Re: Rockland, posteos chap #3

**ιzzy нale** Mar Ene 25, 2011 1:59 am

Tim Riggins
as: Timothy Jonathan Riggins Trobel
+ Entrenador de Fútbol, Equipo #1
[ Con Rose Luzzatto // Hospital ]

Rockland, posteos chap #3 Imagegigandetn09

_

Desde el momento en que Aaron llegó a nuestras vidas, había encontrado un motivo y una razón para intentar ser una mejor persona día con día. Esforzarme y poner todo mi empeño, para que... el pequeño Aaron tuviera un hogar próspero y una familia amorosa. De pronto, no sé... era capaz de sentir que mi vida tenía sentido... lo sé, sonará absurdo e incluso ilógico, pero... si me lo preguntan, nunca en mi vida me había sentido tan feliz. A pesar de que no era su verdadero padre, sentía un inmenso cariño hacia nuestro pequeño. Sin embargo, estaba consciente de que tarde o temprano Rose debía de decirle la verdad al padre, y, probablemente él llegaría inevitablemente a ocupar el lugar que he estado usurpando durante los últimos meses como el "supuesto" padre de Aaron. Incluso me había atrevido a sugerírselo varias veces, con la única intención de hacer recapacitar a Rose, diciéndole que él merecía saber la verdad y que su padre no podía seguir ignorando la existencia de su hijo, un hijo con la mujer que lo ama, y que él seguramente también ama. Una parte de mí, sentía un terrible vacío con tan solo imaginar que toda esta felicidad se evaporaría en cualquier momento. Jamás, en mi vida he sido una persona egoísta... y, nunca he tenido ni la más mínima intención de dar paso a convertirme en esa persona de la que estoy hablando, es solo que... Aaron había dado paso a formar parte de mi vida, de la misma manera que Rose, a quien no amaba, pero que de la misma manera que Aaron, sentía un inmenso cariño. ¿Sería capaz de desprenderme de mí felicidad? Para que Rose y Aaron, ¿finalmente pudieran tener esa familia que tanto necesitan?. Los últimos nueve días, había permanecido a lado de Rose en el hospital. Todo comenzó aquella noche, cuando llegando del trabajo, me encontré con una Rose angustiada y al borde de la desesperación, tras haber recibido una llamada telefónica del hospital informándole que Sebastián Valmont había tenido un accidente. Sabía que a Rose, toda esta situación la tenía afectada... su preocupación hacia aquel muchacho, me hacía pensar que evidentemente él era el padre de Aaron. Es por esa razón, que prefería mantenerme al margen de la situación sin hacerle saber mis sospechas. Respetaría las decisiones de Rose, como lo he venido haciendo los últimos meses. Solo esperaba que aquel muchacho saliera bien librado de aquel terrible infortunio en el que se encontraba y que se recuperara... más que nada por Rose y por... Aaron. Su hijo... aquellas palabras dentro de mis pensamientos se escuchaba tan melancólicas que de haberlas pronunciado hubieran tenido el mismo efecto. Ahogué un hondo y cansado suspiro, al tiempo que me tomaba a Aaron entre mis brazos, dedicándole una sonrisa enternecida, debido a que Aaron parecía agradarle y llamarle la atención las gaviotas que surcaban el cielo. Negué suavemente con una sonrisa, al tiempo que movía un poco mi mano para ver la hora. – 3:30 pm... hora de ir a ver como está Mamá – le informé a Aaron con una sonrisa, cubriéndolo un poco con su mantita para que no le diera frío y luego tomando cariñosamente su pequeña manita entre la mía. Una vez en el hospital, comenzamos andar tranquilamente por el pasillo del primer piso, al tiempo que acomodaba sobre mi hombro la pañalera. Eché un vistazo a mí alrededor, intentando divisar a Rose por alguna parte... pero no la veía por ningún lado. Sin embargo, no tardamos en darnos el encuentro. – Hola hermosa... – le saludé con una pequeña sonrisa en los labios. Lucía cansada, pálida y ojerosa... producto de varios días sin dormir. Suspiré pesadamente, para luego mirarle con preocupación... no me gustaba ver a Rose en ese estado. Si tan solo pudiera hacer algo... – ni lo menciones, por favor – le pedí tranquilamente, para no darle la menor importancia a sus palabras cuando tomó a Aaron entre sus brazos. – Sabes que siempre podrás contar conmigo... – le hice saber, con una sonrisa, anhelando que nunca lo olvidara. Después de todo lo que hemos vivido juntos estos meses... Dios, realmente era difícil hacerme a la idea de que muy pronto me desprendería de dos personas que han dado a formar parte de mi vida. Bajé la mirada, esbozando una pequeña sonrisa despreocupada, cuando mencionó que no debería estar desperdiciando mí día libre de trabajo con ella aquí en el hospital. Negué suavemente, lanzándole una mirada de soslayo. – ¿Y, dejarte sola? – cuestioné con la voz impregnada de preocupación, al tiempo que acariciaba suavemente su mejilla con el dorso de mi mano. – ni en sueños... – afirmé rotundamente. – además no podíamos dejar a Mamá aquí sola... ¿no es así campeón? – añadí con una sonrisa enternecida, esta vez dirigiéndome a Aaron, y darle un cariñoso beso en su cabecita. – Claro, vamos... – accedí sonriendo tranquilamente, cuando comentó que iba por un café. – Así aprovechamos en que comas algo – recalqué suavemente, mirándole con una mueca de desaprobación. – Y, que Aaron tome su leche – añadí, a la vez que me aseguraba de no haberme olvidado de su comida y de la leche en fórmula. – dime... ¿como está? – cuestioné un tanto inquieto por el estado de salud del chico, mientras comenzábamos a andar con rumbo a la cafetería.

**ιzzy нale** Mar Ene 25, 2011 2:27 am

Mark Sloan
as: Mark Andrew Sloan
>> Doctor ;;
[ Con Beatrice Parsons // Consultorio ]

_

La miré con la boca ligeramente entreabierta. ¿La escena que le hice armar?, de verdad... ¿me estaba hablando enserio?, ¿ahora me reprochaba sus dramas adolescentes?. Niñas. Resoplé con ironía mientras flexionaba los brazos detrás de la nuca. – vamos Gio... yo no tengo la culpa seas una teen dramaqueen y armes escándalo por cualquier cosa al grado de que pareciera como si te estuvieras ahogando en un vaso de agua. – comenté mirándole de soslayo, cuando comentó que ese tipo de escenas dañaban su imagen. – ¿tu imagen de niña buena y estudiosa? ó ¿tu imagen de melodramática? – cuestioné con diversión. Es que... enserio, cada vez que Giovanna Esther Henley arma una escena ¡es un drama telenovelesco!. Shakeaspeare a lado de Gio se queda sencillamente corto, lo cual es decir mucho. Alcé una ceja visiblemente entretenido, cuando le escuché decir que no era nada personal, y que era una dramática... demasiado dramática y que no era fácil controlar sus impulsos. Suspiré pesadamente, pasándome los dedos por la cabeza intentando comprenderla. – no será que en el fondo te agrado un poco y prefieres que nos pasemos la mayor parte de nuestros encuentros peleando por que es la única manera que tenemos de... que se yo... ¿hablar y divertirnos a la vez? – pregunté con una sonrisa de lado. – sí, lo sé... admito que pelear no es la mejor manera de hablar como gente civilizada... pero al menos deberíamos hacer un esfuerzo ambos... – aclaré señalándonos. – Para llevar la fiesta en paz... – es decir, Gio era una chica... aunque a veces tengo serias dudas si verdaderamente es una chica por su manera de comportarse, pero, en el fondo... no tenía tampoco nada contra ella. – Sé que no soy santo de tu devoción, pero... te propongo un pacto... – empecé a decir, mientras me sentaba arriba de la mesa y cruzaba las piernas en pose de indio. – intentaré... o bueno mejor dicho, haré hasta lo imposible por no sacarte de quicio y me comportaré, pero a cambio intentemos llevarnos bien... no como amigos, ya que seguramente no querrás tener a un revoltoso y rebelde como amigo... – después de todo Ted de Bélgica (que raro suena), era su amigo... su mejor amigo cabe aclarar y, bueno... supongo que con "Teddy" le bastaba y le sobraba. Suspiré. – ¿entonces que dices? – le propuse con una sonrisa, deseando escuchar que pensaba u opinaba al respecto, debido a que estaba en todo su derecho de mandarme a la mierda si quería.

**ιzzy нale** Mar Ene 25, 2011 2:40 am

Izzie Bessette
as: Isobel Aurelle Bessette
+ Tercer año >> Taller de Guión & Literatura ;; Ballet ;; Voley (Delantera)
[ Con Liam Burke // Aula ]

_

A veces me preguntaba... ¿valdría la pena sacrificar mi corazón, mis sentimientos... con tal de que la persona que más he querido hasta este momento intente ser feliz con esa persona que alguna vez llegó a ocupar un lugar especial en su vida? Esa era la pregunta que rondaba una y otra vez mis pensamientos, a raíz del regreso de Serena. Desde aquel día en la cena de bienvenida, no había vuelto a hablar con Will… entre clase y clase, hacía un esfuerzo descomunal por evitarlo y sobre todo tener que dirigirle la palabra, cuando nuestras miradas se cruzaban en los pasillos. Día con día esta situación se iba agraviando, y, lo peor de todo era que no veía clara nuestra relación. Por culpa de mis miedos, mi inseguridad… no solo me estaba dejando arrastrar a mí, si no también a Yukki y a Georg, quiénes no tenían la culpa de nada. ¿Sería posible que me estuviera convirtiendo en una persona egoísta? No, me dije rotundamente dentro de mis pensamientos, con la intención de desechar aquella idea tan… inverosímil… jamás daría paso a convertirme en una egoísta. Entonces, ¿qué es lo que debía de hacer en estos momentos? La idea de seguir luchando contra mis sentimientos… tarde o temprano acabaría por consumirme… quizás, la única solución a todo esto… era que Will… se decepcionara de mí. Pero, ¿sería capaz de mentirle con tal de que él encontrara la felicidad en otra persona? Cerré los ojos sintiendo un terrible nudo en la garganta, ¿por qué todo tenía que ser tan difícil?, decía una y otra vez al tiempo que me abrazaba al libro que llevaba en las manos. Giré suavemente mi rostro, observando por uno de los ventanales, como la mayoría de mis compañeros disfrutaban del día. Sonreí a duras penas, desviando la mirada del ventanal para retomar mi camino rumbo al auditorio. Le había prometido a Yukki que asistiría a su práctica con las animadoras y la apoyaría. Probablemente Georg estaba ahí… y… ¿si también Will se encontraba ahí con su amigo?, pensé un tanto temerosa por el hecho de tener que mirarlo a los ojos, y, fingir indiferencia. Suspiré con abatimiento, cuando de pronto sentí que alguien me tomaba desprevenidamente del brazo, y me arrastraba hasta una de las aulas más cercanas, al tiempo que cerraba la puerta a sus espaldas. Hasta ese momento no había tenido tiempo de reaccionar, mi corazón latía aceleradamente, y mi rostro… reflejaba sentimientos como la sorpresa y el miedo, por el susto de hace unos momentos. Me giré al tiempo que escuchaba su voz… Dios mío, ¿por qué? decía dentro de mis pensamientos, intentando recuperar el aliento. Llevé una mano hasta mi pecho, intentando que los latidos de mi corazón se normalizaran. – Will… ¿estás loco? – pregunté estúpidamente, por no saber que decirle en este momento. Negué suavemente, con el semblante inexpresivo evitando por todos los medios el mirarlo a los ojos, cuando escuché sus palabras. – Existen otras maneras… – musité débilmente, al tiempo que me abrazaba a mí misma. Pero ese no era el punto. El verdadero punto era que no podía seguir evadiéndolo para siempre. – Will… por favor… no hagas esto más difícil… – le pedí, con un hilo de voz. Su tono de súplica, había sobrepasado mis límites… me odiaba por ser tan cruel e insensible con él. Will, no se merecía esto… – me parece que entre nosotros no hay nada más que aclarar… – añadí con claridad, esperando que comprendiera. Sin embargo, sabía que aquella “aparente razón” no sería suficiente.

Respiré hondamente dándome el valor de mirarlo a los ojos… sintiendo como mi corazón se arrugaba de tal manera que un vil pedazo de papel. ¿Sería capaz de hacerlo…? – Will, perdóname… es solo que… – no pude terminar lo que estaba a punto de decir…

**ιzzy нale** Sáb Ene 29, 2011 4:33 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Disponible --> Observando a Yukki // Canchas ]

_

Me pasé distraídamente una mano por la cabeza, con la intención de concentrarme y repasar una y otra vez dentro de mis pensamientos las palabras exactas que le diría a Yukki. La noche anterior, había estado repasando y escribiendo en ciento de hojas de papel las palabras apropiadas que deben decírsele a una señorita en su presencia y así armarme de valor para invitarla a salir. Lo sé, era patético para este tipo de situaciones… esta era la primera vez que… me atrevía a invitar a salir formalmente a una mujer y los nervios me estaban consumiendo. Yukki era la única persona con la que podía ser... yo mismo... sin tener la necesidad de ocultarme detrás de una máscara totalmente errada, mostrándome como una persona sin sentimientos; pero con Yukki todo era diferente... ella era la única persona capaz de lograr sacar lo mejor de mi, incluso hacerme sonreír. A su lado, me sentía inmensamente feliz… esta era la primera vez que… sentía un cariño especial y sincero que iba más allá de una simple amistad… un sentimiento que nunca antes había experimentado y que Yukki había hecho renacer dentro de mí, con su ternura, su delicadeza y su comprensión. Nada me haría felizmente dichoso que aventurarme a confesarle mis sentimientos… y, pedirle o Suspiré profundamente, intentando imaginarme lo que dirían mi padre y mi abuelo… durante el verano les había hablado con tanto entusiasmo de Yukki… que en palabras de mi propia hermana, dejaba entrever que mis sentimientos eran intensos y sinceros. En el fondo, temía arruinarlo todo… Carol cariñosamente me aconsejaba, de la misma manera que Liam. Además… no había logrado anteponer mi mente racional ante los deseos del corazón… aún recordaba aquel día en el que me había jurado a mí mismo, nunca abrir las puertas de mi corazón. Desde el momento que Yukki apareció en mí vida… todo cambió… absurdamente me hizo volver a creer en el amor… Negué suavemente, sin poder evitar esbozar una amplia sonrisa en mi rostro… Yukki, era la persona más maravillosa que he conocido en toda mi vida y, eso me hacía pensar que no la merecía… Respiré profundamente, hundiendo las manos dentro de los bolsillos de mi gabardina… ¿qué es lo que realmente debía hacer?, todo sería más sencillo si no me complicara la vida… y me diera el valor de confesarle que me he enamorado perdidamente de ella. Sin embargo, esto iba más allá al hecho de complicarme… me desesperaba no saber que hacer en estos momentos… teniendo en cuenta que también se encontraba de por medio la relación entre Izzie y Liam no daba paso a mejorar… ¿habría algo que pudiéramos hacer?, me pregunté con un tono de exasperación, al tiempo que ahogaba un hondo y cansado suspiro. Pasados varios minutos, logré divisar a Yukki a lo lejos ensayando con el grupo de animadoras en una de las canchas de futbol. Sonreí cariñosamente, al tiempo que me acobijaba bajo la sombra de un árbol, el sitio ideal para relajarse… me dije dentro de mis pensamientos, con gesto de re confortación mientras sacaba del bolsillo interno de mi gabardina, mi viejo aguilucho de dibujos y anotaciones. Eché la cabeza hacia atrás, recargándome contra el tronco del árbol… para poder observar a mí alrededor, sinceramente esperaba encontrarme con Izzie y tener la oportunidad para hablar con ella y saber como estaba, y, si la oportunidad se presentaba… quizás podría hablarle de Liam. Izzie me simpatizaba bastante… y, nada me complacería más que, terminaran juntos. Supongo que el tiempo es el que dirá si puede llegar a existir entre ellos algo más que una amistad. Rasqué distraídamente la punta de mi nariz, mientras hojeaba mi viejo cuaderno… La mayoría de mis dibujos eran retratos hablados de mi familia… mientras que los paisajes que solía dibujar, eran oscuros y deprimentes, otras veces solían ser alegres y llenos de vitalidad… dependiendo mi estado de ánimo. Me mantuve en la misma postura, que al principio… pero esta vez flexionando las piernas, como base de apoyo, para recargar mi aguilucho y dejar que mi mano comenzara a trazar diversas líneas ovaladas, hasta tener la silueta de un rostro… que poco a poco iría tomando forma, hasta convertirse en el dulce rostro de mí amada Yukki.

