasajero". Comencé a caminar tranquilamente con las manos hundidas dentro de los bolsillos de mi pantalón, observando el cielo nocturno... cuando en ese momento a lo lejos, reconocí una cabellera bastante familiar que me hizo sonreír de manera inevitable al darme cuenta de quién se trataba. Me acerqué discretamente hacia ella, intentando hacer el menor ruido posible, hasta situarme justo detrás de ella, por lo que me aclaré un poco la garganta para llamar su atención. – ¿se puede saber por que tan sola mi bella dama? – pregunté tranquilamente y con la voz un tanto más grave de lo habitual, intentando de cierta manera imitar a la de Woody en Toy Story, cuando este rescata a Jessie del avión. ¿Desde cuando me había vuelto fanático de las películas de Disney?, ni idea... supongo que era un hábito y una cualidad que sin querer había adquirido de Yukki, durante la semana que habíamos pasado todos juntos en París y que la mayor parte de verano... me hizo recordarla.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 1:59 am

Laura d'Aviano
as: Maria Laura Beatrix Margherita d'Aviano
+ Universitaria ;; 1º en Relaciones Internacionales
[ Con Duke Bower // Gran Salón - Campus ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 18768119

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Los nervios, y la emoción por comenzar una nueva etapa en mi vida... me tenía realmente con los nervios de punta y con el alma en un hilo. Es decir, aún no podía creer que los años hubieran transcurrido tan rápidamente, pero así era la vida... muchas veces tan impredecible e incluso tan... tan cruel y triste, especialmente tras el lamentable fallecimiento de la reina de Inglaterra, hay momentos... en los que la vida, te resulta tan... corta y difícil de llegar a comprender los motivos por los cuáles, a veces te impone retos y trabas a tener que superar. Por otro lado, el verano... en cierto modo, había sido... tranquilo, dejando de lado, que por un instante creí que mamá se decepcionaría completamente de mí, al aceptar la solicitud de ingresar de Yale. Pero a decir verdad, mamá se había portado de una manera tan dulce... al respetar mi decisión, y siempre demostrarme de manera incondicional su cariño y su apoyo, como toda la vida. Es por esa razón que, me sentía terriblemente afortunada... de tener una familia tan unida. Las razones por las que había rechazado, ingresar a la Universidad de Yale, habían sido por que en el fondo... temía que la separación fuera... destruyendo mi amistad con Dan, además... últimamente pensaba tanto en él, que... realmente no deseaba separarme de él. Dan, era mi amigo, mi confidente, una persona a la cual le tenía un inmenso cariño. Sonreí dentro de mis pensamientos, al darme cuenta de lo especial que era Dan en mi vida. Desde que había ingresado al Internado, en todos estos años, él había sido mi único amigo, una de las pocas personas que se había ganado mi confianza, tanto así que confiaba ciegamente en él, sin siquiera vacilar un solo instante. Respiré lenta y hondamente, mientras llevaba mi mano, hasta la cadenita que colgaba alrededor de mi cuello, y jugueteaba suavemente con ella. Aquella cadenita con un sol y una luna entrelazados el uno con el otro, y que era sumamente especial al ser un regalo de Dan, con motivo de mi cumpleaños, el año pasado, y que jamás... por ningún motivo, solía separarme de ella. Esta noche, tenía entendido que se llevaría a cabo una cena de bienvenida para los estudiantes y para los nuevos Universitarios, con la intención de que se conociera de una manera más abierta el Campus de la Universidad. Tenía que admitir que el Campus, era... increíble. Lo único que anhelaba, era poder encontrarme dentro de estas paredes y lograr salir adelante. Suspiré pesadamente, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo, era una noche realmente hermosa... pero bastante fresca... es por eso, que había optado por acudir a la cena con un look, casual y desapercibido... Caminé un poco, echando un vistazo a mi alrededor y poniéndome ligeramente de puntitas para observar discretamente entre las cabezas y los rostros de los asistentes, intentando dar con alguno de mis hermanos, o con Dan, pero ninguna señal de ellos. Suspiré con ligera frustración, para luego encaminarme hacia una de las mesas, adornadas con motivos realmente hermosos y pintorescos, corrí la silla para sentarme tranquilamente y observar serenamente a mí alrededor. En ese momento uno de los meseros, pareció reparar en mi presencia, y rápidamente se apresuró a ofrecerme algo de beber. Le miré con una sonrisa de lado, algo apenada... al escuchar sus disculpas.. – no te molestes... – le pedí, sonriendo amablemente, a modo de que no tenía de que disculparse. – pero... ¿te molesto, con una limonada? – le pregunté, sonriendo ligeramente de lado. El joven mesero, sonrió amablemente y dijo que en un momento me traía mi bebida, ante lo cual asentí tranquilamente. Luego de unos segundos, escuché una voz desconocida, la cual provenía de un joven... alto, y de aspecto fornido, preguntándome si tenía inconveniente con compartir la mesa. – ¡Oh! no, para nada... por favor... toma asiento – le pedí amablemente con una sonrisa, apartando mi bolso para colgarla en el respaldo de mi silla, para que así no le molestara. Escuché que se presentaba como Duke Bower. – Laura d'Aviano... – me presenté, con una sonrisa jovial y cálida en el rosto, extendiendo mi mano para estrechar la suya cordialmente. – eres uno de los chicos de nuevo ingreso... ¿no es verdad? – le cuestioné, sonriéndole un tanto... insegura. Más que nada por no saber que decir, jamás había sido buena iniciando algún tipo de conversación. Aunque... comparado con el hecho de tener que hablar en público, o mejor dicho mi miedo a ser una oradora... mantener una conversación no resultaba algo tan malo.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 2:01 am

Lucy Harris
as: Lucille Catherine Harris
+ Profesora de Historia del Arte
[ Con Samuel Harris // Campus ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Chylerleighgreysanatomy

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Aún no podía creer que Dean hubiera regresado, después de todos estos años de haberse ausentado, me sentía dichosa finalmente al saber que mi hijo, había vuelto a casa... nada en este mundo me hacía más felíz, que tener a mi familia reunida, juro que en el momento en que Ted me dió la noticia, no podía creerlo... por un momento creía que se trataba de un sueño, pero Ted fue quien se encargó de confirmarme que nada de esto se trataba de un sueño, que mi Dean... había vuelto. Anhelaba tener la oportunidad de abrazarlo, y decirle lo mucho que lo habíamos extrañado, reprenderlo seriamente por todos estos años de angustia y sufrimiento al no tener noticias de él... aunque en el fondo, había respetado la decisión de mi hijo de marcharse de Londres, me dolía que aún no se dejara ver por su familia. Ted y yo, por el momento habíamos llegado a la decisión de no informarle a nuestra pequeña Dora del regreso de Dean, y el único al cual le habíamos comentado era a Sammy. Por otro lado, tras la llegada de los estudiantes extranjeros a Hogwarts, me había pasado el verano ideando un programa de estudios... especialmente por que necesitaba saber a que nivel de grado académico se encontraban los estudiantes, para que de cierta forma no se atrasaran en sus estudios académicos durante su estancia en el Castillo. Una vez que terminé de revisar la mayoría de los ensayos de los alumnos de primero con referencia a la transformación práctica, me encaminé a las cocinas a preparar la cena y hacerles una visita a los elfos que desde siempre habían sido muy joviales y gentiles. Sonreí débilmente, ante aquel pensamiento, en el momento que tomaba la charola entre mis manos para posteriormente abandonar las cocinas y encaminarme hacia su despacho; me acomodé un poco la charola, dándo unos suaves golpesitos a la puerta, esperando no ser inoportuna. Escuché un pequeño movimiento detrás de la puerta, seguido de un audible "Adelante", por lo que sostuve la charola con una mano, para así poder girar la perilla y entre abrir un poco la puerta asomándome un poco intentando divisar a Ted con la mirada... – ¿se puede Profesor Lupin? – pregunté tranquilamente usando un tono impersonal, pero bromista, a la vez que una dulce sonrisa se hacía notar en mi rostro al verlo.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 2:08 am

Izzie Bessette
as: Isobel Aurelle Bessette
+ Tercer año >> Taller de Guión & Literatura ;; Ballet ;; Voley (Delantera)
[ Con Liam Burke // Campus ]

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Entrecerré los ojos, sintiendo que los nervios me invadían y me recorrían por todo el cuerpo, en el momento que sentí como su mano se ceñía a mi brazo, impidiendo que me alejara. Dios, ¿por qué tenía que ser así?, ¿por qué?, decía una y otra vez dentro de mis pensamientos. Respiré hondamente, dándome el valor suficiente para volverme y mirarlo directamente a los ojos... aquellos hermosos ojos claros, que me habían cautivado y que el solo hecho de tener que mirarlos, provocaba que las piernas me temblaran. – no creo que este sea el momento y el lugar apropiado, Will... – le hice saber, evitando tener que mirarlo nuevamente a los ojos... de seguir así, estaba más que segura, que acabaría... con lágrimas en los ojos, y lo que menos deseaba era volver a llorar y flanquear delante de él. – lo mejor será... que hablemos otro día... – le pedí con un hilo de voz, haciendo el intento de alejarme de él... me dolía en el alma y en lo más profundo de mi corazón, tener que estar tan... distanciada de él, si no fuera por mis temores... por el temor a que al hablar, todo este sueño que había vivido a su lado, desapareciera de un momento. Una parte de mí, se negaba rotundamente a tener que escuchar de sus labios que aquel beso, había sido un error... En ese momento a lo lejos, no pude evitar distinguir entre las personas, una cabellera rubia... que en un principio me resultó vagamente familiar. ¿Acaso era...? ¿Sería posible que...? Entorné los ojos, de manera curiosa intentando reconocer a la persona que estaba a lo lejos... en ese instante me dio un vuelvo el corazón, al reconocer que la persona que se encontraba con Candy, era nada más y nada menos que.. Serena. Ha vuelto... repetía dentro de mis pensamientos, sin poder darme el lujo de creer lo que habían visto mis ojos. Serena... alguna vez fue mi amiga... ¿ahora como podría darme el valor de mirarla a los ojos y ser capaz de decirle que me había enamorado de quien alguna vez fue el amor de su vida?. No sabía, si Will estaba consciente del regreso de Serena, ella alguna vez me contó lo especial que había sido Will en su vida, y luego tras su inesperada partida, no tenía idea de como habían quedado las cosas entre ellos... aunque quizás, es por esa razón que me pedía que habláramos, para aclarar las cosas. – además esta por... por comenzar la cena... – comenté un tanto intranquila, dándole a entender que sería una falta de respeto... irnos a otro lugar. Miré un momento a mi alrededor, intentando dar con Yukki, entre todas las personas que se encontraban presentes, pero no había rastro alguno de ella.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 2:09 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Campus ]