--> Dibujo >> Imaginemos que en vez de leerse el nombre de Katrina es el de Yukki (:

**ιzzy нale** Dom Ene 30, 2011 3:04 am

Georgiana Brandon
as: Georgiana Ismene Brandon
+ Universitaria >> 1º de Comunicación Social
[ Con Samuel Harris // Pasillos ]

_

Tengo que admitir que mi nueva vida como universitaria… no era tan desagradable, como yo creía. Hace exactamente un mes, los nervios me estaban matando… teniendo en cuenta que los nervios eran un producto de mi mente, por el temor a iniciar una nueva etapa en mi vida. La universidad… vaya que era un gran paso. Pero, entre los estudios y mi “activa” vida social… la cuál podría considerarse nula, no he tenido mucho tiempo para socializar. Quizás ese era mi problema… el hecho de no considerarme un libro abierto y fácil de leer. La mayoría de mis amigos, habían tomado caminos diferentes, al elegir la universidad a la que asistirían, muchos se habían ido a Estados Unidos, mientras que otros habían optado por quedarse en Europa. Aunque, me reconfortaba no sentirme del todo tan… sola, había varios compañeros del curso pasado, con los que compartía la misma carrera, y, por ende las mismas asignaturas. Por otro lado, el iniciar una nueva etapa en mi vida… me ayudaba a olvidarme del cariño que sentía hacia el Profesor Harris. Lo sé, era absurdo que me hubiese dado el lujo de permitirme posar mis sentimientos en una persona como el Profesor Samuel Harris… es decir, ¿qué posibilidades habría de que él se diera cuenta de que existía?. Ninguna, obviamente. A sus ojos, nunca sería nada más que una de sus estudiantes. Suspiré profundamente, mientras caminaba por los pasillos del Internado… recordando cada uno de los momentos que viví durante mi último año. Aún era capaz de recordar, aquella angustia que se apoderó de mí, al darme cuenta de que el Profesor Harris del Internado, aquella noche cuando sucedió el incendio. En ese momento… fui capaz de sentir que el mundo se me venía encima… el año pasado se había cobrado la vida de muchos estudiantes y de algunos Profesor, y, esa vez no iba a permitir que se cobrara la vida de un gran hombre, como lo era el Profesor Harris. Negué suavemente la cabeza, con la intención de alejar mis pensamientos… lo mejor será que te olvides de aquel amor imposible. Tras varios minutos de recorrer los pasillos del Internado, llegué a mí destino, el Despacho del Profesor Harris… hace dos días, nos habíamos encontrado casualmente en el campus de la Universidad… y, amablemente me había hecho el favor de prestarme la colección completa de los poemas, sonetos y odas de Pablo Neruda, de la misma manera que la novela de cien años de soledad, novela escrita por Gabriel García Márquez. Sin duda alguna, los temas abordados en la novela de García Márquez, eran realistas. Pero, lo interesante de este libro era la asociación fantasmal con muchos fragmentos de la Biblia y la tradición católica, como su evolución desde la creación (Génesis) hasta la destrucción (Apocalipsis). Tomé una honda bocanada de aire… bien a aquí vamos… dije dentro de mis pensamientos, al tiempo que llamaba un par de veces a la puerta. Luego de unos minutos, aguardando pacientemente… me extrañé un poco por el hecho por no recibir una respuesta de parte del Profesor Harris. Ahogué un hondo y cansado suspiro, denotando cierto deje de decepción… será en otra ocasión, me dije en un tono de re confortación. Estaba a punto de doblar en uno de los pasillos, cuando en un acto de reflejo me frené a tiempo… ya que estaba a punto de chocar con una persona que venía en sentido contrario al mío. – Disculpe… – alcé la vista, para evocar mis disculpas… hasta ese momento, nunca había sentido tanta vergüenza… y, seguramente en mi rostro se veía reflejados mis sentimientos, pues de un momento a otro sentí que la sangre subía hasta mis mejillas. – Profesor Harris – le saludé, esbozando una pequeña sonrisa en mi rostro… – que gusto verlo… – empecé a decir tímidamente con una sonrisa. – Justo acabo de ir a su despacho para devolverle los libros que me hizo el favor de prestarme… llamé un par de veces, pero en vista de que... no hubo respuesta, supuse que estaría ocupado... – añadí con una pequeña sonrisa, mientras acomodaba un poco mi bolso el cual pesaba a causa de los libros que traía. Eres un as en este tipo de conversaciones, Georgiana… deberían darte un premio, resoplé irónicamente.

**ιzzy нale** Dom Ene 30, 2011 3:42 am

Izzie Bessette
as: Isobel Aurelle Bessette
+ Tercer año >> Taller de Guión & Literatura ;; Ballet ;; Voley (Delantera)
[ Con Liam Burke // Aula ]

_

Perdóname, Will... pero es lo mejor... dije dentro mis pensamientos con inmensa tristeza y con un terrible nudo en la garganta a causa del llanto que intentaba por todos los medios reprimir y a la vez sintiendo como mi corazón se arrugaba de tal manera que un vil pedazo de papel. La ilusión... la esperanza que alguna vez llegué a albergar por Will... lentamente se iba apagando. Sí de algo estaba completamente segura, era que el inmenso amor que sentía hacia él... siempre estaría presente, aunque mis sentimientos no fueran correspondidos... solo el tiempo me ayudaría a olvidarlo, sacándolo de mi corazón y de mis pensamientos para siempre. Cerré los ojos, sintiendo como una lágrima resbalaba por una de mis mejillas... Al escuchar sus palabras, me daba cuenta de que en el fondo… él seguía enamorado de Serena… aunque nunca lo admitiera… la quería… sabía que este momento tarde o temprano llegaría… creía… que el dolor y la tristeza que sentía a causa de la decepción… serían menos dolorosos y menos difíciles de sobrellevar. Que equivocada estaba, y que ingenua había sido al soñar que William sentía algo por mí… Es por esa razón, que prefería que tuviera esa idea errónea, a tener que confesarle que me había enamorado perdidamente de él. De haberle confesado que él era aquel príncipe de mis sueños… ¿cambiaría en algo las cosas…?. Evidentemente que no, temía arriesgar mi corazón… teniendo en cuenta que con el regreso de Serena, las cosas cambiarían… Serena fue… su primer beso, su primer amor… y, el primer amor nunca suele olvidarse, a pesar de las diferencias que los haya separado. Con la mano que tenía libre, limpié todo rastro de aquella lágrima… no iba a darle el lujo de permitirle verme llorar por segunda vez… ni mucho menos demostrarle el dolor, que me causaban sus palabras. William podía darse el lujo de juzgarme por su propia cuenta… ¿no es así?, pues bien… que se limite a juzgar, sin tener que orillarme a confesarle la verdad de mis sentimientos. “Así tiene que ser...” Respiré profundamente, para darme el valor de mirarlo a los ojos… y enfrentarlo. – lo sé… entiendo que ya no somos unos niños, para andarse con rodeos – afirmé, de una manera débil y temblorosa a causa del dolor y la tristeza que sentía… aquellos hermosos ojos azules… habían perdido aquel brillo de calidez, ternura y comprensión… de la misma manera que sus palabras. Y, que ahora sonaban crudas e indiferentes. – Es por eso que… me reconforta saber que comprendes que entre nosotros no puede… ni jamás, podrá existir nada más allá de… una amistad… – solté, sin ninguna clase de miramientos. Nunca creí llegarle a hablar de esa forma… mucho menos a la persona de la cual estaba equívocamente enamorada. Llevé una mano hasta mi corazón, sintiendo que con cada minuto… cada segundo… se partía en mil pedazos. Una amistad… por Dios, Isobel… ¿a quién deseas engañarte?, ¿a ti misma?, resoplé lastimera ironía. Él mismo acaba de decirte que no te pedirá que vuelvan a hacer los amigos que alguna vez fueron… a pesar de que en el fondo… anhelaba poder conservar al menos su amistad, sabía que era imposible, su sola presencia… resultaría más dolorosa… Necesitaba… alejarme por completo de William Burke, olvidarlo… para que pueda ser feliz con la persona que siempre ha querido… y, de esa manera no ser un obstáculo entre ellos. – de acuerdo… – accedí, mirándole de manera inaudible, tras escucharle decir que el trato cordial entre nosotros no nos mataría… Ni Yukki, ni Georg merecían que nuestra situación les afectara de esa manera… de la misma manera que William y Serena, ellos merecían ser felices… y que siguieran frecuentándose, sin tener que elegir entre sus amigos. Giré mi rostro, evitando el tener mirarlo nuevamente… el hecho de mirarle de esa forma… me quebraba por completo… – de esa manera, seremos como dos aparentes desconocidos… – nunca sería capaz de arrepentirme de haberlo conocido... Will... ha sido la cosa más linda y especial que ha existido en mi vida, sin olvidar a mis padres... a mi hermana Paris y a Yukki, a quiénes adoraba y quería como a nada en el mundo... sin embargo, me parece que en este caso hubiera sido lo mejor... de saber que sufriría por él... cerré los ojos con pesar al escucharle decir que había cometido un error al confundir las cosas y que lo sentía… – te equivocas… la que siente haberte hecho malgastar tu tiempo, soy yo… – musité débilmente. Ya no más… necesitaba salir de aquí cuanto antes… alejarme de él y olvidarlo. Me negaba a seguir martirizándome con este dolor y este sufrimiento. – Fui una ingenua al creer que alguien como tú… – podría llegar a sentir algo por alguien que es como un libro cerrado incapaz de abrirse… y de revelar su contenido. – sí, eso es todo lo que tienes que decir… entonces no te quito más tu tiempo – dije con un tono de voz frío e indiferente, al tiempo que me daba la media vuelta y caminaba hasta llegar a la puerta... Lentamente, giré la perilla de la puerta… sin embargo, en un arrebato de… desesperación, volví mi rostro para mirarlo con inmenso dolor y correr hasta sus brazos, para besarlo de una manera… como nunca antes lo había hecho, de una manera suave, dulce y apasionada. Esa sería la última vez que sería capaz de sentir la ternura y la calidez de sus labios Un inmenso vacío, se fue apoderando de mí… al tiempo que nuestros rostros se separaban lentamente. Sentía que mi labio inferior, temblaba ligeramente a causa de la insensata locura que acababa de cometer… cerré los ojos, deleitándome con aquel suave y sutil aroma que emanaba de él… y con el recuerdo de sus labios. Y, sobre todo consciente de que quizás… aquel beso dejaba al descubierto el amor que sentía por él. – perdóname… Will – musité con un hilo de voz, aún lo bastante cerca de sus labios. Sabía lo había tomado de una manera desprevenida, no me atrevía a mirarlo a los ojos… es decir, ni siquiera yo misma era capaz de cavilar lo que había hecho, pero, ya era tarde para arrepentimientos… ya que en el fondo… no me arrepentía de haberlo besado, el recuerdo de sus labios… siempre estaría presente y me atormentaría con su recuerdo, por más que me empeñe en olvidarlo. Rocé y besé sus labios dulcemente, antes de darme la media vuelta… y salir del aula lo más rápido posible, sin darle tiempo de una explicación… Sollocé fuertemente al tiempo que fui capaz de sentir como las lágrimas de tristeza, dolor y decepción brotaban y resbalaban por mis mejillas… por más que había intentado reprimir el llanto, mostrando una aparente fortaleza que no existía… en esta ocasión había sobrepasado mis fuerzas, al punto de quebrarme por completo… Había perdido a Will para siempre… un hecho ante el cual tenía que hacerme a la idea, por más dolorosa que fuera… Abrí la puerta del dormitorio, y posteriormente cerrarla de sopetón. Respiré hondamente, pero no podía parar de llorar… por más que lo intentaba… cerré los ojos apoyándome contra la puerta, solo un momento… para luego tumbarme sobre mi cama, y hundir mi rostro en la almohada que abrazaba fuertemente, mojándola por completo a causa de las lágrimas… solo esperaba que Yukki, me perdonara por faltar a la promesa que le había hecho de asistir a su práctica con las animadoras…

**ιzzy нale** Dom Ene 30, 2011 3:52 am

Georgiana Brandon
as: Georgiana Ismene Brandon
+ Universitaria ;; 1º año de Comunicación Social
[ Con Samuel Harris // Pasillos ]

_

Tengo que admitir que mi nueva vida como universitaria… no era tan desagradable, como yo creía. Hace exactamente un mes, los nervios me estaban matando… teniendo en cuenta que los nervios eran un producto de mi mente, por el temor a iniciar una nueva etapa en mi vida. La universidad… vaya que era un gran paso. Pero, entre los estudios y mi “activa” vida social… la cuál podría considerarse nula, no he tenido mucho tiempo para socializar. Quizás ese era mi problema… el hecho de no considerarme un libro abierto y fácil de leer. La mayoría de mis amigos, habían tomado caminos diferentes, al elegir la universidad a la que asistirían, muchos se habían ido a Estados Unidos, mientras que otros habían optado por quedarse en Europa. Aunque, me reconfortaba no sentirme del todo tan… sola, había varios compañeros del curso pasado, con los que compartía la misma carrera, y, por ende las mismas asignaturas. Por otro lado, el iniciar una nueva etapa en mi vida… me ayudaba a olvidarme del cariño que sentía hacia el Profesor Harris. Lo sé, era absurdo que me hubiese dado el lujo de permitirme posar mis sentimientos en una persona como el Profesor Samuel Harris… es decir, ¿qué posibilidades habría de que él se diera cuenta de que existía?. Ninguna, obviamente. A sus ojos, nunca sería nada más que una de sus estudiantes. Suspiré profundamente, mientras caminaba por los pasillos del Internado… recordando cada uno de los momentos que viví durante mi último año. Aún era capaz de recordar, aquella angustia que se apoderó de mí, al darme cuenta de que el Profesor Harris del Internado, aquella noche cuando sucedió el incendio. En ese momento… fui capaz de sentir que el mundo se me venía encima… el año pasado se había cobrado la vida de muchos estudiantes y de algunos Profesor, y, esa vez no iba a permitir que se cobrara la vida de un gran hombre, como lo era el Profesor Harris. Negué suavemente la cabeza, con la intención de alejar mis pensamientos… lo mejor será que te olvides de aquel amor imposible. Tras varios minutos de recorrer los pasillos del Internado, llegué a mí destino, el Despacho del Profesor Harris… hace dos días, nos habíamos encontrado casualmente en el campus de la Universidad… y, amablemente me había hecho el favor de prestarme la colección completa de los poemas, sonetos y odas de Pablo Neruda, de la misma manera que la novela de cien años de soledad, novela escrita por Gabriel García Márquez. Sin duda alguna, los temas abordados en la novela de García Márquez, eran realistas. Pero, lo interesante de este libro era la asociación fantasmal con muchos fragmentos de la Biblia y la tradición católica, como su evolución desde la creación (Génesis) hasta la destrucción (Apocalipsis). Tomé una honda bocanada de aire… bien a aquí vamos… dije dentro de mis pensamientos, al tiempo que llamaba un par de veces a la puerta. Luego de unos minutos, aguardando pacientemente… me extrañé un poco por el hecho por no recibir una respuesta de parte del Profesor Harris. Ahogué un hondo y cansado suspiro, denotando cierto deje de decepción… será en otra ocasión, me dije en un tono de re confortación. Estaba a punto de doblar en uno de los pasillos, cuando en un acto de reflejo me frené a tiempo… ya que estaba a punto de chocar con una persona que venía en sentido contrario al mío. – Disculpe… – alcé la vista, para evocar mis disculpas… hasta ese momento, nunca había sentido tanta vergüenza… y, seguramente en mi rostro se veía reflejados mis sentimientos, pues de un momento a otro sentí que la sangre subía hasta mis mejillas. – Profesor Harris – le saludé, esbozando una pequeña sonrisa en mi rostro… – que gusto verlo… – empecé a decir tímidamente con una sonrisa. – Justo acabo de ir a su despacho para devolverle los libros que me hizo el favor de prestarme… llamé un par de veces, pero en vista de que... no hubo respuesta, supuse que estaría ocupado... – añadí con una pequeña sonrisa, mientras acomodaba un poco mi bolso el cual pesaba a causa de los libros que traía. Eres un as en este tipo de conversaciones, Georgiana… deberían darte un premio, resoplé irónicamente.

**ιzzy нale** Dom Ene 30, 2011 4:09 am

Garrett Cornwell
as: Garrett Donnovan Cornwell
+ Universitario ;; 1º año de Turismo
[ Con Nikki Ustabas // Terrenos ]

Rockland, posteos chap #3 Afiportraits16

_

Le miré con pequeña sonrisa, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, al escucharle preguntarme si venía de Durmstrang, cuestionamiento ante el cual asentí despreocupadamente. Noté que empezaba a caminar... por lo que comencé a seguirla tranquilamente. Reí levemente, sin poder evitar negar de un lado a otro al escucharle decir que se había dado cuenta por mi ropa, ya que no llevaba el uniforme de Hogwarts, ni mucho menos el uniforme azul de Beauxbatons que le parecía bastante exagerado. Alcé las cejas ligeramente. – ¡vaya! ¿Pero que tenemos a aquí?, me parece que veo a una exitosa futura diseñadora de moda mágica... – comenté visiblemente divertido, mientras observaba detalladamente mi uniforme. – imagino que para tu opinión "fashionista" no somos exactamente el último "grito" de la moda, ¿no es verdad? – comenté ahogando un hondo y prolongado suspiro, con la clara y noble intención de bromear un poco. Merlín, Elliot, ¿desde cuando se te da querer soltar comentarios graciosos?, me cuestioné dentro de mis pensamientos completamente extrañado de mí mismo. Supongo que las circunstancias... no sé... suelen darse, además... siempre hay una primera vez para todo. – pero, admito que al menos me reconforta saber que siempre cuento con la opinión profesional de una chica "fashionista" – añadí, esbozando una sonrisa de lado. Debo admitir, que me había caído en gracia su palabra "fashionista". Definitivamente esta chica, es decir, Hannee, era una caja de sorpresas. Comentó que era extraño ver "a uno de los míos" actuando normal, ya que a su parecer, muchos se mis compañeros solían tener tendencia a comportarse como los imbéciles de Slytherin. Reí un poco, observándole de reojo. – En ese caso, espero que no te decepciones de mí... – musité débilmente, más para mí que para ella, mientras observaba distraídamente el suelo por el que caminábamos. Agregó que comíamos como bestias... lo que le hacía pensar que nos mataban de hambre en Durmstrang, al menos los que compartíamos mesa con los de Slytherin. Me eché a reír, de manera divertida... mirándole con una expresión de diversión y desconcierto. Sonreí un poco, con más confianza al notar su expresión de "¿hablo mucho no es verdad?" – Para nada... admito que... eres muy liberal e independiente... – me ahorré enormemente la pena de decir "me agradas". – pero, ¿siempre tiendes a hacer así de exagerada? – cuestioné, mirándole de manera divertida, para luego negar suavemente. Si, algunos de mis compañeros, incluido yo, en algunas ocasiones comíamos como bestias... – ¡Hey!, vamos... que ustedes los de Hogwarts y los de Beauxbatons tampoco se quedan atrás, habló de los hombres, por supuesto... ustedes las mujeres... son más... tranquilas, decentes, recatadas y más condescendientes en ese aspecto, al preocuparse más por su físico, y ese tipo de cosas que jamás entenderé... mira que matarse de hambre, por no perder la... "línea y la figura". ¡Merlín!, juro que prefiero antes lanzarme yo mismo al vacío, o que alguien me borre la memoria antes que dejar de comer... – comenté mirándole un tanto divertido. – aunque, dudo seriamente que tu seas esa clase de chicas que suele volver "esclava" al espejo... – añadí, un tanto vacilantemente... debido a que no estaba del todo seguro. Hacía 15 minutos que nos habíamos conocido... y por lo que sé, nunca llegas a conocer enteramente a una persona, ya que siempre suele darte cada sorpresa que... en fin, lo mejor será no entrar en detalles. Noté que cerraba los ojos, esbozando un pequeño gesto de dolor... lo que me hizo pensar que seguramente se sentía mal a causa de golpe... tomé suavemente su mano con precaución, por si se tambaleaba. – ¿te sientes bien? – eres un imbécil Elliot, es evidente que no se siente bien... lo más conveniente es que la lleves a la enfermería y pronto para que la chequen. – Ven, lo mejor será que te lleve a la enfermería... – pasé un brazo, alrededor de su cintura, abrazándola... para comenzar a andar por el pasillo, sin dejar de sostener suavemente su mano entre la mía. – y, te advierto que no aceptaré un "no" como respuesta... – le aclaré tajantemente, observándole con detenimiento y con inquietud.

**ιzzy нale** Dom Ene 30, 2011 4:14 am

Garrett Cornwell
as: Garrett Donnovan Cornwell
+ Universitario ;; 1º año de Turismo
[ Con Nikki Ustabas // Terrenos ]

Rockland, posteos chap #3 Afiportraits17

_

Le miré con pequeña sonrisa, mientras hundía las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, al escucharle preguntarme si venía de Durmstrang, cuestionamiento ante el cual asentí despreocupadamente. Noté que empezaba a caminar... por lo que comencé a seguirla tranquilamente. Reí levemente, sin poder evitar negar de un lado a otro al escucharle decir que se había dado cuenta por mi ropa, ya que no llevaba el uniforme de Hogwarts, ni mucho menos el uniforme azul de Beauxbatons que le parecía bastante exagerado. Alcé las cejas ligeramente. – ¡vaya! ¿Pero que tenemos a aquí?, me parece que veo a una exitosa futura diseñadora de moda mágica... – comenté visiblemente divertido, mientras observaba detalladamente mi uniforme. – imagino que para tu opinión "fashionista" no somos exactamente el último "grito" de la moda, ¿no es verdad? – comenté ahogando un hondo y prolongado suspiro, con la clara y noble intención de bromear un poco. Merlín, Elliot, ¿desde cuando se te da querer soltar comentarios graciosos?, me cuestioné dentro de mis pensamientos completamente extrañado de mí mismo. Supongo que las circunstancias... no sé... suelen darse, además... siempre hay una primera vez para todo. – pero, admito que al menos me reconforta saber que siempre cuento con la opinión profesional de una chica "fashionista" – añadí, esbozando una sonrisa de lado. Debo admitir, que me había caído en gracia su palabra "fashionista". Definitivamente esta chica, es decir, Hannee, era una caja de sorpresas. Comentó que era extraño ver "a uno de los míos" actuando normal, ya que a su parecer, muchos se mis compañeros solían tener tendencia a comportarse como los imbéciles de Slytherin. Reí un poco, observándole de reojo. – En ese caso, espero que no te decepciones de mí... – musité débilmente, más para mí que para ella, mientras observaba distraídamente el suelo por el que caminábamos. Agregó que comíamos como bestias... lo que le hacía pensar que nos mataban de hambre en Durmstrang, al menos los que compartíamos mesa con los de Slytherin. Me eché a reír, de manera divertida... mirándole con una expresión de diversión y desconcierto. Sonreí un poco, con más confianza al notar su expresión de "¿hablo mucho no es verdad?" – Para nada... admito que... eres muy liberal e independiente... – me ahorré enormemente la pena de decir "me agradas". – pero, ¿siempre tiendes a hacer así de exagerada? – cuestioné, mirándole de manera divertida, para luego negar suavemente. Si, algunos de mis compañeros, incluido yo, en algunas ocasiones comíamos como bestias... – ¡Hey!, vamos... que ustedes los de Hogwarts y los de Beauxbatons tampoco se quedan atrás, habló de los hombres, por supuesto... ustedes las mujeres... son más... tranquilas, decentes, recatadas y más condescendientes en ese aspecto, al preocuparse más por su físico, y ese tipo de cosas que jamás entenderé... mira que matarse de hambre, por no perder la... "línea y la figura". ¡Merlín!, juro que prefiero antes lanzarme yo mismo al vacío, o que alguien me borre la memoria antes que dejar de comer... – comenté mirándole un tanto divertido. – aunque, dudo seriamente que tu seas esa clase de chicas que suele volver "esclava" al espejo... – añadí, un tanto vacilantemente... debido a que no estaba del todo seguro. Hacía 15 minutos que nos habíamos conocido... y por lo que sé, nunca llegas a conocer enteramente a una persona, ya que siempre suele darte cada sorpresa que... en fin, lo mejor será no entrar en detalles. Noté que cerraba los ojos, esbozando un pequeño gesto de dolor... lo que me hizo pensar que seguramente se sentía mal a causa de golpe... tomé suavemente su mano con precaución, por si se tambaleaba. – ¿te sientes bien? – eres un imbécil Elliot, es evidente que no se siente bien... lo más conveniente es que la lleves a la enfermería y pronto para que la chequen. – Ven, lo mejor será que te lleve a la enfermería... – pasé un brazo, alrededor de su cintura, abrazándola... para comenzar a andar por el pasillo, sin dejar de sostener suavemente su mano entre la mía. – y, te advierto que no aceptaré un "no" como respuesta... – le aclaré tajantemente, observándole con detenimiento y con inquietud.

**ιzzy нale** Miér Feb 02, 2011 4:01 am

Tim Riggins
as: Timothy Jonathan Riggins Trobel
+ Entrenador de Fútbol, Equipo #1
[ Con Rose Luzzatto // Hospital ]

_

Bajé la mirada, al tiempo que me pasaba distraídamente una mano por la cabeza. Admito que no podía evitar, ni mucho menos dejar pasar por alto aquella preocupación al saber que el muchacho no mostraba signos de recuperación. Volví ligeramente mi rostro, para observarle… y darme cuenta de que realmente estaba sufriendo, por el estado de salud del muchacho. Había tenido la oportunidad de conocer a Sebastián Valmont, durante el curso pasado… en el fondo, tenía la impresión de que era un buen muchacho… aunque a simple vista, lo consideran un vago y un mujeriego… no sé… siempre he creído que los jóvenes, se ven orillados a tomar lo que se dice el “mal camino” o “la salida fácil” como un grito desesperado de ayuda, cuando algo… falta en sus vidas… o sencillamente se ven obligados a hacer lo que creen “correcto” como si aquella solución, fuera acabar con sus problemas. Ahora, me daba cuenta del terrible sufrimiento por el que seguramente estaba pasando aquel muchacho… Pasé una mano por mi rostro, intentando aclarar mis ideas… Volví a negar por segunda, tras escucharle decir que me agradecía todo lo que había hecho por Aaron y por ella los últimos meses, pero que no había sido del todo sincera conmigo… en lo que respecta al padre de Aaron y, que merecía saber la verdad. En ese momento, ni siquiera me tomé la libertad de responderle… simple y sencillamente la miré con una pequeña sonrisa, dándole a comprender que no necesitaba que me diera explicaciones… siempre, he respetado las decisiones de Rose… y, jamás me atrevería a cuestionarla al respecto… Rose, era mi mejor amiga… y, sea fuera la decisión que la obligó a mantener en secreto el nombre del padre de Aaron, lo respetaría. Al llegar a la cafetería, observé el menú… y le pedí a la encargada dos órdenes de spaghetti a la bolognesa. Una vez que estuvo lista la orden, tomé la charola con cuidado y nos dirigimos hasta la mesa, no sin antes correrle la silla y ayudarla a sentarse con cuidado. Mientras le pasaba su plato de spaghetti y le servía un poco de agua de sabor en uno de los vasos… Dijo que creía proteger a Sebastián ocultándole la verdad… y, que lo que menos deseaba era darle la responsabilidad de un adulto, al tener que asumir su paternidad. No pude evitar esbozar una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro, cuando dijo que el otro día… Aaron y su padre, habían tenido una conexión, como si… en el fondo supieran quiénes eran realmente. Observé cariñosamente a Aaron, que descansaba sobre los brazos de Rose… No había duda… la sangre llama… y, era imposible negar el parecido que existía entre Aaron y su padre… Añadió, que tampoco había sido justo para su prima… pues, no se merecía el soportar que su ex novio fuera el padre del pequeño Aaron. Hasta ese momento, no había dicho una sola palabra… únicamente me había limitado en escuchar e intentar comprender a Rose, como lo he hecho desde que la conocí por primera vez. – Rose… si hay algo que debes comprender, es que nada de lo que está sucediendo… es por tu culpa… – le aclaré tranquilamente, al tiempo que tomaba suavemente su mano entre la mía. – comprendo tu situación… pero también, intenta ponerte en el lugar del Sebastián… ¿crees que se merecía que le ocultaras algo tan maravilloso como la paternidad? – cuestioné, de manera irremediable… Tomé una honda y prolongada bocanada de aire… – entiendo que lo único que deseabas era protegerlo… pero, date cuenta de que… él merece saber la verdad… – Lo único que deseaba… era la felicidad de Rose y de Aaron, quién merecía estar a lado de su padre y tener la oportunidad de crecer con sus padres… y tener una verdadera familia. – dale una razón para vivir Rose… hazle saber que aunque la vida le arrebató a su padre, no está solo… comprende que él… los necesita, más que a nada en el mundo… – nunca he sido el mejor consejero del mundo, solo deseaba que… al menos mis palabras lograran hacer recapacitar a Rose y conllevarla a tomar la decisión más prudente. Por su bien, y por el de Aaron. – estoy seguro de que él te quiere, Rose… – me atrevía a pensar, que los sentimientos de Sebastián hacia Rose… eran realmente sinceros… Aquella noche, cuando llegué a casa… pude darme cuenta de que diversas emociones atravesaban los ojos de Rose. – Y, sabrá comprenderte… – le hice saber, mirándole fijamente a los ojos. Respiré profundamente. – sabes que te quiero a nada en el mundo, Rose... Aaron y tú se han convertido en mí felicidad, mí alegría en los últimos meses, por ustedes es que intento ser día a día una mejor persona... – Le confesé, de una manera sincera... Negué suavemente, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa al mirarla... por lo que estaba a punto de decir. – nunca creí llegar a decir esto... pero... en el fondo se ve que es un buen chico... – De ser así, no sería capaz de renunciar a Rose... no sin tener la seguridad y la certeza de que sería felíz... – no dejes pasar por alto tu felicidad y la de Aaron... – le pedí, mirándole a los ojos de forma suplicante.

**ιzzy нale** Vie Feb 04, 2011 2:30 am

<BLOCKQUOTE>Liam Burke
~William Theodore Burke Standford
4to curso~Sweden
Rugby-Futbol-Natacion
feat. Isobel---Disponible?||text.xxx||place.salon
</BLOCKQUOTE>

Rockland, posteos chap #3 Gaspard_ulliel_200805_2_530

Nunca la habia visto de esa manera, tan fria, tan calculadora...como si no le importara. Es que no le importa, me dijo mi conciencia. Pero me negaba a creer eso. Ella era Iso, Iso la princesa llena de encantos y dulces recuerdos, no podia ser asi. Ella seguia hablandome pero mi corazon partiendose era mas ruidoso y me costaba entender. Entonces ella dijo- te equivocas… la que siente haberte hecho malgastar tu tiempo, soy yo… -que estaba diciendo? yo no habia malgastado mi tiempo.. era yo el que habia malgastado su tiempo. Por que me hablaba asi? Odiaba esto con toda mi alma. Odiaba el hecho que habia abierto mi corazon nuevamente y lo habian apunalado nuevamente. Porque Isobel? por que tenia que ser asi?. Esta se daba vuelta para irse y suspire mirando el suelo. Todo habia acabado. Pero cuando solo quedaba una pieza de mi corazon aun ahi, ella corrio hacia mi y entonces fue la tercera vez que probe sus labios. La sorpresa me dejo sin aliento, pero correspondi el beso, mientras la sostenia por sus pequena cintura, y sentia como si algo fuera vuelto a mi alma. Era como un sueno. Era raro, pero amaba este momento. Acaricie su cuello, mientras duro el beso pero esta se despego de mi y nos quedamos mirando y solo dijo-perdóname… Will -esta me dio un pequeno beso y luego se dio vuelta y se fue...se fue como habia llegado-ISOBEL!- fue lo que alcance a gritar mientras sali del salon para ver si la alcanzaba, pero habia desaparecido.\

Que demonios era esto? un juego? nos besabamos y ella salia corriendo siempre. Senti como todo volvia a caerse nuevamente en mi mundo, y como todo era pesado. Di un golpe a la pared mientras que lagrimas salian y recorrian mis mejillas. No podia acabar aqui. No podia...verdad?...no queria que acabara. Agradeci tanto el hecho que no hubieran clases hoy, asi que no habian alumnos por los pasillos, si no me verian llorar. Saque mi caja de cigarrillos y tome uno y comence a fumar. Si, ya se, fumar era malo, pero ya que daba, mi vida era un desastre de por si. Mi padre nuevamente tuvo razon, abrir el corazon a alguien es como darle un cuchillo a un nino, puede que el nino no haga nada, pero puede que se haga dano o le haga a otra persona.