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No pude evitar reír suavemente y sonreírle de manera divertida, cuando me llamó por el nombre de "Woody". Lo único que me alegraba sinceramente era que le hubiera sacado una sonrisa, con mi imitación barata. Y, con mayor razón... si su sonrisa era tan... linda y encantadora. Comentó que había que perdido a Izzie, y que por esa razón se había quedado sola. Negué suavemente de un lado a otro mirándole con una pequeña sonrisa en los labios. – por el contrario, me parece que el afortunado soy yo, al contar con tu presencia.. – comenté amablemente con una sonrisa de lado. Tenía que admitir, que esta noche Yukki se veía... realmente... radiante y hermosa, como una estrella... no había palabras que pudieran expresar lo preciosa que se veía. – Bien, dentro de lo que cabe... – comenté vagamente, apartando por un momento la mirada de su angelical y delicado rostro. La verdad, era que con la situación de Izzie y Liam, realmente no sabía como acabaría... lo único que deseaba era que ojalá y pudieran arreglar su situación entre ellos, realmente no quería imaginarme ni mucho menos tener que verme en la obligación de tener que elegir entre mi mejor amigo, y... Yukki, quien se ha convertido en una persona fundamental en mi vida. Gracias a ella, siento que volví a renacer, a ilusionarme... un sentimiento difícil de explicar. Ahogué un hondo y prolongado suspiro... para luego mirarle con una sonrisa. – ¿recuerdas que... que te conté de la casa hogar que planeaba fundar con mi familia? – le cuestioné con una sonrisa de lado. Durante nuestra estancia en París, pero sobre todo, en el tiempo que compartí con Yukki, le había atrevido a contarle uno de mis grandes sueños... el cual era llegar a abrir una casa hogar. – pues, ¡lo logramos! – le afirmé, tomando suavemente sus manos entre las mías, y sonriendo bastante complacido y sobre todo emocionado por compartirle la noticia a Yukki. – al principio, te confieso que temía... exponer mis puntos de vista ante el parlamento, pero... – el solo hecho de pensar en ti, en ese momento... imaginarme que estabas a mi lado, apoyándome... Me dio la fuerza y el valor suficiente para afrontar a todo el parlamento en pleno. – Al final, todo resultó de maravilla... – le comenté, sonriendo esclarecidamente, y mirándole fijamente a los ojos, mientras acariciaba suavemente y de manera delicada sus manos, con mis pulgares. – creo... que de no ser por tus palabras de aliento aquella vez... no lo hubiera logrado... – añadí tranquilamente, mirándole de manera sincera... para luego besar dulcemente sus manos. – gracias... – le dije, de todo corazón... la miré fijamente a los ojos, por varios segundos... aquellos dulces y hermosos ojos que brillaban como dos luceros, para luego olvidarme por un momento de lo que nos rodeaba y estrecharla fuertemente entre mis brazos, abrazándola de una manera cálida y reconfortante, y dejándome embargar por la sensación tan cálida y reconfortante que me provocaba en tenerla tan cerca de mí. – Siempre... te estaré eternamente agradecido por ello... – me separé un poco, para observarla intensamente a los ojos, y besar su frente dulcemente.

**ιzzy нale** Lun Dic 06, 2010 2:11 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
Universitario ;; 1º año en Ciencias Políticas
[ Con Diana Windsor // Muelle ]

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La compañía de Irene, el resto del día me había ayudado a meditar ciertas inquietudes y aclarar algunas dudas que aún rondaban mis pensamientos. Pero, ¿a quién demonios quería engañar?. Sabía perfectamente, que el hecho de engañarme a mí mismo, jamás había sido un método factible que diera resultado. En el fondo de mi alma, había un vacío... un vacío que ni con el cariño y la presencia de Irene, había logrado llenarse. Un lugar dentro de mi corazón, en el que alguna vez estuvo Vicky, y que aún me dolía en lo más profundo sentir aquel inmenso vacío que existe dentro de mi alma. Con la pérdida de de mi madre, después Vicky... y ahora la de mi abuela. ¿Tendría alguna razón para seguir adelante?. Vicky alguna vez... fue mi todo, mi corazón, mi esperanza, la luz que iluminaba mi camino, mi vida entera... mi única razón de ser y por la que... hubiera sido capaz de dar absolutamente todo de mí, con tal... de hacerla inmensamente feliz. Pero, ahora... sentía que no tenía absolutamente nada, por lo que luchar... Irene, Dios, Irene, era una mujer excepcionalmente increíble, maravillosa... la quería, pero jamás llegaría amarla con la intensidad que amaba a Vicky. Estaba consciente del daño que ambos nos habíamos hecho... y el daño que seguramente le estaba haciendo también a Irene. ¿A donde iría acabar nuestra relación?. Aunque Irene lo negara rotundamente... las miradas son muchas veces la ventana al alma y a los corazones de las personas, y, sabía que en el fondo aún sentía un gran amor por Jared Mastrianni. Tal, y como yo aún seguía profundamente enamorado de Victoria. Una parte de mí, realmente deseaba... que mi relación con Irene, tuviera futuro, pero por otra parte... mi mayor sueño, y mi única ilusión en la vida, fue Vicky... con ella, hace tiempo llegué a idealizarme dentro de varios años formando una extensa y numerosa familia, pero antes, con una hermosa niña entre mis brazos que tuviera los ojos de Vicky... su encantadora sonrisa... su bello y delicado rostro. Y, ahora... en este momento... no había rastro alguno de aquellas ilusiones, que alguna vez me hicieron intensamente feliz. En donde alguna vez estuvieron albergados, mis sueños e ilusiones, en su lugar ahora existía una enorme coraza sólida e impenetrable... imagino que los golpes de la vida, al final terminan... convirtiéndote en una persona completa y totalmente diferente, que ni tu mismo eres capaz de reconocer. En cierto modo, la persona que ahora veía reflejada en el espejo... era alguien desconocido para mí, aquel Henry que alguna vez fue una persona alegre... divertida... dicharachera, había desaparecido, y en su lugar, ahora existía un Henry más reservado, apático, frío, e incluso distante. Respiré lenta y hondamente, pasándome una mano por el rostro y la cabeza, alborotándome distraídamente el cabello en diferentes direcciones, mientras caminaba sin algún rumbo en especial por el muelle. No tenía ni la más mínima intención, de asistir a la cena de bienvenida en el Campus, y con Irene habíamos quedado no de asistir... por lo que, no teníamos algún "plan", por así decirlo para esta noche... seguramente Irene, estaría cansada y se iría a dormir temprano... quizás más tarde me daría una vuelta por el Internado para cerciorarme si necesitaba algo, aunque... no quería comportarme como el "típico novio" obsesivo que se altera por no saber donde está su novia, mi relación con Irene... podría decirse, que era más... "liberal", al punto de que ninguno de los dos nos habíamos dado motivo alguno para discutir, o... para celarnos constantemente y a cada segundo por cualquier tontería, como suele ocurrir con las pajeras. Respiré profundamente, mientras caminaba distraídamente con las manos hundidas dentro de los bolsillos de mi gabardina... ¿Por qué deseas engañarte? ¿Por qué?, repetía una y otra vez dentro de mis pensamientos, para volverme un breve momento a admirar la intensidad del océano en todo su esplendor y su belleza, aspiré profundamente una y otra vez aquel suave y sutil aroma... aspirando la inmensa tranquilidad que me provocaba admirar el océano. En ese momento, entorné curiosamente los ojos y reparé a lo lejos en una pequeña figura, que no dudé ni por un instante en reconocer... Negué suavemente de un lado a otro con una cálida y suave sonrisa en mi rostro, caminando hasta donde se encontraba con un andar ligero y tranquilo. Me aclaré un poco la garganta, para llamar su atención... y luego picarle suavemente el hombro, y en el momento que volteó hacia atrás me hice a un lado para reaparecer a su lado, y plantarle un sonoro y ruidoso beso en la mejilla. – Hey Dee – le saludé sonriendo tranquilamente, al situarme a su lado, le di un suave y cariñoso apretón en su mano, que reposaba sobre el barandal del muelle. – discúlpame... no quise asustarte... – la observé un poco apenado, plantándome un suave beso en la mejilla, al notar que había tenido un ligero sobresalto. Respiré hondamente... congraciando con el esplendor del cielo nocturno. No tuve necesidad alguna de preguntarle a Diana la razón por el cual no se encontraba presente en la cena... ya que... en el fondo... conocía perfectamente el motivo. Volví ligeramente mi rostro hacia ella, para mirarle con una pequeña sonrisa. – ¿recuerdas cuando Will, tú y yo solíamos acampar en los extensos jardines de palacio?, y, ¿solíamos recostarnos en el césped durante horas y horas observando las estrellas? – le pregunté, con un aire nostálgico, bajando por un breve instante mi mirada hasta su mano, que aún sostenía entre la mía. – ¿sabes algo? nada me haría más feliz en el mundo... si... tuviéramos algún día la oportunidad de revivir esos momentos... – le comenté, con una cálida sonrisa en mi rostro. Algo que sin duda alguna era verdaderamente cierto... ya que recordar, es volver a vivir...

**ιzzy нale** Vie Dic 17, 2010 4:01 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; 1º año en Criminología
[ Con Andrew Burton // Muelle ]

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Ladeé suavemente la cabeza mirándole con extraña curiosidad cuando mencionó que trabaja en la Universidad, algo que para ser sinceros... me dejo lo bastante sorprendida. ¿Era enserio?. Es decir, ¿tan pequeño es el mundo?, es algo que realmente no me cabe en la cabeza... supongo que empiezo a hacer uso y lógica de mi razonamiento dada la carrera que pienso desempeñar a futuro si logro sobrevivir a la Universidad. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, en el instante que me cruzaba de brazos mirándole con una pequeña sonrisa, no muy segura de la situación. ¿Qué podía decirle?. Suspiré para después encogerme de hombros y asentir como una respuesta afirmativa a su pregunta con respecto a si estudiaba en Rockland. Negué suavemente al escucharle decir que nuestro encuentro era una casualidad extraña... agradable pero extraña. – Me parece que extraña sería la palabra que mejor lo definiría, como bien acabas de mencionar... – comenté con un aire extrañado bajando la mirada un momento para acomodarme un mechón de cabello detrás de la oreja, para luego mirarle nuevamente y explicarme más a fondo. – sucede que a mis hermanos y a mí, nos ofrecieron una beca y decidimos aprovechar esta oportunidad para continuar con nuestros estudios... – A pesar de que era una persona que recién conocía... Andrew es la primera persona que me ha inspirado la confianza suficiente como para hablarle con la verdad y con el corazón en la mano... como para relatarle algunos fragmentos de mi vida a un desconocido... ¿la verdad?, Andrew parecía ser un hombre amable y sincero... y la corazonada que sentí dentro mí, me dio el valor y la libertad para desahogarme con él. Extraño... pero muchas veces el corazón actúa de una manera que la razón probablemente jamás entenderá. – me olvidaba... creerás que soy una impertinente supongo que lo más apropiado en este caso será que empiece a tratarte de "usted", ¿no crees? – cuestioné de manera agradable, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz. Imagino que para Andrew... sería extraño que una estudiante lo tuteara como si lo conociera de hace mucho tiempo, y, realmente lo que menos deseaba era que por culpa mía le ocasionara problemas. De hecho al conocerlo él mismo me había pedido de favor que lo tuteara, pero ahora esta era una situación completamente diferente... por lo que... debía mostrarle respeto, supongo.