**ιzzy нale** Mar Feb 08, 2011 3:37 am

Tim Riggins
as: Timothy Jonathan Riggins Trobel
+ Entrenador de Fútbol, Equipo #1
[ Con Rose Luzzatto // Hospital ]

_

Fruncí los labios, en una pequeña mueca, en un esfuerzo por comprender, cada una de sus palabras. Agaché la mirada, a manera de reflexión… es verdad, ningún chico de esa edad, se merece sufrir de esa manera tan cruel, él… tenía toda una vida por delante. Suspiré profundamente, para posteriormente encontrarme con su mirada que denotaba más que sufrimiento, de la misma manera que su voz. Acaricié, suavemente su mano, entre la mía, con el pulgar. – debes comprender, que la vida… muchas veces nos pone pruebas difíciles que tenemos que superar… de una manera u otra… aunque resulten dolorosas… – Hubo un tiempo atrás, en el que creía… que la vida no era justa… durante un tiempo, creí… que el quitarme la vida, sería una salida fácil… para alivianar el dolor que había dentro de mi corazón… es por esa razón, que conocía el sufrimiento, y, la tristeza de perder a alguien amado. Tal vez… eran situaciones diferentes, Sebastián había perdido a su padre. Mientras que a mí, la vida, me había arrebatado a Lisa… el amor de mi vida. Su recuerdo, siempre vivirá dentro de mí… y, aunque nunca tuve la oportunidad de decirle cuanto la amaba… en el fondo, siempre, la recordaría, con inmenso cariño. Esbocé, una pequeña sonrisa. – Solo te pido… que no cometas el mismo error que yo cometí – nunca sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes… y, aunque al principio me sentí molesto… ofendido con Lisa… comprendí, sus motivos y sus razones, al ocultarme la verdad de su enfermedad. Quizás… de haberme tenido la confianza de hacerme saber lo de su enfermedad… juntos habríamos encontrado la manera de superar su enfermedad… y, tener la oportunidad de hacer una vida juntos. – No dejes pasar por alto tu oportunidad de ser felíz… – le pedí, repasando suavemente y de manera cariñosa el contorno de su barbilla, con mi dedo pulgar. Negué suavemente, mirándole fijamente a los ojos… – nunca es demasiado tarde… cuando se trata de la felicidad de tres personas… – aclaré, con voz suave, pero firme, muy seguro de mis palabras, al referirme a la felicidad de Aaron, Sebastián, y, de Rose. Reí silenciosamente, al escuchar preguntarme si realmente debía decírselo… Lo único que en ese momento, fue mirarla a los ojos, sin la necesidad de expresarle mi opinión, la cual conocía perfectamente. En el fondo, ella era la única que conocía la respuesta a esa pregunta… solo esperaba… que tomara la decisión correcta… – no digas eso… – le pedí, mirándole cariñosamente, al escucharle decir que Sebastián dejaría de quererla, cuando se entere de que todo tiempo le ha estado mintiendo. – Solo… hazle saber… de la misma manera que a mí, las razones que te conllevaron a ocultarle la verdad todo este tiempo… estoy seguro de que él, te comprenderá… por que te quiere, Rose… – Sonreí suavemente, de una manera tierna y comprensiva a la vez… al escuchar lo que decía… de esa manera… Sebastián tendría un motivo para luchar y, una razón para vivir… – por el contrario, sabes que el único que les tiene que agradecer por haberme echo feliz los últimos meses, soy yo… y, lo sabes… – dije, sonriendo tranquilamente. Dijo que me quería pedir disculpas, por qué tendría que haberme dicho todo esto desde hace tiempo y, que no había sido valiente. Sonreí, al sentir su beso en mi mejilla. – a tú manera… has sido valiente, al dar lo mejor de ti misma… mira que traer un pequeño al mundo, es… todo un acto de valentía… por que ahora, no solo vives por ti… si no también por este pequeño – Sonreí cariñosamente, a Aaron, que lentamente comenzaba a cerrar sus ojos, hasta quedarse profundamente dormido. Debo admitir, que sus últimas palabras… me tomaron por sorpresa… aunque, en el fondo, nada desearía más que seguir frecuentando a Aaron y a Rose, quiénes pasaron a formar parte de mí vida. – Te lo prometo, hermosa… – le hice saber, tomando suavemente su mano entre la mía, para besarla, de una manera tierna. – Después de todo… el pequeño Aaron, necesitará un tío que lo malcríe y, que lo consienta… – bromeé, de manera divertida. Observando al pequeño Aaron, en los brazos de su madre. – y, que le enseñe a disfrutar los placeres de la vida… como lo son los deportes… en especial el Fútbol… – añadí, sonriendo tranquilamente. – Aunque, no me extrañaría que resultara ser un futbolista nato como su padre y, como su tío… – bromeé. Había tenido de observar a Sebastián, el año pasado, durante los entrenamientos… y, a decir verdad… el chico tenía talento… de eso no había duda. Sonreí suavemente, tomando la manita de Aaron entre la mía. – En este momento… lo que deberías hacer es descansar un poco… – le hice saber, mostrándole mi preocupación. Conociendo a Rose, con toda esta situación… no tenía tiempo siquiera dormir, aunque fuese un poco. – ¿Qué te parece si vamos al departamento? Estoy seguro que una ducha te relajaría… y, después, si lo deseas… te traigo de nuevo al hospital… – le propuse, tranquilamente con una sonrisa.

**ιzzy нale** Mar Feb 08, 2011 5:43 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Cancha de Fútbol ]

_

Esbocé una pequeña mueca, de aparente concentración... mientras a timaba los últimos detalles, como lo eran, el sombreado y la iluminación del color, dándole ese toque idóneo para resaltar cuidadosamente los detalles, y, que el retrato luciera de un modo realista. No llevaba la cuenta de los minutos, que habían transcurrido desde que opté por acomodarme en aquel sitio… si, de algo estaba completamente seguro… era que disfrutar de un solo día, de paz y tranquilidad, sin la presión de los deberes de un día para otro… era un método de relajación lo bastante efectivo… Troné mis dedos, de una manera distraída… aprovechando unos breves segundos de descanso. Alcé la mirada, al escuchar el crujir del césped, tal y como sucede, cuando caminas sobre él. En ese momento, mi corazón dio un vuelco, a causa de los nervios… y, la emoción al ver que Yukki se acercaba con esa sonrisa en su rostro, y, esa mirada tan… dulce, muy característica de ella. – Pequeña Lottie – respondí amablemente a su saludo, con una cariñosa sonrisa en mi rostro. No había duda alguna, que cada día… Yukki, se veía más y más linda… Miré por encima de su hombro, un momento, y, pude percatarme que habían decidido tomar un breve descanso, lo mejor, era asegurarse… no sea que vayan a llamarle la atención, por mi culpa. Sonreí, de manera divertida, cuando comentó que hacía un bonito día. Me encogí de hombros, y asentí, mirándole tranquilamente, con una sonrisa. – Ideal para un día de campo – apunté, desviando la mirada de su rostro, para así poder observar el cielo, que estaba prácticamente despejado, a excepción de unas cuantas nubes grises… Dios, eres patético, Georg… ¿no sé te pudo haber ocurrido una respuesta más inteligente?... Nada me hubiera gustado más que decirle, que el día, era tan lindo y resplandeciente como ella. – ¿disculpa? – pregunté, mirándole un tanto distraído, cuando me di cuenta de que observaba mi aguilucho. – Oh… – empecé a decir, sintiéndome de pronto, un poco nervioso, por dentro. – Nada en particular, son solo… bocetos, de algunas ideas para las escenografías del Taller de Teatro y Música – le comenté, tranquilamente con una sonrisa. Aprovechando un momento de distracción, en un discreto movimiento, cerré mi aguilucho. – Ya sabes que la Profesora Pierce, aunque no pertenezcamos a su taller, siempre está abierta y dispuesta a recibir voluntarios e ideas para las escenografías – le recordé, picando cariñosamente la punta de su nariz. Algo que era sumamente cierto, siempre hacen falta ayudantes para el Taller de Teatro. – así que… ¿ensayando la nueva rutina? – pregunté, curiosamente con una sonrisa de lado. El año anterior, un par de semanas antes de que finalizara el curso escolar, Gustavo (nuestro entrenador) y Tim, habían acordado un partido amistoso entre ambos equipos. Y, ese día…. a Yukki, le había tocado animar a nuestro equipo. A pesar de que el partido había sido amistoso, la presencia de Yukki, me motivó a dar un buen partido junto a mis compañeros, además de alegrar mi día con su sonrisa y su voz. Recordé, nostálgicamente con una sonrisa, al tiempo que sacaba de la parte delantera de mi mochila, dos manzanas, y, hacía un intento de malabares con ellas. – Imagino que después de un día difícil, necesitarás recuperar fuerzas, pequeña Lottie – le hice saber amablemente, y, sonriendo de manera divertida, mientras le ofrecía la manzana. – nunca olvides, que, como amigo, estoy en todo el derecho de protegerte y cuidar de ti – siempre. Besé su frente dulcemente. Ojalá algún día, tenga el valor de decirle cuánto significa ella en mí vida.

**ιzzy нale** Lun Feb 14, 2011 3:36 am

<BLOCKQUOTE>Liam Burke
_______________________________________________________
~William Theodore Burke Standford
4to curso~Sweden
Natacion-Futbol-Rugby
feat. inconciente||text.xxx||place.hospital
</BLOCKQUOTE>

Rockland, posteos chap #3 Normalgaspard0382png

Rockland, posteos chap #3 Normalthelastday21

Era tan desagradable ese sentimiento de no tenerla y saber que no la iba a tener. Ya estaba claro que lo nuestro habia acabado y asi me costara debia dejarla ir, debia dejar de pensar en ella y dejar de sentir lo que sentia. Era mejor que hiciera caso a mi padre y dejar de pensar tonterias relacionadas con el amor, debia concentrarme en mis estudios y en mi carrera, nada mas, no mas distracciones para mi por el momento. Cale mi cigarrillo mientras caminaba por el pueblo. Habia esta feria de los paises, y no se por que decidi salir del colegio. Solo queria despejar mi mente, no pensar en nada, dejar de sentir por un momento. Mire a la gente, la mayoria era gente que ni conocia. Eso era mejor. Compre algo de comer para caminar y seguir mirando. Donde estarian Georg o Charles?. Me pregunte. Aunque suponia que Georg debia estar con Yukki. Tome un suspiro mientras seguia caminando. Vi el puesto frances y nuevamente me llevo a cuando estaba con ella en Paris y como la habia besado, lo cual me tomo a hace unas horas cuando ella fue la que me beso. Deja de pensar en ella, me regane.

Pero entonces senti como la gente comenzo a gritar y correr por todos lados y escuche como..tiros? que era esto? Comence a mirar a los lados y entender lo que pasaba. Pero todo paso muy rapido, y senti como si algo entraba a la piel de mi brazo derecho. Me mire y vi como comenzaba a sangrar y como me corria la sangre por un brazo. Era un dolor que nunca habia experimentado en mi vida. Me lleve mi mano izquierda para cubrir, pero dolia mucho. Comence a alejarme del lugar lo mas que podia. Aunque el hecho sentir la sangre me mareaba. Me fui hasta un callejon y me sente, todo era dolor y la verdad no podia pensar en mas nada. En eso vi como alguien se acercaba y decia- aqui hay otro herido!- dijo el hombre, algo alto y robusto, este se acerco a mi y dijo- como te llamas, hijo?- dijo el hombre y me costo hablar por el dolor- Will...William Burke...Burke- era como si algo me quemara por dentro. Pronto otra persona llego pero no podia ni siquiera pensar. La vista se me habia nublado- estaras bien... te llevaremos al hospital- dijo este y me ayudaron a levantarme mientras caminaba a lo que parecia una ambulancia. Me montaron y ahi una enfermera comenzo a cubrir la herida. Pronto senti como el carro se movia y ahi fue cuando ya no pude mas y me deje caer....

Habia una luz brillante en mi cara y me molestaba horrendamente. Habia tenido un sueno tan raro. Comence a abrir mis ojos poco a poco y la luz me estaba quemando, el brazo derecho me dolia. Y deje un grito salir. Entonces me di cuenta que no era un sueno y que estaba en hospital. Vi como una banda estaba en mi brazo derecho- te hemos sacado la bala...a quien podemos llamar?- dijo la enfermera. Me costo decir algo pero lo primero que vino a mi mente fue-Georg de Liechtenstein- trate de mirar alrededor y se notaba que todo estaba agitado en el.

**ιzzy нale** Mar Feb 15, 2011 4:09 am

Henry Windsor
as: Henry Charles Albert David Mountbatten Windsor de Gales
Universitario ;; Primer año (Ciencias Políticas)
[ Con Lane Stone // Feria - Hospital ]

Rockland, posteos chap #3 Thevampirediaries1x1607

Rockland, posteos chap #3 Thevampirediarieshistor

Rockland, posteos chap #3 Thevampirediaries1x0431

Rockland, posteos chap #3 Thevampirediaries1x0432

_

Sinceramente… había momentos en los que no sabía que hacer, como actuar, sin que la situación se saliera de control… en el fondo, temía… haberle fallado de algún modo a mi propia hermana y, la desesperación por no tener la solución en mis manos, comenzaba a desesperarme y a desgastarme lentamente. Desde hacía varias semanas que intentaba encontrar las palabras adecuadas y, de ese modo convencer a Diana para que se dejara revisar por un médico, únicamente para asegurarnos de que gozaba de buena salud… Más vale prevenir, que tener que lamentar… y, la salud, el bienestar de mi hermana, eran mi mayor prioridad. Días atrás, había hecho lo imposible por abordar a Diana, y, de algún modo hacerle saber que… no está sola, y, que… juntos saldríamos adelante, sin importar los obstáculos. Pero, todo parecía indicar que mi propia hermana… ¿me evitaba? Y, lo peor de todo es que su actitud… me hacía pensar que no estaba bien… que algo, no estaba bien con ella… incluso varios de sus profesores, me habían hablado del bajo rendimiento de Diana, en las clases. Su preocupación, era evidente… después de todo Diana siempre ha sido una estudiante, con un excelente desempeño… Si, de algo estaba seguro, es que en primera estancia debía de hablar con William, hablarle al respecto de la conversación que mantuve con Sofía, días atrás. Y, de ese modo… afrontar los problemas juntos, como una familia… “Una familia…” “Una familia que día a día se desmorona…” pensé con lastimera ironía. La estrecha relación, que mantenía con mi padre… no podía ser peor… A pesar de que él se esforzaba en recuperar mi afecto, mi empeño por sostener la barra invisible entre nosotros, lo hacía distanciarse. Nunca he sido de la postura que ha adoptado mi padre, al montar un teatro en su afán de querer jugar a la “familia feliz”, como siempre lo hace. Y, aunque jamás se lo he dicho… ya que nunca en todos estos años he tenido la necesidad de expresarlo con palabras, a fin de cuentas… él me conoce… o cree conocerme, cuando ni siquiera yo mismo creo conocerme a veces. “Victoria… alguna vez creí conocerla en su totalidad... y, resulta que ahora no estoy tan seguro de haberla llegado a conocer realmente…”. “Siempre he sido de la opinión, que de huir de los problemas… no resuelve nada… pero, Victoria… el saber que estamos tan cerca, y, tan lejos el uno del otro, como dos perfectos desconocidos… que no saben que hacer o qué decir cuando están frente a frente… me conlleva a pensar, que la mejor solución, a este maldito sufrimiento… es largarme de aquí… aislarme del mundo por un tiempo, no sé… viajar para encontrarme a mí mismo, y, recapacitar, si realmente vale la pena luchar por la chica de mis sueños, o renunciar a ella… para que rehaga su vida, sin pena ni remordimiento…”. “Pero, por otro lado, se encontraba Irene… nunca sería capaz de abandonarla, sin explicarle los motivos que me inclinaron a tomar mi decisión… la necesitaba… Irene, era como mi alma gemela, mi complemento… si la vida no diera muchas vueltas, de no haberme enamorado profundamente de Victoria, hubiera terminado enamorándome como un loco de Irene, seguramente… hubiera sido capaz de enfrentarme a Jared Mastrianni, por su amor… pero, desgraciadamente la razón y el corazón, la mayoría del tiempo se contradicen… y, desgraciadamente mi corazón, siempre le pertenecería a Victoria… Inspiré profundamente pasándome una mano por el rostro, para no pensar… Mecí lentamente, el vaso de whisky que tenía en la mano, haciendo que en el vaso, los hielos formaran círculos, y un torbellino de líquido dorado… Había perdido la cuenta de cuántos vasos de whisky, llevaba… pero, ¿a quién le importa…? El alcohol, era la única manera de olvidar… Bebí de un solo trago, sintiendo como la bebida comenzaba a surtir su efecto… al quemarme por dentro la garganta. Eché una ojeada a mí alrededor, cayendo en cuenta que el bar comenzaba a llenarse de gente… y, el ambiente era… de alegría, diversión, júbilo… “No cabe duda, que los viejos tiempos… nunca se olvidan…” Di una última calada a mi cigarrillo, reteniendo el humo en mis pulmones, para en cuestión de segundos expulsarlo por medio de la nariz, y apagarlo en el cenicero… de buena gana me hubiera quedado en aquel lugar, hasta que cerraran… pero, la verdad no estaba de humor, para soportar los absurdos sermones de mi padre, ni mucho menos las palabras falsamente amorosas por parte de Camilla, en su intento por ser una “una madre amorosa y comprensiva”. Deslicé lentamente mi mano por el bolsillo de mi pantalón, sacando la billetera, para pagar lo que había consumido y dejar una cantidad razonable para la propina, sobre la barra. Palmeé amistosamente, el brazo de Robert, el dueño del bar al pasar por su lado, agradeciéndole por su generosa hospitalidad, como siempre.
[…]
Libre de aquel ambiente… Caminé por las calles, sin ningún rumbo en particular, disfrutando del alegre sonido de la música, que se escuchaba a lo lejos, proviniendo de la plaza principal; y, que de algún modo profanaba el silencio que reinaba a mí alrededor. Suspiré pesadamente, hundiendo las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta… Dos furgonetas pasaron a mi lado, a toda velocidad, rumbo a la plaza y luego la calle quedó vacía. Enarqué una ceja, con extraña curiosidad, al detenerme y, ver como los vehículos se perdían de vista al dar la vuelta en la siguiente esquina. Negué al tiempo, que retomaba mi camino, sin darles la menor importancia. “Malditos borrachos…” fue lo primero que pensé. Comencé a andar por un callejón oscuro y desolado… la sensación de ser observado, crecía con cada paso que daba, al mirar por encima del hombro, reafirmé mis sospechas al darme cuenta de que dos hombres me seguían sigilosamente a seis metros de distancia. De inmediato miré hacia adelante, retomando mi camino tranquilamente. De repente, el silencio que reinaba en aquel lugar, dio paso a convertirse en un caos en cuestión de segundos… una serie de disparos, se hicieron presentes, provocando pánico y terror entre las personas a lo lejos. Tenía un mal presentimiento… Aceleré el paso, sin embargo, antes de llegar al final del callejón, dos hombres aparecieron de la nada, cerrándome el camino. – Vaya, vaya… pero, ¿qué a quién tenemos aquí? – siseó cínicamente un tipo corpulento, de cabello oscuro, no mayor de veintiocho años. – Esta noche nos honra con su presencia su alteza real: el príncipe Henry Windsor… no cabe duda de que la ocasión amerita una celebración… ¿no le cree usted así, su alteza? – Reí silenciosamente entre dientes, extendiendo los brazos y encogiéndome de hombros de forma inocente. – Viejo, estamos en el siglo XXI, reconsidéralo… más que una celebración pomposa… yo propongo… una reunión entre amigos… al fin y al cabo… ¿quién soy? – Medité – ¿tan importante me consideran, como para malgastar su dinero estúpidamente? – Inquirí burlonamente, esbozando una pequeña y apenas visible sonrisa en mi rostro. Vaya estupidez… – Me halagan… su alteza, se sentirá honrado y sabrá compensarles generosamente por las molestias que implica una celebración en su honor… lamentablemente esta noche tendré que declinar su invitación, con su permiso, señores… – culminé con falsa modestia, avanzando decididamente, cuando de pronto, uno de los hombres que se encontraba a mis espaldas, me retuvo apuntándome con una navaja, de tal manera como si fuera a desgarrarme el cuello en cualquier momento. Me quedé inmóvil, observando en silencio al tipo que hacía un ruido desdeñoso con la lengua. – Su alteza, que poco cortés de su parte el declinar nuestra invitación… me ofende. Será posible que aquel chiquillo estúpido que avergonzaba a la familia real, envolviéndola en escándalos. ¿Haya quedado atrás? – Lo miré cautelosamente, torciendo el gesto, dejando únicamente que mis ojos lo siguieran… Contrólate, me recriminé dentro de mis pensamientos. – Siempre he considerado que usted debería ser el heredero al trono real, en vez de su hermano… su abuela, que Dios la tenga en su santa gloria… no era una mujer muy brillante ¿o sí? – siseó, mirándome con maldad. Apreté fuertemente los puños, mirándole con un odio que me fue imposible de contener… – Maldito… – susurré de forma inaudible… intentando contener el coraje y la furia, al burlarse de la memoria de mi abuela… Sentí mi cuerpo temblar, a causa de la ira que intentaba contener y que a cada segundo crecía… Inspiré profundamente, controlando mis impulsos, de partirle la cara y el hocico a golpes, en ese momento. – Siempre he sido de la opinión de que la política, es como un circo… un circo que prefiero privar de mi presencia, antes de tenerme que involucrar en ella… – me aventuré a decir, sonriendo cínicamente. Sus risas se inundaron el ambiente, hasta apagarse lentamente. – Dime, chico… ¿has bailado con el diablo a la luz de la luna? – Eché ligeramente la cabeza hacia atrás, sintiendo el filo de la navaja… y, a su vez como esta vez el tipo empuñaba un arma, apuntándome con ella, acción que no me impidió ahogar una sonora y aguda carcajada. – Memorables y enternecedoras palabras de parte de uno de los entrañables enemigos de Batman… ¡Qué enternecedor! No tenía idea de que fueran fanáticos de lo teatral… – me burlé, descaradamente en su cara… observando, sin miedo, como lentamente estaba a punto de tirar del gatillo. – ¿Un último deseo antes de reunirte con tu madre, estúpido? – Torcí el gesto, con repugnancia, al sentir como el tipo que me apuntaba con la navaja tiraba de mi cabeza hacia atrás. Hice un esfuerzo, por controlarme… pero al escucharle pronunciar el nombre de mi madre al maldito, algo en mí avivó el odio, y la furia, que me fue imposible contener por más tiempo. Al punto, que logré liberarme de mi opresor, golpeándolo y partiéndole la nariz, y sacándole el aire de un fuerte golpe en el estómago. Me abalancé sobre el sujeto que empuñaba el arma, tumbándolo al suelo, desviando el arma, de una patada. Gateé intentando tomar el arma, cuando cuatro brazos me tomaron por los hombros. Un golpe demoledor impactó contra mi pecho y sentí que volaba hacia atrás, hasta sentir el crujido del cristal al romperse cuando mi cuerpo se estrelló contra los cristales. El cristal se agrietó y los trozos se hicieron añicos al caer al suelo, a mí lado. Estaba demasiado aturdido para sentir el dolor, ni siquiera podría respirar. Uno de los tipos, se abalanzó sobre mí de inmediato, y me pateó con fuerza la pierna, y las costillas. Oí el espantoso crujido antes de sentirlo, pero luego lo escuché y lo sentí y no pude reprimir el grito de agonía. Me retorcí, para agarrarme la pierna; él permaneció junto a mí sonriente. – ¿Te gustaría reconsiderar tu última petición? – me preguntó con amabilidad. Me golpeó la pierna rota y las costillas. Oí un alarido espeluznante, en estado de shock, lo reconocí como el mí. Intenté moverme, pero el intentarlo, empeoró la situación. El dolor, me quemaba por dentro. – Es una pena que mami, no esté aquí para salvarte ¿ah? – Apreté los ojos fuertemente, haciendo un esfuerzo por soportar el dolor y mantenerme consciente, para tener la oportunidad de mirarlo a los ojos, con un odio incontinuo, que me fue imposible contener esta vez. – Ojalá te pudras en el infierno, maldito – susurré apretando los dientes. Entonces, algo me golpeó en la cara y me arrojó contra los cristales. Por encima del dolor, sentí el filo del cristal rasgarme la cabeza. En ese momento un líquido caliente y húmedo empezó a extenderse por mi cara a una velocidad alarmante, de la misma manera que en la pierna, a causa de la bala. Era un dolor agonizante, que me impedía pensar con claridad… Se me hizo un nudo en el estómago a causa del dolor… Con un último esfuerzo, intenté incorporarme… pero un extraño sonido, similar al de una patrulla, ahuyentó a los otros tres tipos. Noté como el tipo, que se había dedicado a hablar todo este tiempo, me tomaba de cuello de la chaqueta y me miraba con el mismo odio y repugnancia, con que le miraba a duras penas. – La próxima vez, no tendrás tanta suerte… me encargaré de mandarte al infierno, a ti y al resto de tu familia… – siseó de manera amenazante, antes de arrojarme contras los cristales, de la tienda y golpearme una vez más en la pierna. Inspiré profundamente y de forma entrecortada, no podía respirar… el dolor me quemaba por dentro… Intenté ponerme, apoyándome contra la pared y abrazando mis costillas… Cojeé, hasta salir del callejón y darme cuenta de que el caos reinaba en aquel lugar. Tenía que encontrar a mis hermanos: Diana, William, Lizzie y Thomas… y, sacarlos de este lugar, antes de que fuera demasiado tarde. Avancé, lo más que pude, cuando de pronto un tipo enmascarado apuntaba con el arma chica de cabellera pelirroja… El corazón me dio un vuelto, al imaginarme que podría ser… “No… No…” – ¡Cuidado! – grité desesperadamente. De pronto, todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, logré interponerme entre el sujeto que empuñaba y la chica… extendiendo los brazos, protegiéndola… Inspiré entrecortadamente, sintiendo un punto de dolor taladrarme la cabeza y el pecho… noté unos brazos que me rodeaban, evitando que me desplomara… Mi vista se tornó nublada, hasta que no pude resistir más el peso de los párpados, hasta perder el conocimiento.
[…]
Vuelve… una voz… un susurro que apenas fui capaz de escuchar, y que difícilmente era capaz de olvidar… Vi una deslumbrante luz nívea al abrir los ojos… Estaba en una habitación desconocida de paredes blancas, unas persianas cerradas cubrían la pared que tenía a lado. Cerré los ojos, a causa de las luces brillantes que tenía encima de la cabeza y las cuáles me deslumbraban. Las almohadas eran angostas, y curiosamente estaban llenas de tubos… “Qué… demonios…” me dije dentro de mis pensamientos, escuchaba un molesto pitido desde algún lugar cercano… esperaba que eso significara que seguía con vida, la muerte no podía ser tan incómoda. Unos tubos traslúcidos se enroscaban alrededor de mis manos y debajo de la nariz tenía un objeto pegado al rostro. Alcé la mano inconscientemente, para quitármelo. – No lo hagas, hijo… – unos dedos helados me atraparon la mano. Intenté incorporarme, pero las manos del hombre, sobre mis hombros me hicieron volver a recostarme. Desistí de mi intento, al sentir una fuerte punzada de dolor en el abdomen y en el pecho. Ladeé levemente la cabeza, encontrándome con el rostro crispado de un hombre en re confortable alivio. – ¿Qué sucedió? – No lograba recordar con claridad, y mí mente parecía empecinada a resistirse cada vez que intentaba rememorar los últimos acontecimientos. – Sufres de varias fracturas en las costillas, contusiones en la cabeza, y has perdido mucha sangre, hijo… te hemos efectuado varias transfusiones, debido a que tu tipo de sangre que no es compatible con cualquier donante. Gracias a Dios, la joven que venía contigo… donó su sangre para que te efectuáramos la transfusión… Gracias a ello, logramos operar a tiempo tu pierna, a pesar de que la bala perforó la arteria femoral… de igual manera, logramos extraer la bala de la caja toráxica, antes de que llegara a tu corazón, de ser así el daño podría haber sido irremediable… – Esbocé una mueca, a causa del dolor, que sentía en el pecho. La boca la tenía reseca… y, me sentía mareado, aturdido, con ganas de vomitar. – Te mantendremos en observación un par de semanas, hemos dado aviso de lo sucedido a tus familiares… – Cerré los ojos, dejando caer la cabeza en las almohadas… De pronto, recordé a mis hermanos… y, por segunda vez intenté incorporarme, pero las manos de la enfermera que en ese momento entraba, me detuvieron, esta vez. – No, usted no entiende… tengo que buscar a mis hermanos… – le hice saber, con la voz al borde de la angustia y la desesperación. – Tus hermanos, William y Thomas se encuentran estables, pero, al igual que tú los mantendremos en observación… Hemos recibido informes de que tus hermanas menores, se encuentran a salvo en el Colegio… tu padre, predecía que enloquecerías, es por esa razón que cuando hablé con él me pidió que te informara para que no perdieras la calma… Haz un esfuerzo por calmarte, o la herida que tienes en el pecho podría abrirse – El poco color, que cubría mi rostro, desapareció por completo… ¿William y Thomas, estaban a aquí…? Esto… esto no puede estar pasando. El maldito bastardo… había cumplido su promesa, al hacerle daño a mí familia. – Tranquilízate, hijo… todo esta bien… – No… no está bien… Hice un esfuerzo por hablar, pero, de pronto el efecto de los medicamentos, lentamente comenzaba aturdirme y el dolor lentamente comenzaba a ceder un poco. Necesitaba ver a mis hermanos… asegurarme con mis propios ojos que estaban bien… Necesitaba… saber que Victoria e Irene estaban bien… El hombre, me sonrió con intención de tranquilizarme, antes de retirarse de la habitación. Entonces oí, una voz desconocida, en compañía de otra persona, tal vez una enfermera. Quise levantarme… pero, no estaba en condiciones de hacerlo… Cerré los ojos, girando mi rostro… La puerta se abrió una fracción de segundo, pero no presté atención a quién entraba. Quería levantarme de esta maldita cama… e ir a buscar a mis hermanos… Alguien me observaba… sentía su mirada… giré mi rostro levemente, abriendo lentamente los ojos, encontrándome con el rostro de una chica, crispado por la preocupación… Era ella… ahora podría recordarlo… Hice un esfuerzo por sonreír débilmente al escuchar sus palabras… a pesar de no conocerla… una parte de mí no pudo evitar sentirse embargo por un alivio reconfortante al saber que se encontraba a salvo… Negué suavemente, observándola con detenimiento y cansancio al sentir que los párpados intentaban cerrarse. – No, no está bien… pudieron haberte echo daño… – dije, sintiendo un vacío en el estómago de solo pensarlo. – Por favor, siéntate… – le pedí amablemente, sonriendo débilmente, a causa del sopor. – Quisiera… agradecerte por… lo que hiciste… no tenías por qué haberlo echo, en verdad… – le hice saber, al tiempo que alzaba mi mano vendada y la sostenía gentilmente con la suya, teniendo cuidado de no romper un cable que me conectaba a uno de los monitores. – ¿Por qué lo has hecho? – quise saber. Su rostro, se encontraba tan… pálido… y, en gran parte era mi culpa. De no ser por que ambos compartíamos el mismo tipo de sangre… seguramente, no habría sobrevivido a las transfusiones de sangre. Mi organismo, tarde o temprano las hubiera desechado de alguna manera.