**ιzzy нale** Vie Dic 17, 2010 4:08 am

Jack Seward
as: Jacques Michel Seward
+ Tercero >> Teatro & Música ;; Futbol (Delantero), Equipo #1
[ Con Gio Henley // Cafetería ]

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Tamborileaba el lápiz contra la mesa de madera, una y otra vez, mientras intentaba concentrarme en las hojas que tenía enfrente de mí, tal y como si estuviera delante de un examen. Si, no había duda alguna... odiaba álgebra y todo parecía indicar que ellas también me odiaban a mí. Suspiré, re-leyendo nuevamente el texto: Calcular la hipotenusa de un triángulo rectángulo en el que un cateto vale 4 y el otro 3... Alcé una ceja más confundido, ni siquiera leyendo entre líneas, tenía la más remota idea de como responder al dichoso problema. Respiré hondamente, rascándome la frente, a la vez que torcía los labios en una mueca.Tal vez, Nate se apiade de mí, si le pongo mi cara de gato con botas, chance y me deja copiarme sus respuestas. Resoplé con cierto cansancio y completamente resignado mientras guardaba las hojas de trabajo en mi mochila, coloqué el lápiz detrás de mi oreja, para luego sacar el nintendo DS, ponerle el cartucho y mover la cabeza al ritmo de la musiquita de Mario Bross. Sin embargo, luego de unos minutos le puse pausa, y fui hasta la barra para pedirme a la encargada de la cafetería, dos hamburguesas con una ración, extra doble de papas a la francesa, queso extra y... todo extra. ¡Oh! si, y como olvidar mi coca cola de lata. ¡Yum! ¡Yum!, el solo hecho de oler las hamburguesas provocaba que se me hiciera agua la boca. Sonreí bastante complacido y con agradecimiento en el momento que la encargada me entregó una charola con mi pedido, me di la media vuelta con cuidado hasta llegar a la mesa en la que me encontraba sentado. Eché un vistazo a mí alrededor, por si veía a Nate por algún lado... pero, nada. ¿Donde se habrá metido?. Fruncí el ceño extrañado, mientras movía un poco mi mano para ver la hora, en el instante que me sentaba y extendía las piernas en la silla de a lado que estaba desocupada, y me repantigaba cómodamente sobre las patas traseras de la silla meciéndome tranquilamente, mientras le daba un mordisco a mí hamburguesa y comenzaba a retomar la partida de Mario Bross, en donde me había quedado. En ese momento, noté de reojo que una cabellera rubia y una voz que no dudé en reconocer, agachada justo debajo de donde se encontraban cómodamente mis pies. Pausé el juego, para y bajé los pies de la silla de abajo rápidamente. Para luego encontrarme con la mirada colérica Henley. La miré de abajo hacia arriba. ¡Vaya! aún sigo sin comprender como es que sigue siendo un espárrago y un espagueti tan fino y delgadito. Sin ofender, pero... Henley era un espárrago muy bonito. Definitivamente, en cierto modo me recuerda a Daphne de Scooby Doo, cuando es interpretada por Sarah Michelle Geller. Me señalé alzando las cejas un tanto sorprendido para luego observarle con una sonrisa en mi rostro. – Si, yo... ah no ser que haya otro Seward por aquí, algo que seguramente es poco probable – solté tranquilamente, mientras me encogía de hombros y le sonreía de manera inocente. – Aunque, te confieso que siempre he tenido ganas de averiguar si tengo un doppelganger en algún lugar recóndito del mundo – le comenté distraídamente, mientras me levantaba de la silla, y notaba como recogía algunas hojas que habían caído a mis pies. Me arrodillé para intentar ayudarla a recoger sus hojas, sin embargo, las tomó rápidamente sin darme la oportunidad. Ladeé suavemente la cabeza. ¿Acaso aún me guarda rencor por haberme colado en la fila?. Suspiré pesadamente. Si sigue así, Santa Claus este año le acabará trayendo un trozote de carbón. Me erguí, casi al tiempo que ella también lo hacía. – hey, ¿por qué tanta prisa? – pregunté curiosamente al darle rápidamente el encuentro en su mesa, mientras le daba un mordisco a la hamburguesa que llevaba en la mano – no seas tan gencogosa – hablé con la boca llena, pero luego me di unos suaves golpes en el pecho para pasarme lo que estaba comiendo. – ¡Perdón! ¡Perdón! – me disculpé rápidamente al ver la cara de asco que ponía. – en fin, no seas rencorosa Gio... no fue mi culpa que te pusieras a gritar por no respetar la fila – comenté mirándole de soslayo, mientras le daba otro bocado a mi hamburguesa y un trago a mi lata de coco cola. – siempre hay una primera vez para todo, además no fue para tanto.. – agregué tranquilamente dándole otro trago a mi coca cola. Gio, a veces tendía a exagerar... además, no entiendo realmente el motivo de su desagrado, no por que una persona se haya colado en la fila, la vas a odiar ¿o si?

**ιzzy нale** Vie Dic 17, 2010 4:28 am

Tammy Ainsworth
as: Tamara Caroline Ainsworth
+ Tercero >> Ballet ;; Taller de Guión & Literatura
[ Con Nate O'Malley // Pasillos ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 119117053rpre

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Este verano, sin duda alguna había sido uno de los peores de mi vida, más aún con el triste fallecimiento de la abuela de Diana, había momentos en los que me sentía... una completa inútil, al no poder hacer nada por Diana, que era más que mi mejor amiga, era como una hermana, y, realmente no me gustaba verla sufrir, y ver como se alejaba del resto de mundo, de sus amigos y de las personas que la queríamos sinceramente. En estos momentos, estaba consciente del sufrimiento y el dolor que Diana llevaba sobre sus hombros, al igual que sus hermanos... toda su familia, la muerte de la reina había dado la vuelta al mundo causando tal conmoción, que es difícil de aceptar. Papá, decía que muchas veces en estas pruebas de la vida no nos queda más que la resignación, y la certeza de que esa persona ahora se encuentra en un lugar mejor, un lugar que es imposible llegar a imaginar, pero que seguramente sea cual sea ese lugar, reinaba una paz infinita. Pero, Diana... me preocupaba... hacía meses que no cruzábamos ni una sola palabra, y el hecho de que haya creado esa barrera entre ella y las personas que la rodeábamos, me dolía, y mucho. Diana, no era solo mi mejor amiga, era como una hermana a la que quería con todo mi corazón. La única persona, que siempre ha estado a mi lado, brindándome incondicionalmente su amistad y alentándome siempre y en todo momento. Sí, me sentía más sola que nunca en este lugar... y sabía que aunque quisiera abordar a Diana, ella encontraría la manera de evadirme de una u otra manera, tal y como llevaba haciéndolo durante estos últimos meses. Respiré hondamente, en momento que me sentaba en una de las bancas que había en los pasillos, y comenzaba a sacar mi libro de historia, y ponerme a repasar la lección para el día de mañana, ya que el Profesor, nos amenazó con un examen oral, por lo que necesitaba estar preparada para cualquier pregunta. Suspiré, mientras abría el libro en la página indicada y lo colocaba entre mis piernas e intentar adentrarme en la lectura. Lo cual me era imposible, mi preocupación por Diana sobrepasaba mis límites. Saqué mi celular, del bolsillo de mi sudadera, tecleé hasta la planilla de escribir un nuevo mensaje... viéndome tentada en mandarle un mensaje a Diana, para saber si nos podíamos ver a la hora de la cena... empecé a escribir, y una vez que terminé el mensaje, lo re-leí no muy convencida, por lo que oprimí la tecla de borrar. Negué suavemente de un lado a otro, optando por guardar nuevamente el celular dentro de mis bolsillos. Si, necesitaba hablar con Diana... pero un mensaje no era la mejor opción, necesitábamos hablar en persona. Di vuelta a la página, intentando retomar mi lectura... cuando escuché un cantico bastante gracioso, que me hizo inevitablemente apartar los ojos del libro de Historia, y volver un tanto sacada de onda al ver que un chico de cabellera rubia y de aspecto simpático me saludaba con alegría. Volví mi rostro de un lado a otro, asegurándome de que me hablaba a mí, pues tal vez se había equivocado. – ¡Hola! – le saludé con el mismo entusiasmo, aunque sin poder evitar mirarle algo extrañada. ¿De verdad me estaba hablando a mí?, me pregunté dentro de mis pensamientos al notar que me observaba más detalladamente. Seguramente, debe estar reparando en tu manera tan excéntrica y exótica de vestir, Tammy. Alcé las cejas sorprendida, cuando mencionó mi nombre. Reí con cierto nerviosismo. – Tammy Ainsworth – afirmé con una sonrisa extrañada. Entorné los ojos de manera curiosa y divertida, su rostro me era vagamente familiar. – ¡Oh no! para nada... siempre es bueno disfrutar de la compañía de los demás – lo alenté animadamente con una sonrisa, mientras apartaba mis cosas y las colocaba del otro lado para que no le molestaran.
– tú eres... O'Malley. Nate O'Malley, ¿no es verdad? – le pregunté con una sonrisa, cayendo en cuenta que lo había visto el año pasado durante el torneo de fútbol en el Internado. – verás es que se me quedó muy pegado tu apellido por que cuando el comentarista mencionó uno por uno a los miembros de tu equipo, me pareció gracioso notar que te apellidas O'Malley como el gato O'Malley de los Aristogatos. – comenté graciosamente, esperando que no se molestara o algo, por comparar su apellido con el nombre de la película de los aristogatos. – es que... apoco no es pegajosa la canción de... todos quieren ser ya gatos jazz – canté haciendo un con las manos al estilo "gato jazz" mientras le miraba con una enorme sonrisa divertida en el rostro. ¡Oh! vamos es que casi todas las canciones de las películas de Disney son pegajosas y es imposible realmente no cantarlas.

**ιzzy нale** Lun Dic 20, 2010 1:32 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
+ Universitario ;; 1º año en Ciencias Políticas
[ Con Vicky de Marichalar // Habitación - Rockland ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 205killorbekilled347

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 205killorbekilled349

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 205killorbekilled354

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Había transcurrido más de una semana desde mi conversación con Diana, no había deseado comentarle el mal semblante que tenía... debido a que podría adivinar sin la necesidad de escuchar de sus propios labios, la excusa que me daría para intentar evadirme y cambiar de tema como si nada. Tenía el extraño presentimiento de que había algo que me estaba ocultando. Dios, como si no la conociera... Últimamente notaba a Diana más pálida y más delgada de que costumbre, lo cuál no era normal. Y, realmente comenzaba a preocuparme que algo malo le estuviera sucediendo a mi hermana. Había estado investigando en la red y en libros de medicina de la biblioteca de la Universidad, e incluso me había atrevido a preguntarle al Doctor Sloan, mis inquietudes. El Doctor Sloan me aclaró que su palidez, podría deberse a varios factores... uno de ellos: una mala alimentación, alguna baja en su presión arterial, pérdida de sangre por alguna extraña razón, baja de defensa... en fin, varios motivos y razones y cada una tan improbable como la otra. Sloan, me aconsejó que primero y antes que nada intente hacer un acercamiento e intente hablar con mi hermana tranquilamente, y de cierto modo... recordarle que confíe en nosotros, para que Diana tenga la plena confianza de contarnos lo que le estaba sucediendo y finalmente convencerle o más que nada pedirle que se dejara revisar por un médico, con la única y noble intención de salir de dudas y asegurarnos que todo estuviera bien con Diana. Sabía perfectamente que no sería una tarea fácil, pero... Diana y William, eran las únicas personas por las que daría la vida sin siquiera dudarlo. Ya había perdido a mi madre, y a mí abuela... y por nada en el mundo dejaría que la vida me arrebate nuevamente a una de las personas que más amo y quiero en el mundo. Por más que intentaba comprender y cavilar el motivo por el cuál Diana se alejaba de sus amigos... de una u otra forma necesitaba hacerle ver, que con esa actitud no ganaba absolutamente nada... mi hermana necesitaba a sus amigos, y... ellos también la necesitaban a ella. Diana era terca y cabezona hasta cierto punto, una cualidad que sin duda alguna ambos compartíamos... ninguno de los dos solía ceder, ni mucho menos dar su brazo a torcer, a menos que se tratara de algo que realmente nos importara y por lo que estuviéramos dispuestos a luchar. Me pasé una mano por el rostro y la cabeza, intentando aclarar mis ideas. Por otro lado, todo parecía que Irene me... evitaba... ¿la razón?, ni idea. Me había llegado algunos rumores que... sinceramente prefería hacer caso omiso, Dios, como si no conociera a las personas, su único motivo y razón en la vida era regar chismes, por lo que... ¿debería preocuparme?, para sincerarme, realmente no lo creo necesario. Confiaba en Irene... y, si en parte dichos rumores llegasen a ser ciertos, no le diría ni una sola palabra. No por nada habíamos hecho un voto de confianza, y esperaría pacientemente a que la propia Irene tuviera el valor de confesarme la verdad, algún día. Inhalé y exhalé hondamente, mientras caminaba con una mano hundida dentro de los bolsillos de mi pantalón, y con la otra leía serenamente los sonetos de bolsillo escritos por Wlliam Shakeaspeare y que siempre solía llevar conmigo a todas partes. Curiosamente aún seguía recibiendo algunos regalos de felicitación por motivo de mi cumpleaños, de parte de algunas de las animadoras del Internado y otras del equipo de animadoras de la Universidad... ¿realmente tenían que hacerlo?. De no ser por que Garrett y Nikki, habían organizado una fiesta sorpresa junto con varios compañeros y amigos del campus, habría pasado inadvertido mi cumpleaños, como si se tratara de cualquier otro día. ¿Sinceramente?, no tenía cabeza para ningún tipo de celebración y menos en estos momentos... De un momento a otro llegué a mi destino... le había prometido a Irene desde el primer día que en cuanto tuviera la oportunidad de verme libres de las actividades de la Universidad iría a hacerle una visita. Sin embargo, al encontrarme frente a la puerta del dormitorio de Irene, entré en un terrible dilema... Vicky, ¿tendría acaso el valor suficiente de verla a los ojos después de tanto tiempo?. Una parte de mí, anhelaba desde lo más profundo de mi alma encontrármela después de todos estos meses... pero por otra parte, estaba consciente de lo que implicaría el volver a verla... Tomé una honda bocanada de aire, en el momento que llamaba a la puerta un par de veces. Esperé unos segundos, por lo que al no recibir respuesta, giré la perilla y entreabrí la puerta para dar paso dentro del dormitorio. Eché un vistazo a mí alrededor... cerciorándome de que no había nadie dentro del dormitorio. Qué extraño... Di un par de pasos hasta que me acerqué a la ventana que casualmente se encontraba abierta para observar el bello atardecer que se podía apreciar desde la ventana. Luego de unos momentos, escuché como una puerta se cerraba lo que provocó que saliera del ensimismamiento en el que me encontraba y me volviera hacia la persona que acaba de salir del baño. En ese momento... fue como si el mundo se hubiera detenido por completo, mi corazón empezó a latir de una manera desmesurada al tal grado que de seguir así... el corazón amenazaría con salirse de mi pecho. – Vicky... – sentí como su nombre escapaba de manera inesperada de mis labios. Miles de emociones y sentimientos encontrados comenzaron a embargarme de una manera que... solo ella, provocaba dentro de mí. Recorrí con mi mirada impertérrita cada milímetro y cada facción de su rostro... hasta encontrarme casualmente con esos hermosos ojos marrones, por un momento me hicieron olvidar todo dolor, toda pena y toda preocupación que yacía dentro de mí. Vicky... mi ángel. Lo que daría en estos momentos por abrazarla y estrecharla entre mis brazos… y decirle, decirle que ella… y solo era la única dueña de mi corazón y de mis pensamientos.

**ιzzy нale** Mar Dic 21, 2010 4:01 am

Katie Pierce
as: Katherine Daianne Pierce
+ Coordinadora de Teatro & Música
[ Con Jeremy Wright // Sala de Profesores ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Pdvd295

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Pdvd296

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ Pdvd294

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¡Vaya día!, me quejé mentalmente. ¿Quién lo diría?, hacía exactamente una semana que había iniciado el curso el escolar con la mayor normalidad del mundo, y, aunque aún faltaban tres meses para el mes decembrino, debía de comenzar a preparar el musical de invierno para este año, con los chicos. El musical del año pasado había sido todo un éxito, como profesora me sentía extremadamente orgullosa de mis chicos y de todo el esfuerzo y la dedicación que ponían día con día, todos y cada uno de ellos. Sin duda alguna, este año el musical de invierno tenía que ser mejor que el del año anterior por lo que en este fin de semana comenzaría a planificar la escenografía, la historia que se llevaría a escena, la música y la letra para las canciones del musical. Para así, finalmente tener todo listo a finales del mes de Octubre, para que luego durante el mes de Noviembre comience a ensayar con los muchachos. Definitivamente, el ser Coordinadora de Teatro y Música, implicaba un gran reto... pero la música y el teatro eran dos de mis más grandes pasiones y el hecho de poner mi granito de arena para que los jóvenes de hoy en día sintieran un inmenso amor por el teatro y por la música, me satisfacía plenamente como persona. Una vez que las actividades finalizaron por el día de hoy, opté por quedarme un rato más en el salón de música, mientras dejaba que mis dedos se deslizaran suavemente por las teclas del piano. Cerré los ojos disfrutando de la dulce melodía que inundó cada uno de mis sentidos, al cantar con el corazón en la mano la aterciopelada melodía "The Dreame" interpretada por Jane Eaglen en la película "Sensatez y Sentimientos". Sin embargo luego de varios minutos... las pisadas de unos jóvenes que en ese preciso instante pasaron corriendo a fuera del aula, me sacó del estado de concentración y ensoñación, en el cual me encontraba trayéndome de nuevo a la realidad. Moví un poco mi mano para ver la hora, 5:45 pm. Ahogué un hondo y prolongado suspiro lleno de cansancio, en el instante que me levantaba del banco y bajaba la tapa del piano con sumo cuidado para no maltratarlo, recogí las partituras que se encontraban sobre mi escritorio y me colgué mi bolso al hombro, para luego encaminarme a hacia la salida. Curiosamente me preguntaba en donde podría estar Leo en estos momentos, sin embargo la respuesta vino de pronto a mis pensamientos de tal manera que sencillamente era de esperarse, ubicándome de pronto en la cancha de básquetbol e imaginándome a un Leo encestando no una, si no varias canastas. Sonreí de manera imperceptible. Hombres... su vida siempre gira en torno al deporte. Negué suavemente de un lado a otro, en el instante que giraba la perilla de la Sala de Profesores, di paso a entrar cerrando suavemente la puerta a mis espaldas para no importunar a mis colegas. Alcé al instante mi mirada, cuando me sentí observada para encontrarme con la mirada Jeremy, circunstancia ante la cual no pude evitar corresponderle de la misma manera al sonreírle dulcemente. Sencillamente por que Jeremy, era de esa clase de personas que siempre que te sonríe es inevitable no poder corresponderle con una sonrisa. Entorné los ojos de manera curiosa, sin embargo no duré ni 30 segundos con aquella expresión, cuando mi semblante se transformó en una mirada y una sonrisa completamente divertida al intentar por todos los medios soltar una risa, al notar la pequeña figura que sostenía entre sus manos, en una clara señal para que pudiera apreciarla con mayor claridad. Corrí suavemente la silla para sentarme a su lado, pero sin apartar la mirada de la figura para luego mirarle a él en un claro gesto de "¡ay! ajá... y, yo me chupo el dedo ¿no?" – Me estás tomando el pelo – sentencié con una sonrisa bonachona y divertida claramente sin poder dar crédito a las palabras de Jeremy. Sin embargo, me afirmó que no estaba bromeando, lo cual provocó que alzara las cejas un tanto sorprendida. ¿De verdad una estudiante había sido capaz de gastar tan dinero en un detalle para un Profesor? ¡Vaya!, que esto no se ve todos los días. Me pasó la figura, a la cual examiné detenidamente y la hice girar entre mis manos, hasta encontrarme con sus ojos, cuando le escuché mencionar que sus ojos eran en realidad diamantes y que en un principio pensaba que estaba hecha de bronce, pero todo parecía indicar que estaba bañada en oro. – ¡Vaya! – empecé a decir, más que sorprendida... si no más bien sacada de onda, por aquel presente. – en mi opinión me parece que es oro y de 32 kilates... – afirmé sosteniéndolo en mi mano derecha mientras lo movía suavemente de arriba a bajo para calcular más o menos su peso, por que... ¡vaya que pesaba!. – no me queda la menor duda de que levantas más de un suspiro eh galán – comenté esbozando una amplia sonrisa en mi rostro, mientras le daba un suave y cariñoso golpe en el hombro. Negué un poco, para esta vez mirarle un poco más tranquila y a la vez intentando comprender su situación, cuando comentó que no me mostraba la carta ya que no sería ético. Asentí con una sonrisa suave y despreocupada dándole la razón. Estaba perfectamente consciente de que Jer era un hombre felizmente casado con la mujer de su vida y con una niña hermosa, que eran la luz de sus ojos. A veces, tengo que admitir que a en lo personal a mí me hubiera encantado la idea de tener un padre tan amoroso, dulce y comprensivo como lo era Jeremy con su familia. Aunque nunca me había faltado el amor y el cariño de mi madre y el de Izzy, mi padre me hizo mucha falta... sobre todo al no estar presente en los momentos más importantes de mi vida, en mis logros académicos, ya que para él... su única importancia y su vida únicamente giraba entorno a los negocios. Suspiré. – verás, muchas veces el camino correcto no es el más fácil... pero pienso que quizás lo mejor sería que hablaras con esa estudiante y le plantes la situación y la postura en la que te vez involucrado – mirándole con una sonrisa tranquila, dándole un suave y ligero apretón en su mano de manera amistosa. – explícale los motivos por los cuáles no puedes aceptar su regalo y pídele de la manera más comprensiva que no se forme juicios ni mucho menos sueños en vano y que son un imposible.. – sí, no había duda que Jeremy era un hombre guapo, encantador, carismático y caballeroso, un príncipe hecho realidad. – quizás en un principio no comprenda, pero tarde o temprano me imagino que esa chica acabará analizando la situación y poco a poco se irá olvidando de aquel capricho – Jeremy, era un gran amigo al cual le tenía un enorme cariño, que por supuesto no iba para nada más allá que una sincera amistad entre nosotros, y, aunque... personalmente sentía que no era muy buena para dar consejos, era capaz de dar todo de mí para ayudar a mis amigos.