**ιzzy нale** Mar Feb 15, 2011 4:21 am

Izzie Bessette
as: Isobel Aurelle Bessette
Tercer año >> Taller de Guión & Literatura ;; Ballet ;; Voley (Delantera)
[ Con Disponible // Feria ]

_

Todo había terminado entre nosotros, y, lo peor de todo… era que ni siquiera habíamos tenido la oportunidad de un comienzo… Lo había perdido para siempre… y, ese sentimiento de desolación y vacío, me estaba consumiendo lentamente, aunque me empeñara en olvidarlo, el recuerdo de sus labios, de su sonrisa, de su mirada profunda, de su dulzura, siempre estaría presente en mis pensamientos. Por más que me esforcé en aparentar que nada me ocurría, para no opacar la felicidad de Yukki, al final no pude resistirlo más y le confesé todo lo que había ocurrido en el aula. Yukki, era mi mejor amiga, mi segunda hermana… y, sincerarme con ella, me había ayudado a aligerar la opresión que sentía… sus palabras en ese momento fueron un gran consuelo para mí, aunque el sentimiento de haber perdido a una de las personas que más he querido en mi vida, persistía. Sabía perfectamente que debía olvidarme de él… después de todo, para Will, nunca llegué a significar nada más allá que una simple amiga, y, lo mejor decisión había sido el terminar con esta situación, antes de que avanzara más y más… o mejor dicho antes de que me enamorara aún más de William Burke. De esa manera, él podría continuar con su vida, de la misma manera que pensaba hacerlo… Serena y él se probablemente se darían una segunda oportunidad con el tiempo… la quería… y, eso era razón más que suficiente para apartarme de su vida, y, no ser un “obstáculo” entre ellos. De buena gana habría preferido quedarme encerrada en la habitación, antes que aparentar delante de las demás personas una fortaleza que era carente dentro de mí. Yukki y Georg en un intento por animarme me persuadieron para que los acompañara a la feria de las naciones. Por más que quise disuadirlos al decirles que prefería quedarme en el Colegio, al final no pude negarme a su invitación. Una vez que llegamos al pueblo… pude darme cuenta de que aquel lugar aún conservaba su espíritu para las tradiciones, los habitantes del pueblo se habían esmerado en la decoración, para que todo en este día luciera radiante, y, la gente se divirtiera. Durante y después de la presentación de Yukki, que fue más que maravillosa… por primera vez en mucho tiempo, tuve oportunidad de abrirme con Georg… no me cabía la menor duda de que era un buen chico, demasiado hermético… pero una vez que lo llegas a conocer y tener la oportunidad de hablar con él, lograba sacarte una sonrisa incluso si estás pasando por un mal momento.
[...]
Minutos más tarde, después de felicitar a Yukki por aquella increíble demostración con las animadoras, y, mostrarle la grabación con su videocámara, Georg apareció tras bambalinas con un precioso ramo de flores para Yukki. Él hecho de verlos a los dos tan contentos, me hizo sentir feliz y a la vez triste al recordar mi primera cita en París, y, sobre todo aquella vez en la que estuvimos a puntos de besarnos. En ese momento, la poca alegría que fui capaz de sentir, segundos atrás, se desvaneció de un momento a otro, dejando un trago amargo en mi interior, al saber que ni siquiera había sido capaz de conservar su amistad… “No te pediré que volvamos a hacer los amigos que alguna vez fuimos, Isobel…” su voz resonó dentro de mis pensamientos de tal manera que una grabadora. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi sudadera, esforzándome por dar una opinión con respecto a lo último que acababa de proponer Georg. Intercambié una mirada desorientada con Yukki y Georg, quiénes me miraban con preocupación, al no saber realmente que decirles, ya que no tenía ni la menor idea de lo que me habían preguntado. Esbocé una pequeña sonrisa, disculpándome con ambos, y, de esa manera darles la oportunidad de que disfrutaran el resto de la noche juntos, con el pretexto de que había recibido un mensaje de Paris, pidiéndome de favor que nos encontráramos en el puesto de comida francesa para cenar juntas. Crucé los dedos, deseando que Yukki y Georg me comprendieran, pero más que nada deseando que al menos lo que me habían preguntado tuviera que ver con alguna invitación para recorrer la feria, o algo por el estilo. Respiré aliviada, al notar que Georg asentía mirándome de manera comprensiva, a pesar de que la mirada de Yukki no demostraba lo mismo. Tomé una honda y prolongada bocanada de aire, mirándole suavemente con una sonrisa y, tomando sus manos entre las mías, pidiéndole con la mirada y a su vez diciéndole que no se preocupara y que disfrutara de la noche. La abracé fuertemente, para posteriormente dedicarle a Georg una mirada lasciva e inquisitiva al pedirle que cuidara de mi mejor amiga. Él simplemente sonrió a manera de que no me preocupara, mientras abrazaba a Yukki y, me prometió que lo haría. Sonreí débilmente, dedicándole un suave y amistoso punch en el hombro y, haciéndole un gesto a modo de “confío en ti, te estaré vigilando”.
[...]
De un momento a otro me encontraba caminando por las calles del pueblo, sin ningún rumbo en particular. El alegre e inconfundible sonido de la música en aquel lugar inundaba el ambiente… Finalmente luego de varios minutos de caminar por el pueblo, me situé en el parque donde curiosamente estaba instalada una caravana actoral, con actores muy parecidos a los del Imaginario Mundo del Doctor Parnassus, que entretenían al público con una obra de teatro callejera. Ladeé suavemente la cabeza sonriendo con extraña curiosidad, al tiempo que un joven vestido de arlequín, me tomaba amablemente de la mano y me invitaba a sentarme con el público para que disfrutara de la obra de teatro. Sin embargo, de un momento a otro aquel ambiente de entretenimiento y alegría, dio paso a convertirse en un caos… Me levanté mirando de una manera desorientada a mí alrededor, tras escuchar una serie de disparos… conllevando a que cientos de personas huyeran despavoridas buscando algún sitio donde esconderse. Por más que hacía un esfuerzo descomunal, por que mi mente y mis piernas reaccionaran, ante lo que estaba sucediendo… ambas parecían hacer caso omiso a lo que sentía… debido a que en ese momento una extraña opresión en mi pecho se apoderó de mis pensamientos y de mi corazón… era sensación que difícilmente podía explicar… era como si, me faltara el oxígeno a causa del miedo y la desesperación que sentía… ¿Qué demonios era este sentimiento…?. No fui capaz de reaccionar, hasta que sentí una mano ceñida apremiantemente a la mía, obligándome a reaccionar y, a ocultarme en la parte de atrás del escenario. Me volví un instante para mirar a la persona que en ese momento me había tomado de la mano, y, pude darme cuenta de que era el mismo chico vestido de arlequín. En medio de la confusión, no fui capaz siquiera de agradecerle… llevé una mano hasta mi pecho, aquel extraño presentimiento… crecía a cada minuto. Aquel extraño joven pareció darse cuenta en mi rostro de que algo no estaba bien, y, simplemente me abrazó protegiéndome y ocultándome detrás del escenario de un grupo de armados que pasaban en delante de nosotros y que acribillaban en contra de los civiles que se interpusieran en su camino. Respiré trabajosamente dificultad, llevando una mano hasta el bolsillo interior de mi pantalón, para sacar el móvil y, en un intento desesperado comunicarme con Yukki y Georg. Pero del miedo, que se apoderaba de mí a cada segundo, me impedía controlar los constantes temblores que recorrían mi cuerpo.

**ιzzy нale** Mar Feb 15, 2011 4:30 am

Miguel Urdangarín
as: Miguel Angel Rafael de Todos los Santos Urdangarín y Borbón
+ Cuarto año >> Artes Marciales ;; Natación ;; Rugby (Pilar izquierdo), Equipo # 1
[ Con Gabbie Von Nassau // Feria ]

Rockland, posteos chap #3 Everwoods03e18avi6728

Rockland, posteos chap #3 Everwoods03e18avi6748

Rockland, posteos chap #3 Everwoods03e18avi6747

_

Nuevamente la vida se había empeñado en llevarse consigo a una de las personas que más he amado en mi vida... la persona que siempre me motivó para que siguiera adelante sin importar los obstáculos que la vida se empeñara en ponerme... la persona que me brindó su apoyo incondicional durante toda mi vida... se había ido para siempre... lo peor era que nisiquiera pude despedirme de el... pedirle una disculpa por mi comportamiento durante todos los meses en los cuáles me había encerrado erméticamente en un mundo aljándome por completo de las personas que más he amado en mi vida... mi familia. La culpa simplemente no me dejaba tranquilo... y eso era un peso con el que seguramente cargaría el resto de mi vida... No entendía por qué la vida se había ensañado conmigo... ¿por qué tenía que superar estas pruebas tan difíciles?... primero la pérdida de Charlotte y de mi hijo... ahora mi padre... esto debía de ser un mal sueño... una pesadilla de la que seguramente pronto despertaría, pero esto no era así... la realidad era otra... mi padre estaba muerto... un miserable desdichado le arrebató la vida sin nada más... sin detenerse siquiera a pensar un solo momento en el dolor y en el sufrimiento por el que estaba pasando en estos momentos mi familia. Según mamá la policía esta tras la pista de ese maldito miserable... pero una vez que lo encontraran ¿qué sucedería?... aquel desdichado pagaría con su vida lo que le hizo a mi padre... de eso me encargaría... sin importar que me señalaran o tacharan de asesino... le haría pagar todo este sufrimiento... y el de mi familia... la muerte de mi padre no quedaría impugne... mucho menos si ese bastardo aún seguía suelto.. – ¡Maldita sea! – grité furiosamente golpeándo con el puño cerrado la pared más cercana... como si eso de alguna manera me ayudara a aliviar este dolor, pero la ira... la impotencia... la culpa y el remordimiento que sentía en estos momentos era más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo; este vacio que sentía dentro de mí... por la pérdida de mi padre... sencillamente las heridas de mi alma, nunca llegarían a sanar completamente... siempre estarían abiertas, sin importar lo mucho que me esfuerze por cerrarlas. ¿Porqué... maldita sea... por qué? repetía una y otra vez dentro de mis pensamientos... intentando reprimir de una manera sobrehumana el llanto debido al dolor que sentia en esos momentos y que me quemaba hasta el alma. Cerré los ojos con fuerza intentando mostrar fortaleza... pero más que nada intentar serenarme... algo que me fue prácticamente imposible... necesitaba descargar esta furia y este dolor que poco a poco me estaba consumiendo lentamente. Comenzé a caminar en dirección hacia mi dormitorio... desahogarme... y que mejor manera que con un vaso de Whisky... el alcohol ayudaba a aliviar las penas y de cierta manera aliviar el dolor que sentía en el alma. En ese momento al doblar en un pasillo... sentí como chocaba o mejor dicho alguien chocaba accidentalmente contra mí. "Lo que me faltaba..." musité dentro de mis pensamientos al notar que era una estudiante... al parecer de unos diecisiete... dieciocho años a lo mucho... cargada con varios libros bajo el brazo, lo que me hizo suponer que venía de la biblioteca. Negué suavemente sin darle mucha importancia a sus disculpas... después de todo venía absorto en mis pensamientos que la verdad no daba importancia alguna si me chocaba accidentalmente con alguien o no.. – descuida... no tienes de qué disculparte... – empezé a decir tranquilamente, aunque sin muchos ánimos de hablar relativamente... este no era uno de mis mejores momentos y lo único que deseaba era estar solo... – entiendo... no te preocupes... –musité débilmente sin prestar demasiada atención a sus palabras... en estos momentos la única persona en la que podía enfocar mis pensamientos era solo en mi padre... – fue mi culpa yo... no me fijé por donde caminaba... lo siento mucho... – añadí expresándole mis más sinceras disculpas... – estoy bien... – respondí de manera distante... posiblemente llegando a sonar hasta un tanto cortante... respiré lenta y hondamente pasándome una mano por el rostro intentándo serenarme... – no necesito nada... en verdad... te lo agradezco mucho, pero así estoy bien... – respondí de manera distante... posiblemente llegando a sonar hasta un tanto cortante... respiré lenta y hondamente pasándome una mano por el rostro intentándo serenarme... ella no tenía la culpa de lo que estaba sufriendo... razón por la cuál debía intentar moderar el tono de mi voz, sin llegar a ofenderla... la joven parecía tener las mejores intenciones al ofrecerme su ayuda... pero en estos momentos lo único que necesitaba era estar solo... – no.. – respondí tajantemente, negándome a aceptar su ofrecimiento de acompañarme a la enfermería... – en verdad... así estoy bien.. – añadí hablándole un poco más tranquilo... – lo mejor será que regreses a tu dormitorio.. – le aconsejé tranquilamente... después de la extraña partida de Kyle Whitmore y ahora de la extraña ausencia de Samuel en el Internado... me hacía pensar cientos de cosas que realmente me tenían de cierta manera... abrumado... pero sobre todo que no me inspiraban absoluta confianza... – te acompaño hasta la puerta de tu dormitorio... – señalé rotundamente... lo cual literalmente sonó más como una orden que una sugerencia...

**ιzzy нale** Mar Feb 15, 2011 4:37 am

Garrett Cornwell
as: Garrett Donnovan Cornwell
Universitario ;; Primer año (Turismo)
[ Con Nikki Ustabas // Feria - Hospital ]