**ιzzy нale** Miér Dic 22, 2010 2:48 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Aula de Música ]

Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 008easyvirtue

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Estiré ambos brazos en señal de relajación, mientras soltaba un pequeño bostezo, en el instante que dejaba sobre la mesita de noche mi ejemplar de la letra escarlata, historia enmarcada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII, que relata la historia de Hester Prynne, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en su pecho una letra "A", de adúltera, al no revelar la identidad del verdadero padre de su hija, y, lo que la conlleva a vivir en una sociedad injusta e hipócrita con dignidad. "Vaya locura...". Pero, sin duda alguna era de admirar el valor y el sacrificio de esta mujer, al guardar por tanto tiempo un secreto, y, todo por el inmenso amor que sentía por Arthur Dimmensdale, mientras que este hombre, se martirizaba día con día por el remordimiento que no lo dejaba vivir en paz. Ahora comprendía perfectamente lo que quiso decir el profesor Harris cuando comentó que en la novela, Hawthorne trata los temas de la gracia divina, la justicia y el castigo. Antiguamente la sociedad solía ser lo bastante injusta e incluso cruel con las personas, al hacerse juicios erróneos con respecto a sus vidas, y sobre todo al juzgarlas sin ninguna clase de remordimiento. Me pasé una mano por el rostro, con la intención de despabilarme. Por otro lado, la situación de Izzie y Liam, en vez de mejorar todo parecía indicar que iba de mal en peor... juro que había momentos en que nada me gustaría más que ponerles una trampa y encerrarlos en una aula vacía para que finalmente lograran aclararse los malos entendidos entre ellos. Sin embargo, estaba consciente de que cuando se enteraran de que me encontraba detrás de aquel encuentro, seguramente se enfadarían... o quizás, probablemente el empeño de juntarlos resulte un completo fracaso. Y, más aún con el padre de Liam ejerciendo demasiada presión sobre él, es por esa razón, que no había dado traspié a llevar a cabo mi cometido de juntarlos. "Quizás... lo mejor sería dejar que las cosas entre ellos tomen su curso..." me dije dentro de mis pensamientos, acomodándome un poco para quedar boca arriba para observar el techo de la habitación. Momentos después me levanté de la cama y fui hasta el perchero para colocarme un suéter y sin nada más que hacer salir del dormitorio. El día de hoy me encontraba lo bastante inquieto... ¿la razón?, no había visto a Yukki en varios días... y su ausencia comenzaba a surtir efecto en mí al extrañarla, lo que provocaba que me sintiera... no sé… vacío, desanimado... y con un humor bastante susceptible, por lo que prefería guardar silencio a tener que comentar algo y contagiar a los demás con mi mal humor. Aunque... para la mayoría de mis compañeros no era de extrañarse, por lo general siempre me encuentro más apático y distante de lo normal. En estos últimos días, mis encuentros con Yukki eran contados, lo único a lo que podía aferrarme en estos momentos era a los recuerdos que llevaba presente dentro de mis pensamientos. No había día, hora, minuto en el cual no dejara de pensar en Yukki, en su hermosa sonrisa, sus ojos y en su manera de ser tan hermosa y especial... en ese sentimiento de alegría que únicamente ella fue capaz de despertar en mí después de tanto tiempo... y, la felicidad que me provocaba el hecho de estar a su lado y disfrutar plenamente de su compañía. En ese momento una suave, cálida y aterciopelada voz... cautivó mi atención. "Esa voz...” me dije dentro de mis pensamientos... comenzando a caminar tranquilamente por los corredores, dejando guiar por el suave y delicado sonido de aquella melodía. Momentos después me detuve en seco frente a la puerta del Aula de Música, la melodía y voz... provenían de aquel lugar. Me asomé un poco, al notar que la puerta se encontraba abierta, recorrí con la mirada cada parte del aula... hasta situar mi mirada en la joven que se encontraba delante del piano. No pude evitar sonreír cálidamente, al darme cuenta de que esa joven, de voz tan dulce y llena de calidez se trataba de Yukki... mi pequeña y tierna Yukki. Negué suavemente con una sonrisa de lado, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y me recargaba en el marco de la puerta observándola en silencio para no importunarla... cerré los ojos unos momentos disfrutando de aquel hermoso canto, para luego abrirlos y deleitarme con la cálida presencia de Yukki dentro del aula. Luego de unos momentos, la suave melodía del piano al igual que la dulce y angelical voz de Yukki, poco a poco se fue apagando. Bajé un momento la mirada, con una sonrisa... parecía ser que Yukki aún no se había dado cuenta de mi presencia, pero aquello no duró lo suficiente cuando de pronto la escuché llamarme lo bastante sorprendida por mi nombre. Alcé la mirada rápidamente, para ver como del apuro y de la sorpresa que le había causado al intentar levantarse del banco caía hacia atrás azotando se bruces contra el suelo. – Yukki – Me movilicé para par paso dentro del aula y apresurar mis pasos hasta el sitio en donde se encontraba para ayudarla a incorporarse con cuidado. – ¿te encuentras bien? – pregunté mirándole con gesto de preocupación, en el momento que tomaba suavemente su mano entre la mía, y rodeaba su cintura con mi brazo para ayudarla a levantarse. Le miré no muy convencido del todo cuando me afirmó que se encontraba bien... "eres un imbécil Georg... debiste anunciarte y no quedarte parado como si fueras una estatua de marfil" me recriminé pesadamente dentro de mis pensamientos. – lo siento... no era mi intención sorprenderte y asustarte de esa forma... – bajé la mirada pasándome una mano distraídamente por la cabeza, para luego mirarle bastante apenado por el mal momento que acababa de provocarle. – lo que sucede, es que casualmente me encontraba caminando cerca de aquí cuando escuché una voz... tú voz mejor dicho... – aclaré con una pequeña sonrisa. "Tú suave, aterciopelada y hermosa voz me cautivó de tal manera que... es una de las tantas virtudes que te hacen una persona única, especial y diferente al resto de las demás chicas, y que poco a poco me han ido enamorando de ti, mi dulce Yukki..." Suspiré. – y, bueno... al llegar aquí me topé con la sorpresa de que eras tú... – "Eres un imbécil... tuviste el valor para enfrentarte y exponer tus puntos de vista al parlamento y, ¿sueles actuar como un idiota delante de la chica más dulce y tierna?... no cabe duda de que eres GRANDE, Georg..." – cantas hermoso... – afirmé con una sonrisa de lado. Lo cual era algo que jamás me cansaría de repetírselo, el año pasado había tenido la oportunidad de escucharla cantar en el concurso de talentos... y, realmente quedé más que maravillado con su actuación. – y, por lo que veo también tocas... – añadí con una sonrisa extrañada pasando una mano por arriba del piano observándolo unos momentos. Una de mis más grandes pasiones era tocar el piano... lo cuál era algo que muy pocas personas sabían sobre mí, a excepción de mi familia y Liam, quien una vez me escuchó tocando el pianoforte. Negué un poco volviendo suavemente mi rostro hacia ella para mirarla. – ¿Sabes?, comienzo a creer que eres como una caja de sorpresas... – comenté de manera agradable y enternecida. Ahora me doy cuenta que no soy el único que muchas veces prefiere reservarse el derecho de revelar alguna de sus cualidades ocultas...

**ιzzy нale** Lun Dic 27, 2010 3:36 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; 1º año en Criminología
[ Con Andrew Burton // Muelle ]

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En estos momentos la vida universitaria, me ayudaba en cierto modo a olvidarme de todos los malos recuerdos que había vivido con anterioridad. Desde aquel día en que mi madre enfermó gravemente lo que conllevó que su enfermedad poco a poco se fuera agraviando hasta el punto de tener que internarla en un psiquiátrico, hasta el día en que mis hermanos y yo fuimos separados. Todos y cada uno de esos momentos a lo largo de mi vida, que me habían marcado y habían dejado heridas dentro de mí, que a lo largo de los años han ido cicatrizando y han dado paso a convertirme en lo que ahora soy. Sirius tenía razón... había dejado de ser la Arwen alegre y divertida que alguna vez fui y, quizás tenía razón al decirme que me había convertido en una amargada, una mujer que cree en sobremanera que la razón puede llegar a estar incluso encima de la fe, en algunas ocasiones. Tenía lo bastante en claro, que haría con mi vida... en estos momentos lo que más anhelaba era enfocarme de lleno en mi carrera, para más adelante tener las posibilidades de encontrar a mi madre. La buscaría, por cielo, mar y tierra, incluso hasta por debajo de las rocas, si es necesario, pero eso si... no descansaría hasta dar con su paradero. De igual manera, buscaría con ayuda de Max y Sirius al resto de mis hermanos, en quiénes jamás en todos estos años, no hay un solo día en el cuál no piense en ellos. ¿Qué habrá sido de sus vidas?, ¿dónde estarían en estos momentos?, ¿serían felices?. Aquellas preguntas rondaban dentro de mis pensamientos, una y otra vez. Había momentos en los que me sentía... una completa inútil... por no poder hacer absolutamente nada por encontrarlos. Bajé mi mirada con pesadez, sintiendo como de un momento a otro los ojos se me empañaban a causa de las lágrimas que intentaba reprimir desde hace mucho tiempo. Cerré los ojos, intentando tranquilizarme, y borrar todo rastro de sufrimiento y tristeza de mi rostro. "Eres patética... tonta sentimental que únicamente se la pasa llorando sobre lo injustas que han sido sus vidas... tal vez no te has dado cuenta pero la vida nunca es justa y eso es algo que deberás aprender por las buenas... o por las malas". Recordé inevitablemente las palabras que la Srita. Minchin, solía repetirme hasta el cansancio, cuando me trataba de inútil y de una buena para nada en el orfanato de San Petersburgo. Negué suavemente de un lado a otro, con la intención de alejar mis pensamientos. No quería recordar... lo que más necesitaba en este momento era olvidar... olvidarme de todos los malos recuerdos y momentos de mi vida. Pasé una mano sobre la cobertura del libro que me encontraba leyendo en esos momentos, para luego guardarlo dentro de mi bolso, y encaminarme hacia la salida de la biblioteca, no sin antes pasarme por la recepción para entregar un par de libros que había pedido prestados. De un momento a otro, me encontraba caminando sin ningún rumbo en particular el muelle... paseándome tranquilamente entre los locales que se encontraban cerca de ahí. Tenía muchas ganas de ir al pueblo y recorrer las calles de arriba a bajo en busca de una librería, aún me faltaba el último compilado de relatos de Sherlock Holmes: "Los archivos de Sherlock Holmes". Así que, si Sirius pensaba en regalarme un libro... bueno, que no me regale ese que es fácil de conseguir, mejor que alguien me diga dónde puedo conseguir "El pasajero oscuro" de Jeff Lindsay, ese SÍ que es un libro difícil de conseguir... ojalá esta vez tuviera un poco de suerte y pudiera conseguirlo. Acomodé un mechón de cabello detrás de mi oreja, mientras me adentraba en un local de libros de segunda mano, pero que se veían en perfecto estado. En ese momento sentí como golpeaba accidentalmente con el hombro a alguien que venía en sentido contrario al mío. Volví inmediatamente mi rostro para observar a aquel hombre con el cual me había tropezado. – discúlpeme, no era mi intención... se lo aseguro... – empecé a decir con la intención de disculparme. Alcé un poco más mi rostro para encontrarme con el rostro de aquel hombre, lo que provocó que al hacerlo de pronto sintiera como si me hubiesen arrojado un balde de agua helada... no... no, no era posible... ¿Él?, ¿justo aquí?, pero... ¿cómo? – ¿A-Andrew...? – pronuncié dudosamente su nombre, sin poder dar crédito a lo que mis ojos estaban viendo. – ¿qué-qué haces aquí? – quise saber... es decir, ¿qué probabilidades habría de volvérmelo a encontrar?, y justamente en este lugar. ¿Acaso debería comenzar a creer en las casualidades del destino?. Había conocido a Andrew durante el verano, para ser más exactos en un bar de Londres... Andrew me había defendido del sujeto con el que me encontraba saliendo en ese momento y de su amigo, que habían intentado sobrepasarse conmigo al excederse con los tragos y caerse del estado de ebriedad en el que se encontraban, pero Andrew los había puesto en su lugar... lo cual era algo que siempre le agradecería infinitamente, de no ser por él... realmente no quisiera siquiera imaginarme lo que habría sucedido.