Rockland, posteos chap #3 Gossipgirls04e14avi2640

Rockland, posteos chap #3 Ccnrmlavi00391662112

_

Las últimas semanas había estado un poco ausente, tratando de adaptarme a la Universidad, organizándome con los horarios establecidos para las clases y que las actividades extra escolares no chocaran a la misma hora que los entrenamientos de Fútbol. Gracias al desempeño que mostraba tener en el deporte, la Universidad me había ofrecido una beca deportiva para poder ingresar y, de esa manera poder estar más cerca de Nikki, sin embargo… en todo este tiempo hemos tenido escasas ocasiones de vernos... demonios, ¿a quién engaño?, no nos veíamos desde el día en que arribamos a la isla, y, de eso hará exactamente un mes exactamente. El estar cerca, pero a la vez tan lejos de Nikki… muchas veces me desesperaba, al no poder compartir el tiempo suficiente con ella. Lo sé, toda esta situación en parte era mi culpa… siempre que hacía planes para escaparme al menos por dos horas de la Universidad al Internado, algo surgía de último momento que me hacía cancelar todo. A pesar de que solía llamar a Nikki todos los días por teléfono… me era imposible evitar pensar, que estaba molesta conmigo… lo cual no era para menos. Si de algo he aprendido en todos estos años de los consejos que suele darme papá para con las mujeres, es que nunca, les preguntes bajo ninguna circunstancia los motivos por el cuál están molestas… de ser así, muchas veces lo suelen tomar a mal, por que les molesta más el darse cuenta de que el susodicho no las comprende y no son capaces de darse cuenta por ellos mismos donde está el problema. Dios, no cabe duda… las mujeres eran a veces demasiado complicadas de entender. Una vez estuve a punto de perder a Nikki, por actuar de manera egoísta y, no detenerme a pensar en el daño que le provocaba… pero, eso era algo que no volvería a suceder… Nikki, era más que mi mejor amiga, era la chica de mis sueños… y, no volvería a cometer las mismas idioteces.
[...]
El día de hoy habría una feria en el pueblo, y con motivo de la celebración de Santa Lucía habían suspendido actividades tanto la Universidad como en el Internado. Hoy, debía de ser un día especial… nuestro día, como se lo había prometido a Nikki la última vez que hablamos por teléfono. Nunca olvidaría las dos semanas que pasamos juntos en Turquía… unas vacaciones inolvidables, aunque, nunca en mi vida me había sentido tan… nervioso, a pesar de que el padre de Nikki y yo nos conocíamos desde hace algunos años, en el fondo… temía, que no aprobara nuestra relación, al creer que no era lo suficientemente bueno como para ser novio de su hija. Y, de ser así… lo comprendería… Nikki era la chica más maravillosa que he conocido en toda mi vida, estaba más enamorado que nunca… pero, admito que no me tomaría tan… tranquilamente, el hecho de que, de un momento a otro mi hija llegue a casa con el chico que primero me presentó como su mejor amigo y, que después de algunos años, daría paso a convertirse en su novio… ¿Cómo reaccionarías?. Mi padre y yo solíamos interrogar con la mirada a cualquier vago o skater que Nessie solía llevar a la casa a cenar y que “supuestamente” nos presentaba como su novio. Sin embargo, el padre de Nikki, parecía habérselo tomado bien, estaba sorprendido… eso sin duda alguna, todo padre lo estaría tratándose de su pequeña… es por es razón que cuando se presentó la oportunidad de hablar personalmente y a solas con él, aquella tarde en el campo donde estuvimos haciendo un par de lanzamientos con el balón de fútbol americano, me atreví a pedirle que me permitiera salir oficialmente con Nikki, y, dejarle en claro que mis intenciones y mis sentimientos hacia su hija eran realmente sinceros. Todo parecía indicar que el Sr. Ustabas, era justo lo que deseaba escuchar y me hizo prometerle que la cuidaría, pero, sobre todo me hizo jurarle que jamás le haría daño. Una promesa que estaba dispuesto a cumplir, aunque fuera lo último que hiciera… amaba a Nikki más que a cualquier otra cosa en el mundo, y, si algún día cometiera la estupidez de perderla… nunca me lo perdonaría. Respiré lenta y hondamente, pasándome una mano por el rostro y la cabeza, sintiéndome ansioso, nervioso y, emocionado por encontrarme con Nikki, habíamos quedado de vernos en la entrada del Internado, a eso de las 8:30 pm. Hundí las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, apoyándome contra uno de los pilares de la entrada; minutos después fui capaz de distinguir de reojo una pequeña figura que se acercaba a paso lento y, que no dudé en reconocer… me volví lentamente esbozando sonrisa en mi rostro, una sonrisa que radiaba de alegría. En cuestión de segundos, la estreché fuertemente entre mis brazos, dejándome embargar por el cálido contacto de su abrazo, y, de su perfume, al hundir mi rostro entre su cuello, al envolverla entre mis brazos. Dios, como la había extrañado… las últimas semanas sin Nikki, habían sido una horrible tortura que había tenido que soportar. Me separé, al mismo tiempo que apartaba graciosamente unos cuántos mechones de cabello de su rostro, mirándole dulcemente. Lucía hermosa… – Hola, princesa – respondí a su saludo, rozando suavemente nuestros labios en un pequeño beso. Gesticulé una pequeña mueca, que dio paso a convertirse en una sonrisa enternecida al sentir sus labios sobre los míos en un segundo beso, mientras negando suavemente plantándole un cariñoso beso en la punta de su nariz, al escucharle decir que me había extrañado. – También te eché de menos, y, no tienes ni las más mínima idea de cuanta falta me has echo – le hice saber con una sonrisa de lado, mientras tomaba suavemente su mano entre la mía, besándola cariñosamente. Después de varios minutos, finalmente llegamos al pueblo; deslicé lentamente mi mano por el bolsillo de mi pantalón, sacando la billetera para pagarle al taxista, que nos hizo el favor de traernos. Sin embargo, en cuestión de segundos, el ambiente de aquel lugar se tornó en completo un desastre… un grupo de armados comenzaron acribillar en contra de las personas que se encontraban en aquel lugar. Lentamente el pánico se fue apoderando de mí, necesitaba sacar a Nikki de este lugar, lo antes posible. Hice un esfuerzo por mantener la mano de Nikki aferrada a la mía, pero entre la confusión a nuestro alrededor, no pude sostener su mano. – ¡Nicole! – gritaba repetidamente una y otra vez, con la voz al borde de la desesperación... sin dejar de mirar por todos lados intentando divisarla entre el tumulto de personas, que corrían. En ese momento, sentí que el mundo se me venía prácticamente encima, mi corazón empezó a latir de una manera desmesurada al tiempo que la falta de oxígeno, me impedía respirar con normalidad… al ver su cuerpo tendido en el suelo. “No… no… esto no está pasando…” repetía dentro de mis pensamientos. – ¡Nikki! – corrí desesperadamente hacia ella, para después estrecharla con cuidado entre mis brazos. Acaricié su rostro, su frente y sus mejillas, en un intento por hacerla reaccionar. – Pequeña… por favor, no me hagas esto… – le supliqué débilmente, haciendo un esfuerzo por evitar que las lágrimas brotaran de mis ojos. Nunca antes me había permitido darme el lujo de derramar una maldita lágrima, pero juro que si algo le pasaba a Nikki, nunca en mi maldita vida me lo perdonaría. Me detuve a inspeccionar la herida que tenía en su pierna, debido a que el corte era bastante profundo... y si no actuaba rápido podría infectársele. Rasgué una parte de mi camisa, para posteriormente cubrir la herida de su pierna. – Resiste – susurré gravemente a su oído, conteniendo las lágrimas, y besando suavemente sus labios, antes de que se la subieran a la ambulancia.
[...]
Pasé ambas manos por mi rostro, intentando serenarme para pensar con claridad… pero sinceramente la espera, me estaba consumiendo lentamente, y de ser así… acabaría con una maldita crisis nerviosa, cada segundo, cada minuto que transcurría era una maldita tortura… hacía veinte minutos que los médicos se la habían llevado, y, aún no tenía noticias con respecto a su estado. Necesitaba saber que estaba bien… necesitaba verla, Dios… el solo hecho de pensar que pudiera perderla para siempre, o que algo malo le llegara a suceder por culpa mía… por no haberla protegido… me enloquecía de dolor… Respiré profundamente, hundiendo la cabeza entre las manos, haciendo un esfuerzo por pensar y creer que todo saldría bien. – Hijo – alcé la cabeza de golpe, saliendo precipitadamente de mis pensamientos, al sentir una mano sobre mi hombro y, al escuchar una voz desconocida. Reparé que era uno de los médicos, que se habían llevado a Nikki hacía veinte minutos. Me incorporé rápidamente, mirándole con desesperación. – ¿Cómo está? – pregunté, con la voz al borde de los nervios… temiendo por el estado de salud de Nikki. – Tranquilízate hijo, está fuera de peligro, pero la mantendremos en observación por unos días hasta que sane por completo la herida… – Finalmente después de varios minutos, de angustia y de desesperación fui capaz de respirar con una aparente tranquilidad, sin embargo, el hecho de que mantuvieran a Nikki en observación me mantenía en la incertidumbre. Mi expresión se suavizó un poco, aunque mi mirada seguía manteniendo aquel aire de interrogatorio, por querer saber los detalles más a fondo. – ¿Qué tan grave es, Doctor…? Y, por favor, le suplico… que sea sincero… – le rogué, con la mirada. El médico respiro profundamente, antes de hablar.– La bala perforó la arteria femoral, a pesar de que logramos extraerle la bala con éxito, el daño podría acarrear diversas consecuencias… es por esa razón, que necesitamos mantenerla en observación un par de días, más que nada para asegurarnos que la bala no ocasionó severos daños en la pierna… – ¿Consecuencias? ¿Acaso me estaba insinuando que existía la posibilidad de que pudiera perder la movilidad de su pierna? No esto no puede estar pasando… esto seguramente se trataba de un mal sueño, de una maldita pesadilla, de la cual deseaba despertar en cualquier momento… Daría mi vida, por ser yo quién estuviera sufriendo las consecuencias, en lugar de Nikki… ¿por qué ella Dios mío? ¿Por qué? – ¿Pu-puedo verla? ¿Por favor? – Mi voz era débil y entrecortada, causa del miedo y la angustia… pero, eso era lo que menos me importaba en este momento… Necesitaba ver a Nikki… – De acuerdo… ven conmigo, por favor… – Asentí con lentitud, al tiempo que nos dirigíamos a la habitación que le habían asignado a Nikki, después de haber salido del quirófano. – Le hemos aplicado un sedante, para aminorar el dolor y que de esa manera pudiera descansar con más tranquilidad… se breve hijo, ha sido una larga noche y ambos necesitan descansar… Despreocúpate… Todo va a salir bien… – Me aseguró en un intento de reconfortarme, para que no me diera por vencido tan fácilmente… Es cierto… Nikki… me necesitaba, la necesitaba más que nunca a mí lado… Debía de mostrarme fuerte, por ella… y, luchar para que juntos lográramos superar esta situación. Suspiré pesadamente, haciendo un esfuerzo por intentar sonreír, sin mucho éxito, como una manera de expresar gratitud por su preocupación. – Gracias, por todo… – Le agradecí, al médico de la manera más sincera que mi voz pudiera expresar… Respiré profundamente, al tiempo que abría la puerta de la habitación, esforzándome por hacer el menor ruido para no despertarla. La miré… y, juro que en ese instante, fue como revivir los momentos de miedo, que viví meses atrás… al ver a Nessie, postrada en una cama… débil… y, conectada a varios cables. Caminé lentamente, hasta los pies de su cama… observándola en silencio… su pierna derecha se encontraba enyesada, mientras que su brazo se encontraba unido a un pequeño cable, donde le era administrado el suero. Me senté a su lado, en una pequeña silla que había a lado de su cama… Me incliné hasta tocar su mejilla con mi frente… rozándola con suavidad… – Todo va a estar bien, cielo… te lo prometo... – susurré a su oído, deslizando mi mano sobre la sábana, hasta encontrarme con la suya, acariciándola un poco.

**ιzzy нale** Mar Feb 15, 2011 4:41 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Feria ]

_

Esbocé una pequeña mueca, de aparente concentración... mientras a timaba los últimos detalles, como lo eran, el sombreado y la iluminación del color, dándole ese toque idóneo para resaltar cuidadosamente los detalles, y, que el retrato luciera de un modo realista. No llevaba la cuenta de los minutos, que habían transcurrido desde que opté por acomodarme en aquel sitio… si, de algo estaba completamente seguro… era que disfrutar de un solo día, de paz y tranquilidad, sin la presión de los deberes de un día para otro… era un método de relajación lo bastante efectivo… Troné mis dedos, de una manera distraída… aprovechando unos breves segundos de descanso. Alcé la mirada, al escuchar el crujir del césped, tal y como sucede, cuando caminas sobre él. En ese momento, mi corazón dio un vuelco, a causa de los nervios… y, la emoción al ver que Yukki se acercaba con esa sonrisa en su rostro, y, esa mirada tan… dulce, muy característica de ella. – Pequeña Lottie – respondí amablemente a su saludo, con una cariñosa sonrisa en mi rostro. No había duda alguna, que cada día… Yukki, se veía más y más linda… Miré por encima de su hombro, un momento, y, pude percatarme que habían decidido tomar un breve descanso, lo mejor, era asegurarse… no sea que vayan a llamarle la atención, por mi culpa. Sonreí, de manera divertida, cuando comentó que hacía un bonito día. Me encogí de hombros, y asentí, mirándole tranquilamente, con una sonrisa. – Ideal para un día de campo – apunté, desviando la mirada de su rostro, para así poder observar el cielo, que estaba prácticamente despejado, a excepción de unas cuantas nubes grises… Dios, eres patético, Georg… ¿no sé te pudo haber ocurrido una respuesta más inteligente?... Nada me hubiera gustado más que decirle, que el día, era tan lindo y resplandeciente como ella. – ¿disculpa? – pregunté, mirándole un tanto distraído, cuando me di cuenta de que observaba mi aguilucho. – Oh… – empecé a decir, sintiéndome de pronto, un poco nervioso, por dentro. – Nada en particular, son solo… bocetos, de algunas ideas para las escenografías del Taller de Teatro y Música – le comenté, tranquilamente con una sonrisa. Aprovechando un momento de distracción, en un discreto movimiento, cerré mi aguilucho. – Ya sabes que la Profesora Pierce, aunque no pertenezcamos a su taller, siempre está abierta y dispuesta a recibir voluntarios e ideas para las escenografías – le recordé, picando cariñosamente la punta de su nariz. Algo que era sumamente cierto, siempre hacen falta ayudantes para el Taller de Teatro. – así que… ¿ensayando la nueva rutina? – pregunté, curiosamente con una sonrisa de lado. El año anterior, un par de semanas antes de que finalizara el curso escolar, Gustavo (nuestro entrenador) y Tim, habían acordado un partido amistoso entre ambos equipos. Y, ese día…. a Yukki, le había tocado animar a nuestro equipo. A pesar de que el partido había sido amistoso, la presencia de Yukki, me motivó a dar un buen partido junto a mis compañeros, además de alegrar mi día con su sonrisa y su voz. Recordé, nostálgicamente con una sonrisa, al tiempo que sacaba de la parte delantera de mi mochila, dos manzanas, y, hacía un intento de malabares con ellas. – Imagino que después de un día difícil, necesitarás recuperar fuerzas, pequeña Lottie – le hice saber amablemente, y, sonriendo de manera divertida, mientras le ofrecía la manzana. – nunca olvides, que, como amigo, estoy en todo el derecho de protegerte y cuidar de ti – siempre. Besé su frente dulcemente. Ojalá algún día, tenga el valor de decirle cuánto significa ella en mí vida.

**ιzzy нale** Miér Feb 16, 2011 1:46 am

Arwen Everglot
as: Arwen Eileen Everglot
+ Universitaria ;; Primer año (Criminología)
[ Con Sirius Everglot // Feria - Hospital ]

_

Ladeé suavemente la cabeza mirándole con extraña curiosidad cuando mencionó que trabaja en la Universidad, algo que para ser sinceros... me dejo lo bastante sorprendida. ¿Era enserio?. Es decir, ¿tan pequeño es el mundo?, es algo que realmente no me cabe en la cabeza... supongo que empiezo a hacer uso y lógica de mi razonamiento dada la carrera que pienso desempeñar a futuro si logro sobrevivir a la Universidad. Ahogué un hondo y prolongado suspiro, en el instante que me cruzaba de brazos mirándole con una pequeña sonrisa, no muy segura de la situación. ¿Qué podía decirle?. Suspiré para después encogerme de hombros y asentir como una respuesta afirmativa a su pregunta con respecto a si estudiaba en Rockland. Negué suavemente al escucharle decir que nuestro encuentro era una casualidad extraña... agradable pero extraña. – Me parece que extraña sería la palabra que mejor lo definiría, como bien acabas de mencionar... – comenté con un aire extrañado bajando la mirada un momento para acomodarme un mechón de cabello detrás de la oreja, para luego mirarle nuevamente y explicarme más a fondo. – sucede que a mis hermanos y a mí, nos ofrecieron una beca y decidimos aprovechar esta oportunidad para continuar con nuestros estudios... – A pesar de que era una persona que recién conocía... Andrew es la primera persona que me ha inspirado la confianza suficiente como para hablarle con la verdad y con el corazón en la mano... como para relatarle algunos fragmentos de mi vida a un desconocido... ¿la verdad?, Andrew parecía ser un hombre amable y sincero... y la corazonada que sentí dentro mí, me dio el valor y la libertad para desahogarme con él. Extraño... pero muchas veces el corazón actúa de una manera que la razón probablemente jamás entenderá. – me olvidaba... creerás que soy una impertinente supongo que lo más apropiado en este caso será que empiece a tratarte de "usted", ¿no crees? – cuestioné de manera agradable, mientras me rascaba distraídamente la punta de la nariz. Imagino que para Andrew... sería extraño que una estudiante lo tuteara como si lo conociera de hace mucho tiempo, y, realmente lo que menos deseaba era que por culpa mía le ocasionara problemas. De hecho al conocerlo él mismo me había pedido de favor que lo tuteara, pero ahora esta era una situación completamente diferente... por lo que... debía mostrarle respeto, supongo.