**ιzzy нale** Lun Dic 27, 2010 3:38 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; 1º año en Criminología
[ Con Andrew Burton // Muelle ]

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Ladeé suavemente la cabeza mirándole con extraña curiosidad cuando mencionó que trabaja en la Universidad, algo que para ser sinceros... me dejo lo bastante sorprendida. ¿Era enserio?. Es decir, ¿tan pequeño es el mundo?, es algo que realmente no me cabe en la cabeza... supongo que empiezo a hacer uso y lógica de mi razonamiento dada la carrera que pienso desempeñar a futuro si logro sobrevivir a la Universidad. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, en el instante que me cruzaba de brazos mirándole con una pequeña sonrisa, no muy segura de la situación. ¿Qué podía decirle?. Suspiré para después encogerme de hombros y asentir como una respuesta afirmativa a su pregunta con respecto a si estudiaba en Rockland. Negué suavemente al escucharle decir que nuestro encuentro era una casualidad extraña... agradable pero extraña. – Me parece que extraña sería la palabra que mejor lo definiría, como bien acabas de mencionar... – comenté con un aire extrañado bajando la mirada un momento para acomodarme un mechón de cabello detrás de la oreja, para luego mirarle nuevamente y explicarme más a fondo. – sucede que a mis hermanos y a mí, nos ofrecieron una beca y decidimos aprovechar esta oportunidad para continuar con nuestros estudios... – A pesar de que era una persona que recién conocía... Andrew es la primera persona que me ha inspirado la confianza suficiente como para hablarle con la verdad y con el corazón en la mano... como para relatarle algunos fragmentos de mi vida a un desconocido... ¿la verdad?, Andrew parecía ser un hombre amable y sincero... y la corazonada que sentí dentro mí, me dio el valor y la libertad para desahogarme con él. Extraño... pero muchas veces el corazón actúa de una manera que la razón probablemente jamás entenderá. – me olvidaba... creerás que soy una impertinente supongo que lo más apropiado en este caso será que empiece a tratarte de "usted", ¿no crees? – cuestioné de manera agradable, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz. Imagino que para Andrew... sería extraño que una estudiante lo tuteara como si lo conociera de hace mucho tiempo, y, realmente lo que menos deseaba era que por culpa mía le ocasionara problemas. De hecho al conocerlo él mismo me había pedido de favor que lo tuteara, pero ahora esta era una situación completamente diferente... por lo que... debía mostrarle respeto, supongo.

**ιzzy нale** Lun Dic 27, 2010 4:11 am

Jack Seward
as: Jacques Michel Seward
+ Tercero >> Teatro & Música ;; Futbol (Delantero), Equipo #1
[ Con Gio Henley // Cafetería ]

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La miré con la boca ligeramente entreabierta. ¿La escena que le hice armar?, de verdad... ¿me estaba hablando enserio?, ¿ahora me reprochaba sus dramas adolescentes?. Niñas. Resoplé con ironía mientras flexionaba los brazos detrás de la nuca. – vamos Gio... yo no tengo la culpa seas una teen dramaqueen y armes escándalo por cualquier cosa al grado de que pareciera como si te estuvieras ahogando en un vaso de agua. – comenté mirándole de soslayo, cuando comentó que ese tipo de escenas dañaban su imagen. – ¿tu imagen de niña buena y estudiosa? ó ¿tu imagen de melodramática? – cuestioné con diversión. Es que... enserio, cada vez que Giovanna Esther Henley arma una escena ¡es un drama telenovelesco!. Shakeaspeare a lado de Gio se queda sencillamente corto, lo cual es decir mucho. Alcé una ceja visiblemente entretenido, cuando le escuché decir que no era nada personal, y que era una dramática... demasiado dramática y que no era fácil controlar sus impulsos. Suspiré pesadamente, pasándome los dedos por la cabeza intentando comprenderla. – no será que en el fondo te agrado un poco y prefieres que nos pasemos la mayor parte de nuestros encuentros peleando por que es la única manera que tenemos de... que se yo... ¿hablar y divertirnos a la vez? – pregunté con una sonrisa de lado. – sí, lo sé... admito que pelear no es la mejor manera de hablar como gente civilizada... pero al menos deberíamos hacer un esfuerzo ambos... – aclaré señalándonos. – Para llevar la fiesta en paz... – es decir, Gio era una chica... aunque a veces tengo serias dudas si verdaderamente es una chica por su manera de comportarse, pero, en el fondo... no tenía tampoco nada contra ella. – Sé que no soy santo de tu devoción, pero... te propongo un pacto... – empecé a decir, mientras me sentaba arriba de la mesa y cruzaba las piernas en pose de indio. – intentaré... o bueno mejor dicho, haré hasta lo imposible por no sacarte de quicio y me comportaré, pero a cambio intentemos llevarnos bien... no como amigos, ya que seguramente no querrás tener a un revoltoso y rebelde como amigo... – después de todo Ted de Bélgica (que raro suena), era su amigo... su mejor amigo cabe aclarar y, bueno... supongo que con "Teddy" le bastaba y le sobraba. Suspiré. – ¿entonces que dices? – le propuse con una sonrisa, deseando escuchar que pensaba u opinaba al respecto, debido a que estaba en todo su derecho de mandarme a la mierda si quería.

**ιzzy нale** Lun Dic 27, 2010 4:39 am

Tammy Ainsworth
as: Tamara Caroline Ainsworth
+ Tercero >> Ballet ;; Taller de Guión & Literatura
[ Con Nate O'Malley // Pasillos ]

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Asentí sonriendo de manera entusiasmada cuando preguntó si me gustaban las películas de Disney. – me fascinan, se puede decir que amo todas y cada uno de ellas... – afirmé con una sonrisa llena de ilusión. – sinceramente no conozco a nadie a quien no le gusten las películas de Disney, después de todo crecimos de la mano con ellas... – suspiré de manera nostálgica, era muy bello recordar. Nate comentó que le parecían geniales, pero que su hermana Cassie piensa que a veces se comportaba de manera infantil por que se sentaba frente al televisor envuelto en una manta y con un enorme tazón de cereal en mano. Sonreí de manera divertida para luego negar un poco. – a mí me parece que sabes disfrutar de los placeres de la vida – comenté de manera graciosa, mientras colocaba el separador en la página 28 del libro de Historia que descansaba sobre mi regazo para luego no perderme. Lo miré con un aire bastante entretenido cuando le escuché llamarme por mi nombre. Era la primera persona en todo el Internado que me llamaba así, a excepción de Diana y TJ claro, que no me llamaba con extraños sobrenombres ni se burlaba de mi manera de vestir. Nate, parecía ser un chico bonachón y agradable, y aunque a penas lo conocía era muy agradable su compañía. Ahogué un débil suspiro cuando le escuché preguntarme sobre mis vacaciones. Nada me gustaría decirle que fueron unas gratas y reconfortantes vacaciones, cuando habían sido todo lo contrario. Observé el libro de Historia, sosteniéndolo distraídamente entre mis manos antes de responderle. – Supongo que... normales... es decir, nada fuera de lo común... – volví mi rostro ligeramente hacia él para mirarle lo más tranquilamente posible. – Sucede que con el triste fallecimiento de la reina de nuestro país, la reina Elizabeth... la mayoría de los ciudadanos se encontraban consternados, proclamando duelo nacional... – le expliqué, mientras pasaba distraídamente una mano por la cobertura del libro. Y, el hecho de que mi mejor amiga no me dirigía la palabra desde hace casi dos meses. – pero, bueno... dejando un momento de lado lo acontecido en mi país... el verano estuvo... normal... – ya que la palabra "bien" en este momento estaba muy lejos de mi vocabulario. – lo único que me alegró el verano fue visitar la vieja ciudad de Edimburgo, pero más que cualquier otra cosa el estreno de Toy Story 3 – comenté graciosamente, para cambiar de tema y no abrumarlo con mis cosas. Vaya que Toy Story 3 era una de las películas de Disney que más me a hecho llorar, sin dejar de lado Bambi, Dumbo, El Zorro y el Sabueso y por supuesto el Rey León. – pero, platícame ¿como te fue a ti? – pregunté sonriendo ansiosamente, deseando que me contara de su verano.

**ιzzy нale** Mar Dic 28, 2010 1:20 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
+ Universitario ;; 1º año en Ciencias Políticas
[ Con Vicky de Marichalar // Habitación - Rockland ]

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Juro que en ese momento hubiera dado lo que fuera por decirle tantas cosas, una sensación cálida y reconfortante brotó dentro de mí corazón al escucharle pronunciar mi nombre, sin embargo las palabras parecían ser incapaces de brotar de mis labios. Y, todo por mi maldito orgullo... sabía que no tenía absolutamente nada que reprocharle, había sido un imbécil, y con mayor razón estando consciente de que Victoria seguramente jamás sintió ni la más mínima pizca de cariño hacia mí. Claro, probablemente para ella su mundo seguía girando en torno a Iván Noirét... ¿qué podría esperar?, era evidente que a Victoria nunca le importé, mucho menos debía importarle el dolor, el vacío que dejó dentro mí y el sufrimiento que cargaba conmigo día con día tras el fallecimiento de mi abuela... aunque, ¿a decir verdad?, en estos momentos lo que menos deseaba era discutir, no deseaba que me odiara más de lo que seguramente me está odiando en este momento. Mi semblante se mantuvo impertérrito al escucharle decir que Irene no se encontraba aquí... sí, sabía que Irene solía pasarse la mayor parte del tiempo en la biblioteca, ahora que lo pienso... Dios, ¿será posible quizás el verdadero motivo por el que supuestamente había venido a buscar a Irene, se trataba tal vez de una excusa debido a que en el fondo mantenía la esperanza de poder encontrarme con Vicky?. Suspiré pesadamente y sin mucho ánimos. – Entiendo... – coincidí hablándole de manera inexpresiva para no denotar ninguna clase de emoción o sentimiento que pudiera delatarse en el tono de mi voz. No por no haber encontrado Irene, si no más bien por Vicky... esperaba que... no, deja de ser un completo iluso, me refuté tajantemente dentro de mis pensamientos. – Imagino en ese caso que tu también estás muy ocupada... – empecé a decir tranquilamente al notar que su cabello se encontraba húmedo y que llevaba en sus manos una cesta con su ropa. – no pienso quitarte tu tiempo, si pensabas encontrarte con algún conocido u... amigo... – Vicky tenía todo el derecho de estar saliendo con alguien más, y estar con alguien que no fuera conmigo... quizás es tiempo de resignarme y dejar ir a una de las personas que más amo y quiero en esta vida. No, su corazón... siempre perteneció a Noirét, y por más doloroso que te resulte aceptarlo, es lo mejor. Vicky, se merecía a alguien que realmente la mereciera y fuera capaz de luchar por ella... yo me aferraba a una estúpida esperanza y a un amor que ella no sentía por mí. ¿Tendría acaso algún motivo para luchar por su corazón?. ¿Y confesarle que en todo este tiempo no la he podido olvidar?.

**ιzzy нale** Mar Dic 28, 2010 2:25 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Aula de Música ]

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Estiré ambos brazos en señal de relajación, mientras soltaba un pequeño bostezo, en el instante que dejaba sobre la mesita de noche mi ejemplar de la letra escarlata, historia enmarcada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII, que relata la historia de Hester Prynne, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en su pecho una letra "A", de adúltera, al no revelar la identidad del verdadero padre de su hija, y, lo que la conlleva a vivir en una sociedad injusta e hipócrita con dignidad. "Vaya locura...". Pero, sin duda alguna era de admirar el valor y el sacrificio de esta mujer, al guardar por tanto tiempo un secreto, y, todo por el inmenso amor que sentía por Arthur Dimmensdale, mientras que este hombre, se martirizaba día con día por el remordimiento que no lo dejaba vivir en paz. Ahora comprendía perfectamente lo que quiso decir el profesor Harris cuando comentó que en la novela, Hawthorne trata los temas de la gracia divina, la justicia y el castigo. Antiguamente la sociedad solía ser lo bastante injusta e incluso cruel con las personas, al hacerse juicios erróneos con respecto a sus vidas, y sobre todo al juzgarlas sin ninguna clase de remordimiento. Me pasé una mano por el rostro, con la intención de despabilarme. Por otro lado, la situación de Izzie y Liam, en vez de mejorar todo parecía indicar que iba de mal en peor... juro que había momentos en que nada me gustaría más que ponerles una trampa y encerrarlos en una aula vacía para que finalmente lograran aclararse los malos entendidos entre ellos. Sin embargo, estaba consciente de que cuando se enteraran de que me encontraba detrás de aquel encuentro, seguramente se enfadarían... o quizás, probablemente el empeño de juntarlos resulte un completo fracaso. Y, más aún con el padre de Liam ejerciendo demasiada presión sobre él, es por esa razón, que no había dado traspié a llevar a cabo mi cometido de juntarlos. "Quizás... lo mejor sería dejar que las cosas entre ellos tomen su curso..." me dije dentro de mis pensamientos, acomodándome un poco para quedar boca arriba para observar el techo de la habitación. Momentos después me levanté de la cama y fui hasta el perchero para colocarme un suéter y sin nada más que hacer salir del dormitorio. El día de hoy me encontraba lo bastante inquieto... ¿la razón?, no había visto a Yukki en varios días... y su ausencia comenzaba a surtir efecto en mí al extrañarla, lo que provocaba que me sintiera... no sé… vacío, desanimado... y con un humor bastante susceptible, por lo que prefería guardar silencio a tener que comentar algo y contagiar a los demás con mi mal humor. Aunque... para la mayoría de mis compañeros no era de extrañarse, por lo general siempre me encuentro más apático y distante de lo normal. En estos últimos días, mis encuentros con Yukki eran contados, lo único a lo que podía aferrarme en estos momentos era a los recuerdos que llevaba presente dentro de mis pensamientos. No había día, hora, minuto en el cual no dejara de pensar en Yukki, en su hermosa sonrisa, sus ojos y en su manera de ser tan hermosa y especial... en ese sentimiento de alegría que únicamente ella fue capaz de despertar en mí después de tanto tiempo... y, la felicidad que me provocaba el hecho de estar a su lado y disfrutar plenamente de su compañía. En ese momento una suave, cálida y aterciopelada voz... cautivó mi atención. "Esa voz...” me dije dentro de mis pensamientos... comenzando a caminar tranquilamente por los corredores, dejando guiar por el suave y delicado sonido de aquella melodía. Momentos después me detuve en seco frente a la puerta del Aula de Música, la melodía y voz... provenían de aquel lugar. Me asomé un poco, al notar que la puerta se encontraba abierta, recorrí con la mirada cada parte del aula... hasta situar mi mirada en la joven que se encontraba delante del piano. No pude evitar sonreír cálidamente, al darme cuenta de que esa joven, de voz tan dulce y llena de calidez se trataba de Yukki... mi pequeña y tierna Yukki. Negué suavemente con una sonrisa de lado, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y me recargaba en el marco de la puerta observándola en silencio para no importunarla... cerré los ojos unos momentos disfrutando de aquel hermoso canto, para luego abrirlos y deleitarme con la cálida presencia de Yukki dentro del aula. Luego de unos momentos, la suave melodía del piano al igual que la dulce y angelical voz de Yukki, poco a poco se fue apagando. Bajé un momento la mirada, con una sonrisa... parecía ser que Yukki aún no se había dado cuenta de mi presencia, pero aquello no duró lo suficiente cuando de pronto la escuché llamarme lo bastante sorprendida por mi nombre. Alcé la mirada rápidamente, para ver como del apuro y de la sorpresa que le había causado al intentar levantarse del banco caía hacia atrás azotando se bruces contra el suelo. –Yukki – Me movilicé para par paso dentro del aula y apresurar mis pasos hasta el sitio en donde se encontraba para ayudarla a incorporarse con cuidado. – ¿te encuentras bien? – pregunté mirándole con gesto de preocupación, en el momento que tomaba suavemente su mano entre la mía, y rodeaba su cintura con mi brazo para ayudarla a levantarse. Le miré no muy convencido del todo cuando me afirmó que se encontraba bien... "eres un imbécil Georg... debiste anunciarte y no quedarte parado como si fueras una estatua de marfil" me recriminé pesadamente dentro de mis pensamientos. – lo siento... no era mi intención sorprenderte y asustarte de esa forma... – bajé la mirada pasándome una mano distraídamente por la cabeza, para luego mirarle bastante apenado por el mal momento que acababa de provocarle. – lo que sucede, es que casualmente me encontraba caminando cerca de aquí cuando escuché una voz... tú voz mejor dicho... – aclaré con una pequeña sonrisa. "Tú suave, aterciopelada y hermosa voz me cautivó de tal manera que... es una de las tantas virtudes que te hacen una persona única, especial y diferente al resto de las demás chicas, y que poco a poco me han ido enamorando de ti, mi dulce Yukki..." Suspiré. – y, bueno... al llegar aquí me topé con la sorpresa de que eras tú... – "Eres un imbécil... tuviste el valor para enfrentarte y exponer tus puntos de vista al parlamento y, ¿sueles actuar como un idiota delante de la chica más dulce y tierna?... no cabe duda de que eres GRANDE, Georg..." – cantas hermoso... – afirmé con una sonrisa de lado. Lo cual era algo que jamás me cansaría de repetírselo, el año pasado había tenido la oportunidad de escucharla cantar en el concurso de talentos... y, realmente quedé más que maravillado con su actuación. – y, por lo que veo también tocas... – añadí con una sonrisa extrañada pasando una mano por arriba del piano observándolo unos momentos. Una de mis más grandes pasiones era tocar el piano... lo cuál era algo que muy pocas personas sabían sobre mí, a excepción de mi familia y Liam, quien una vez me escuchó tocando el pianoforte. Negué un poco volviendo suavemente mi rostro hacia ella para mirarla. – ¿Sabes?, comienzo a creer que eres como una caja de sorpresas... – comenté de manera agradable y enternecida. Ahora me doy cuenta que no soy el único que muchas veces prefiere reservarse el derecho de revelar alguna de sus cualidades ocultas...

**ιzzy нale** Mar Dic 28, 2010 2:26 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; 1º año en Criminología
[ Con Andrew Burton // Muelle ]

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Ladeé suavemente la cabeza mirándole con extraña curiosidad cuando mencionó que trabaja en la Universidad, algo que para ser sinceros... me dejo lo bastante sorprendida. ¿Era enserio?. Es decir, ¿tan pequeño es el mundo?, es algo que realmente no me cabe en la cabeza... supongo que empiezo a hacer uso y lógica de mi razonamiento dada la carrera que pienso desempeñar a futuro si logro sobrevivir a la Universidad. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, en el instante que me cruzaba de brazos mirándole con una pequeña sonrisa, no muy segura de la situación. ¿Qué podía decirle?. Suspiré para después encogerme de hombros y asentir como una respuesta afirmativa a su pregunta con respecto a si estudiaba en Rockland. Negué suavemente al escucharle decir que nuestro encuentro era una casualidad extraña... agradable pero extraña. – Me parece que extraña sería la palabra que mejor lo definiría, como bien acabas de mencionar... – comenté con un aire extrañado bajando la mirada un momento para acomodarme un mechón de cabello detrás de la oreja, para luego mirarle nuevamente y explicarme más a fondo. – sucede que a mis hermanos y a mí, nos ofrecieron una beca y decidimos aprovechar esta oportunidad para continuar con nuestros estudios... – A pesar de que era una persona que recién conocía... Andrew es la primera persona que me ha inspirado la confianza suficiente como para hablarle con la verdad y con el corazón en la mano... como para relatarle algunos fragmentos de mi vida a un desconocido... ¿la verdad?, Andrew parecía ser un hombre amable y sincero... y la corazonada que sentí dentro mí, me dio el valor y la libertad para desahogarme con él. Extraño... pero muchas veces el corazón actúa de una manera que la razón probablemente jamás entenderá. – me olvidaba... creerás que soy una impertinente supongo que lo más apropiado en este caso será que empiece a tratarte de "usted", ¿no crees? – cuestioné de manera agradable, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz. Imagino que para Andrew... sería extraño que una estudiante lo tuteara como si lo conociera de hace mucho tiempo, y, realmente lo que menos deseaba era que por culpa mía le ocasionara problemas. De hecho al conocerlo él mismo me había pedido de favor que lo tuteara, pero ahora esta era una situación completamente diferente... por lo que... debía mostrarle respeto, supongo.

**ιzzy нale** Vie Dic 31, 2010 9:36 pm

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VICKY DE MARICHALAR
Victoria Federica Eugenia Isabel de Todos los Santos de Marichalar y Borbón
# 17 años ; tercer año ● Actividades: Teatro & Música ;; Equitación

Feat: Henry Windsor ; en Habitación de Vicky, Irene, Marisol y Carter :: Instituto
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Rockland, New Sesson chap # 1 ^^ 2cr1pjl

Estaba más que claro, que mis primas tenían algo que yo no tenía. Porque sino… ¿porqué todos se fijaban en ellas y nunca… nunca nadie se fijaba en mí? ¿Qué estaba mal conmigo? ¿Qué tenía que hacer… para que ellos supieran que existía, que los quería más que nada? Iván nunca iba a ser mío. Henry tampoco. No era justo, no… claro que no lo era. Pero verles felices a ellos, supongo que valía la pena, y era un trauma que estaba dispuesta a soportar, sólo por ellos. Entrecerré mis ojos, y me sentí de pronto un poco… afligida ¿Cómo era que estábamos tan cerca y tan lejos al mismo tiempo? Él estaba ahí… parado delante de mí, observándome con sus hermosos ojos: era como si estuviésemos cerca. Pero al mismo tiempo… lo sentía distante. “¿Qué esperabas? Que después de decirle que te gustaba Iván seguiría siendo todo igual que siempre?” me reprendí con un toque de ironía. Respiré, sintiendo como el pecho me presionaba. Desde hacía meses que no había vuelto a tener ningún otro síntoma de mi enfermedad, eso era porque estaba medicada, pero era más fuerte que antes la droga que me daban. Mi papá me había hecho jurar que la tomaría todos los días y sin peros, y así lo había hecho: no quería que me volviese a pasar lo del año pasado.
Sacudí la cabeza, y fue cuando le escuché hablar. Me quedé embobada con el tono de voz que había utilizado. Y me sentí fatal. Odiaba que me tratara de esa forma tan… indiferente, casi sin emociones. No era el Henry que yo conocía. Me abracé a mí misma, mientras presionaba la ropa que tenía en brazos. Avancé un poco hacia mi cama, pasando al lado de él para llegar a la otra punta de la habitación, y dejé mis cosas sobre la cama. Cogí el peine, y comencé a cepillarlo, intentando hacer algo para no morir de nervios. Él volvió a hablar, y me mordí el labio al escuchar su comentario – Amiga, querrás decir – desde hacía algunos meses que ya no tenía “amigo” propiamente dicho. Sí, bueno, Tobías era realmente agradable, pero sólo habíamos hablado una vez y no podía considerarlo un “amigo”. E Iván… bueno, hacía tiempo que no hablábamos asique dudaba que siguiésemos siendo amigos después de todo lo que pasó. “Bien por mí”, pensé con ironía y algo de tristeza. Lo cierto era que no había quedado con nadie (ni con Mía, ni con Carter, ni con Marisol), me había duchado nada más por estar debajo del agua un rato y no pensar. Suspiré. – Pero igual ya me voy, así que si quieres te puedes quedar esperándola… o lo que sea… yo no voy a molestarte, así que… puedes hacer lo que quieras. – dije tratando de no expresar nada en mi tono de voz. Aunque me fue inevitable no hacerlo. Me dolía, me dolía mucho… y quería ponerme a llorar. Me di la vuelta, para no verle, y me agaché para sacar el par de zapatos que estaban debajo de mi cama… los que alguna vez él me había regalado, y que me los había hecho probar como si fuese Cenicienta. Pasé una mano por mis ojos, al sentir que se me estaban por salir las lágrimas, y negué rápidamente con la cabeza. Al lado de esos zapatos, habían otros que me había comprado en un viaje a Paris, asique cogí esos, por más que los otros fuesen mis favoritos. Salí debajo de mi cama, y me senté sobre el colchón para colocarme los zapatos. Intentando no pensar, en que Henry estaba ahí mismo, cosa que me era algo imposible. “Fuimos tan felices” pensé con tristeza. – Lo siento.... – susurré sin poder evitarlo. Lo sentía por todo, por lo que había pasado entre nosotros, por haberlo mandado a cagar lo que parecía que hubiese sido amistad, por lo de su abuela… por todo. Negué varias veces con la cabeza, y volví a guardar silencio, sintiéndome incomoda…