**ιzzy нale** Lun Feb 21, 2011 12:54 am

____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________
NOVALEE SHEPHERD
→ as: Novalee Roxanne Shepherd ; Nova. .
# 18 años ; Cuarto año ;; Actividades: Taller de Guion y Literatura ; Voley E#1

Feat: Frederick Huntzberger ; en la feria
____________________________________________________________________________

_

Por suerte, pude escaparme del pesado de Huntzberger. O sea, no es que tuviese problema con él, pero a veces sentía que no me dejaba respirar, porque se la pasaba todo el tiempo acechándome. Y no es que me lo inventase yo misma, era que en serio lo hacía porque ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que se me había acercado a hablar desde que empezamos el año. Eso, era totalmente raro. Siempre había sido la típica chica invisible en el Instituto… nadie sabía que existía exceptuando mi prima Coraline y sus primos los Luzzatto, que cada tanto me saludaban porque les conocía de los cumpleaños de Cora. Pero ahora, él venía a moverme el suelo con su sonrisa tan profunda… con sus palabras que me descolocaban de lugar… solté un suspiro: no entendía absolutamente nada. Nada de nada.
Me dispuse a ir a la feria después de un rato, quizás podía aprovechar para comprarle algo bonito a mi sobrino, y dárselo a Spencer cuando la viese. Tyler era tan bonito, que me daban ganas de comprarle sonajeros y ese tipo de cosas que tenían los bebes de su edad. Y no es que fuese una compradora compulsiva… de hecho, nunca lo había sido, pero bueno.
De pronto, la feria se volvió un caos cuando empezaron a sonar los tiros de la pistola. Al principio, creí que se trataba de fuegos artificiales, pero cuando oí los gritos de las personas, me asusté. Yo también corrí, hasta que vi un lugar para esconderme y me metí ahí. Me abracé a mi misma, totalmente asustada. Momentos despues, mi móvil comenzó a sonar - ¿Novalee? ¿Estás bien? – preguntó mi madre alterada. Asentí estúpidamente, aunque ella no podía verme – Estoy bien, mamá… pero tengo miedo… no sé que está pasando… - dije asustada, mientras miraba a mi alrededor – tranquila, mi nena… quédate donde estás y no te muevas. – me dijo ella. Y asentí con la cabeza, de nuevo. El teléfono se cortó, y me di cuenta que no le había dicho donde estaba. Marqué de nuevo el número de mamá pero me pasaba al contestador automáticamente. De pronto, mi móvil se apagó: se había quedado sin batería. ¡Oh, no!. Suspiré, abrazándome asustada. Fue entonces cuando decidí hacer algo estúpido, y salir de mi escondite. Empecé a andar hacia donde todos iban, cuando de pronto sentí un fuerte dolor en la pierna, caí al suelo y miré hacia abajo: mi pierna estaba cubierta de sangre, y dolía peor que nada. Empecé a llorar un poco histérica, - ¡¡Ayuda!! ¡¡Ayuda!! – grité mientras intentaba llamar la atención de alguien.

**ιzzy нale** Mar Feb 22, 2011 4:41 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Feria ]

Rockland, posteos chap #3 Doriangraypromopic66

_

Esbocé una pequeña mueca, de aparente concentración... mientras a timaba los últimos detalles, como lo eran, el sombreado y la iluminación del color, dándole ese toque idóneo para resaltar cuidadosamente los detalles, y, que el retrato luciera de un modo realista. No llevaba la cuenta de los minutos, que habían transcurrido desde que opté por acomodarme en aquel sitio… si, de algo estaba completamente seguro… era que disfrutar de un solo día, de paz y tranquilidad, sin la presión de los deberes de un día para otro… era un método de relajación lo bastante efectivo… Troné mis dedos, de una manera distraída… aprovechando unos breves segundos de descanso. Alcé la mirada, al escuchar el crujir del césped, tal y como sucede, cuando caminas sobre él. En ese momento, mi corazón dio un vuelco, a causa de los nervios… y, la emoción al ver que Yukki se acercaba con esa sonrisa en su rostro, y, esa mirada tan… dulce, muy característica de ella. – Pequeña Lottie – respondí amablemente a su saludo, con una cariñosa sonrisa en mi rostro. No había duda alguna, que cada día… Yukki, se veía más y más linda… Miré por encima de su hombro, un momento, y, pude percatarme que habían decidido tomar un breve descanso, lo mejor, era asegurarse… no sea que vayan a llamarle la atención, por mi culpa. Sonreí, de manera divertida, cuando comentó que hacía un bonito día. Me encogí de hombros, y asentí, mirándole tranquilamente, con una sonrisa. – Ideal para un día de campo – apunté, desviando la mirada de su rostro, para así poder observar el cielo, que estaba prácticamente despejado, a excepción de unas cuantas nubes grises… Dios, eres patético, Georg… ¿no sé te pudo haber ocurrido una respuesta más inteligente?... Nada me hubiera gustado más que decirle, que el día, era tan lindo y resplandeciente como ella. – ¿disculpa? – pregunté, mirándole un tanto distraído, cuando me di cuenta de que observaba mi aguilucho. – Oh… – empecé a decir, sintiéndome de pronto, un poco nervioso, por dentro. – Nada en particular, son solo… bocetos, de algunas ideas para las escenografías del Taller de Teatro y Música – le comenté, tranquilamente con una sonrisa. Aprovechando un momento de distracción, en un discreto movimiento, cerré mi aguilucho. – Ya sabes que la Profesora Pierce, aunque no pertenezcamos a su taller, siempre está abierta y dispuesta a recibir voluntarios e ideas para las escenografías – le recordé, picando cariñosamente la punta de su nariz. Algo que era sumamente cierto, siempre hacen falta ayudantes para el Taller de Teatro. – así que… ¿ensayando la nueva rutina? – pregunté, curiosamente con una sonrisa de lado. El año anterior, un par de semanas antes de que finalizara el curso escolar, Gustavo (nuestro entrenador) y Tim, habían acordado un partido amistoso entre ambos equipos. Y, ese día…. a Yukki, le había tocado animar a nuestro equipo. A pesar de que el partido había sido amistoso, la presencia de Yukki, me motivó a dar un buen partido junto a mis compañeros, además de alegrar mi día con su sonrisa y su voz. Recordé, nostálgicamente con una sonrisa, al tiempo que sacaba de la parte delantera de mi mochila, dos manzanas, y, hacía un intento de malabares con ellas. – Imagino que después de un día difícil, necesitarás recuperar fuerzas, pequeña Lottie – le hice saber amablemente, y, sonriendo de manera divertida, mientras le ofrecía la manzana. – nunca olvides, que, como amigo, estoy en todo el derecho de protegerte y cuidar de ti – siempre. Besé su frente dulcemente. Ojalá algún día, tenga el valor de decirle cuánto significa ella en mí vida.

**ιzzy нale** Mar Feb 22, 2011 4:44 am

Mark Sloan
as: Mark Andrew Sloan
+ Doctor (Universidad)
[ Con Novalee Sheppard // Consultorio ]

_

La miré con la boca ligeramente entreabierta. ¿La escena que le hice armar?, de verdad... ¿me estaba hablando enserio?, ¿ahora me reprochaba sus dramas adolescentes?. Niñas. Resoplé con ironía mientras flexionaba los brazos detrás de la nuca. – vamos Gio... yo no tengo la culpa seas una teen dramaqueen y armes escándalo por cualquier cosa al grado de que pareciera como si te estuvieras ahogando en un vaso de agua. – comenté mirándole de soslayo, cuando comentó que ese tipo de escenas dañaban su imagen. – ¿tu imagen de niña buena y estudiosa? ó ¿tu imagen de melodramática? – cuestioné con diversión. Es que... enserio, cada vez que Giovanna Esther Henley arma una escena ¡es un drama telenovelesco!. Shakeaspeare a lado de Gio se queda sencillamente corto, lo cual es decir mucho. Alcé una ceja visiblemente entretenido, cuando le escuché decir que no era nada personal, y que era una dramática... demasiado dramática y que no era fácil controlar sus impulsos. Suspiré pesadamente, pasándome los dedos por la cabeza intentando comprenderla. – no será que en el fondo te agrado un poco y prefieres que nos pasemos la mayor parte de nuestros encuentros peleando por que es la única manera que tenemos de... que se yo... ¿hablar y divertirnos a la vez? – pregunté con una sonrisa de lado. – sí, lo sé... admito que pelear no es la mejor manera de hablar como gente civilizada... pero al menos deberíamos hacer un esfuerzo ambos... – aclaré señalándonos. – Para llevar la fiesta en paz... – es decir, Gio era una chica... aunque a veces tengo serias dudas si verdaderamente es una chica por su manera de comportarse, pero, en el fondo... no tenía tampoco nada contra ella. – Sé que no soy santo de tu devoción, pero... te propongo un pacto... – empecé a decir, mientras me sentaba arriba de la mesa y cruzaba las piernas en pose de indio. – intentaré... o bueno mejor dicho, haré hasta lo imposible por no sacarte de quicio y me comportaré, pero a cambio intentemos llevarnos bien... no como amigos, ya que seguramente no querrás tener a un revoltoso y rebelde como amigo... – después de todo Ted de Bélgica (que raro suena), era su amigo... su mejor amigo cabe aclarar y, bueno... supongo que con "Teddy" le bastaba y le sobraba. Suspiré. – ¿entonces que dices? – le propuse con una sonrisa, deseando escuchar que pensaba u opinaba al respecto, debido a que estaba en todo su derecho de mandarme a la mierda si quería.

**ιzzy нale** Mar Feb 22, 2011 8:29 pm

<BLOCKQUOTE>Nikki Ustabas
_______________________________________________________________
~Nicole Cicekler Ustabas
4to curso~Turkey
Arte-Natacion-Yoga
feat. Garret||text.xxx||place.feria

</BLOCKQUOTE>

Rockland, posteos chap #3 Just-a-kiss--gallery-msg-129229852531

Era como si fuera caido a un hoyo, escuchaba las voces de arriba, sentia todavia el dolor, oia los gritos de la gente. Oia pasos, oia su voz....si la voz de el. No sabia si lo estaba imaginando, pero no me podia mover, solo sentia el dolor que me ardia por dentro. Sentia tambien que alguien me ayudaba. Esto era como estar en un transe muy doloroso. Esto no era normal... estaba muriendo? no, dicen que cuando mueres vez una luz, pero no la veia, todo era oscuro... Escuchaba ambulancias y como me tomaba hacia otro lugar.. y el? donde estaba el?... no lo escuchaba!..Donde estaba? le pasaria algo? por que no sentia que estaba conmigo? Pero luego ese poso negro se volvio menos doloroso..no sentia nada y nada era donde estaba

-------

Me sentia cansada, no queria abrir los ojos. Era como si no quisiera desper tar para ir a clases o algo por el estilo. Tenia esa nocion de no saber donde estaba. Sentia una molestia en mi pierna derecha, estaba toda rigida, y no podia moverla. Senti la mano de alguien con la mia. Oi el vip de una maquina, como la de los hospitales. No tenia nada que sonara asi en mi cuarto. Todo vino nuevamente a mi mente. Como perdia a Garret de vista, y luego cuando me dispararon. Cerre los ojos con fuerza. Garret.... que habia pasado con el. Abri los ojos y comence a respirar fuertemente-Garret...Garret...- comence a repetir, mientras aun me sentia perdida. No sabia donde estaba. Mire el cuarto estaba completamente iluminado, habian estas maquinas a mi izquierda que hacian ese vipido, senti la mano nuavamente y mire luego a mi derecha. El estaba ahi, Garret estaba a mi lado- Gary, Gary- repetia mientras tomaba su mano, el estaba bien, las lagrimas salieron sin mi permiso- estas bien, estas bien- repetia mientras lo veia, queria abrazarlo pero no podia, me sentia muy debil, tanto como para moverme mucho. Mi respiracion estaba agitada aun, sentia aun miedo, ya que todo regresaba a mi mente. Mire a mi pierna y la senti dura, y luego vi el yeso. Trate de relajarme pero era dificil. No sentia dolor, pero sentia esa desesperacion que habia tenido al perder el conocimiento- que ha pasado?- le pregunte a Garret. Queria entender que habia pasado. Por lo menos lo mas importante es que el estuviera bien y era lo que me importaba mas la verdad.

**ιzzy нale** Jue Feb 24, 2011 4:31 am

Georg de Liechtenstein
as: Georg Antonius Constantin Maria de Liechtenstein
+ Cuarto año >> Taller de Guión & Literatura ;; Equitación ;; Futbol (Defensor)
[ Con Yukki Khaudari // Feria ]

_

Esbocé una pequeña mueca, de aparente concentración... mientras a timaba los últimos detalles, como lo eran, el sombreado y la iluminación del color, dándole ese toque idóneo para resaltar cuidadosamente los detalles, y, que el retrato luciera de un modo realista. No llevaba la cuenta de los minutos, que habían transcurrido desde que opté por acomodarme en aquel sitio… si, de algo estaba completamente seguro… era que disfrutar de un solo día, de paz y tranquilidad, sin la presión de los deberes de un día para otro… era un método de relajación lo bastante efectivo… Troné mis dedos, de una manera distraída… aprovechando unos breves segundos de descanso. Alcé la mirada, al escuchar el crujir del césped, tal y como sucede, cuando caminas sobre él. En ese momento, mi corazón dio un vuelco, a causa de los nervios… y, la emoción al ver que Yukki se acercaba con esa sonrisa en su rostro, y, esa mirada tan… dulce, muy característica de ella. – Pequeña Lottie – respondí amablemente a su saludo, con una cariñosa sonrisa en mi rostro. No había duda alguna, que cada día… Yukki, se veía más y más linda… Miré por encima de su hombro, un momento, y, pude percatarme que habían decidido tomar un breve descanso, lo mejor, era asegurarse… no sea que vayan a llamarle la atención, por mi culpa. Sonreí, de manera divertida, cuando comentó que hacía un bonito día. Me encogí de hombros, y asentí, mirándole tranquilamente, con una sonrisa. – Ideal para un día de campo – apunté, desviando la mirada de su rostro, para así poder observar el cielo, que estaba prácticamente despejado, a excepción de unas cuantas nubes grises… Dios, eres patético, Georg… ¿no sé te pudo haber ocurrido una respuesta más inteligente?... Nada me hubiera gustado más que decirle, que el día, era tan lindo y resplandeciente como ella. – ¿disculpa? – pregunté, mirándole un tanto distraído, cuando me di cuenta de que observaba mi aguilucho. – Oh… – empecé a decir, sintiéndome de pronto, un poco nervioso, por dentro. – Nada en particular, son solo… bocetos, de algunas ideas para las escenografías del Taller de Teatro y Música – le comenté, tranquilamente con una sonrisa. Aprovechando un momento de distracción, en un discreto movimiento, cerré mi aguilucho. – Ya sabes que la Profesora Pierce, aunque no pertenezcamos a su taller, siempre está abierta y dispuesta a recibir voluntarios e ideas para las escenografías – le recordé, picando cariñosamente la punta de su nariz. Algo que era sumamente cierto, siempre hacen falta ayudantes para el Taller de Teatro. – así que… ¿ensayando la nueva rutina? – pregunté, curiosamente con una sonrisa de lado. El año anterior, un par de semanas antes de que finalizara el curso escolar, Gustavo (nuestro entrenador) y Tim, habían acordado un partido amistoso entre ambos equipos. Y, ese día…. a Yukki, le había tocado animar a nuestro equipo. A pesar de que el partido había sido amistoso, la presencia de Yukki, me motivó a dar un buen partido junto a mis compañeros, además de alegrar mi día con su sonrisa y su voz. Recordé, nostálgicamente con una sonrisa, al tiempo que sacaba de la parte delantera de mi mochila, dos manzanas, y, hacía un intento de malabares con ellas. – Imagino que después de un día difícil, necesitarás recuperar fuerzas, pequeña Lottie – le hice saber amablemente, y, sonriendo de manera divertida, mientras le ofrecía la manzana. – nunca olvides, que, como amigo, estoy en todo el derecho de protegerte y cuidar de ti – siempre. Besé su frente dulcemente. Ojalá algún día, tenga el valor de decirle cuánto significa ella en mí vida.

Contenido patrocinado