**ιzzy нale** Jue Ene 13, 2011 3:30 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
+ Universitario ;; 1º año en Ciencias Políticas
[ Con Vicky de Marichalar // Habitación - Rockland ]

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Cerré la puerta de la habitación de un portazo dispuesto a largarme cuanto antes de aquella habitación, dejando a Victoria sola con sus pensamientos y con sus sentimientos de culpa. Ahora lo sentía... por supuesto, pero, ¿acaso no era ya demasiado tarde como para sentirlo? ¿Donde había estado Victoria todo este tiempo? ¿Por qué en los momentos más difíciles no tuvo ni la más mínima consideración? ¿Por qué a pesar de todo tenía que seguirla queriendo? ¿Por qué no era capaz de olvidarla? Me pasé una mano por el rostro intentando aclarar mis pensamientos, por que más que intentaba luchar contra mis sentimientos... estos en vez de volverse un mal recuerdo, ¿seguían presentes? ¿Por qué seguía dispuesto a atormentarme con el recuerdo de Victoria y Noirét abrazados? Bajé la mirada completamente abatido y cansado de esta maldita situación, cuando de pronto sentí vibrar el móvil en el bolsillo derecho de mi pantalón. Lo que me faltaba… dije pesadamente dentro de mis pensamientos, creyendo que sería mi padre, cuando noté en la pantalla del celular que era un mensaje de Sofía. Su mensaje me había dejado completamente extrañado y más aún tras leer el texto. ¿Que sería aquello tan importante que tenía que decirme con respecto a Diana? ¿Sería posible que Sofía también haya caído en cuenta del débil semblante de mi hermana? Suspiré pesadamente en el momento que tecleaba diciéndole que podríamos vernos en estos días después de almorzar y que solo era cuestión de que me confirmara el día y la hora y que diera por hecho nuestro encuentro para luego guardar nuevamente el móvil dentro de mi bolsillo. Solo esperaba que lo que Sofía tenía que decirme con respecto a Diana, no tuviera que ver con su desempeño escolar… de ser así, ni William ni yo podríamos hacer nada para intervenir en caso de que a nuestro ilustre Director se le ocurra recurrir a nuestro padre para comunicarle lo que esta sucediendo. Caminé con las manos hundidas dentro de los bolsillos de mi pantalón cavilando dentro de mis pensamientos, escuchando únicamente el ruido de la lluvia. Necesitaba pensar… necesitaba olvidar… esa sería la única manera de poner en orden a mi vida y a mis sentimientos. Luego de varios minutos caminando sin ningún rumbo en particular, caí en cuenta de que mis pies me habían llevado inconscientemente hasta la biblioteca. “Irene no está aquí. A lo mejor está en la biblioteca, suele pasarse allí horas.” Las palabras de Vicky resonaron dentro de mis pensamientos de tal manera que una grabadora. “Irene…” pronuncié su nombre dentro de mis pensamientos. A pesar de que Irene era mi más grande apoyo en estos momentos y por más grande que sea el cariño que siento hacia ella. Una parte de mí, se sentía culpable por mantenerla atada a una relación sin ninguna clase de futuro. Palmeé amistosamente el hombro de la dulce y amable Sra. Jenkins (¿) a manera de saludo al entrar, acto seguido le pregunté por Irene y me indicó amablemente el pasillo en donde se encontraba, gesto que agradecí con una sonrisa. No tardé ni dos minutos en hallarla parada enfrente del estante del área de Arte. Una débil y apenas visible sonrisa se dibujaron en mi rostro, mientras me acercaba a paso tranquilo para no sobresaltarla con mi presencia. Tosí un poco para llamar su atención y acto seguido depositar un cariñoso beso en su mejilla. – Hola extraña – le saludé de manera tranquila, pero a su vez mirándole con aire extrañado. – No he tenido noticias de tuyas en más de una semana – empecé a decir con una pequeña sonrisa en los labios. – ¿todo bien? – pregunté mirándole con cierta inquietud, esperando que su respuesta fuese sincera.

**ιzzy нale** Vie Ene 14, 2011 2:28 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; 1º año en Criminología
[ Con Andrew Burton // Muelle ]

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Esbocé una pequeña sonrisa, cuando le escuché decir que nadie le había preguntado aquello antes y que por ende no me consideraba ninguna impertinente. Agregó que si no era su alumna no habría necesidad que lo tratara con tal formalidad a menos que se encuentre un Profesor cerca. Negué suavemente bajando la mirada mientras me frotaba un poco las manos para darme un poco de calor, debido a que comenzaba a refrescar. – Si, por supuesto… imagino que no debe ser del todo agradable que una estudiante ande imponiendo el mal ejemplo – señalé de manera agradable, mientras entrelazaba unos con otros los dedos de las manos. Un hábito que tenía muy apegado desde que era niña cuando comenzaba a sentir frío, aunque este clima comparado con el de San Petersburgo no era nada. Las temperaturas en Rusia eran congelantes. Suspiré débilmente, cuando le escuché preguntarme que había decidido estudiar. – He decidido estudiar Criminología – le dije informé amablemente con una sonrisa de lado. – Desde que era niña siempre me han llamado la atención las historias de detectives, en donde el asesinato de una persona desencadena toda la trama de una historia y de un crimen que tarde o temprano deberá resolverse, los motivos por los cuales el asesino se ve obligado a cometer el delito, en fin – le expuse de manera más o el menos el porqué había elegido esta carrera. – ¿has leído el Perfume: Historia de un Asesino? – le cuestioné de manera curiosa. – ¡Vaya historia! A mí en lo personal me encantó el libro, aunque el ver la película me decepcionó realmente – dije con un noté de decepción en mi voz mientras me cruzaba de brazos. Siempre he sido de la opinión de que cuando los directores de Hollywood llevan un libro a la pantalla grande deberían hacerlo acorde a la trama del libro. – creerás que soy un poco exigente en ese aspecto, pero estarás de acuerdo en que cuando vas al cine a ver una película entras no con una, si no varias expectativas y al salir de ahí muchas veces te deja realmente sorprendido, pero otras veces como que dices “nada que ver con lo que he leído” – Suspiré, esbozando una pequeña mueca de inconformidad. – lo lamento, hablo mucho ¿no es verdad? – pregunté con un toque de inseguridad en mi mirada en el tono de mi voz. Lo cual era extraño… según Sirius hay momentos en los que soy demasiado silenciosa como una tumba, pero cuando se trata de hablar de libros, seguía siendo una completa y total cerebrito y una come libros. Moví un poco mi mano para ver la hora, cayendo en cuenta que eran casi las 10pm. Aparté la mirada de mi reloj de pulso, para observar por una de las ventanas de la librería y darme cuenta que había comenzado a llover. – Lo que faltaba… – musité con ironía, para luego volverme hacia a Andrew. – Lamento haberte quitado tú tiempo, y, bueno… de ahora en adelante imagino que nos veremos de vez en cuando una que otra vez en los pasillos o entre clase y clase – dije no muy segura de mis palabras, mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de mi oreja. – Fue un placer volverte a ver, cuídate – dije sonriéndole a manera de despedida, dándole un suave apretón en el hombro, antes de darme la media vuelta y salir del local. Aspiré hondamente el olor a tierra mojada y el viento alborotaba mi cabello. Me froté nuevamente las manos para darme un poco de calor, para luego colocarme el gorro del suéter que llevaba puesto y echar a andar rumbo al campus.

**ιzzy нale** Vie Ene 14, 2011 3:27 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Aula de Música ]

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Negué suavemente con una sonrisa de lado, al escuchar sus palabras. Notaba la sinceridad con la que Yukki se había expresado, pero yo no lo veía de esa forma, por el contrario, más que una caja me consideraba como una roca: áspera e impenetrable, como una coraza. Mi inseguridad, y, sobre todo la incertidumbre a darme la oportunidad de descubrir más a fondos mis sentimientos serían un impedimento para darme el valor de confesarle a Yukki todo lo que ella ha provocado dentro de mí. Le dediqué una sonrisa de soslayo, al escucharle decir que tenía manos de pianista. – Te lo agradezco, pero desde mi punto de vista siempre he dicho tengo manos de manopla – comenté distraídamente con una sonrisa de lado. No era la mejor comparación del mundo, pero, en fin… nadie en esta vida es perfecto. Me invitó a sentarme a su lado, comentando que me enseñaría un poco. Sonreí de manera agradable, aceptando su invitación para sentarme a su lado y observar sus finas y delicadas manos sobre las teclas del piano, para luego observarle de una manera especial que nunca antes había sido capaz de expresar en mi mirada. A su lado, una sensación reconfortante inundaba cada uno de mis sentidos, al grado de que cada día que transcurría mis sentimientos hacia Yukki se intensificaban y me enamoraban al mismo tiempo. ¿Cómo es posible que una persona tan frágil, tierna y dulce a la vez me haya hecho volver a creer en el concepto del amor? Dijo que quizás si me enseñaba podría tocarles la melodía a los niños de la casa hogar. Negué suavemente de un lado a otro, al mismo tiempo que tomaba suavemente una de sus manos entre la mía, acariciándola delicadamente con el pulgar. – Tal vez, pero, no sería lo mismo… – señalé de manera agradable, mientras me perdía en su mirada, en esos hermosos ojos que desde aquella noche brillaban como dos luceros. – Por el contrario, estoy seguro de que a los niños les encantaría conocerte y que los deleitaras con tu hermosa voz al sonido de la melodía – dije con una sonrisa de lado. Bajé la mirada un momento, para observar que su mano entra la mía. – Serías como su ángel de la música – Para mí eres como mi ángel… – Yukki... ¿viajarías algún día conmigo para conocer la casa hogar? – pregunté con un deje de ilusión en el tono de mi voz y en de mi mirada. Nada me haría más feliz que llevarla a conocer a los niños y que los niños la conocieran y vieran lo especial y dulce que era mi pequeña Yukki.

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Rockland, New Sesson chap # 1 ^^

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